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N º 220 • L I M A ma r zo 2014 ARKINKA

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ARKINKA N º 220 • L I M A , ma r zo 2014
›› Arqueología
Por gabriel prieto
Ph.D. Candidate
Yale University

Chiquitoy
Prehispánico:
Monumentos Arquitectónicos
del extremo sur del
valle de Chicama,
Costa Norte del Perú

Figura 1: Hacienda de Chiquitoy.

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N º 220 • L I M A ma r zo 2014 ARKINKA

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l valle de Chicama es una de las regiones Museum at Harvard University, viene excavando
arqueológicas más ricas de la costa norte un extenso pueblo e iglesia del periodo Colonial
del Perú. Desde los tempranos trabajos Temprano del siglo XVI y XVII (Quilter et al. 2010).
realizados por Rafael Larco Hoyle quien identificó Otros proyectos arqueológicos ejecutados en
culturas como la Cupisnique y Salinar así como este valle incluyen el proyecto de investigación
su extenso trabajo sobre la cultura Moche (Larco en el sitio Moche de Licapa por Michele Koons y
2001), se pudo advertir la importancia de esta re- en la actualidad se viene investigando el impre-
gión. En este valle, también se encuentra uno de sionante complejo arqueológico de Mocollope
los más extensos asentamientos del periodo Líti- por Régulo Franco.
co o Pre-cerámico Temprano, denominado la so- A pesar de la riqueza arqueológica menciona-
ciedad “Paijanense” (12,000 B.P.) (Chauchat 1975). da, el valle de Chicama cuenta con varias decenas,
Sin embargo, el valle de Chicama es quizá más sino cientos de ‘huacas’ o pirámides truncas aso-
conocido hoy en día porque allí se encuentran ciadas a otros restos arquitectónicos de carácter
sitios arqueológicos que han sido extensamente monumental, doméstico, cementerios y sistemas
investigados como el Complejo Arqueológico El de irrigación. Numerosas prospecciones arqueo-
Brujo, que incluye Huaca Prieta (Pre-cerámico) y lógicas y reconocimientos en campo han dado
Huaca Cao (Moche) (Bird et al. 1985; Dillehay et al. cuenta de la abundancia de sitios en este valle
2012; Franco 2009). En éste último se descubrió la costeño, lo cual indica que fue un espacio geo-
tumba de una poderosa gobernante, sacerdotisa gráfico propicio para el desarrollo de sociedades
y miembro de la élite Moche. Del mismo modo, complejas (Larco 1945; Kosok 1965; Castañeda y
en el Complejo Arqueológico El Brujo, un proyec- Vega 1991; Russell et al. 1994).
to conducido por el actual director del Peabody

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Figura 2: Huaca Medano, vista desde el este.

En el presente artículo, queremos llamar la


atención de un área relativamente olvidada en
términos de investigación arqueológica en este
valle. Se trata del extremo sur del valle de Chica-
ma, el cual colinda a su vez con el extremo norte
del valle de Moche, convergiendo ambos en un
desierto coronado por el macizo cerro Campana.
Esta región es rica en restos arqueológicos los
cuales se concentran en cuatro sectores: a) a lo
largo del litoral que une ambos valles; b) en las
faldas y alrededores del cerro Campana; c) a lo
largo de varios caminos prehispánicos que unían
el valle de Moche con el de Chicama y d) en el
extremo sur o límite del valle de Chicama propia-
mente dicho. Este último sector es el motivo del
presente artículo.

El Pueblo de Chiquitoy Figura 3: Detalle de adobes de dos fases distintas en Huaca Medano.
Está ubicado en el extremo sur del valle de
Chicama y es la primera población si uno se apro-
xima desde el valle de Moche. Hoy en día es un
apacible pueblo agricultor donde el 90% de su
población se dedica a trabajar en las extensas
plantaciones de azúcar administrados por una
empresa local. Este pueblo mantiene en un mo-
derado estado de conservación un hermoso
edificio del periodo Colonial que muestra claras
remodelaciones de corte republicano (Figura 1).
En los exteriores de esta casa hacienda colonial-
republicana se puede observar establos con be-
llos ejemplares de caballos de paso peruano.

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›› En el presente artículo,
queremos llamar la atención de
un área relativamente olvidada
en términos de investigación
arqueológica en este valle. Se
trata del extremo sur del valle de
Chicama, el cual colinda a su vez
con el extremo norte del valle
de Moche, convergiendo ambos
en un desierto coronado por el
macizo cerro Campana.

Huaca Médano
Este edificio prehispánico es particularmente
interesante dado que se encuentra construido en
el flanco sur de un promontorio rocoso bajo en el
límite sur del valle de Chicama (Figura 2). Se trata
de una plataforma cuadrangular casi perfecta (53
x 52 metros) hecha íntegramente en adobes. Al
parecer, su fachada principal estuvo orientada al
sur con un acceso restringido que daba ingreso a
un sistema de patios y ambientes amplios hacia
el norte y este. Al igual que en Huaca de la Luna
en el valle de Moche, la Huaca Médano tiene una
plataforma elevada en su esquina noreste, que
está conformada por un patio central rodeado de
aproximadamente 20 ambientes más pequeños.
Posiblemente este patio y los ambientes sean el
resultado de una re-ocupación durante el perio-
Figura 4: Cerámica Moche IV de Huaca Medano. do Intermedio Tardío de la sociedad Chimú (Fi-
gura 3). Sin embargo, el sitio tanto por su forma
En las cercanías del pueblo de Chiquitoy, al como por los materiales asociados parece haber
menos tres sitios de carácter monumental, los tenido una ocupación primariamente Moche y
cuales fueron aparentemente construidos en di- luego fue vuelto a ocupar por los Chimú. Sobre
ferentes periodos prehispánicos, conforman el el particular, en el lado este de la plataforma de
núcleo arqueológico-monumental de esta zona. Huaca Médano existen unos montículos bajos,
Alrededor de ellos existen numerosos asenta- los cuales parecen haber sido parte de un ce-
mientos arqueológicos más pequeños así como menterio que ha sido intensamente huaqueado.
restos de caminos, murallas, obras de ingeniería Entre los restos dejados por los saqueadores, se
hidráulica prehispánicas y grandes conchales su- han registrado fragmentos de botellas finas con
perficiales, que parecen ser el resultado de acu- iconografía compleja, típicos de Moche IV (Figu-
mulación de desechos domésticos y de actividad ra 4). Inmediatamente al norte de la plataforma
artesanal en el pasado. noreste, se encuentra casi al mismo nivel el pro-

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›› Este monumento prehispánico es quizá


uno de los más espectaculares de toda la
costa norte del Perú. Lamentablemente
nunca ha sido excavado y por lo tanto
se desconocen detalles sobre su historia
ocupacional, usos, etc. Huaca Colorada es
muy familiar entre los habitantes del valle
de Chicama, pues se encuentra a la vera del
camino que antiguamente conectaba este
valle con la ciudad de Trujillo al sur.
Figura 7: Vista de sección de la muralla de adobes en las
inmediaciones de la Huaca Medano.

montorio rocoso, el cual presenta una superficie


aplanada. En algunos sectores se observan hoyos
cavados e intencionalmente trabajados por el
hombre, pero éstos últimos están cubiertos por
la arena acarreada por el paso de los años. En una
de las visitas realizadas por el autor de este articu-
lo con el Dr. Jeffrey Quilter, director del Peabody
Museum of Archaeology and Ethnology at Har-
vard University y otros colegas norteamericanos,
uno de ellos, el Dr. Jeffrey Frost, notó que tanto
al este como al oeste del promontorio rocoso
se podía apreciar lo que parece ser restos de un
camino ceremonial que partía o convergía en la
cima de este rasgo natural en medio del desierto
(Figura 5). Hacia el sector sur y suroeste de Huaca
Médano, parece extenderse un sector residencial,
el cual está densamente cubierto por la arena
acarreada por el viento (Figura 6).
Aproximadamente a unos 900 metros al este
Figura 5: Camino que converge o parte del promontorio rocoso junto a Huaca Medano. de Huaca Médano y cruzando la trocha carroza-
ble que es uno de los accesos al moderno pue-
blo de Chiquitoy, se registró vestigios de lo que
parece ser una muralla prehispánica. A diferencia
de las típicas murallas del periodo Intermedio
Tardío, hechas con piedra canteada y guijarros
de las quebradas, ésta está hecha íntegramente
de adobes de barro e incluso se encuentra en-
lucida (Figura 7). En su recorrido, se han hallado
fragmentos de cerámica de varios periodos, pero
ciertamente destacan aquellos del periodo Mo-
che (350-900 d.C.) y el periodo Transicional (900-
950/1000 d.C.) (Figuras 8 y 9). Un descubrimiento
que nos llamó mucho la atención fue la presencia
de un fragmento de una “porra emblemática” tí-
pica de la sociedad Moche y que se encuentra re-
presentada en la iconografía coronando edificios
importantes (Figura 10). Quizá esta muralla sea de
origen Moche al igual que Huaca Médano y pos-
Figura 6: Vista desde el norte en la cima de Huaca Medano. teriormente fue reutilizada por los Chimú. Sólo

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con excavaciones arqueológicas y un programa


de investigaciones podremos tener una idea más
clara del proceso ocupacional de estos vestigios.
Esta muralla se extiende por más de un kilómetro
en dirección suroeste y parece flanquear o delimi-
tar las faldas norte del cerro Piedra Parada. En su
recorrido se han observado plataformas, posibles
cementerios y otras estructuras arquitectónicas.

Huaca Colorada
Este monumento prehispánico es quizá uno
de los más espectaculares de toda la costa norte
del Perú. Lamentablemente nunca ha sido exca-
vado y por lo tanto se desconocen detalles sobre
su historia ocupacional, usos, etc. Huaca Colorada
es muy familiar entre los habitantes del valle de
Chicama, pues se encuentra a la vera del camino
que antiguamente conectaba este valle con la
ciudad de Trujillo al sur. El continuo transitar de Figura 8: Cerámica Moche y de estilos más tempranos hallada en las inmediaciones de la
mercaderes, campesinos, arrieros y viajeros ha muralla.
generado el surgimiento de múltiples leyendas
en torno a este edificio, desde que traga ‘huaque-
ros’ hasta que de sus entrañas salen becerros de
oro y carbunclos con bolas luminosas en su ca-
beza. Fue el acervo popular, quien nombró a este
sitio como “Colorada” debido a que según des-
cripciones tempranas, la fachada de este edificio
presentaba restos de enlucido de barro pintado
de color rojo, el cual lamentablemente se fue per-
diendo con el paso de los años hasta desaparecer
por completo.
Sin embargo, desde el punto de vista ‘arqueo-
lógico’ este sitio fue notado por primera vez por
Paul Kosok quien publica una foto aérea de la
zona (Kosok 1965). Posteriormente el sitio fue
investigado por el Profesor de la Escuela de Ar-
queología de la Universidad Nacional de Trujillo,
Francisco Seoane quien a la fecha ha sido el in-
Figura 9: Fragmento de Cerámica, tÍpico del Periodo Transicional, cerca de la muralla de
vestigador que ha recopilado la mayor cantidad
adobes.
de antecedentes e información sobre este monu-
mento, la cual esta condensada en su tesis univer-
sitaria (Seoane 2006).
Huaca Colorada es un edificio piramidal trun-
co inclinado y formado por tres cuerpos o plata-
formas superpuestas. La plataforma de base tiene
aproximadamente 67 x 67 metros, mientras que
el segundo cuerpo o plataforma tiene aproxima-
damente 46 x 50 metros y el último cuerpo o pla-
taforma tiene 30 x 36 metros (Figuras 11 y 12). Lo
que más llama la atención de esta gran pirámide
es que su ‘fachada’ se orienta al norte, con una
gran rampa central que conduce desde la super-
ficie hasta aparentemente la base de la segunda
plataforma del edificio, mientras que una gran
plaza amurallada se encuentra en la parte poste-
rior del edificio en vez de estar al frente del mismo
(Figura 13). Sin embargo, cabe indicar que en el
amplio espacio abierto frente a la fachada princi- Figura 10: Fragmento de porra emblemática posiblemente Moche hallada en las
pal de este edificio se pueden apreciar restos de inmediaciones de la muralla de adobes.

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›› Arqueología
enorme forado de más de 20 metros de diáme-
tro y una profundidad actual de 8 metros (Deli-
bes 2012). Obviamente el gran forado debió ser
más profundo, pero actualmente se encuentra
cubierto por el acumulamiento de tierra y arena
a lo largo de los siglos (Figura 14). El relleno ex-
traído de este gran forado fue descartado hacia
el frontis principal de la pirámide y su lado este.
En la actualidad aún se pueden apreciar cientos
de adobes que fueron parte de los rellenos que
conformaron la estructura de este edificio. Cabe
anotar que en base a las observaciones hechas
a partir de los forados de la fachada principal y
posterior del edificio, éste fue construido con el
sistema de rellenos de adobes.
La plaza ubicada en el sector posterior del edi-
ficio tiene un promedio de 152 metros de largo
por 112 metros de ancho y se encuentra subdivi-
dida en su extremo norte. Presenta un acceso res-
Figura 11: Vista general de la fachada de Huaca Colorada desde el noreste.
tringido en su muro oeste y al pie de la pirámide,
se observa una suerte de plataforma rectangular
baja. Al interior de la plaza se han registrado frag-
mentos de cerámica y algunos restos malacológi-
cos. Numerosas escorrentías han surcado la plaza
y han causado erosión del suelo en varios puntos
de la misma (Figura 15).
Hacia el oeste de la plaza (aproximadamente
85 metros) se ubica un camino prehispánico amu-
rallado posiblemente del periodo Intermedio Tar-
dío (Chimú) y que también fue utilizado durante
el Horizonte Tardío (Chimú-Inca e Inca). Actual-
mente se ha conservado un tramo de 2.10 km
donde se puede apreciar que el ancho promedio
de este camino fue de 10 metros. Es muy posible
que esta vía se asocie con el camino amurallado
que pasa por el lado este de Huanchaco, termi-
nando a una distancia de casi 3 km del Cerro La
Figura 12: Huaca Colorada desde la plaza posterior, zona sur.
Virgen, en el extremo norte del valle de Moche
(Beck 1979). En una oportunidad, el autor de esta
muros bajos de adobes y abundante material ce- nota recorrió a pie este camino. Si bien es cierto
rámico, lo que indica que bien puede haber más el segmento amurallado termina en la distancia
elementos arquitectónicos enterrados bajo la su- indicada, en el terreno se puede observar clara-
perficie actual del terreno y entre ellos los restos mente un sendero ancho, el cual al recorrerlo pre-
de una plaza. senta gran cantidad de fragmentos de cerámica,
Es difícil establecer si es que la rampa central desechos malacológicos y artefactos líticos. Este
continua hacia la tercera plataforma del edificio ‘sendero’ (de varios metros de ancho que parece
pues en este punto dicha área se encuentra cu- seguir una hondonada o cauce seco de río) se
bierta por un relleno arrojado en tiempos colo- extiende por los próximos 12.5 km, aproximada-
niales y porque además en este punto el ángulo o mente, para luego aparecer en el extremo sur del
inclinación/elevación del edificio se vuelve muy valle de Chicama como un camino formal amura-
empinado y resulta difícil creer que la rampa llego llado que es el que pasa cerca a Huaca Colorada.
hasta ese punto. Esta rampa tiene un largo pro- Es interesante que este camino presente material
medio de 50 metros de largo con un ancho de 3 a cerámico asociado a Salinar (200 a.C. – 100 d.C.),
5 metros y tuvo muros laterales bajos. Moche (350-900 d.C.), Chimú, Chimú-Inca (1100-
Desafortunadamente, un saqueo producido 1532 d.C.) e incluso Colonial (1532-1821 d.C.).
en el periodo Colonial destruyó la cima de esta Esto indica que al margen de la construcción ‘for-
pirámide. Una “compañía de huacas” excavó un mal’ con paredes en el extremo norte del valle de

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Figura 13: Vista


general de la gran
plaza posterior
desde la cima de
Huaca Colorada.

Moche (Huanchaco) y en el extremo sur del valle


de Chicama (Huaca Colorada), este camino debió
ser una ruta tradicional que unía a las poblacio-
nes de ambos valles desde mucho antes que Chi-
mú e incluso el Horizonte Medio. Cabe anotar que
este camino fue descrito hace muchos años, así
como los sitios asociados por Colleen Beck, quien
incluyó esta zona como parte de su tesis doctoral
(Beck 1979).
Cerca de Huaca Colorada, aproximadamente a
470 metros al noreste, se encuentra un promon-
torio rocoso en cuya base se han registrado ate-
rrazamientos asociados a canales de irrigación y
estructuras circulares de piedra. En el lado este
del mismo promontorio se han registrado dos
geoglifos, uno en forma de grecas rectangulares
y otro de forma rectangular. Desde la cima de este
Figura 14: Nótese el gran forado central y los cientos de adobes dispersos, Huaca Colorada. promontorio rocoso se puede tener una vista ge-
neral del valle de Chicama hacia el norte, el litoral
hacia el oeste, las montañas hacia el este y las ex-
tensas pampas eriazas hacia el sur y suroeste. Es
muy posible que este promontorio rocoso haya
jugado un papel importante en la planificación
de las obras hidráulicas que a continuación pre-
sentaremos.
En el sector al sureste de Huaca Colorada se
registró un acueducto que es parte de una red
hidráulica hasta hace poco ignorada por los ar-
queólogos. Si bien es cierto Colleen Beck regis-
tró este sitio como parte de su reconocimientos
de zonas arqueológicas asociadas a los caminos
prehispánicos de las inmediaciones, el sistema hi-
dráulico en cuestión nunca ha sido mencionado
ni descrito en la literatura arqueológica, mucho
menos investigado. El 2007 pudimos definir la
presencia de este canal que está conservado en
Figura 15: Nótese el acarreo eólico y la erosión del suelo en la plaza de Huaca Colorada. un tramo de 5 km, el cual viene del noreste y se

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Figura 16:
Acueducto al este
de Huaca Colorada.

dirige hacia el sur para luego girar hacia el suroes- campos fueron utilizados, irrigados y sembrados
te en dirección a las pampas eriazas que separan en el pasado (Risco 2013).
el valle de Chicama del valle de Moche. El canal El canal en cuestión se pierde en las pampas
recorre el flanco norte de los Cerros Piedra Parada eriazas ubicadas al sur, justo por donde pasa hoy
y las faldas bajas del sector oeste del cerro Cam- en día una quebrada. Exploraciones con GRP
pana. El acueducto, se encuentra a casi 1 km de (Ground Penetrating Radar) podrían ayudar a de-
distancia de Huaca Colorada y es muy posible que terminar la presencia y de ser el caso el recorrido
ambas estructuras estén asociadas. Este acueduc- de este canal. Lo que nos parece más interesante
to tiene un largo de 235 metros, una base de casi es que se trate de un sistema de irrigación para-
20 metros y el canal que pasa un ancho de 2 a 4 lelo al famoso canal Inter-valle de La Cumbre, el
metros (Figura 16). Todo el canal estuvo revesti- cual pasa por el otro flanco del Cerro Campana,
do de piedra y barro, y hay indicios que sugieren transportando agua del valle de Chicama al valle
que la estructura que soporta el acueducto estu- de Moche (Moseley y Deeds 1982). Este último
vo aterrazada con piedras y muros de retención. sistema fue construido durante la hegemonía de
A 230 metros al este del acueducto pasa uno la sociedad Chimú y parecería ser más tardío que
más pequeño, el cual parece que es más antiguo el que hemos descrito.
que el que venimos describiendo. En las pampas A manera de hipótesis, nos gustaría proponer
que rodean el acueducto se han registrado por que el sistema de irrigación cerca de Huaca Co-
lo menos 14 acequias regadoras que parten del lorada fue una red hidráulica construida por los
canal que pasa por el acueducto y posiblemente mismos constructores que edificaron este mo-
irrigaban o pretendieron irrigar las pampas que numento, posiblemente la sociedad Lambaye-
hoy lucen desiertas. Es posible que existan más que, quienes, en su afán de ganar más tierras de
canales y acequias, pero la gran cantidad de are- cultivo, construyeron un centro ceremonial de la
na acarreada por el viento ha cubierto muchas de envergadura de Huaca Colorada y al mismo tiem-
estas estructuras. Es posible que aún existan los po desarrollaron un sistema de irrigación para
campos de cultivo propiamente dichos, los cuales sembrar las tierras aledañas. Si esta propuesta
serían muy valiosos para la ciencia arqueológica. tiene sentido, estaríamos ante un caso excepcio-
En este sentido, Lorenzo Risco, licenciado en ar- nal para demostrar que los sistemas de irrigación
queología de la Universidad Nacional de Trujillo, expansivos como el aquí descrito, estaban fuer-
realizó un trabajo multidisciplinario en los cam- temente ligados y asociados al control religioso
pos de cultivo prehispánicos Chimú de la zona y al desarrollo de ceremonias y actividades que
norte de Huanchaco, determinando elementos legitimaban el poder de las élites prehispánicas
fehacientes que permiten concluir que dichos costeñas.

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(Lambayeque) en los valles al sur de su foco de


origen (Carol Mackey, comunicación personal
2013).

Chiquitoy Viejo
Este sitio es quizá el único que ha sido inves-
tigado arqueológicamente en esta zona del valle
de Chicama. En la década de 1970, fue excavado
como parte del Proyecto Chan-Chan, valle de
Moche por Geoffrey Conrad (1977), quien pudo
definir una ocupación colonial, Inca, Chimú Inca
y Chimú. De hecho, documentos etnohistóricos
mencionan que en el “tambo de Chiquitoy” el
conquistador Francisco Pizarro se hospedó y re-
cibió noticias de los acontecimientos ocurridos
en los valles de Chicama y Moche durante la in-
vasión y conquista Inca (Ramírez 1995). Así, este
sitio se configura como uno de los edificios ‘histó-
Figura 17: Detalle del edificio central en Chiquitoy Viejo.
ricos’ donde sabemos que Francisco Pizarro y su
grupo estuvieron por un tiempo.
Chiquitoy Viejo es un típico edificio Chimú el
cual parece haber sido fortificado en dos etapas.
Una primera etapa corresponde a un edificio o
plataforma central con múltiples habitaciones,
patios, accesos, ventanas, etc., rodeado por un
espacio abierto que estuvo cercado por un muro
de adobes de 150 metros de largo x 91 metros de
ancho (Figura 17). El espacio libre entre el edificio
y los muros parece haber funcionado como una
gran plaza, así como para contener espacios ar-
quitectónicos menores y hasta pequeñas huertas
alimentadas con canales que vienen del noreste.
En una segunda etapa, el primer complejo cerca-
do fue encerrado por una muralla más grande,
dejando un espacio aproximado de 65 metros a
cada lado y un fondo libre de construcciones de
Figura 18: Detalle de la muralla externa de Chiquitoy Viejo. casi 140 metros. Así, la segunda cercadura tiene
un área de 300 metros de largo por 225 metros
de ancho y una altura conservada de aproxima-
Huaca Colorada guarda muchas semejanzas damente 10 metros (Figura 18). En los espacios
arquitectónicas con edificios de carácter ceremo- libres entre cercadura y cercadura, se pueden
nial registrados en el valle de Lambayeque, los observar en la actualidad principalmente cam-
que a su vez están relacionados a la sociedad del pos de cultivo prehispánicos, áreas de descarte
mismo nombre. Entre estas características des- de alimentos y un cementerio que ha sido fuer-
tacan la rampa central y la forma cuadrangular y temente saqueado. Al parecer el espacio entre las
trunca de las pirámides, lo que difiere del patrón cercaduras del sector este pudo haber tenido ele-
arquitectónico precedente de la sociedad Moche mentos arquitectónicos, pero la vegetación hace
(Shimada 1995). En el valle de Chicama se han imposible poder determinarlo con más claridad.
hallado múltiples contextos y sitios asociados a la Fotografías aéreas tempranas muestran cla-
sociedad Lambayeque (Franco y Gálvez 2005) por ramente cómo el camino prehispánico que pasa
lo que no sería de extrañar que Huaca Colorada junto a Huaca Colorada pasa también inmedia-
pertenezca o haya sido construida por esta socie- tamente al norte de Chiquitoy Viejo y se asocia a
dad. Lo interesante del caso, es que como ya han otras estructuras menores de posible fábrica Inca.
indicado otros investigadores, no se observa este En Chiquitoy Viejo se han encontrado restos
patrón arquitectónico de carácter monumental al de enlucido con pintura de color amarillo y rojo,
sur de Huaca de Colorada. Es decir, este edificio es así como tal vez los únicos restos de hornacinas
como una “línea en la arena” que marca el límite Inca en esta zona de la costa norte del Perú (Fi-
con arquitectura monumental de esta sociedad guras 19 y 20). A pesar de haber sido objeto de

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Figura 19: Detalle
de las hornacinas y
ventanas de factura
Inca en Chiquitoy
Viejo.

›› El simple hecho de que exista


una conexión histórica de este
sitio en el marco de los múltiples
sucesos que ocurrieron en los
primeros años de la conquista
española permite suponer que
el sitio es clave para entender
las relaciones entre las élites
Inca, Chimú y los primeros
conquistadores españoles.

un continuo saqueo desde el periodo Colonial,


Chiquitoy Viejo aún guarda muchos secretos y
preguntas por resolver. El excelente estado de
preservación de sus paredes es un laboratorio
expuesto para arqueólogos y otros especialistas
que están interesados en temas relacionados a
ingeniería constructiva prehispánica. El simple
hecho de que exista una conexión histórica de
este sitio en el marco de los múltiples sucesos que
ocurrieron en los primeros años de la conquista
española permite suponer que el sitio es clave
Figura 20: Detalle de pared con enlucido de color amarillo,
para entender las relaciones entre las élites Inca, Chiquitoy Viejo (2).
Chimú y los primeros conquistadores españoles.
de la posible muralla de adobes cercando el cerro
Discusión Piedra Parada y subsecuentemente protegiendo
La breve descripción de tres sitios monumen- el valle de Chicama por el sur. ¿Acaso son estos
tales en el extremo sur del valle de Chicama, así sitios evidencia de esos momentos de tensión y
como otros sitios asociados, indican la importan- al mismo tiempo testigos de la situación política
cia de iniciar trabajos de investigación en esta y social de ambos valles hacia el 650 después de
zona. En primer lugar, el área es propicia para Cristo?
entender los mecanismos de relaciones sociales, Por otro lado, la presencia de Huaca Colorada
políticas y económicas entre los valles de Moche y el sistema de irrigación descrito son un enigma
y Chicama, al menos desde el periodo Moche. sin resolver. ¿Se trata acaso de una estrategia de
Recientes trabajos han demostrado que Larco es- la sociedad expansiva Lambayeque para reclamar
tuvo en lo correcto al proponer que para la fase ‘derechos’ de explotación agrícola en esa zona y
Moche IV hubo un estado “expansivo”. Obviamen- por consiguiente de expansión territorial en este
te éste no se dio en la forma tal como Larco ideó sector del valle? Claramente los Lambayeque lle-
en la década de 1930, pero ciertamente hubo una garon e influenciaron con su ideología y control
corta hegemonía del centro urbano de Huacas político el valle de Chicama, pero esto no es tan
de Moche sobre el valle de Chicama y Virú hacia claro para el valle de Moche, donde en paralelo
el 650-750 o quizá hasta el 850 después de Cris- existía el poderoso y cada vez más influyente es-
to. Detalles más precisos sobre el estado de la tado Chimú. ¿Qué serie de acontecimientos pu-
cuestión se puede encontrar en Quilter y Koons dieron ocurrir para que Lambayeque que había
(2012). Lo que importa en este artículo es estable- ‘avanzado’ hasta el límite sur del valle de Chicama
cer cuál fue el rol de Huaca Médano en este con- sea luego derrotada por Chimú y éstos últimos
texto, al ser el asentamiento Moche más ‘sureño’ terminen controlando su territorio nuclear has-
de los Moches de Chicama y cuál fue la función ta la llegada de los incas, varios siglos después?

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Nuevamente los trabajos arqueológicos en Huaca Viejo jugó un papel fundamental en la transición
Colorada y el sistema de irrigación son cruciales de ambos momentos históricos. Ciertamente ex-
-a mi entender- para aproximarnos a la proble- cavar un sitio donde sabemos que estuvo Francis-
mática de la expansión Chimú hacia el norte. Del co Pizarro y lo que allí hizo sería una aventura no
mismo modo, nos permitiría entender la relación sólo para la ciencia, sino para el país entero por lo
templo-agricultura de tipo estatal, en tanto y en que ello significa y representa.
cuanto es muy posible que ambos proyectos se Esta zona ofrece múltiples posibilidades de
hayan dado en paralelo (construcción de Huaca tipo científico, turístico y de desarrollo con inclu-
Colorada y el sistema de irrigación de Piedra Pa- sión social. Está en manos del Estado y de las au-
rada). toridades competentes sumar esfuerzos para no
Finalmente, esta zona es también crucial para perder ni un centímetro de evidencia y como se
entender la transición Chimú-Inca y de ésta a la ha parafraseado en algún lugar: desarrollar ‘ideas
Colonial. Chiquitoy Viejo y las construcciones creativas’ para llevar de la mano el tan llamado
aledañas son clave para entender la transición desarrollo económico, pero también el educativo
entre la conquista Inca y todo lo que ello debió y cultural, manteniendo el legado arqueológico
suponer. Existen múltiples datos etnohistóricos, e histórico que nos pertenece no sólo a los pe-
leyendas y pasajes de historias perdidas que na- ruanos actuales, sino a esos varios millones que
rran de una u otra forma cómo es que Chiquitoy están por venir.

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