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siguiendo una serie de pasos bien definidos. De este modo, se puede comprobar que la
información conseguida es verdadera, ya que es verificable mediante un experimento que
reproduzca las condiciones anteriores que han servido para llegar a un conocimiento concreto.
Cualquier ejemplo de método científico deberá seguir una serie de pasos concretos, que serán los
que determinen su carácter de científico y no de otra forma de conocimiento.
A pesar de lo que pueda parecer en un principio, un ejemplo de método científico no tiene que
ser, necesariamente muy complicado. De hecho, si lo aplicaciones a una realidad cercana y
perfectamente tangible, veremos que el estudio de la realidad mediante la ciencia es mucho más
sencillo de lo que pueda parecer.
Según el tipo de ciencia y el campo en el que nos encontremos, podrán ser más o menos. Sin
embargo, en todos los casos, siempre estaremos ante una estructura que deberá contar con, al
menos cinco pasos:
Observación: Hace referencia a una realidad que es contemplada y que se quiere estudiar o
comprender.
Hipótesis: Es una idea que se formula y que podría ser una posible explicación de la observación
llevada a cabo.
Experimentación: Consiste en llevar a cabo los experimentos que sean necesarios para
comprobar o refutar la hipótesis.
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astronomía
Teoría: De cada a los experimentos realizados, se elaborará una teoría que debería explicar la
situación observada y que se basará en la hipótesis más probable.
Imaginemos que llegamos un día a casa y, al ir a encender al televisión, esta no responde. ¿Cómo
aplicaríamos el método científico?
Observación: La observación en este caso se haría respecto del propio aparato de televisión y
del mando a distancia que no hace que se encienda. Observaríamos todo lo relativo al objeto en
cuestión que queremos estudiar: su estado físico, las conexiones de los cables, si el mando a
distancia tiene pilas, si hay electricidad en el resto de la casa, etc.
Hipótesis: Tras haber realizado las observaciones pertinentes, formularíamos las hipótesis
probables. Debido a que la televisión sí que está conectada al enchufe y que el resto de la casa sí
que tiene electricidad, deducimos que el fallo que hace que no se encienda tiene que estar o bien
en las pilas del mando a distancia, o en el propio aparato de televisión o en el mando a distancia.
Teoría: A partir de los resultados de los experimentos, elaboraríamos una teoría que
contemplase toda la información de la que disponemos. Si después de hacer todos los
experimentos anteriormente mencionados la televisión sigue sin encenderse, podremos descartar
que el fallo esté en la caja de la televisión o en las pilas del mando a distancia. Por lo que, parecerá
probable, que el fallo deberá estar en el propio mando a distancia o en algún componente de la
caja que no esté relacionado con el botón de encendido.