cuatro jinetes malos, cuatro jinetes buenos. Se baten por la tierra en un temible duelo, dos caballeros blancos ya yacen en el suelo. Después siguen los otros, allí todos murieron, esa es la única tierra que a sus pies consiguieron. ¿Quiénes eran los malos? ¿Quiénes eran los buenos? Ocho caballos corren libres sin dueño, peinándoles la crin ya lo hace el viento.
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