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La Criminalidad Femenina siempre ha sido objeto de olvido, tanto a nivel teó rico como
en la prá ctica de investigaciones científicas dentro del campo de las ciencias penales.
Considerada como poco esencial e intrascendente, ya que son relativamente
insignificantes las cifras de incidencia y aú n no ha constituido un claro problema
social.
En las ú ltimas décadas, la tasa de delincuencia femenina ha tenido un crecimiento
mayor en comparació n con la tasa masculina en varios países del mundo, Perú
incluido. Se sabe que la mayoría de las mujeres encarceladas proviene de sectores de
la població n econó mica y socialmente desfavorecida y que permanece encarcelada por
delitos típicos de personas que carecen de poder, han vivido en la pobreza y han sido
violentadas la mayor parte de sus vidas. Sin embargo, recientemente, las mujeres se
han visto involucradas en nuevas actividades delictivas como son asalto a banco,
secuestro, extorsió n y delitos contra la salud. Delitos que hasta hace poco, estuvieron
convencionalmente asociados só lo con hombres, por la violencia implícita que
conlleva su ejecució n. Reflexionar sobre estos cambios exige entrar a un campo
cargado de prejuicios ideoló gicos, que han producido “teorías” basadas en la “manera
de ser de la mujer” y que no explican las nuevas realidades que enfrentan las mujeres
que delinquen.
Se requiere una reflexió n desde una perspectiva teó rica que permita comprender a las
mujeres, con ejes de aná lisis como violencia, inequidad, controles (formales e
Algunas limitaciones del trabajo son la falta de datos epidemioló gicos sobre la
situació n penal de las mujeres en países distintos a los aquí analizados, la carencia de
datos sobre mujeres presas en varios países del continente americano y la no
actualizació n de algunos de los datos.
INTRODUCCION
Asimismo es necesario señ alar que los cambios sociales producidos en el á mbito
femenino (a partir del movimiento de liberació n de la mujer) con la incorporació n
social de la mujer a la vida pú blica, han influido en la “Criminalidad Femenina”,
sufriendo importantes modificaciones, tanto a nivel cuantitativo, aumento del nú mero
de delitos cometidos por mujeres, como a nivel cualitativo, con un cambio en el tipo de
los delitos cometidos, lo que ha hecho que la criminalidad femenina haya empezado a
considerarse un problema social merecedor de atenció n y estudios específicos,
teniendo en cuenta sus características propias y diferenciadas de la delincuencia
masculina, lo que ha originado un cambio en las teorías utilizadas para explicar la
delincuencia femenina, que se dirigen a un modelo socioló gico, en el que se tiene en
cuenta la aproximació n de roles masculino y femenino.
Presentación I
Dedicatoria II
Resumen III
Introducción V
Índice VI
I. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
1.3. Objetivos 10
2. Marco teórico 14
2.1.1. Internacionales 16
2.1.2. Nacionales 17
A. Teorías biológicas:
3. CONCLUSIONES 68
4 BIBLIOGRAFIA 70
I. PLANTEAMIENTO DELPROBLEMA
I.1. Realidad del problema
¿Cuá les son las características socio econó micas de la criminalidad de la mujer
en Lima y que modalidades de delito son predominantes?
1.3. Objetivos
1.4. Justificación
MARCO TEÓRICO
2. MARCO TEÓRICO
Las mujeres también son capaces de asesinar, tanto a sus compañ eros sentimentales
como a personas extrañ as, y pueden igualmente ser asesinas en serie. De hecho, las
mujeres son las responsables de la mayoría de los homicidios de lactantes y niñ os, la
mayor parte de los malos tratos físicos a niñ os y de la cuarta parte de los abusos
infantiles. Infligen el cincuenta por ciento de la violencia contra los hermanos y los
ancianos y cometen aproximadamente la mitad de las agresiones contra las parejas.
Las dos terceras partes de las mujeres victimaron a personas dependientes de ellas
(hijos) o adultos entre 26 y 60 añ os (esposos o amantes) en el 40% de los casos,
comprobá ndose que éstos provocaron a la mujer conduciéndola a formas de
alcoholismo, brutalidad o humillació n. La mujer aú n en sus delitos y en la naturaleza
de su participació n refleja su socializació n, porque es cierto que las conductas
delictivas de la mujer está n muy relacionadas con las características socioló gicas y con
el papel que desempeñ a la mujer dentro de nuestra sociedad y nuestra cultura.
Existe un aumento en el índice delictivo femenil (anteriormente era de una por cada
50 delincuentes hombres, hoy la proporció n se eleva a una por cada cinco en Perú ).
Ellas no suelen ser cabezas sino copartícipes; las cá rceles está n pobladas de mujeres
que CRIMINALIDAD FEMENINA delinquieron por amor; sin embargo, aumentan las
lideresas de organizaciones delictivas.
Es en el siglo XVII, producto de la ruina del sistema feudal (lo que provocó el
nacimiento de la burguesía con un nuevo orden econó mico) y la contrarreforma
religiosa que convirtió el orden social en un orden moral inflexible, se produjo un
cambio de pensar y ejecutar con referencia al problema delictivo de la mujer; se crean
las cá rceles específicas para las féminas a las que se les denominó “Galeras de
mujeres”1
En la historia se pueden encontrar los primeros estudios criminoló gicos sobre este
tipo de casos. Uno ellos se remonta hacia finales del siglo XIX (1899), cuando el
médico Cesare Lombroso (Verona; 6 de noviembre de 1835 - Turín; 19 de octubre de
1909) indagó sobre la tendencia a la criminalidad por parte de las mujeres de diversos
perfiles. En su libro: “La mujer delincuente, la prostituta y la mujer normal” de ese
mismo añ o, el buscó demostrar que existen diferencias fisonó micas entre las mujeres
que son delincuentes y las que no lo son. Ademá s investigó si había particularidades
singulares (físicas y psicoló gicas) que podían determinar qué conducía a una mujer
hacia el homicidio.2
El resultado de los estudios de Lombroso indicó que las mujeres asesinas tienden a
tener má s características degenerativas; ya que en sus crímenes, ellas demuestran una
crueldad excesiva aplicada a algú n tipo de tortura que imputan sobre sus víctimas.
Ademá s, muestran un bajo control de sus impulsos y sentimientos profundos: esto es
el reflejo que ellas tienen como una forma de reacció n contra la resistencia y los
obstá culos de la vida.
Sin embargo, antes de la teoría de Lombroso también se hicieron varios estudios, que
en el á mbito femenino se centraban en las causas bioló gicas.
Segú n Proal, el hecho de que la mujer cometiera menos delitos que el hombre se debía
a que la mujer era superior al hombre moralmente. Por otro lado Bean comparando
los cerebros de distintas razas, de hombres y mujeres, llegó a la conclusió n de que la
mujer poseería una inteligencia inferior a la del hombre, teoría que por razones obvias
no es cierta.6
Una de las tesis má s resaltantes fue la de Van de Warker, quien afirmó que la relació n
entre la mujer y el crimen estaban ligadas a condiciones sociales y sexuales. Para él los
delitos del hombre son motivados por la pobreza o por un agravio previo en cambio la
mujer los comete por desequilibrios mentales.
2.1.2. Nacionales.
Si bien es cierto a pesar de que se han realizado diferentes estudios para analizar el
comportamiento criminal y como este incide en el desarrollo de las sociedades, se dice
que la mayoría de estos estudios han sido enfocados hacia el género masculino; Por lo
que algunos de los autores que escriben acerca de la materia consideran que la
criminalidad femenina ha sido objeto del olvido tanto en la teoría como de manera
prá ctica.
Pero antes de entrar de lleno al tema o dar una opinió n al respecto, es necesario tomar
en cuenta el desarrollo del género femenino a traves de los añ os y como es que influye
el rol asumido por la mujer en relació n con la criminalidad. En la mayoría de las
culturas, nacer con genitales femeninos significará también obstá culos adicionales
para acceder a puestos pú blicos; al manejo de la economía, así como restricciones y o
peligros diferentes para circular por el mundo pú blico.
Sin duda la situació n social y el papel asignado a la mujer en las distintas épocas y
sociedades han determinado igualmente la incidencia de las mismas en el delito:
Mientras que en la antigü edad la mayoría de mujeres sufrían castigo penal a causa
de delitos relacionados con el adulterio, la prostitució n, homosexualismo, alcoholismo,
hechicería, el abandono de hogar, el aborto ,todo esto se ha ido modificando con el
paso del tiempo, debido a cambios en el sistema jurídico lo que antes era punible hoy
ya no lo es, ejemplo de ello, la legalizació n del aborto en algunos lugares o avances
sociales como los que permiten una eficaz planificació n familiar, legislaciones que
permiten el divorcio, la emancipació n, han dispuesto una salida má s civilizada a
Por lo que al desaparecer la clá sica estructura familiar, los cambios de costumbres y
por ende el control social externo de la mujer, sea esposa o hija tendrá que
enfrentarse a la desigualdad social y el desempleo que la limita y orilla a realizar
labores ilegitimas y en ocasiones actividades criminales, de tal suerte que en la
actualidad la desigualdad social es parte de los factores socioeconó micos que influyen
en el aumento en la incidencia de la criminalidad femenina.
El desempleo que anteriormente afectaba a los hombres, para el 2002 afectó má s a las
mujeres de acuerdo a su grado de instrucció n. Se observa que la tasa total para las
mujeres fue de 18,8 %, y la de los hombres 14,4%.
Aunque existen cifras que indican cambios positivos de los indicadores; por ejemplo
en la educació n, con la disminució n del analfabetismo. Con todo, aú n no se obvia la
desigualdad social de la mujer, ni se disimula el contraste entre la mujer que ha
logrado el nivel educacional alto y logra empleos bien remunerados y la que no
culmina su educació n y va a engrosar las filas de la economía informal e ilícita y por
ende termina recluida en centros penitenciarios.
Conclusiones
Si bien es cierto que la mujer debe tener las mismas oportunidades de desarrollo que
los hombres, también es cierto que a partir de que la mujer ha logrado la liberació n
femenina, se ha visto en la necesidad de en ocasiones asumir y hacer frente a las
obligaciones que corresponderían al hombre y en ocasiones se enfrenta a la exclusió n
y discriminació n laboral por el solo hecho de ser mujer requiere de un esfuerzo extra,
para hacer frente a sus nuevas responsabilidades, lo que en ocasiones la pone en
desventaja y la orilla en situaciones extremas a participar o aceptar trabajos ilícitos
que le permiten satisfacer sus necesidades econó micas.
Pero sin duda a estas alturas resulta de mayor importancia generar las oportunidades
para permitir el sano desarrollo tanto de hombres como mujeres, cualquiera que sea
el rol que asuman para de esta manera reducir el índice de la criminalidad en general.
Durkheim afirmaba que la criminalidad es un hecho social, que debe ser explicado
socioló gicamente, por ello se pasó del estudio individual a un tema social, así se
establece un equilibrio entre valores y normas y los medios institucionalizados para
alcanzarlos, de lo contrario se impulsa la conducta desviada.
Entre los factores endó genos y exó genos de la que predisponen a la persona al delito,
casi son factores socioló gicos como la familia, la escuela, la comunidad, el nú cleo social
defectuoso, son estos patrones los que predisponen a la mujer a la comisió n de actos
delictivos.
En la actualidad, las mujeres desempeñ an los mismos roles o trabajos que los
hombres; sin embargo en cuanto a la criminalidad femenina, hay un bajo índice de
ésta comparado a la que realiza el hombre: ¿por qué?, ¿cuá l es el mó vil o elemento que
los diferencia?
A pesar que en un primer momento se piense que deba existir algú n rasgo bioló gico o
de personalidad femenina que las diferencie de la criminalidad masculina; lo cierto es
que no lo hay, pues lo ú nico que se puede notar son las diferencias cuantitativas
(estadísticas) y no las cualitativas. Ello a pesar de tener la misma base para incurrir en
delitos que los hombres: fracaso escolar, el control social y la falta de oportunidades
para integrarse a la sociedad.8
Los estudios de género han abierto una nueva perspectiva para el estudio de la
delincuencia femenina, como superació n de las explicaciones puramente sexuales, de
Tenemos que buscar otras causas para explicar las bajas cifras de delincuencia
femenina, que no se justificaban, exclusivamente, por la desigualdad de
oportunidades.
Cuando se habla de diferenciació n de géneros, hay que tener en cuenta que el “género”
significa “socializació n, educació n en unos valores completos” y no una determinació n
genética propia del sexo. Por eso, en el caso de la mujer, la socializació n que desarrolla
la diferencia del hombre; aquello también ha hecho que tradicionalmente el volumen
de las tazas de criminalidad femenina sea muy bajo a comparació n de la delincuencia
masculina y en sí de la delincuencia en general. Inclusive hasta la actualidad ello se
cumple; a pesar de la mujer desarrolle y tenga las mismas oportunidades socios
laborales que el hombre.
Por eso, en este ciclo, la perspectiva para estudiar la delincuencia femenina se dará a
través del aná lisis del papel o rol que cumple la mujer en la sociedad actual y del
nuevo estatus que ejercerse en la misma. La delincuencia femenina, en el siglo
veintiuno, la tendremos que analizar pues, teniendo en cuenta el papel que
desempeñ a la mujer actualmente y conforme al status que ejerce en la sociedad
Otro factor que interviene es la envidia que pueda sentir la mujer, los
tipos de caso que se pueden dar son: dentro de su familia, la atenció n que puedan
recibir otros miembros de esta puede llevar a la mujer a sentirse rechazada y por
lo tanto la hará sufrir de depresió n y podría generar el odio.
Pero sin duda, son los crímenes de pareja los má s constantes y cometidos
por mujeres, ya que algunas al ser engañ adas por su pareja toman decisiones en
el momento y sin pensar, se obnubilan y realizan los crímenes. Por lo tanto
pueden llegar a asesinar no solo a su pareja sino también a la persona con la que
tiene otra relació n.
Otro de los factores, es la desigualdad que continú a siendo un eje central del
diagnó stico sobre la vigencia de los derechos. A pesar de ello, no es una cuestió n que
ocupe un espacio destacado en las políticas pú blicas de los Estados. Si bien durante los
ú ltimos añ os se consolidó un proceso de recuperació n econó mica y en algunos países
se redujeron los indicadores de pobreza e indigencia, siguen existiendo millones de
personas que confrontan problemas de desempleo estructural, marginació n social e
inaccesibilidad a servicios sociales bá sicos. Tampoco ha variado la situació n de
desigualdad fá ctica y jurídica que afecta a las mujeres así como a grupos
tradicionalmente discriminados.
C. Teorías biológicas:
a. Teorías basadas en la inferioridad física de las mujeres: Fue muy
criticada y se consideró absurda. Autores como César Lombroso
estudiaron la delincuencia femenina y elaboró diferentes perfiles de
mujeres delincuentes teniendo en cuenta características fisioló gicas y
alguna psicoló gica. Su obra fue muy criticada ya que rasgos físicos que
Asimismo se han venido haciendo investigaciones, donde se sabe que las raíces
de la violencia episó dica está n en la neurobiología y son el resultado de disfunciones
cerebrales.
Una de la razones que se dan para explicar que exista menos delincuencia
femenina que masculina es que la mujer está sometida a un mayor control social
informal que el hombre y este control reprime, impide y excluye y limita a las
mujeres. La forma de socializació n es distinta en los hombres que en las mujeres
y también es diferente dependiendo la clase social. Ambos presentan
características diferentes, por ejemplo: la mujer es supervisada má s de cerca que
el hombre por la familia, se las educa para ser sumisas y pasivas, mientras que a
los del género masculino se les socializa para que sean má s independientes,
agresivos, ambiciosos y luchadores. Por este motivo, los delitos que comete la
mujer se dan con menor violencia a comparació n de los hombres
Concluyendo:
En las mujeres delincuentes apreciamos que concurren los mismos factores que
determinaron a los hombres a cometer delitos, entre los que destacan el fracaso
escolar, el control social y la falta de oportunidades para integrarse en la sociedad.
Siempre que se hacen estudios acerca de las razones del porqué una mujer
llega al extremo de matar, se encuentran problemas personales que ésta pudo
padecer, y los cuales derivan en problemas psicoló gicos, y por esa razó n, es que
también muchas terminan convirtiéndose en asesinas en serie, porque ya pierden el
sentido de la realidad y se vuelven frías, y aparentemente sin sentimientos.
Así mismo, el perfil psicoló gico de la mujer peruana varía, ya que no todas
presentan las mismas características, sin embargo en líneas generales podemos decir
que tienen problemas para manejar el dolor, traició n, desamor, el rechazo o
abandono, y en algunos casos suelen ser ambiciosas es decir tener todo para ellas y
acceder a su objetivo a como dé lugar no importá ndoles asesinar a sangre fría quienes
se pongan en su camino. No obstante el detonante en la mayoría de casos suele ser
una pena o miedo que no la supieron controla o manejar.
Siguiendo con el perfil psicoló gico de la mujer asesina, la periodista Rosa María
Cifuentes nos informa sobre este tema de investigació n, a tras vez de su libro “13
Asesinas en serie” donde narra una variedad de crimines femeninos en el Perú desde
1920 y el 2007.
Esta periodista tomó un tiempo muy largo para investigar, indagar y hacer una
recopilació n acerca de los asesinatos má s importantes que han ocurrido en nuestro
país, y afirma que son varios los motivos por los cuales las mujeres comenten este
tipos de crimen, explica que a diferencia del hombre, va perdiendo el control se sus
propias emociones, por ende reacciona por estímulos. Mata por odio, miedo, venganza
o por poder, y peor aun cuando es víctima de una infidelidad, ya que comienza todo un
proceso emocional donde finalmente acaba en la muerte segura de sus parejas hasta
Los once casos que la Periodista redactó y que se encuentran en su libro, son un
reflejo del como la mujer peruana homicida ha ido cambiando con el pasar del tiempo
(Siglo XX y XXI), a pesar de que algunas historias se repitan. El mó vil muchas veces es
el dolor que se diversifica en: odio, miedo, venganza y poder. Estos son:
Cansada de tanta humillació n, la esposa decide invitarla a cenar junto a su esposo con
el motivo de desnudar las verdades de los dos amantes; sin embargo aquello no hace
má s que empeorar las cosas, pues su esposo decide divorciarse de ella para poder
estar definitivamente con la prima de su aú n esposa.
3) El Rostro de la Muerte (Lima, 1945): Narra la historia de Carmen, una joven que
desde niñ a había sido humillada verbalmente por su carencia de belleza física. Su
madre la había criado sola y un día la dejó a cargo de una familia muy religiosa (Los
Reyes), quiénes no tenían hijos. La señ ora Isabel Reyes se encariñ ó con ell y trató de
levantar su á nimo y que se viera má s bonita con la ayuda de maquillajes y perfumes;
sin embargo en el mercado la gente la insultaba por su fealdad, en especial un joven
Agradecido por el gesto, el joven habló con las personas del mercado para que no
molestaran a su nueva “amiga”, a la que le decían “lechuza”. Ello le significó un
profundo agradecimiento por parte de Carmen, ademá s de una atracció n de ella hacía
él, por lo que un día, cuando sus patrones viajaron, ella aprovechó para invitarlo a
cenar. El aceptó la invitació n y comió y bebió licor todo lo que pudo en aquella noche.
Tanto fue su exceso que ya estaba borracho y no podía ver bien; la “lechuza”, como le
decían, aprovechó el momento para llevá rselo a su cuarto y vivir un momento de
pasió n y desenfreno con él.
Horas después José despertó , e incrédulo por el hecho le increpó su acció n, y salió de
la casa sin antes advertirle que no comentara a nadie de lo ocurrido. Sin embargo,
tiempo después ella se enteró de que estaba embarazada e hizo todo lo posible para
que no notaran su gestació n. Increíblemente así lo hizo y a duras penas dio a luz en el
corral de la casa. Al ver lo fea que era la recién nacida, decidió ahorcarla para que
tampoco sufriera Al día siguiente ella no podía levantarse y sudaba mucho, sus
patrones fueron a verla y atinaron a llevarla al doctor, quien les dijo que su “hija”
había dado a luz, pero Carmen lo negaba. Sin embargo, al buscar por toda la casa
encontraron en el corral el cuerpo putrefacto y con gusanos de la hija que ella había
dado a luz. Así Carmen terminó sus
días en un sanatorio.
4) La Pantera (Lima, 1949): Una infancia muy pobre, unos padres con poca
educació n, una madre que le obligaba a cuidar de su hermano menor y una
adolescente que soñ aba con lujos, joyas, amoríos, fue el preludio de una chica llamada
Sadit, quien después de que su madre le negara la celebració n de sus quince añ os,
conoció a Pepe; má s conocido como “El Rayo”, quién le ofreció un futuro mejor si ella
lo acompañ aba.
Sin embargo y tiempo después el Bebé ya no la visitaba como antes, porque estaba
cortejando a otra chica. Cuando “La Pantera”, así le llamaba Guillermo a Sadit, se
enteró de ello, mató de un tiro a la cabeza a Claudia, la amante de su pareja.
Una prostituta de nombre Flore decidió contar toda la verdad de la Pantera, sin
embargo, esta ú ltima oyó rumores de ello y mandó poner veneno en su almuerzo, por
lo que de un paro cardiaco murió en su habitació n.
Todo parecía salir bien para Sadit, pero las otras meretrices idearon un plan para
asesinarla. Lo que lograron contratando a tres sujetos que la interceptaron cuando
esta volvía al Callao junto a su acompañ ante. La estrangularon y acuchillaron junto a
él.
Un día Wilmer le propuso matrimonio y le ofreció una chacra en donde laborar una
vez formado su nuevo hogar; pero ella lo despreció y se negó a casarse. Aquello fue el
mó vil para que el agricultor planeara violarla, en un momento en que estuviera sola, y
ello ocurrió en el almacén donde Elvira recogía papas. Para ello golpeó a la joven y la
desmayó , luego de consumar la violació n la llevó a un descampado. Mientras ella
despertaba, el hombre se dio cuenta de lo que había hecho y decidió darle un duro
golpe con una roca grande en la sien, matá ndola instantá neamente. Después envolvió
el cuerpo con los costales de papas, lo enterró y huyó del lugar.
Ellas decidieron tomar justicia por sus propias manos y un día esperaron que salga de
la cantina donde frecuentaba ir. Cuando salió borracho del lugar y al estar cerca a su
casa, las hermanas lo interceptaron y le dieron un golpe en la cabeza con un trozo de
madera.
Pero, todo cambió al poco tiempo, pues él llegaba tarde a casa o se ausentaba por
varios días, aludiendo que se quedaba entrenando; sin embargo, aquel argumento no
convencía a Julia, pues pensaba que él había vuelta con su anterior pareja, con quien
tenía siete hijos. Ademá s, ella quería seguir una carrera para poder trabajar; pero él se
negaba. Así, al poco tiempo ella salió embarazada y dio a luz a su cuarto hijo, Emilio.
Pero ello le hizo má s amarga la vida, pues se preocupaba demasiado en celar a su
esposo, y cada vez que llegaba tarde a casa, le increpaba que la estaba engañ ando con
su ex pareja. Corrían los meses y ella trataba cada vez con má s desprecio y griterío a
sus cuatro hijos.
Como Juan no le daba má s tiempo a ella y ni sus hijos, por sus compromisos
deportivos y empresariales, Julia tomó la drá stica decisió n de suicidarse junto a sus
vá stagos, Roció insecticida sobre el budín que había preparado para sus dos mayores
hijos, haciendo lo mismo en el la leche del biberó n de sus dos menores hijos, ademá s
de echar el mismo veneno en la gaseosa que estaba tomando, se auto eliminó junto a
sus criaturas.
Cuando Juan entro a su casa, tras la ayuda de un joven que se metió por la ventana y
abrió las puertas, al entrar al cuarto de sus hijos encontró la espantosa escena, Julia
había cumplido su amenaza.
Ella tenía buenos ingresos y sus gastos eran muy grandes; sin embargo un día se le
rescindió el contrato en donde laboraba, lo que creó un hueco en la economía de los
Tomasio; dependiendo solo del esposo y papá Francisco Almeida. A pesar de ello, la
esposa seguía gastando lo mismo como cuando aú n trabajaba y por ello le exigía má s a
su esposo; por lo que él decidió separarse de ella.
Doñ a Flor crió sola a sus tres hijos; sin embargo, Ana (la mayor) e Isabel desconfiaban
de su mamá , mientras que Germá n era un chico engreído y dado a las diversiones.
Gladis consiguió un trabajo que consistía en comprar ropa en Miami y venderlas a las
familias pudientes de Lima. Esto permitió mejorar econó micamente a la familia; pero
a Gladis no le bastaba con eso y se metió en negocios turbios y pronto sorprendió a
sus hijos comprá ndoles una casa con tres grandes divisiones en San Isidro.
Un día, doñ a Flor se despidió y les prometió volver, ya en el avió n, Gladis tuvo fuertes
dolores estomacales y có licos; pero no quiso ser atendida por el doctor y se desmayó ,
ya en tierra se rehusó nuevamente a ser examinada, pero a la fuerza le sacaron una
placa donde se evidenció que tenía pequeñ as bolsas en el estó mago. Sin embargo ya
era muy tarde para sacá rselas, y falleció producto de una hemorragia intestinal. La
necropsia arrojó que las bolsas eran de cocaína (cerca de 1 kg.).
Germá n que era adicto, cada vez má s necesitaba consumir cocaína, cayendo en el
extremo de gastar todo su dinero para comprarla, después prestá ndose efectivo y por
ú ltimo robá ndole objetos a la familia de su hermana Ana, que estaba casada con un
pró spero empresario, Rodolfo Briceñ o. Cansado de tantos robos por parte de Germá n,
Rodolfo le dijo a su esposa que las cosas no podían continuar así; y le indicó que tenía
una pistola en uno de sus cajones y que sí escuchaba algunos pasos y se percataba que
era su hermano, disparase al aire para avisar. Y sucedió que Ana, cansada de tanto
8) Doña Bella (Ica, 1988): Es la historia de Nelly, una joven que a temprana edad
(14 añ os) se casa y embaraza de Carlos Soto, un hombre ambicioso. Pronto él tendría
trabajo de dirigente de clubes de fú tbol; ademá s heredó la farmacia de su suegro en
donde puso a laborar a su mujer. Sin embargo ella no estaba a gusto, pues su esposo
no la dejaba salir, coqueteaba con otras mujeres y la maltrataba física y verbalmente.
Nelly conoció a un joven llamado Harry que logra trabajar en su farmacia y de quién se
enamora y se hacen amantes y aprovechan que su esposo, ahora Subprefecto de Pisco,
no está en casa por atender su agenda. Así salió embarazada de su amante, y este fue
despedido de la farmacia, no porque el esposo se diera cuenta del hecho; si no porque
el pedía trabajar medio tiempo por sus estudios técnicos. Luego ella pasaría sus días
sin el amor de su vida y maltratada por su esposo.
Harry, cansado de la humillació n contra su amante, ideó un plan para matar a Soto
mediante sicarios. A Nelly no le gustó la idea; pero después accedió por el rencor que
le tenía a su esposo y porque podía alegar que fue muerto a manos de terroristas.
Planearon que fuera en su casa y así ocurrió , un día en que su esposo llegó tarde e
ingresó a su cuarto a dormir (1 a.m.), ella avisó a los sicarios de Momó n y su grupo
que estaban escondidos en la azotea. Ellos ingresaron al cuarto de Soto, quien se
resistió y le mordió el brazo a uno de ellos mientras forcejeaba y sacaba su revó lver,
pero el compinche de Momó n aprovechó el momento para asestarle veintiocho
puñ aladas. Nelly limpió la escena con sus dos sobrinas, después de que los sicarios la
insultaran porque no les pagó el milló n de intis prometido, só lo treinta y seis mil.
9) La Suegra (Huaraz, 2001): Lila era una joven que creció tras la opresió n y
mandatos de su madre, Sofia Ramos, quién había sufrido cuando su esposo la había
dejado embarazada de Lila. Siendo este el mó vil para impedir que su hija estudiara y
conociera chicos; a pesar de ello, Lila conoció a un joven llamado Julio, quién al poco
tiempo se convirtió en su confidente y enamorado. Sofía al enterarse del
enamoramiento de su hija, le increpó e insultó , prohibiéndole que lo vuelva a verlo.
Pero ello no tuvo resultado, pues ella siguió viendo a su enamorado y su amorío se
convirtió en un tó rrido romance que a la postre la dejó embarazada. La familia de Julio
aprobaba la relació n y el embarazo, pero temía que Sofía tomara alguna represalia
contra su hijo, por el odio que ella le tenía. Aquel temor no estaba lejos de la realidad,
pues a pesar de que Julio se había fugado con Lila para formar una familia, doñ a
Ramos, en su excesivo rencor, planeo asesinar a su ahora yerno que se había casado
por civil y en privado con Lila.
Pasaron los meses y una “arrepentida y cariñ osa” Sofía, invitó a la joven pareja a cenar
y bailar. Ellos, aú n incrédulos aceptaron la invitació n y ya en casa de la madre, ella le
invitó una taza de chocolate a Julio, este aceptó y rá pidamente, como le había
ordenado su suegra, se lo tomó y a las pocas horas sintió mucho dolor estomacal.
Doñ a Ramos lo acostó sobre la cama de su hija y le preparó una infusió n para el dolor;
sin embargo el pidió un doctor y ella salió con la intenció n de ir por dinero para pagar
y traer al médico; pero al salir, cerró la puerta con dos fuertes candados. Lila lloraba
desesperada por no poder hacer nada y gritaba que la auxiliaran. Un primo de Julio los
10) El Espejo (Lima, 2005)67: Esta es la historia de Giuliana Llamoja, una joven
como muchas otras que deseaba vivir su vida de adolescente: amigos, fiestas, etc.;
pero que su madre, María Hilares, no la dejaba disfrutar porque alegaba por la
seguridad de su hija y lo que podría pasarle a manos de esas amistades.
Cuando la hija salió del lugar y encendió las luces de la sala notó sus manos y pies
ensangrentados, fue al bañ o y en el espejo vio que estaba cubierta de sangre y al
regresar a la cocina encontró el cuerpo sin vida de su madre, que había muerto
desangrada de sesenta y cuatro cuchilladas. La arrastró hasta el bañ o dejá ndolo
encerrado con llave, luego limpió el lugar de los hechos y se duchó en el bañ o del
segundo piso, al poco tiempo llegó su hermano y ella le abrió la puerta; al no poder
acceder este al bañ o del primer piso, se acercó a la ventana del mismo y vio un cuerpo
estirado dentro del mismo. Al abrir la puerta, después de llamar a los vecinos y a los
bomberos, se percató de que se trataba de su madre, ya sin vida, en el piso.
Giuliana fue intervenida por la policía e hizo sus declaraciones; fue directamente a
parar, en una crisis nerviosa, al penal de Santa Mó nica en Chorrillos. Tiempo después,
fue condenada a veinte añ os de prisió n por el delito de parricidio y al pago de treinta
mil soles por reparació n civil.
En la capital consiguió trabajo pero la trataban como esclava. Esto má s las dolencias
de su columna y piernas, la obligaron a regresar a su pueblo, para trabajar allí y
hacerse cargo de su hija. Pasaron los meses y conoció a Lucio Barrios, un joven chofer
de ó mnibus, con quién tuvo un romance, nuevamente a escondidas de sus padres; sin
embargo este ocultaba que tenía un hijo y una conviviente. Al poco tiempo, Jimena
Cajas, pareja del joven chofer se enteró que su conviviente salía con ella. Al confirmar
que era Pamela, fue a la casa de los Ayauca a recrimínales por el hecho y decirles de
que su hija dejara a su pareja..
Al día siguiente, Pamela tomó un carro para Lima, mientras que los pobladores se
dieron cuenta de la niñ a muerta. Denunciaron el hecho y se rumoreaba que el culpable
era el abuelo de la niñ a; por eso doñ a Pilar, mamá de la criminal, contó a la policía lo
que había pasado con su hija. Ya en Lima, una amiga de su pueblo con quien compartía
labores domésticas le contó lo sucedido y le dijo que su madre corría peligro de
quedar encarcelada si ella no iba a declarar; entonces Pamela regresó a su pueblo y en
el careo con doñ a Pilar, esta ú ltima la insultó y le recriminó por lo sucedido. Pamela
aceptó su responsabilidad, mientras que la necropsia arrojó que su bebé había sido
violada; por ese motivo, doñ a Pilar se retiró nerviosa y nunca má s fue a otro careo con
su hija.
Segú n los resultados del Censo Nacional 2007 (INEI) el Perú tiene una població n de
28’220,764 habitantes. Las regiones má s pobladas son Lima, Piura, La Libertad,
Cajamarca y Puno. Estas cinco regiones concentran el 52,5% de la població n nacional
(INEI 2008). La regió n con mayor població n es Lima, que concentra el 30,8 % del total.
Como definició n se entiende que la Població n econó micamente activa, abarca a todas
las personas de catorce (14) y má s añ os de edad que en la semana de referencia se
encontraban, i. trabajando, ii. No trabajaron pero tenían trabajo, iii. Se encontraban
buscando activamente trabajo.
La tasa de ocupació n presentó poca diferencia por sexo, es así que, el 95,9% de la PEA
masculina se encontró en calidad de ocupado, mientras que la PEA ocupada femenina
fue de 93,9%. Es decir, que de cada 100 personas que conforman la PEA masculina, 96
estuvieron realizando actividades productivas y 4 se encontraban buscando empleo y
en el caso de las mujeres 94 estuvieron realizando actividades productivas y 6 se
encontraban buscando empleo.
Por otro lado a setiembre del 2011, las estadísticas revelaron que a nivel nacional la
població n en edad de trabajar (PET), es decir las personas que tienen edad para
desempeñ ar una actividad econó mica, constituyeron casi tres cuartas partes del total
de la població n para cada sexo. Así, por el lado de la població n masculina en un 72,0%,
mientras que la població n femenina en un 72,9%. Cabe resaltar que la PET masculina
solo presentó mayor participació n porcentual que la femenina en el á rea rural; en
Lima Metropolitana y en el á rea urbana fue la PET femenina la que mostró mayor
participació n.
Pero otra problemá tica asociada es el aborto. “Cada añ o alrededor de 115 mil
adolescentes resultan embarazadas, mientras que el 20% de los abortos y el 25% de
las muertes por complicaciones en el parto o el puerperio (periodo posterior al parto)
que ocurren en nuestro país, corresponden a este grupo poblacional”.
Se puede decir que desde los 18 añ os de edad hasta los 29 añ os de edad, las personas
está n en condició n de capacitarse y producir activamente; así tenemos que este grupo
está conformado por el 36% del total de internos, datos que son muy importantes
para evaluar los programas de políticas preventivas encaminadas a cambiar la
conducta delictiva.
En este caso podemos ver que la mayor concentració n de internas se encuentra entre
los 25 añ os de edad a 44 añ os de edad. Podemos afirmar que existe un grupo que
puede estar en etapa de formació n en el rango de 18 a 24 añ os que constituye el 11%
de ellas, pudiendo destinarse o fomentar programas de formaciones técnicas o
universitarias, e incluso el aprendizaje de idiomas.
Las grandes empresas han encontrado en Lima Norte una oportunidad para
desarrollarse así lo señ ala el sitio Web Guía Lima Norte que es un espacio virtual
especializado en las limas una de ellas Lima Norte en los variado negocio con
presencia exitosa es así que Arnaldo Guadalupe gerente de comunicaciones de dicha
WEB afirma en su Libro “Ciudad de los Reyes de los Chá vez y de los Quispes
consiguientemente Lima Norte tiene un enorme potencial econó mico, las coloridas y
modernas discotecas, las má s grandes tiendas por departamento, los sú per hostales y
demá s negocios hoy adornan la fisonomía comercial de Lima Norte. Totus, Ripley,
Royal Plaza, Metro; negocios con rubro de discotecas y peñ as así lo demuestran de
esta forma Lima Norte se ha constituido en el sector comercial má s emergente de todo
Lima siendo su principal expresió n comercial el Centro Comercial Mega Plaza y el de
Lima Norte. Sin embargo como todo fenó meno social la delincuencia también se
incrementó de manera asombrosa y dentro de ello indudablemente se encuentra las
mujeres que en el ú ltimo tiempo su participació n en la comisió n de los delitos se ha
vuelto fundamental.
Otro aspecto a resaltar resulta el hecho que recientemente, las mujeres se han visto
involucradas en nuevas conductas delictivas como son asalto a banco, secuestro,
extorsió n y delitos contra la salud en todos estos hechos también actú an siempre
como nexo importante entre los que lideran la delincuencia por lo que tanto en la
Justicia penal como en la Policía, reconocen que la aparició n del sexo femenino en el
á mbito delictivo se encuentran en incremento permanente.
Hemos podido comprobar que en los Juzgados Penales de Lima Norte en sus turnos
judiciales aproximadamente es el promedio de dos a tres mujeres son arrestadas a
diario y que siendo el promedio de arresto de diez personas diarias en un turno
normal entonces resultaría que el promedio de mujeres participes en el delito estaría
entre el 20 y 30 % en la actualidad siendo que los hurtos en locales comerciales
Tal como lo señ alamos líneas arriba actualmente las Mujeres participan
principalmente como Autoras de los Delitos, a diferencia de décadas atrá s cuando
Lima Norte era una barriada de Lima sin centros comerciales y de esparcimiento
donde la mujer siempre participaba esencialmente como Encubridora, Señ uelo y
Có mplice de Autores
Varones. Las Mujeres se hoy por hoy se han integrado al Hampa y participan del juego
de roles casi al igual que los varones y que la Motivació n central tanto en los Delitos
contra la Propiedad como en los Delitos de Trá fico de Drogas ES CONSEGUIR DINERO
ILICITAMENTE, tenemos que tanto los Hombres como las Mujeres Condenadas
presentan en la actualidad un 56.0% de estos Delitos.
(1) Asaltantes, rol desempeñ ado tradicionalmente por varones y en el cual participan
crecientemente las mujeres. Los asaltos a taxistas tienen el fin de utilizar el taxi para
realizar un asalto, generalmente a una Joyería, Farmacia, Supermercado, Fá brica,
Camionetas repartidoras de cigarrillos, etc. y ocasionalmente, Bancos. Deben
descartarse los asaltos a micreros y taxistas, ya que estos son efectuados por Pandillas
Poblacionales marginales, bajo los efectos de Drogas y Alcohol.
(3) Los Lanzas, donde se distinguen tres subtipos, como las y los Lanzas montados (en
metro, buses, micros), las y los Lanzas de Mano y las y los Lanzas a Chorro. El Lanza
tiene en términos excepcionales un extrañ o status bivalente, porque es rotulado
categó ricamente ademá s de SAPO, es decir transgrede habitualmente el valor de NO
SAPEAR es decir, no delatar.
(4) Las Tenderas, rol especialmente femenino, que consiste en trabajar hurtando al
interior de grandes tiendas o supermercados, utilizando muchas veces fajas elá sticas
en el cuerpo siendo este tipo de delito la que má s se ha incrementado en Lima Norte.
(5) Cuenteras, rol practicado por hombres, mujeres y parejas de hombre-mujer y que
consiste en “cuentear” la víctima de modo que entregue el dinero “sin dolor”. Las
Mujeres Cuenteras tienen grandes dotes histrió nicas y personalidad histérica. Entre
los cuentos, el de el “Balurdo” parece ser uno de los má s frecuentemente utilizados.
CONCLUSIONES.
Podemos concluir entonces, que las mujeres participan actualmente de los mismos
roles laborales de Ladrones tradicionalmente exclusivamente masculinos, aunque el
rol de tenderas y de micro comercializadoras de droga es preferencialmente
femenino, e integran en consecuencia una Estratificació n social Contracultural
alternativa a la normativa, conjuntamente con los Varones.
De esta forma los delitos contra el Patrimonio y los relacionados con la distribució n y
venta de narcó ticos cometidas por mujeres, colocan a Lima Norte dentro de los
primeros lugares a nivel nacional con mayor incidencia de estos casos siendo
superado solamente por San Juan de Lurigancho y la propia capital de Lima.
Las penas impuestas má s frecuentes son las de prisió n condicional y la de multa. Las
penas privativas de libertad efectiva son solo 2 por ciento del total de las penas
impuestas en el caso de los hombres
La Estadística de Condenados solo es reflejo del aná lisis de los Juzgados Penales de
San Martin de Porres por primera vez
Este problema socioló gico ha sido develado ú ltimamente por las autoridades
policiales, las cuales está n efectuando un nú mero cada vez mayor de capturas de
delincuentes femeninas, pues si bien las bandas criminales, en su psicología
delictuosa, usan como instrumento a los menores de edad porque la justicia tiene un
En el presente añ o ya han sido diversos los casos de mujeres utilizadas como señ uelos,
aprovechando sus encantos físicos, su natural coquetería y hasta sus feromonas para
cautivar y trasladar a sus ingenuas e ilusionadas víctimas del sexo masculino,
“papeá ndolos” o no, a parajes solitarios en donde les esperan sus có mplices que
terminan despojá ndoles de sus celulares, vehículos, motos y otras pertenencias.
Especialmente los cuarentones y casados son los que en escasas ocasiones se resisten
a esas tentaciones.
3. CONCLUSIONES
CIFUENTES CASTAÑ EDA, Rosa María (2008) “Asesinas”, Editorial, Editora Mesa
Redonda E.I.R.L., Ciudad, Lima – Perú , pá ginas 13
DEFENSORIA DEL PUEBLO. Violencia familiar: Un aná lisis desde el derecho penal.
Serie Informes defensoriales.- Informe No. 110, Lima 2006