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psicoactivas y de la recompensa
Definición de términos utilizados
Refuerzo y recompensa son los términos que explican, en parte, por qué los
individuos abusan repetidamente de una sustancia; a saber, el hecho de que las
sustancias de abuso presenten diversas propiedades reforzantes, lo que suscita
su repetida autoadministración. Se cree que la base neuroquímica del refuerzo
depende de las diversas sustancias en la neurotransmisión, y se relaciona con lo
que ocurre en el cerebro cuando se da una intoxicación con ese fármaco o droga.
Éste es un síndrome reversible específico de cada sustancia, y caracterizado por
una conducta inadaptada, clínicamente significativa, o por cambios psicológicos
debidos a las acciones de la sustancia sobre la neurotransmisión.
Desintoxicación
A veces se les denomina “clímax naturales”. Entre los inputs de la vía mesolímbica
que median estos clímax naturales se incluye la más asombrosa “farmacia” de
sustancias de origen natural, que van desde la propia morfina / heroína del
cerebro (endorfinas) hasta la propia marihuana del cerebro (anandamida),
pasando por la nicotina cerebral (acetilcolina) y las propias cocaína y anfetamina
del cerebro (la misma dopamina)
Esta situación imita los signos del trastorno depresivo mayor. Las intervenciones
encaminadas a rellenar los depósitos de dopamina y a readaptar la sensibilidad de
los receptores dopaminérgicos serían teóricamente útiles para el adicto
dependiente de la cocaína que ha desarrollado tanto tolerancia como tolerancia
inversa a esta sustancia. Sin embargo, frecuentemente la intervención más útil
consiste en permitir al propio sistema dopaminérgico que se recupere por sí
mismo con el tiempo, lo que requiere la abstinencia del adicto durante el tiempo
sufuciente como para que el sistema se reponga. Obviamente, a menudo esto no
resulta factible ni es deseado siquiera por el adicto. En el futuro es posible que se
disponga de una “cocaína inversa” con fines terapéuticos. Otra posibilidad
terapéutica para los adictos a esta sustancia en el futuro serían los anticuerpos de
la cocaína.
Los efectos clínicos de la anfetamina y sus derivados son muy parecidos a los de
la cocaína, si bien la euforia que producen puede ser menos intensa, aunque de
más larga duración. Los signos de intoxicación, toxicidad, sobredosis,
sensibilización por producción de una psicosis paranoide aguda y síndrome de
abstinencia causados por las anfetaminas son similares a los que se han descrito
antes para la cocaína.
Los alucinógenos pueden producir una increíble tolerancia, a veces tras una sola
dosis. Otra dimensión peculiar del abuso de los alucinógenos es la producción de
flash-backs, es decir, la recurrencia espontánea de algunos de los síntomas de
intoxicación, que duran desde unos pocos segundos hasta varias horas, en
ausencia de una administración reciente de estas sustancias. Esto puede ocurrir
días o meses después de la última experiencia con la droga, y al parecer hay una
serie de estímulos ambientales que podrían precipitarlo. Se desconoce cuál es el
mecanismo psicofarmacológico que subyace a los flash-backs, pero su
fenomenología sugiere la posibilidad de una adaptación neuroquímica del sistema
serotoninérgico y de sus receptores, relacionada con la tolerancia inversa e
increíblemente duradera. También es posible que sean una forma de
condicionamiento emocional.
Feniciclina
Nicotina
Fumar cigarrillos constituye un sistema de administración de nicotina. Por
desgracia, también se administran carcinógenos y otras toxinas que dañan el
corazón, los pulmones y también otros tejidos. Por lo que se refiere a su
psicofarmacología, la nicotina actúa directamente sobre los receptores
colinérgicos nicotínicos. Las acciones reforzantes de la nicotina son muy similares
a las de la cocaína y la anfetamina, dado que las células dopaminérgicas de la vía
mesolímbica reciben directamente el input colinérgico nicotínico, que resulta
estimulado cuando se fuma. Los efectos experimentados por los fumadores
incluyen elevación del estado de ánimo, la potenciación de la cognición y
disminución del apetito.
Es posible que tanto los que toman estimulantes como los fumadores regulen a la
baja sus receptores de dopamina debido a la excesiva estimulación
dopaminérgica. Sin embargo, los consumidores de nicotina podrían regular al alza
sus receptores colinérgicos nicotínicos para ayudar a compensar el hecho de que
la nicotina no deja de desconectarlos. Estos posibles cambios pueden estar
relacionados con los mecanismos psicofarmacológicos que subyacen a la
profunda capacidad de la nicotina de producir dependencia y abstinencia.
Opiáceos
Los opiáceos actúan sobre diversos receptores. Los tres subtipos más importantes
son los receptores opiáceos mu (μ), delta (Δ) y kappa (κ). El cerebro fabrica sus
propias sustancias endógenas similares a los opiáceos, a las que se denomina
endorfinas (“la propia morfina del cerebro”). Son péptidos derivados de proteínas
precursoras llamadas proopiomelanocortina (POMC), proencefalina y prodinorfina.
Varias partes de estas proteínas precursoras se separan para formar endorfinas o
encefalinas, son almacenadas en las neuronas opiáceas y presumiblemente
liberadas durante la neurotransmisión para mediar en las funciones endógenas de
tipo opiáceo. Sin embargo, el número exacto y la función de los opiáceos
endógenos y de sus receptores, así como su papel en el alivio del dolor y otras
acciones en el SNC, sigue siendo en gran parte desconocidos.
Todo esto resulta subjetivamente tan horrible para el adicto que no se detendrá
ante nada con el fin de conseguir otra dosis para aliviar los síntomas de
abstinencia, así que, lo que empezó como una búsqueda de euforia puede acabar
simplemente como un intento de evitar la abstinencia. En los primeros días de uso,
abuso e intoxicación, y antes de que se completen los mecanismos
neuroadaptativos que median en la sensibilización de los receptores opiáceos, la
intoxicación se alterna con el funcionamiento normal. Más tarde, cuando los
receptores se adaptan y se establece la dependencia, el adicto puede
experimentar muy poca euforia, entrando en una fase en la que los períodos sin
abstinencia se alternan con otros en los que ésta sí se produce.
Alcohol
La farmacología del alcohol está todavía escasamente definida y su mecanismo
de acción es inespecífico, ya que el alcohol puede tener efectos en una amplia
variedad de sistemas de neurotransmisores. No se conocen bien ni las acciones
de intoxicación aguda del alcohol ni sus efectos crónicos de dependencia,
tolerancia y síndrome de abstinencia. Sin embargo:
El alcohol media potenciando las acciones del complejo del receptor GABA A, que
es inhibidor, es decir potencia la inhibición.
El alcohol media reduciendo las acciones del complejo del receptor NMDA, que es
excitador, es decir, reduce la excitación Estos efectos pueden explicar su
característica de depresor del funcionamiento del SNC, además de algunos de sus
efectos tóxicos, amnésicos y atáxicos.
Teóricamente, las propiedades reforzantes del alcohol están mediadas por los
efectos que sobre el GABA y sobre el glutamato producen en la liberación de
dopamina en el sistema dopaminérgico mesolímbico.
Benzodiacepinas y sedantes-hipnóticos
Benzodiacepinas
Sedantes-hipnóticos
Receptores 5HT2C
Los ISRS pueden reducir el apetito, al menos de una forma aguda. La fluoxetina,
probablemente el más anoréxigeno de los ISRS y específicamente indicado para
la bulimia, es también el único ISRS con una agonista actividad directa 5HT2C,
además de sus propiedades bloqueantes de la recaptación de 5HT.