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Discurso de Osvaldo Rosales

Director
División de Comercio Internacional e Integración
CEPAL

I Foro de Intercambio entre Think Tanks de China y América Latina

1. Es para mí un profundo honor asistir a este Foro, representando a la CEPAL. En


CEPAL, desde hace ya varios años, estudiamos las relaciones económicas y
comerciales entre China y América Latina (AL), convencidos de que, en ese vínculo,
AL se juega buena parte de sus opciones de desarrollo futuro.
2. Este Foro se realiza en un momento muy interesante para la economía y el
comercio internacionales. La recuperación de la economía mundial está siendo muy
heterogénea entre regiones. Las economías emergentes crecen más que las
industrializadas, casi triplicando el ritmo de crecimiento de ellas. Asia Pacífico es la
zona más dinámica, encabezada por China. Por su parte, A. Latina sale de la crisis en
mejor posición que muchas economías industrializadas, creciendo cerca de 6% en el
2010, si bien este promedio recoge mejores noticias en América del Sur que en
México y América Central.

3. Una recuperación débil y heterogénea acentúa la divergencia en las políticas


monetarias en el G20, agregando volatilidad financiera y cambiaria. Las bajas tasas
de interés en la OECD y las mayores rentabilidades en las economías emergentes
estimulan el ingreso de capitales a las economías emergentes, apreciando sus
monedas. Esto desalienta las exportaciones, particularmente las no tradicionales,
favorece el endeudamiento en divisas y los déficits en cuenta corriente, pudiendo
acercarnos a los conocidos escenarios de crisis de endeudamiento en economías
emergentes. En ausencia de mecanismos multilaterales que aborden estas
ineficiencias del sistema financiero internacional, es inevitable que varias economías
emergentes adopten diversas medidas de control de capitales, como acontece en los
casos de Brasil. Corea, Indonesia y varios otros países en desarrollo.

4. El necesario ajuste en la economía más endeudada del mundo, EE.UU, debe


incluir la devaluación de su moneda, junto a esfuerzos por reducir la absorción,
elevando su ahorro. Sin embargo, cuando EE.UU. mejora su saldo en cuenta
corriente, en alguna parte debe empeorar. Por eso es que es tan necesario que las
economías con elevados superávit en cuenta corriente, China, en particular,
colaboren a una recuperación más equilibrada, facilitando la apreciación gradual de
sus monedas, estimulando el desarrollo de su mercado interno y del consumo
privado. Tasas de crecimiento del producto cercanas al 10%, con una inversión que
supera el 40% del PIB y una relación consumo/PIB de apenas 43% no son
sustentables. Por tanto, cada paso adicional de avance en un escenario de ajuste
gradual en las cuentas chinas, con mayor apoyo en el consumo doméstico, reduce la
probabilidad de malas noticias para los años próximos.
5. China ya está en condiciones de seguir creciendo a tasas elevadas, con una
moneda más fuerte, gracias a sus avances en eficiencia y productividad. La
experiencia histórica muestra que el fortalecimiento de las economías se expresa,
más temprano que tarde, en fortaleza de sus monedas. Además este proceso es
plenamente compatible con las directrices chinas orientadas a reducir las
desigualdades internas entre campo y ciudad, reforzando las redes de protección
social, con énfasis en salud, vivienda y previsión social.

6 El favorable ciclo externo 2003-2008 y las mejoras en la gestión de la política


económica permitieron que esta vez- pese a la intensidad de la crisis externa – en AL
no tuviésemos episodios de crisis cambiarias ni financieras. Al contrario, justamente
las fortalezas macroeconómicas que se fueron construyendo – superávits fiscales y
en cuenta corriente, incremento importante de reservas internacionales y
predominio de casos con flexibilidad cambiaria – permitieron abordar la crisis con
programas fiscales y monetarios contracíclicos, morigerando los efectos de la crisis.

7. En ese favorable ciclo externo, AL creció más que nunca en 40 años pero no
consiguió reducir las brechas de productividad con las economías industrializadas ni
tampoco entre los segmentos modernos y atrasados de sus economías nacionales.
Por eso es que en CEPAL hablamos de la necesidad de cerrar las dos brechas de
productividad: una, con las economías industrializadas y otra, la interna. Las elevadas
diferencias domésticas de productividad – varias veces superiores a las existentes en
la OECD o en las economías asiáticas – están en la base de la desigualdad que
lamentablemente aún nos caracteriza. En la base de esa desigualdad, encontramos
elevados niveles de subempleo, mayoritarias empresas de tamaño pequeño y
mediano con precarios niveles de productividad, incapacitadas de cumplir con
estándares internacionales de calidad y con mano de obra de bajos niveles de
calificación. El éxito de cualquier estrategia de convergencia con las economías
industrializadas se medirá por el avance en estos indicadores: innovación,
productividad, diversificación de la base productiva y exportadora, fuerza de trabajo
más calificada, fortalecimiento del vínculo entre exportaciones y el resto de la
economía y mejor distribución del ingreso.

8. AL necesita crecer a tasas elevadas pero sobre la base de un crecimiento más


inclusivo donde crecimiento e igualdad vayan más de la mano que en la experiencia
histórica. En opinión de CEPAL, ello hoy es más viable que antes y es además
impostergable. Es más viable porque la región ha mostrado fortalezas inéditas para
enfrentar la crisis y la postcrisis y porque la intensidad del cambio tecnológico hoy
permite que el catching-up opere con mayor fluidez. Es además impostergable
porque si la región no aprovecha ahora este buen ciclo económico para elevar su
inversión en infraestructura, educación, innovación y apoyo competitivo a las PYMES,
pues difícilmente lo hará alguna vez.

9. La crisis ha venido a reforzar la posición de China, y de Asia en general, como


la principal fuente de crecimiento de las exportaciones de América Latina. Hoy Asia
Pacífico ya desplazó a la UE como segundo destino de las exportaciones
latinoamericanas. China es ya el primer mercado de exportación para Brasil y Chile y
el segundo para Argentina, Costa Rica, Cuba y Perú. A mediados de esta década,
China por sí sola desplazará a la UE como segundo mercado de exportación de AL y
como segunda fuente de importaciones. Sin ninguna duda, en los próximos años
estos vínculos seguirán creciendo, con lo cual se puede decir que en las próximas
décadas, el crecimiento en AL dependerá más de este vínculo que de las relaciones
con Estados Unidos o Europa.

10 Las perspectivas de mediano plazo para China y AL lucen promisorias. Ambas


regiones son parte significativa en la explicación de la nueva geografía del
crecimiento en al economía global. Ello no sólo se refleja en mayor presencia relativa
de las economías emergentes en las principales variables de la economía mundial
sino también en un renovado vínculo entre las propias economías emergentes y en
desarrollo, fortaleciendo la relevancia del comercio y de las inversiones Sur-Sur. Los
países en desarrollo deben actuar proactivamente para anticiparse a ese escenario,
readecuando políticas y estrategias, de modo de aprovechar el creciente potencial
de los vínculos Sur-Sur y las perspectivas de la cooperación entre ped.

11. El rápido crecimiento de China y de AL viene estimulando las


complementariedades, lo que se expresa en un significativo incremento del
intercambio comercial. Sin embargo, para mejorar la calidad de nuestra relación
económico-comercial con China, hay importantes desafíos que abordar.

• Nuestro comercio con el Asia Pacífico está concentrado en pocos productos y ,


salvo México y Costa Rica, en general, se trata de commodities que no destacan
por valor agregado o conocimiento incorporado.
• El comercio con China es casi exclusivamente interindustrial, vale decir,
importamos bienes manufacturados y exportamos principalmente materias
primas.
• Entre China y AL existe un escaso nivel de Inversión Extranjera Directa recíproca y
una gran asimetría entre los crecientes flujos de comercio y las modestas
corrientes de inversión. Esto difícilmente variará, si no cambia la estructura del
comercio bilateral, ya que el actual comercio interindustrial deja menos espacio
para joint-ventures y alianzas estratégicas que impulsen la innovación y la
competitividad. Es bueno recordar que no hay experiencias de desarrollo
sostenido sin diversificación en la base productiva y exportadora, sin
exportaciones que agregan valor a sus recursos naturales y que van incorporando
manufacturas y servicios, en tanto se fortalecen los eslabonamientos entre
exportaciones y resto de la economía.

12. Esta es la gran oportunidad que hoy tiene AL: aprovechar su creciente vínculo
con China para colocar la innovación y la competitividad en el centro de sus agendas
nacionales de desarrollo. Un paso adicional sería colocar estos temas en la agenda
regional o subregional de integración y cooperación. China y la región Asia-Pacífico
ofrecen a AL amplias posibilidades para suscribir acuerdos de exportación, inversión
y cooperación en campos como la minería, energía, agricultura, infraestructura y
ciencia y tecnología. En cada uno de estos campos, la región está en condiciones de
levantar una masa crítica que facilite el diálogo técnico especializado.
13. Aprovechar esas oportunidades cabalmente y en una escala relevante sólo será
posible mediante un esfuerzo concertado de asociación regional que promueva
atractivas oportunidades de inversión y comercio de beneficio mutuo, con políticas
convergentes, transparentes y estables, a fin de estimular compromisos de largo
plazo entre ambas regiones.

14 Las aproximaciones de la región al Asia Pacífico son crecientes pero siguen


siendo esporádicas, sin apoyarse en planes persistentes y de mediano plazo. Por otro
lado, se han concretado casi exclusivamente mediante esfuerzos nacionales. Estas
aproximaciones, si bien valiosas, distan de responder a los requerimientos y
posibilidades del enorme mercado asiático.

15 Aprovechar plenamente las oportunidades que ofrecen China y el Asia


Pacífico requiere que las empresas de nuestra región se inserten mejor en las
cadenas asiáticas de valor. Ello ayudaría a promover un comercio más diversificado,
con un mayor componente intraindustrial y más inversiones recíprocas. Si parte de
estas tareas, las abordamos en alianzas con empresas, inversionistas, universidades y
centros tecnológicos de Asia Pacífico, el resultado será más atractivo.

16. Parece el momento apropiado para definir, de manera concertada, las


prioridades regionales en las relaciones con los países asiáticos, proponiéndoles una
asociación estratégica de beneficio mutuo. China ya formuló expresamente una
política exterior hacia América Latina y el Caribe, plasmada en un documento oficial
– el Libro Blanco - en que se reconocen las potencialidades de la región para avanzar
en una cooperación integral que abarque las relaciones políticas y económicas, así
como las cuestiones sociales, culturales, judiciales y de seguridad. América Latina
debería dar el segundo paso y responder pronto con un documento que establezca
los lineamientos de un acercamiento estratégico con el Asia Pacífico.

17. Dado el alto interés del gobierno chino por profundizar las relaciones
económicas y comerciales con ALC, hay condiciones propicias para escalar en la
intensidad de los vínculos. La coordinación regional para definir una primera
reacción concertada frente al mencionado Libro Blanco, estableciendo mesas de
diálogo técnico, generaría mejores condiciones para aspirar a una Cumbre
Presidencial China- América Latina. Allí podría trabajarse mejor una agenda
compartida de proyectos de inversión y comercio, con beneficios mutuos en
infraestructura, energía, conectividad, facilitación de comercio, turismo, educación,
ciencia y negocios tecnológicos.

18. La cooperación, a su vez, podría avanzar en temas como eficiencia energética,


energías renovables, tecnologías ultralimpias y cambio climático, todos ámbitos en
los que China está dando pasos significativos y donde podrían establecerse joint-
ventures entre empresas, universidades y centros tecnológicos de China y AL.

19. China podría dar un uso atractivo a sus gigantescas reservas internacionales
invirtiéndolas e proyectos de infraestructura, logística, conectividad y turismo en AL.
Esto, por cierto, requiere que AL sea capaz de concordar esa cartera de proyectos y
de presentarlos adecuadamente a las empresas y bancos chinos. En la IV Cumbre
Empresarial China-AL, organizada por el CCPIT, en octubre pasado en Chengdu,
Sichuan, se aprobó un mecanismo institucional permanente de diálogo entre el
CCPIT, las cámaras binacionales de comercio y las agencias de promoción de
comercio y de las inversiones en AL. Este puede ser el primer paso para una mayor
coordinación regional al respecto.

20. Otra vía a explorar es la contribución directa de la banca china o a través de


Fondos especiales en el BID o en la CAF para apoyar la diversificación exportadora en
AL y la mayor presencia de Pymes en las corrientes de exportación, de modo de
compensar la marcada tendencia a la primarización de las exportaciones que viene
mostrando el comercio con China. Por cierto, ni China ni AL quisieran reeditar una
versión moderna del vínculo centro-periferia que tanto daño hizo a las perspectivas
del desarrollo en nuestra región.

21. En palabras del Presidente Hu Jin tao en la Cumbre APEC 2009, el actual
desafío es transformar la crisis en oportunidad. Para ello considera necesario
promover la liberalización del comercio y de las inversiones, resistiendo el
proteccionismo en todas sus manifestaciones, tradicionales y renovadas. En segundo
lugar, impulsar los contactos comerciales de facto – a nivel de empresas y de las
cadenas de valor – y de jure, a través de acuerdos de diverso tipo. En tercero, no
abandonar la reforma del sistema financiero internacional. En cuarto, acelerar el
tranco de la innovación y la competitividad, desarrollando la economía verde y
avanzando en competitividad con menores niveles de carbono.

22. Los rezagos de AL en competitividad, innovación y productividad representan


un obstáculo permanente para avanzar en la estrategia de transformación
productiva con equidad. Un acercamiento coordinado a China y al Asia Pacífico para
aprender de sus experiencias, para aliarnos a su dinamismo, colaboraría
decisivamente al logro de este crucial objetivo. En ese camino, China y AL, como
zonas en desarrollo y socios igualitarios, buscan profundizar sus vínculos sobre la
base de beneficios mutuos. Las eventuales diferencias que puedan surgir debieran
ser tratadas mediante el diálogo, la consulta y la negociación.

23. Por todo lo anterior es que para CEPAL es un privilegio colaborar en esta
oportunidad histórica para definir un mejor vínculo de aproximación con la zona más
dinámica de la economía mundial, aprovechando dicho vínculo para abordar las
tradicionales insuficiencias del desarrollo latinoamericano. En tal sentido,
permítanme concluir señalando que este mejor vínculo con China y Asia Pacífico es
un instrumento clave para que la región pueda crecer con igualdad en ésta y en las
próximas décadas.

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