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Cuando señalo “de la mano de nuestros guías” me refiero a que necesitamos -en estricto
rigor- de su permiso. En este sentido, para abrir los registros de un consultante requerimos
su consentimiento (el de la persona) y el que nos dan sus guías. El consentimiento es
explícito, pues la persona dice “acepto”. Acto seguido el canalizador espera que los guías
accedan entregando la información, en forma de respuestas a las preguntas formuladas por
el consultante.
Nuestros guías son seres de luz inmaculada. Ellos nos han acompañado por innumerables
vidas, desde que fuimos un pensamiento en la mente del Todopoderoso. No existe en la
actualidad un acuerdo entre canalizadores acerca del momento en que sucede esta
maravillosa conexión que nos acompañará por siempre. Incluso cuando los seres avanzan
en su proceso evolutivo, alcanzando la maestría, sus maestros siguen acompañándolos.
Por decirlo de alguna manera romántica, ellos son seres nobles capaces de custodiarnos
más allá de nuestra voluntad y de si nos comunicamos o no con ellos.
Entre los guías es posible identificar arcángeles, como Miguel, Uriel y los otros ya
conocidos. Personajes de los textos sagrados como Abraham, Melquisedec, la Madre
María, Juan el Bautista, José de Arimatea y los apóstoles, entre otros. Además, una amplia
gama de maestros ascendidos de distintos momentos de la historia humana y de diversas
latitudes, como la Princesa de Orleans, Saint Germain, Madre Kuan Yin, Francisco de Asís,
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el mago Merlín, Sor Juana Inés de la Cruz, Santa Teresa de Jesús, etc. Por otro lado, los
hay de otras galaxias y planetas, con nombres peculiares y de razas ancestrales, como son
las mujeres lemurianas, los sabios de la Atlántida, reyes y príncipes del antiguo Egipto y
dioses griegos.
Las funciones de estos guías son básicamente dos: orientarnos frente a los caminos que
debemos tomar en nuestro ciclo en Gaia y protegernos frente a los peligros y amenazas del
mal. Respecto de lo primero, hay que considerar que ellos tienen una gran compenetración
con nuestras almas, son verdaderos amigos íntimos, que conocen todas nuestras verdades,
así es que nos enviarán señales, muy sutiles, a ratos menos sutiles, sobre las decisiones
que debemos tomar. Ellos respetan nuestro libre albedrío, así que las comunicaciones se
limitan a señales, en forma de recordatorios y alertas.
Antes de venir a este plano tú te reencontraste con ellos y les pediste señales claras cuando
llegases a alejarte del camino. Estas señales suelen ser de tres tipos:
-Primer aviso: suele presentarse como un artefacto de la casa que se estropea o una
pequeña molestia en una parte del cuerpo, donde nunca sentiste nada fuera de lo común.
También modificaciones en tu trabajo y reencuentros casuales con personas del pasado.
-Aviso importante: suele darse como una reiteración del primer aviso, pero más acentuado,
prolongado e intenso. Por ejemplo, un accidente con lesiones considerables, pérdidas de
dinero a raíz de robos, asaltos o estafas. A veces enfermedades crónicas, como la diabetes,
el párkinson, los ACV, las artritis y las fibromialgias. También inexplicables plagas en la
casa, pérdida o muerte de nuestras mascotas y malas rachas laborales de nuestros seres
más cercanos.
-La Llamada: Has llegado a un punto de no retorno y los guías te están invitando a
desencarnar. La misión no ha sido lograda o se ha alcanzado hasta donde tus esfuerzos
pudieron. En general entre dos años y seis meses antes reaparecen familiares y amigos,
se dan reuniones, comienzas a sentir armonía a tu alrededor. Te nacen ganas de transmitir
un legado. Quieres estar más tiempo solo y de aprovechar el tiempo disfrutando de la vida
y, especialmente, de la naturaleza.
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viva son ellos. Desde el año 1999 en adelante han comenzado a nacer niños índigos, cristal
y arcoíris, ellos son una generación de más alta vibración, así es que traen consigo el don
facilitado de comunicarse con sus guías.
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GUÍA #5
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