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MARX, Karl (2018). Sobre la religión (De la alienación religiosa al fetichismo de la


mercancía). Edición y estudio introductorio de Reyes Mate y José A. Zamora. Madrid:
Trotta. 346 pp.

Inscrita en el paradigma teórico del Conviene advertir que, en realidad, esta-


materialismo histórico, la crítica marxiana mos ante una reedición: en 1973, la edito-
de la religión comparte con sus predecesores rial Sígueme publicó una obra homónima
ilustrados rasgos decisivos (imperativo de cuyos responsables fueron Reyes Mate y
comprender, e impulsar, el novum civiliza- Hugo Assmann. De ahí que el estudio intro-
torio que la secularización moderna supone; ductorio comience con una contextualiza-
voluntad emancipatoria de una crítica que ción histórica atenta a los efectos que el
denuncia en el hecho religioso la complici- curso del tiempo haya podido tener sobre
dad entre superstición y dominación), pero la recepción de la crítica marxiana de la
también incorpora ingredientes novedosos. religión y, en general, sobre el corpus de
Estos resultan de una axiomática, histórico- Marx: «Lo nuevo y diferente entre 1973 y
filosóficamente inédita, que proclama el el 2018 es que la experiencia política del
primado de la praxis (su formulación para- marxismo que entonces era una esperanza
digmática la ofrece la celebérrima undécima se ha revelado luego como un fracaso. Y
Tesis sobre Feuerbach) y, en consecuencia, eso afecta al sentido de la reedición.» (p.
abole el teoreticismo connatural a la tradi- 11) Ese giro epocal (de unos años, los 70,
ción en beneficio de un pensamiento empe- en que el marxismo vertebraba, con casi
ñado en la transformación de la sociedad: la indiscutida hegemonía, la política de la
filosofía al servicio de la revolución. izquierda a la apoteosis neoliberal tributa-
Ese empeño o compromiso define la ria del desmoronamiento del «socialismo
trayectoria político-intelectual (en función real») subyace al tono discursivo de la intro-
de lo dicho, ya no cabe considerar ambos ducción, al que tampoco resulta ajeno el
aspectos —elaboración teórica y acción imperativo, simultáneamente filológico y
política— como dimensiones independien- político, de restablecer el genuino pensa-
tes; antes bien, su entrelazamiento o sinergia miento de Marx, a menudo irreconocible
constituye el nervio medular de la propuesta) en las simplificaciones de la vulgata sovié-
de Karl Marx (1818-1883). En ella, como tica. Aunque para ello hayan de afrontarse
anticipamos, cobra un notable protagonismo sus sutiles ambivalencias (no está de más
la crítica de la religión. El volumen que rese- recordarlo: en un texto devenido canónico,
ñamos la aborda de dos maneras: a través la religión aparece como expresión de la
una amplia selección («desde el examen de miseria real, pero igualmente como protesta
madurez realizado a la edad de diecisiete contra ella) y, ante todo, reactivar un legado
años hasta El capital» [p. 88]) de los prin- que ni siquiera su creador («solo sé que no
cipales textos de Marx sobre la religión (pp. soy marxista», reconoció confidencialmente
93-310) y mediante un extenso estudio intro- Marx a Engels) consideró definitivo. Si,
ductorio («Sentido y actualidad de la crítica más allá de las proclamas necrológicas, esa
marxiana», pp. 11- 89) del que son co-autores herencia político-intelectual sigue viva, si
los editores de la obra, Reyes Mate y José contiene todavía potencialidades de futuro,
Antonio Zamora. Al contenido del mismo se su actualización pasa, necesariamente, por
referirá, en lo esencial, cuanto sigue. un trabajo de reinterpretación: «La vuelta de

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Marx solo es de recibo si, una vez aceptado crítica laicista de la política se verá pronto
el fracaso del movimiento que se inspiró acompañada por la denuncia de situaciones
en él, muestra y demuestra que su capa- sociales de explotación, inaugurando con
cidad emancipadora trasciende el fracaso ello lo que será factor hegemónico en la
histórico, que las interpretaciones dadas no crítica de Marx.
agotan todo su sentido» (p. 14). La frustrada experiencia de los Anales
Tal es la ambición teórica que alienta en franco-alemanes promueve una agudización
la propuesta de Mate-Zamora: sin concesión de esa conciencia social, que obliga a poner
alguna a los discursos estereotipados (por la producción filosófica (Crítica del Dere-
igual el favorable de un marxismo vulgar cho público hegeliano; Sobre «La cuestión
que sacraliza el corpus de Marx y el hostil judía»; Manuscritos de 1844; La sagrada
de quienes identifican sin más la caída del familia) al servicio de quienes son víctimas
Muro berlinés con la bancarrota del mar- de la injusticia. Esa sensibilización extrema
xismo), explorar en toda su complejidad ese hacia el sufrimiento socialmente producido
proyecto teórico-práctico. Con el propósito ya nunca abandonará la reflexión de Marx.
de rescatar sus elementos valiosos (de «perla De ella formará parte esencial la crítica polí-
oculta» [p. 17] llega a hablarse) tras some- tica de la religión. Crecientemente, su objeto
terlo a una relectura a la que no es extraño, ya no será tanto la denuncia de la injusticia
por lo demás, el espíritu crítico. Ni execra- del Estado, autoritario o liberal, cuanto el
ción categórica ni celebración incondicio- análisis de los mecanismos con que un sis-
nal: más bien, examen crítico que permita tema socio-económico, el capitalista, genera
discriminar entre lo desechable y lo vigente irremisiblemente la desdicha de los más.
del legado de Marx. Un punto de extrema relevancia para los
Esa tarea es emprendida con un enfoque editores: la religión no figura en esa elabo-
genético, biográfico-intelectual, de la anda- ración teórica como mero blanco del ataque
dura del pensador alemán. (eso sugeriría, engañosamente, la expresión
En el origen, la disertación doctoral «crítica de la religión»); opera asimismo
Diferencia de la filosofía de la naturaleza como instancia hermenéutica (interpretans)
en Demócrito y en Epicuro de 1841 donde desde la cual elucidar la producción social
ya irrumpe, desde supuestos materialistas, la del sufrimiento (interpretandum). Con otras
crítica de la religión. El espíritu combativo palabras: sin necesidad de un cuerpo doctri-
de ese trabajo académico se prolongará en nario ni un aparato ritual explícito, la lógica
la producción periodística que, bajo los aus- o dinámica de la religión permite desve-
picios de Moses Hess, el joven Marx lleva lar el secreto de la producción capitalista.
a cabo como redactor de la Gaceta Renana. Expresado con máxima contundencia: el
La línea editorial, afín al liberalismo ilus- capitalismo es religión. En ese sentido, el
trado de la izquierda hegeliana, se radicali- esfuerzo reflexivo que va de los Manuscri-
zará progresivamente. Desde la defensa de tos (descripción del trabajo enajenado como
la libertad de expresión, Marx denuncia la trasunto laboral de la experiencia religiosa)
mentira inherente al Estado prusiano por a El capital (fetichismo de la mercancía)
cuanto evidencia su traición al espíritu que articula un continuum teórico. No exento de
presuntamente lo anima: la vocación univer- riesgos: la apuesta marxiana por la histori-
salista del cristianismo es incompatible con zación, en clave materialista, de lo humano
la confesionalidad del Estado. Además, esa puede derivar en un economicismo ciego

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para aquellas formas de sufrimiento que no (Lo cual justifica también que la selección
son efecto directo de la explotación fabril. de textos incluya, a manera de apéndice
En todo caso, las páginas dedicadas —«Anexo. Walter Benjamin. Capitalismo,
al fetichismo de la mercancía (pp. 54-65) religión e historia», pp. 313-326—, una
resultan decisivas en la economía discursiva antología, breve pero muy enjundiosa, de
del estudio introductorio. En esa esquiva escritos benjaminianos: junto a Capitalismo
noción culminaría la revelación marxiana de como religión, extractos de El concepto de
un capitalismo íntegramente sometido a una historia y el Fragmento teológico-político.)
lógica religiosa, por paradójica que resulte Esa nueva vuelta de tuerca sobre la crí-
esa conclusión aplicada a un universo social tica de la religión despeja un ámbito donde
que, presuntamente secularizado, ha dejado cabe repensar el sentido del proceso secula-
atrás la creencia en lo divino: la producción rizador, sometiendo a escrutinio crítico los
y distribución de mercancías constituye una designios progresistas de las filosofías de
forma de culto, siendo la masa de creyen- la historia y activando la posibilidad, en sí
tes, los productores-consumidores, adora- misma alentadora, de recuperar imprescin-
dores idolátricos de la divinidad del Capital. dibles promesas emancipatorias inherentes
Si la crítica del hecho religioso llevada a a tradiciones religiosas que la unilateralidad
cabo por la izquierda hegeliana denunciaba ilustrada desechó injustamente. De manera
en lo divino la hipóstasis de una sustancia expresa, se invita a «movilizar los potencia-
antropológica, el Marx maduro teoriza cómo les que albergan ciertas tradiciones religio-
en el modo de producción capitalista las sas contra una secularización malograda o
relaciones sociales se cosifican y sustancia- insuficiente». (p. 66)
lizan hasta oponerse a sus presuntos agentes Ahí se impone la potencia, indisocia-
como una divinidad omnipotente. Tam- blemente especulativa y política, del mesia-
bién, extremo este crucial, como un Deus nismo de cuño apocalíptico reivindicado
absconditus, cuya eficacia práctica reside por Benjamin. Es la cara positiva (afirma-
justamente en su velamiento o encubri- tiva, por más que lo sea con una «débil
miento: «El capital es relación social cosi- fuerza mesiánica») de un pensamiento cuyo
ficada y autonomizada, y esto quiere decir reverso crítico-negativo lo ofrecen las pági-
que en la forma social desaparece el proceso nas, fascinantes en su notoria dificultad,
de su constitución y se presenta reificada y de Capitalismo como religión: el modo de
con propiedades de sujeto.» (p. 57) Versión producción capitalista no es sino religión
perversa del misterio de la cristología: «La consumada; una religión definida por cuatro
fantasmagórico-metafísico posee un poder rasgos (carácter cultual, que no dogmático;
físico y una violencia real.» (p. 58) culto ininterrumpido, pues no distingue entre
Ese nexo entre especulación metafísica y jornadas profanas y días santos; Schuld, a la
economía política alcanzará, a partir de Marx vez culpa y deuda, como su núcleo teoló-
pero también en parte contra él, su cenit en gico; ocultamiento de su misterio, la deidad
las enigmáticas reflexiones de uno de sus monetaria).
vástagos tardíos, Walter Benjamin. Aunque «La trascendencia de Dios ha caído.
su figura se presente al final del texto intro- Pero no está muerto, está incluido en el
ductorio, el lector pronto toma conciencia destino humano.» La tesis benjaminiana
retrospectiva de que su aliento inspiraba en fecunda «una actualización de la crítica
gran medida todo el desarrollo expositivo. de la religión de Karl Marx» (p. 89). Eso

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ofrece este valioso volumen: la convenien- la dinámica devastadora del capital) y a


cia de releer a Marx desde una perspectiva revisitar las tradiciones religiosas con el
que, lejos de dar por zanjado el proceso ánimo de rastrear en ellas esperanzas que
secularizador y la crítica de la religión, la Ilustración dominante omitió.
incita a prolongar la crítica de lo religioso
(ya no en su configuración celeste, sino Alberto Sucasas
ante todo en su plasmación terrenal, en (Universidade da Coruña)

ARAGÜÉS, Juan Manuel (2019): Deseo de Multitud. Diferencia, Antagonismo y Política


materialista. Valencia: Pre-Textos.

El último libro de Juan Manuel Aragüés, la subsunción formal el trabajador percibía


Deseo de Multitud, constituye uno de los fácilmente los medios de coacción emplea-
mayores intentos realizados en nuestro país dos por el capital en la apropiación del plus-
por sentar las bases de una ontología política valor producido de modo que la generación
que sirva como punto de apoyo para la cons- de un sujeto antagonista se producía de una
trucción de un sujeto político antagónico forma casi automática, en la subsunción real
con el actual modo de funcionamiento del que nos invade –al menos en los países más
capitalismo, identificado por el autor con desarrollados- se ha producido una cierta
aquello que Marx denominó en el famoso mejora en las condiciones laborales acompa-
Capítulo VI del Libro I de El capital “la ñada de un potente desarrollo de los medios
subsunción real del trabajo en el capital”. de comunicación de masas en poder del
A diferencia de la subsunción formal en capital cuyo único fin es “construir sujetos
la que primaba la plusvalía absoluta como ajustados a sus necesidades reproductivas”
modo hegemónico de explotación laboral hasta el punto que, de la mano de Jesús
-es decir, la apropiación del valor por parte Ibáñez, el autor mantiene que “el sujeto es el
del capital a través de la prolongación del objeto mejor producido por el capitalismo”.
tiempo de trabajo del obrero-, la fase de Desde este punto de vista, entiende Aragüés
subsunción real se caracteriza por una apli- que “la política es, en lo fundamental, una
cación de la ciencia y la técnica como medio estrategia para la construcción de subjetivi-
de incrementar la productividad del trabajo dad”. O lo que es lo mismo: “Hacer política
sin necesidad de alargar la jornada laboral. es intervenir en los procesos de construcción
Mientras que al subsunción formal se basaba de subjetividad”.
en la plusvalía absoluta, la subsunción real Si bien esta es una toma de postura que
lo hace en la relativa. ya había mantenido con anterioridad -Líneas
Llevando el análisis de Marx, más allá de Fuga. Filosofía contra la sociedad
de Marx, Aragüés subraya que esta subsun- idiota (2002); De la vanguardia al cyborg
ción real del trabajo en el capital ha sido (2012)-, el presente libro añade una crítica
acompañada de una subsunción mucho más a la Forma-Partido. Dicha forma sería propia
importante políticamente que consiste en la de una “concepción esencialista del sujeto
subsunción real de la subjetividad del tra- político” inscrita dentro de una lógica de
bajador en el capital. Así, mientras que en la representación y la identidad, necesaria

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