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Áreas de aplicación de los test psicométricos Cada una de las modalidades en las que las pruebas
se estructuran responde a las necesidades de una comunidad académica o científica que las requiere
para apoyar sus procesos disciplinares. De ahí que las pruebas sean usadas más por unas profesiones
u oficios. Lo importante es saber que, independientemente de la posición disciplinar que se ocupe,
se debe procurar formarse en psicometría, estadística y fundamentos básicos de psicología, pues
ello permite que las inferencias que se desprenden de los resultados de la aplicación de los test sean
usadas de forma correcta, pues no se debe olvidar que los test apoyan procesos en los que se toman
decisiones que impactan la vida de las personas. Bajo estas premisas, a continuación, se exponen
algunas áreas de la psicología donde se hace un uso regular de las pruebas. 2.1. Área clínica En el
área de la psicología clínica, las pruebas psicométricas cumplen un objetivo fundamental: apoyar los
diagnósticos. El campo clínico está encargado de apoyar los procesos terapéuticos de personas con
alteraciones emocionales, conductuales o cognitivas; para ello ejecuta de manera rigurosa estudios
con miras a formular las posibles causas y los mantenedores de esas alteraciones. Una herramienta
que ayuda en esta labor es el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-V),
con el cual se contrastan los síntomas que la persona refiere y los signos que se observan para llegar
a una hipótesis, la cual es confirmada o refutada con ayuda de los test proyectivos o estandarizados.
Ejemplo: María es psicóloga y ejerce en una clínica psiquiátrica, allí recibe un paciente con síntomas
de ansiedad y depresión. Para aplicar el tratamiento adecuado, primero debe saber cuán intensos
son los síntomas, por lo cual aplica el inventario de depresión de Beck (BDI) y el inventario de
ansiedad de Beck (BAI). Este último consta de 21 preguntas con un rango de puntuación entre 0 y 63.
Sus puntos de corte son: 00–21: ansiedad muy baja; 22–35: ansiedad moderada; y más de 36:
ansiedad severa. Si el paciente de María cumple síntomas de ansiedad y además puntúa más de 36
en esta prueba, María debe evaluar los riesgos para la salud mental y física del paciente con suma
cautela, suministrando el mejor y más acorde tratamiento para su condición.

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