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Sinaloa: la escasez y seguridad hídrica

Un nuevo horizonte se perfila para la economía agrícola de Sinaloa, particularmente para aquella que

sostiene de la agricultura de irrigación. Los inventarios hídricos que alimentan este sector, por tercera

vez consecutiva, se hallan por debajo de esa demanda. Estas señales, más como espectáculo, han

aparecido como noticia en las primeras páginas de los periódicos locales. Los déficits hídricos no sólo

están contribuyendo en la gestación de peligrosos conflictos de intereses, sino que también se denota el

desdén hacia la explicación científica. El discurso oficial sostiene que Sinaloa es un estado “rico en

recursos naturales”. La pregunta es ¿en buscadores? Al menos en el recurso agua, Sinaloa se halla en

el preámbulo de la escasez; es decir,

El Proyecto de Agua ( http://thewaterproject.org/water_scarcity.php ) 1 sostiene que “El problema de la

escasez de agua es cada vez mayor. A medida que más personas exijan cada vez más suministros limitados,

aumentará el costo y el esfuerzo para construir o incluso mantener el acceso al agua. Y la importancia del agua para

la estabilidad política y social solo crecerá con la crisis ”. En este sentido, resulta inverosímil que aún los

productores y el resto de la sociedad local den por sentado que el vital líquido siempre estará a su alcance. Esta

percepción determina las estrategias de gestión de los recursos hídricos, ora como derecho humano, ora como recurso

económico.

El recurso hídrico, visto como recurso económico, pone al descubierto que el agua es, en primer lugar, poder y “...

cuando hay escasez de agua, las relaciones de poder ocupan un lugar destacado para determinar quién tiene acceso al agua y en

qué condiciones. En segundo lugar, cuando se intensifica la escasez de agua, las personas que carecen de voz en las decisiones

de asignación tienden a ser las primeras en la fila para hacer ajustes a los suministros reducidos ". (PNUD, 2006). 2 ¿Cómo

enfrentar la escasez de agua en una sociedad que asume que los recursos naturales son abundantes? Mientras se

1 “Escasez de agua: la importancia del agua y el acceso” disponible en:

http://thewaterproject.org/water_scarcity.php Consultado el 7 de noviembre de 2012.

2 PNUD (2006). Informe sobre desarrollo humano 2006. Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua. Nueva York: Programa de las

Naciones Unidas para el Desarrollo, pág. 173.


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encuentran las respuestas adecuadas, el tema se halla en la agenda de la Década Internacional para la Acción

Agua para la Vida 2005-2015, en la que se pone de relevar la importancia de la creciente escasez de agua en

todo el mundo, y la necesidad, tanto a nivel internacional como local, de una mayor integración y cooperación

para garantizar una gestión sustentable, eficiente y equitativa de los escasos recursos hídricos; a nivel local, en

cambio, el discurso oficial exagera su grado de autosuficiencia y optimismo.

¿Cómo se define la escasez de agua? La FAO 3 enuncia los factores necesarios que necesitan a la escasez de agua

de la siguiente manera:

“Los desequilibrios entre la disponibilidad y la demanda, la degradación de la calidad de las aguas

subterráneas y superficiales, la competencia intersectorial, los conflictos interregionales e internacionales

contribuyen a la escasez de agua”.

Periera, et al (2002) 4 la definen como

“Una situación en la que la disponibilidad de agua en un país o en una región es inferior a 1000 m 3 por persona por

año ". Y agregan:

"El umbral de 2000 m 3 por persona por año se considera que indica que una región tiene estrés hídrico, ya

que en estas condiciones las poblaciones enfrentan problemas muy grandes cuando ocurre una sequía o

cuando se crea escasez provocada por el hombre ”

En tanto que blanco (2012) 5 la califica como,

"... la falta de acceso a cantidades adecuadas de agua para usos humanos y ambientales

..."

3 FAO (sf). Agua. Disponible en http://www.fao.org/nr/water/issues/scarcity.html Consultado el 6 de

noviembre de 2012

4 Pereira, Luis S., Ian Cordery y Iacovos Iacovides (2002). Hacer frente a la escasez de agua. París: Programa Hidrológico Internacional,

UNESCO, p.1.

5 White, C. 2012, 'Comprensión de la escasez de agua: definiciones y medidas', Documento de debate de GWF

1217, Global Agua Foro, Canberra, Australia. Disponible en línea a:


http://www.globalwaterforum.org/2012/05/07/understanding-water-scarcity-definitions-and-measurements/
Consultado el 7 de noviembre de 2012.
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Asimismo, aclara que no hay consenso acerca de cómo se debe definir y medir la escala de agua, por lo que

sugiere emplear el "indicador de Falkenmark" o el "índice de estrés de agua". En este sentido White (2012)

concluye:

“Este método define la escasez de agua en términos de los recursos hídricos totales que están disponibles

para la población de una región; medir la escasez como la cantidad de agua dulce renovable que está

disponible para cada persona cada año. Si la cantidad de agua renovable en un país es inferior a 1700 m 3 por

persona por año, se dice que ese país está experimentando estrés hídrico; por debajo de 1000 m 3 se dice

que está experimentando escasez de agua; y por debajo de 500 m 3, escasez absoluta de agua ".

A modo de conclusión y desde la perspectiva de la gestión del recurso, Padowski y Jawitz (2009) 6 explican:

“La escasez de agua es un problema complicado que abarca múltiples escalas y afecta a una gran

cantidad de usuarios de diferentes maneras. Para administrar mejor un recurso de esta complejidad, es

ventajoso agrupar el conocimiento colectivo, las experiencias previas y los juicios de valor de los usuarios

en un marco del que los gerentes se basan al tomar decisiones sobre la mejor manera de utilizar el

recurso ".

No lejos de semejantes problemas se halla Sinaloa, toda vez que la recurrencia de estiajes, no sólo son más

prolongados, sino que además se manifiestan con mayor frecuencia e intensidad. Las señales de las carencias

hídricas son puntuales; es decir, se presentan en los municipios de montaña, lo cuales padecen, desde muy

temprano de la temporada, la

discontinuidad del servicio de agua potable como es el caso de los municipios de Choix o de Sinaloa.

Las discontinuidades en los inventarios hídricos locales, define otros límites que consiste en los

cambios observados en la temperatura media anual y los cambios en el rango de las temperaturas máximas y

mínimas que ocurren durante el día. Los efectos de

6 Padowski, JC y JW Jawitz (verano / otoño de 2009). “El futuro de la escasez mundial de agua: desafíos y oportunidades de
políticas y gestión” The Whitehead Journal of Diplomacy and International Relations. Ex-Ante: Priorizando nuestro futuro, Volumen
X, Número 2 págs. 99-114. Disponible en:
http://blogs.shu.edu/diplomacy/files/archives/08%20Jawitz_Layout%201.pdf Consultado el 11 de noviembre de 2012. Asimismo en
el sitio de la revista: http://blogs.shu.edu/diplomacy/archived-issues/ex-anteprioritizing-our-future/
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estas variaciones, de acuerdo con estudios más acabados (FAO, 2008; Hisas, 2011), 7

señalan que por cada grado centígrado que aumenta la temperatura la pérdida de humedad de la superficie

aumenta un 4%; mientras que los depósitos de agua, por esta misma variación, se ven disminuidos. En este

sentido, se tiene una necesidad improrrogable de evaluar, por un lado, los cambios potenciales del equilibrio

del agua superficial

per se ( evapotranspiración y escorrentía) y, por el otro, colocar estos cambios en el contexto de la


producción de alimentos, la dinámica demográfica y el cambio climático (Gerten, et al, 2011). 8

Con datos climáticos de un periodo de aproximadamente 30 años recabados en el Distrito de Riego

075 (DR-075), sito en el Valle del Fuerte, por Ojeda Bustamante et al (2011) 9 estimaron que la variación anual

de la precipitación se reducirá alrededor del 30% para finales de siglo, en ese mismo sentido diseñaron

escenarios en el sentido de que la lluvia disminuirá en promedio 62, 70 y 110 mm. Asimismo, concluyeron que

el aumento en la temperatura acortará el ciclo fenológico de todos los cultivos, lo cual obligará a adelantar los

programas de cultivo tanto para el ciclo Otoño-Invierno (OI), como los de Primavera-Verano (PV). Del mismo

modo explican que la temperatura, en la medida que se eleve, menguará los rendimientos del maíz.

Los bajos niveles de almacenamiento de las una vez presas de Sinaloa de este año (2012) son

evidentes expresiones de que las lluvias no fueron solo escasas, sino que también hay una indiscutible escasez

de agua. Esta carencia ha obligado al gobierno del estado a tomar la decisión de reducir la superficie irrigable

de cultivos para el ciclo OI, particularmente la siembra de maíz. Este reajuste alcanza una cifra del 40 por

ciento de un total de 500 mil hectáreas que solían sembrarse, lo cual obliga a suponer una interacción

7 FAO (2008). Cambio climático y seguridad alimentaria: un documento marco. Roma: FAO.

Hisas, Liliana (2011). La brecha alimentaria. Los impactos del cambio climático en la producción de alimentos: una perspectiva 2020. Alexandria, Virginia: Fondo
Ecológico Universal
8 Gerten, DD, Heinke, JJ, Hoff, HH, Biemans, HH, Fader, MM y Waha, KK (2011). Disponibilidad mundial de agua y requisitos para la

producción de alimentos en el futuro. Revista de hidrometeorología, 12 ( 5), 885-


899.

9 Ojeda Bustamante, Waldo, Ernesto Sifuentes Ibarra, Mauro Íñiguez Covarrubias y Martín J. Montero Martínez. Impacto del

cambio climático en el desarrollo y requerimientos hídricos de los cultivos.


Agrociencia [ en línea]. 2011, vol.45, n.1, págs. 1-11. ISSN 1405-3195.
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dinámica entre el pasado y el futuro en lo que concierne la producción de alimentos. Es decir, habrá menos

alimentos o, al menos, una menor producción de maíz.

La escasez de agua en Sinaloa ha hecho emerger un fenómeno social complejo y poco

comprendido por quienes llevan los asuntos de la administración pública: los

desplazados por la sequía. Aparte de la magnitud del número de gente sedienta, significa que estas personas

padecieron la angustia de ver cómo el agua de sus arroyos y sus norias se fue secando; mientras que el auxilio

oficial se dilataba. El fenómeno per se obligar a pensar que si en los municipios de montaña, la demanda de agua

excede a su oferta, entonces tal señal se debe considerar como una forma de escasez. La FAO (2012) 10 en su

informe “Afrontar la escasez de agua. Un marco de acción para la agricultura y la seguridad alimentaria ”identifica

tres dimensiones para definir la escasez de agua:

Las tres dimensiones principales que caracterizan la escasez de agua son: una falta física de

disponibilidad de agua para satisfacer la demanda; el nivel de desarrollo de la infraestructura que controla

el almacenamiento, la distribución y el acceso; y la capacidad institucional para brindar los servicios de

agua necesarios.

Dimensiones que en mayor o menor grado están presentes en los municipios citados y la gente que en ellos

habitan son quienes las padecen.

¿Dónde estamos y hacia dónde vamos? Pregunta Raskin y sus colegas en su libro Great Transition. La

promesa y el atractivo de los tiempos que se avecinan (2002) 11 ¿Qué futuros

¿pueden emerger, en cada municipio, del silencioso agotamiento de los recursos hídricos? Ambas preguntas

pareciera no tener las mejores las respuestas, no obstante no está por demás poner atención de lo que afirma Hardin

y sus colegas (2011) 12 en el sentido de que la “La conversión de la tierra a la agricultura no solo impacta la

evaporación local y la respuesta hidrológica, sino que también puede influir en la distribución de la lluvia y la

demanda evaporativa en el paisaje circundante”. Esta premisa sugiere pensar que Sinaloa, después de poco más de

10 FAO (2012). Hacer frente a la escasez de agua. Un marco de acción para la agricultura y la seguridad alimentaria. Roma: FAO, pág. ix.

11 Raskin, Paul, Tariq Banuri, Gilberto Gallopin, Pablo Gutman, Al Hammond, Robert Kates, Rob Swart (2002). Gran Transición. La promesa y el

atractivo de los tiempos que se avecinan. Boston: Instituto de Medio Ambiente de Estocolmo-Instituto Tellus de Boston.

12 Harding, R., Best, M., Blyth, E., Hagemann, S., Kabat, P., Tallaksen, LM y ... Haddeland, I. (2011). MIRAR: Conocimiento actual
del ciclo global del agua terrestre. Revista de hidrometeorología, 12 ( 6), 1149-1156. doi: 10.1175 / JHM-D-11-024.1
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cien años de practicar la agricultura de irrigación, la cual obligó a deforestar aproximadamente un millón de

hectáreas, los efectos negativos de tal destrucción se están dejando sentir tanto en la distribución de las

lluvias, como en la demanda evaporativa de las áreas circundantes.

Estas áreas circundantes son los municipios de montaña que resienten las alteraciones ambientales

influenciadas por la expansión e intensidad de la agricultura de irrigación y sufren el continuo riesgo de su propia

seguridad hídrica. La seguridad hídrica municipal es un tema distante en el marco de la agenda para el desarrollo

municipal, del que no se le da la atención obligada hasta que ocurre la escasez de agua o se desata alguna

epidemia (diarrea, cólera, hepatitis A). La acentuación de la insuficiencia de agua multiplica la pobreza a tal punto

que pone en riesgo la salud pública. En este sentido Van Damme (2001) 13 señala que "el comportamiento higiénico

es prácticamente imposible sin una fuente de agua potable y un medio seguro para eliminar los desechos humanos

y de otro tipo". La ausencia de estas condiciones en las comunidades rurales, no sólo desequilibra el sistema de

salud e higiene, sino que también las actividades productivas.

El agua tiene un papel importante en la mitigación de la pobreza y la seguridad alimentaria local (FAO,

2000). 14 Las cabeceras municipales y comunidades aledañas a ellos aún tienen la fortuna de ver correr su

arroyo o su río habrán notado que su escorrentía tarda escasos días y llevan menos agua. Tampoco pueden

pescar y programar regadíos para cultivos de autosuficiencia alimentaria. Por ello, como dice la FAO (2000) "Es

imperativo que se desarrolle una mejor comprensión del tamaño relativo y la importancia de los diversos flujos

de agua y de cómo estos flujos se modifican a través de las actividades humanas". Modificación que genera, a

su vez, una desigualdad entre comunidades y productores (agrícolas, ganaderos e industriales).

Se trata de pensar en la seguridad hídrica de los municipios, particularmente los de montaña, toda vez

que los sistemas hídricos locales se han modificado por las grandes obras de infraestructura hidráulica (presas).

Aunque estas obras “son fundamentales para

13 Van Damme, Hans (octubre de 2001). Superar la escasez de agua y las limitaciones de calidad. Focus, 9. Instituto Internacional de Investigaciones sobre

Políticas Alimentarias, págs. 6 a 7

14 FAO (2000). Nuevas dimensiones en seguridad hídrica. Servicios de agua, sociedad y ecosistemas en los 21 S t siglo. Roma: Organización de las Naciones

Unidas para la Agricultura y la Alimentación.


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generar, almacenar agua y controlar las inundaciones, también retienen sedimentos, lo que a su vez provoca el

hundimiento y la erosión de los deltas productivos. Entretanto, se está extrayendo agua de los acuíferos costeros

y fuentes subterráneas a un ritmo mayor que el de su reposición, práctica claramente insostenible ”(Rio + 20

Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible). 15 Frente a la escasa prudencia de quienes

toman decisiones en materia de agua, los efectos esperados de estas acciones son, por un lado, la acentuación

y expansión de la precariedad hídrica de las comunidades rurales y, por el otro, se propicia la inseguridad

alimentaria local .

La seguridad hídrica, según Gray y Sadoff (2007) dieciséis, se define como "la disponibilidad de una cantidad y

calidad aceptables de agua para la salud, los medios de vida, los ecosistemas y la producción, junto con un nivel aceptable

de riesgos relacionados con el agua para las personas, el medio ambiente y las economías". La definición implica criterios

estrictos de medición para precisar parámetros que alerten de los peligros a los que se exponen los inventarios hídricos y

de sus efectos negativos sobre las personas y los ecosistemas. El diseño de parámetros serviría, como lo suger Schultz y

Uhlenbrook (2007), 17 para "... definir la ubicación y las dimensiones de las estructuras hidráulicas, gestión del agua,

protección contra inundaciones, suministro de agua potable y sistemas de saneamiento para aumentar la seguridad del

agua".

Traducir la seguridad hídrica en términos numéricos ayudaría a fomentar la discusión y el debate

sobre las escalas y umbrales que indiquen la ausencia o grado de seguridad hídrica (Lautze y

Manthrithilake, 2012). 18 Con el propósito de lograr un mejor

15 Rio + 20 Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible. Planeta bajo presión: nuevos conocimientos hacia
soluciones. Rio + 20. Documento de política 1. Seguridad hídrica para un planeta bajo presión. Transición a la sostenibilidad:
retos y soluciones interconectados. Disponible en:
http://www.diversitas-international.org/resources/outreach/PolicyBrief%20Rio20%20WaterSecurity%20Spanish.pdf
Consultado el 29 de noviembre de 2012

dieciséis Gray, David y Claudia W. Sadoff, C. (2007). ¿Hundirse o nadar? Seguridad hídrica para el crecimiento y el desarrollo. Política de agua 9:

545–571.

17 Schultz, Bart y Stefan Uhlenbrook (2007). 'Seguridad hídrica': ¿Qué significa, qué puede implicar? Delft, Países Bajos:

UNESCO-IHE, pág. 3

18 Lautze, J. y Manthrithilake, H. (2012). "Seguridad del agua: conceptos antiguos, nuevo paquete, ¿qué valor?" Documento de debate 1250 de

GWF, Foro mundial del agua, Canberra, Australia. Disponible en:


http://www.globalwaterforum.org/wp-content/uploads/2012/11/Water-security_Old-concepts-new-packageso-what-GWF-1250.pdf?9d7bd4
Consultado el 30 de noviembre de 2012
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entendimiento del concepto, estos autores sugieren la siguiente tabla para diseñar un índice que cuantifique la

seguridad hídrica.

Tabla 1
Marco de indicadores de seguridad hídrica

Fuente: Lautze, J. y Manthrithilake, H. (2012), op. cit. Disponible en:


http://www.globalwaterforum.org/2012/11/20/water-security-old-concepts-new-package-what-value/
Consultado el 30 de noviembre de 2012

Las dimensiones conceptuales contenidas en la tabla 1 y las escalas de medición que sugerimos dan pautas

para su adaptación a nivel de municipios. La cuestión es esperar que los municipios tienen la capacidad para

crear una base de datos confiables. Asimismo, no está por demás tener presente que la salud humana está

estrechamente vinculada con los ecosistemas y la calidad del medio ambiente (National Research Council,

2012). 19

Mayor atención recibe la seguridad alimentaria (Cumbre Mundial sobre la Alimentación, Noviembre

1996, Roma) 20 que la seguridad hídrica. En la Declaración de La Haya sobre la Seguridad Hídrica para el Siglo

XXI emitida el 22 de marzo del año 2000, en el punto número 1 expone:

“Los recursos hídricos y los ecosistemas relacionados que los proporcionan y sustentan están amenazados por la

contaminación, el uso insostenible, los cambios en el uso de la tierra, el cambio climático y muchas otras fuerzas. El

vínculo entre estas amenazas y la pobreza es

19 Consejo Nacional de Investigaciones (2012). Ciencia para la protección del medio ambiente. El camino por delante. Washington,

DC: The National Academies Press, pág. 50.

20 El Plan de Acción de la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (Roma, 1996) contiene la definición de seguridad alimentaria: “Existe
seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y
nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos a fin de llevar a cabo una vida
activa y sana. ”Todavía no hay una definición sobre seguridad hídrica.
9

claro, porque son los pobres los primeros y los más afectados. Esto lleva a una simple conclusión: seguir como

de costumbre no es una opción ".

Los siete principales retos que esta Declaración asume, lejos todavía se encuentran para que formen

parte no sólo de la agenda hídrica del estado de Sinaloa y sus municipios, sino de manera especial de los

principales usuarios del agua: los exportadores de hortalizas. Quienes, dada la naturaleza de sus inversiones y

ante el escaso interés oficial de redactar una agenda hídrica, bien harían de elaborar la propia, porque los

"business as usual" ya no son la mejor opción.

Los escenarios por la escasez de agua en Sinaloa son cada vez más complejos. Los estiajes (que son

más prolongados) y las inundaciones devienen como una problemática que adquiere nuevas tendencias y

dimensiones. Los problemas ambientales evolucionan como dificultades económicas y luego como problemas

sociales (Fur y Ijjas, 2012) 21 que, dada su propia naturaleza, el interés público pareciera no prestarles la atención

que requiere cada situación particular. Ya no es suficiente declarar que anormalidades climáticas se deben al

Niño oa la Niña, por lo que crear una red de instrumentos hidroclimatólogicos es un imperativo con el fin

observar, en tiempo real, la formación y dirección de las bandas de nubosidades y estimar las probabilidades de

lluvias, hasta diseñar los índices climáticos locales (Verdon-Kidd & Kiem, 2010). 22 Se trata, sobre todo, de

estimar los riesgos e intensidad de la sequía y la escasez de agua, al menos.

La lluvia es uno de los factores clave que determina la sustentabilidad de las áreas de riego a tal grado

que define la necesidad de riego suplementario para satisfacer la demanda de agua del cultivo. Khan, et al

(2008) 23 sostienen:

La variabilidad de las precipitaciones en las cuencas superiores de los ríos determina el agua disponible en los

embalses de almacenamiento que puede estar disponible para riego

21 Attila Fur y Flora Ijjas. “Cambio climático: enfoques innovadores para la modelización y simulación de los recursos hídricos y la
dinámica socioeconómica”, en Netra Chhetri (editar) (2012). Dimensiones humanas y sociales del cambio climático. Rijeka, Croacia: In
Tech, págs. 65-86. Este libro se encuentra disponible en:
www.intechopen.com

22 Verdon-Kidd, Danielle. C. y Kiem, Anthony. S. (2010). Cuantificación del riesgo de sequía en un clima no estacionario. Revista de

hidrometeorología, 11 ( 4), 1019-1031. doi: 10.1175 / 2010JHM1215.1

23 Khan, SS, Gabriel, HF y Rana, TT (2008). Índice de precipitación estándar para rastrear la sequía y evaluar el impacto de la lluvia en los
mantos acuíferos de las áreas de riego. Sistemas de riego y drenaje, 22 ( 2), 159-177. doi: 10.1007 / s10795-008-9049-3
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cumplir con los requisitos de uso de agua para cultivos. En las regiones de riego, el volumen de lluvia por encima de

los requisitos de agua de los cultivos y la capacidad de almacenamiento del suelo ingresa al agua subterránea y

contribuye al aumento de los niveles freáticos y la salinización secundaria.

La agriculturización ha modificado los efectos positivos de las lluvias. La deforestación, la

expansión de los centros urbanos, la construcción de presas y diques, y los sistemas de canales también

han alterado los regímenes naturales de flujo de forma significativa. Estos cambios han contribuido a las

inundaciones, la erosión, la contaminación, la introducción de especies no nativas y la transformación de

los ecosistemas ribereños en distintas escalas espaciales y temporales (The National Academies of

Science, 2007). 24

Un riesgo oculto es la sequía (UNISDR, 2011). 25 Así que revelar este riesgo en sus distintas dimensiones

sirve para replantear el desarrollo de los municipios. ¿En qué medida un municipio de montaña, como es el caso

de Choix, Sinaloa, Badiraguato, Cosalá, San Ignacio y otros, disponen de un indicador que les permite identificar

sus capacidades para enfrentar los riesgos que implican la escasez de agua? Los efectos de largos estiajes no se

pueden soslayar. Los impactos sociales y económicos de la sequía se concentran en los hogares pobres del

medio rural cuya subsistencia depende de la agricultura de temporal. Este riesgo, prácticamente invisible, se

extiende, con toda crudeza, sobre la producción agrícola, los medios de vida rurales y las economías urbanas y

rurales (UNISDR, 2011).

La gestión del riesgo por sequía es una condición necesaria para prevenir la emergencia hídrica y

definir la seguridad de ésta. Para avanzar en esta idea, no está por demás tener en mente lo que sugiero

Velasco y Montesillo Cedillo (2007) 26 What,

“… Sólo con acciones organizadas, coherentes, apegadas a las leyes y reglamentos vigentes,

así como a los usos y costumbres locales, se podrán mitigar los efectos nocivos del fenómeno,

con estrategias a priori, anticipadas y expresadas en instrumentos de planeación. En este

sentido, • ... • paraca

24 Las Academias Nacionales de Ciencias (2007). River Science en el Servicio Geológico de Estados Unidos. Washington,

DC: Prensa de las Academias Nacionales.

25 UNISDR (2011) Informe de evaluación global sobre la reducción del riesgo de desastres. Ginebra, Suiza: Estrategia internacional de las Naciones Unidas para la reducción de desastres.

26 Velasco, I. y Montesillo-Cedillo, J. (2007). Elementos en la gestión de cuencas en condiciones de sequía. (Español). Gestión Y Política

Pública, 16 ( 1), 5-27.


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afrontar una crisis de sequía si no se tiene un esquema apropiado de previsión, los

resultados en general serán pírricos, cuestionables y poco efectivos, además de obtener

mínimos logros en términos de paliar sus efectos. ”

En lo inmediato todo hace suponer que las administraciones públicas municipales no sólo están escasas

del conocimiento necesario sobre el citado fenómeno de la sequía, sino que además carecen de los medios para

predecirla y manejarla.

Las transformaciones climáticas irrumpieron sobre una administración pública local con bajos niveles en

educación ambiental y con muy poco interés por erradicar ese especial analfabetismo. El caso más relevante es

cuando llega la temporada del estiaje. La ausencia de datos históricos sobre este fenómeno les reduce sus

grados de libertad para anticipar la magnitud de los impactos y formular las medidas de mitigación. El Plan

Estatal de Desarrollo de Sinaloa y los planes municipales pocas líneas dedicadas sobre la situación hídrica local

en términos de planificar para el mediano y largo plazo y, de manera especial, para el corto plazo, la

contingencia hídrica.

La planificación de corto plazo de la sequía se asume como la acción mínima para administrar los

impactos que provoca el estiaje. Este tipo de planificación define un plan de contingencia y el desarrollo de

una respuesta. Asimismo, describa las acciones subsecuentes que se deben seguir en la medida que la

situación empeora. Contiene los indicios que guían el momento de actuar y el momento para detenerse. Al

mismo tiempo, se desarrollan herramientas prácticas tales como instrumentos de predicción, modelos de

abastecimiento de agua potable, sistemas de toma de decisiones entre otros, que ayuden a los gerentes de

las juntas de agua potable, a los productores primarios y otros administradores de recursos naturales, en sus

acciones de gestión de la sequía (Neal y Moran, 2009). 27

27 Neal, BB y Moran, RR (2009). Sequías y mitigación de sequías en la planificación de los recursos hídricos.

Revista australiana de recursos hídricos, 13 ( 2), 145-152.


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Para desarrollar los criterios de la planificación hídrica municipal se necesitan los fundamentos de una

política de agua local, la cual asuma que el agua es un factor limitante para el desarrollo. En este sentido, Blignaut

y van Heerden (2009) 28 señalan:

“El uso del agua no puede seguir creciendo al ritmo actual indefinidamente dadas las limitaciones de

suministro, la probable disminución de la disponibilidad de agua debido a los cambios en las condiciones

climáticas, la presión socioeconómica y demográfica para aumentar el uso de agua potable para uso

doméstico y para asignar agua a industrias de mayor valor agregado ".

Comprender estos tomar nota de las restricciones naturales que implica obtener el agua pública y

las limitaciones organizacionales, tanto como sociales, que no están preparadas frente a un estado de

escasez del recurso, que de suyo, no sólo determina el rediseño del sistema de distribución, sino también

la búsqueda de nuevos puntos de captación.

Las variaciones climáticas obligan a buscar nuevas fuentes locales de aprovisionamiento de agua para

los consumos rural-urbano, agrícola, ganadero e industrial. Hasta ahora se ha demostrado, al menos en

Sinaloa, que no basta tener grandes presas y extensos sistemas de canales para su conducción como garantía

de abasto. La ausencia de una política de prospectiva hídrica auspicia el regreso a los pozos ya medidas

desesperadas como lo es el llamado rescate de agua. Estas medidas derivadas en una cascada de dificultades

de las que destacan los problemas financieros que desembocan en el abultamiento de la deuda pública

municipal. Esta nueva situación coloca a los municipios, particularmente a los municipios pobres, en un dilema:

abasto de agua o pagar la deuda.

La disyuntiva orilla a los Ayuntamientos a que propicien la posibilidad de dar cabida a la empresa

privada para que esta sea la que financie el servicio y establezca un control racional sobre el consumo de agua

o los servicios de depuración (Matés, 2009). 29 El recurso hídrico gradualmente se va transformando en un

recurso crítico. Las señales de este estado son las dificultades que las comunidades enfrentan para lograr su

acceso. Este se asume como la capacidad que tiene la comunidad para beneficiarse realmente de los

28 Blignaut, J. y van Heerden, J. (2009). El impacto de la escasez de agua en las iniciativas de desarrollo económico.

Agua SA, 35 ( 4), 415-420.


29 Matés, Juan Manuel (2009). O desenvolvimento das redes de água potável: modernização e transformações no abastecimento de agua. Agenda

Social. v.3, n.1, ene-abr / 2009, p.25-58.


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recursos y la gama de relaciones que intervienen que van más allá de las que se derivan de los derechos de
propiedad por sí solos (Langridge, Smith, y Lohse, 2006). 30

PH Gleick (2011) 31 con cierto sarcasmo titula su artículo de la siguiente manera: “Cuando vienen los

cambios climáticos y fracasan las políticas de agua. ¿Orar por la lluvia? Este título se deriva de la situación de

sequía severa por la atraviesa el estado de Texas, donde el gobernador de ese estado, Rick Perry, declaró de

manera oficial los "Días de oración por la lluvia". En este mismo sentido el gobernador de Sinaloa, Mario López

Valdés, en el año

2011, frente a un escenario de intenso estiaje, sugirió a los sinaloenses que rezaran para que lloviera. Los

productores y exportadores agrícolas, por su lado, han hecho oficial el día 24 de junio de cada año como el día

que acuden al Templo de la Lomita a rezar para que llueva y haya buenas cosechas. Dado que rezar para que

llueva no implica ningún costo tanto para el sector público, como privado ¿Qué otra cosa podría hacer el Estado,

que no sea rezar, para disponer de agua?

Quienes tienen a su cargo la administración pública de los tres niveles de gobierno, federal, estatal y

municipal aún no logran comprender (ni es de su interés comprenderlo dado el corto tiempo que permanecerán

en el puesto) que los recursos hídricos representan un fenómeno complejo y es, al mismo tiempo, un factor

limitante (Blignaut y van Heerden,

2009) y su disponibilidad no es un asunto de la voluntad divina. Por otro lado, las políticas y leyes nacionales de

agua resultan inadecuadas, sobre todo para los municipios, para afrontar los retos que plantea el fenómeno global

de la escasez de agua y sus consecuencias que parecen ser inevitables (Eckstein, G., 2009). 32 Fenómenos que no

sólo presentarán una variabilidad significativa, sino que además serán acentuadamente diferenciados.

La escasa comprensión de los problemas que envuelve la seguridad hídrica a escala de municipios

no sólo impide identificar los puntos críticos que permitieran prever la

30 Langridge, R., J. Christian-Smith y KA Lohse. 2006. Acceso y resiliencia: analizando la construcción de resiliencia social ante la amenaza

de escasez de agua. Ecología y Sociedad 11 ( 2): 18. URL [en línea]:


http://www.ecologyandsociety.org/vol11/iss2/art18/ Consultado el 10 de diciembre de 2012.

31 Gleick, Peter, H. (2011) ”. Cuando llegan los cambios climáticos y fracasan las políticas del agua. ¿Rezar por la lluvia?

http://www.huffingtonpost.com/peter-h-gleick/texas-climate-change_b_919643.html

32 Eckstein, G. (2009). Escasez de agua, conflictos y seguridad en un mundo de cambio climático: desafíos y oportunidades para el derecho y las políticas

internacionales. Revista de derecho internacional de Wisconsin, 27 ( 3), 409-461.


14

catástrofe hídrica, sino que además dificulta establecer un sistema de indicadores integrados de agua para las

zonas urbanas y rurales de tal forma que siente las bases para la seguridad hídrica por un lado y, por el otro,

favorezca la formulación de un modelo particular que anticipe la catástrofe (Fengshun, Dongguo, Chun, y Xuezhi,

2012). 33 En este sentido, quienes tienen a su cargo las administraciones públicas municipales no la tienen fácil,

dado el escaso tiempo que permanecen en el puesto para aprender los temas básicos sobre el ambiente y la

velocidad y aleatoriedad en que ocurren los fenómenos meteorológicos (sequía, inundaciones, heladas, etc.).

Las perturbaciones por la escasez de agua, al menos en Sinaloa, han dejado de ser una amenaza

para el día de mañana. Las restricciones ya son del presente. En tanto, aún hay personas cínicas

(administradores públicos y empresarios) que no sólo minimizan la magnitud de estos peligros, sino que tratan,

por todos los medios, de hacer inaudibles las voces que se esfuerzan por advertir de la gravedad de aquella

situación. Advertencias que de un modo u otro significa poner en la mesa de discusión y análisis el actual

modelo agrícola-económico local y sus patrones de producción. Tarea intelectual que implica descubrir cómo

“el agua corre en dirección al poder”, según explican Boenlens et al (2011). 34

De acuerdo con lo anterior, resulta necesario distinguir la escasez de agua que provocan las actividades

humanas, de la que es determinante por cuestiones climáticas. Para una u otra, algunos de los estudiosos de los

recursos hídricos han desarrollado instrumentos de medición para evaluar el grado de estrés y disponibilidad de

agua como son el Indicador de Falkenmark, el Índice de Escases de Agua de Gleick, el Índice de Estrés Social del

Agua, la correlación de la disponibilidad de recursos hídricos y la importación de cereales,

los Índices de Vulnerabilidad de Recursos Hídricos, el Índice local de uso y reutilización relativa de agua, el Índice

de Sustentabilidad de las Cuencas, y el Índice de Estrés del

33 Fengshun, Y., Dongguo, S., Chun, X. y Xuezhi, T. (2012). Evaluación de la seguridad hídrica urbana basada en la teoría de catástrofes. Ciencia

y tecnología del agua, 66 ( 3), 487-493. doi: 10.2166 / wst.2012.182

34 Boelens, R., L. Cremers y M. Zwarteveen (eds.) (2011). Justicia Hídrica: Acumulación, Conflicto y Acción Social. Lima: IEP y Fondo

Editorial PUCP.
15

Suministro de Agua, entre otros, ayudan a dilucidar la magnitud del déficit hídrico (Brown & Matlock, 2011). 35

Los instrumentos anteriores de medición son medios para dimensionar la magnitud del problema de la

escasez y disponibilidad de agua a escala local. Representan, además, un “radar” que indica la dirección de

cambio tanto de las reservas y como de uso del recurso. Cambios que están definidos por el crecimiento de la

población municipal, acentuación de la demanda de agua para uso agrícola, demanda energética, la

urbanización, el turismo, el cambio climático, entre otras variables naturales y sociales (ONU / WWAP, 2003). 36

Desatender la posibilidad de cuantificar, mediante indicadores, los inventarios hídricos por quienes están a cargo

de la administración pública, especialmente esta materia tan sensible como lo es el agua, significa posponer la

formulación de acciones que definan una política hídrica local.

Se trata de encausar una gestión integrada de los recursos hídricos (GIRH) con base en los criterios

que marca el Programa 21 en su Capítulo 18 “Protección de la calidad y el suministro de los recursos de agua

dulce: aplicación de criterios integrados para el aprovechamiento , ordenación y uso de los recursos de agua

dulce ”, especialmente en los subcapítulos 18.3 y 18.5. El primero explica la escasez generalizada de agua

dulce y el segundo sugiere siete grandes áreas para entender los sistemas hídricos, respectivamente. La

intención de estas propuestas va en el sentido de identificar la heterogeneidad de la distribución del recurso

hídrico, sobre todo en las zonas áridas y semiáridas, de manera tal que no se dejen de lado las prioridades

locales (F. Cirelli y V. Volpedo, 2002). 37

La gente que habita en municipios de montaña, al menos en Sinaloa, transita sobre un proceso de

aprendizaje forzoso: los inventarios hídricos locales se están agotando. La

35 Brown, Amber y Marty D. Matlock (abril de 2011). Una revisión de los índices y metodologías de escasez de agua. Universidad de Arkansas,

The Sustainability Consortium, págs. 1-7

36 ONU / WWAP (Naciones Unidas / Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos). 2003. 1 er

Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo: Agua para todos, agua para la vida. París,
Nueva York y Oxford. UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y Berghahn Books.

37 Fernández Cirelli, Alicia y Alejandra V. Volpedo, “Las tierras secas de Iberoamérica” en Alicia Fernández Cirelli y Elena Abraham
(editar) (2002). El agua en Iberoamérica. De la Escasez a la Desertificación. Buenos Aires: CYTED XVII CETA-Centro de Estudios
Transdiciplinarios del Agua , Facultad de Ciencias Veterinarias, pp.11-26
dieciséis

evolución de esta restricción significa que, por un lado, quienes carecen de agua tienen oportunidades menores

para mejorar su situación económica y, por el otro, las funciones de las cuencas no sólo se complican, sino

además se eleva la vulnerabilidad de las comunidades más pobres (ONU, 2007). 38 A esta amenaza, habrá que

agregar la carencia de estudios locales que estimen los riesgos que encierra la calidad del agua, que a su vez se

relaciona con la variación de la precipitación y sus efectos asociados con un mayor número de eventos extremos

y de mayor intensidad (Aboites, et al., 2008). 39

La escasez hídrica local es un asunto que incumbe a todos, que si no se aborda de manera integral las

consecuencias en el futuro serán adversas. En este sentido, conviene recordar la pregunta que se formuló en el

Tercer Foro Mundial del Agua Kyoto 19-20 de marzo 2003 40 que dice: “¿Cómo se pueden desarrollar políticas sin

tener información adecuada sobre el recurso agua • una escala local •? Asimismo, se enmarcó

“… La necesidad de tener un conocimiento cierto del recurso hídrico en relación con el

manejo, demanda y riesgo,… • Al mismo tiempo se hizo notar que • … La administración

eficiente del agua requiere de inversión en el conocimiento mismo del recurso hídrico, la

movilización de recursos locales y regionales, directrices regionales y marco jurídico que

posibilite el empoderamiento de las políticas hídricas a todo nivel. ”

Desde esta perspectiva, significa que la administración pública tanto estatal como municipal, si tuvieran la

conciencia de la complejidad de los riesgos que implica la escasez y seguridad hídricas, ya estarían

enfocadas, por un lado, a formular políticas integrales en las que el agua se entienda como un activo a

disposición de los pobres y, por el otro, diseñarían estrategias sustentadas en la ingeniería geológica para su

preservación y conservación.

38 ONU / AGUA / WWAP, (2007). El Agua, una responsabilidad compartida. 2o Informe de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo
de los Recursos Hídricos en el Mundo. Zaragoza: Sociedad Estatal Expoagua Zaragoza 2008, SA

39 Aboites, Luis, Enrique Cifuentes, Blanca Jiménez y María Luisa Torregrosa, (2008). Pendientes nacionales del agua. Agenda. México:

Academia Mexicana de Ciencias.

40 BID, GIRH, GWP y CARE INTERNACIONAL (2003). Agua y pobreza. Informe de avance sobre la iniciativa regional para América

Latina y el Caribe. págs. 6-10.


17

El Informe sobre Desarrollo Humano 2006. Más allá de la escasez: poder, pobreza y la crisis mundial del agua 41

muestra un resumen de cómo se ha dado el uso del agua desde 1900 y durante el Siglo XX,

“Los patrones de uso del agua también han cambiado. En 1900, la industria utilizaba aproximadamente el

6% del agua mundial. Ahora usa cuatro veces esa parte. Durante el mismo período, la proporción de agua

de los municipios se triplicó, al 9%. Sin embargo, mientras que la demanda de agua industrial y municipal

creció espectacularmente en el siglo XX, la agricultura todavía se lleva la parte del león. En los países en

desarrollo, la agricultura todavía representa más del 80% del consumo de agua ”.

Este balance permite inferir que la agricultura de irrigación, dada sus prácticas de uso del agua, es la

actividad que enfrentará, más que las comunidades urbanas y rurales, los retos de la escasez de agua (al

menos aquí en Sinaloa). Este dilema se ha hecho presente en el cierre del ciclo Otoño-Invierno de 2013, en la

que poco más de 190 mil hectáreas sufrieron daños por el descenso de la temperatura y la escasez de agua.

Este fenómeno meteorológico ha colocado tanto el gobierno federal como del estado en una encrucijada: por

un lado, se regatean los recursos financieros para resarcir la pérdida agrícola y, por el otro, los productores

(agrícolas) carecen de fondos para pagar sus deudas e iniciar su proceso de resiembra (si es que aún les

queda tiempo).

Mientras que la agricultura enfrenta sus propias crisis, las administraciones públicas municipales

pareciera que no se han dado cuenta de la recurrencia y dilatación de los estiajes, que no sólo se manifiestan

mediante la escasez estacional del agua, sino además han atrapado a las comunidades urbanas y rurales con la

red de la vulnerabilidad hídrica. Tampoco se dan su tiempo, porque los considerar una pérdida, para prever los

efectos y origen de tales consecuencias, como lo sugiere D. Viviroli et al (2011), 42

41 Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2006). Desarrollo humano. Informe 2006. Más allá de la escasez: energía, pobreza y la crisis

mundial del agua. Nueva York: Palgrave Mcmillan, p. 137.

42 Viviroli, D., DR Archer, W. Buytaert, HJ Fowler, GB Greenwood, AF Hamlet, Y. Huang, G. Koboltschnig, MI Litaor, JI López-Moreno, S.
Lorentz, B. Schädler, H. Schreier, K Schwaiger, M. Vuille y R. Woods. El cambio climático y los recursos hídricos de las montañas:
descripción general y recomendaciones para la investigación, la gestión y las políticas. Hidrología y Ciencias del Sistema Terrestre, 2011,
Vol. 15 Edición, págs. 471-504. doi: 10.5194 / hessd-7-2829-2010
18

"Es probable que la combinación de cambios en la estacionalidad y cambios en la escorrentía total tenga

consecuencias para la disponibilidad de agua en el futuro, aumentando los desafíos para la gestión de los

recursos hídricos que se originan en las montañas".

Los testigos de esta indolencia y desatención son los planes municipales de desarrollo de los

municipios de Sinaloa. Son documentos ebrios de verbos y objetivos que reflejan síntomas peligrosos de

banalización. Cinco ejemplos como muestra.

El Plan Municipal de Desarrollo 2011-2013 del municipio de Culiacán 43 es el documento público que

exterioriza tales atributos. El eje desarrollo económico sustentable, en el tema del agua (p.67), señala que "el

agua es primordial para la vida, una tarea fundamental de esta administración será garantizar el servicio y la

calidad del agua potable en todo el municipio". 44 Tan solo treinta palabras ocuparon los redactores del

documento para un tema del que se han escrito tratados, exhaustivos informes y en el que cientos de científicos

están avocados a encontrar respuestas para este complejo problema.

Más adelante, el cuadro que resume las demandas ciudadanas sobre agua potable (p.71) se distingue

por ser una ornamentada lista de verbos tales como: implementar, incrementar, activar, sustituir, elaborar,

realizar, invertir y concluir, que muy lejos quedan de formular un compromiso para diseñar los indicadores que

induzcan a esbozar los escenarios para los próximos cincuenta o cien años respecto a la seguridad hídrica

para las próximas generaciones de este municipio. ¡Y definen el eje como Desarrollo económico

sustentable! 45

El Plan Municipal de Desarrollo 2011-2013 del municipio de Mazatlán, sobre el tema del agua, adolece

de un examen de las disponibilidades hídricas locales y de su relación con las necesidades sociales y

económicas. El capítulo 4 Agenda estratégica para el desarrollo (pp.127-134) en el punto 2. Acueducto de la

Presa Picachos se distingue por formulario tan solo un objetivo que trata de la gestión de recursos financieros

para desarrollar obras de ingeniería hidráulica para el abasto de agua potable para la ciudad de Mazatlán.

43 Culiacán. Plan Municipal de Desarrollo 2011-2013. Disponible en: http://culiacan.gob.mx/wp-

content / uploads / 2011/09 / plan-municipal-de-desarrollo-culiacan.pdf Consultado el 29 de enero de 2013

44 Para el periodo 2011-2013 la administración del municipio de Culiacán ha tenido dos presidentes municipales: el primero fue
Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien pidió licencia para dejar el cargo y contender por la gubernatura del estado de Sinaloa. En su
lugar, el Congreso del estado de Sinaloa designó como presidente interino a Moisés Aarón Rivas Loaiza para continuar con esta
tarea administrativa.

45 Las cursivas son del autor.


19

No hay, ni por asomo, un desglose de la historia de los desabastos de agua que ha padecido la gente de este

municipio, ni mucho menos del rediseño de su futuro sobre la disponibilidad de este bien y de su derecho de

acceso al mismo que garantice la seguridad hídrica. El citado documento, más allá de ser un collage de

fotografías y viñetas, es una afrenta al método clásico de la planificación.

El Plan Municipal de Desarrollo Ahome 2011-2013 es un documento en el que Ahome despierta tantas

veces que se quedó dormido en el tema del agua. Se hace alusión (pp. 105-106) sobre el recurso estratégico

tan solo como forma de infraestructura e inversiones en millones de pesos. Quizás alguien, sin quererlo, omitió

hacer mención de las carencias o amenazas que implican la escasez del recurso hídrico ya las que está

expuesto este municipio para no desalentar el “desarrollo local”.

El colmo de aquella forma especial de analfabetismo se refleja en el Plan Municipal de Desarrollo

2011-2013 del municipio de Choix. Lo más que se dice sobre el tema del agua es: "Se desaprovecha el agua

de lluvia del Municipio y falta agua para consumo humano y actividades agrícolas". ¡Diecisiete palabras!

Cuando este H. Ayuntamiento es el primero que clama por ayuda financiera y equipo de transporte para el

abasto del vital líquido, en el primer trimestre de cada año, porque las comunidades ya se les agotó el agua de

sus arroyos y pozos. El “Plan” se queda mudo frente a una explicación necesaria respecto a la escasez y

seguridad hídricas locales para los próximos cien años. ¡Y su agenda parte “Desde lo Local”.!

Por otro lado, el Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, Sinaloa es una tarea de todos reconoce que los

temas ambientales “… no han entrado en la agenda de riesgos. No obstante que el calentamiento global y el

cambio climático son temas de interés público, social y gubernamental en otras entidades federativas, en

Sinaloa no se cuenta con una sociedad ocupada y preocupada en los asuntos climáticos. ” En este mismo

sentido, aunque hace un análisis de los desequilibrios del capital natural y el ambiente de Sinaloa (pp.155-

158), del agua tan sólo alcanza a mencionar que “se manifiestan tendencias de degradación del suelo por el uso

excesivo de la labranza y un manejo inadecuado del agua; las presas presentan alto grado de azolvamiento y la

infraestructura hidráulica requiere modernización y mantenimiento ”(p.180). No se dice más.


20

El Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, Sinaloa es tarea de todos, como documento marco

para los 18 planes de desarrollo municipal, debió, al menos, redactar algunas líneas que expresaran

algún tipo de compromiso para llevar a cabo acciones locales, en materia de agua e higiene, y contribuir

con las Metas de Desarrollo del Milenio para el año 2015. Este vacío se reproduce en los planes

municipales de desarrollo arriba mencionado, el cual denota no sólo el desinterés por el análisis de la

disponibilidad y usos de los recursos hídricos , sino también se deja ver la apatía por explicar y medir el

grado de interdependencia entre los inventarios hídricos municipales y el progreso económico. Estas

ausencias, tanto en uno (Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016),

Conclusiones

La gestión integral de los recursos hídricos con enfoque local es un tema que pareciera no tener prioridad en la

toma de decisiones para la asignación de los volúmenes hídricos. Los planes de riego y de agua potable que se

derivan de estas asignaciones suscitan la sospecha de que no incorporan el principio preocupación en lo que

concierne a las reservas hídricas y su relación con la escasez y seguridad hídricas. Este binomio no es un asunto

simple si se formulan sus combinaciones desde la complejidad de los fenómenos, en tanto señales, del cambio

climático. Cada componente implica pedir el auxilio de conceptos científicos complejos para entender las

consecuencias ambientales y sociales si se traspasaran los umbrales de los almacenamientos de agua tanto

superficiales como subterráneos. Se trata de evitar la sobreexplotación de las reservas y de impedir la

desigualdad e injusticia hídricas.

Los políticos locales que tienen una responsabilidad en la administración pública estatal o municipal y

los diseñadores de los planos de desarrollo presumen una cultura del desinterés por los temas ambientales y de

la naturaleza. En el tema del agua, al menos, exhiben esa especialidad; Asimismo, se destacan signos de un

reduccionismo extremo, por sus escasas ideas, sobre esta delicada agenda. Por si quedaba alguna duda, el

grado de dificultad y complejidad del manejo de los recursos hídricos locales aumenta en cada ciclo. Las

respuestas demandan el auxilio de expertos de otras especialidades que, de suyo,


21

propondrán soluciones concretas. Una de ellos mismos es el estudio de las reservas hídricas y la calidad de las mismas

que se exige asumir como una prioridad

¿Qué entrañan los planes de desarrollo, tanto estatal como municipales, que minimizan un tema de

tan especial relevancia, como lo es el agua? La omisión de diagnósticos siembra dudas y no da una

orientación sobre el futuro del agua local. También es notoria la desatención que exhiben de la meta 10 del

Objetivo 7, ambos inscritos en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, y tampoco formulan acciones

especiales que contribuyan a las aspiraciones del Decenio Internacional para la Acción «El agua, fuente de

vida», período 2005-2015. Estos descuidos obligan a suponer que aún no se ha entendido que el agua marca

la diferencia entre pobreza y riqueza.

Poco más de cien años de explotación intensiva y extensiva del agua en Sinaloa, ha llegado el momento

de pagar las consecuencias. Las cuencas de los ríos de Sinaloa representan, por un lado, el rompecabezas del

deterioro de los ecosistemas locales que se va perfeccionando en la medida que se intensifican las actividades

económicas y se expande la urbanización. Por el otro, son la perspectiva de la pobreza hídrica de los municipios

donde el vital líquido escasea, en tanto que aguas abajo no sólo se suscita e intensifica la competencia por el

recurso, sino que además se encuentran, aunque aislados por ahora, los gérmenes de los conflictos por aquél.

Un cisma se abre entre aquellos administración indetenibles tendencias y los Consejos de Cuenca

quienes, según la Comisión Nacional del Agua, tienen la misión de “contribuir a la mejor del agua… y

preservación de la cuenca”, pero en la realidad no van más allá de ser “un grupo de personas que se reúnen sin

posibilidad real de tomar, y menos implementar, decisiones informadas”. Las decisiones de estos organismos

pasan totalmente inadvertidos para el grueso de la sociedad, quien a su vez es co-creadora de las debilidades

ambientales que se extienden e incrementan por todos los rincones de la cuenca, sin que haya fuerza alguna que

las detenga.

El agua es un asunto de todos. Sinaloa es un estado que ha pasado por repetidas experiencias de

cómo balancear los inventarios hídricos disponibles, por temporada, entre el uso urbano y las actividades

económicas. Pero de la experiencia al aprendizaje aún hay una distancia significativa. Los ríos y los arroyos se

distinguen por llevar poca agua y los municipios por tener más gente. Desde aquí se inaugura una nueva forma

de entender los
22

ríos en las nuevas generaciones. En aún el río yace seco y las riberas son minas de arena y grava. Lo más curioso,

nadie reacciona y reclama. Los ríos, al menos en Sinaloa, agonizan. Las presas y la variación de los factores

climáticos se encargarán de lo que aún queda. Por ahora sólo van quedando las nostalgias mediante las cuales se

miran las oportunidades de pérdidas.

El acceso al agua es un derecho esencial, es un derecho humano. Y es del Estado la obligación de

velar por ese acceso y por la definición de la seguridad hídrica. La insuficiencia de agua incorpora el deterioro

financiero de los municipios, el desgaste de maquinaria y equipos para extracción y traslado de agua, el

consumo extraordinario de energía humana, sofoca poco a poco los cultivos y las plantaciones de frutales, y

remata con los pequeños hatos . La recurrencia de la escasez de agua reduce el espacio de oportunidades

para alejarse del fantasma de la pobreza. Ese espacio se define por cinco ecuaciones: disponibilidad, acceso,

capacidad, uso y medio ambiente. 46 Son ecuaciones que no sólo muestra la relación entre el agua y la gente

de la comunidad, sino sobre todo descubren cómo se maneja y se usa el recurso.

¿Cuál es la lógica de la transición entre escasez de agua y seguridad hídrica? En el sentido de la

evaluación de los recursos hídricos está el diseño de la respuesta para prever la magnitud del sufrimiento de la

gente. La inercia técnica y política de la autoridad estatal en materia de agua pone en entredicho una estricta

disciplina en la revisión de las reservas de agua. En esta misma dimensión, también se halla la autoridad

municipal responsable de velar por la disponibilidad y acceso al vital líquido. Sin duda, la demanda de agua se

está elevando en la mayoría de los municipios; mientras que las reservas hídricas se agotan en breves lapsos. La

escasez y seguridad hídricas se definen mutuamente, de manera tal que bien vale la pena buscar respuesta a la

siguiente pregunta ¿Qué se puede esperar en el futuro? ¿En qué se debe uno preparar para responder a los

fenómenos desconocidos de mañana?

46 Estas ecuaciones son indicadores de cuya combinación surge el Índice de Pobreza de Agua (Índice de Pobreza del Agua, WPI). Para
mayor detalle consultar: Lawrence, Peter, Jeremy Meigh y Caroline Sullivan (octubre de 2002 (marzo de 2003)) El índice de pobreza hídrica:
una comparación internacional. El documento se encuentra disponible en los siguientes sitios: www.keele.ac.uk/depts/ec/kerp o

http://www-docs.tu-cottbus.de/hydrologie/public/scripte/lawrence_etal2002.pdf Consultado el 17 de febrero de 2013


23

Los planes de desarrollo difunden esperanzas, pero sobre todo diseñarán los futuros diagnósticos,

objetivos y metas para la economía y la sociedad; quienes (Lewis, 1949; Myrdal, 1959; Bassols, B., 1965;

Waterston, 1965; Tinbergen, et al, 1969; Kuklinski, 1977; Matus, 1977) formularon las técnicas y métodos

para la planificación macroeconómica (planificación del desarrollo) la enfocaron como un método de

intervención. Tiempo después se ha puesto atención de cómo el ambiente configura, simultáneamente, el

desarrollo económico y el desarrollo humano, se habló desde entonces de un “estilo de desarrollo” (Sunkel y

Gligo, 1980). 47 Sin embargo, la inclusión de esta categoría (medio ambiente) en un plan no ha ido más allá

de ser un componente más del citado documento y de los discursos oficiales.

La señal más elocuente de esta usurpación se halla, al menos en Sinaloa, en el Plan estatal y los

planes municipales, en los que la planificación no sólo se le ha despojado de sus principios y métodos, para ser

de ésta un documento falto de contenido , sino que además se inhabilitan las capacidades de las fuerzas

sociales para la construcción de sus aspiraciones. La perspectiva de aquellos planes se percibe como un

horizonte de la banalización donde la pobreza de agua es sólo para la gente sin historia. Por ahora, la escasez

de agua y los efectos de los largos estiajes es privativo de los pobres. En el futuro inmediato, la crisis local del

agua será una crisis del capital.

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47 Sunkel, O. y N. Gligo (1980). Estilos de desarrollo y medio ambiente en la América Latina. 2 v. (El Trimestre Económico,

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