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COMUNICAR 15, 2000

Propuestas
COMUNICAR 15, 2000; pp. 141-149

La alfabetización audiovisual a través


de la educación con el cine

Víctor Amar
Cádiz

En este trabajo se presentan algunas de las nociones más elementales del lenguaje
audiovisual del cine. Desde la planificación, hasta el propio lenguaje del cine con sus
movimientos de cámara, encuadres, composiciones, además de la proxémica, la luz y el
color, o lo concerniente al apartado perceptivo, entre otros aspectos. A la postre, se trata
de un ejercicio con el que se pretende aclarar aspectos relacionados con el discurso audio-
visual y, por consiguiente, su posible utilización en el aula, ayudando a su decodificación
y a interpretar este lenguaje tan extendido entre el profesorado y el alumnado.

«Pero la realidad es que, en nuestra era de lúcidamente un nuevo período de la historia de


cultura, a todos les conviene ver cine, como a la comunicación.
todos les conviene leer. La película está ya Prácticamente, en todas las partes del mun-
incorporada a la cultura. Los libros educan y do el día 28 de diciembre de 1995 se recordó,
las películas educan, y libros sin películas no
o bien, se celebró el primer centenario de la
darán el humanismo de nuestro siglo. Pero así
como hay que aprender a leer, así también primera proyección pública del cinematógrafo
hay que aprender a ver cine. Y si leer de los hermanos Lumière. A raíz de este inven-
no es deletrear, ver cine no es mirar to la Humanidad contó con otra manera más
a la pantalla durante una proyección» para comunicar sus emociones. El tiempo se
(Staehlin, 1960: 10-11). encargó de que éste madurara y desarrollara su
propio lenguaje, a la vez que lo dotó de una
1. Del por qué. Unas líneas introductorias identidad singular. Aquel artilugio de ferias,
En la segunda mitad del siglo XIX el que congregaba principalmente a mujeres y
escritor francés Theóphile Gautier en su Histo- niños, se determinó en llamar el «cine» y ha
ria del arte dramático hizo pública una frase llegado a convertirse en la síntesis de las artes 1.
que podríamos resumir, a modo de pensamien- Para muchos se trata del séptimo arte.
to: «Ha llegado el tiempo de los espectáculos De los diversos elementos que hacen del
oculares». De esta forma, el pensador galo atisbó cine un arte –también un medio de comunica-

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ción– diferente y, sobre todo, contemporá- buscáramos un símil literario se corresponde-


neo..., nos inclinaríamos por resaltar, de mane- ría con el dónde.
ra muy especial, dos: el concepto de tekhné y la Los planos medios –plano americano (PA),
producción, distribución y exhibición, desa- planos medios: largo y corto (PM)– poseen una
rrolladas por la industria del cine en relación considerable capacidad narrativa, para centrar
con la comercialización del producto filmo- la acción y la atención/selección tanto del suje-
gráfico. to como del objeto. Además, su contenido esté-
A propósito de la incorporación desde tico y sus características como referente gestual
prácticamente sus orígenes de la tekhné al cine, lo convierten en el plano cinematográfico por
ésta ha desarrollado una sutil simbiosis, sin excelencia. Estos planos cuentan en su haber
apenas parangón en la historia de la Humani- con una gran capacidad para hacer evolucionar
dad. Es decir, a partir de este momento convi- el relato, ya que se tilda la acción (reconociendo
ven de manera muy especial cine y tecnología, a cada uno de los personajes, incluyéndose el
inclusive existiendo una relación entre produc- plano americano o de 3/4) y los diálogos (exis-
ción y calidad. Asimismo, el aparato mercantil tiendo la posibilidad de hacer menor la escala,
que envuelve al fenómeno fílmico da pie para o sea con la variante de los planos medios). Si
comentar lo que aparentemente puede parecer continuáramos con el símil literario estaríamos
un simple dato anecdótico, ya que una de las refiriéndonos al quién.
tres principales industrias de los Estados Uni- Los de una escala menor, también llama-
dos (país que tiene la mayor producción de dos planos cortos o cercanos –primer plano (PP),
filmes) la constituye el cine: «A este plantea- primerísimo primer plano (PPP), plano detalle
miento inicial cabría aunarle otra idea más, (PD)– ponen de relieve ciertas características
como podría ser la de industria, para establecer que a simple vista pasan desapercibidas por el
la conclusión de que el cine es un arte que tiene espectador. Con éstos, el film adquiere una in-
presente a las artes, la industria (producto mer- tensidad mayor desde el punto de vista dra-
cantil), además de los conocimientos tecnoló- mático, potenciando y adjetivando al persona-
gicos, sin olvidar el apartado sociológico, je, haciendo hincapié en su expresión. Además
antropológico... aunque, a veces, los conceptos de jugar de una manera muy especial con las
se invierten y, por tanto, los resultados va- emociones y sentimientos del público, pues el
rían»2. espectador (narratario) ve el rostro del actor
que ocupa toda la pantalla, accede al protago-
2. Del cómo. Algunas nociones cinematográ- nista a través del gesto y la mirada de éste. Estos
ficas planos acostumbran reservarse para ocasiones
En relación con la planificación –entenda- de intensidad dramática. Estamos ante el qué o
mos el plano como la unidad fílmica y la planifi- el cómo de la acción. En este sentido, este as-
cación el ejercicio de cortar la realidad que se pecto sería de gran relevancia para establecer
filma en planos–,ésta juega un papel fundamen- una sutil diferencia entre cine y teatro, ya que
tal en lo concerniente a lo narrativo y dramático en las artes escénicas tenemos una composi-
del relato fílmico, existiendo planos abiertos, ción genérica de la representación, mientras
medios y cerrados. que en cine, a través del primer plano, conse-
Los planos abiertos, o también llamados guimos un acercamiento al entorno íntimo o
lejanos –plano general (PG), plano entero o íntimo-privado de los protagonistas.
conjunto (PE o PC)– mantienen una importan- Asimismo, la planificación también posee
te capacidad descriptiva; no obstante, sin sin- un referente espacial de suma importancia, es
gularizar en exceso a la figura humana; ahora decir, en función de la proxémica (estudio de
bien, es muy útil para contextualizar, para las zonas). Existe una correspondencia entre la
interaccionar, al protagonista y su entorno. Si zona pública (de más de 3’6 metros) y la utiliza-

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ción de los planos abiertos. Entre las zonas sión de la dimensión: la pantalla es enorme, la
sociales (de 1’23 metros a 3’6 metros) y perso- boca del actor es descomunal y la imagen nos
nales (de 46 centímetros a 1’22 metros) con el domina. Esto sin considerar el hecho de que la
uso de los planos medios. Y, por último, entre proyección tenga lugar en una sala oscura, lo
las zonas íntimas (de 15 centímetros a 45 centí- que estimula la concentración».
metros) e íntimas-privadas (de menos de 15 cen- Con el primer plano obtenemos una nueva
tímetros) con los planos cortos. Igualmente, ha- dimensión del personaje, del objeto... centran-
cer alusión al segundo precepto que se despren- do el interés. Asimismo, se presenta con mayor
de de la lógica cartesiana (Descartes, 1976: detenimiento la microfisonomía observándo-
49), ya que en éste se expone, en nuestra opi- se, pormenorizadamente, el gesto, a la vez que
nión, una de las más evidentes convicciones de se soslaya el entorno del personaje focalizado.
la planificación: «El segundo, • Plano americano. De éste
dividir cada una de las dificul- cabría reseñar dos vectores:
tades que examinare, en cuan- uno funcional y el otro estéti-
tas partes fuere posible y en co. No obstante, a los dos se
cuantos requiriese su mejor El cine es un arte que les hace coincidir siendo difí-
solución». tiene presente a las cil establecer diferencias en-
De los muchos planos que artes, la industria (pro- tre ambos. Tal vez lo más con-
se utilizan en el lenguaje cine- siderable sea que se pierden
matográfico, cabría detener-
ducto mercantil), ade- los indicadores (es decir, los
se en dos de ellos: el primer más de los conocimien- pies de los actores, pues éstos
plano (PP) y el plano ameri- tos tecnológicos, sin indican la dirección o el cen-
cano (PA). Ya que el primer olvidar el apartado tro de interés de la acción).
plano posee unas característi- sociológico, antro- También se pone de relieve la
cas fílmicas muy concretas y inclusión o exclusión de otros
el plano americano prioriza el
pológico... aun- actuantes. En este sentido, los
apartado práctico sobre el es- que, a veces, los ojos intervienen como elemen-
tético. conceptos se invierten to de interconexión entre per-
• Primer plano. Desde que y, por tanto, los sonajes, quedando como mero
el norteamericano David W. resultados varían. recurso el ángulo-separación
Griffith(El nacimiento de una formado por las piernas del
Nación, 1915), o bien el sue- personaje en cuadro. Éste fa-
co Carl Dreyer (La pasión de cilita información al respecto
Juana de Arco, 1928), entre de su actitud ante los otros
otros cineastas, atisbaran las posibilidades na- actores, según su estado de agresividad las
rrativas y dramáticas, además de expresivas, piernas quedan, más o menos, separadas (án-
del primer plano, el cine ha evolucionado de gulo inglinal). De ello, se desprende la impor-
manera muy particular. No sólo a un nivel tancia del apartado funcional frente al estético,
técnico, sino también en el propio discurso lo que no significa que este último se descuide.
filmográfico. El hecho de ver en la gran panta- Sin embargo, no estaría de más hacer referen-
lla la cara del protagonista a un tamaño mayor cia al plano contraplano: aquél que se utiliza a
del natural supone un ejercicio emocional im- manera de réplica contra-réplica, por ejemplo,
portante, ya que éste acabará interviniendo en en los diálogos. Al plano secuencia: cuando la
el aparato psicológico del espectador, pues el cámara bien emplazada recoge todo lo que está
peso de la imagen eclipsará su capacidad re- aconteciendo en cuadro, sin que existiera pla-
ceptiva. Según el guionista Doc Comparato nificación alguna. A los planos simétricos, en
(1992: 46), «nos encontramos frente a la distor- el momento que existe un diálogo y se mantie-

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ne, alternativamente, un referente de las cabe- nista o la acción mientras existe movimiento).
zas o nucas de los interlocutores; o bien, a los De acercamiento o alejamiento (en función de
planos cruzados, cuando no existe ningún refe- la situación dramática o narrativa, la cámara se
rente, sólo planos de los interlocutores que, en aproxima o separa). De reencuadre (leve movi-
un diálogo, se entrecruzan. miento de cámara para corregir el plano).
Para los planos, normalmente, se respetan También hagamos un somero comentario
unas pautas genéricas como bien podría ser la a propósito de las diferentes angulaciones que
utilización de espacios vacíos en los diálogos, puede adoptar la cámara y, por consiguiente, su
según sea la ubicación de los actuantes. O cuando valoración dramática. Si aceptamos como el
el personaje se desplaza (sentido direccional), lo ángulo normal a aquél que se hace coincidir
que recibe el nombre de «aire». Asimismo, se con el eje de los ojos del protagonista; por en-
acostumbra recortar la cabeza con planos cortos cima de éste recibe el nombre de «picado»: mini-
para denotar carga psicológica sobre el persona- mizándole, de forma que lo presenta como un
je... ser vulnerable. Mientras que si el eje queda por
Igualmente nos gustaría hacer al menos debajo de los ojos se conoce como «contra-
alusión a los diferentes movimientos de cáma- picado»: ofreciendo la impresión contraria a la
ras. A grosso modo, éstos se dividen en dos: anterior, es decir, de énfasis y mostrando del
rotación y traslación. Dentro de los de rotación sujeto focalizado un perfil de superioridad.
incluiríamos aquéllos que se mueven sobre su Antes de dar paso al encuadre y al montaje,
propio eje; o sea, las panorámicas (horizonta- realicemos un sucinto repaso a las diversas for-
les, verticales y oblicuas) con unas pretensio- mas de puntuación (transiciones) de que dispone
nes eminentemente narrativas. Y los barridos el relato fílmico. Al ya mencionado plano como
(que no dejan de ser panorámicas, no obstante, unidad cinematográfica, cabría aunar el fundido
más frenéticas). La elección de unas u otras no encadenado a manera de coma o punto segui-
sólo es un planteamiento meramente narrativo do, ya que la sensación de tiempo transcurrido
que puede denotar un mayor paso del tiempo, de no es demasiado. Mientras que el fundido a
estado emocional, etc., sino que además puede negro cabría establecerlo en relación con el
ser una cuestión de estilo. punto y parte, pues da la impresión de haber
Perteneciente a los movimientos de cáma- transcurrido un tiempo mayor. A renglón se-
ra de traslación cabría apuntar el travelling –mo- guido, apuntaríamos que no existe una norma
vimiento sobre raíles– (con la particularidad de fija donde se determina el tiempo de duración
que se puede registrar el cambio de encuadres de un plano a otro plano. De la misma manera,
y escalas sin modificar el plano, con el propó- no es habitual encontrar indicaciones donde se
sito de acompañar movimientos o singularizar haga referencia al tiempo que debe permanecer
a alguien o algo), el dolly (desplazamiento so- un plano en pantalla. Al respecto, se acepta que
bre unas ruedas acopladas al trípode) y los éste está en relación con el intervalo necesario
movimientos de grúa... Sin entrar a valorar los para que el espectador pueda decodificar el
diversos significados que pueden producir los contenido que se encuentra en el plano.
diferentes movimientos de cámara, no sería del Continuando la exposición de este ítem
todo descabellado apuntar sus usos más fre- hacemos alusión al encuadre, además de hacer
cuentes: descriptivo (recorre un espacio apor- referencia a aspectos relacionados con la com-
tando información y referentes espaciales). De posición, los centros de interés o intencionalidad
relación (el objetivo radica en que con el movi- (siendo el elemento conductor de la atención
miento de cámara se relacionen desde protago- del espectador) y el equilibrio plástico. En defi-
nistas hasta lugares, así como establecerse aso- nitiva, la delimitación del campo visual (el
ciaciones de tipo causal, afectivas, temporales, encuadre) está en función del ángulo seleccio-
etc.). De acompañamiento (sigue al protago- nado y el objetivo elegido. Dentro del esquema

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compositivo no hay que olvidar la configura- El montaje, desde un punto de vista didác-
ción formal y el peso visual, además de la heren- tico, cabría definirlo como el ensamblamiento
cia cultural, el caudal intelectual, la permanen- de los planos seleccionados de una película con
cia –capacidad que tiene un estímulo audiovi- el denominador común de la continuidad. De
sual para ser retenido en la memoria– y los esta sucesión de planos se desprende el ritmo
mecanismos de percepción en los que cabría de la cinta. En cierta manera resulta ser un
incluir la simetría, continuidad y sencillez. El ejercicio de clasificación, ordenación y valora-
teórico húngaro Bela Balazs (pág. 37) se refirió ción. Hace ya algunos años Ernest Lindgren
al encuadre como la subjetividad inevitable a la (1954: 72) realizó el siguiente planteamiento
que se somete la película, explicándolo de la teórico del montaje que, a pesar del tiempo
siguiente manera: «En el encuadre, además de transcurrido y lo básico del mismo, aún parece
nosotros ver la imagen, tenemos también el tener vigencia: «La justificación psicológica
sentido de nuestra posición en relación con más elemental del montaje, considerado como
ella, es decir, el sentido de nuestra posición en método para representar el mundo físico que
relación con el objeto filmado nos rodea, estriba en la posi-
(...). bilidad de reproducir un pro-
Cada ángulo visual sobre ceso mental por el cual una
el mundo implica una visión imagen visual sucede a otra,
del mundo. Por eso el encuadre Hay que aspirar a conforme nuestra atención se
de la cámara se corresponde a descubrir una atmósfe- detiene en uno u otro punto.
un interior encuadre: y nada es ra visual diferente Si interpretamos esto por me-
más subjetivo que el objetivo. y original para cada dio de la imagen cinemato-
Guste o no, cada impresión, gráfica, que reproduce el mo-
película y aun para
encuadre, se vuelve expresión. vimiento, llegaremos a obte-
Y, sea consciente o intuitivo cada secuencia, tratar ner una reproducción tan au-
el proceso, hasta hacer de la de obtener variedad, téntica como la vida misma,
fotografía un arte»3. riqueza y textura en la en tanto que el montaje repro-
Ahora bien, no se debe luz, sin renunciar por duce nuestra normal manera
olvidar el concepto fuera de de ver».
ello a ciertas técnicas
campo. Es decir, lo que el es- En lo concerniente a la
pectador no ve y, a veces, que- actuales. plástica del montaje existe un
da insinuado por las miradas elemento imprescindible para
(y acciones) de los actores; o entenderla como es el raccord
sea, los límites de la pantalla (sentido de continuidad con
no se ajustan, en exclusiva, al cuadro de la respecto a la dirección, mirada, posición, ilu-
imagen. El cuadro conduce la mirada hacia el minación... que ha de tener los planos cuando
interior (mecanismo centrípeto), mientras que son sometidos a cambios).
la pantalla la dirige hacia el exterior (ejercicio El montaje nos deja abonado el terreno
centrífugo). La composición en sí es la estruc- para que sumemos una nueva reflexión. Ésta
tura invisible del plano y está repleta de imagi- hace referencia a que el cine es un arte que se
narias líneas horizontales, verticales, oblicuas, vale del tiempo de una forma muy particular
zigzagueantes... así como puntos, contrapun- (fraccionándolo, hacia delante o hacia atrás,
tos y otras fuerzas, además de aspectos estéti- dilatándolo...). Inclusive cabría añadir que es,
cos –como la luz y el color– que completan la junto a la música, el arte por excelencia del
estructura visible del cuadro, aparentemente tiempo. También el espacio en el cine es trata-
compuesta tan sólo por los personajes y el do con gran sutileza, pues mantiene un interés
decorado. constante por ofrecer la sensación de tridimen-

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sionalidad (sin olvidar que el cine es bidimen- del film). Además del cuerpo comunicativo
sional). El efecto tridimensional se consigue, a (monólogos, diálogos, voz en off, donde el na-
grosso modo, con una composición en la cual rrador no está presente en la acción, off screen,
se realcen las líneas en diagonales, los planos cuando el personaje dialoga desde fuera de
simétricos, planos cruzados, o bien el uso ade- cuadro...), así como a las pausas y silencios. A
cuado de la profundidad de campo. A este propósito de este último recurso el «cineurgo»
respecto A. Laffay (1973: 22) añade una ense- brasileño Alberto Cavalcanti (1957: 180) una
ñanza más sobre el asunto que nos detiene: «El de las figuras fundamentales de la Avant Garde
cine es un arte de la tercera dimensión. Para francesa y de la Escuela Documental inglesa,
darme esa sensación la cámara gira en torno a constató que «hablando del ruido, no debemos,
las cosas, sigue un instante a los personajes, aún, olvidar el silencio. Una pausa de la or-
fotografía tanto arriba como abajo, según inci- questa, enfatizando un momento dramático en
dencias a veces insólitas». una película, produce el efecto semejante al
Otro apartado en que interesaría, al menos, obtenido por Haendel con la pausa general,
detenernos un poco es el relacionado con lo casi al final de El Mesías, en el coro de «Halle-
meramente perceptivo. Entendámoslo como la luia». Pocos directores de cine, de esta forma,
acción de percibir, es decir, aquellas impresio- han usado las posibilidades del silencio, que
nes que, tras un proceso de depuración (donde puede corresponder dramáticamente al ruido
interfieren diversos elementos, aunque en cine más violento, o al negro más profundo de un
se tildan los vinculados con el audiovisual), cuadro con colores muy brillantes»4.
determinan nuestro entendimiento. Normal- El lenguaje cinematográfico ha hecho uso,
mente, la percepción en el cine se lleva a cabo a veces, de manera magistral del tiempo. Las
a través de la vista (imagen) y del oído (sonido incursiones al pasado han sido verdaderamente
que incluye diálogos, música y ruidos). La prodigiosas. A modo de ejemplo, valga recor-
forma de incidir en nuestros sentidos es variable. dar la película La mujer del cuadro (1944),
Es decir, mientras que vemos en torno a unos dirigida por Fritz Lang; un loable ejercicio que
40 ó 50 grados, oímos alrededor de los 360 gra- ha pasado a la historia del séptimo arte como
dos, sin olvidar de qué manera incide el peso de una obra para tener en cuenta. Estas irrupcio-
la imagen y cómo ésta adquiere mayor prota- nes narrativas al pretérito en cine reciben el
gonismo en una sala a oscuras. nombre de flash back (mientras que hacia el
Sin embargo, la distancia idónea para asis- futuro se llaman flash forward). Del teórico y
tir a una película (espectáculo ocular) es aproxi- profesor franco-norteamericano Nöel Burch
madamente de 5 ó 6 veces el diámetro de la (1979: 17), extraemos la siguiente reflexión: «Es
pantalla, de forma que obtendremos un área evidente, sin embargo, que el retroceso apare-
global de visión general. Y si nos sentáramos ce casi siempre en forma de flash back, pues así
tan sólo a la distancia de tres veces el diámetro como una elipsis puede cubrir muchos años,
de la pantalla estaríamos frente a un área de asimismo un retroceso puede hacernos remon-
visión secundaria (perderíamos información tar muchos años en lugar de algunos segun-
de arriba y abajo y de los laterales). Mientras dos».
que si lo hiciéramos, más o menos, una vez el Además, el tiempo cinematográfico tiene
diámetro de la pantalla resultaría estar en el otra particularidad, ya que éste se puede alar-
área de interés directo (reduciéndose conside- gar, dando como resultado lo que se conoce
rablemente nuestro espectro visual). En con- como la distensión temporal, se comprime (as-
trapartida, estamos sujetos a un sinnúmero de pecto conocido por la condensación temporal),
sonidos. Desde la música (con una capacidad o se puede adecuar al tiempo presente. Igual-
evocativa, descriptiva... inusitada), hasta rui- mente, otra singularidad del tiempo cinema-
dos y efectos especiales (parte imprescindible tográfico es la elipsis, recurso por el cual el es-

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pectador construye o reconstruye la historia da son unas indicaciones presentadas por el


gracias a irrupciones temporales, espaciales... profesor gaditano José Vassallo Parodi, cues-
Para finalizar este segundo apartado, ha- tionando la integración del cine en el aula y la
gamos un comentario a propósito de la ilumi- necesidad de haber maestros preparados para
nación y el apartado cromático de una película. el uso de este «instrumento pedagógico».
El blanco y negro, el gradiente del sombreado, • Del público: De las muchas definiciones
el uso de la gama de colores fríos o cálidos... que podríamos haber barajado, nos inclinamos
influye determinantemente en el discurso por introducir una llevada a cabo por Jacques
filmográfico. Una luz de con- Durand (1962: 51-52), ya que
traluz, una luz cenital, una ilu- la exposición que hace nos
minación tonal, o bien que el parece estar próxima a nues-
personaje acuda o se distancie tros criterios. Él lo define así:
del punto de luz, además del A raíz del invento del «Cada uno tiene una noción,
tamaño y número de los ma- cine la Humanidad al menos vaga, de lo que es el
nantiales lumínicos son, verda- contó con otra manera ‘público’: desde el productor,
deramente, aspectos impres- más para comunicar que le invoca como a un dios
cindibles para poder deco-
sus emociones. El tiem- misterioso y exigente, hasta el
dificar una película. En este espectador, que, en la oscuri-
sentido, Néstor Almendros po se encargó de que dad de la sala de proyección
(1983: 16) aclara que «la ten- éste madurara y desa- nota, al menos confusamente,
dencia de hoy parece sinteti- rrollara su propio len- la presencia de mil miradas
zar equilibradamente lo viejo guaje, a la vez que lo paralelas a la suya. Pero el es-
y lo nuevo. Aquellas luces di-
dotó de una identidad tadístico exige mayor preci-
rectas del blanco y negro de sión; tiene necesidad de con-
antes resultan ya intolerables singular. Aquel artilugio ceptos que se puedan medir,
en el cine en color (...). Hay de ferias, que congrega- definidos sin equívocos».
que aspirar a descubrir una ba principalmente a • De los libros: Igualmen-
atmósfera visual diferente y mujeres y niños, se te, no estaría de más en este
original para cada película y apéndice documental esbozar
determinó en llamar el algunos de los proyectos edu-
aun para cada secuencia, tra-
tar de obtener variedad, rique- «cine» y ha llegado a cativos que incluían la forma-
za y textura en la luz, sin re- convertirse en la sínte- ción audiovisual como ele-
nunciar por ello a ciertas téc- sis de las artes. mento del currículum. En pri-
nicas actuales». mer lugar, cabría hacer refe-
rencia a la propuesta de la
3. Del quién. A modo de apén- Unesco elaborada por J.M.
dice documental Peters. Para ello, se reproducen dos textos lo
Quizás este último epígrafe podría resultar suficientemente expresivos de su libro La edu-
un tanto impropio para un artículo de estas cación cinematográfica publicado en 1965: a)
consideraciones. No obstante, somos conscien- perteneciente al epígrafe «La educación cine-
tes de la necesidad de, al menos, comentar míni- matográfica, desde la escuela de párvulos hasta
mamente algo sobre «aquéllos» que hacen po- la Universidad»: «En los establecimientos de
sible que el cine posea el sentido que tiene: el enseñanza superior de los Estados Unidos, la
público. Asimismo, apuntar dos notas sobre educación cinematográfica la da en general
una propuesta de educación cinematográfica. una sección del Departamento de Bellas Artes.
La primera publicada por la Unesco (ubicán- Esta sección va encontrando poco a poco el
dolo dentro del contexto educativo); la segun- lugar que le corresponde en los programas;

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además, los estudiantes ruedan con gran fre- 4) Introducción de la educación cinematográ-
cuencia películas con fines muy diversos, o fica en los programas de enseñanza; la edu-
incluso administran su propia sala de cine. Para cación cinematográfica como actividad extra-
citar sólo unos cuantos ejemplos, la Universi- escolar.
dad de California (Los Ángeles) tiene un De- El siguiente libro es de Vassallo Parodi,
partamento de Artes Dramáticas en el que se titulado El cine en la enseñanza, publicado en
enseñan la técnica y la historia del cine, la Cádiz en 1962. Éste ofrece una visión un tanto
Universidad de Nueva York, un Departamento diferente al anterior, sin embargo, digna de ser
de Cine, Radio y Televisión, el Colegio Uni- mencionada. Asimismo, resulta novedoso para
versitario del Estado de Oregón, y la Universi- la fecha y la ciudad en que fue editado. En este
dad de Boston, un Departamento de Cine»; b) sentido, cabría hacer referencia al epígrafe:
Perteneciente al epígrafe «Proyecto de progra- «Proyecto para la creación de una escuela de
ma para la formación de profesores de educa- cine educativo» (Vasallo, 1962: 24) que, en
ción cinematográfica», donde se incluyen el cierta manera, justifica la necesidad de alfabe-
cine y la televisión, nociones generales sobre tizar con la imagen (educar con el cine). Algo
los medios visuales de información y de recreo: parecido a lo expresado en el entrecomillado al
1) Proyección social y cultural del cine y de inicio del presente artículo. «Si el cine es real-
la televisión. mente un eficaz medio de enseñanza, habrá que
2) Lugar del cine y de la televisión en la vida preparar al maestro para su utilización. Parece
de los jóvenes. lógico que la Escuela del Magisterio de Prima-
3) Efectos del cine y de la televisión sobre la ria tenga en el futuro un profesor encargado de
percepción, las ideas y la conducta de los esta misión orientadora que indique a los futu-
jóvenes. ros maestros la mejor forma de aprovechar en
Principios de la educación cinematográfica: la escuela tan moderno instrumento pedagógi-
1) El concepto de educación cinematográfi- co».
ca.
2) Educación cinematográfica y enseñanza Notas
1
en general. De la pintura y las artes gráficas heredó la luz, la sombra,
3) Resultados que cabe esperar de la educa- el sombreado, el gradiente del sombreado; el color; la pers-
pectiva; la composición... De la fotografía, el apartado téc-
ción cinematográfica. nico, además del ejercicio inusual de ver la realidad a
Nociones que han de enseñarse: través del visor... De la literatura, el ejercicio descriptivo,
1) Elementos y estructura del «lenguaje cine- el cuerpo comunicativo, los diálogos, los signos de pun-
matográfico». tuación convencionales, salvando que lo que antes había
que imaginar a través de la letra impresa, ahora se muestra
2) Principios de la estética cinematográfica. en la pantalla... Del teatro, las expresiones faciales, los
3) Elementos del contenido de las películas y gestos corporales, la actuación; en detrimento de la presencia
su evaluación crítica. física del actor, cabría aunar la capacidad de movimientos
4) Psicología del espectador cinematográfico. y puntos de vista de la cámara... De la música tomó su
participación del tiempo, el ritmo...
Métodos y posibilidades prácticas de la 2
AMAR, V. (1995): «Algunas consideraciones sobre el
educación cinematográfica: cine (I)», en Metrópolis, 1. San Fernando (Cádiz); 15.
3
1) Instrucción, discusiones, estudio de pelí- BALAZS, B. (s/d) Estética do filme. Río de Janeiro,
culas, ejercicios prácticos. Verbum. «No enquadramento, além de vermos a imagem,
temos também o sentido da nossa posição em relação a ela,
2) Producción de películas: redacción de isto e, o sentido da nossa posição em relação ao objeto
guiones, realización, toma de vistas, monta- filmado (...). Cada ângulo visual sobre o mundo implica
je, proyección. uma visão do mundo. Por isso o enquadramento da máquina
3) Adaptación de la educación cinematográ- de filmar corresponde a um interior emquadramento: e
nada é mais subjetivo do que o objetivo. Queira-se ou não,
fica a la edad y al desarrollo intelectual de los cada impressão, enquadrada, torna-se expressão. E, seja
alumnos.

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consciente ou intuitivo o processo, tanto basta para fazer EISENSTEIN, S. (1966): Teoría y técnicas cinemato-
da fotografia uma arte». gráfica. Madrid, Rialp.
4
CAVALCANTI, A.: Filme e realidade. Río de Janeiro, EISENSTEIN, S. (1982): Cinematismo. Buenos Aires,
Editora da Casa do Estudante do Brasil. «E, falando do Quetzal.
ruído, nao devemos ainda uma vez, esquecer o silêncio. GARCÍA JIMÉNEZ. J. (1993): Narrativa audiovisual.
Uma pausa da orquestra, pontuando um momento dra- Madrid, Cátedra.
mático num filme, produz efeito semelhante ao obtido por LAFFAY, A (1973): Lógica del cine: creación y espec-
Haendel com a pausa geral, quase no fim do Messias, no táculo. Barcelona, Labor.
côro de «Halleluia». Poucos diretores de filmes, no entanto, LINDGREN, E. (1954): El arte del cine. Madrid, Artola
têm usado as possibilidades do silêncio. Silêncio pode Editor.
corresponder dramàticamente ao ruído mais violento, ou MARTIN, M. (1992): El lenguaje del cine. Barcelona,
ao negro mais profundo de um desenho com as côres mais Gedisa.
brilhantes». ORTEGA, J.A. (1998): Comunicación audiovisual y tec-
nología educativa. Grupo Editorial Universitario.
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• Víctor Amar Rodríguez es coordinador del Grupo Comunicar en Cádiz y profesor de la


Universidad de Cádiz. Correo electrónico: victor.amar@uca.es

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