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ACOTACIONES PUNTUALES A PROPOSITO DE LA LEY DE SUELO DE 2008: PRETEXTOS, CONTEXTO Y TEXTO (REFUNDIDO) A.lulio Castelao Rodriguez, por la fecundidad de su trabajo al frente de esta Revista desde su creacién, clave inequivace de su éxito. La LS 2008 realsena el estatuto objetivo del suelo —partiendo de la reconsideracién legal del mismo como recurso natural, de donde se sigue la necesidad de proyectar sobre él las cexigencias del principio de utiizacién racional, traducido en la directriz de vetar la creacién de nuevos suelos urbanizables no necesarios segtin la demande previa acreditada—. Y también los estatutos subjetivos relacionados con el suefo -—volviendo a apostar por una adquisicién ‘gradual de facultades urbanisticas af perfilar el derecho de propiedad—. Para ambas reconsideraciones conceptuales, es innegable el papel precursor de la jursprudencia OPINION La LS 2008 establece una serie de directrices sustantivas y procedimentales para el estable- cimiento de la ordenacién del suelo, fijando asi un estatuto objetivo del mismo presidi- do por el principio de utilizacién racional, en congruencia con fa reconsideracién que de él se lleva a cabo, al contemplarse legalmente, por primera vez, como recurso natural ante todo. De las primeras, la principal directriz sustantiva es la que aboga por favorecer los procesos de creaci6n de nuevos suelos urba- nizables s6lo cuando ello esté justificado por la previa demands existente (para los dliversos usos potenciales, residencial, industrial, turis- tico, etc.) eviténdose ast los procesos de ocu- pacion basados en los meros intereses espe- culadores. La refundicién (entre la LS 2007 y la LS 1992) ha aportado a aquéllas el remo- zado criterio de adaptacién al ambiente (que hha de interpretarse de manera restrictiva pa +a no lesionar ni la autonomia local ni la se. guridad juridica —ni, incluso, la propia com- petencia urbanistica autonémica—) mas la regla de no caducidad de fa accién para res- taurar el orden fisico y juridico frente a aten- tados a zonas verdes y espacios libres. De las segundas destaca el Sometimiento a evalua- cién ambiental previa de las nuevas ordena- ciones, para verificar igualmente por esta via la cacionalidad del resultado final y la garan- tia de la compatibilidad del nuevo producto vurbanistico con la preservaci6n de los valores ambientales y culturales ‘Al mismo tiempo, se efectia un rediserio con- ceptual del estatuto subjetivo del propieta- fio de suelo, de manera que no se le reconoce un derecho primario connatural @ edificar en ‘cualquier tiempo y manera, sino que le son im- puestas una serie de cargas cuyo cumplimien- to id legitiméndole para la adquisicién gra- dual y sucesiva de las facultades urbanisticas en que, de hecho, se va a descomponer el de- recho de propiedad. La separacion explicita de {a facultad de urbanizar de las connaturales del propietario ha resultado, entre la doctrina, particularmente objeto de polémica, respecto ala cual pudiere no ser ocioso matizar algunos puntos, con abstracci6n de fos factores extra- juridicos que han desnaturalizado el debate sobre nuestro Derecho urbanistico en los élti- mos 20 afos. Enrique Sanchez Goyanes, Doctor en Derecho, Abogado especialista ‘en Derecho Administrativo, Presidente del Consejo Asesor 24 ESTUDIOS |, Nuevo enfoque en cuanto al) objeto de la Ley _ S No son sélo tos derechos det propietario del suelo los que cuentan en la regulacién por el Estado —desde la competencia constitucional propia— de esta materia, el régimen del suelo, sino que, en la medida en que —y porque— Este es susceptible de ser considerado segiin diversas perspectivas, tales como bien sujeto a transformacién mediante una actividad econd- mica —o que enlaza con la libre empresa en relacién con ésta--, 0 soporte fisico de un ambiente» tanto tural como urbano! —lo que enlaza con los correlativos derechos a disfrutar- los de manera adecuada, conforme a su natu- raleza respectiva y en congruencia con los valo- res espectficamente vinculados a cada uno—, etc, no es sélo el derecho constitucional de propiedad el afectado, sino también esos otros, ‘esultantes de la conformacién de un «bloque constitucional ambiental» (Exposicién de Moti- vos, I, 3°) al que debe atender ahora el legis- lador estatal en ejercicio de la competencia atvibuida por el 149.1.1.8 CE. Consecuentemente, en funcién de los dere- cchos y deberes constitucionales entrelazados en relacién con la utilizacién del suelo y su ré- — a que pue- de aspirar, una vez «realizado» de manera «efectivan, bien se puede definir como de ad- quisicién del «derecho a la edificaciona, como en la vieja terminologta de la legislacién mas embebida de aquella concepcién, la de 1990- 1992, toda vez que, como aqut se anticipa, y corrabora y detalla més adelante el art. 20, los 3 Cfr, andlogamente, Ronsero Heswinoez,F: «Sobre el estatuto de la propiedad inmobiiaria urbana (ante ta ‘eforma leaslativa que se avecina)», Revista Préctica Urbanistca, n 54/2006, Ed. LA LEY, pag, 25. Tiene interés su advertencia, también, en relacion con los ceventuales efectos que intuye en el modo en que se ha formalizedo el ejercicio de la competencia estatal, se enfoque principialsta a que se ha alucido en | texto principal, y que él traduce en wcliectrices drig- a5 af legisledor autondmico» (98g. 26). ESTUDIOS presupuestos para esa «adquisicién» o «patri- monializaciéne son semejantes a los que en aquiélla se contemplaba?: de ello, en sentido ne- gativo, se sigue, como es légico, que a una e ficacién realizada sin sujecién a esos requisitos €en uno y otro precepto apuntads, no se tiene «derecho», en sentido estrcto: el promotor puede ser despojado de la misma no sélo sin contraprestacién alguna, mediante las tipicas medidas de restablecimiento de la legalidad ur- banistica, undnimemente reguladas en nuestro Derecho autonémico, sino debiendo asumir a 5U propio coste tales medidas; la obra as reali- zada no atjade contenido econémico aiguno a ta valoracién del suelo del propietario a los efec- tos a que hubiere lugar calcularla, etc: wart. 20, Declaracién de obra nueva—1. Par ra autorizar escrturas de dectaracién de obra nueva en construccién, los notarios exigién, para su testimonio, la aportacién del acto de conformidad, aprobacién o autorizacién ad- mministratva que requiera la obra segtin la le- aislacion de ordenacién tertoral y ubanisti- <2, asf como certificacién expedida por técnico competente y acredtativa del ajuste de la descripcién de la obra al proyecto que hhaya sido objeto de dicho acto administrativo. Taténdose de escrturas de declaracién de ‘obra nueva terminada, exigirin, ademés dela certificaclon expedida por t&cnico competen- te acreditativa de la finalizacion de ésta con- forme a la descripcién del proyecto, la acted tacién documental del curmplimiento de todos los requisitos impuestos por la legislacién re- ‘guladora de la ecifcacién para la entrega de é5ta 2 5us usuatios y el otorgamiento, expreso © por silencio administrativo, de las autoriza- cones administrativas. que prevea la legisla- «ion de ordenacién territorial y urbanistica, 2. Para practicar las cosrespondlentes iones de las escrituras de dedlaracién de ‘obra nueva, los registradores exigirn el ‘curmplimiento de los requisitos establecidos en el apartado anterior», Pues bien, el cimiento conceptual a la confi- guracién estatutaria del derecho de propie- dad del suelo —que se reafirma en el art. 7.4—y al principio de no patrimonializacién inicial (hasta ta conclusién del proceso de ejecucién material y juridica del planea- 25 26 ESTUDIOS miento y la cumplimentacién de los debe- res al mismo anudados) de contenidos arti- ficiales ajenos a las facultades de explota- ‘ién tradicional de los predios —enfatizado en el art. 7.2— lo aporta el art. 3.1, cuando proclama: J art. 7.2 precisa que las meras expectativas de rentabilidad adicional, generadas por el Plan, no forman parte del contenido del derecho y alude implicitamente a la concepcién dogmatica de la adquisicién gradual de facultades urbanisticas, pues el acto de coronacién del proceso bien se puede defin como de adquisicién del «derecho a la edificaci6n»> Naveho77 DCE Soe «art, 3. Ordenacién del terrtorio y ordena- ién urbanistica —1. La ordenacion teritoral y la utbanistica son funciones publicas no susceptibies de transaccién que organizan y definen el uso del teritorio y del suelo de acuerdo con el interés general, determinan- do las facultades y deberes del derecho de propiedad del suelo conforme al destino de éste. Esta determinacién no confiere derecho a exigir ndemnizacién, salvo en los casos ex- presamente establecidos en las leyes (>. La clave de este precepto, para lo que aqui aho- ra mismo interesa, es a proclamacion del caréc- ter dual del acto jurdico-publico de aprobacién de una ordenacién urbanistica concreta: @) por un lado, fija el estatuto objetive que corresponde a los terrenos situados dentro del perimetto a que se refiera aquélla, por cierto, no de cualquier manera —<...] organizan y definen el uso del terrtorio y del suelo de acuerdo con ef interés general», como ya era tradicional en nuestro Derecho urbanistico, to- da vez que lo no acorde con el interés general, lo simplemente establecido en beneficio de un interés particular, puede arrostrar la declara~ cién de implicar una desviacién de poder y ser objeto de anulacién en sede jurisdicional, y ast ha vento sucediendo en los tiltimos tiempos; ) por otro lado, atrbuye simulténeamente un sstatuto subjetive a fos propietarios de los mismos —«(.] determinando fas facuttades y deberes del derecho de propiedad del suelo conforme al destino de éte>—j ) pero, sobre todo, consecuentemente y en co- nexién con el segundo aspecto, reafirma que: «Esta determinacién no confiere derecho a exigir indemnizacién, salvo en los casos expre- samente establecidos en las leyeso. Es decir, la mera ordenacién —en esa ver- tiente de incidencia subjetiva en la esfera patrimonial inequivoca del propietario de terrenos afectados por aquélla— no con- fiere indemnizacién alguna, porque los contenidos artificiales més arriba apunta- dos, y que incrementan el valor econémico del propio suelo, no forman parte del nti- cleo de facultades connaturales al derecho de la propiedad fundiaria; los atribuye el Plan eventualmente; pero solo pasan a inte- grarse en aquella esfera patrimonial al térrnino de un proceso més 0 menos largo y complejo de cumplimentacion de cargas urbanisticas de las que debe responderse antes de llegar a la coronacién de dicho proceso con el acto final de la patrimonializacion de la edificacién (ma- terialzada em la escritutacién einscripcién de la ‘obra nueva correspondiente, segtin antes se vela). Por ello, al no haber nada de esos conte- nidos artificiales antes del Plan, la mera orciena- cién (actuacién de establecimiento det mismo) 1no puede implicar deber de indemnizacién al ‘guno por parte de a respectiva Administracién. Naturalmente, otra cosa serla que la nueva or- denacion, por la razén que fuere, restringiera incluso lo que viniere siendo fa utilizacion tra- dicional y consolidada de los predios, pues, en tal eventualidad, de acuerdo con la consolida- da jursprudencia de nuestros Tibunales, es obvi que sf pracede el resarcimiento. Precisamente, con esta misma doctrina conec- ta la reciente STS de 4 febrero 2008 (rec. n.° 6808/2003), que sale al paso de cierta preten- sign municipal para prohibir de facto la facul- tad de vallar las fincas en el suelo ristico con las salvedades —minimas— en la misma con- ‘templadas, enfatizando que el carécter estatu: tatio de la propiedad del suelo no conduce a la negacién pura y simple de cualesquiera facul- tades por el titular de aquella: «TERCERO, La sentencia recurrida invoca el art. 33 CE pata destacar que, puesto que la funcién social dela propiedad es fa que delimita el con- teniclo de ese derecho, de acuerdo con las le- yes, la prevsién del art. 183 de las Normnas del Plan General referida al suelo no urbanizable esté orientada a la proteccién y preservacién del entorno natural y responde al intento de supe- rar una visién decimonénica del derecho de propiedsd y contrapuesta a una perspectiva sensible ala funcién social. Se dice también en la sentenda que el Plan General no niega fa po- sibilidad de vallar en todo caso, sino que la res- tringe a determinados supuestos. Y entiende la Sala de instancia que tal restriccién se justitica al amparo de lo dispuesto en los arts. 2.2.a y 23.2.4 del Decreto Legisiativo 1/1990, de 12 ju- lio, por e que se aprueba et TR de la legislacion vigente en materia de urbanismo en Catalua El primero de los preceptos determina que la competencia urbanistica en cuanto al régimen del suelo procurard que se utiice en congruen- cia con Ia utilidad pablica y la funcién social de la propiedad; y el art. 23.2.4 del citado TR esta- blece que en el suelo no urbanizable el Plan Ge- rneral establecerd las medidas y condiciones que sean precisas para la conservacién y proteccién de todos y cada uno de sus elementos natura- les, bien sea suelo, flora, fauna o paisa, a fin de evitar su degradacién, y de las edificaciones ¥ parajes que por sus caractersticas especiales lo aconsejen, con el 4mbito de aplicacién que ‘en cada caso sea necesario, Tales razones, sin embargo, resultan insuficientes. La invocacién que hace la sentencia recurida de aquellos preceptos del texto refundido de fa le- gislacion vigente en materia de urbanismo en Cataluita puede y debe completarse con una re- ferencia a to dispuesto en la normativa estatal bésica; en particular, el art. 1 de la Ley 6/1998, de 13 abril, sobre régimen del suelo y valoracio- nes ("Es objeto de la presente Ley defini ef con- tenido del derecho de propiedad del suelo de actierdo con su funcién social"), que tiene el ca- racter de norma bésica segtin Io establecido en la disposicin final unica de la propia Ley 6/1998 Yy que entronca, a su vez, con el art. 33.2 CE al ‘que si alude la sentencia de instancia. Pero, co- ESTUDIOS mo ya hemos indlcado, la mera apelacion a la funci6n social det derecho de propiedad no otorga respaldo suficente a las severas restric- ciones que se imponen en el art. 183 de la Nor- mas Urbanisticas en lo que se refiere al vallado de fincas situadas en suelo no urbanizable. 27 aaa ee Por mas que la sentencia recurrida expli- que sus razonamientos como un intento de “superar una visién decimonénica an- dlada en el pasado’, es lo cierto que las disposiciones del Cédigo Civil que invoca la recurrente no pueden ser ignoradas; ni cabe tachar sin mas de ser contrario a la funcién social de la propiedad el ejercicio del derecho a cercar 0 cerrar las heredades que el art, 388 del citado Cédigo reconoce al propietario. No se cuestiona aqui que el ejercicio de ese derecho esta sujeto a li- cencia —en ese sentido se pronuncian con claridad las sentencias de esta Sala de 5 febrero 1996 (rec, casacién 821/91) y 15 octubre 1998 (rec, apelacién 5966/92), en- tre otras—, pero, partiendo de que el menclonado derecho al vallado de las fin- cas cuenta con el sustento indudable del Cédigo Civil, las restricciones que a tal de- recho se impongan en los instrumentos de planeamiento urbanistico han de contar también con el adecuado respaldo legal. AAlgunas restrieciones a ese derecho del propie- tario a cerrar su finca vienen establecidas con alcance general en normas legales de aplica- cién directa como es el art, 138.b) det TR de la 28 ESTUDIOS Ley sobre ef Régimen del Suelo y Ordenacién Urbana aprobado por RO Leg. 1/1992, de 26 junio. Ese precepto, cuya vigencia queda expre- samente salvada en la disposicion derogatoria nica de la Ley 6/1998, de 13 abril, viene a es- tablecer ~-como ya antes hacia el art. 73 del TR aprobado por RD 1346/1976, de 9 abril que “en los lugares de paisaje abierto y natural, sea rural o martimo, no se permiticé que la situa- ci6n, masa, altura de los edificios, muros y cie- tres, 0 la instalacién de otros elementos, limite el campo visual para contemplar las bellezas naturales, rompa fa armonia del paisaje o des- figure la perspectiva propia del mismo”. Y en identicos térmninos se expresa el art, 107.6) del TR de la egislacién vigente en materia de urba- sismo en Catalufta aprobado por Decreto Le- gislativo 1/1990, de 12 juli. s en el art. 6 a) donde se revela el nuevo enfoque dogmatico del derecho subjetivo a urbanizar 0 a transformar urbanisticamente el suelo, al «desagregar» una facultad tradicional del propietario del haz de facultades inherentes a la titularidad fundiaria Pues bien, los instrumentos de planea- miento pueden regular las condiciones de vallado o imponer restricciones al derecho de los propietarios a cerrar sus fincas siempre que las limitaciones que por esa via se establezcan tengan engarce en los preceptos citados o en otros de significa- do equivalente contenidos en la legisla- cién urbanistica que sea de aplicacién. Pe- ro tal engarce o respaldo normative no se da en el caso que nos ocupa. En efecto, las restricciones que impone el art. 183 de las Normas Urbanisticas del Plan General de Caldes de Malavella —que con caracter general excluye el cerramiento de las fin- cas situadas en suelo no urbanizable, sal- vo las destinadas a explotaciones ganade- ras de cardcter intensivo 0 para la proteccién de las viviendas, y esto ultimo con limitaclones en cuanto a la longitud perimetral del vallado— van considera. blemente més alld de lo que aquellas dis- posiciones legales permiten; y, al mismo tiempo, son restricciones de tal entidad que desnaturalizan o vacian de contenido el derecho reconocido en el ya citado art. 388 del Cédigo Civil Con todo, es en el art. 6 donde se revela —~en sui letra a)— el nuevo enfoque dagmatica det derecho subjetivo a urbanizar 0 a transformar Uurbanisticamente el suelo —al «desagregars tuna facultad tradicional del propietario det haz de facultades inherentes ala titularidad funcia- ria—, nuevo enfoque convertido rapidamente ‘en objeto de una de las polémicas més aceradas de cuantas ha suscitado el nuevo sistema legal «Art. 6. Iniciativa privada en la urbaniza- ion y la construccién 0 edificacién.—La le- gislacién sobre ordenacién territorial y ur- banistica regulard €@) El derecho de iniciativa de los particular 1e5, sean 0 no propietarios de fos terrenos, en ejerccio de la libre empresa, para la ac- tividad de ejecucién de fa urbanizacién ‘cuando ésta no deba 0 no vaya a realizarse ‘por la propia Administracién competente. 1a habiltacién a particulares, para el desa- rrollo de esta actividad debera atribuirse ‘mediante procedimiento con publicidad y concurrencia y con criterios de adjudicacién ‘que salaguarden una adecuada participa- én de la comunidad en las plusvallas deri- vadas de las actuaciones urbanisticas, en las condiciones dispuestas por la legislacién aplicable, sin perjuicio de fas peculiaridades © excepciones que ésta prevea a favor de la inicativa de los propietarios del suelo. [..1». En consonancia con ello, més adelante, se re- conocer que a una mera facultad de partici- par fart. 8.1.0)] en tal actividad se va a circuns- ribir ahora el precedente derecho a urbanizar tradicional del propietario, y especificamente en las que pasan a denominarse actuaciones de urbanizacién, no en cualesquiera de las lla- madas en la LS 2008 «de transformacién» (art. 14), definicion que abarca a aquéllas pe- ‘0 también a alguna ms. En la nueva concepcién dogmatica subya- cente, las operaciones que trascienden ne- cesarlamente el perimetro fisico de los propios terrenos, para dar lugar a dotacio- nes que materialicen una urbanizacién y una creacién de ulteriores espacios acota- dos para la edificaci6n, son de responsabl- lidad pablica, forman parte de la actividad de ejecucién del planeamiento y son un «servicio ptiblicon correspondiente a la Ad- rministracién competente; ésta debe dirigir esa actividad, como minimo, aunque la gestione indirectamente; mucho ms, sila asume direc- tamente; pero, en cualquier caso, conceptual- mente no hay un derecho connatural a urba- nizar porque —o en la medida en que— no hay un deber individual del propietario de ur- banizar —Exposicién de Motives o Preémbulo legal, IV, 3 parrafo—: «En este sentido, si bien la edificacién tiene lu- gar sobre una finca y accede a su propiedad le acuerdo con nuestra concepcién histdrica de este instituto—, por lo que puede asimismo ser considerada como una facuitad del corres- pondiente derecho, fa urbanizacién es un serv cio pablico, cuya gestién puede reservarse la Ad- ministracién © encomendar a privados, y que suele afectar a una pluralidad de fincas, por lo que excede tanto ligica como fisicamente de los limites propios de la propiedad. Luego, af don- de se confle su ejecucion a la iniciatva privada, hha de poder ser abierta a la cornpetencia de ter- cers, fo que esté llamado ademés a redundar en la aglidad y eficencia de la actuaciénn De aqui el que la actividad de urbanizar 0 de transformar un suelo rural en urbanizado sea competencia y responsabilidad pablica, y se pueda gestionar por alguno de los modos pro- pios de ella, directos o indivectos; de donde se deriva que ai los propietarios ni tampoco nin- in otro de los «sujatosn 0 agentes privados tienen facultades connaturales para acometer por si tal tarea, sino s6lo en la medida en que la respectiva Administracién, por los procedi- ‘mientos contemplados en fa legislaci6n urba- nistica, se la adjudique —Exposicién de Moti vos, NV, 4.°—: cTercero, el estatuto de la propiedad del sue- lo, definido —como es tradicional entre no- sotros— como una combinacién de facultades y deberes, entre los que ya no se cuenta el de Uurbanizar por las razones expuestas en el ps- ESTUDIOS trafo anterior, aunque si el de participar en la actuacién urbanizadora de iniciativa privada en un régimen de distribucién equitativa de beneficios y cargas, con las debidas garentias de que st participacion se basa en el consen- timiento informado, sin que se le puedan im- poner mas cargas que las legales, y sin perjul- cio de que el legislador urbanistico opte por seguir reservando a la propiedad la iniciativa de la urbanizacién en determinados casos de acuerdo con esta Ley, que persigue el progre- so pero no la ruptura, Todo esto subyace bajo el tenor de los actua- les némeros 2.2) y 3 del art. 3 «Art. 3, Ordenacién del territorio y orde- rnacién urbanistica—t...]. 2. La legislacién sobre la ordenacién territorial y urbanistica garantizaré a) La direcci6n y el control por las Adminis- traciones Pablicas competentes cel proceso Uurbanistico en sus fases de ocupacién, ur- banizacién, construccién 0 edificacién y utilzacién det suelo por cualesquiera suje- 0s, pliblicos y privados (... 3. La gesti6n publica urbanistica y de las politicas de suelo fomentard la participa- cién privadan. En este mismo conjunto normative, por lo tan- to, por un lado, se reafirma la competencia publica para dirigir el proceso de transforma- cién del suelo [letra a) det n.° 2), pero —obsér- vese— sin llegar a calificarla como «funcion publican, a diferencia de lo que se hace con la competencia para el establecimiento del orde- namiento urbanistico luego objeto de eject ién 0 materializacién por ese proceso, sfen- fatizada como tal funcién publica, como ya ‘nos consta (n.? 1 del art. 3) Y, por otro lado, se esboza un cierto principio corientador para la regulacion autonémica de {as formas de gestion urbanistica —o, con pa- labras del Tibunal Constitucional, al enjuiciar su formulacién precedente en la LS 1998 (art 4.2y 3), un mandato de promocién de la par- ticipacin privada en la actuacién administrati- va 0 publica—, con suticiente elasticidad como para seguir dando cobertura a todas las moda- lidades actualmente implantadas en el panora- 29 30 ESTUDIOS NUtno 77 -DIOEVERE 200e ma de nuestro Derecho urbantstico, ya que to- das, con mayor 0 menor intensidad, fornentan la participacién privada (n° 3) Sin embargo, como facilmente se aprecia, inciso final de la letra a) del art. 6 —co- nectado con el correlative titimo inciso del p- rrafo 4.° del apartado Il del Predmbulo legal‘, mds arriba citado, y con la signficativa correc . Site- foemos en cuenta que la de «actuacién directa (0 denominacién similar) en su nomenclatura era la correspondiente a terrenos con s6lo planeamiento secundario aprobad, es facil concluir que aquella primera, incluso, 00 slo se refiiera a terrenos ris licos, sino, presumiblemente, hasta protegidos; se comprende, asi, Ia ruina en que ha desembocado tanta frivolidad del momento permitia atribuir al desencade- amiento de ese riesgo cedieron ante la con- tundencia del gesto politico que implicaba el establecimiento de un valor de ese suelo di- suasorio para los especuladores de ocasién, ABREVIATURAS: A. Relativas a conceptos urbantsticos: —?P rograma de Actuacién Integrada — PAU: Programa de Actuacién Urbantstica/Ur- banizadora, — PGOU: Plan General de Ordenacién Urba- na, — PP: Plan Parcial de Ordenacién. — RG: Reglamento de Gestién Urbanistica (1978). — RP: Reglamento de Planeamiento Urbanis- tico (1978). — SNU: Suelo no urbanizable. — SU: Suelo urbano. — SUble; Suelo urbanizable, — 8Uc: Suelo urbano consolidado. — SUnc: Suelo urbano no consolidado. — SUNS: Suelo urbanizable no sectorizado. — UE: Unidad de ejecucién, ae a fee tada: —LOTAU, Ley 2/1998, de 4 junio, de Ordena: cidn del Territorio y de la Actividad Urbanistica de Castilla Mancha, modificada por la Ley 1/2003, de 17 enero. — LOUGA, Ley 9/2002, de 30 diciembre, de COrdenacion Urbanistica y Proteccién del Medio Rural de Galicia, modificada por la Ley 15/2004, de 29 diciembre. — LRAU, Ley 6/1994, de 15 de noviembre, re- guladora de la Actividad Usbantstica de la Co- munidad Valenciana, extinta (derogada en su totalidad por la LUV). — LRBRL, Ley 7/1985, de 2 abril, Reguladora de las Bases del Régimen Local — LS-1998, Ley 6/1998, de 13 abril, de Régi- ‘men del Suelo y Valoraciones. — LSM, Ley 9/2001, de 17 julio, del Suelo de la Comunidad de Madrid — LSOTEX, Ley 14/2001, de 15 diciembre, del Suelo y Ordenacién Territorial de Extrernadura. — LSU, Ley 2/2006, de 30 junio, de Suelo y Urbanismo del Pals Vasco. — LUY, Ley 16/2005, de 30 diciernbre, Urba- nistica Valenciana, ESTUDIOS — RG, Reglamento de Gestién Urbanistica, aprobado por Real Decreto 3288/1978, de 25 agosto. — RP, Reglamento de Planeamiento, aproba- do por Real Decreto 2159/1978, de 23 junio. — 15-1976, TR de la Ley del Suelo de 1976, aprobado por Real Decreto 1346/1976, de 9 abril — L5-1992, TR de la Ley del Suelo de 1992, aprobado por Real Decreto Legislative 111992, de 26 junio. Proceso de adaptacion de la legislacién autonémica a la nueva legislacién estatal Gabriel Martinez del Marmol Marin y Carlos Heras Barcel6, ‘Masteres en Urbanismo y Ordenacién del Territorio (SANCHEZ-GOYANES CONSULTORES) 45 EEE ‘Art. dela ‘Articulo del TR Comunidad | Normativa | Normativa Hae Ardea | gata tey de Suelo, Auténoma | adaptativa modificada rodificade RD-Leg. 2/2008, - or de 20 junio ‘Situaciones basicas del suelo, 14.2, 19 12, Ley 1/2008, bey 12008, Sostenibidad economica por la que se y ambiental del planeamiento 2 2 0 gue Teno y ubansico iMedlies 7 Urgentes para Deberes def promocin Ja adaptacin de las actuaciones 18 16 ‘bey 31988, | ae wanstonctin uanisn marzo, Urbanstca a tay 200 Uiiacén del suelo eral 24 8 an | “de Sue, Aragén . ay eee gorantios Evaluscin yseguimiento fant ee deta vosteribidad'el dessvoto | 40,48 15 oy rane aneemlent ened Convenios 8 DAS! 163 J implso a es Patimonio pblice dal suelo | 65.86, 67,69 38,39 de vivienda y Ley 24/2003, suo en fa Comunidad | i 26 Auténoma de | _iclembre, ténoma de) Je modldes resenade sive 45,8, 19s] ao.) ag Urgentes de para vivienda protegida 44, Poles de Vivienda Protegida 46 ESTUDIOS A Arteto del TR L mune vgemata | Homatia | aggteadonee | Atul, [ala desu, Faison] adoptive | modfceda Le a0 " modificada | de 20 junio ley de | _ od Cantabria Derecho de consulta 8 4.d)y 6.b) 28 acl fe 2 Criterios basicos de utilizacién Junio, de, ‘det suelo 12.e), 103 10.1.4) én tey de {rezeva de nolo para idend Territorial Ley de | Cantabria | Reser de suelo para vivenda) 96,1 y 40 bis 10.1.6) ine 7 Cantabria ‘2/2001, cere a 7A007,” | 6.25 UR) isan ysegiente Cantabria ldiciembre, del Ordenacién (02 2 sostenibilidad del desaro 60.1, 52.2 2,15 Medidas | Territorial y lo urbano Fiscal de} Régimen |. cones de datcon | 834 wi | ( Finance ae aha’ [cesién de suelo con aprovecha : Hae snebra : ce i Tate 100.0), 29 16.1 Stuacores bios el avo | 951,982 23 Venta ysisituanforoso | 200, x6 Tey 2200, |Reses de sso paavifendo} gy o toy 2008, | “Yo 30 vroteg sea unt, | efcembre, |— “apenas dlonactén ie i | suelc 38, 39, rgentes. | ordenecin| Poimenio pbc delsuco | 174,177 . Galicla | on materia | Urbanistica de Viens |y Protect ett oes ‘ySuelo | det Meco ural” | Venta y ssc foros | 169,180 36.37 set Gota Stuocones bist Gl soa | tH 2 Ucn dlsuco wat | ADEs 3 ; Resewva de suelo para vienda| 27 (Decreto yo.1b) protegida 1105/2008) a eedodereakgo | RR 6 decoro Siuacones bss dl wei | 2, 6QOE@ | 2a 105/208, de} ak —— 2008, Ealeaonyseaart© FT| 57 geo gio sang [seer] 5 sevaseo| Uemeres|deaopenia [bane | 10 Pals VasCO | desarrollo de| de Suelo y 7 orate teal ears el de, SHeloY | mero pubic oe suelo |” (eta 38.39 ae 0 Jon, , 10512608 de Suelo. 41 (Decreto ae Suelo y | Actuacones de doen | 4i.Oset «| 8 Sistemas privados de actuacion| 43, 44 (Decreto | : t Ebortoto ‘osteo | | bed y sceso 3 wee | 32 Dace ae inscenurbonitsa | “yosce0s | E Venta y ssttucion forzosa | 42 (08cret0 36 8 5 Expropiaci6n forzosa W779 29:35

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