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Refrescando & Aprendiendo

30/07/2015

El Arte de la motivación

“Si la motivación de uno no viene de adentro es muy difícil que alguien la inyecte de afuera “. Estas
palabras las expresó hace unos pocos días el Cholo Simeone (entrenador del Atlético Madrid) en
una conferencia dada en Buenos Aires, y ya sea por casualidad o no, coinciden con lo que dicen
todos los “libros” cuando hablan de motivación: Cada uno es responsable de su propia motivación,
y si bien hay factores externos cotidianos que pueden ayudar a o no a estar motivados, en
definitiva depende de uno conectar o no con las cosas que nos empujan a seguir para adelante y a
dar lo mejor de nosotros.

Esta comprobado que los factores externos tienen gran influencia, para bien o para mal, para
golpearnos o para incentivarnos. Por ejemplo, en el trabajo no es lo mismo estar rodeado de gente
que a uno lo aprecia y valora (y nos lo transmite), o trabajar cada día en un ambiente donde prima
la competencia, la falta de reconocimiento y el “sálvese quien pueda”. Esta estudiado también que
el ambiente familiar (y social) en el que crecemos tiene un gran poder de influencia en relación a
nuestra propia autoestima y autovaloración. Al margen de ciertas situaciones “extremas”, llama la
atención que incluso en contextos de gente formada y de buena educación (a nivel familiar,
educación escolar, universitaria, etc), cuánto cuesta “tomar las riendas” de la propia vida y asumir
la responsabilidad de ser verdaderos protagonista de ella, con todo lo que eso implica.

Hemos dictado muchas actividades de formación en los últimos 15 años, a través de las cuales
hemos comprobado cuanto nos cuesta reconocer nuestros errores y asumir TODO lo que nos toca
(y podemos) hacer. Pareciera ser que la “tendencia natural” es pensar primero en todas las
“razones y causas” que nos llevaron a estar donde estamos hoy (el país, el gobierno, el mercado,
mi jefe, mi mujer, mis hijos, etc, etc, etc), sin darnos cuenta de toda la capacidad que cada uno
tiene para dar lo mejor y transformar nuestra propia realidad para bien, cada día. En su
conferencia, el Cholo Simeone repitió hasta el cansancio la palabra objetivo.
¿Será que muchas veces entramos en “piloto automático” y nos olvidamos de las cosas
que verdaderamente nos importan, de las que valen la pena para nosotros, y las
dejamos de lado por las que son más cómodas y conocidas?

Un aspecto clave y esencial para poder estar motivado y entusiasmados es tener siempre bien
presente nuestros objetivos (ya sean personales o laborales), y que ellos guíen u orienten nuestro
obrar. Como alguien dijo alguna vez, no nos define realmente lo que hacemos, sino qué sentido
tiene para nosotros lo que hacemos y la conciencia con la que vivimos cada día.

Cuando estamos en un taller y preguntamos a la gente que cosas nos motivan, cuales son las cosas
por las cuales vale la pena dejarlo todo y dar lo mejor, todas ellas nos han expresado
sistemáticamente que lo que realmente las motiva y moviliza son cosas que tienen que ver con la
familia, las relaciones, el crecimiento y el progreso personal. Pero que muchas veces nos
distraemos y le terminamos dedicando casi todo nuestro tiempo (y nuestro foco) a otras cosas
como el dinero, el tener, y el éxito profesional. ¿Qué quiero lograr de mi vida? ¿Para qué trabajo?
¿Qué sentido tiene para mí lo que hago cada día? ¿Cuál es mi propósito en la vida? Estas preguntas
(y otras del estilo que hubiese sido largo de enumerar) nos corresponde a cada uno de nosotros
responderlas. No las puede responder otro, aunque algunas veces estemos tentados de dejar que
la vida decida por nosotros. Al responderlas y vivir en coherencia con nuestros valores, estaremos
dando contenido y plenitud a nuestra vida y en ella, a cada uno de nuestros días. Ese sabor, esa
plenitud, es algo que la plata nunca va a poder pagar. Es invaluable. Es apoyar la cabeza en la
almohada al final del día y estar feliz porque dí lo mejor. Aunque nadie se haya enterado. Mi día fue
un éxito o quizás no tanto, pero el sabor interno del logro alcanzado (al margen del resultado, que
probablemente deberá “esperar un día más”) nadie nos lo podrá quitar.

Hacia el final de la charla, el Cholo compartió con la audiencia que en la final copa del Rey contra el
Real Madríd (hacia 14 años que no le ganaban) empataron los primeros 90´ e iban al alargue. El se
da cuenta que su equipo no cree que puede ganar, los junta en el medio de la cancha y les dice
“CREANME POR FAVOR QUE ESTAMOS MEJOR QUE ELLOS Y PODEMOS GANAR POR FAVOR LES
PIDO QUE ME CREAN QUE ESTAMOS MEJOR, ESTAMOS MEJOR, HOY GANAMOS, ETC. Depende
de cada uno creer que podemos.

El Atlético de Madrid le creyó a Simeone. Y ganaron la final.

Tomas de Olazábal
Director de Espacio SellingPoint, Talentos & Competencias

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