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UNLP Cammarano, Aylen

Facultad de Artes 81832/0


Identidad, Estado y Sociedad Diseño Multimedial
Prof.: Andrea Ruzzi

Peronismo, Resistencia y Revolución

Ante la profundización del enfrentamiento social entre las organizaciones


obreras y empresariales, se aceleró el acercamiento político entre Perón y el
sindicalismo. Además de que Perón, iba ganando cada vez más poder en el
gobierno, llegando a ejercer la secretaria de Trabajo, el ministerio de Guerra y la
Vicepresidencia simultáneamente. Ante la ofensiva de la oposición, la mayoría de
los militares que integraban el gobierno de Farell creían que era necesario
deshacerse del sector político liderado por Perón y para ello, les exigieron su
renuncia a sus cargos y lo llevaron detenido a la isla Martin García.
Frente a esto, la agitación creció en el seno del movimiento obrero, por ello,
el 17 de octubre de 1945, al conocerse la renuncia de Perón, los obreros
comenzaron a movilizarse en distintos puntos del país. La movilización de las
masas obreras consiguió la liberación de Perón y aseguro la continuidad de sus
conquistas sociales, acabando siendo una fecha muy importante para el
peronismo.
Perón, ya electo como presidente, se encargó de la planificación económica
del Estado, procurando una mayor justicia social, partir de mejorar las condiciones
de vida de los trabajadores y alentar el desarrollo industrial reclamado por los
empresarios. La política económica procuró una redistribución de la riqueza, ya
que elevó el poder adquisitivo de los trabajadores, aumentando el nivel de empleo
y los salarios. Al mismo tiempo que se producían las transformaciones
económicas. Desde el Estado se impulsó una amplia legislación social que
contribuyó al mejoramiento de las condiciones de vida del conjunto de los
trabajadores. Así, se estableció el control estatal de los precios de los alquileres,
se otorgaron nuevas viviendas a partir de planes populares de financiación, y se
mejoraron las inversiones en salud y educación.
Una de las reformas política más importantes realizadas por el peronismo
fue la sanción de una nueva Constitución Nacional, en 1949. En ella se
incorporaron los derechos sociales conquistados por el movimiento obrero y la
legalización de los cambios económicos, especialmente la política de
nacionalizaciones del comercio exterior, de los combustibles y del transporte. La
oposición resistió a la nueva Constitución porque consideraba que era el resultado
del afán personalista de Perón, cuyo deseo excluyente era lograr la reelección
presidencial. Además, los socialistas se quejaron porque entre los derechos de los
trabajadores no figuraba el derecho de huelga, y los conservadores denunciaron el
perfil excesivamente presidencialista de la reforma. Ésta finalmente fue aprobada
y tuvo vigencia hasta la caída de Perón en 1955.
Además de la crítica situación económica, durante el segundo gobierno de
Perón se acentuaron los problemas políticos. Los partidos políticos opositores
centraron sus críticas en las medidas económicas y en la dureza con que Perón
trataba a quienes disentían de la política oficial. La Iglesia, que en un principio
mantuvo buenas relaciones con el gobierno de Perón, se fue distanciando de él y
pasó a integrar el bloque social y político antiperonista.
A comienzos de 1955, la actividad conspirativa de los sectores liberales y
nacionalistas católicos dentro de las Fuerzas Armadas se había incrementado y
era cada vez más reducido el número de militares aliados de Perón. Estos grupos
de oficiales contaron con el apoyo de amplios sectores políticos (radicales,
conservadores y socialistas). Se produjeron levantamientos contra el gobierno en
diversas bases militares que culminaron el 16 de junio, con un bombardeo en
horas del mediodía a la Plaza de Mayo. El gobierno logró detener el intento de
golpe de Estado, pero la tensión política no cesó.
A partir de estos hechos se inició la cuenta regresiva para el gobierno de
Perón. El bloque antiperonista se había ampliado y consolidado. El único sector
social que parecía decidido apoyar a Perón era la clase obrera. Luego de las
jornadas de junio, la CGT convocó por radio a los trabajadores, para que
acudieran a defender al gobierno.
El 16 de septiembre, un nuevo alzamiento militar, llamada "Revolución
Libertadora", encabezado por los generales Eduardo Lonardi, Pedro E. Aramburu
y el almirante Isaac Rojas destituyó a Perón y estableció un gobierno provisional
encabezado por el general Lonardi. Quienes querían eliminar completamente al
peronismo del país por un "proceso de desperonización", generando decretos que
sancionaban a los militantes, reprimiendo toda política vinculada al peronismo,
pero a pesar de esto, aún existía un sector que quería que el gobierno peronista
volviese al Poder, como Lavalle, el cual termina asesinado por este motivo.
Es decir, el golpe terminó por disolver el partido peronista, además de tener
motivos muy falsos y fraudulentos, ya que sus autores justificaban que lo hacían
por el estancamiento de la economía, pero en realidad, su verdadero objetivo era
volver al modelo económico liberal, que favoreciera a las clases oligárquicas.

El gobierno de facto dirigido por Aramburu tomó medidas y sancionó leyes


con el objetivo de proscribir al peronismo y quitar la figura de Perón del país, lo
cual para esto tendría que llevar a cabo la proscripción del peronismo, el
encarcelamiento de dirigentes opositores de índole peronista, despedirán a miles
de delegados peronistas y mediante la ley 4161 prohibirá toda manifestación
política peronista, es decir la utilización de símbolos, iconografía o palabras en
relación con dicho partido o sus dirigentes. Además derogó la  Constitución
Nacional vigente, conocida como Constitución de 1949, la cual expresaba los
ideales del peronismo.

La Resistencia Peronista tuvo una obvia reacción de un sector del pueblo


argentino frente al intento de Aramburu de eliminar la ideología que los sectores
populares habían adquirido, dicha resistencia actuará en muchos casos con
violencia. Al mando del general Aramburu en el poder ejecutivo se reprimirá y
combatirá fuertemente a dicha resistencia, esto queda reflejado en los
fusilamientos del General Valle, ya nombrado anteriormente.

Aunque de todos modos no se logra evitar que Perón siga presente y con el
mismo poder en su figura, dándole a Frondizi apoyo por parte de los peronistas
para las elecciones, acordado restablecer los derechos tomados de la sociedad
por el gobierno militar de facto. De esta manera, se va dando una situación en la
cual es notoria la fuerte presencia del peronismo.
Como conclusión, las causas y motivos de la revolución libertadora surgen
de un notable resentimiento frente al desarrollo del modelo político de Perón, por
parte de diversas clases. La oposición actuó activamente y sin temor, mientras
que, por otro lado, la resistencia peronista, tuvo una reacción natural al querer
defender su ideología y sus derechos obtenidos durante el gobierno de Perón.

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