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Tarea de laboratorio 2: Práctica: Resistividad

Microscópica

Antes de llegar a la ley de Ohm es necesario en primer lugar entender qué es la intensidad de corriente
eléctrica o simplificada, la corriente eléctrica. Algunas partículas presentan una propiedad fundamental
de la materia llamada carga eléctrica. Para estudiar la corriente eléctrica nos interesará ver cómo se
mueven esas cargas, es decir, como se mueven las partículas con una carga asociada. La corriente se
define como la carga neta que fluye a través de un área transversal A por unidad de tiempo.

Su unidad en el SI es el Amperio (A). Un Amperio es un Culombio por segundo (electrones/segundo).


Por definición decimos que la corriente eléctrica tiene la dirección en la que hay un flujo de carga
positivo.
Tal y cómo está definida la corriente, sugiere que la velocidad a la que se desplazan los electrones es
constante. Sin embargo, para conseguir una corriente eléctrica es necesario que las cargas estén
sometidas a un campo eléctrico . El campo eléctrico es la fuerza por unidad de carga. Por tanto al

hacer esto ejercemos sobre las cargas una fuerza eléctrica. 

Si sobre estas cargas hay una fuerza entonces existirá una aceleración tal y como señala la primera ley
de Newton. Es sencillo demostrar que esta aceleración es constante. Cada electrón experimenta una

fuerza   . Por tanto la aceleración es:   siendo   la masa de la partícula


cargada. Como   es constante y la masa y la carga también, entonces   también es constante.

El razonamiento anterior es válido cuando las cargas se mueven en el vacío y, por tanto, sin encontrar
ningún obstáculo a su movimiento. Ahora bien, al desplazarse las cargas (electrones) por el interior de
un material, por ejemplo en un metal, chocan con los núcleos atómicos de forma que la velocidad
definitiva con que se mueven estos es constante. A esta velocidad ( ) se le llama velocidad de
arrastre o de deriva.

Simplificando, el fenómeno de los choques se puede interpretar como una fuerza de rozamiento o

resistiva que se opone a   hasta el punto de anularla y, entonces la velocidad neta de las cargas es
constante. En cierta manera es similar a las gotas de lluvia que en lugar de caer con una aceleración
constante (   ), alcanzan una velocidad límite constante al caer debido a la presencia de aire. Podemos
verlo también como el caso de una bola (que sería una partícula cargada) cayendo por la rampa de la
imagen que es repetidamente frenada por los pivotes (los núcleos atómicos) de manera que su
velocidad media es constante.

Microscópica
Las aplicaciones más generales sobre la corriente eléctrica se realizan en conductores eléctricos por lo
que en un primer análisis se tratará en los conductores más básicos: los metales. En un metal los
electrones de valencia siguen el llamado Modelo del electrón libre. Según este modelo, los electrones de
valencia de un metal tienen libertad para moverse, están des localizados es decir no se pueden asociar
a ningún núcleo atómico porque están continuamente moviéndose de forma caótica, de forma similar a
las moléculas de un gas. Ahora bien, que se desplacen no quiere decir que haya una corriente eléctrica.
El movimiento que llevan a cabo es caótico de forma que en conjunto el desplazamiento de unos
electrones se compensa con el de otros y el resultado es que el movimiento neto de cargas es
prácticamente nulo.

Cuando aplicamos un campo eléctrico   a un metal los electrones modifican su movimiento aleatorio
de tal manera que se arrastran lentamente en dirección opuesta a la del campo eléctrico. De esta forma
la velocidad total de un electrón pasa a ser la velocidad que tenía en ausencia de campo eléctrico más
la provocada por el campo eléctrico. Así, la trayectoria de este electrón se ve modificada como aparece
en la figura. Aparece, pues, una velocidad neta de los electrones en un sentido que recibe el nombre de
velocidad de arrastre   .

En la animación se pretende representar este fenómeno. En con línea quebrada en azul se representa
la trayectoria de movimiento caótico para un electrón que sufre sucesivos choques con los iones fijos de
la estructura cristalina. La trayectoria en rojo representa el mismo fenómeno cuando se aplica un campo
eléctrico orientado de derecha a izquierda de diferente intensidad (a mayor separación de la trayectoria
azul, mayor valor del campo eléctrico). Aparece una pequeña desviación de las grandes velocidades
térmicas de los electrones, cuyo efecto global se manifiesta como un movimiento ordenado con un
pequeño valor de velocidad   (con flecha de vector) de arrastre según la dirección del campo   y
en sentido opuesto (debido al signo negativo de la carga del electrón

Si tomamos como tiempo τ el tiempo entre colisiones del electrón con los núcleos atómicos y usando la
expresión de la aceleración que provoca un campo eléctrico sobre una carga calculada antes

obtenemos la velocidad de arrastre , la misma del aparatado anterior. Sustituyendo en la


ecuación de la densidad de corriente J, llegamos a la ley de Ohm microscópica.

Donde σ es la conductividad Conductividad eléctrica de la que hablamos en el siguiente apartado.

A partir de la ley de Ohm microscópica podemos llegar a la ley de Ohm macroscópica. Partiendo para
ello de un conductor metálico de sección   por donde circula una corriente   y se toma una
longitud   del mismo. Entre los dos extremos del tramo aparece una diferencia de potencial
. Si sustituimos en la expresión anterior tenemos que

Ya que   donde   es una propiedad del tramo de conductor que se llama resistencia.
Conclusiones
Hay diferencian en que la forma microscópica  es independiente de la
forma del conductor eléctrico
Dependencia de la resistividad con la temperatura

La resistividad de cada material óhmico depende de las propiedades de dicho material y de


la temperatura y por otro lado, la resistencia de una sustancia depende de la forma del
material y de la resistividad. En general, la relación funcional entre la temperatura y la
resistividad de un metal puede calcularse a partir de la relación polinómica:

En el rango de temperaturas de 0ºC a 200ºC, la resistividad de un metal varía


aproximadamente de manera lineal con la temperatura de acuerdo con la expresión

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