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DIARIO EL COMERCIO
RED EN TACNA
PNP desbarató por primera vez una banda dedicada a la trata de
menores. Era denominada 'La Agencia'. Esta es la historia
Enrique Vera
Periodista
@kiquevera
La escolar baja de un taxi blanco y saluda al hombre que la espera en la entrada de una
casa cubierta por enredaderas. Ella solo sabe que es un empresario y que luego tendrá en
sus manos S/60. Eso le han dicho.
El taxi rondará la vivienda en los 52 minutos siguientes, hasta que la menor salga y
vuelva a abordarlo. Una cámara de videovigilancia instalada frente a ese inmueble, en el
distrito de Ciudad Nueva (Tacna), ha registrado todo.
Doce días después de recibir a la escolar mencionada líneas arriba, por ejemplo, Choque
la reunió con un camionero que estaba de paso hacia la frontera. Desde una esquina de
la plaza Vigil, la menor y el transportista caminaron unos metros y entraron al hotel
Residencial Sur. Choque se aseguró de ello y con una seña ordenó al chofer del taxi
blanco, estacionado cerca, iniciar su ronda.
El vehículo era una vieja Station Wagon a nombre de Carlos Quispe Salas. Él mismo
recogía a las menores cerca de sus casas o colegios y las llevaba al lugar donde Choque
le indicaba. Como algunas debían cambiarse previamente el uniforme escolar, se
detenía unos minutos en su domicilio de la calle Jorge Basadre y allí las proveía de ropa
ceñida y cosméticos. Al regresarlas a sus casas, les pagaba los S/60 prometidos y volvía
a encontrarse con Choque.
‘Mayra’ ganó la confianza de la menor porque, aparentemente, había sufrido los mismos
problemas que ella tenía con sus padres, y la aconsejaba. “Cuando ya éramos amigas,
me dijo que podía ganar más si me acostaba una sola vez con su jefe, el empresario de
una agencia de modelos”, dijo.
Para operar sin contratiempos, Choque se habría coludido con los dueños de seis hoteles
ubicados en Tacna. Hoy todos los propietarios son investigados, pues habrían sido
cómplices del delito de explotación sexual en sus locales y porque dieron trabajo allí a
integrantes de la banda.
Ese es el caso de Karina Olave Llangato ‘Diana Noa’, quien incluso vivía en los altos
del hotel Residencial Sur. Su cuarto, a manera de torre de vigilancia, daba a la plaza
Vigil, un punto en que la red concertaba las citas entre clientes y víctimas. El resguardo
lo completaban Hugo Cámara Pacheco y Patrick Romero Monrroy.