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UNIDAD II

PUNTO 1- EL PAGO COMO MEDIO DE EXTINCION DE LAS


OBLIGACIONES:

El Pago. Concepto: el CCyC lo define en su art. 865 como:” El pago es el cumplimiento


de la prestación que constituye el objeto de la obligación”. Es el cumplimiento por
excelencia y por ende, su modo de extinción natural ya que pone fin a la relación
jurídica satisfaciendo el interés del acreedor y liberando al deudor.

DIVERSAS ACEPCIONES: En sentido amplio: el pago es sinónimo de extinción de la


obligación por cualquier medio que importe la liberación del deudor, por lo cual
comprendería a todos los medios extintivos (novación, compensación, confusión, etc.),
aún cuando no se satisfaga el interés del acreedor.

En sentido estricto: el pago es el acto de ejecución de una prestación debida en virtud de


una relación obligatoria (Diez- Picazo, Castá, Tobeñas, LLambias, Trigo Represas) y el
cumplimiento específico de la prestación adeudada (art. 865, CCyC).

En un sentido aún más limitado: el art. 244 del Código alemán define al pago como el
cumplimiento de una obligación de dar sumas de dinero específicamente, y utiliza la
palabra “ejecución” para referirse al cumplimiento de las demás obligaciones.

NATURALEZA JURIDICA: Tanto en la doctrina argentina como en la extranjera, han


surgido diferentes posturas

1- Teoría del acto jurídico: la postura mayoritaria (Llambias, Busso, Borda,


Alterini, Ameal, López Cabana, Giorgi y Barbero), afirma que el pago es un acto
jurídico. Basta tener en cuenta que se trata de un hecho humano voluntario y lícito, que
tiene por fin inmediato extinguir una obligación, para advertir que se dan en el pago,
todos los rasgos que definen al acto jurídico, según los términos del art. 259 del CCyC.
El mismo CCyC se inclina por este criterio al decir en el art 866 “Reglas aplicables. Las

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reglas de los actos jurídicos se aplican al pago, con sujeción a las disposiciones de este
capítulo”.
Borda dice que: es un acto jurídico bilateral en el que una de las partes cumple
voluntariamente la prestación y la otra la recibe.
2- Teoría del acto debido: fue formulada por Carnelutti para quien existen tres
categorías de actos que él denomina “jurídicos” y que para Caseaux serían actos
“voluntarios”: a) el “negocio jurídico” que es un acto que la ley permite realizar, b) el
acto ilícito, que es lo que la ley prohíbe hacer, y c) el acto debido, que es obligatorio por
que la ley o ordena, de forma tal que el sujeto no es libre para dejar de hacer dicho acto.

Ahora bien, el pago sería un acto debido por que el deudor no es jurídicamente libre de
cumplir o no cumplir, sino que tiene el deber de pagar. En el acto jurídico concurren
libertad psicológica y jurídica: el agente obra exento de toda coerción humana exterior y
el efecto jurídico buscado se produce en la medida en que la parte quiera que suceda.
Sólo si yo quiero, por ejemplo, puedo comprar una casa o adquirir un pasaje para ir al
extranjero; en cambio, en el pago, el deudor sólo tiene libertad psicológica de pagar o
no pagar, pero carece de libertad jurídica en tal sentido: puesto que desde que contrajo
la obligación, en a medida de ésta cesó su libertad y si no pagara infringiendo su deber
jurídico, se hará pasible de las consiguientes sanciones civiles.

3- Teoría del hecho jurídico: Es mayoritaria en Alemania, España e Italia, y con


ciertos seguidores entre nosotros (Salas, Trigo Represas, Palmero y Cazeaux), el pago
es un hecho jurídico y no un acto jurídico, por cuanto la producción de sus efectos
propios no requieren ni que la actividad del deudor sea voluntaria, ni que sea calificada
por su destino. En este sentido, el pago sería un acontecimiento que, conforme al
ordenamiento jurídico produce la extinción de la obligación (art. 257 CCyC), pero sin
que deba mediar necesariamente un acto voluntario o bien una finalidad extintiva
inmediata.
4- Teoría ecléctica: defendida por Colmo, Boffi Boggero, Martinez Carranza y
Wayar, etc. En una postura intermedia entre la concepción del pago como acto jurídico
y como hecho jurídico, sostienen que éste puede ser encuadrado en una u otra categoría
según el tipo de obligación de que se trate: a) en las obligaciones de hacer y no hacer se
trataría de un hecho jurídico voluntario o involuntario; b) en cambio, en las obligaciones
de dar, se presenta como un verdadero acto jurídico. Concluyen que no puede hacerse

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una caracterización única del pago, pues su naturaleza varía en función de las diferentes
clases de las obligaciones.

Legitimación Activa:

Constituye uno de los grandes problemas en esta materia, cuando se pretende


imponer la recepción del pago al acreedor, y cuando quien intenta realizarlo no está
legitimado para ello.
Se trata de saber quienes pueden pagar; si bien será el deudor de la obligación quien
posea la legitimación activa del pago, no será el único habilitado para efectuarlo, ya que
también podrán pagar otras personas a quienes la ley les concede la potestad de
realizarlo: es el caso de ciertos terceros, que si bien no son parte de la relación jurídica
poseen legitimación para pagar, de ahí que se generalice la denominación y al que paga
se lo califique como solvens.
Pueden revestir esta calidad, las siguientes personas:
A) El deudor: es quien tiene el derecho y el deber de pagar espontáneamente y
apropiadamente mientras el vínculo jurídico subsista. El pago realizado por el deudor
extingue el crédito y lo libera, cuando satisface el interés del acreedor (art. 880 CCyC).
Si el deudor es único no presenta problemas, en cambio si hay pluralidad de deudores su
conducta, habrá de ajustarse a la naturaleza y caracteres de la respectiva obligación.
1- Si la obligación es solidaria: Todos y cada uno de los deudores están obligados
por la totalidad de la deuda, en virtud de la naturaleza del vínculo de la obligación.
2- Obligación mancomunada simple: cada deudor sólo debe su parte en la deuda y
si el reintegro de lo que pagó en exceso.
3- Obligaciones de hacer y no hacer: En este tipo de obligaciones lo esencial en el
pago es la conducta del deudor y su adecuación objetiva a los términos de la obligación.
De ahí que, en algunas obligaciones de hacer se requiere en el deudor determinada
capacidad, por ejemplo, en el otorgamiento de una escritura pública, exige plena
capacidad; en otras puede ser no necesaria tal capacidad, esto es evidente en las
obligaciones de no hacer, cuyo contenido negativo posibilita ampliamente que hasta un
incapaz absoluto pague, absteniéndose de hacer lo que no debía hacer. Si se trata de
obligaciones intuito personae, el acreedor puede rechazar el pago.
B) Pago por un tercero: Por tercero debe entenderse a todo aquel que no es parte de
una relación jurídica. Los requisitos que debe cumplir son los siguientes:

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a- El pago debe consistir en la prestación debida, y adecuarse a la circunstancia de
tiempo, modo y lugar correspondiente.
b- El tercero pagador, debe ser persona capaz, pues de lo contrario la aceptación
del pago expondría eventualmente al accipiens (acreedor), a futuras acciones de
repetición.

El acreedor tiene derecho a dejar constancia en el recibo que otorgue, que el tercero
solvens paga voluntariamente y teniendo conocimiento de no estar obligado, para
quedar así a resguardo de cualquier posible repetición, y si el tercero pagador no
admitiese tal constancia, el acreedor puede válidamente negarse a recibir el pago. Cabe
aclarar que el acreedor tampoco estará obligado a recibir el pago por un tercero, cuando
éste pretendiera ser deudor y aprovechar las ventajas inherentes a la calidad de tal. En el
mismo sentido, el acreedor puede negarse a recibir el pago de un tercero cuando tuviera
interés en que la obligación sea ejecutada por el mismo deudor.

El código hace mención a las obligaciones de hacer, pero también en las de dar, y en las
de no hacer puede ser legítima la negativa del acreedor de recibir el pago por un tercero.

Deberes del “solvens”

Quien realiza el pago tiene a su cargo los siguientes deberes, que debe observarlos a fin
de no afectar la validez del acto que realiza:

a- Buena fe: Este es el principio general del derecho de las obligaciones pero, en el
pago, consiste en que el mismo debe ser efectuado de conformidad con lo que
verosímilmente se entendió que se adeudaba;
b- Prudencia: Quien paga debe ser prudente al momento de efectuarlo, por lo que,
en caso de duda respecto al derecho del acreedor y de que concurran otras
personas reclamando el pago, debe tomar los recaudos necesarios para no pagar
a quien no corresponde, recurriendo a los mecanismos que la ley propone para
ello (el pago por consignación). Por cuanto que, “quien paga mal, paga dos
veces”.
c- Información. El deudor debe comunicar al acreedor todas las circunstancias
referidas al pago (por ejemplo: hora en que se realizará el pago; el lugar
designado a tal efecto) a fin de que el mismo se pueda llevar a cabo.

Legitimación Pasiva:

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El acreedor, sujeto activo, en la relación jurídica obligacional, es sujeto pasivo del pago,
pues es quien debe recibirlo. Pero, además del acreedor, pueden recibir el pago otros
sujetos, sus representantes y los terceros habilitados. El art. 883 del CCyC enumera
quienes pueden recibir el pago:

a-Pago al acreedor, su cesionario o subrogante

b-El tribunal que dispuso el embargo del crédito.

c-El tercero indicado para recibir el pago

d-El poseedor del título del crédito extendido al portador o endosado en blanco

e-El acreedor aparente

Deberes del “accipiens”:

Es sabido que quien recibe el pago, también tiene a su cargo una serie de deberes que
debe cumplir:

1- Buena fe: Debe percibir el pago de buena fe, ya que, caso contrario, podrá verse
obligado a restituir lo percibido, aún cuando le pertenezca (por ejemplo: si cobró
sabiendo que el deudor actuaba en fraude a otros acreedores).
2- Aceptación: El acreedor debe aceptar el pago que le efectúa su deudor o el
tercero interesado; caso contrario será susceptible de incurrir en mora. No está
obligado a recibirlo, aunque sí facultado para hacerlo, en caso de que el pago
intente realizarlo un tercero no interesado.
3- Cooperación: El acreedor debe brindar su cooperación al deudor, posibilitando
de tal modo que el pago pueda realizarse.

PUNTO 2- OBJETO DEL PAGO: Es la cosa o el hecho sobre el cual recae la


obligación contraída, vale decir el comportamiento, conducta, acción u omisión que
debe cumplir el deudor, tendiente a satisfacer el interés del acreedor.

El objeto del pago debe reunir esta ciertos requisitos (art. 867 CCyC):

-el de identidad: relación entre lo debido y lo pagado.

-el de integridad: relación con el pago íntegro.

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A estas dos exigencias, se suman otras,

-el de la localización relacionado con la exacta ubicación del pago en el lugar del
cumplimiento.

-el de la puntualidad relacionado con el momento debido.

Localización (lugar de pago):Este requisito resulta de gran importancia, ya que la


determinación del lugar de pago determina sus efectos sobre el derecho aplicable, la
competencia judicial, la moneda de pago, etc. El nuevo código ha simplificado
notoriamente esta cuestión, fijando las siguientes reglas:

1-Lugar de pago designado. El lugar de pago puede ser establecido por acuerdo de las
partes, de manera expresa o tácita (art. 873 del CCyC).

2-Lugar de pago no designado. Si nada se ha indicado, el lugar de pago es el domicilio


del deudor al tiempo del nacimiento de la obligación. Si éste sufriera alguna
modificación, debe ser informada a la parte comprometida (art. 874 CCyC).

3-Obligación de dar cosa cierta: En este caso, el lugar de pago es donde la cosa se
encuentra habitualmente. (Art. 874 CCyC).

4-Obligaciones bilaterales de cumplimiento simultáneo, en este supuesto, lugar de pago


es donde debe cumplirse la prestación principal (art. 874 CCyC).

Obligaciones querables o de recogida: Son aquellas que cargan al acreedor con la


necesidad de buscar él mismo la prestación, es decir, de presentarse a cobrar en un
domicilio distinto del suyo. La obligación es querable, cuando el acreedor debe buscar
su pago. La voz querable deriva del latín quaero que significa buscar.

La doctrina argentina ha afirmado, siguiendo a LLambías, que la naturaleza querable de


la obligación constituye un principio general supletorio. El art. 874 CCyC así lo
establece ahora. Cuando nada se ha dicho sobre el lugar de pago, es el domicilio del
deudor al tiempo del nacimiento de la obligación.

Es mucho menos frecuente que las partes pacten expresamente que el lugar de
cumplimiento sea el domicilio del deudor, a menos que de allí deban retirarse efectos de

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alguna complejidad de movilización, o que estén allí resguardados o estibados y deba el
acreedor ir a recogerlos. La regla práctica es que cuando se entregan cosas fungibles o
de escaso valor o nula complejidad de traslado, el domicilio pactado suele ser el del
acreedor.

Por ende, “lejos de ser indiferente, el lugar de cumplimiento importa, en la práctica,


trascendentes consecuencias”. Por ello las deudas portables son aquellas en que el lugar
de pago es el domicilio del acreedor, por lo que el deudor debe “portar” los medios de
pago hasta allí hasta entregarlos, con lo que él carga con los riesgos y gastos del pago.

La obligación es querable, cuando quien debe desplazarse para obtener elñ pago y llevar
la iniciativa al efecto de verse satisfecho es el acreedor, quien debe concurrir al
domicilio del deudor a requerirle el cumplimiento.

Tiempo del pago:

La puntualidad es el requisito que hace a la exactitud del cumplimiento de la obligación.


En principio, el momento de pago debe coincidir con el vencimiento del plazo al que
pueda estar sujeta la obligación. Así el pago debe hacerse conforme el art. 871 del
CCyC:

-Si la obligación es de exigibilidad inmediata (son aquellas que no están sujetas a


ninguna modalidad y cuya exigibilidad es contemporánea con su nacimiento); la
prestación debe cumplirse en el mismo instante de su nacimiento, ya que la exigibilidad
de la obligación, en tal caso como establece la norma, será inmediata.

-Si no hay un plazo determinado, cierto o incierto, el día de su vencimiento. Sin


embargo, en determinadas situaciones puede producirse la caducidad del plazo,
tornándose exigible el cumplimiento de la obligación en forma anticipada.

-Si el plazo es tácito, en la fecha que conforme a los usos y costumbres y de acuerdo
con la Buena fe debe cumplirse.

-Si el plazo es indeterminado, en el tiempo que fije el juez, a solicitud de cualquiera de


la partes, mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local.

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