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Marx solo es de recibo si, una vez aceptado crítica laicista de la política se verá pronto
el fracaso del movimiento que se inspiró acompañada por la denuncia de situaciones
en él, muestra y demuestra que su capa- sociales de explotación, inaugurando con
cidad emancipadora trasciende el fracaso ello lo que será factor hegemónico en la
histórico, que las interpretaciones dadas no crítica de Marx.
agotan todo su sentido» (p. 14). La frustrada experiencia de los Anales
Tal es la ambición teórica que alienta en franco-alemanes promueve una agudización
la propuesta de Mate-Zamora: sin concesión de esa conciencia social, que obliga a poner
alguna a los discursos estereotipados (por la producción filosófica (Crítica del Dere-
igual el favorable de un marxismo vulgar cho público hegeliano; Sobre «La cuestión
que sacraliza el corpus de Marx y el hostil judía»; Manuscritos de 1844; La sagrada
de quienes identifican sin más la caída del familia) al servicio de quienes son víctimas
Muro berlinés con la bancarrota del mar- de la injusticia. Esa sensibilización extrema
xismo), explorar en toda su complejidad ese hacia el sufrimiento socialmente producido
proyecto teórico-práctico. Con el propósito ya nunca abandonará la reflexión de Marx.
de rescatar sus elementos valiosos (de «perla De ella formará parte esencial la crítica polí-
oculta» [p. 17] llega a hablarse) tras some- tica de la religión. Crecientemente, su objeto
terlo a una relectura a la que no es extraño, ya no será tanto la denuncia de la injusticia
por lo demás, el espíritu crítico. Ni execra- del Estado, autoritario o liberal, cuanto el
ción categórica ni celebración incondicio- análisis de los mecanismos con que un sis-
nal: más bien, examen crítico que permita tema socio-económico, el capitalista, genera
discriminar entre lo desechable y lo vigente irremisiblemente la desdicha de los más.
del legado de Marx. Un punto de extrema relevancia para los
Esa tarea es emprendida con un enfoque editores: la religión no figura en esa elabo-
genético, biográfico-intelectual, de la anda- ración teórica como mero blanco del ataque
dura del pensador alemán. (eso sugeriría, engañosamente, la expresión
En el origen, la disertación doctoral «crítica de la religión»); opera asimismo
Diferencia de la filosofía de la naturaleza como instancia hermenéutica (interpretans)
en Demócrito y en Epicuro de 1841 donde desde la cual elucidar la producción social
ya irrumpe, desde supuestos materialistas, la del sufrimiento (interpretandum). Con otras
crítica de la religión. El espíritu combativo palabras: sin necesidad de un cuerpo doctri-
de ese trabajo académico se prolongará en nario ni un aparato ritual explícito, la lógica
la producción periodística que, bajo los aus- o dinámica de la religión permite desve-
picios de Moses Hess, el joven Marx lleva lar el secreto de la producción capitalista.
a cabo como redactor de la Gaceta Renana. Expresado con máxima contundencia: el
La línea editorial, afín al liberalismo ilus- capitalismo es religión. En ese sentido, el
trado de la izquierda hegeliana, se radicali- esfuerzo reflexivo que va de los Manuscri-
zará progresivamente. Desde la defensa de tos (descripción del trabajo enajenado como
la libertad de expresión, Marx denuncia la trasunto laboral de la experiencia religiosa)
mentira inherente al Estado prusiano por a El capital (fetichismo de la mercancía)
cuanto evidencia su traición al espíritu que articula un continuum teórico. No exento de
presuntamente lo anima: la vocación univer- riesgos: la apuesta marxiana por la histori-
salista del cristianismo es incompatible con zación, en clave materialista, de lo humano
la confesionalidad del Estado. Además, esa puede derivar en un economicismo ciego
para aquellas formas de sufrimiento que no (Lo cual justifica también que la selección
son efecto directo de la explotación fabril. de textos incluya, a manera de apéndice
En todo caso, las páginas dedicadas —«Anexo. Walter Benjamin. Capitalismo,
al fetichismo de la mercancía (pp. 54-65) religión e historia», pp. 313-326—, una
resultan decisivas en la economía discursiva antología, breve pero muy enjundiosa, de
del estudio introductorio. En esa esquiva escritos benjaminianos: junto a Capitalismo
noción culminaría la revelación marxiana de como religión, extractos de El concepto de
un capitalismo íntegramente sometido a una historia y el Fragmento teológico-político.)
lógica religiosa, por paradójica que resulte Esa nueva vuelta de tuerca sobre la crí-
esa conclusión aplicada a un universo social tica de la religión despeja un ámbito donde
que, presuntamente secularizado, ha dejado cabe repensar el sentido del proceso secula-
atrás la creencia en lo divino: la producción rizador, sometiendo a escrutinio crítico los
y distribución de mercancías constituye una designios progresistas de las filosofías de
forma de culto, siendo la masa de creyen- la historia y activando la posibilidad, en sí
tes, los productores-consumidores, adora- misma alentadora, de recuperar imprescin-
dores idolátricos de la divinidad del Capital. dibles promesas emancipatorias inherentes
Si la crítica del hecho religioso llevada a a tradiciones religiosas que la unilateralidad
cabo por la izquierda hegeliana denunciaba ilustrada desechó injustamente. De manera
en lo divino la hipóstasis de una sustancia expresa, se invita a «movilizar los potencia-
antropológica, el Marx maduro teoriza cómo les que albergan ciertas tradiciones religio-
en el modo de producción capitalista las sas contra una secularización malograda o
relaciones sociales se cosifican y sustancia- insuficiente». (p. 66)
lizan hasta oponerse a sus presuntos agentes Ahí se impone la potencia, indisocia-
como una divinidad omnipotente. Tam- blemente especulativa y política, del mesia-
bién, extremo este crucial, como un Deus nismo de cuño apocalíptico reivindicado
absconditus, cuya eficacia práctica reside por Benjamin. Es la cara positiva (afirma-
justamente en su velamiento o encubri- tiva, por más que lo sea con una «débil
miento: «El capital es relación social cosi- fuerza mesiánica») de un pensamiento cuyo
ficada y autonomizada, y esto quiere decir reverso crítico-negativo lo ofrecen las pági-
que en la forma social desaparece el proceso nas, fascinantes en su notoria dificultad,
de su constitución y se presenta reificada y de Capitalismo como religión: el modo de
con propiedades de sujeto.» (p. 57) Versión producción capitalista no es sino religión
perversa del misterio de la cristología: «La consumada; una religión definida por cuatro
fantasmagórico-metafísico posee un poder rasgos (carácter cultual, que no dogmático;
físico y una violencia real.» (p. 58) culto ininterrumpido, pues no distingue entre
Ese nexo entre especulación metafísica y jornadas profanas y días santos; Schuld, a la
economía política alcanzará, a partir de Marx vez culpa y deuda, como su núcleo teoló-
pero también en parte contra él, su cenit en gico; ocultamiento de su misterio, la deidad
las enigmáticas reflexiones de uno de sus monetaria).
vástagos tardíos, Walter Benjamin. Aunque «La trascendencia de Dios ha caído.
su figura se presente al final del texto intro- Pero no está muerto, está incluido en el
ductorio, el lector pronto toma conciencia destino humano.» La tesis benjaminiana
retrospectiva de que su aliento inspiraba en fecunda «una actualización de la crítica
gran medida todo el desarrollo expositivo. de la religión de Karl Marx» (p. 89). Eso