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REPORTE DE LECTURA

Teoría Social 1
Número de reporte 1
La sociedad del cansancio
Byung-Chul Han
Claudia Leticia Hernández Hernández

Cuando escuché el título del libro, debo aceptar que sentí emoción. Supongo, la razón fue
que tenía rato que me “buscaba” un tiempo para leerlo. Y es que, el nombre del autor , había sido
tan sonado , habían sido tan recurrentes sus noticias y análisis en las redes sociales que de inmediato
llamó mi atención. Recordé los encabezados de aquellas noticias y sí; tenía en mí cabeza una
referencia del autor, y su procedencia: era Coreano, vivía en Alemania y había aprendido a escribir
en Alemán en su etapa de estudiante.
El libro incluso antes de comenzar a leerle , me había causado algunas reflexiones: ¿Por
qué tenía tan presente la nacionalidad del autor y el lugar donde vivía?. Y es que si bien, cuando
leo un libro siempre busco la nacionalidad de la o el autor y, el lugar dónde vivió, es un dato que
no suelo tener a priori a su lectura. Supongo, tiene que ver con la relación primaria que siempre
hago cuando escucho algo sobre Corea, en palabras burdas y básicas; lo primero que me pregunto
es: ¿Será de la Corea “relax”, o la Corea militarizada?.
Luego, me cuestioné la segunda referencia mental que tenía de la lectura, sin mentir, me
pregunté:¿El autor es acaso aquel hombre guapo que vi en internet? . ¿Es el hombre atractivo de
rasgos asiáticos, cabello largo , que tenía fotos así como no queriendo en paisajes urbanos?. Seguro
no soy la única persona que alude a estas referencias y , me atrevo a pensar que puede ser un
aliciente para su lectura; porque aceptémoslo, la cultura y las personas de nacionalidad coreana,
están en boga. Haciendo honor a la verdad, estas características físicas siempre me han parecido
atractivas. Aún recuerdo a aquel niño que iba en mi primaria, de nombre peculiar, del que viví
enamorada hasta que … ¡un momento!, ya me fui. Supongo este tipo de relaciones suelo hacerlas
siempre, sin embargo, no suelo escribirlo.
Bueno, pues siguiendo con lo mío, cuando “Google” su nombre, pude confirmar que si,
efectivamente era ese hombre del que tenía recuerdos muy específicos en mi cabeza. ¿Será este un
puro síntoma de la posmodernidad siendo ya dueña de mi consciencia?, no lo sé. Tal vez el autor
predijo la manera en que podría conocerle y ahora, ha materializado sus premisas, en mi exceso de
positividad, cuando siento que no hago nada si no leo algo de “interés” en las redes sociales en el
momento que me siento a “descansar”. Y es que, para ser franca, hace tanto tiempo que leía y leía
cosas por mandato y no por placer, al puro estilo hepático de Prometeo, que sin duda, no esta demás
decir que estaba feliz de poder sentarme y disfrutar la tarde leyendo; claro, al mero instinto salvaje
del multitasking , ya que esa “tarde de lectura relajada”, implica cuidar a mi hija de 4 años mientras
escucha un cuento de sus clases en línea de preescolar, en una computadora que apenas yo se
manejar y ella usa con una destreza envidiable. Supongo, que eso del instinto salvaje es algo
socialmente inherente atribuido para nosotras ,y no estoy segura si es meramente posmoderno, sin
embargo de lo que sí creo es que las tareas aumentaron con el paso de los años.
Volviendo al autor, después de buscar su nombre en la red, (como suelo hacer cada que
reviso la producción de alguien que no conozco), encontré sus datos generales. Filósofo, doctorado
en 1994 con un trabajo referente sobre Martin Heidegger, es actualmente profesor de Filosofía y

1
Estudios culturales en la Universidad de Berlín1. A mi parecer,“ Famoso”, por la cantidad de
entrevistas, notas y ensayos que le consideran, y retoman sus opiniones.
Después de revisar algunos artículos de diarios en los que rescataban su opinión, me di
cuenta que la mayoría versaban sobre lo mismo “El análisis de la sociedad contemporánea, las
redes sociales, la pandemia y el futuro de la sociedad a partir del contexto de salud que vivimos
en la actualidad”. ¡Oh si!,, pensé, ahora caigo, lo tenía tan presente en mi cabeza. Uno de los
títulos de sus artículos se titulaba: “La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul
Han, el filósofo surcoreano que piensa desde Berlín. En este artículo, publicado en mayo de este
año, el autor menciona que los países asiáticos están gestionando mejor esta crisis sanitaria que en
Occidente. En su artículo señala que , mientras que en los países asiáticos se trabaja con datos y
mascarillas, en Europa se actuaba tarde y se levantaban fronteras”2.
“[En corea ]Las personas son menos renuentes y más obedientes que en Europa. También confían
más en el Estado. no solo en China, sino también en Corea o en Japón la vida cotidiana está organizada
mucho más estrictamente que en Europa. Sobre todo, para enfrentarse al virus los asiáticos apuestan
fuertemente por la vigilancia digital. Sospechan que en el big data podría encerrarse un potencial enorme
para defenderse de la pandemia. Se podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los
virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los informáticos y los especialistas en macrodatos. Un
cambio de paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas de la vigilancia digital
proclamarían que el big data salva vidas humanas3.
De inmediato pensé, ¡que cruel destino el mío!, vivo en México, y si en Europa no se han
enterado de la vigilancia digital, en México mucho menos, (sin sonar eurocentrista o colonialista,
es la pura verdad). Luego, pensé, ¡No hay que temer!, tenemos a López Gatell cada tarde, y eso me
da certeza y seguridad , más que cualquier big data presente en cualquier país! 4. No seré esclava
de la tecnología ni pereceré al encanto de entregar mi vida cotidiana a sus embelecedores encantos.
Claro, esto lo afirme antes de que el sábado por la mañana me levantara a las 4 am a realizar este
ensayo, sin saber que pasaría dos horas arreglando mi máquina, después de un mini colapso
nervioso, al ver que el Word no se iniciaba gracias al “error 00000146” o algo así ,(no estoy segura
de los 0 ni del número final).y creo, también, por el miedo a no ser “la más rápida y la más
productiva, ya que, como el autor señala, el poder no anula el deber.
Y bien, después de este viaje de contextualización para intentar “medio plasmar” desde
donde viene mi análisis , me permito continuar con mis percepciones y opiniones sobre esta obra.
Lectura engañosa, de apariencia simple pero de compleja y reflexiva palabra (no como aquellos
tomos gordos, de pastas color caqui de 200 hojas que debí leer siempre que era por mandato, a
excepción de contados libros que en verdad me gustaron y disfruté estar sentada horas para su
entendimiento) .
Podría catalogarlo de manera arcaica y general, como un material que ofrece “agradables
sorpresillas”, al pensar que las primeras acciones afirmativas de su discurso se discuten con
supuestos aún más interesantes que los primeros que presenta, de esos libros que si paras su lectura,
luego ya no entiendes, de esos que te debes reventar en una sentada, aunque admito que debí leerlo

1 Byung-Chul Han. (2020). Retrieved 5 September 2020, from https://herder.com.mx/es/autores-writers/byung-chul-han


2 Ciria, A. (2020, 22 marzo). La emergencia viral y el mundo de mañana. Byung-Chul Han, el filósofo surcoreano que piensa desde
Berlín. Recuperado 4 de septiembre de 2020, de https://elpais.com/ideas/2020-03-21/la-emergencia viral-y-el-mundo-de-manana-
byung-chul-han-el-filosofo-surcoreano-que-piensa-desde-berlin.html
3 l Loc. cit.
4 Pongo a pie de pagina “léase con tono sarcástico” al considerarlo necesario.

2
dos veces, porque no conseguir ir al ritmo más o menos diacrónico entre mis reflexiones y su
lectura.
PRÓLOGO: EL PROMETEO CANSADO
El prólogo, es sin duda una metáfora esencial para el entendimiento del libro. En pocas
palabras explica el suplicio en el que el ser humano está inmerso, diferenciado de un modelo de
“explotación” endógena moderna, a un modelo de “auto-engaño-satisfacción” endógeno
posmoderno igual de doloroso . Lo anterior lo realiza a través del rescate alegórico( por llamarlo
de alguna manera) sobre la historia de Prometeo; personaje que es sin duda uno de los más
simbólicos de la cultura mitológica griega y de los más cercanos a lo humano y terrenal5.
Fue quien se apiadó de los seres humanos, quienes eran criaturas frágiles y vulnerables, a
quienes dotó del fuego de Zeus, con lo que legó parte del sapiens cognitivo del saber-hacer que
nos humanizó y empoderó de nuestro ser en el mundo; quien por tal osadía, pago con el tormento
de ser encadenado para que un águila le comiese el hígado 6 durante el día, el cual se regeneraba
durante la noche para que su tortura corpórea se perpetrase7. Finalmente, Heracles, hijo de Zeus,
compadeciéndose de él, cortó las cadenas que lo sujetaban y lo liberó al derribar con una flecha al
águila hepatívora8. Es así como, Prometeo se constituye en nuestro protector, referente de
inteligencia, símbolo de conocimiento, libertad y autonomía9.
Al respecto, Byung-Chul Han, considera que la historia de Prometeo puede reinterpretarse
considerándolo una escena del aparato psíquico del sujeto de rendimiento contemporáneo, que se
violenta a sí mismo, que está en guerra consigo mismo, que ilusoriamente se cree en libertad, sin
embargo, se halla tan encadenado como él 10. Y es ahí donde impera una de las premisas principales
del autor: “ la autoexplotación del sujeto” , quien en busca de una aparente autosatisfacción y el
rendimiento inacabado como parte de su condena como ser “funcional y eficiente dentro de la
sociedad posmoderna”, debe vivir con las entrañas expuestas listas para ser devoradas. En esta
primera metáfora el autor identifica que el águila que devora el hígado corresponde el álter ego de
Prometeo, quien está en guerra desde la autoexplotación, el dolor asimilado y el cansancio
infinito11. En otras palabras, como la vida misma de los sujetos en la actualidad.

I. LA VIOLENCIA NEURONAL
En el primer capítulo explica como las nuevas patologías existentes en la sociedad difieren de
las amenazas que de antaño aquejaban al mundo : las bacterias y virus. Al respecto menciona en
la actualidad ,los riesgos no son exteriores a la identidad del yo, por lo tanto, su combate no depende
de elementos externos que puedan o no generar cambios en el sujeto, ósea , ni los antibióticos o
vacunas podrán hacerles frente desde la resistencia inmunológica , aunque advierte que aunque la
sociedad de hoy esté, más que nunca, organizada inmunológicamente, no hay manera de luchar
contra estas patologías del mismo ser y su consciente. .

5
Cely Galindo, Gilberto Del Prometeo griego al de la era-biós de la tecnociencia. Reflexiones bioéticas. Opción [en linea]. 2017, 33(82), 114-
133[fecha de Consulta 4 de Septiembre de 2020]. ISSN: 1012-1587. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31053180005
6
Recordemos que el hígado, para los griegos presocráticos, tenía funciones vitales en el organismo, al punto de representar el alma que anima al
cuerpo.
7 7
Cely Galindo, Gilberto Del Prometeo griego al de la era-biós de la tecnociencia. Reflexiones bioéticas. Opción [en linea]. 2017, 33(82), 114-
133[fecha de Consulta 4 de Septiembre de 2020]. ISSN: 1012-1587. Disponible en: https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=31053180005
8 8
Loc. cit.
9 9
Loc. cit.
10
Byung-Chul Ha, La sociedad del cansancio, Herder Barcelona, España, 2012 ISBN 978-84-254-2868-5 p.5.
11
Byung-Chul Ha, La sociedad del cansancio, Herder Barcelona, España, 2012 ISBN 978-84-254-2868-5p.6.

3
Refiere entonces que las nuevas condiciones de salud, que definen el panorama de salud de
comienzos de este siglo son las nuevas patologías neuronales, tales como la depresión, el trastorno
por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), el trastorno límite de la personalidad (TLP) o
el síndrome de desgaste ocupacional (SDO)12. En su argumento, dichas enfermedades han sido
generadas por un exceso de positividad, del resultado y la efectividad que se espera del ser humano
que se caracteriza por la desaparición de la otredad y la extrañeza, en otras palabras, la enfermedad
no es externa del sujeto, es en lo que el sujeto se ha convertido en sí, y como lo idéntico no conduce
a la formación de anticuerpos, no existe la repulsión frente al exceso de positividad.
El exceso de positividad se le puede considerar el poder y deber hacer de la existencia misma
que hoy permea en la globalización. Al respecto concluye que el agotamiento, la fatiga y la asfixia
ante la sobreabundancia tampoco son reacciones inmunológicas. son manifestaciones de una
violencia neuronal, responsable de los infartos psíquicos y de la sustracción de toda óptica
inmunológica, porque carece de negatividad, imperceptible a la inmediatas, ya que, satura, colapsa
y destruye de manera sistema el yo, de manera depresiva o hiperactiva..
II. MÁS ALLÁ DE LA SOCIEDAD DISCIPLINARIA
En el segundo capítulo comienza rescatando algunos conceptos de la sociedad disciplinaria
de Foucault. Al respecto señala que en la actualidad, los hospitales, psiquiátricos, cárceles,
cuarteles y fábricas, lugares que fungían como espacios disciplinarios sociales, ya no operan de
esa manera hoy en día. La cárcel ahora es consciente, esta en la mente y en la cercanía, esta en los
gimnasios, las torres de oficinas, bancos, aviones y otros lugares en los que se vive, sueña y muere.
Define entonces que para la sociedad del siglo XXI, su control no se centra en la disciplina
y vigilancia panóptica, más bien, se basa en una sociedad de rendimiento caracterizada por el
poder de manera afirmativa y colectiva. Ya no están los enfermos mentales de facto y su
aislamiento represivo está en los hospitales mentales, la disciplina continua, sin embargo ahora,
se producen depresivos y fracasados. Al inconsciente social le es inherente el afán de maximizar
la producción, es entonces que se sustituye el paradigma disciplinario por el de rendimiento y
productividad13.
De ahí que explique que el sujeto ahora debe considerarse en razón de su entendimiento ,
por sus atribuciones de rapidez, productividad y obediencia, lo que denomina el animal laborans,
un sujeto que se explota a sí mismo, a saber: voluntariamente, sin coacción externa, quien funciona
como su verdugo y es víctima al mismo tiempo., en donde la humanidad dirige su guerra contra
sí misma. Ya que, al estar libre de un dominio externo que lo obligue a trabajar o incluso lo
explote, si es dueño y soberano de sí mismo, no debe ser ni vigilado ni sometido por nadie, esta
tarea ya es parte del sujeto y su autoexplotación, que va acompañada de un sentimiento de libertad
que termina por generar las enfermedades patológicas a las que refiere en el primer capítulo.

III. EL ABURRIMIENTO PROFUNDO


El exceso de positividad se manifiesta como un exceso de estímulos, informaciones e
impulsos, que modifican radicalmente la estructura y por ende modifican el tiempo y la atención
en otras palabras, el exceso del , “Yo puedo” se vuelve la normalidad del todo .De ahí que

12
Byung-Chul Ha, La sociedad del cansancio, Herder Barcelona, España, 2012 ISBN 978-84-254-2868-5p.6
13
Loc. cit.

4
multitasking sea parte de las nuevas habilidades que ser humano de esta nueva la sociedad del
trabajo y la información de si no desarrollar, al menos intentar. Lo anterior el autor lo explica como
parte de regresión a la vida salvaje. En donde metafóricamente describe los mecanismos de
supervivencia de los animales, con lo que ahora debe hacer el ser humano para sobrevivir (cuantas
veces no hemos comido frente al ordenador, infinitas ocasiones he tenido que contestar el teléfono
mientras manejo o incluso, debí amamantar en clase, trabajo o una llamada laboral). En
consecuencia , señala que los sujetos se están quedando sin la capacidad de realizar una inmersión
contemplativa: lo anterior provoca que la sociedad humana se acerque cada vez más al salvajismo.
Esto se manifiesta en el plano social como acoso laboral, o en el sujeto con enfermedades
pandémicas, relacionadas con la presión arterial y el estrés.
Como resultado de estas tareas diferenciadas, de estas acciones con temporalidades
sincrónicas, multinivel y multiaprendizaje. Se requiere entonces de fuentes de información y
procesos abundantes , el cerebro no descansa, no se nos permite sumergirnos en un aburrimiento
profundo, acción que es importante para la capacidad creativa y la relajación espiritual. De ahí
que Byung-Chul Ha, señale que la función de una profunda y contemplativa atención, a la cual al
ego hiperactivo ya no tiene , se pierde lo llamativo y lo volátil , ese asombro que se revela solo
ante una atención profunda , ante la mirada perdida y los sentidos impolutos .
IV. VITA ACTIVA
Este capítulo podría considerarse como la vanagloria de la vita activa. A grandes rasgos,
explica como los milagros son originados por la acción heroica, a la cual el ser humano es obligado
por el hecho de haber nacido, por la acción en sí. Degradando entonces al ser humano a animal
laborans quien no renuncia a su individualidad ni a su ego para consumarse trabajando, es parte ya
de los procesos anteriores, es parte ya del proceso vital, el cual radica en la sociedad de trabajo se
ha individualizado y convertido en la sociedad de rendimiento y actividad14.Al contrario, esta
dotado de tanto ego que está por explotar, y es cualquier cosa menos pasiva, es hiperactivo y
hiperneurótico. la vida humana se convierta en algo totalmente efímero, no hay posibilidad para lo
no productivo. Nada es constante y duradero, se siente el nerviosismo e intranquilo, .el yo, está
totalmente aislado de la vida humana pero está consciente, en cierto modo los sujetos
aparentemente estamos más vivos que nunca, pero somos muertos vivientes, aunque la rección sea
hiperactiva e inmediata. Quienes no logran soportar esta vida, quienes no pueden con este ritmo,
se convierten en los Muselmänner , el animal laborans tardomoderno afectado por trastornos
neuronales y obesidad.15 Suponiendo que lo ultimo se debe a la falta de contemplación a su persona,
al comer , al dormir, a los hábitos humanos básicos de autocuidado.

V. PEDAGOGÍA DEL MIRAR


Si entonces , la vida contemplativa supone un ejercicio imperante para la libertad, la
creación y el descanso , para el filósofo presupone una particular pedagogía del mirar. Esto no
considera al sujeto como un mero ente pasivo espectado, supone que la vida contemplativa es
más activa que cualquier hiperactividad, la capacidad de detenerse, el sujeto de acción es capaz
de atravesar el espacio entero de la contingencia16 Que le permitirá crear desde sí mismo,
diferenciado de lo que el mismo espera crear, ya que como consecuencia de la aceleración,

14
Byung-Chul Ha, La sociedad del cansancio, Herder Barcelona, España, 2012 ISBN 978-84-254-2868-5p.30
15
Ibid., p. 31
16
Ibid. 34

5
estamos aprendiendo a suprimir cualquier entre-tiempo de la vida, ese que nos permite
reiniciarnos en nuestra capacidad del ser. El autor define a esta incapacidad de parar, a esta forma
de vivir sin espacios como una especie de “loop” de vida como un futuro que se acorta
convirtiéndose en un presente prolongado. Del mismo modo señala la importancia de la rabia,
como un sentimiento que permite romper y transformar desde el trasfondo, o la tristeza profunda
, que la capacidad , considero, de reiniciarse en este mundo. Funcionando como una especie de
«red de anticuerpos y de defensa inmunológica natural17 En donde , de no logarlo, el ser humano
como la sociedad se transforman en una máquina de rendimiento autista , comparándola con un
ordenador, que en apariencia realiza los procesos pero carece de consciencia .
VI. EL CASO BARTLEBY
En este capítulo, Byung-Chul Ha, realiza algunas analogías retomando la historia de El
Caso Bartleby , para ejemplificar la vida presente-futura de la que habla cuando no dejamos de
ser en algún momento de la existencia. Este relato de mediados del siglo XIX, narra la historia
de un copista que trabaja en una oficina de Wall Street, quien decide que un día no volverá a
escribir más, escudado en un prolongado “Preferiría no hacerlo”. La lectura considera que
Bartleby desarrolla síntomas que serían característicos de la neurastenia, en donde el «I would
prefer not to» representa la falta de iniciativa y apatía que acaban con la vida de su protagonista
quien muere en total aislamiento y soledad. 18 Habla de la prisión de sus muros monumentales,
Tombsm de la obediencia de los sujetos Sin embargo afirma que lo que a Bartleby lo enferma
no es el exceso de positividad o posibilidad; no lleva el lastre del imperativo tardomoderno de
dejar que comience el Yo mismo, en donde transcribir es precisamente una actividad que no
permite ninguna iniciativa, ninguna emoción o autosatisfacción.
Bartleby, que vive aún en la sociedad de convenciones e instituciones, no conoce el
superagotamiento del Yo que conduce a un depresivo cansancio-del-Yo.19 Es al contrario una
figura sin referencia a sí mismo o a otra cosa, carece de mundo, es ausente y apático, como una
hoja en blanco.

VII. LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO


En el último capítulo, explica como la sociedad de rendimiento, la sociedad del
superagotamiento, del Yo violento de si para sí, se convierte paulatinamente en una sociedad de
dopaje que no nos permite estar cansados. Sobre el dopaje, señala en cierto modo que hay quienes
están a favor de estimulantes que pudieran mejorar la capacidad de los sujetos para llevar a cabo
sus tareas. De las cuales, en lo personal, considero no deben ser propiamente drogas, yo, al menos,
a últimas fechas no podría vivir sin un café y un cigarro en la mano.
Este dopaje, cualquiera que sea , hace posible un rendimiento sin rendimiento, Sin embargo
el deber ser del ser humano actual en su conjunto es funcionar como una “máquina de rendimiento”,
cuyo objetivo consiste en el funcionamiento sin alteraciones , que provoque la maximización del
rendimiento.20Estos estados psíquicos son precisamente característicos de un mundo que es pobre
en negatividad y que, en su lugar, está dominado por un exceso de positividad21

17
Byung-Chul Ha, La sociedad del cansancio, Herder Barcelona, España, 2012 ISBN 978-84-254-2868-5p.36
18
Ibid.30
19
Ibid 40
20
Ibid 46
21
Ibid 46

6
El cansancio de la sociedad de rendimiento es un cansancio a solas (Alleinmüdigkeit), que
aísla y divide. Cuando el Yo se aminora, cuando el sujeto se cansa, cuando se siente agotado, la
gravedad del Ser se desplaza del Yo al mundo. Por ende se necesita cansarnos de lo cotidiano para
volver a ser en lo inmediato, para recular la calma, para potenciar la posibilidad del “no-hacer” en
contraste con la hiperactividad de una sociedad que no duerme, trabaja y vive en el mismo tiempo
y espacio.
Conclusión
Sin duda, este libro ha traído diferentes reflexiones importantes de lo que soy y de lo que
fui hace algún tiempo con todas y cada una de sus líneas, de mi vida laboral y de madre. De hecho,
cuando me presenté en el Doctorado decidí que esa dualidad de mi persona , sería una de las
condiciones que dejaría siempre clara cuando se me preguntase ¿Y tu que haces o quien eres?. Yo
soy una persona autónoma, que vive y trabaja como debe, sin embargo soy mamá y no es una
dicotomía, es un todo. Vivo en ese estadio de vigilancia constante como el que el autor refiere , de
“la vida salvaje”. Y no, no es para nada exagerado. Cuando me enteré que mi hija seria mujer, me
llené de profunda alegría, sabía que vendría un homónimo ser a mí vida, que compartiría muchas
cosas maravillosas a mi lado, pero también, estoy llena de profundos miedos . Este mundo no es
nada fácil para las mujeres, debo vigilar su seguridad, su convivencia., su aprendizaje, ya que
intento liberarla de los prejuicios que están socialmente construidos para nosotras. Miedos que
llegaron desde el momento que supe de su existencia y que se combinaron con un montón de
responsabilidades exacerbadas de los que creo, pude presidir de algunas, tal vez de muchas.
Cuando me enteré que estaba embarazada, ese sentimiento del que habla el autor, de ese
“Si , yo puedo “, se apodero de mí, pensé que como siempre había sido multifuncional , siempre
con dos trabajos, siempre trabajando y estudiando, siempre cocinando y lavando, esto me vendría
sencillo. Y ahí , me vi con 8 meses trabajando en una oficina, aplicando para una maestría,
preparándome para una cesárea, comprando cosas para la llegada de mi hija y acudiendo a las
marchas contra feminicidios (por mencionar algunas cosas). No abundaré en el asunto de manera
exhaustiva., lo que si me interesa referenciar es que, en ese momento, ya no tenía entrañas que
ofrecer al mundo. El “Si, yo puedo”, incluso me llevó a la propia negación de mi estado
contemplativo, el que merecía al traer una nueva vida a este mundo. Cuando el libro habla de las
multitareas, recordé aquellos días en que me encontraba una semana antes, organizando al equipo
de trabajo, un día antes de mi parto terminando un artículo, que estaba a mi cargo, unas horas antes
respondiendo llamadas de un trabajo que fácilmente podría prescindir de mí,, pero que sin embargo,
no me permitía cansarme, ni siquiera por un embarazo de alto riesgo o por la necesidad de
amamantar. Y sin más, como un flashazo me vi con una niña de 6 días de nacida, una cesárea mal
cocida tomando clases con apenas algunas horas de sueño. Y pasó, lo que claramente anuncie este
libro, enferme. Y debí adoptar después de tres años , una etapa de contemplación y reconocimiento.
Que me permitió regenerarme y volver a ver las cosas de manera distinta. Sin embargo, esta
sociedad , esta vida de autocastigo e hiperactividad no te permiten vivir sin culpas, sin sentir en
cada momento tu falta de productividad, tu falta de “Si, yo puedo”, el compromiso de ser el “Yo”
que no sabes bien que es, pero que no puede parar. Por ello, para mí, este libro es un recordatorio
de poder ser, en sintonía con lo esencial, lo contemplativo y la vida estética. Cosas que
continuamente debo recordar y no dejar que pasen por alto. Yo diría que es como una droga, donde
vives tratando de ser un día a la vez ., intentando perderte, pero en lo esencial, para disfrutar una
risa, un café, un olor, una luz , un libro o el silencio.

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