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INSTITUTO DE ESTUDIOS SUPERIORES DE CHIAPAS

EN TAPACHULA (IESCH)
“UNIVERSIDAD SALAZAR”

Licenciatura:
ENFERMERÍA

Asignatura:
PROCESO DE ENFERMERIA ONCOLOGICA.

Docente:
L.E. ANA PATRICIA MARROQUIN PEREZ.

Trabajo:
FISIOPATOLOGIA Y EPIDEMIOLOGÍA DEL CÁNCER

Alumna:
FABIOLA GONZÁLEZ DE LOS SANTOS
OCTAVO CUATRIMESTRE
SABÁDOS

TUXTLA GUTIERREZ CHIAPAS; 18 DE SEPTIEMBRE DE 2020.


FISIOPATOLOGIA DEL CÁNCER.

Cáncer es el nombre que se da a un conjunto de enfermedades relacionadas. En todos los tipos de


cáncer, algunas de las células del cuerpo empiezan a dividirse sin detenerse y se diseminan a los
tejidos del derredor.

El cáncer puede empezar casi en cualquier lugar del cuerpo humano, el cual está formado de
trillones de células. Normalmente, las células humanas crecen y se dividen para formar nuevas
células a medida que el cuerpo las necesita. Cuando las células normales envejecen o se dañan,
mueren, y células nuevas las remplazan.

Sin embargo, en el cáncer, este proceso ordenado se descontrola. A medida que las células se
hacen más y más anormales, las células viejas o dañadas sobreviven cuando deberían morir, y
células nuevas se forman cuando no son necesarias. Estas células adicionales pueden dividirse sin
interrupción y pueden formar masas que se llaman tumores.

Muchos cánceres forman tumores sólidos, los cuales son masas de tejido. Los cánceres de la
sangre, como las leucemias, en general no forman tumores sólidos.

Los tumores cancerosos son malignos, lo que significa que se pueden extender a los tejidos
cercanos o los pueden invadir. Además, al crecer estos tumores, algunas células cancerosas
pueden desprenderse y moverse a lugares distantes del cuerpo por medio del sistema circulatorio
o del sistema linfático y formar nuevos tumores lejos del tumor original.

Al contrario de los tumores malignos, los tumores benignos no se extienden a los tejidos cercanos
y no los invaden. Sin embargo, a veces los tumores benignos pueden ser bastante grandes. Al
extirparse, generalmente no vuelven a crecer, mientras que los tumores malignos sí vuelven a
crecer algunas veces. Al contrario de la mayoría de los tumores benignos en otras partes del
cuerpo, los tumores benignos de cerebro pueden poner la vida en peligro.
Las células cancerosas difieren de las células normales de muchas maneras que les permiten
crecer sin control y se vuelven invasivas. Una diferencia importante es que las células cancerosas
son menos especializadas que las células normales. Esto quiere decir que, mientras las células
normales maduran en tipos celulares muy distintos con funciones específicas, las células
cancerosas no lo hacen. Esta es una razón por la que, al contrario de las células normales, las
células cancerosas siguen dividiéndose sin detenerse.

Además, las células cancerosas pueden ignorar las señales que normalmente dicen a las células
que dejen de dividirse o que empiecen un proceso que se conoce como muerte celular
programada, o apoptosis, el cual usa el cuerpo para deshacerse de las células que no son
necesarias.

Las células cancerosas pueden tener la capacidad para influir en las células normales, en las
moléculas y en los vasos sanguíneos que rodean y alimentan las células de un tumor una zona que
se conoce como el microambiente. Las células cancerosas, con frecuencia, son también capaces de
evadir el sistema inmunitario, una red de órganos, tejidos y células especializadas que protege al
cuerpo contra infecciones y otras enfermedades. Aunque ordinariamente el sistema inmunitario
elimina del cuerpo las células dañadas o anormales, algunas células cancerosas son capaces de
"esconderse" del sistema inmunitario.

Los tumores pueden también usar el sistema inmunitario para seguir vivos y crecer. Con la ayuda
de algunas células del sistema inmunitario que impide ordinariamente una respuesta
inmunitaria descontrolada, las células cancerosas pueden de hecho hacer que el sistema
inmunitario no destruya las células cancerosas.

El cáncer es una enfermedad genética es decir, es causado por cambios en los genes que controlan
la forma como funcionan nuestras células, especialmente la forma como crecen y se dividen.
Los cambios genéticos que causan cáncer pueden heredarse de los padres. Pueden suceder
también en la vida de una persona como resultado de errores que ocurren al dividirse las células o
por el daño del ADN causado por algunas exposiciones del ambiente. Las exposiciones ambientales
que causan cáncer son las sustancias, como los compuestos químicos en el humo de tabaco y la
radiación, como los rayos ultravioletas del sol.
El cáncer de cada persona tiene una combinación única de cambios genéticos. Conforme sigue
creciendo el cáncer, ocurrirán cambios adicionales. Aun dentro de cada tumor, células diferentes
pueden tener cambios genéticos diferentes.

En general, las células cancerosas tienen más cambios genéticos, como mutaciones en el ADN, que
las células normales. Algunos de estos cambios pueden no estar relacionados con el cáncer;
pueden ser el resultado del cáncer y no su causa.

Causantes de cáncer.
Los cambios genéticos que contribuyen al cáncer tienden a afectar tres tipos principales de genes:
protoncogenes, genes supresores de tumores y genes reparadores del ADN. Estos cambios se
llaman a veces causantes de cáncer.

Los protoncogenes se dedican al crecimiento y división celular normal. Sin embargo, cuando estos
genes se alteran en ciertas maneras o son más activos de lo normal, ellos pueden convertirse en
genes causantes de cáncer (u oncogenes), al permitir a las células que crezcan y sobrevivan
cuando no deberían.

Los genes supresores de tumores se dedican también a controlar el crecimiento y la división


celular. Las células con algunas alteraciones en los genes supresores de tumores pueden dividirse
en una forma sin control.

Los genes reparadores del ADN se dedican a arreglar un ADN dañado. Las células con mutaciones
en estos genes tienden a formar mutaciones adicionales en otros genes. Juntas, estas mutaciones
pueden causar que las células se hagan cancerosas.

El cáncer se disemina

Un cáncer que se ha diseminado desde el lugar en donde empezó primero a otras partes del
cuerpo se llama cáncer metastásico. El proceso por el cual las células del cáncer se diseminan a
otras partes del cuerpo se llama metástasis.
El cáncer metastásico tiene el mismo nombre y el mismo tipo de células cancerosas que el cáncer
original o primario. Por ejemplo, el cáncer de seno, o mama, que se disemina a los pulmones y
forma un tumor metastásico se llama cáncer metastásico de seno y no cáncer de pulmón.

Al observarlas al microscopio, las células del cáncer metastásico tienen en general el mismo
aspecto que las células del cáncer original. Además, las células del cáncer metastásico y las células
del cáncer original tienen de ordinario algunas características moleculares en común, como la
presencia de cambios específicos en el cromosoma.

Los tumores metastásico pueden causar un grave daño al funcionamiento del cuerpo, y la mayoría
de la gente que muere por cáncer muere por enfermedad metastásica.

EPIDEMIOLOGIA

El término cáncer engloba a un grupo de más de 100 diferentes tipos de la enfermedad tiene
como característica principal el rápido y desordenado crecimiento de células anormales. Son
padecimientos crónico-degenerativos, sus incidencias y tasas de mortalidad tienden a
incrementarse con la edad, sexo y raza. El cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial y
se identifican cinco tipos de cáncer responsables del mayor número de fallecimientos.

• Cáncer pulmonar (1,69 millones de muertes)

• Cáncer hepático (788 000 defunciones)

• Cáncer colorrectal (774 000 muertes)

• Cáncer gástrico (754 000 defunciones)

• Cáncer de mama (571 000 muertes)

Al menos un tercio de todos los casos de cáncer pueden prevenirse. La prevención constituye la
estrategia a largo plazo más costo eficaz para el control del cáncer.
Debido a la relevancia epidemiológica del cáncer el 4 de febrero de cada año se conmemora el día
mundial contra el cáncer, el cual tiene como objetivo disminuir muertes por causa del cáncer y
fomentar acciones preventivas.

Según datos estadísticos del INEGI EN 2019 la mortalidad por tumores malignos en población de 0
a 17 años que se presentan en la infancia y adolescencia son de ocurrencia repentina, las
leucemias son la principal causa de cáncer en la infancia a nivel mundial.

1.- Cáncer de órganos hematopoyéticos

2.- Cáncer de encéfalo y otras partes del sistema nervioso central.

3.- Cáncer de huesos y cartílagos articulares.

4.- Cáncer de tejido linfático.

5.- Cáncer de tejidos mesoteliales y de los tejidos blandos.

Mortalidad por tumores malignos en la población de 18 a 29 años. Los cánceres que se presentan
en adultos jóvenes menores de 25 años son más comunes las leucemias y los linfomas, mientras
que entre los de 26 a 29 años se observan cánceres cervicales, de mama y colon, cuya tendencia
se incrementa con la edad.

1.- Cáncer de órganos hematopoyéticos

2.- Cáncer de testículo u ovario

3.- Cáncer de órganos digestivos

4.- Cáncer de tejido linfático

5.- Cáncer de encéfalo y partes del SNC


Mortalidad por tumores malignos en población de 30 a 59 años, comienzan a hacerse presentes
aquellos tumores relacionados a factores de riesgo asociados a estilos de vida no saludables o en
su caso heredo familiares.

1.- Cáncer de órganos digestivos

2.- Cáncer de órganos genitales femeninos

3.- Cáncer de mama.

4.- Cáncer de órganos hematopoyéticos.

5.- Cáncer de órganos respiratorios e intratorácicos.

Mortalidad por tumores malignos en población de 60 años y más. Factores como cambios
fisiológicos, una protección inmune disminuida, un mayor tiempo de exposición a agentes
cancerígenos o factores de riesgo, desajustes hormonales, dietéticos y metabólicos y la interacción
de comorbilidades (diabetes, hipertensión o problemas renales), aumenta el riesgo de padecer
cáncer entre las personas de edad y su detección tiende a ser tardía.

1.- Cáncer en órganos digestivos.

2.- Cáncer en órganos genitales masculinos.

3.- Cáncer en órganos respiratorios e intratoracicos.

4.- Cáncer en órganos genitales femeninos

5.- Cáncer de mama.

PREVENCIÓN PRIMARIA: VIDA SALUDABLE


Es el tipo de prevención más eficaz contra el cáncer. Se trata de modificar los hábitos de vida
eliminando los factores de riesgo. Sabemos que la combinación de una serie de factores de riesgo
ambientales y genéticos va actuando lenta y progresivamente hasta que acaba desarrollando el
cáncer en un proceso que se conoce como carcinogénesis. Pero también sabemos que la causa del
cáncer es ambiental en más del 90% de los casos. Se ha descrito que mediante la modificación de
estos factores se previene el cáncer en más del 50% de los casos. Existen diversos estudios que
han demostrado importantes reducciones de los casos cuando se modifican tan solo 4 factores
que son el no fumar, evitar el sobrepeso, realizar actividad física y llevar una dieta equilibrada.

El concepto de Vida saludable es muy amplio; se refiere a una forma de vida en la cual la persona
mantiene un equilibrio en su dieta alimentaria, actividad física, intelectual, descanso, higiene y
ausencia de hábitos tóxicos. Este bienestar físico y mental nos aporta felicidad y prevención de
enfermedades crónicas.

Factores de riesgo
El tabaquismo es el factor de riesgo evitable que por sí solo provoca más muertes por cáncer en
todo el mundo, ya que provoca aproximadamente el 22% de las muertes anuales por esa causa.  El
humo de tabaco provoca muchos tipos de cáncer distintos, como los de pulmón, esófago, laringe
(cuerdas vocales), boca, garganta, riñón, vejiga, páncreas, estómago y cuello del útero. Alrededor
del 70% de la carga de cáncer de pulmón puede achacarse al tabaquismo como única causa.

Falta de actividad física, factores alimentarios, obesidad y sobrepeso, tiene un nexo con
muchos tipos de cáncer, como el de esófago, colon y recto, mama, endometrio y riñón, por el
otro. Las dietas ricas en frutas y hortalizas pueden tener un efecto de protección contra
muchos tipos de cáncer.

Por el contrario, el consumo excesivo de carnes rojas y en conserva puede estar asociado a un
mayor riesgo de contraer cáncer colorrectal. Además, unos hábitos alimentarios saludables que
previenen el desarrollo de tipos de cáncer asociados al régimen alimentario contribuyen
también a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Una actividad física regular y el mantenimiento de un peso corporal saludable, junto a una
dieta sana, reducirán considerablemente el riesgo de contraer cáncer.

El consumo de alcohol es un factor de riesgo para muchos tipos de cáncer, como los de boca,
faringe, laringe, esófago, hígado, colon y recto, y mama. El riesgo de cáncer aumenta con la
cantidad de alcohol consumida. El riesgo que supone beber en exceso para varios tipos de
cáncer (como los de la cavidad bucal, faringe, laringe y esófago) aumenta notablemente si el
bebedor también es un fumador.

Los agentes infecciosos son la causa de casi el 22% de las muertes por cáncer en los países en
desarrollo y el 6% en los países industrializados. Las hepatitis virales B y C provocan cáncer de
hígado y la infección por el virus del papiloma humano, cáncer del cuello del útero; la bacteria
Helicobacter pylori aumenta el riesgo de cáncer de estómago.

En algunos países, la esquistosomiasis parasitaria aumenta el riesgo de contraer cáncer de


vejiga; en otros, el trematodo del hígado aumenta el riesgo de colangiocarcinoma de las vías
biliares. Entre las medidas preventivas destacan la vacunación y la prevención de infecciones e
infestaciones.

La contaminación ambiental del aire, el agua y el suelo por productos químicos carcinógenos
causa entre el 1% y el 4% de todos los casos de cáncer. La exposición a productos químicos
carcinógenos presentes en el ambiente puede producirse a través del consumo de agua o de la
contaminación ambiental y en espacios cerrados. La exposición a agentes carcinógenos
también puede producirse a través de alimentos contaminados por sustancias químicas, como
las aflatoxinas o las dioxinas. La contaminación del aire de interiores causada por fuegos de
carbón duplica el riesgo de cáncer de pulmón, especialmente entre las mujeres no fumadoras.

Carcinógenos ocupacionales

Más de 40 agentes, mezclas y circunstancias de exposición en el ambiente laboral son


cancerígenos para el hombre y están clasificados como carcinógenos ocupacionales. El
mesotelioma (cáncer del revestimiento exterior del pulmón o de la cavidad torácica) está
determinado en gran medida por la exposición al amianto por razones laborales.

Los cánceres de origen laboral se concentran en determinados grupos de la población activa,


para los que el riesgo de desarrollar una forma particular de cáncer puede ser mucho mayor
que para el resto de la población. Aproximadamente entre el 20% y el 30% de los hombres y
entre el 5% y el 20% de las mujeres en edad de trabajar (es decir, de 15 a 64 años) pueden
haber estado expuestos a carcinógenos pulmonares durante su vida laboral.
Las radiaciones ionizantes son carcinogénicas para el hombre. Los conocimientos disponibles
sobre los riesgos que comportan las radiaciones proceden principalmente de estudios
epidemiológicos sobre los sobrevivientes japoneses a la bomba atómica, así como de estudios
de cohortes expuestas a radiaciones médicas y en el ambiente de trabajo. Las radiaciones
ionizantes pueden provocar leucemia y varios tumores sólidos, y los riesgos son mayores
cuanto más joven es la persona expuesta.

Se calcula que la exposición residencial al gas radón que emana del suelo y de los materiales de
construcción causa entre el 3% y el 14% de todos los casos de cáncer de pulmón, lo que la
convierte en la segunda causa más importante de ese tipo de cáncer después del humo del
tabaco.

Las radiaciones ultravioletas, y en particular las solares, son carcinógenas para el ser humano y
provocan todos los principales tipos de cáncer de piel, como el carcinoma basocelular, el
carcinoma espinocelular y el melanoma. En 2000 se diagnosticaron en el mundo más de
200.000 casos de melanoma y se produjeron 65.000 muertes asociadas a este tipo de cáncer.
Evitar la exposición excesiva y utilizar filtro solar y ropa de protección son medidas preventivas
eficaces. Actualmente los aparatos de bronceado que emiten rayos ultravioletas están
clasificados como carcinógenos para el ser humano por su asociación con los cánceres oculares
y de piel melanocíticos.

PREVENCIÓN SECUNDARIA: DIAGNÓSTICO PRECOZ

La prevención primaria por sí sola no es suficiente ya que no evita todos los casos y además
todavía hay algunos tipos de cáncer cuyas causas no son bien conocidas. Por este motivo, las
medidas de prevención primaria han de completarse con actividades de diagnóstico precoz que
deben implementarse con carácter poblacional y frente a procesos patológicos determinados;
nos referimos a la Prevención Secundaria.

Es la detección de la enfermedad en las primeras fases cuando es fácilmente curable. Los


programas de detección precoz que están en marcha son el de detección precoz del cáncer de
mama mediante mamografía (50-69 años), la detección del cáncer de cérvix mediante citología
(25-60 años) y la del carcinoma colorectal mediante prueba de sangre oculta en heces asociada
si procede a colonoscopia (a partir de los 50 años). La educación sanitaria de la población
supone en prevención secundaria dar a conocer los signos precoces del cáncer. Estas señales
fueron enunciadas por la OMS y las conocemos como Signos y Síntomas de Alarma.

El cáncer puede causar muchos síntomas, pero estos síntomas son causados con más frecuencia
por enfermedades, lesiones, tumores benignos o por otros problemas. Si se tienen síntomas que
no mejoran después de unas cuantas semanas, es necesario ver al doctor para que los problemas
puedan ser diagnosticados y tratados tan pronto como sea posible. Con frecuencia, el cáncer no
causa dolor, por lo que no se debe esperar a sentir dolor para ver al doctor.

Cambios en los senos

 Sentir un bulto o algo sólido en el seno o bajo el brazo


 Cambios o descargas en los pezones
 Piel roja, escamosa, sumida, o con hoyos y que da comezón 

 Cambios en la vejiga

 Dificultad para orinar


 Dolor al orinar
 Sangre en la orina

Hemorragia o moretones sin una razón aparente

Cambios en el intestino

 Sangre en el excremento
 Cambios en los hábitos del intestino

Tos o ronquera que no desaparece

Problemas al comer

 Dolor después de comer (acidez o indigestión que no desaparecen)


 Problemas al deglutir
 Dolor de estómago
 Náuseas y vómitos
 Cambios de apetito

Cansancio grave y que dura tiempo, Fiebre o sudores nocturnos sin ninguna razón.

Cambios en la boca

 Un parche blanco o rojo en la lengua o en la boca


 Hemorragia, dolor o entumecimiento en los labios o en la boca

Problemas neurológicos

 Dolores de cabeza
 Convulsiones
 Cambios en la vista
 Cambios en la audición
 Parálisis facial

Cambios de la piel

 Un bulto de color carne que sangra o que se vuelve escamoso


 Un nuevo lunar o un cambio en un lunar ya existente
 Una irritación que no sana
 Ictericia (volverse amarillos la piel o el blanco de los ojos)

Hinchazón o bultos en cualquier parte como en el cuello, en las axilas, el estómago y las ingles,
Subir o bajar de peso sin una razón conocida. 

Tener en cuenta todos estos signos de alarma y las medidas de prevención antes mencionadas
podrán reducir en gran medida los factores de riesgo de padecer un tipo cáncer.
BIBLIOGRAFIAS

Shirley E. Otto. Enfermería oncológica, 3° edición, edit. Harcourt, Barcelona.

https://www.who.int/cancer/prevention/es/

Martín de Civetta MT, Civetta JD. Carcinogénesis. Salud Publica de México 2011; vol. 53.

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