Según el Massachusetts Institute of Technology (MIT), hay una nueva pandemia al
acecho y será psicosocial. Los efectos del confinamiento, como del contagio, y las secuelas que dejará el Covid -19 bien en las personas que lo han padecido, o bien en las que simplemente se han visto confinadas, serán muchos. Sin hablar de aquellos asociados a los que perdieron seres queridos sin elaborar el luto, o que tuvieron que trabajar bajo altos niveles de estrés y asumir procedimientos contra su propia preferencia personal.
Problemas de integración al trabajo y conflicto con medidas adoptadas por cada
Medidas para la prevención de problemas psicológicos:
Se recomienda elaborar planes integrales de actuación que den coherencia
a las actividades preventivas, frente a acciones descoordinadas que puedan ofertarse desde distintos agentes y que pueden llegar a tener efectos iatrogénicos. Es recomendable realizar campañas informativas dirigidas al conjunto de la población, destinadas a enseñar a identificar señales que puedan indicar la necesidad de ayuda psicológica profesional. Se aconseja la realización de estudios de seguimiento de casos de riesgo que proporcionen información sobre la evolución temporal del malestar emocional y de los síntomas específicos. Se recomienda implementar acciones preventivas del agravamiento psicológico de la sintomatología que se ha detectado en este estudio. Se considera que las mejores opciones metodológicas para estas acciones preventivas son los programas de prevención secundaria y terciaria, dirigidos a población que presenta indicadores de un deterioro psicológico, por su eficiencia en este contexto respecto a la prevención primaria. Los ámbitos de prevención han de abarcar el contexto comunitario, detectando focos de actuación dentro de la red social de los ciudadanos. Se aconseja la integración de servicios y recursos del sistema sanitario especializado en salud mental junto a equipos de los centros de investigación, que proporcionen sinergias en la combinación de metodología y asistencia clínica. Es recomendable dotar de más personal para la atención psicológica cualificada en lugares críticos donde se prevé que exista en el futuro próximo mayor necesidad de apoyo psicológico: centros geriátricos, unidades de cuidados intensivos, centros de atención primaria, y centros escolares, entre otros. Medidas específicas para grupos de mayor vulnerabilidad Personas con familiares fallecidos: en España en el momento de redactar este informe hay oficialmente más de 27.000 defunciones debidas a la COVID-19. Por las circunstancias del estado de alerta no ha sido posible realizar funerales ni otros rituales que favorezcan la despedida de los seres queridos. El proceso de duelo normal se complica en estos casos, pudiendo derivar en un duelo patológico. Extendiendo a la familia extensa con un promedio de cuatro familiares cercanos por cada fallecido, son más de 100.000 personas las que podrían presentar problemas de complicación en el duelo en los próximos meses. Se recomienda: A. informar a la población sobre el proceso de duelo. B. detectar casos de mayor riesgo. C. facilitar pautas para realizar este proceso de duelo y D. ofertar ayuda profesional en los casos complicados. Personal sanitario: el alto estrés experimentado en poco tiempo por este colectivo que ha estado en primera línea de atención puede originar problemas crónicos, incluyendo inestabilidad emocional y sensación de estar quemado. Se recomienda por lo tanto hacer un seguimiento del personal sanitario y ofertar recursos terapéuticos específicos. Población infantil: por su maduración cognitiva y capacidad de afrontamiento, los niños y adolescentes son una población con mayor vulnerabilidad. Puede afectarles de manera particular todas las anomalías derivadas de la pandemia, y más directamente el estrés familiar y los cambios en la escolaridad, en lo concerniente a su formación y a su socialización. Otros colectivos que han tenido un papel activo y de alta demanda durante el confinamiento deben también ser objeto de seguimiento de su estabilidad emocional, incluyendo fuerzas de seguridad, personal de emergencias y aquellos que por su ocupación han debido permanecer especialmente activos y enfrentarse a una importante dosis de estrés durante la crisis sanitaria. Medidas de formación específica dirigida a los profesionales Aunque el tratamiento de las patologías derivadas del confinamiento y el estrés por la pandemia en general son comunes (principalmente problemas de ansiedad y del estado de ánimo) y los profesionales de la salud mental tienen competencias para su abordaje, dado lo novedoso de la situación, se recomienda diseñar e implementar planes de formación continua dirigidos a profesionales que han de atender a las personas que presenten demandas de asistencia en los meses siguientes al confinamiento. Los profesionales de atención primaria están siendo un primer punto de acceso y detección al sistema sanitario de casos con sospecha de COVID- 19. Es recomendable que médicos y resto de personal de atención primaria reciba formación específica para la detección de problemas emocionales derivados de la pandemia, que pueden presentarse con síntomas difusos en forma de malestar general o problemas somáticos inespecíficos. https://www.ub.edu/web/ub/ca/menu_eines/noticies/docs/Consecuencias_psicologi cas_COVID-19.pdf