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INTELIGENCIA PICTÓRICA Y ESPACIAL

El verdadero viaje de descubrimiento


no consiste en buscar nuevos paisajes,
sino nuevos ojos.
Marcel Proust
“La abstracción es real, más real,
incluso, que la naturaleza”
Josef Albers

7.1. Percibir el arte


¿En el tiempo que dura nuestra educación, hemos recibido alguna vez una capacitación
sobre la manera como se debe percibir una obra de arte? En los cursos de historia del arte
enseñan al alumno a identificar los objetos que corresponden a tal o cual tendencia según el
formato establecido por una época. Percibir y definir el objeto en su integridad, en sus
relaciones con la naturaleza y la cultura en el que emerge una obra de arte, es el punto de
partida por lo que el estudiante debe iniciar y afirmar su aprendizaje.
Abordar un mejor conocimiento de la contemplación del arte y lo artístico, requiere de
una educación y formación para la observación visual minuciosa hacia el descubrimiento y
percepción de una obra de arte en su globalidad. No solo consiste en atender la composición
del objeto, sino adentrarnos en las relaciones internas que contiene, en la que destacan: por su
naturaleza sensible, por los componentes estéticos y artísticos, por el carácter social e
histórico en el que se funda la obra de arte.
Una obra artística es un producto de la inteligencia creadora. La obra adquiere su valor
y calidad estética, en función de su relación con el sujeto, así como los fines que corresponden
en su utilidad y consumo. Por ejemplo una obra, sea plástica, arquitectónica, poética, musical,
no es percibida y auscultada de la misma forma por un espectador aficionado -que concreta
sus intereses particulares o de un público en general que representa la cultura colectiva-, que
aquel especialista versado que antepone un criterio y un análisis en los detalles más mínimos
y complejos.
El espectador y receptor de mensajes estéticos y artísticos otorga a la obra los valores
que le son implícitos, claro está, dependería de la personalidad, identidad y los intereses que
le impulsan aceptar lo artístico en una obra de arte. También la relación de contenido y forma,
lo determina la conciencia individual, la educación y la cultura artística, la información, así
como la personalidad del sujeto.
“Las interpretaciones varían, pero deben ser siempre posibles. Interpretar no es llegar a una
verdad determinada, sino a las posibilidades o potencialidades del objeto. Casi nunca coinciden las
intenciones del productor con las significaciones del receptor”. (J. Acha, Crítica del arte: 45)
Es irrenunciable una relación, objeto artístico y sujeto, ello va más allá de una simple
percepción. Comprende una serie de capacidades, experiencias de corte teórico, sociológico,
filosófico, psicológico e histórico. Son herramientas que van a dar sentido a la obra
inculcándole valores estéticos y artísticos.
Adherimos una breve estructura sobre el proceso de percepción, para quienes intentan
ensayar y ejercitar una forma de percibir una obra de arte. Lo esquematizamos en las
siguientes etapas:
Percepción, En la que se busca que los sujetos perciban los problemas y aumenten su
información (Inquietud ante el problema).
Formulación, En la que se define y expresa claramente el problema. (Preparación).
Hallazgo, En la que se pretende encontrar la mayor cantidad de alternativas de solución.
(Incubación).
Evaluación, Convergencia hacia la solución más adecuada, evaluando las alternativas a la
luz de los criterios (visión e iluminación).
Realización, etapa de la puesta en marcha la alternativa de solución, que ha sido
concebida como la más adecuada para la solución del problema. (Producción,
verificación y distanciamiento).
Estas etapas pueden también ser aplicadas al desarrollo de los procesos perceptivos en
la educación artística del niño; podremos constatar que entre juego, creatividad e imaginación
existe una constante comunicación con la realidad, en la cual el niño se desenvuelve e intenta
conocerla.
Quienes dirigen la educación de los niños; deben saber que por medio de juegos, los
niños no solo llegan a conocer la realidad, sino que aprenden también a comunicarse con la
realidad. Implica un aprendizaje a través de acciones y de interrelaciones entre la personalidad
del niño con los elementos de su entorno.
A través del juego, el niño va aprender a tomar decisiones, a desarrollar estrategias
para resolver situaciones; este proceso de aprendizaje no es ajeno al adulto, porque niño y
adulto asumen el mismo proceso inteligente.
El proceso de aprendizaje y creación pasan por la experimentación y búsqueda de
alternativas. La postura lúdica es una propiedad de la personalidad creadora que consiste en la
capacidad de ver de un modo diferente las cosas; frente a lo nuevo y desconocido, hace
posible la comunicación entre el mundo de dentro y el de fuera, desde el cual se crean otros
mundos posibles en la construcción de la obra de arte. Realidad y simbología, de una manera
asombrosa se unen para fascinar al observador.
El potencial creativo está dado por la fortaleza del yo individual. La activación de ese
potencial se desarrolla mediante el trabajo artístico que puede ser guiado a partir de una
orientación de la experiencia y expresión artística.

7.2 El oficio del arte plástico

De la misma manera que el niño


nos imita en sus juegos,
el pintor imita el juego de las fuerzas
que han creado y crean el mundo.
Paul Klee

“Tres ingredientes son indispensables para que aparezca un gran creador: oficio, ideas y cultura. Estos
tres son los componentes de la tarea creativa, no siempre tienen que equilibrarse, uno puede prevalecer
sobre los otros, pero si alguno de ellos falla, el artista, lo es solo a medias o no llega a serlo nunca. El
oficio se aprende, consiste en el aspecto técnico, artesanal, del que también está hecha toda obra de
arte…Dominar el dibujo, la perspectiva, tener el dominio del color, es necesario, imprescindible, pero
apenas un punto de partida. Las ‘ideas’, es una manera más realista de llamar a la inspiración, es el
factor decisivo para hacer del oficio el vehículo de expresión de algo muy personal, una invención que
el artista añade a su obra a lo ya existente. En las ideas que aporta reside la originalidad de un creador.
Pero lo que da espesor, consistencia, durabilidad a la invención son los aportes de un artista a la
cultura, la manera como su obra se define respecto a la tradición. La renueva, la enriquece, critica y
modifica…el arte tiene raíces en lo vivido, pero que solo se plasma cuando crea un mundo distinto,
que niega, no que reproduce el que ya existe.” (Vargas Llosa, El lenguaje de la pasión: 231-235)
Al observar una obra de arte, tratamos de asimilar en toda su magnitud aquello que nos
despierta curiosidad, lo cual se deriva en la manera que suscita nuestros sentidos; en ese caso,
percibir es también un acto inteligente y creador, porque en todo ello hay una interacción
dialéctica o un acto de reciprocidad entre artista y observador. El observador al asimilar lo
artístico brinda un significado al mensaje puramente estético que le otorga las propiedades de
la obra, en función de los conocimientos que este posee, la mirada inteligente sabe mirar.
Artistas, dibujantes y pintores, desarrollan la capacidad perceptiva más allá de lo
normal que les permite la posibilidad de encontrar formas y contenidos para potenciar la
creatividad que infunde a su obra. Decía Degas: “El dibujo no es la forma, sino la manera de
ver la forma”. Y Leonardo da Vinci expresaba: “ El secreto del arte de dibujar es descubrir en cada
objeto la manera particular como una línea fluctuante se dirige, como una ola central que se despliega
en olas superficiales, a través de toda su extensión.” Van Gogh escribe a su hermano Teo:
“Encuentra bello todo lo que puedas; la mayoría no encuentra nada lo suficientemente bello…Es una
cosa admirable mirar un objeto y encontrarlo bello, reflexionar sobre él…En la casita más pobre, en el
rinconcito más sórdido veo un cuadro o dibujos y mi espíritu va en esa dirección, por un impulso
irresistible.” Nuestra mirada fecunda la realidad. (A: Marina, Teoría de la inteligencia creadora:
35-40)
El valor de una obra de arte no está determinado por la tendencia o revelación que
corresponde a una época histórica. Cuando surge el impresionismo, la crítica fue desbastadora
con las obras y los artistas de ese movimiento cultural, se creía que los impresionistas
rebajaban el arte por el uso de los colores puros y luminosos y por la pasión que les infundía
el paisaje. Ello implicó una dimensión catastrófica a una nueva fuerza creadora; sobre todo,
pretender que lo novedoso es un error, solo por el hecho de no haber existido.
Así como el impresionismo, también el cubismo, el arte abstracto (no figurativo) –
explosión del nuevo arte-, corrieron la misma suerte de oposición hacia sus creadores y sus
obras, porque se creía que excluían a la naturaleza. En el arte abstracto a parte de ser oficio, es
también, intuición, imaginación, razón y conocimiento.
Ninguna cosa se ha combatido con mayor crueldad que a una nueva forma de hacer
arte. Wassily Kandinsky, tuvo que sufrir los más feroces ataques a sus obras y sus teorías,
solo porque las concepciones de los reaccionarios del arte, estetas y críticos permanecían
aferrados al pasado.
Kandinsky, dijo:
“Toda la naturaleza, la vida y todo lo que rodea al artista, y la vida de su alma, son la única
fuente de cada arte. Es muy peligroso suprimir una parte de esta fuente… ¡El pintor se alimenta
de impresiones externas (vida exterior), las transforma en su alma (vida interior), la realidad y el
sueño! Sin saberlo. El resultado es una obra. Es la ley general de la creación. La diferencia se
manifiesta solamente en los medios de expresión.”

Kandinsky, declaraba en 1935 y el crítico de arte Cristian Zervos publicó en una


revista:

“No hay recetas que transmitir a los jóvenes. La única receta sería referirse no a las formas
heredadas, sino al espíritu de la época -contenido- de las obras de arte. Importa solo la honestidad del
artista…la forma no es más que la exteriorización de una vida interior alimentada a su vez de
impresiones exteriores que ha transformado. Por lo tanto la forma es siempre personal y relativa, y la
forma utilizada mecánicamente mata la vida interior…Un verdadero artista ama la forma -del mismo
modo que ama sus pinceles- porque es un medio para expresar un contenido. Una forma sin contenido
está muerta.”

Cada arte utiliza sus propios medios para expresarse.


Damos a conocer apreciaciones en las que se funda el arte plástico y que se manifiesta
según las tendencias globales que le son tácitas en el devenir histórico. El autor de estas notas
es el célebre pintor catalán Antoni Tápies, en una entrevista realizada por M. José Ragué para
Biblioteca Salvat en 1973:
¿Qué representa el arte en nuestros días?
Para mí sigue teniendo el poder que se le ha atribuido siempre en las grandes estéticas:
una gnosis y –unida a ella, como es tradicional- una conducta moral.
¿Cree que el arte es un lenguaje transmisor de una realidad?
Puede ser solo un reflejo, quizá también útil. Pero prefiero creerlo un germen
transformador de la realidad social.
¿Es el arte anticipación o reflejo de esa realidad?
El gran artista debe aspirar a cambiar el mundo. Dejando aparte su actividad social o
política, como pueda tenerlas un ciudadano cualquiera, como un ideal normal de
justicia, hay también unas razones “artísticas” que se desprenden de su obra, que están
clamando por un mundo distinto. No como arte “político” o “panfletario”, sino porque
todo artista aspira a develarnos la auténtica naturaleza de las cosas, el auténtico
funcionamiento de la realidad, en la cual está incluida la realidad social.
¿Cómo se forman los diferentes lenguajes artísticos?
Yo siempre me he inclinado a pensar que, lejos de ser algo que se aprende (como leer
o escribir), el lenguaje artístico es una cuestión personalísima que cada artista se va
formándose en función del mundo que intenta expresar. Es la conocida inseparabilidad
de forma y contenido.
¿Debe ejercer el arte la función de denunciador o de inspirador?
Puede ejercer las dos funciones. Quizás el problema estriba en la selección del medio
adecuado para cada una. La denuncia parece hoy más apropiado tratarla con la
fotografía o el cine, por ejemplo, y hasta con la canción o la caricatura. En todo caso
pienso, que el arte tiende a conceptos lo más generales y universales posible. Y en este
sentido quizá se encuentre mejor entre las inspiraciones positivas que entre las
denuncias negativas, que casi son más circunstanciales.
¿Cómo se alteran los periodos racionales o emocionales, clásicos y románticos?
Creo que esas alternancias son un problema más sociológico que propiamente
artístico. Puede haber olas, modas, en que el gusto se incline (o se le haga inclinar)
hacia una tendencia determinada. Son también clasificaciones, necesarias al
historiador para agrupar las distintas formas y hasta los distintos temperamentos de
artista, pero desde dentro del arte es difícil verlas como “períodos” reales en un tiempo
histórico. Y ni siquiera es seguro que exista entre ellas una oposición de intenciones.
¿No han convivido en un mismo “período” de tiempo Mondrian y Klee? Además, las
intenciones de Mondrian ¿desembocan realmente, como se ha dicho, en el
racionalismo de Bauhaus? Conociendo su espiritualismo y sus inquietudes teosóficas
es difícil creerlo. Y lo mismo podríamos decir del periodo que pasa por ser el más
racional de Kandinsky. No creo haya habido ningún artista que actuara por un
mecanismo únicamente racional. La razón, en algunos casos, puede ser muy útil, como
dijeron Braque y los surrealistas, para “corregir la emoción”, pero por sí sola nunca
tendrá grandes vuelos en el proceso creativo. En cambio la emoción pura, la
imaginación –incluso desenfrenada- o una actuación totalmente irracional pueden ser
válidas en el arte.
¿Cómo ha evolucionado la utilización de la pintura?
No sé si se puede hablar de “evolución de la utilización” de la pintura. Sigue habiendo
como siempre, una variedad extensísima de utilizaciones que van de lo más frívolo a
lo más profundo. Todo artista genial ha tenido y sigue teniendo relación con lo
“mágico” y lo “religioso”. Y no es raro que, por ello, haya sido comparado a veces al
santo, al profeta, al místico o al brujo de la tribu. La profundización en la realidad
requiere un estado de “angustia psíquica”, de tensión espiritual.
¿Por qué existe el arte abstracto?
El arte abstracto, como es sabido, es un intento de independizar el arte de toda relación
con las imágenes de la realidad visual. En sus orígenes constituyó un enriquecimiento
enorme, por cuanto hizo comprender que el arte puede no tener nada que ver con la
imitación de la realidad y que puede hallarse una expresividad de los puros colores y
formas.
¿Cómo se oponen cubismo y surrealismo?
El cubismo tiene una parte analítica de la realidad visual. El surrealismo pertenece al
mundo de la imaginación, la cual puede trabajar también con elementos de dicha
realidad, aunque no está en la intención de los surrealistas analizarla sino usarla como
elemento de sus imágenes.
¿Cómo influye el desarrollo de la tecnología en la pintura?
Nunca he dado gran importancia a las relaciones del arte con la técnica. Recuerdo lo
ridículo que me pareció oír a alguien decir que las obras de Beethoven eran superiores
a las de Mozart, porque disponía de una orquesta más perfeccionada “técnicamente”.
Y con ello no me refiero tan solo a la música, la pintura, la escultura. Incluso la
fotografía y en el cine, que presuponen toda una tecnología, no creo que el valor de sus
productos esté en relación directa con una técnica más o menos perfeccionada. Hay
pequeños dibujos de Klee o Miró, hechos sin ninguna “técnica”, indiscutiblemente
muchísimo más emocionante que las complicaciones de muchas obras cinéticas.
Tengo prevención contra todo lo excesivamente tecnificado. Estamos tan rodeados de
máquinas y productos industrializados que, a la inversa de lo que piensan algunos,
creo que las obras de arte deben desempeñar el papel de hacernos volver la mirada a
las cosas “naturales”. Me ha desagradado siempre todo lo sofisticado y excesivamente
elaborado. El hombre, a pesar de tanto invento, no ha de olvidar que tiene sus raíces en
realidades elementales. Creo que las últimas tendencias, no solo en arte sino en
multitud de actitudes ante la vida, me dan la razón. Lo que algunos creían una evasión
romántica de retorno a la naturaleza se ve hoy como una necesidad imperiosa de
sobrevivencia ante la polución y el desequilibrio ecológico que acarrea la sistemática
destrucción que llevan a cabo la tecnología y el industrialismo del provecho. (Arte
abstracto y arte figurativo, Biblioteca Salvat de grandes temas, 1975)

1. 3 La obra de arte pictórica


La finalidad del arte es dar
cuerpo a la esencia de las cosas,
no es copiar su apariencia.
Aristóteles
Kandinsky, refiere, que “el arte es el lenguaje que habla al alma de las cosas” 1. Pues el arte
contiene un propósito esencial, algo que lo distingue de otras acciones humanas, cuyo fin es
originar sentimientos que se inician en la capacidad de asombro, por la forma que la obra de
arte impacta en los sentidos y en la capacidad perceptiva. Pasando por un filtro de análisis
estético se experimentan sensaciones con las que se puede valorar la realidad a través de
mundos imaginarios. Por eso mismo, el arte está dirigido a los sentidos de la persona que está
en relación con la cultura y la realidad.
Es un viejo aforismo; todo lo agradable es bello, bello es lo que crea una ilusión y
provoca emociones. Arte es, aquello que al ser captado por los sentidos invade nuestro fuero
interno y nos produce fascinación al presenciar una obra artística. De otro modo -lo bello y su
contraparte, lo feo- también está en muchas obras de arte, necesariamente no toda obra de arte
es bella, pero probablemente es hermosa. Hay obras que no reflejan belleza pero sobrecogen,

1
Kandinsky, De lo espiritual en el arte, pág. 105.
deslumbran y captura nuestra percepción, como es el caso de El Guernica de Picasso. Solo
basta aquello que sobrecoge y fascina para señalarlo como arte.

¿Es posible que sea bella esta


obra? Cabezas, de Francis
Bacon (1948).

La noción de belleza está

prácticamente expulsada de esta imagen; pero, en


verdad, esta pintura es una obra de arte, porque el solo
mirarla nos conmueve y asombra. Debe entenderse que el
objeto del arte está determinado por la forma en que
nuestra percepción es afectada por los sentidos que lo
captan (mirar, oír, oler, palpar, gustar), en la inevitable
relación del sentido del arte y la realidad2.

1. 4 Admirando la obra de arte

La belleza perece en la vida,


pero es inmortal en el arte.
Leonardo Da Vinci
La interpretación del arte ofrece algunas dificultades al espectador u oyente; sea
porque una obra artística posee un lenguaje y una identidad propios, como diría Jaques
Maritain sobre la experiencia artística: “duermen los ojos de nuestra razón lógica a participar
de la intuición poética, nacida en la noche espiritual de la actividad”, es indudable que los
juicios estéticos se activan a partir de la experiencia artística y responde a logros intelectuales
y espirituales. Lo que importa en el arte es aquello que nos transmite: vivencias, sentimientos,
imaginación, sensaciones inimaginables que impregna lo artístico -primero se siente y
después se entiende-. La vivencia artística invita a la reflexión, a interpretar las expresiones de
2
“La forma puede producir un efecto agradable o desagradable, aparece como bella o fea, armoniosa o
inarmónica, hábil o torpe, sutil o tosca, etc. Y sin embargo, no debe aceptarse o rechazarse ni por
cualidades consideradas como positivas, ni cualidades sentidas como negativas. (…). La forma misma es
relativa”. Wassily Kandisnky, La gramática de la creación, 1996, pp. 16.
manera distinta al manifestar esa identidad impregnada en la razón. Esa participación
inteligente, en el caso del espectador, lleva al instante revelador; asocia su vivencia con la
admiración de la obra que el artista le confirió. Es cuando la forma externa y el mensaje
interno de la obra, permiten al espectador asociar las propias vivencias de su experiencia
artística, de la cual forma parte como observador. El espectador en ese proceso de verificación
y plasmación estética, examina y comprueba la relación existente con el artista y su obra. De
ese modo, la experiencia artística advierte una práctica estética que tiene relación con la obra
del artista, porque el artista brinda al observador, la oportunidad de tener una obra de su
creación, a través de la cual logra decodificar los mensajes (color, formas, tonalidades,
intenciones, etc.), para que la experiencia estética del observador sea también creativa.
Al observar una obra de arte, en la que se encuentran códigos de lectura e
interpretación, estos elementos contienen una carga afectiva (la imagen vincula a una
experiencia vivida), que también lo son en otros ámbitos sensibles. La percepción de la obra
puede motivar el desarrollo de la facultad imaginativa en la cual participa las reacciones
emocionales.
Baumgarten3 advirtió que había modos de cognición o de experiencia cognitiva que
no pasaban por la actividad de la razón, y además estos no eran infrecuentes, se preguntaba de
aquellas formas de percepción y conocimiento que no pasaban por lo inteligible sino por lo
sensible. Dos siglos después, Jorge Luis Borges, diría: que de las actividades del intelecto
humano la menos frecuente es la razón y ciertamente se refería a la actividad creadora en
general. Borges dejaba abierta la posibilidad de que una de las actividades más frecuentes es
la expresión artística, porque la mente está constantemente creando mundos imaginarios. Sin
embargo, lo sensible, lo que se percibe como señales a través de los sentidos, son en cierta
manera códigos semánticos que van a señalar un posterior procesamiento intelectivo a través
de la imaginación, la cual brinda recursos mentales para interpretar el valor estético de una
obra.
La semántica que involucra los procesos de percepción, comunicación e imaginación,
pueden ser: forma y contenido, la proporción, la deformación, la expresividad de la línea y el
color, la imagen en el plano, el peso visual, armonía y contraste, la composición, equilibrio y
desequilibrio, el volumen entre otros.

7.6 Forma y contenido

320 Cit. por V.Bosal, historia de las ideas estéticas, p.104


Es la delimitación de una superficie en la cual se manifiesta una obra. Es la
caracterización externa y el contenido interno de una obra artística. Forma, que también se
llama figura en contraposición con el fondo o contenido interno del mensaje y los elementos
que lo constituyen.
J. Albers, pintor norteamericano sostiene, que en la revelación del arte; cualquier forma es
aceptable si es verdadera. Y si es verdadera, es ética y estética a la vez.
“A menudo tengo que pintar un cuadro diez veces, antes de conseguir la realización que
persigo. Generalmente, empiezo a pintar una y otra vez, hasta que consigo realizar lo
que me he propuesto, no con el propósito de expresar lo que yo siento…sino lo que
calculo es la interacción del color”. (K. Kuh, Op.cit.Pg.34)

Lo que para Neruda significaría hacer poesía: “es como el panadero que hace el pan
cada día”; y para el poeta peruano Javier Heraud: el poeta trabaja para construir versos como
el alfarero que martilla el metal.
Cuando Albers, refería sobre la composición de un cuadro, aseguraba que “…la
armonía no es el objetivo primordial del color; lo inarmónico es exactamente tan importante
como en la música”. Es la experiencia de la vida del artista la que inyecta contenidos y formas
a su obra de arte. El artista cuando plantea la obra muchas veces encuentra encanto en la
textura y gusta deslizarse en tales emociones. La edificación de la forma tiene que ver con
aspectos psicológicos, sociales, ideológicos y culturales. La mayoría de artistas aseguran que
su obra nunca está terminada ni acabada, solo lo dan por concluida.
Si bien, todo arte tiene cualidades intrínsecas, es porque: “El arte está ligado
estrictamente a las leyes de la naturaleza dictadas por el medio en el cual alcanza su expresión… no
sobre la base del arte por el arte, sino sobre la base de una nueva realidad, que tiene su fundamento en
la relación directa del artista con su medio” (K. Kuh. Op. Cit. pag. 162, Declaraciones del pintor
H. Hofman).
En el proceso de creación, el artista trata con hechos estéticos que son influencias que
recibe de otros artistas que le han precedido, pero estas influencias se apoyan en el medio
social y cultural que de una u otra manera determinan la obra artística, las mismas que son
traducidas en formas, color, planos, líneas, que adquieren expresión por los recursos y
técnicas que emplea el artista, y es: su sensibilidad estética, imaginativa, psíquica y su
individualidad.
El pintor japonés I. Noguchi, expresa:
“El arte debe tener algún tipo de cualidad conmovedora y memorable desde el punto de vista
humano. Tiene que evocar algo que lo mueve a una persona; un recuerdo, un reconocimiento de
su soledad, de su tragedia o de cualquier sentimiento que se halle en el fondo de su evocación”.
(K: Kuh, Op.cit. pag.222).
Estas reflexiones nos llevan a pensar en la finalidad del arte. Hay una cuestión
fundamental que el mismo Noguchi afirma; “…todo artista necesita de la técnica para
expresar lo que desea”. Ello involucra los logros del hombre y del artista en el desarrollo de la
historia del arte en todas las manifestaciones. Nada se logra en el arte sin la técnica, destreza y
habilidad; son recursos y condiciones que posee todo artista y las emplea para el impacto de
su obra que es el destello del arte.
Kandinsky, uno de los iniciadores y celebrados pintores del arte abstracto, refiere:
“Lo esencial es que la forma nazca de una necesidad interior, es decir, del contenido, y que
las formas escogidas tengan una resonancia interior…cualquier forma es buena si expresa
exactamente esa necesidad interior, y cada artista es libre de elegir la forma que le va a
permitir conseguir este objetivo…solo subsisten las creaciones auténticas del arte, aquellas
que poseen un alma (contenido) en su cuerpo (forma)…” (Kandinsky, La gramática de la
creación. Edit. Paidos, p, 12).
Respecto a la subjetividad del artista; lo primero que se manifiesta en el artista es la
emoción de su alma, la que comparte con el alma del espectador, en esa comunión artista-
observador, interactúan en la obra artística.
“El elemento interior de la obra es su contenido, debe haber pues vibración del alma. Si esta
no se da, no puede producirse la obra…no puede existir ninguna obra sin contenido”. (Op. cit. p, 43)

El elemento exterior o forma, es la expresión materializada del contenido. Una obra


bella, involucra los elementos interno y el externo; el contenido está subordinado a la forma,
es el lenguaje que lo identifica; el contenido o asunto es temporal y la forma es el reflejo bello
cristalizado. Goya personifica este ejemplo; al presenciar muchos de sus cuadros de la serie
pinturas negras, “Cronos devorando a sus hijos”, el espectáculo es escabroso y aterrador,
pero no deja ser un cuadro enteramente hermoso; también Velásquez en su más celebrado
cuadro “las meninas”. Dice Iturburu, respecto a la forma: “El arte, en realidad es forma, y la
dignidad de la obra comienza donde comienza la dignidad de la forma”. (Op. cit. p, 27)
La forma como encarnación y expresión de la personalidad del artista.

7.7 Proporción
Está vinculado al concepto de belleza, es entendido como la cantidad adecuada de
masas en relación a la composición y las cualidades que lo conforman respectivamente
encuadradas en un fondo4. En tal sentido, los prototipos de belleza en cuanto a proporción se
le denominan cánones y se adoptan de acuerdo con los tiempos, estilos, gustos, entre otros.

4
Por ejemplo, el encuadre es una complicada tarea cuando se filma o de toma una fotografía, por ello se
busca con mucho esfuerzo y dedicación el encuadre adecuado, sin lo cual no hay belleza de imagen
cinematográfica.
Por ejemplo el canon de belleza comercial y publicitaria de hoy, los modelos que aparecen en
las revistas, muy distinto a los cánones del Renacimiento y del arte griego.
Leonardo Da Vinci, uno de los más geniales artistas del renacimiento italiano, utilizó
un canon de belleza vigente hasta hoy día; basado en la figura humana de exactas
proporciones latinas y tiene que ver con la estructura de la estrella de ocho puntas. Una de las
mejores muestras en la que Leonardo aplicó ese canon lo podemos apreciar en La última
cena, observemos el mural, todo guarda relación armónica entre la forma y contenido, en
proporción de las figuras entre sí. Los biógrafos de Leonardo, refieren que el pintor pasaba
horas, días, hasta meses sin mover el pincel, meditando, reflexionando sobre cuál sería el
siguiente trazo o pincelada; antes debía resolverlo en su mente, después en el lienzo. En La
última cena; allí nos muestra el efecto de la actitud de doce personas y doce temperamentos
diferentes. A Jesús se le aprecia en un solo destello y doce reflejos distintos que son los
apóstoles. La expresión dramática de los doce apóstoles, unos en actitud de sorpresa, otros
con rostro augusto. Los bustos, rostros y manos, manifiestan un estado de moralidad; la mesa
con el mantel damasquinado al ocultar casi completamente los miembros inferiores de los
personajes que al mismo tiempo pareciera no faltar nada y que los cuerpos están completos,
ofrece el ingenioso artista los recursos estéticos que supo utilizar magistralmente.
La última cena de Leonardo Da vinci

En el cuadro se
obtiene una visión
extraordinaria cuyo propósito
es constituir un todo con las
trece figuras sentadas lado a
lado (Jesús y los doce
apóstoles), para que cada
compañero de mesa
apareciera aislado de su
vecino pero agrupados en trilogías representando una unidad grupal. Al parecer, Leonardo
dividió a los personajes en cuatro grupos y unió estos grupos de manera magistral al conferir
en el entorno general una cierta continuidad y comunión espiritual. Se aprecia una animada
reunión ejecutada por un movimiento único de expresión fraternal. Todo el cuadro anima una
serie de ondulaciones sucesivas de una inmensa ola de emociones que convergen en un
carácter íntimo. Se percibe el momento que Jesús pronuncia la palabra final, sentado en el
centro de la mesa; produce un tumulto de expresiones hacia el protagonista, agita a los dos
grupos más cercanos y a la vez procura comunicarse con los dos grupos más lejanos, al
unísono en una comunión humana.

7.8. Deformación expresiva


El debate incluye el concepto de fealdad en el arte, en el cual referimos que no solo la
belleza tiene cabida en el arte, sino también la fealdad como negación de lo bello; es como en
dialéctica, la lucha de contrarios en pos de la unidad. Sucede lo mismo con aquellos
conceptos antagónicos de: bondad-maldad, negro-blanco, etc. Una de las pinturas de este
membrete es el monumental Guernica, de Picasso5. En esta obra, la deformación ha penetrado
en el arte, para demostrar que aun la deformación transmite un mensaje estético como
instrumento expresivo de determinadas sensaciones.

El Guernica de Pablo Picasso


El poder expresivo de
la obra, El Guernica, suscribe
la agonía de la avasalladora
matanza llevado a cabo por las
fuerzas armadas del ejército
español contra la propia
población española en una
cruenta guerra fratricida: el
artista, plasma personajes
escuálidos interminables, la descomposición intencionada de los miembros del niño muerto, el
cuello descoyuntado de la madre, y todo el drama espeluznante y estremecedor. El cuadro
traspasa los límites de la expresión formal, para llegar a la representación del sufrimiento y el
desgarrador grito del llanto como concepto de dolor universal.
La expresión deformada nos lleva a ilustrar otra obra pictórica, de uno de los
iniciadores del arte indigenista americano, el pintor peruano José Sabogal. Este artista a
principios del siglo XX asume el rescate del indígena, lo arranca de su silencio cultural y
étnico, para ubicarlo en la palestra de un movimiento histórico de visión ancestral. El pintor

5
Picasso, realiza esta obra a raíz de la Guerra Civil en España, que cobra 500,000 mil muertes, españoles
contra españoles.
en su tiempo fue llamado “El pintor de la fealdad”, época en que la pintura americana de
tendencia neoclasicista se instalaba en esta parte del Perú.

Indígena peruano de José Sabogal

7.9. Armonía y contraste

La forma y el contenido, de la misma manera también la composición de un cuadro de


pintura; está formulado por la conformación de elementos jerarquizados que otorgan valores a
los planos correspondientes (primer, segundo y tercer plano), donde los elementos armonizan
en un eje articulador que equilibra la marcha dinámica de las partes del objeto artístico, cuyo
resultado –en un cuadro de pintura- se obtiene de la combinación armónica de los colores y
sus gamas que deriva en una variedad de matices dentro del colore, los mismos que dan la
constitución a las formas expresivas. La combinación de diferentes tonos de color y los
correspondientes complementos dan origen a la armonía del color; esa sensación que
transmite es desde luego agradable y atractiva. Un cuadro de pintura es como en la música,
los diversos elementos van ligados a una simetría, cuyo efecto es el equilibrio, unidad,
sutileza, pasividad y regularidad. En algunos casos donde se combinan los colores y se
mezclan indistintamente, el resultado puede ser visualmente agresivo e impactante, a ello se le
denomina contraste; este resultado va ligado íntimamente a las sensaciones de exageración,
acentuación, asimetría, inestabilidad, audacia, distorsión, irregularidad, etc. Es el caso del
pintor Van Gogh, él desfigura y deforma la realidad en procura de la expresión. Van Gogh,
trabajaba guiado por sus impulsos, a veces es violento, instintivo y desbordante. Los colores
pueden ser adversos, contrario a lo académico, pero la destreza de sus pinceladas abundantes
de habilidad manifiesta, logra limpieza y transparencia en cada una de sus obras.
Otro elemento determinante del color es la luz; aporta significativamente la
codificación del mensaje artístico a nivel de visibilidad. Esta opción y cualidad es
indispensable, porque el toque de luz define los valores de una obra pictórica y en última
instancia, impregna dimensión y volumen que el cuadro necesita.
Del acertado empleo del color y de la luz dependerá el impacto del mensaje que
hablarán por sí mismo; ese impacto se puede percibir de modo instantáneo como al cabo de
un tiempo de observación.

7.10. Composición
Consiste en la
interrelación de formas y
contenidos, que son captados
por el espectador. Está dado
por el equilibrio de masas
que el artista ha prodigado en
la edificación de la obra de
arte. El equilibrio de un
cuadro de pintura, consiste en
no cargar demasiados
elementos en uno de los lados, más bien deben ser distribuidos adecuadamente sin dejar
desprovisto el resto del espacio y área total del cuadro. En algunas pinturas de corte clásico,
se puede percibir que las figuras están agrupadas, sugiriendo esquemas geométricos. Estos
recursos de figuras geométricas son las que de manera invisible dan al cuadro cohesión y
unidad, evitando la sensación de una simple agrupación de figuras dispersas sin relación entre
sí. El dibujo, el color, el empaste, las luces y las sombras, son componentes del lenguaje
pictórico, estos elementos constituyen la visión de la composición en su conjunto, es el
mensaje que habla por sí mismo. La composición es la organización de todos los elementos
que se traducen en un orden y equilibrio. Por ejemplo, “El juicio Final” de Miguel Ángel. La
grandiosidad lograda en la obra, no es otra cosa que el equilibrio de los elementos dispuestos
bajo un canon riguroso de medidas, masas y líneas, así también “El acrópolis” de Rafael.
Ambas pinturas son muestras de una imponente y severa composición artística.

Acrópolis de Rafael Sanzio

7.11. Unidad y armonía


Leonardo Da Vinci, hacía infinidad de esbozos y estudios antes de definir una obra; se
conoce muchas versiones sobre un mismo trabajo, pintaba hasta dos veces el mismo cuadro; a
ello se debe dos cuadros de la “Virgen de las rocas”, uno se encuentra en el museo de Louvre
y el otro cuadro, en el museo de Londres, las dos versiones se erigen dignas obras de
admiración, por la belleza más asombrosa y de una perfección jamás lograda en el arte
religioso. El Greco hacía lo mismo en su alucinante vuelo de misticismo. Tal perfección
lograba en hacer y rehacer hasta la consumación hasta lograr su ideal artístico.
Unidad y armonía, es lo que caracteriza al espíritu general del arte, esta categoría de
unidad corresponde a todo tipo de obras artísticas. En teatro, es el idioma de los personajes, el
temperamento y el carácter dentro de la unidad histórica de la obra. En música, es el ritmo, el
compás, la melodía y el equilibrio que determinan la riqueza musical. En pintura, la
impregnación del color en relación con múltiples gamas de colores que completan el cuadro y
cuando no hay tal unidad, el espectador u oyente siente rechazar esa forma expresa. Decía el
pintor del impresionismo Seurat: “El arte no es la verdad sino la armonía”.
7.12. Equilibrio y desequilibrio
El reparto igualitario de masas en la composición que oscila entre la forma y el
contenido, el dibujo y el color, produce una sensación de equilibrio en un cuadro de pintura.
La sensación visual de desequilibrio, es cuando se percibe mayor cantidad de masas en un
lado del cuadro; de modo que una cantidad de masas puede adquirir mayor peso si se aleja del
eje de simetría, similar a lo que sucede con el funcionamiento de la balanza y las pesas.
Cuando un artista quiere intencionadamente crear una sensación clara de desequilibrio,
introduce a un lado un elemento de atracción visual superior, llamado punto fuerte. Esa
técnica se puede conseguir en variados estilos: tamaño, color, textura, líneas, contorno, y la
combinación de varios recursos y agudeza del artista.

7.13. Volumen
El volumen, confiere a la figura la representación tridimensional sobre un plano
bidimensional, el mismo que usando recursos plásticos puede conseguir que en la percepción
aparezca sobre el plano una tercera dimensión pero físicamente inexistente. Leonardo da
Vinci, afirmaba "todo dibujo es engaño”; no es que la figura sea una farsa, sino que el
volumen en la expresión plástica que nos hace percibir, es en apariencia una tercera
dimensionalidad; donde, en realidad solo hay dos dimensiones: largo y ancho, a partir del cual
se crea una tercera, que es la profundidad de la composición. El volumen le da una
tridimensionalidad y aún más, una cuarta, que es el movimiento. (Aplicado en dibujos de
historietas o comics).
Este proceso que en la expresión plástica y visual es manejada de modo continuo, está
perfectamente aplicado e ilustrado en la siguiente imagen, el cuadro de Escher. Las aves, que
en un principio son solo un motivo gráfico, progresivamente van metamorfoseándose hasta
tomar cuerpo y se echan a volar; por cualquier lado del cuadro que uno lo mire, obtiene la
sensación de ida y vuelta, dando una sensación inquietante.
Litografía de M. Escher. Liberación

Podemos percibir tambuien algunos de los recursos plásticos como el contraste, el


espacio, el sombreado, variación de tamaño, perspectiva, etc. Estos recursos son producto de
la imaginación y destreza del artista, y pueden engañar en cierto modo a la vista del
espectador, creando el efecto visual de dos, tres o más planos de representación, cuando
realmente solo existe uno y este es el plano del papel o lienzo sobre el que está hecho el
dibujo. Los caudales que utiliza el artista, no son otra cosa que una serie de
convencionalismos, y el espectador puede acceder y desarrollar por medio de la educación
de los sentidos, es un caso de percepción visual.

7. 14 La obra pictórica en el pensamiento del artista


La obra de arte, no es la reproducción simple de la realidad, sino la reproducción de la
esencia que se encuentra presente en el estado general de las cosas. Una obra de arte está
forjada de la verdad.
En el proceso histórico de la cultura, las ideas sobre arte cobran sustento en función de
la época social y cultural que vive el artista. Las definiciones se ajustan a los códigos formales
del sistema artístico de cada momento.
Para Leonardo da Vinci, el pintor es aquel ser creativo que ha reencontrado a la
naturaleza. Decía: “…el arte no es solo necesario, sino que sin duda alguna, es la única cosa
necesaria para todos después del pan”.
En el arte contemporáneo refleja algunos valores como la espontaneidad o la
ingenuidad, claro está, que no son fáciles de realizar, pues; exigen una depuración perceptible
gracias a habilidades y condiciones excepcionales que ha desarrollado el artista.
En la pintura del siglo XIX, se inicia el proceso de un alejamiento de las reglas clásicas
que buscaba la perfección de las formas. El punto de partida es el Impresionismo; que marca
una evolución desde la figuración hasta la abstracción. A partir de movimientos y corrientes
plásticas pictóricas a lo largo del siglo.
En postrimerías del siglo XIX se inicia el Expresionismo en Alemania, que busca
reflejar el dolor y la angustia del hombre que trata de huir de la realidad material. En esta
corriente pictórica destacaron: Molde, Marc y Heckel. Seguidamente surge El fauvismo en
1905 en Paris, que predominan los colores fuertes delimitados con contornos y líneas de color
negro; cuyos representantes son: Henri Matisse, Vlaminck, Dufy y Derain. A partir de estos
hallazgos aparece la corriente de El cubismo, que se inicia en 1907. En la pintura cubista, los
objetos y las figuras ópticas aparecen observadas desde distintos ángulos simultáneamente, la
realidad queda totalmente transfigurada; entre sus creadores tenemos a Pablo Picasso, Braque
y Juan Gris. En 1924, aparece la corriente El surrealismo, a partir de las investigaciones de
Freud sobre el subconsciente, la exploración del mundo irracional y de los sueños: estas
teorías influirían en la concepción del arte: Salvador Dalí, Marc Chagall, Joan Miró, son los
principales exponentes de este movimiento pictórico.
A mediados del Siglo XX, surge la pintura abstracta, que implicó el abandono de la
representación de la figura formal y de la realidad. La composición y el color se convierten en
protagonistas del cuadro, la intención es provocar sensaciones en el observador, Mondrian,
Kandinsky, Tapies; ambos con tendencias profundamente cromáticas y rítmicas diferentes.
En los años sesenta del Siglo XX, se inician corrientes que reaccionaron contra la
abstracción. El Pop arte que nació en Inglaterra y se desarrolló en los Estados Unidos En esta
nueva corriente cualquier objeto podría ser protagonista del cuadro, se puede observar en las
obras de Richard Hamilton, Warhol, Lichstenstein y Georges Segal.
A partir de la década de los ochenta, el arte pictórico se fragmenta en períodos de poca
duración, es por eso que en la actualidad no se pueden distinguir tendencias claras y
trascendentes en el arte, el nuevo arte es efímero.
En el Siglo XXI, encontramos una nueva corriente que discurre, es el arte conceptual, en el
que prevalece la idea y no el objeto; postura de nuevas academias y escuelas de arte, que han
renunciado a la construcción del objeto de arte.
La pintura, es la expresión bidimensional por medio del dibujo, tonalidades de valores
de luz y sombra, así como el dominio del color en sus gamas y dimensiones. La escultura,
tiene que ver con el dominio del volumen, de las formas tridimensionales y su relación con la
luz que incide sobre el objeto escultórico.
Si bien no podemos negar la influencia de la tecnología y de la vida social en las
expresiones del arte, más no limita las pautas necesarias de los procesos para la creación y
expresión estética, salvo que el artista haya perdido la ética y los valores en el momento de
producir la obra artística.

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