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Por consiguiente, Foucault trabaja de la mano de la “Arqueología del saber” por medio
de ella intenta desligarse de una historia continua y lineal y aferrarse a una historia de
carácter más general que se incline mucho más por los pequeños vestigios de una
historia discontinua, con el proposito de que con el enfoque genealógico se le dé más
importancia a los interese y saberes que han sido descalificados por jerarquías de
conocimiento y las ciencias. (Garavito, 1991, p.15).La historia que propone la
genealogía requiere de un trabajo en constante relación con la arqueología, preocupada
por la forma en que un objeto se convierte en un objeto de saber.
Este saber exige tener experiencias sobre si mismo, entenderse así mismo de la mano
del desarrollo de saberes hace visible unas condiciones historicas que posibiloitan este
saber por medio de la experiencia de una existencia a priori histórico que permite “dar
cuenta de las discontinuidades del de los discursos y pone en evidencia que todos los
discursos tienen una historia y no es remitida a la historicidad en general, el arqueólogo
entonces trabaja el discurso en tanto práctica que obedece a determinadas reglas”. El
desarrollo de los saberes, que, lejos de pretender dicho desarrollo en función de un
supuesto progreso y objetividad en la que finalmente, se reconocería nuestra ciencia
actual;
El análisis histórico de este gran querer‐saber que recorre la humanidad hace pues
aparecer a la vez que no hay conocimiento que no existe pues, en el conocimiento
mismo, un derecho a la verdad o un fundamento de lo verdadero, y que el instinto de
conocimiento es malo Tomando, como sucede hoy, sus dimensiones más amplias, el
querer‐ saber no acerca a una verdad universal; no da al hombre un exacto y sereno
dominio de la naturaleza; al contrario, no cesa de multiplicar los riesgos; hace crecer en
todas partes los peligros; acaba con las protecciones ilusorias; deshace la unidad del
sujeto; libera en él todo lo que se encarniza en disociarle y destruirle.
Nietzsche retoma por su propia cuenta esto mismo que rechazaba entonces. El lo
retoma pero con una finalidad muy diferente: no se trata ya de juzgar nuestro pasado en
nombre de una verdad que únicamente poseería nuestro presente; se trata de arriesgar
la destrucción del sujeto de conocimiento en la voluntad, indefinidamente desarrollada,
del saber
“¿Qué es la filosofía, sino una manera de reflexionar, no tanto sobre lo que es verdadero
y lo que es falso, sino sobre nuestra relación con la verdad?”
No hay hechos, hay interpretaciones (Nieztche) ningún hecho nos va a dar la verdad, si
hay interpretaciones entonces el poder tiene el poderío de imponer su verdad.
El problema de la verdad ha estado vigente desde la antigüedad, es por eso que desde
Platón se hace latente este problema ya que, Platón inicia su búsqueda por medio de un
atributo como lo es el discurso, implementado en sus diálogos y también en el Teeteto,
ya que para que pueda considerarse como conocimiento algo debe ser una creencia de
un determinado sujeto, además debe ser verdadera y finalmente debe satisfacer a una
tercera condición
En este sentido, Para Foucault la verdad no puede ser analizada como una relación, en
vista que esta verdad emerge de las consecuencias externas que surgen del discurso de
diferentes instancias (político, religioso, económico) y sus enunciados en relación con el
poder que estas instancias o regímenes manifiestan.
Ahora bien, quiero hacer énfasis en Foucault, por medio de su libro el ORDEN DEL
DISRCUSO, donde presenta un discurso, que habla sobre el discurso, y da conocer como
en la sociedad este, se reproduce y al mismo tiempo está controlado, seleccionado y
redistribuido por diferentes instancias que tienen por función la dominación.
(Foucault.1973.p.7), es por ello que quiero enfocarme en este orden del discurso y
puntualizar en la “voluntad de verdad”. En donde las cosas son verdaderas ó falsas, y
no otra cosa ni las dos al mismo tiempo, tal como lo dijo Aristóteles en su metafísica
“es imposible que una cosa sea y no sea al mismo tiempo ”. Podría decir entonces, que
en la sociedad existen diferentes sistemas de exclusión y son provocados externamente
por la misma sociedad. De ahí que, la clase dominante siempre tiende al poder sin
importar como llegan y los discursos que emplean, pues si se tiene un discurso se estaría
por encima del mas ignorante. En este sentido, una parte esencial para conseguir y
mantener o perder el poder, es el discurso.
Así pues, "La verdad depende de nuestras voluntades, y nuestras voluntades cambian
con el tiempo". (Foucault.1973.p.7), además, tolo lo que se puede decir en un discurso
afectara al otro a través de su interpretación, no obstante, la credibilidad que se le pueda
dar al que emite el discurso es propia de la sociedad, que en ocasiones se deja manipular
y vive esclava de su propia ignorancia, ya como lo había mencionado antes, a mi modo
de ver la voluntad de verdad se ve afectada a través de discursos. Al respecto conviene
mencionar a Deleuze,
Método:
Acontecimiento vs Creación
Serie vs Unidad
Regularidad vs Originalidad
Para que un discurso sea verdadero debe obedecer las reglas de la disciplina.
«... decir que esté fuera de la verdad. Me parece que existe la posibilidad de hacer
funcionar la ficción en la verdad; de inducir efectos de verdad con un discurso ] de
ficción, y hacer de tal suerte que el discurso de verdad suscite, "fabrique" algo que no
existe todavía, es decir, "fiocione". Se "ficciona" historia a partir de una realidad pos
lítica.p.14
No hay modelo de verdad que no remita a un tipo de poder, ni saber, ni siquiera ciencia,
que no exprese o implique un acto un poder que se ejerce.p.65
La verdad transcendental de Kant, por ejemplo, sería una verdad puesta, o impuesta, por
el hombre mismo, ya que se conforma a través del entendimiento.
La verdad, como producto final de una voluntad de poder, nos remite inevitablemente al
vitalismo nietzschiano, éste sí inmerso en las circunstancias de la realidad, como parece
ser el caso de la verdad de Foucault.
Zubiri, en su libro “el hombre y la verdad”, parece “sintonizar” con Nietzsche y
Foucault al considerar la verdad como una COINCIDENCIA con la realidad, porque la
realidad, tal cual la percibimos, es fruto de la racionalidad, no sólo lógica sino también
emocional y volitiva.
¿La verdad, por tanto, existe a priori como ente absoluto (real) susceptible de ser
aprehendido o es el producto elaborado (normativizado) por la inteligencia humana?
del Ángel. En torno a las tesis sobre la historia de Walter Benjamin. México, Ediciones
Era.
(Páginas: 9–19)
Ángel. En torno a las tesis sobre la historia de Walter Benjamin. México, Ediciones Era.
(Páginas: 23–33)
Foucault, M. (1980). Nietzsche, la genealogía, la historia. En: La microfísica del poder.
Madrid, Edissa.(Páginas: 7–29)
GETTIER, E. (1963): “Is Justified True Belief Knowledge?”, Analysis, 23, pp. 121-3