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Mario Garrido Montt - Tomo I - Derecho Penal - 2a Ed Parte General (2007) PDF
Mario Garrido Montt - Tomo I - Derecho Penal - 2a Ed Parte General (2007) PDF
TOMOI
PARTE G E N E R A L
Segunda edición actualizada
Conceptos Generales
Ley Penal. Extradición
Circunstancias Modificatorias
de la Responsabilidad Penal
Las Penas y su Determinación
Causales de Extinción
de la Responsabilidad Penal
Consecuencias Civiles del Delito
EDITORIAL
JURÍDICA
DE CHILE
DERECHO PENAL
PARTE GENERAL
TOMOI
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© MARIO GARRIDO M O N T T
© E D I T O R I A L JURÍDICA DE C H I L E
o
Ahumada 131, 4 piso, Santiago
DERECHO PENAL
PARTE GENERAL
TOMO I
CONCEPTOS GENERALES
LEY PENAL. E X T R A D I C I Ó N
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
LAS PENAS Y SU DETERMINACIÓN
CAUSALES DE E X T I N C I Ó N DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
CONSECUENCIAS CIVILES DEL DELITO
EDITORIAL
JURÍDICA
DE CHILE
www.editorialjuridica.cl
"Se puede ser absolutamente justo, pero
¿ qué significa ser absolutamente bueno ?
La justicia tiene límite: la bondad no.
Hay sólo una justicia verdadera. El mundo
de la caridad es infinito... "
9
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
10
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO I
1
Como información haremos referencia a las diversas nociones que los
autores nacionales tienen del derecho penal. En general, esas nociones concuer-
dan en lo esencial, aunque últimamente se les incorporan elementos de índole
teleológica dirigidos a darle un sentido, una finalidad a lograr, como lo son la
protección de bienes jurídicos trascendentes y la mantención de la convivencia
pacífica, objetivos que al mismo tiempo otorgan legitimidad a la existencia de
esta rama del derecho.
Novoa: "Conjunto de leyes o normas que describen los hechos punibles y
determinan las penas" (Curso de Derecho Penal chileno, 1.1, p. 9 ) .
Cury: "Conjunto de normas que regulan la potestad punitiva del Estado,
asociado a ciertos hechos legalmente determinados, una pena o una medida de
seguridad o corrección, con el objeto de garantizar el respeto de los valores
fundamentales sobre los que descansa la convivencia humana" (Derecho Penal,
Parte General, 1.1, p. 3 ) .
Etcheberry: "Es aquella parte del ordenamiento jurídico que comprende las
normas de acuerdo a las cuales el Estado prohibe o impone determinadas accio-
13
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Roxin-Arzt-Tiedemann, Introducción al Derecho Penal y al Derecho Penal Proce-
sal, p. 20.
3
Esto queda demostrado en el art. 1° del C P , que define el delito como
"toda acción u omisión voluntaria penada por la ley".
4
V. Liszt decía: "Todos los bienes jurídicos son intereses vitales del individuo
o de la comunidad. El orden jurídico no crea el interés, lo crea la vida, pero la
protección del derecho eleva el interés vital a bien jurídico" (Tratado de Derecho
Penal, t. I, p. 6 ) . Binding, al contrario, pensaba que esos bienes eran creaciones
estrictamente jurídicas.
14
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
5
Sobre la noción material o sustancial del delito puede consultarse, entre
otros, a García-Pablos, Antonio, Manual de criminología, pp. 66 y ss.
6
Cfr. Bustos, Juan, Introducción al Derecho Penal, pp. 218 y ss. Este autor
reconoce la función de prevención general del derecho penal, pero comenta:
15
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
7
García-Pablos, Antonio, Derecho Penal, Parte General, p. 51.
8
García-Pablos, D.P, p. 52.
16
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
9
nal, presupuesto del d e r e c h o penal. Esta rama del d e r e c h o se
interesa entonces sólo p o r cierta clase de comportamientos, sean
acciones u omisiones (lo que significa que d e b e n ser siempre actua
ciones del h o m b r e ) , que lesionan o p o n e n en peligro valores es
pecíficos que la sociedad estima c o m o necesarios para desarrollarse
y mantener en su seno una convivencia pacífica. Evitar esas lesio
nes o peligros para mantener la tranquilidad social constituye la
finalidad y el objeto del d e r e c h o penal.
El conjunto de acciones y omisiones calificadas c o m o delicti
vas conforma la criminalidad, y los que las realizan o incurren en
ellas se d e n o m i n a n delincuentes o criminales, expresiones que os
tensiblemente son estigmatizantes.
Se afirma que el Estado, al aplicar el d e r e c h o penal, cumple
10
una labor reparadora del equilibrio del sistema s o c i a l que resulta
alterado p o r la comisión del delito, p e r o al hacerlo ha de mante
nerse siempre dentro del estricto ámbito de la necesidad político-
social de i m p o n e r tanto la p r o h i b i c i ó n c o m o la pena pertinente;
al mismo tiempo, d e b e respetar los derechos inherentes a la persona
lidad de los implicados.
Las circunstancias y maneras de c ó m o se crea la criminalidad y
p o r qué ciertas conductas se califican de delictivas, es algo que
escapa al objetivo del d e r e c h o penal. Son materias propias de la
política criminaly de la criminología, sin perjuicio de que los resulta
dos que estas áreas del c o n o c i m i e n t o logren d e b e n ser considera
dos p o r el d e r e c h o penal en la formación de la ley positiva, en su
interpretación y en su aplicación. En un d e r e c h o orientado a las
consecuencias - c o m o d e b e serlo el d e r e c h o penal-, tal m e t o d o l o g í a
es imperativa. Los aportes d e la criminología y d e la política crimi
nal facilitan también el acceso a la justicia, al suministrar medios y
alternativas que optimizan la posibilidad d e concretar los objetivos
perseguidos p o r el d e r e c h o punitivo, p o r vías diferentes a las que
éste ofrece (esos medios p o d r í a n ser la renuncia de la acción
penal, el p e r d ó n de la víctima, trabajos comunitarios, etc.).
Durante el siglo X X , sobre t o d o después d e la Segunda Gue
rra Mundial, el d e r e c h o penal ha sido o b j e t o d e profunda revi-
9
Sáinz Cantero, José, Lecciones de Derecho Penal, t. I, p. 1.
1 0
Bacigalupo, Enrique, Manual de Derecho Penal, Parte General, p. 2.
17
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 1
Cappelletti, Mauro, "Acceso a la justicia", en Boletín Mexicano de Dere
cho Comparado, N° 48, 1983, pp. 797 y ss.
18
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
1 2
Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cil., pp. 134 y ss.
1 3
El principio de inocencia, si bien en nuestro país no ha tenido consagra
o
ción constitucional, tiene reconocimiento legal en los arts. 42 del C.P.P. y 4 del
Código Procesal Penal.
19
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
20
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
1 5
Entre esos tratados, revisten particular interés para estos efectos los si-
guientes:
Declaración Universal de Derechos Humanos (Resolución 2 1 7 A-III, de
10-XII-1948, de la Asamblea General de Naciones Unidas).
Convención Internacional de los Derechos del Niño de la Asamblea General de
Naciones Unidas de 1989, aprobada por el Congreso Nacional y promulgada por
Decreto Supremo N° 830 de 1990 (Diario Oficial de 27 de septiembre de 1990).
Convención sobre eliminación de todas las formas de discriminación contra
la mujer (18-XII-1979).
Reglas mínimas de las Naciones Unidas para la administración de justicia de
menores (29-XI-1985). Reglas de Beijing.
21
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 6
Creus, Carlos, Derecho Penal, Parte General, p. 8. En esta materia existe
controversia en nuestro país en cuanto a si las normas de los pactos internaciona
les que contravienen la Constitución o la modifican, deberían o no preferir a las
de esta última. El punto no es pacífico y por ahora lo dejaremos enunciado.
1 7
Cury, D.P., 1.1, p. 26.
22
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
1 8
Suficiente es citar a V. Liszt, Mezger, Welzel, Maurach, Jescheck, entre los
avitores germanos conocidos en nuestro país; entre los españoles, Jiménez de
Asúa, Gimbernat, Muñoz, Cerezo Mir, Mir Puig, etc.
1 9
Feuerbach también recurrió a tal denominación; así, su Tratado de Derecho
Penalse inicia con la frase "El derecho criminal... es ciencia del derecho...", p. 48.
2 0
García-Pablos, Antonio, Derecho Penal, Introducción, p. 6.
2 1
Bustos, Introducción, p. 3.
2 2 a
Prólogo a la 9 edición del Tratado de Derecho Penal de Feuerbach, p. 32.
2 3
Mezger, Tratado, t. I, p. 6.
2 4
Maurach-Zipf, op. cit., t. I, p. 5.
2 5
Antolisei, Francesco, Manual de Derecho Penal, Parte General, p. 8.
23
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 6
Sáinz Cantero, lecciones, t. I, p. 6.
2 7
Cfr. Cousiño Mac-Iver, Luis, Derecho Penal chileno, t. I, 7; Maurach-Zipf,
op. cit., 1.1, p. 5.
2 8
Creus, D.P., p. 5.
24
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
:íl
Cfr. García-Pablos, D.P., Prólogo, parte final.
0
Bacigalupo, Manual, p. 27.
25
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
26
DERECHO PENAL, SU NOCIÓN Y LÍMITES
3 2
Cfr. Welzel, D.P.A., p. 11; Maurach, Reinhart, Tratado de Derecho Penal,
Parte General, t. I, p. 154; Jescheck, op. cit., t. I, p. 11. En contra, entre otros,
García-Pablos, D.P., p. 48; Bustos, Juan, Manual de Derecho Penal, p. 271.
3 1
Citado por Alessandro Baratía en Criminología crítica y crítica del Derecho
Penal, p. 241.
3 4
Taylor-Walton-Young, La nueva criminología, Buenos Aires, 1977, p. 298.
27
CAPÍTULO II
2. GENERALIDADES
1
Mir Puig, Santiago, Derecho Penal, Parte General, pp. 60 y ss.
29
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Cobo-Vives, Derecho Penal, Parte General, t. I, p. 80.
30
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL "IUS PUNIENDI"
a) "Lexpraevia"
3
Maurach, op. cit., t. I, pp. 100-101.
31
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
b) "Lex scripta"
c) "Lex stricta"
4
García-Pablos, D.P., p. 249.
32
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL TUS PUNIENDI"
5
Cobo-Vives, op. cit., t. I, pp. 81-82.
33
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Soto, Miguel, Una relación problemática. Algunas consideraciones en torno a la
relación entre Derecho Penal y derechos fundamentales.
7
Cobo-Vives, op. cit., 1.1, p. 77.
7 b l s
Sobre el principio de legalidad en el alcance señalado, léase el acucioso
trabajo de Miguel Soto, Una relación problemática. Algunas consideraciones en torno de
la relación entre Derecho Penal y derechos fundamentales.
34
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL "IUS PUNIENDI"
a) Medidas de seguridad
8
García-Pablos, D.P., p. 257.
9
Cerezo Mir, José, Curso de Derecho Penal español, p. 167.
35
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 0
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 85.
1 1
Mir Puig, D.P., pp. 71-72.
36
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL "IUS PUNIENDI"
1 2
Cousiño, D.P., t.1, p. 89.
1 3
Mir Puig, D.P., pp. 71-72.
14
Infra capítulo VI, párrafo III, c).
1 3
Luzón Peña, Diego Manuel, Curso de Derecho Penal, Parte General, p. 170.
1 6
Creus, D.P, pp. 59 y 60.
37
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
c) Tipos abiertos
1 7
Cfr. Jescheck, op. cit., t.1, p. 33.
1 8
Cfr. Maurach, op. cit., t.1, p. 113; Jescheck, op. cit., t.1, p. 214.
1 9
Luzón Peña, Curso, p. 170.
-" Maurach, op. cit., t. 1, p. 117; Mezger, Edmundo, Derecho Penal, Libro de
Estudio, 1.1, p. 65.
2 1
Novoa, Curso, t. I, p. 148; Cury, D.P., t. I, pp. 181 y ss.
2 2
Beristain, Antonio, Derecho Penal y criminología, p. 81.
38
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL "IUS PUNIENDI"
d) Cláusulas generales
2 3
Bustos, Manual, p. 76.
2 4
García-Pablos, D.P., p. 251.
39
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 5
Muñoz Conde, Francisco, Introducción al Derecho Penal, p. 59.
40
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL TUS PUNIENDI"
2 6
Sáinz Cantero, Lecciones, 1.1, p. 37.
2 7
Luzón Peña, Curso, p. 82.
2 8
Mir Puig, D.P., p. 73.
2 9
Maurach-Zipf-Góssel, op. cit., t. I, p. 36.
41
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
42
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL 'TUS PUNIENDI"
43
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
32
c o m o fundamentales p o r la c o m u n i d a d . Este principio es una
n o c i ó n político-criminal que responde al nullum crimen sine inju
ria. La pena se presenta c o m o el instrumento que tiene el Estado
para amparar intereses jurídicos trascendentes, c o m o la vida, la
salud, la libertad, el patrimonio, etc.; es su lesión o puesta en
peligro lo q u e se trata de evitar. Q u e d a descartada la posibilidad
de sancionar comportamientos meramente inmorales, desagrada
bles o que para alguna creencia constituyan p e c a d o , a m e n o s que
coetáneamente afecten a un bien j u r í d i c o socialmente apreciado.
Sistemáticamente se debería analizar en este párrafo la n o c i ó n
d e bien jurídico, p e r o razones pedagógicas hacen r e c o m e n d a b l e
tratarlo de m o d o independiente al terminar c o n el estudio d e los
33
límites del ius puniendi.
44
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL TUS PUNIENDI"
o
Los referidos presupuestos, atendido el art. 6 de la C.P.R., n o
constituyen un m e r o c o n t e n i d o programático, sino un imperativo
mandato d e la manera c o m o han de desempeñarse los órganos
del Estado.
De ellos se desprenden los siguientes principios limitativos del
ius puniendi: a) de humanidad; b ) de culpabilidad; c ) de propor-
cionalidad, y d ) de resocialización.
a) Principio de humanidad
o
La declaración del art. I d e la Constitución, en el sentido d e que
los seres humanos nacen iguales en dignidad, hace imperativo
que su protección se dirija a "todos", de m o d o que favorezca tam-
34
bién a los delincuentes. D e suerte que la p r o t e c c i ó n constitucio-
nal n o está circunscrita al ámbito d e los ciudadanos honrados y de
buenas costumbres.
Si el Estado r e c o n o c e la dignidad del individuo, n o p u e d e
i m p o n e r castigos crueles o que degraden; ha de evitar entonces
aplicar sanciones que importen suplicio o que sean estigmatizan-
tes, o desproporcionadas c o n relación a la lesividad de la c o n d u c -
ta delictiva.
La pena, que en sí es un mal impuesto a quien la sufre, d e b e
ser lo m e n o s degradante, p o r cuanto su objetivo es corregir, n o
destruir una personalidad. D e allí la tendencia a humanizar las
sanciones suprimiendo o , p o r lo menos, restringiendo al extremo
la pena capital, abrogando castigos corporales c o m o las mutilacio-
nes o los azotes (Ley N° 9.347, de 21 de j u l i o de 1949) y amplian-
d o las medidas alternativas d e las penas privativas o restrictivas de
la libertad (Ley N° 18.216, d e 1983).
La tendencia en las legislaciones modernas es eliminar el em-
p l e o de las penas privativas de libertad en sus dos extremos, las de
corta duración y las perpetuas. Las primeras tienen efectos contra-
producentes, toda vez que en lugar de facilitar la reinserción del
sujeto en la sociedad, lo marginan, lo incorporan a un m u n d o
distinto: el de los recluidos, q u e lo marca sicológica y socialmente.
45
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 5
Cesare Beccaria expresaba al referirse a los fines de la pena: "Las penas y
el método de infligirlas deben ser escogidos de modo que, al conservarse la
proporción, produzcan una impresión más eficaz y más duradera en el ánimo de
los hombres y menos atormentadora en el cuerpo del reo" (De los delitos y de las
penas, p. 209).
46
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL TUS PUNIENDI"
b ) Principio de culpabilidad
3 6
Luzón Peña, Curso, p. 86.
3 7
Esto importa una toma de posición, porque, como se indicará más adelante,
aquí se considera a la culpabilidad como elemento del delito; para algunos secto-
res no lo es (entre ellos Gimbernat), estiman que se trata de un antecedente que
sirve sólo para determinar la necesidad y entidad de la pena (véase al respecto De
Toledo y Ubieto-Huerta Torildo, Derecho Penal, Parte General, pp. 290 y ss.).
47
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
48
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL 'TUS PUNIENDI"
c) Principio de proporcionalidad
3 9
Cfr. Hassemer, Winfried, "Lineamientos de una teoría personal del bien
o s
jurídico" (en Doctrina Penal, septiembre de 1989, año 12, N 46-47, p. 275).
49
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
4 0
Polaino Navarrete, Miguel, Derecho Penal, Parte General, pp. 129-130.
4 1
Cfr. Rivacoba, Manuel de, El principio de culpabilidad (Actas, Jornadas Inter
nacionales de D.P.), p. 53.
4 2
Bustos, Manual, p. 106.
4 3
García-Pablos, D.P, p. 292.
50
PRINCIPIOS LIMITADORES DEL "IUS PUNIENDI"
d) Principio de resocialización
51
CAPÍTULO III
3. C O N C E P T O S GENERALES
53
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1
Larrauri, Elena, La herencia de la criminología critica, p. 25.
54
DOCTRINAS QUE TRATAN DE EXPLICAR LA GENERACIÓN DEL DELITO
55
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
56
DOCTRINAS QUE TRATAN DE EXPLICAR LA GENERACIÓN DEL DELITO
57
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Larrauri, Elena, op. cit., pp. 25 y ss., citando a Wilson.
3
Ibídem, p. 27.
4
Citado por Taylor-Walton-Young, op. cit., p. 156.
58
DOCTRINAS QUE TRATAN DE EXPLICAR LA GENERACIÓN DEL DELITO
5
Para tener una visión global de estas diversas tendencias criminológicas,
léase a Elena Larrauri, La herencia de la criminología crítica, y a Eugenio R. Zaffaro-
ni, En busca de las penas perdidas, a quienes parcialmente se ha seguido en este
capítulo.
6
Ferrajoli, Luigi, Derecho y razón, p. 10.
59
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
7
Zaffaroni, En busca de las penas perdidas, pp. 100-101.
7 b i s
Bustos, citando a Pavarini en Manual, p. 42.
8
Hassemer, Winfried, Fundamentos del Derecho Penal, p. 35.
60
DOCTRINAS QUE TRATAN DE EXPLICAR LA GENERACIÓN DEL DELITO
9
Hassemer, Winfried, "La ciencia jurídico-penal en la República Federal
Alemana", en Anuario de Derecho Penal, 1993, p. 54.
1 0
Bustos, Introducción, pp. 225 y 226.
61
CAPÍTULO TV
EL BIEN JURÍDICO
4. SU N O C I Ó N , F U N C I Ó N E IMPORTANCIA
1
Welzel, D.P.A., p. 15.
2
Cfr. Hassemer, "La ciencia jurídico-penal en la República Federal Alema
na", en Anuario del Derecho Penal, 1993, p. 55.
3
Cfr. Soto, Miguel, El bien jurídico protegido en los llamados delitos económicos.
63
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
I. TENDENCIA TRASCENDENTALISTA
5
Entre sus principales representantes se puede mencionar a V. Liszt,
6 7 8
Welzel, Maurach-Zipf-Góssel y Jescheck. Según esta corriente de
4
Cfr. García-Pablos, D.P., pp. 40-41.
5
V. Liszt, op. cit., t. II, p. 6.
6
Welzel, D.P.A., p. 9.
7
Maurach-Zipf-Góssel, op. cit., t. I, p. 333.
8
Jescheck, op. cit., t. I, p. 10.
64
EL BIEN JURÍDICO
9
Welzel, El nuevo sistema del Derecho Penal, p. 67.
1 0
Jescheck, op. cit, 1.1, p. 10.
65
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 1
Hassemer, "Lincamientos de una teoría personal del bien jurídico", en
o s
Doctrina Penal, septiembre de 1989, año 12, N 46-47, p. 275.
1 2
Mir Puig, D.P, p. 75.
66
EL BIEN JURÍDICO
1 3
Jescheck, op. cit., 1.1, p. 10.
1 4
Bustos, Manual, pp. 121 y ss.
1 5
Hassemer, La ciencia jurídico-penal en la República Federal Alemana (Anuario
de Derecho Penal, año 1993, p. 35).
67
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
68
CAPÍTULO V
5. LA PENA
1
En lo esencial, este concepto es entendido en forma análoga, con variantes
69
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
en cuanto a su objetivo, por autores como Eduardo Novoa (Curso, t. II, p. 306);
Gustavo Labatut (Derecho Penal, t. I, p. 234); Alfredo Etcheberry (D.P., t. I, p. 20);
Enrique Cury (D.P., t. I, p. 51).
2
El punto es discutido en sectores doctrinarios, que califican a la punibili-
dad como elemento del delito, pero mayoritariamente no se piensa así.
70
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
I. TENDENCIAS ABSOLUTAS
3
Roxin, Claus, Problemas básicos del Derecho Penal, p. 12.
4
Carrara, Francesco, Programa de Derecho Penal, t. II, párrafo 615, p. 68 ("El
fin primario de la pena es el restablecimiento del orden externo en la socie
dad").
5
Beling, Ernst von, Esquema de Derecho Penal, p. 26.
6
Mezger, D.P, t. I, p. 354.
7
Welzel, D.P.A., p. 226.
71
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
8
Jakobs, Günther, Derecho Penal, Parte General, p. 20.
72
1A REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
9
Cfr. Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cit., p. 25.
, 0
Bustos, Manual, p. 77.
11
Cury, D.P., t. I, p. 36.
73
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 2
Feuerbach sostenía que el impulso que lleva al delito "puede ser cancela-
do a condición de que cada uno sepa que a su hecho ha de seguir, ineludiblemente, un
mal que será mayor que el disgusto emergente de la insatisfacción de su impulso al hecho"
(op. cit., p. 60).
1 3
Jakobs, op. cit., p. 26.
1 4
Consúltese a Bustos, Manual, pp. 79 y ss.
74
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
75
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
Dorado Montero, P., Bases para un nuevo Derecho Penal, pp. 62-63.
76
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
19
Jakobs, op. cit., p. 32.
2 0
Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cit., p. 27.
2 1
Cfr. Bustos, Manual, p. 86.
2 2
Cfr. Muñoz Conde-García Aran, Derecho Penal, Parte General, p. 46; Labatut,
op. cit., t. I, p. 36; Novoa, Curso, t. II, p. 315; Etcheberry, D.P., t. I, p. 23.
77
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 3
Cfr. Cury, D.P., 1.1, p. 42.
2 4
Maurach-Zipf-Góssel, op. ext., t. II, p. 43.
2 5
Carrara, op. cit, t. II, párrafos 615 y 619.
78
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
2 6
Schünemann, Bernd, El sistema moderno del Derecho Penal, p. 139 (artículo
de Hans Achenbach, "Imputación individual, responsabilidad, culpabilidad").
2 7
Cfr. Schünemann, op. cit., p. 141 (artículo de Hans Achenbach, "Imputa-
ción individual, responsabilidad, culpabilidad").
2 8
Roxin, Problemas, pp. 20 y 22.
2 9
Cury, D.P., 1.1, p. 50.
3 0
Cfr. Etcheberry, D.P., 1.1, pp. 23-24.
79
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 1
Muñoz Conde-García Aran, op. cit, p. 47.
* La corriente funcionalista considera como función a aquellas prestaciones
que mantienen un sistema (Jakobs, Sociedad, norma y pena).
80
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
3 2
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 299.
3 3
Cerezo Mir, Curso, p. 34.
3 4
Maurach-Zipf, op. cit, t.1, p. 27.
3 5
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 85.
3 6
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 49.
81
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 7
Eduardo Novoa parece inclinarse por la posibilidad de las medidas de
seguridad predelictuales (Curso, t. II, p. 299).
3 8
Cfr. Novoa, Curso, t. II, pp. 299-300.
3 9
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 51.
4 0
Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cit., p. 29.
4 1
Jakobs, op. cit, pp. 40-41.
82
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
4 2
Amelung, Knut, "Contribución a la crítica del sistema jurídico-penal de
orientación político-criminal de Roxin" (publicado en El sistema moderno del Dere
cho Penal. Cuestiones fundamentales, de Bernd Schünemann).
4 3
Cfr. Polaino N., Miguel, Tendencias del futuro de las penas privativas de liber
tad. Estudios penitenciarios, 1988, p. 315.
83
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
4 4
Cfr. Bustos, Manual, p. 97.
4 5
Es de interés a este respecto lo sostenido por el profesor Carlos Peña en
nuestro país, en el sentido de que el sistema de administración de justicia nacio-
nal está diseñado exclusivamente en términos jurisdiccionales, tanto en su pers-
pectiva orgánica c o m o procedimental, sin un reconocimiento a los medios
alternativos de solución extrajurisdiccionales. Sin perjuicio de ello, en lo referen-
te a la jurisdicción penal, expresa que "más que introducir formas alternativas, se
requiere modificar el proceso para, sobre la base de esa modificación, dar lugar
a esas formas alternativas" (Corporación de Promoción Universitaria. Serie de
Documentos N° 1, "Sobre la necesidad de las formas alternativas de resolución
de conflictos").
4 6
Bustos, Manual, p. 98.
84
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
4 7
Cfr. Cury, D.P., 1.1, p. 75.
4 8
Cfr. Zaffaroni, Eugenio Raúl, Manual de Derecho Penal, pp. 76 y ss.
4 9
ídem.
85
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
86
LA REACCIÓN DEL ESTADO FRENTE AL DELITO
5 0
Cury, D.P., t. I, p. 77.
5 1
Cury, D.P., t. I, p. 79.
5 2
Novoa, Curso, 1.1, p. 35.
53
Jakobs, op. cit., p. 73.
87
CAPÍTULO VI
1
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 92.
89
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
a) La ley
2
Cfr. Etcheberry, D.P., t. I, p. 50; Cury, D.P., t. I, p. 145.
3
Cfr. Etcheberry, D.P, t. I, p. 51; Cury, D.P, t. I, p. 147.
90
LEY PENAL Y SUS FUENTES
c) Decretos leyes
4
Cury, D.P., t. I, pp. 140-141.
5
Etcheberry, D.P., t. I, p. 55.
91
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Luzón Peña, Diego, Curso de Derecho Penal, t. I, p. 147.
92
LEY PENAL Y SUS FUENTES
7
Se puede profundizar este tema en la obra de Cury, D.P., t. I, pp. 155 y ss.,
y, especialmente, en su libro La ley penal en blanco, Bogotá, 1988, que se ocupa
acuciosamente y con amplitud sobre esta materia.
8
Jescheck, op. cit, t. I, p. 208. En general, lo anotado es aceptado por la
doctrina nacional, aunque con las naturales variantes. Pero podemos recordar lo
afirmado por Novoa, que expresa que la ley "se dicta para regir en el futuro, va a
perdurar en medio de situaciones diferentes de aquellas que regían cuando ella
nació, a virtud de la constante transformación y renovación social", y agrega
-citando a Maggiore- que el acto de interpretación de la ley es unir "el derecho
a la vida" (Curso, t. I, P- 134).
Etcheberry afirma que "el juez necesita indispensablemente, en todos los casos
sin excepción, interpretar la ley", "la verdad es que siempre, en todo caso, es
necesario interpretar la ley", aunque la norma sea clara (D.P., t. I, p. 6 5 ) . En igual
sentido, con mucha amplitud, Cury, D.P., 1.1, pp. 162 y ss.
93
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
9
Creus, D.P., p. 78.
10
Jakobs, op. cit., p. 103.
11
Cury, D.P., t.1, p. 164.
1 2
Cfr. Bustos, Manual, p. 166.
1 3
Supra, capítulo II.
1 4
Bustos, Manual, p. 166; Cury, D.P, t. I, p. 167, aunque poniendo énfasis en
lo normativo.
94
LEY PENAL Y SUS FUENTES
15
Supra capítulo II, párrafo N° 2, II, b).
1 6
Luzón Peña, Curso, p. 165.
95
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
96
LEY PENAL Y SUS FUENTES
2 0
Consúltese a Etcheberry, Alfredo, El Derecho Penal en la jurisprudencia, t. I,
p. 27.
2 1
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 67; Cury, D.P, t. I, p. 171.
2 2
Etcheberry, D.P, 1.1, p. 67; Cousiño, op. cit., 1.1, p. 105.
97
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
V. INTERPRETACIÓN JUDICIAL
98
LEY PENAL Y SUS FUENTES
23
plementarios y conforman un grupo de instrumentos normati-
vos muy útiles para el jurista. La doctrina considera que los instru-
mentos de interpretación en referencia, en la actualidad, están
superados, p o r q u e el decisivo hoy en día l o constituye "la finali-
24
dad del precepto jurídico-penal en el m o m e n t o de su aplicación".
2 3
Con acierto Cury sostiene que "los distintos momentos del proceso her-
menéutico, así como los diferentes recursos de que el intérprete puede valerse
con respecto a cada uno de ellos, no deben tratarse como 'elementos' o 'instru-
mentos' aislados y relativamente autosuficientes situados en una relación de sub-
sidiariedad. Jamás será posible aprehender el sentido profundo de una norma
desde una sola perspectiva y con prescindencia de los restantes enfoques" (D.P.,
1.1, p. 174).
2 4
Maurach-Zipf, op. cit, t. I, p. 148.
99
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 5
Así lo sostienen Etcheberry (D.P, t. I, p. 69), y Cury (D.P., t. I, p. 172).
Ambos tratadistas señalan, además, que es poco probable que Andrés Bello,
redactor del Código Civil, haya querido referirse a la Real Academia Española,
por la cual no sentía simpatía, en aspectos gramaticales.
2 6
Creus, D.P, p. 81.
2 7
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 116.
100
LEY PENAL Y SUS FUENTES
o
El C ó d i g o Civil en. el art. 19 inc. 2 prescribe q u e para interpretar
una "expresión obscura de la ley" se p u e d e recurrir a su intención
o espíritu, claramente manifestados en ella, o a la historia fidedig
na de su establecimiento.
C o m o se indicó anteriormente, lo normal será que n o obstan
te el claro tenor literal de la ley, su "sentido", la ratio legis, normal
mente n o se desprenderá de ese tenor, h a c i e n d o imperativa la
necesidad d e acudir al telos, al objetivo que persigue, que precisará
cuál es aquella "voluntad soberana" que contiene. El procedimiento
teleológico c o r o n a el proceso interpretativo, p o r q u e p o n e de re
29
lieve los fines y puntos de vista valorativos.
En esencia, la norma jurídica es precisamente esa voluntad, y
n o las simples expresiones o el alcance semántico de éstas. La
labor de interpretación n o es un m e r o p r o c e s o lógico-jurídico; se
2 8
Cfr. Cury, D.P., 1.1, p. 173.
^Jescheck, op. cit, 1.1, p. 210.
101
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
c) Interpretación histórica
3 0
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 139; Etcheberry, D.P., t. I, p. 70.
3 1
Como en principio parece plantearlo Cury, D.P., t. I, p. 173.
3 2
Cfr. Luzón Peña, Curso, p. 166; Novoa, Curso, t. I, p. 139; Etcheberry, D.P.,
1.1, p. 70.
3 3
Cury afirma que deben ser "comprobables" (D.P., t. I, p. 174).
3 4
Creus, D.P., p. 85.
102
LEY PENAL Y SUS FUENTES
d) Procedimiento analógico
3 5
Maurach-Zipf, op. cit, t.1, p. 151.
3 5 b i s
Luzón Peña, Curso, p. 167.
3 6
Welzel, D.P.A., p. 39.
3 7
Supra capítulo II, N° 2, II, b).
38
Jescheck, op. cit, 1.1, p. 184.
103
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 9
Cfr. Jescheck, op. cit., t. I, p. 33; Welzel, D.P.A., p. 38; Bustos, Manual,
p. 167; Novoa, Curso, t. I, p. 146; Etcheberry, D.P., t. I, p. 75; Cury, D.P, t. I,
p. 175; Cousiño, op. cit., 1.1, p. 90.
4 0
Cfr. Cury, D.P, 1.1, p. 175; Etcheberry, D.P, 1.1, pp. 72-73.
104
LEY PENAL Y SUS FUENTES
4 1
Luzón Peña, Curso, p. 166.
4 2
Cfr. Cury, D.P., t. I, p. 176.
4 3
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 116.
105
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
4 4
Consúltese el libro de Garrido, Nociones fundamentales de la teoría del delito,
pp. 348 y ss.
4 5
Bustos, Manual, p. 168.
106
CAPÍTULO VII
1
Fernández Carrasquilla, D.P., t. I, p. 117.
1 b i s
Cfr. Etcheberry, D.P., t. I, p. 95; Cury, D.P, t. I, p. 208; Novoa, Curso, t. I,
p. 191.
107
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL.. TOMO I
2
El fundamento de este principio es la seguridad jurídica, el
ciudadano d e b e tener conciencia, al tiempo de incurrir en la con-
ducta prohibida, de que contraviene el ordenamiento j u r í d i c o y
d e b e estar en c o n d i c i o n e s de c o n o c e r las consecuencias que ello
le acarreará; para que así suceda la ley que se le aplicará tiene que
haber sido promulgada c o n anterioridad a la comisión del h e c h o .
Si la ley es posterior, nunca p u d o tener esa conciencia y ese c o n o -
cimiento y t a m p o c o la posibilidad de adquirirlo. Nadie estaría
seguro sobre si su actuar es o n o constitutivo de delito y, de serlo,
cuáles serían sus consecuencias penales. Esta inseguridad es la que
se evita e x i g i e n d o que la ley aplicable sea la que está vigente en el
3
m o m e n t o en que se realizó la conducta delictiva.
La irretroactividad de la ley es un principio que en el d e r e c h o
4 o
nacional está consagrado c o n carácter general en el art. 9° inc. I
del C . C ; el C ó d i g o Penal lo ratifica en el art. 18: "Ningún delito se
castigará c o n otra pena que la que le señale una ley promulgada
o
c o n anterioridad a su perpetración" (inc. I ) . N o obstante, el
legislador quiso ser más estricto en este punto en materia penal,
o
reglando esa garantía en la Constitución Política, art. 19 N° 3 inc.
penúltimo, en términos casi análogos a los empleados p o r el Códi-
g o Penal. C o n ello la irretroactividad de la ley penal se alza c o m o
mandato tanto para el j u e z c o m o para los legisladores, a quienes
se les p r o h i b e dictar leyes penales c o n efectos retroactivos.
La premisa q u e dispone que t o d o delito d e b e ser j u z g a d o p o r
la ley vigente al tiempo de su ejecución rige únicamente para las
normas sustantivas, n o así respecto de las leyes procesales. Las
normas de procedimiento penal se rigen p o r los principios pro-
pios de toda norma procesal, entre ellos el de tempus regit actum: la
ley que se aplica a cada acto procesal es aquella que está vigente
5
en ese m o m e n t o . El C ó d i g o Procesal Penal mantiene ese princi-
pio en el art. 11, p e r o faculta al tribunal a aplicar la ley procesal
2
Cfr. Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 131; Novoa, Curso, t. I, p. 191;
Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cit., p. 34; Mir Puig, D.P., p. 69; Jescheck, op. cit.,
p. 184.
3
Maurach, op. cit., t.1, p. 140.
4
Etcheberry, D.P., t. I, p. 95; Cury, D.P, t. I, p. 208; Cousiño, op. cit., t. I,
pp. 116 y ss.
5
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 134.
108
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
II. LA R E T R O A C T I V I D A D Y SU N A T U R A L E Z A E X C E P C I O N A L
o
La Constitución en el art. 19 N° 3 inc. penúltimo consagra la
irretroactividad de la ley penal en los siguientes términos: "Nin-
gún delito se castigará c o n otra pena que la que señale una ley
promulgada c o n anterioridad a su perpetración, a menos que una
o o
nueva ley favorezca al afectado". A su vez, el art. 18 incs. 2 y 3 del
CP. dispone: "Si después d e c o m e t i d o el delito y antes de q u e se
pronuncie sentencia de término, se promulgare otra ley que exima
tal h e c h o d e toda pena o le aplique una menos rigorosa, deberá
arreglarse a ella su juzgamiento.
"Si la ley que exima el h e c h o d e toda pena o le aplique una
m e n o s rigurosa se promulgare después de ejecutoriada la sentencia,
sea que se haya c u m p l i d o o n o la c o n d e n a impuesta, el tribunal
que hubiere p r o n u n c i a d o dicha sentencia, en primera o única
instancia, deberá modificarla d e oficio o a petición d e parte. En
ningún caso la aplicación de este artículo modificará las conse-
cuencias d e la sentencia primitiva en lo que diga relación c o n las
indemnizaciones pagadas o cumplidas o las inhabilidades".
Ambas disposiciones se explican p o r sí mismas; en ellas se
establece una e x c e p c i ó n a la irretroactividad de la ley penal, cuan-
d o favorece al afectado. El art. 18 del C P . se encarga de señalar en
qué circunstancias el texto cumple c o n la c o n d i c i ó n de ser más
favorable: c u a n d o exima al h e c h o d e pena o le aplique una m e n o s
rigorosa. El beneficio se extiende a los c o n d e n a d o s p o r sentencia
firme c o n f o r m e a la primitiva ley; sacrifica el efecto de cosa juzga-
da d i s p o n i e n d o que el tribunal de primera instancia que dictó la
sentencia p r o c e d a a modificarla para ajustaría a la nueva ley. La
modificación la p u e d e disponer el tribunal a solicitud de parte
109
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
La Constitución, en el art. 19 N° 3 , nada dijo sobre lo que debía
entenderse p o r ley que favorece al inculpado, p e r o el art. 18 del
o
C P . en su inc. 2 explícita la idea señalando que es aquella que
exime al hecho de toda pena o le aplica una menos rigorosa.
La primera hipótesis n o ofrece dificultades: si la ley posterior
exime de toda sanción al h e c h o , éste deja d e ser delictivo. Es la
segunda d e las alternativas señaladas la que m e r e c e explicaciones.
La n o c i ó n de pena menos rigorosa n o suscita dudas si la sanción que
establece la nueva ley es de igual naturaleza que la que i m p o n í a la
ley anterior, p e r o m e n o r en su m o n t o o duración; mas ello p u e d e
n o ser así o, de serlo, p u e d e la nueva pena ir acompañada de
circunstancias que lleven a vacilar calificarla c o m o más favorable.
A saber, la ley posterior p u e d e i m p o n e r una pena de naturaleza
distinta a la que prescribía la anterior; así, la d e presidio p u e d e ser
reemplazada p o r una de confinamiento; o la ley posterior p u e d e
aumentar la pena, p e r o rebajar el plazo de prescripción, o vicever-
sa, o crear nuevas atenuantes que la primitiva n o consideraba, o
agregarle agravantes que en la anterior n o existían, u otras alter-
nativas semejantes.
L o autorizado es aplicar la ley más favorable, sea la anterior o
la nueva, indistintamente, p e r o en su globalidad. Esta es la prime-
ra premisa que d e b e tenerse en cuenta; n o está permitido que el
tribunal cree una ley, distinta a la anterior y a la nueva, o sea que
110
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
6
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 194; Etcheberry, D.P., t. I, p. 98; Cury, D.P., t. I,
p. 210; Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 136; Cerezo Mir, Curso, p. 188;
Maurach-Zipf, op. cit., t.1, p. 202.
7
Maurach-Zipf, op. cit., 1.1, p. 202.
8
Cfr. Bacigalupo, Manual, p. 58; Bustos, Manual, p. 177; Novoa, Curso, t. I,
p. 194; Etcheberry, D.P, t. I, p. 97; Cury, D.P, t. I, p. 210; Maurach-Zipf, op. cit.,
t. I, p. 201; Jescheck, Tratado, t. I, p. 187; Cerezo Mir, Curso, p. 187; Sáinz Cante-
ro, Lecciones, t. II, p. 150.
9
Novoa, Curso, t. I, p. 194; Etcheberry, D.P., t. I, p. 94; Cury, D.P, t. I, p. 210.
1 0
Maurach-Zipf, op. cit., 1.1, p. 201.
1 1
Cfr. Novoa, Curso, t. I, pp. 195-196; Etcheberry, D.P, t. I, p. 97; Cury, D.P,
1.1, p. 211.
111
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 2
Etcheberry, D.P., t. I, p. 99; Cury, D.P., t. I, p. 212.
112
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
V. LEY INTERMEDIA
1 3
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 199; Etcheberry, D.P., t. I, p. 100, con algunas
limitaciones; Cousiño, op. cit, t. I, p. 126; Cury, D.P., t. I, p. 213; Bustos, Manual,
p. 178; Maurach, op. cit, 1.1, p. 144;Jescheck, op. cit, 1.1, p. 188.
113
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
114
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
1 7
Cfr. Cury, D.P., t. I, p. 216.
1 8
Ibídem, p. 215.
115
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
El art. 18 inc. I se refiere a la "ley p r o m u l g a d a c o n anterioridad
a su perpetración" (a la del delito) para indicar cuál es la vigen
o
te, y en su inc. 2 , h a c i e n d o referencia a la ley posterior, expresa:
"Si después d e cometido el delito... se promulgare otra ley...". D e
suerte que c o r r e s p o n d e distinguir entre dos clases d e leyes (la
vigente y la ley posterior), lo q u e d e p e n d e del m o m e n t o en q u e se
perpetró el delito. La doctrina ofrece dos criterios para determi
nar c u á n d o se perpetró el delito: considerar tal el momento en que se
realizó la acción delictiva o aquel en q u e se produce el resultado. En
esta materia se hacen en la doctrina afirmaciones p o c o convin
centes.
Para optar p o r alguno de los dos criterios recién enunciados
es necesario adoptar p o s i c i ó n sobre la naturaleza o n t o l ó g i c a del
delito. En esta obra se parte del e n t e n d i d o q u e se trata de un
c o m p o r t a m i e n t o h u m a n o , del actuar de una o más personas, sin
perjuicio d e q u e para efectos sistemáticos se d é o n o preeminen
cia a u n o o más de los elementos valorativos d e esa c o n d u c t a
(tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad), o d e las c o n c e p c i o n e s
q u e se puedan tener sobre la naturaleza jurídica del delito cul
p o s o o del delito de omisión. Al adoptar esa posición p r o c e d e
aceptar a su vez que el c o m p o r t a m i e n t o delictivo, c o m o toda
c o n d u c t a humana, es un proceso que se desarrolla en el tiempo, p o r
elemental q u e sea en su estructura. Siempre importa un devenir
temporal y p u e d e - s e g ú n sea más simple o más c o m p l e j o su
desarrollo- alcanzar distintas etapas de c o n c r e c i ó n : tentativa, frus
tración y c o n s u m a c i ó n . En otros términos, tiene un t i e m p o d e
iniciación y otro de c o n s u m a c i ó n , aunque c o n f o r m a un t o d o
unitario. D e forma que c u a n d o se hace referencia a la ley vigente
al tiempo de la perpetración del delito, se entiende q u e es aque
lla q u e rige en el m o m e n t o en que se inició la e j e c u c i ó n de la
a c c i ó n ilícita p o r el autor; es decir, el tiempo anterior c o r r e s p o n
d e al p e r í o d o q u e p r e c e d e a todo el período que dura su realiza
c i ó n , el c o n t a d o hacia atrás desde el inicio d e la a c c i ó n (el
anterior a la realización de un acto q u e p u e d a calificarse c o m o
d e tentativa), y n o así el que p r e c e d e a la última actividad perso-
116
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
19
nal del autor, c o m o lo afirma parte d e la d o c t r i n a , o al d e su
20
consumación.
Ley posterior, p o r lo tanto, es aquella que se promulga una vez
que se d i o c o m i e n z o a la ejecución del h e c h o . D e manera que n o
ofrece mayor relevancia la modalidad de que el resultado en algu
nos delitos se produzca tardíamente (un sujeto es herido mortal-
mente p o r un tercero, p e r o su fallecimiento a consecuencia de la
herida se p r o d u c e varias semanas después), o c u a n d o la consuma
ción requiere d e una serie de actos sucesivamente realizados en
un tiempo más o m e n o s p r o l o n g a d o ; tal es el caso del delito
continuado o del delito habitual, p o r q u e la ley vigente al tiempo de
su perpetración es aquella que regía c u a n d o se dio inicio a la
ejecución.
Ley vigente, c o m o ya se dijo, es aquella promulgada c o n ante
rioridad a la iniciación de la comisión del delito, p o r q u e desde
ese m o m e n t o existe tentativa punible; los textos legales promulga
dos después de ese m o m e n t o son los posteriores. Sectores de la
doctrina estiman que la ley posterior a que se refiere el art. 18 es
la promulgada c o n posterioridad al último acto d e ejecución del
autor, tesis que n o se comparte en atención a lo razonado prece
21
dentemente.
Algunas formas de realización y de participación p u e d e n plan
tear dudas. Es el caso de la instigación, que es un c o m p o r t a m i e n t o
accesorio al del autor realizador, hipótesis en que corresponderá
considerar el tiempo en que se inició la actividad delictiva p o r este
último para determinar la ley vigente en aquel m o m e n t o , y n o así a
la actividad del inductor (instigador); lo mismo sucede en la situa
ción del cómplice: los actos ejecutados p o r éste son anteriores a la
comisión del delito, n o indican cuál es la ley vigente ni la ley
posterior, para cuya determinación es imperativo considerar la
22
"perpetración" del delito p o r el autor.
1 9
Como lo sostienen Etcheberry (D.P., t. II, p. 56) y Cury (D.P., 1.1, p. 217).
2 0
Así lo afirma Novoa (Curso, 1.1, p. 2 0 0 ) .
2 1
Dicha tesis es sostenida por Etcheberry (D.P., t. II, p. 200) y por Cury (D.P.,
1.1, p. 217), con interesante argumentación, que no compartimos.
2 2
Disentimos de la tesis de Bacigalupo en cuanto considera para esos efectos
el momento en que el cómplice realizó su primer aporte (Manual, p. 57).
117
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
118
LA LEY PENAL EN EL TIEMPO
119
CAPÍTULO VIII
1
Cousiño, op. cit., t. I, p. 134.
2
Analiza este tema con amplitud, entre otros, Jiménez de Asúa (Tratado de
Derecho Penal, 1.1, pp. 1306 y ss.).
121
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3
Jescheck, op. cit, t. I, p. 248.
122
LOS AGENTES DEL DELITO Y LA LEY PENAL
4
Cousiño, op. cit., 1.1, p. 140.
5
Jescheck, op. cit., t. I, p. 251.
123
DERECHO PENAL. PARTE GENE RAÍ.. TOMO 1
a) Inmunidad parlamentaria
o
El art. 324 del C.O.T. establece en su inc. I que los j u e c e s están
sujetos a responsabilidad penal p o r toda prevaricación o grave infrac-
6
Jescheck, op. cit., 1.1, p. 249.
124
LOS AGENTES DEL DELITO Y 1-A LEY PENAL
ción de cualquiera de los deberes que las leyes les imponen; y el inc. 2°
agrega: "Esta disposición no es aplicable a los miembros de la Corte
Suprema en lo relativo a la falta de observancia de las leyes que reglan el
procedimiento ni en cuanto a la denegación ni a la torcida administración
de la justicia".
o
Por otra parte, la Constitución en su art. 76, en el inc. I , en
forma muy semejante a la del C ó d i g o O r g á n i c o de Tribunales,
señala que los j u e c e s son personalmente responsables p o r los deli-
tos que allí enumera "y, en general, de toda prevaricación en que
o
incurran en el desempeño de sus funciones"; agrega en su inc. 2 que
"tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley determinará los
casos y el modo de hacer efectiva esta responsabilidad ".
En el C ó d i g o Orgánico de Tribunales se estableció en favor de
los miembros del Supremo Tribunal una verdadera inviolabilidad
p o r los delitos funcionales allí indicados, a la cual n o haría refe-
rencia la Constitución. Por miembros de la Corte Suprema se
entienden tanto los Ministros que la integran c o m o su Fiscal.
7 o
En doctrina se critica ampliamente el inc. 2 del art. 324 del
C.O.T., que consagra la inmunidad que, según la Corte Suprema,
tendría c o m o fundamento teórico un principio de infalibilidad de
sus integrantes, n o c i ó n que sería tan necesaria c o m o el axioma
8
j u r í d i c o d e la cosa juzgada; desde una perspectiva práctica se ha
considerado que t a m p o c o existiría un tribunal competente para
juzgar un delito de esa naturaleza.
7
Consúltese a Etcheberry (D.P., t. I, p. 105) y Cury (D.P., t. I, p. 220), que
critican esta inmunidad.
8
Novoa, Curso, 1.1, p. 210.
125
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
c . l . El Presidente de la República
9
Novoa, Curso, t. I, p. 206; Etcheberry, D.P., t. I, p. 106; Cury, D.P., t. I,
p. 221.
126
LOS AGENTES DEL DELITO Y LA LEY PENAL
127
DERECHO PENAL PARTE GENER\L. TOMO I
1 1
Cfr. Comino, op. cit., t.1, p. 161; Novoa, Curso, t.1, p. 211; Etcheberry, D.P.,
1.1, pp. 106-107; Cury, D.P., 1.1, p. 221.
128
CAPÍTULO IX
1
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 142.
129
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
nacional penal"; en realidad son normas de d e r e c h o interno - y
n o de d e r e c h o internacional- cuyo objetivo es precisar la aplica
ción de la ley penal nacional en el territorio y las situaciones
excepcionales que la hacen aplicable extraterritorialmente.
El principio territorial es el general; dentro del territorio de
cada Estado rige la ley nacional de ese Estado, entendiendo la voz
territorio en un sentido j u r í d i c o y n o geográfico. Este principio
tiene c o m o fundamento la soberanía, que importa una d o b l e limi
tación. Por un lado, los delitos cometidos en el territorio del Esta
d o están sujetos al ejercicio de su ius puniendi, de manera que
quedan bajo la c o m p e t e n c i a de sus tribunales, que aplican su ley
penal. Por otra parte, este Estado n o p u e d e c o n o c e r - a su v e z - de
los delitos cometidos fuera de su territorio y su ley penal t a m p o c o
puede aplicarse a tales situaciones.
Los demás principios constituyen e x c e p c i o n e s al de territoria
lidad, vale decir, el Estado p u e d e renunciar a juzgar delitos c o m e
tidos en su territorio, p e r o p u e d e también disponer que juzgará
delitos cometidos fuera de él.
Aquellos otros principios son los siguientes:
a) El real o de defensa, según el cual se aplica la ley nacional
a los delitos cometidos en el extranjero que afectan a bienes jurí
dicos ubicados en el territorio del país;
b) El d e "nacionalidad", que permite la aplicación de la ley
del Estado a sus nacionales aunque delincan fuera del país, y
c) El "universal", c o n f o r m e al cual la ley de cada Estado es
aplicable al sujeto que se encuentre en su territorio, sin importar
el lugar d o n d e delinquió ni su nacionalidad.
2
Cfr. Cury, D.P., t. I, p. 186; Bacigalupo, Manual, p. 47.
130
EL TERRITORIO Y LA LEY PENAL
2 b i s
quieran. Al quedar los autores sujetos a la jurisdicción del
Estado en que c o m e t i e r o n los delitos, la legislación d e este Estado
es la aplicable. Este principio, que deriva de la soberanía que se
extiende a todos los lugares d o n d e el Estado ejerce su función
3 o
ejecutiva y legislativa, está consagrado en el art. 5 del CP., cuya
4 o
fuente es, a su vez, el art. 14 del C . C . El art. 5 expresa: "La ley
penal chilena es obligatoria para todos los habitantes de la Repú-
blica, inclusos los extranjeros. Los delitos cometidos dentro del
mar territorial o adyacente quedan sometidos a las prescripciones
de este C ó d i g o " (el Penal). La disposición, al señalar que la ley
penal es obligatoria para todos los habitantes, implícitamente alu-
de a los delitos que se c o m e t e n dentro del territorio, c o m o se
desprende d e lo expresado al referirse al mar territorial y adya-
5 o
c e n t e y del tenor del art. 6 , en cuanto dispone que los delitos
cometidos "fuera del territorio d e la República p o r chilenos o p o r
extranjeros, n o serán castigados en Chile sino en los casos deter-
minados p o r la ley".
Para precisar el alcance del principio de territorialidad, d e b e
hacerse un comentario sobre qué se entiende p o r "territorio" y
cuál es el "lugar de comisión" del delito.
a) Territorio nacional
a. 1. Territorio natural
131
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
El art. 5 dice que "los delitos cometidos dentro del mar territorial
o adyacente quedan sometidos" al C ó d i g o Penal nacional; de mane
ra que la soberanía nacional r e c o n o c e jurisdicción penal sobre el
mar "territorial o adyacente". Estos últimos términos requieren de
explicación, p o r q u e tienen alcances jurídicos precisos. El art. 593
del C.C. distingue entre el mar c o m p r e n d i d o en una distancia d e
d o c e millas marinas desde las respectivas líneas de base, que d e n o
mina "territorial", y el existente en la extensión de veinticuatro
millas marinas medidas en la misma forma; este último se designa
"zona contigua", y sobre él Chile se reserva "el d e r e c h o d e policía
para objetos concernientes a la seguridad del país y a la observan
cia de las leyes fiscales". El art. 596 se refiere, además, al mar
adyacente hasta las doscientas millas contadas desde las líneas ba
ses, que d e n o m i n a "zona e c o n ó m i c a exclusiva" para efectos de
conservar los recursos naturales de las aguas, el l e c h o y el subsue
o
lo. El art. 5 del C ó d i g o Penal h o m o l o g a los términos "territorial"
y "adyacente", p e r o la doctrina mayoritariamente concluye que se
6
Cfr. Novoa, Curso, t. I, pp. 160-162; Etcheberry, D.P., t. I, p. 81; Cury. D.P.,
t. I, p. 191.
132
El. TERRITORIO Y LA LEY PENAL
7
Novoa, Curso, t. I, p. 157; Etcheberry, D.P., t. I, p. 80; Cury, D.P., t. I, p. 190.
8
El Código Civil acogió esa tesis en el art. 596, que fue modificado el año
1986, por la L e y N ° 18.565.
9
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 156, nota 4; Etcheberry, D.P., t. I, p. 80; Cury, D.P.,
1.1, p. 190.
133
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
a. 2. Territorio ficticio
o o
El art. 6 N° 4 del C.O.T. (en relación c o n los arts. 428 del CJ.M.
y 300 del C ó d i g o Bustamante) se refiere a los crímenes y simples
delitos cometidos a b o r d o de una "nave" y los deja sujetos a la ley
chilena c u a n d o se trata de "un buque chileno en alta mar" o de
"un buque de guerra surto en aguas de otra potencia". Los delitos
cometidos a b o r d o de cualquiera nave "chilena", sea mercante o
de guerra, en alta mar, están bajo la tuición de la ley nacional. Las
naves de guerra, c u a n d o están en aguas de otro país, quedan
sujetas a la ley nacional, de m o d o que siempre son territorio na-
cional; n o así las mercantes, que quedan sometidas a la legislación
de ese otro país. El C ó d i g o O r g á n i c o de Tribunales mantiene una
d e n o m i n a c i ó n que la doctrina ha remplazado p o r la de nave "pri-
10
vada" y "pública".
El C ó d i g o Aeronáutico hace aplicables a las aeronaves los mis-
o
mos principios antes señalados (art. 5 ) ; la aeronave pública chile-
na siempre es territorio nacional, la civil chilena sólo c u a n d o está
en espacio aéreo nacional, internacional o en el de alta mar. Estos
principios han tenido que ser c o m p l e m e n t a d o s p o r la naturaleza
134
EL TERRITORIO Y LA LEY PENAL
o o o o
El art. 3 en sus incs. I y 2 N° I del C ó d i g o de Justicia Militar
dispone: "Los Tribunales Militares de la República tienen jurisdicción
sobre los chilenos y extranjeros, para juzgar todos los asuntos de la
jurisdicción militar que sobrevengan en el territorio nacional.
"Igualmente tienen jurisdicción para c o n o c e r de los mismos
asuntos que sobrevengan fuera del territorio nacional, en los casos
siguientes:
o
" I Cuando acontezcan dentro de un territorio ocupado militar-
mente p o r las armas chilenas".
De m o d o que en territorios o c u p a d o s militarmente p o r fuer-
zas armadas nacionales, los delitos de jurisdicción militar que c o m e -
tan chilenos o extranjeros, quedan sometidos a la jurisdicción de los
tribunales militares chilenos, y ha de entenderse que d e b e n apli-
12
car la ley nacional. Esta disposición fue modificada el año 1980
p o r el D.L. N° 3.425, que limitó el alcance de la primitiva norma,
que c o m p r e n d í a tanto los delitos militares c o m o los c o m u n e s , sin
o o o o
distinción. En la actualidad los incs. I y 2 N° I del art. 3 trans-
critos se refieren exclusivamente a los delitos d e jurisdicción mili-
tar, n o así a los c o m u n e s . La extensión de la disposición a estos
últimos señalada en obras c o m o las de Novoa, Etcheberry, Cousi-
ño y Cury n o opera hoy día.
1 1
Cfr. Cury, D.P., t. I, p. 191.
1 2
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 160; Etcheberry, D.P., t. I, p. 81; Cousiño, D.P.,
1.1, pp. 174-175; Cury, D.P, 1.1, p. 192.
135
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 3
Bustos, Manual, p. 186.
1 4
Novoa, Curso, t. I, p. 162; Cury, D.P., t. I, p. 192.
136
EL TERRITORIO Y LA LEY PENAL
137
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
7
Quintano Ripollés, Compendio, t. I, p. 241.
8
Cury, D.P., 1.1, p. 195.
9
Novoa, Curso, t. I, p. 168.
0
Etcheberry, D.P., t. I, p. 83.
138
EL TERRITORIO Y LA LEY PENAL
o o o s o o o
3° y 5 del art. 6 del C.O.T., los N 2 y 3 del art. 3 del C.J.M. y el
art. 106 del CP., que hacen aplicable la ley chilena a los delitos
que se c o m e t e n en el extranjero, c u a n d o afecten intereses nacio-
21
nales. Los intereses o bienes jurídicos que se protegen en este
caso son los del Estado, n o los individuales, pues c u a n d o de éstos
se trata quedan c o m p r e n d i d o s en el principio de nacionalidad o
22
personalidad.
Es cierto que varias de estas disposiciones p u e d e n plantear
dudas en cuanto a la aplicación estricta del principio; algunas se
refieren sólo a los autores chilenos, en tanto que la "defensa de
intereses" n o dice relación c o n la persona del realizador, que p o -
dría ser chileno o extranjero, sino c o n los bienes jurídicos afecta-
o o
dos, que tienen que ser nacionales. Es el caso del N° 3 del art. 6
del C.O.T., que somete a la jurisdicción de los tribunales chilenos
y a su legislación los delitos que atenían a la soberanía o a la
seguridad exterior del Estado, cometidos p o r "chilenos" naturales
o naturalizados. N o obstante, hay acuerdo que en todos estos ca-
23
sos prima el bien j u r í d i c o p r o t e g i d o . N o es una n o r m a que c o n -
sidera la nacionalidad, sino la defensa de los intereses nacionales.
Entre las numerosas figuras que se encuentran sometidas al
24
principio real se pueden citar la falsificación del sello del Estado,
de m o n e d a nacional, de documentos de crédito público; los delitos
cometidos p o r agentes diplomáticos o consulares de Chile en el
exterior en ejercicio de sus funciones; los cometidos p o r militares
en sus funciones o en comisión de servicio contra la soberanía del
Estado o contra su seguridad, tanto interior c o m o exterior, etc.
V. PRINCIPIO UNIVERSAL
2 1
Cousiño, op. cit., t. II, p. 179.
2 2
Bacigalupo, Manual, p. 51.
2 3
Cfr. Etcheberry, D.P., 1.1, p. 82; Cury, D.P., 1.1, p. 195.
2 4
En la actualidad no existe el sello de Chile.
139
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
25
territorio. Este principio cuenta c o n la adhesión de la doctrina y
de los acuerdos internacionales; dadas las particularidades de la
nueva delincuencia en el m u n d o (el terrorismo, el narcotráfico, los
fraudes financieros, etc.), está dirigido a evitar la impunidad de
acciones delictivas que afectan a la comunidad a nivel planetario.
El C ó d i g o O r g á n i c o d e Tribunales aplica este principio en el
o
art. 6° N° 7 , en cuanto dispone que los delitos de "piratería"
quedan sometidos a la jurisdicción de los tribunales chilenos y a
sus leyes, sin que tenga importancia para tal efecto el lugar d o n d e
se cometieron. A su vez, el C ó d i g o Bustamante, en el art. 308,
somete a las leyes penales del país captor a quienes hayan partici-
p a d o en los delitos d e piratería, trata de negros y c o m e r c i o de
esclavos, trata de blancas, la destrucción o deterioro de cables
marinos c o m e t i d o s en alta mar, en el aire libre o en territorios n o
organizados aún c o m o Estados.
Etcheberry señala que algunos de estos h e c h o s , c o m o la trata
de esclavos, n o son delitos específicos en Chile, pero que c o n d u c -
tas c o m o las indicadas podrían sancionarse si conforman otra figu-
26
ra penal, sea contra la libertad o contra las personas.
o o
El N° 8 del art. 6 del C ó d i g o O r g á n i c o de Tribunales dispone
q u e quedan sujetos a la jurisdicción n a c i o n a l l o s delitos c o m e t i d o s
fuera del país que determinen los tratados internacionales, lo que
constituye aplicación de este principio, n o es infrecuente que di-
chos tratados lo adopten respecto de delitos específicos.
2 3
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 159.
2 6
Etcheberry, D.P., t. I, p. 84.
2 7
Cousiño, op. cit, 1.1, pp. 196-198.
140
EL TERRITORIO Y LA LEY PENAL
2 8
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 172.
2 9
Novoa, Curso, t. I, p. 171.
141
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
142
CAPÍTULO X
LA EXTRADICIÓN
11. GENERALIDADES
Existe entre las naciones, desde hace siglos, el sistema que permi-
te que una entregue un sujeto que se encuentra en su territorio
para que sea j u z g a d o p o r otra que lo solicita, en razón de las
relaciones que se mantienen entre los diversos países. Normal-
mente, el que realiza la entrega espera que el que la pide haga a
su vez lo p r o p i o en el caso inverso, p r o c e d i m i e n t o que adquirió
énfasis durante las monarquías europeas, p o r los c o m p r o m i s o s
familiares y políticos que entre ellas existían. En la actualidad se
ha pretendido institucionalizar este sistema c o n reglas supranacio-
nales, p e r o lo que se ha logrado hasta el m o m e n t o es aumentar el
n ú m e r o d e los convenios internacionales, generalmente entre dos
países, y sólo excepcionalmente p o r un g r u p o mayor, c o m o suce-
de c o n el C ó d i g o Bustamante.
La "extradición" es la d e n o m i n a c i ó n que recibe esta institu-
ción, que es más que un "procedimiento" o un sistema, p o r q u e
c o m p r e n d e diversas consideraciones de orden material que per-
1
miten calificarla c o m o "institución". O p e r a en el quehacer inter-
nacional aun sin la existencia de tratados o reglas específicas,
c o n f o r m e a usos y principios que se han mantenido en el tiempo.
1
Cfr. Etcheberry, D.P., t. I, p. 88; Cury, D.P., t. I, p. 199; Cousiño, op. cit., t. I,
p. 201.
143
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 176.
3
Bustos, Manual, p. 192.
144
LA EXTRADICIÓN
4
C r e u s , D.P., p. 120.
5
Novoa, Curso, 1.1, p. 177; Etcheberry, D.P., 1.1, p. 89; Cury, D.P., 1.1, p. 199.
145
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Novoa, Curso, t. I, p. 178; Etcheberry, El Derecho penal en la jurisprudencia,
pp. 49 y 53.
146
LA EXTRADICIÓN
7
El art. 635 del C.P.R fue modificado en el año 1989 por la Ley N° 18.857 y en
el año 1991 por la Ley N° 19.047; con las modificaciones desaparecen los reparos y
comentarios que la disposición le sugiere a Novoa (Curso, t. I, p. 181), toda vez que
al variar su redacción se eliminó la voz "crimen" que allí se empleaba.
8
Cury (D.P., t. I, p. 201) manifiesta su reserva en cuanto a considerar el
referido criterio en Chile como "principio de derecho internacional", toda vez
que deja sujeta a la ley del país requirente la determinación de la pena, en lugar
de hacerlo conforme a la ley nacional.
9 a
Novoa, Curso, t. I, p. 179 (Revista de Derecho, t. 54, sec. 4 , p. 197).
147
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 0
Cury, D.P., t.1, p. 201.
1 1
Etcheberry, D.P., 1.1, p. 90.
1 2
Bustos, Manual, p. 194.
148
r
LA EXTRADICIÓN
1 3
Cury, D.P., 1.1, p. 202; Etcheberry, D.P., 1.1, p. 91.
is fe Fernández Carrasquilla, D.P., 1.1, p. 148.
1 4
Sáinz Cantero, Lecciones, t. II, p. 188.
149
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 5
Cfr. Novoa, Curso, t. I, p. 186; Etcheberry, D.P., t. I, p. 90; Cury, D.P., t. I,
p. 203.
1 6
Bacigalupo, Manual, p. 54.
1 7
Sáinz Cantero, lecciones, t. II, p. 186.
1 8
Cfr. Etcheberry, D.P, t. I, p. 92; Cury, D.P, t. I, p. 204. En contra, Novoa,
Curso, t. I, p. 186, y Cousiño, op. cit., t. I, p. 255.
150
LA EXTRADICIÓN
1 9
Critica el sistema Cury (D.P., t. I, p. 204), por cuanto estima que la doble
incriminación debe existir para ambos países desde que se efectúa el requeri
miento y hasta que se efectúe la entrega, lo que en la especie no se respetaría.
151
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
152
LA EXTRADICIÓN
2 1
Véase Etcheberry, D.P., 1.1, p. 85.
2 2
Bustos, Manual, p. 188.
2 3
Bacigalupo, Manual, pp. 206 y ss.
153
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
154
CAPÍTULO X I
1
Polaino, D.P., p. 59.
2
Citado por Bacigalupo, Manual, p. 7.
155
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3
Gallas, Wilhelm, La teoría del delito en su momento actual, p. 10.
4
Bacigalupo, Manual, p. 7.
5
Bustos, Manual, p. 217.
6
Gallas, op. cit., p. 10.
7
Cfr. Cury, D.P., t. I, p. 61.
156
EL DERECHO PENAL Y SU RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS
8
Zaffaroni, Manual, p. 25.
157
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
9
Zaffaroni, Manual, p. 76.
158
EL DERECHO PENAL Y SU RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS
1 0
Supra capítulo V, N° 5, VI.
159
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
160
EL DERECHO PENAL Y SU RELACIÓN CON OTRAS DISCIPLINAS
1 1
Ferrajoli, op. cit., p. 105.
1 2
Roxin-Arzt-Tiedemann, op. cit., p. 134.
1 3
Cousiño, op. cit., t. I, pp. 112-113; Etcheberry, D.P., t. I, p. 71; Cury, D.P.,
1.1, pp. 70-71.
161
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
162
CAPÍTULO XII
CIENCIAS PENALES
14. N O C I O N E S GENERALES
163
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
I. DOGMÁTICA JURÍDICO-PENAL
1
Gimbernat, "¿Tiene un futuro la dogmática jurídico-penal?", en Estudios de
Derecho Penal, p. 126.
2
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 179.
164
CIENCIAS PENALES
II. CRIMINOLOGÍA
3
Muñoz Conde-García Aran, D.P., p. 179.
165
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
166
CIENCIAS PENALES
4
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 183.
5
Roxin, Claus, Acerca del desarrollo reciente de la política criminal (Cuadernos de
Política Criminal, 1992), p. 705.
6
V. Liszt, op. cit, t. II, p. 19.
167
CAPÍTULO XIII
RESEÑA HISTÓRICA
169
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL TOMO I
I. E L ILUMINISMO (HUMANITARISMO)
3
Mommsen, Theodor, Derecho Penal romano, Bogotá, 1976, pp. 3 y 4.
170
r
RESEÑA HISTÓRICA
4
Novoa, Curso, t. I, p. 77.
5
Bustos, Manual, p. 224.
171
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Etcheberry, CP, t. I, p. 34.
7
Novoa, Curso, t. I, p. 82.
172
RESEÑA HISTÓRICA
8
Cfr. Etcheberry, D.P., 1.1, p. 36; Cury, D.P., 1.1, p. 134.
173
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
9
Bustos, Manual, p. 227.
174
RESEÑA HISTÓRICA
175
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
11
Novoa hace referencia al derecho penal aborigen, en particular el del
pueblo araucano (Curso, 1.1, pp. 100 y ss.).
1 2
Revísese al efecto la interesante bibliografía que señala Eduardo Novoa
(Curso, t. I, p. 103, nota 2). Sobre el ordenamiento jurídico español para las colo-
nias americanas, en general, véase ajiménez de Asúa, Tratado, t. I, pp. 745 y ss., y
sobre el derecho penal araucano en especial, pp. 731 y ss.
176
RESEÑA HISTÓRICA
177
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
13
a m e r i c a n o . En la primera mitad del siglo X X h u b o varios in-
tentos d e reemplazarlo; al efecto se redactaron algunos proyec-
tos, totales o parciales, p e r o n i n g u n o d e ellos p r o s p e r ó . Por vía
d e e j e m p l o r e c o r d a m o s los proyectos d e Eduardo Erazo-Rafael
Fontecilla y d e P e d r o Ortiz-Ludwig v o n B o h l e n , ambos d e l a ñ o
1929; el d e P e d r o Silva-Gustavo Labatut, d e 1938, y el d e la C o -
misión formada el a ñ o 1946, integrada p o r Ministros d e la Corte
Suprema y profesores d e D e r e c h o Penal, entre ellos Eduardo
Novoa, Luis C o u s i ñ o y Miguel Schweitzer. N o deja d e ser curioso
q u e en la primera mitad del siglo veinte se realizaron varias tenta-
tivas d e hacer serias modificaciones al C ó d i g o Penal, y aun d e
reemplazarlo; en su segunda mitad - a pesar del intenso desarrollo
q u e se alcanzó en el área de esta ciencia y de las reformas penales
q u e adoptaron las naciones d e habla hispana-, nuestro país n o
evidenció u n interés categórico en seguir esa tendencia. Sólo al
iniciarse el tercer milenio, el Ministerio de Justicia decidió enfren-
tar esta tarea. El 12 de j u n i o d e 2003, p o r Decreto Supremo N° 443,
se c r e ó una Comisión Asesora del Ministerio d e Justicia, d e n o m i -
nada "Comisión d e Estudio para la elaboración d e un anteproyec-
to d e C ó d i g o Penal" o "Foro Penal", c o n el objetivo d e elaborar
un nuevo texto. Es de esperar que logre cumplir su c o m e t i d o .
Junto al C ó d i g o Penal existe una numerosa cantidad d e leyes
que se o c u p a n d e reglar delitos específicos, c o m o el C ó d i g o d e
Justicia Militar, la Ley d e Seguridad del Estado, la que determina
las conductas terroristas y fija su penalidad, sobre tráfico ilícito d e
estupefacientes y sustancias sicotrópicas, etc.
1 3
Rivacoba, Manuel de, El Código Penal de la República de Chile. Actas, Estudio
Preliminar, p. X X X J V .
178
PARTE SEGUNDA*
a a
* Nota: Antes de iniciar la lectura de la 2 y 3 parte de este libro, se recomienda
leer el tomo II, porque en él se analiza la teoría del delito, que es un tema que
sistemáticamente debe preceder a los que se exponen a continuación.
CAPÍTULO XIV
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS
DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
16. GENERALIDADES
181
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
182
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS DE LA RESPONSABILIDAD PENA!.
183
CAPÍTULO X V
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES
DE LA RESPONSABILIDAD
17. GENERALIDADES
I. ENUNCIADO GENERAL
o
El art. 11 N° I expresa que atenúan la responsabilidad las eximen
tes descritas en el art. 10 "cuando n o concurren todos los requisi
tos necesarios para eximir de responsabilidad en sus respectivos
casos".
El alcance d e esta disposición ha sido explicado al analizar la
2
teoría del delito. C o m o se hizo notar en esa oportunidad, son
situaciones especiales que escapan al tratamiento g e n é r i c o de las
atenuantes que el C ó d i g o Penal precisa en los arts. 62 y siguientes.
1
Etcheberry, D.P., t. II, p. 13.
2
Consúltese a Garrido, Nociones, pp. 118 y ss.
185
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
El art. 11 N° I emplea la palabra "requisitos"; es necesario expli-
car su alcance normativo, que es diferente al que generalmente se
le ha atribuido. La referida expresión n o ha sido usada en sentido
numérico, d e cantidad de elementos, pues de ser así, la aplicación
del precepto se limitaría exclusivamente a las eximentes que cons-
tan de varios requisitos, p o r lo m e n o s de más de u n o . En verdad la
palabra "requisitos" está empleada en el sentido de gradualidad; al
o
hacerlo así se extiende el alcance del N° I del art. 11 a las exi-
mentes conformadas p o r un solo requisito que p u e d e alcanzar
3 o
mayor o m e n o r intensidad. D e consiguiente, el art. 11 N° I c o m -
prende a todas las eximentes del art. 10, salvo las explícitamente
o s o o
excluidas, c o m o sucede c o n las de los N 3 y 8 , y las indivisibles
o
o imposibles de graduar, c o m o la del N° 2 , que exime de respon-
sabilidad al m e n o r de dieciséis años (se tiene o n o se tiene esa
e d a d ) . Una eximente para calificarse c o m o incompleta requiere
necesariamente de la concurrencia del requisito que le es funda-
4 o
mental. Así, en la legítima defensa, la agresión (art. 10 N° 4 ) ; en el
estado de necesidad, la realidad o peligro del mal que se trata de evitar
o
(art. 10 N° 7 ) . Si n o se cumple esa c o n d i c i ó n n o p u e d e tenerse
jurídicamente c o m o existente una eximente incompleta, aunque
concurran las otras c o n d i c i o n e s que la conforman.
En alternativas en que la eximente tiene un solo elemento o
o
requisito, c o m o ocurre c o n las descritas en el N° 9 del art. 10
(fuerza irresistible o m i e d o insuperable), se requiere para califi-
carla c o m o incompleta q u e el sujeto activo haya tenido alguno d e
los estados anímicos indicados, p e r o éstos n o alcanzarían la inten-
sidad requerida p o r la referida disposición.
Todas las eximentes incompletas están sujetas a la normativa es-
pecial de los arts. 71, 72 y 73. El art. 71 se refiere a la eximente del
o o
N° 8 del art. 10 (caso fortuito); el art. 72, a la del N° 3 del art. 10 (el
mayor de dieciséis y menor de dieciocho años que o b r ó c o n discerni-
miento), y el art. 73, a las restantes del art. 10, c o n exclusión de la del
o
N° 2 , que declara exento de responsabilidad al menor de dieciséis
años, porque n o admite graduación. Los arts. 65 a 70 n o les son
aplicables porque están sujetas a las disposiciones antes citadas.
3
Cfr. Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 425.
4
Córdoba-Rodríguez, Comentarios al Código Penal, t. I, p. 410.
186
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
5
Cfr. Bustos, Manual, p. 561.
6
Así lo hacen Novoa (Curso, t. II, pp. 18 y ss.), Etcheberry (D.P., t. II, p. 13) y
Cury (D.P., t. II, p. 104).
7
Disentimos, por lo tanto, de la opinión de Cury en cuanto sostiene -critican-
do a Pacheco- que la disminución de pena motivada por las eximentes incom-
pletas no se fundamenta en un menor injusto, sino en una disminución de la
culpabilidad por falta de motivación normal (D.P., t. II, pp. 104-105). Creemos
- c o m o mayoritariamente lo acepta la doctrina- que la antijuridicidad es gradua-
ble, que una conducta puede ser más o menos antijurídica según la intensidad
del ataque al bien jurídico protegido, lo que también repercute en la determina-
ción de la pena.
8
Cfr. Cury, D.P., t. II, p.108.
9
Garrido, Nociones, pp. 118 y ss. y al comentar cada causal de justificación.
187
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 0
Cury, D.P., t. II, p. 109.
11
Cfr. Córdoba-Rodríguez, op. cit., t. I, p. 474; Cury, D.P., t. II, p. 110. En
contra, Cuello Calón, D.P, t. I, p. 530; Quintano Ripollés, Antonio, Compendio de
Derecho Penal, t. I, pp. 313 y ss.
1 2
Cury, D.P, t. II, p. 111.
188
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
a) Provocación o amenaza
1 3
Novoa, Curso, t. II, p. 34.
1 4
Cury, D.P., t. II, p. 111.
1 5
Etcheberry, D.P., t. II, p. 16.
1 6
Tienen opinión diversa, Etcheberry (D.P, t. II, p. 16), Cuello Calón (Dere-
cho Penal, t. I, p. 531), Córdoba-Rodríguez (op. cit., t. I, p. 4 7 4 ) .
189
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 7
Etcheberry, D.P., t. II, p. 17.
1 8
Cury, D.P., t. II, p. 114.
190
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
c) Estímulos poderosos
1 9
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 17.
2 0
Así Cury, D.P., t. II, pp. 115-116; Córdoba-Rodríguez, op. cit., t. I, p. 487.
2 1
Cury, D.P., t. II, p. 115.
191
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 2
Cfr. Labatut, op. cit, t. I, p. 206; Novoa, Curso, t. II, pp. 32-33; Cury, D.P.,
t. II, p. 117.
2 3
Entre ellos Etcheberry, D.P., t. II, p. 18.
2 4
Cfr. Quintano Ripollés, op. cit, 1.1, p. 318.
2 5
Ibídem, p. 317.
2 6
Novoa, Curso, t. II, p. 30.
2 7
Ibídem, p. 31.
192
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
d) Celo de la justicia
2 8
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 32; Cury, D.P., t. II, p. 117.
2 9
Sesión N° 122, de 26 de marzo de 1873, de la Comisión Redactara.
3 0
Novoa, Curso, t. II, p. 47.
3 1
Cury, D.P., t. II, p. 119.
193
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 2
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 47; Etcheberry, D.P., t. II, p. 18; Cury, D.P, t. II,
p. 119.
3 3
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 47; Cury, D.P., t. II, p. 120.
3 4
Así Etcheberry, D.P, t. II, p. 19.
194
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
3 5
Fuensalida, Alejandro, Concordancia y comentarios del Código Penal chileno,
1.1, p. 89. Si bien este autor cita al efecto la Sesión de 14 de mayo de 1870, que
corresponde a la N° 7, parece en realidad haberse referido a la N° 8, de 17 de
mayo de 1870, pues en ésta se deja constancia, al analizar las causales del art. 11
del Proyecto, que a petición del señor Reyes se incorporarían al mismo algunas
circunstancias no consideradas por el Código español, pero sí por el austríaco, y
se aprobaron de inmediato algunas del art. 39 de este último texto, o sea procu-
rar con celo reparar el mal causado, y la de no obrar en el proceso otra prueba
que la confesión del reo, pero allí no consta que se haya dicho algo sobre la
conducta anterior.
3 6
Cury, Ü.P., t. II, pp. 120-121.
3
' La critican seriamente Fuensalida (op. cit., t. I, pp. 89 y ss.) y Novoa (Curso,
t. II, pp. 38-39), porque no influye en los elementos que determinan la responsa-
bilidad.
3 8
Entre ellos Etcheberry, D.P., t. II, p. 20, y Cury, D.P., t. II, p. 121.
195
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 9
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 20; Cury, D.P., t. II, p. 123.
4 0
Hay autores como Novoa que estiman que la valoración de la conducta
comprende toda la vida del sujeto (Curso, t. II, p. 37).
4 1
Etcheberry, D.P, t. II, p. 20.
4 2
Cury, D.P., t. II, p. 122.
196
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
a) Reparación celosa
4 3
Cury, D.P., t. II, p. 124.
4 4
Sesión N ° 8, de 17 de mayo de 1870.
197
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
198
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
o
El N° 9 del art. 11 describe c o m o atenuante de la responsabilidad
penal "si se ha c o l a b o r a d o sustancialmente al esclarecimiento de los
hechos".
Esta atenuante constituye una innovación en el sistema penal
del país. Fue introducida p o r la Ley N° 19.806, d e 31 de mayo d e
2002, que sustituyó la circunstancia que desde la é p o c a de dicta-
ción del C ó d i g o regía, y cuyo texto era el siguiente: "si del p r o c e s o
n o resulta contra el reo otro antecedente que su espontánea con-
fesión", p r e c e p t o que tuvo su fuente en el art. 39 del C ó d i g o
199
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
200
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
4 6
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 45; Etcheberry, D.P., t. II, p. 22.
4 7
Cury, D.P., t. II, p. 12.
201
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
4 8
Labatut, op. cit., t. I, p. 208.
4 9
Etcheberry, D.P., t. II, p. 22; Cury, D.P., t. II, p. 128.
5 0
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 45; Etcheberry, D.P, t. II, p. 22; Cury, D.P, t. II,
p. 127.
5 1
Labatut, op. cit., t. I, p. 208.
202
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES DE LA RESPONSABILIDAD
203
CAPÍTULO X V I
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
DE LA RESPONSABILIDAD
18. GENERALIDADES
1
Suficiente es leer los comentarios de Novoa (Curso, t. II, pp. 48-49), Etche-
berry (D.P., t. II, p. 25) y Cury (D.P., t. II, pp. 130 y 131), que es el más explícito
sobre el punto.
2
Cury, D.P., t. II, p. 131.
3
Pacheco, Joaquín Francisco, El Código Penal concordado y comentado, t. I,
pp. 248 y ss.; Etcheberry, D.P., t. II, p. 25.
205
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
206
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
o s o o o
Las personales están descritas en los N 5 , 7 , 8 , 14, 15 y 16 del
o
art. T 2 ; algunos autores incluyen en este g r u p o a la del N° I
(alevosía), p e r o ese criterio n o se comparte p o r las razones que se
4
indicarán al analizarla.
o s o o
Se pretende subdividir este grupo en dos: el de los N 2 , 5
o
parte primera y 6 , que se basarían en aspectos anímicos y en
o s o o
tendencias del sujeto activo, y el de los N 7 , 8 , 14, 15 y 16 y art.
o
72 inc. 2 , que se caracterizan p o r las c o n d i c i o n e s personales del
5
sujeto.
La aludida clasificación n o aporta - a nuestro j u i c i o - mayores
beneficios para el análisis de las circunstancias en estudio.
a) Premeditación conocida
o
El art. 12 en su N° 5 establece c o m o circunstancia agravante "en
los delitos contra las personas, obrar c o n premeditación c o n o c i -
da". Esta circunstancia es tratada conjuntamente en el n ú m e r o
4
Sostienen la tesis no compartida Bustos, Grisolía y Politoff, Derecho Penal
chileno, p. 157; Cury, D.P, t. II, p. 153.
5
Cury, D.P, t. II, p. 133.
207
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Así lo afirman Córdoba y Rodríguez, op. cit., t. I, pp. 590 y ss.; Cury, D.P.,
t. II, p. 160.
208
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
7
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 62; Cury, D.P., t. II, p. 161.
8
Son necesarios tales móviles para Bustos, Grisolía y Politoff, op. cit., p. 178.
9
Carrara, op. cit., t. III, p.117.
1 0
Etcheberry, D.P., t. III, p. 41.
1 1
López Barja, Jacobo, con Miguel A. Cobos y Luis Rodríguez, Manual de
Derecho Penal (Parte Especial), Madrid, año 1990, p. 90.
209
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
1 2
Córdoba-Rodríguez, op. cit, t. I, p. 608.
1 S
Labatut, op. cit., t. I, p. 192; Novoa, Curso, t. II, p. 64.
1 4
Etcheberry, D.P., t. II, p. 25; Cury, D.P., t. II, p. 161.
1 5
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 164.
210
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
16
rente a la instigación. La existencia d e u n lapso entre la induc
ción y la ejecución del delito es -según se afirma- un elemento d e
la premeditación, p e r o en realidad esa circunstancia normalmen
te es consustancial a este tipo d e actividad. Por lo demás, la "agra
vante" d e premeditación n o se vincula c o n la inducción -actividad
que termina cuando se convence a otro para que cometa un delito-
sino c o n la ejecución misma de ese delito de parte del inducido.
D e b e descartarse en general la posibilidad d e premeditación
de los partícipes, la institución resulta francamente incompatible
c o n aquéllos, en particular c o n los instigadores y cómplices. La
premeditación dice relación c o n la ejecución del delito, n o c o n la
colaboración - q u e es lo que hace el c ó m p l i c e - ni c o n la formación
de la resolución delictiva en el agente - q u e es lo que hace el induc
tor-. Si este último interviene en la ejecución del h e c h o , deja de ser
instigador, porque su conducta se transforma en autoría.
o
"Prevalerse del carácter público que tenga el culpable" (N° 8 del
art. 12).
Es otra agravante que c o r r e s p o n d e calificar c o m o subjetiva o
personal, e n atención a q u e dice c o n la persona del agente y
requiere de una especial posición subjetiva de su parte.
En el plano objetivo, el sujeto activo d e b e tener el "carácter de
público", c o n c e p t o que n o está definido p o r la ley penal. Del art.
260 podría deducirse una regla sobre el punto, p e r o es evidente
que la disposición se limita a precisar el c o n c e p t o d e "funciona
o
rio" o "empleado" público, en tanto que el N° 8 del art. 12 alude
al carácter "público", n o c i ó n más amplia y genérica. En esta é p o c a
se hace necesario otorgarle u n alcance más d e acuerdo c o n el
tiempo p o r q u e la actividad del Estado - y p o r ende d e sus persone-
ros y d e p e n d i e n t e s - tiende a reducirse en p r o del incremento d e
la actividad particular, la que está a b o r d a n d o funciones de innega
ble trascendencia e importancia pública (un presidente d e parti
d o político, u n dirigente d e una asociación d e empresarios o d e
211
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 7
Limitan el concepto de público exclusivamente a los funcionarios públi
cos, Etcheberry (D.P., t. II, p. 26) y Cury (D.P., t. II, p. 136).
1 8
Cury, D.P, t. II, p. 137.
1 9
Autores como Cury piensan que también repercute en la antijuridicidad
esta circunstancia, además de la culpabilidad, porque estos comportamientos
afectarían a la "lealtad funcionaría", criterio que no se comparte, porque la
agravante no dice con los funcionarios públicos exclusivamente.
2 0
Cfr. Cury, D.P, t. II, p. 137.
212
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
c) Reincidencia
2 1
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 45; Etcheberry, D.P., t. II, p. 22; Cury, D.P, t. II,
p. 127.
2 2
Labatut, op. cit., 1.1, p. 220.
2 3
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 432.
2 4
Fuensalida, op. cit., 1.1, p. 112.
2 5
Critican a la institución de la reincidencia como circunstancia de agrava-
ción de la pena, entre otros, autores como Novoa (Curso, t. II, pp. 86-87), Labatut
(op. cit, 1.1, p. 222) y Cury (D.P, t. II, p. 140).
213
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 6
Cfr. Labatut, op. cit., t. I, p. 222; Novoa, Curso, t. II, p. 87; Cury, D.P., t. II,
p. 138.
214
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
d . l . Reincidencia impropia
2 7
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 27; Cury, D.P., t. II, p. 142. Labatut sostiene
que es aplicable la agravante para el nuevo delito cometido, salvo que la pena
quebrantada haya prescrito, toda vez que así lo dice el texto de la disposición
(op. cit, 1.1, p. 2 2 6 ) .
2 8
Cfr. Labatut, op. cit, t. I, p. 26; Etcheberry, D.P, t. II, p. 27; Cury, D.P, t. II,
p. 143. Opina en contra Novoa, para quien el art. 90 no califica como nuevo
215
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
216
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
3 1
Cury, D.P., t. II, p. 145.
3 2
Cury sostiene una posición contraria a la señalada, pero la razón en que se
o
fundamenta aparece contradicha por lo dispuesto por el art. 26 inc. 2 de la Ley
N° 16.216 (D.P., t. II, p. 144). Su afirmación resulta válida si la refiriera a la
reincidencia impropia, pero no es el caso, por cuanto la hace cuando comenta la
reincidencia propia.
217
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
218
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
3 3
La jurisprudencia un tiempo entendió que se trataba de delitos iguales, o
sea repetición de lesiones, o hurtos o de cualquier otro tipo penal (véanse al
efecto las sentencias citadas por Etcheberry en El Derecho Penal ante la jurispruden-
cia, t. II, pp. 240 y ss., y el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas,
Código Penal, Santiago, 1996, pp. 41 y ss.
219
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
3 4
Critican el referido sistema autores como Labatut (op. cit., t. I, p. 227),
Novoa (Curso, t. II, p. 97) y Cury (D.P, t. II, p. 146).
3 5
Según Etcheberry, el art. 509 del C.P.P. determinaría el criterio a seguir
para establecer si los delitos son o no de la misma especie (D.P., t. II, p. 28).
3 6
Cury, D.P., t. II, p. 147.
3 7
Labatut, op. cit., 1.1, p. 225.
220
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
e) Abuso de confianza
o
"Cometer el delito c o n abuso de confianza" (art. 12 N° 7 ) .
Se ha t o m a d o en cuenta la confianza, c u a n d o se abusa de ella,
c o m o razón suficiente para agravar la responsabilidad. Esta cir-
3 8
Etcheberry, D.P., t. II, p. 28.
3 9 D
La Comisión Redactora se refiere a la "mala fama" del reo (Sesión N 9) y
Francisco Pacheco en sus comentarios alude expresamente a la "perversidad" del
autor por el hábito que adquiere (op. cit, t. I, p. 239), comentarista que fue
generalmente considerado por los miembros de aquella Comisión.
4 0
Novoa, Curso, t. II, p. 103.
4 1
Cury, D.P, t. II, p. 148.
221
DERECHO PENAL.. PARTE GENERAL. TOMO I
4 2
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 134. En sentido más amplio, Etcheberry, D.P., t. II,
p. 26.
4:1
Cury, D.P, t. II, p. 134.
4 4
Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 26. Cury piensa que en los hurtos agravados
puede concurrir la agravante, porque en ellos la ley atendería al hecho de que el
autor esté cerca de las especies objeto del apoderamiento, y no al abuso de
confianza; pero ese criterio no puede compartirse, atendido que, de ser así, la
calificación de esos hurtos habría afectado no sólo a los dependientes, transpor
tistas y demás que en la disposición se enumeran, sino a toda persona que se
encontrara en situaciones semejantes de proximidad.
222
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
o
"Cometerlo mediante precio, recompensa o promesa" (art. 12 N° 2 ) .
45
Desde los tiempos de P a c h e c o se ha estimado que la voz
"recompensa" c o m p r e n d e tanto los beneficios de índole e c o n ó m i
ca c o m o los meramente honoríficos y sentimentales. Carrara llegó
46
a referirlos a cualquier cosa apetecible. En nuestro país, autores
47 4 8 49
c o m o Fuensalida, Del R í o y Labatut adhieren a ese criterio.
"Precio" es la entrega de dinero en pago y "promesa" el ofreci
miento, a futuro, de la cancelación de un precio o de la entrega
o
de una recompensa. De m o d o que en el N° 2 se c o m p r e n d e la
entrega d e sumas d e dinero c o m o d e otros beneficios de cual
50
quier naturaleza, sean o n o pecuniarios, p e r o que ofrezcan inte
rés para el realizador del delito. En la expresión "recompensa" se
c o m p r e n d e t o d o tipo d e dádivas o prestaciones d e cualquier natu
51
raleza, siempre que n o sean pecuniarias.
4 5
Pacheco, op. cit., 1.1, p. 249.
4 6
Carrara, op. cit., t. III, p. 246.
4 7
Fuensalida, op. cit, 1.1, p. 97.
4 8
Del Río, Raimundo, Elementos de Derecho Penal, t. II, p. 220.
4 9
Labatut, op. cit, 1.1, p. 213.
5 0
Piensa en forma diversa Cury, para quien lo esencial en esta agravante es
el "disvalor incrementado que implica la conducta de quien delinque por moti
vos lucrativos" (D.P, t. II, p. 156). N o se puede compartir tal opinión en atención
a que en nuestro sistema esa limitación rige sólo para los efectos del homicidio,
o
por mandato del art. 391 N° I circunstancia segunda. La redacción de ese pre
cepto así lo manifiesta, al aludir a "promesa remuneratoria", en tanto que la
o
redacción del art. 12 N° 2 es distinta; aquí se emplean dos expresiones que
marcan la diferencia: "precio" y "recompensa", esta última demuestra la voluntad
del legislador de comprender beneficios de orden no pecuniario al relacionarla
con la voz "precio".
5 1
Cfr. Labatut, op. cit, t. I, p. 213; Etcheberry, D.P, t. II, p. 29. Cury es de
opinión distinta, estima que la noción "recompensa" se debe referir a una de
índole pecuniaria atendido el móvil lucrativo que impulsaría al hechor (D.P,
t. II, p. 156).
223
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
5 2
Para Novoa (Curso, t. II, p. 55) y también para Cury al parecer (D.P., t. II,
pp. 158 y 159), la agravante tiene un carácter claramente subjetivo.
5 3
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 431.
5 4
Así lo estiman Fuensalida (op. cit., t. I, p. 9 7 ) , Novoa (Curso, t. II, p. 55) y
Cury (D.P., t. II, p. 158).
224
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
b) Medios catastróficos
5 5
Cfr. Labatut, op. nt., 1.1, p. 213; Etcheberry, D.P., t. II, p. 29.
5 6
Fuensalida, op. ext., t. I, p. 97.
5 7
Del Rio, Elementos, p. 216.
5 8
Labatut, op. ext., t. I, p. 213.
5 9
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 28.
225
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6 0
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 56; Etcheberry, D.P, t. II, p. 29; Cury, D.P, t. II,
p. 166.
151
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 56.
6 2
Esta es la opinión de Cury (D.P, t. II, p. 166).
226
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
m a a la n o c i ó n q u e se e x p r e s ó anteriormente, c o m o sustancia
q u e p r o v o c a la muerte o serios daños al ser ingerida en p o c a
63
cantidad.
Tal c o m o está descrita esta agravante, tiene naturaleza objeti-
64
va, de m o d o que se comunica c o n f o r m e al art. 64 a aquellos
intervinientes en el h e c h o que tienen c o n o c i m i e n t o d e que el
autor ha e m p l e a d o alguno d e los medios catastróficos a que alude
o 65
el N° 3 del art. 1 2 .
6 3
El concepto de veneno es comentado con mayor amplitud en el libro del
autor El homicidio y sus figuras penales, al tratar del homicidio calificado, pues el
o
art. 391 N° I circunstancia tercera enumera como calificante del homicidio el
cometerlo "por medio de veneno".
6 4
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 31. La misma apreciación tiene Garrido de la
calificante del art. 391 N° 1" circunstancia tercera, en el sentido de que es de
naturaleza objetiva y que, de consiguiente, se comunica a los terceros que inter-
vienen en la comisión del delito de homicidio cuando tienen conocimiento de
su empleo (El homicidioy sus figuras penales, pp. 170-171).
6 3
En contra, Cury para quien la agravante es subjetiva y no se comunica
(D.P., t. II, p. 158). Por error involuntario señala en la cita 313 a Garrido compar-
tiendo tal criterio.
6 6
Novoa, Curso, t. II, p. 67.
B 7
Pacheco, op. cit, t. I, p. 216.
227
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6 8
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 30; Cury, D.P., t. II, p. 169.
1,9
Cury estima que en ambas alternativas debe haber engaño, pero los dife-
rencia en sus matices (D.R, t. II, p. 170). En esta obra se afirma que no siempre
puede identificarse la astucia con el engaño, aunque se debe reconocer que la
distinción es sutil.
7 0
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 66; Cury, D.P, t. II, p. 170.
7 1
Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 30; Cury, D.P, t. II, pp. 170-171.
7 2
Pacheco, op. cit., 1.1, p. 226.
228
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
7 3
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 67; Etcheberry, D.P., t. II, p. 30; Cury, D.P., t. II,
p. 171.
7 4
Etcheberry, D.P., t. II, p. 30.
7 5
Cury, D.P., t. II, p. 165.
7 6
Cfr. Labatut, op. cit., t. I, p. 216; Novoa, Curso, t. II, p. 68; Etcheberry, D.P.,
t. II, p. 30; Cury, D.P., t. II, p. 165.
229
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
e) Añadir ignominia
7 7
Del Río, Elementos, p. 218. En el mismo sentido la jurisprudencia (Verdugo,
Mario, Código Penal, concordancias, antecedentes históricos, doctrina, jurisprudencia,
1.1. p. 151, N ° 3).
7 8
Cury concluye que no se comunica esta agravante a los demás participantes
del delito por el elemento subjetivo que presupone en su autor (D.P., t. II, p. 170).
7 9
Fuensalida, op. cit., t. I, p. 104.
8 0
Cfr. Labatut, op. cit, t. I, p. 217; Novoa, Curso, t. II, p. 71; Etcheberry, D.P,
t. II, p. 31; Cury, D.P, t. II, p. 172.
8 1
Novoa, Curso, t. II, pp. 70-71.
8 2
Cury, D.P, t. II, p. 171.
230
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
f) Calamidad o desgracia
8 3
Pacheco, op. cit., p. 232; Fuensalida, op. cit., t. I, p. 105; Novoa, Curso, t. II,
p. 71;Cury,fi.,R, t. II, p. 171.
8 4
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 70; Labatut, op. cit., t. I, p. 217; Cury, D.P., t. II,
p. 172.
8 5
Fuensalida, op. cit., 1.1, p. 105; Cury, D.P., t. II, p. 172.
231
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
8 6
Novoa, Curso, t. II, p. 73; Etcheberry, D.P., t. II, p. 31; Cury, D.P., t. II,
p. 173.
8 7
Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 31.
8 8
Autores como Cury entienden que comprende las calamidades privadas
(D.P., t. II, p. 173), porque creen que las enumeradas por el precepto aceptan tal
hipótesis.
8 9
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 71; Etcheberry, D.P, t. II, p. 31.
9 0
Cury, D.P, t. II, p. 174.
232
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
9 1
Etcheberry, D.P., t. II, p. 33; Cury, D.P., t. II, p. 176.
9 2
Novoa, Curso, t. II, p. 71; Labatut, op. cit., t. I, p. 72; Etcheberry, D.P, t. II,
p. 32.
9 3
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 72; Cury, D.P, t. II, p. 175.
9 4
Etcheberry, D.P., t. II, p. 33.
9 5
Opinan en contrario Etcheberry, D.P, t. II, p. 33; Novoa, Curso, t. II, p. 72;
Cury, D.P, t. II, p. 174.
233
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
96
La hipótesis de gente armada n o requiere de acuerdo p r e v i o ,
que es p r o p i o de la coautoría; es suficiente que objetivamente se
preste "auxilio", el que d e b e ser abarcado p o r el d o l o del realiza-
dor. En t o d o caso el auxilio ha de ser prestado para la ejecución
97
del d e l i t o , c o m o lo exige la disposición legal.
La n o c i ó n de arma se precisa en el art. 132.
Se debe tratar del e m p l e o de armas verdaderas, reales, n o apa-
rentes, pues, c o m o apunta Cury, si se usa una de utilería o una
o
espada de latón, n o operaría esta circunstancia, sino la del N° 5
98
(astucia). N o exige el N° 11 que el arma sea usada; la agravante se
99
satisface p o r el h e c h o de que se haya prestado el auxilio c o n ella.
El auxilio que consiste en asegurar la impunidad se cumple
c u a n d o terceros prestan ayuda al delincuente c o n ese objetivo y
éste sabe que la recibe, aunque en el h e c h o n o logre esa finalidad.
El mayor injusto incide en ejecutar el delito sabiendo el agente
que su impunidad está asegurada, y que objetivamente se dé una
situación en tal sentido.
Subjetivamente, c o m o se ha señalado en cada caso, es suficien-
te el c o n o c i m i e n t o del auxilio, p e r o n o se requiere un elemento
anímico especial, c o m o el de prevalerse precisamente de tal cir-
cunstancia, p o r q u e esa c o n d i c i ó n es inherente a la alevosía, p e r o
100
n o al a u x i l i o .
Ambas hipótesis - a u x i l i o c o n armas o para a s e g u r a m i e n t o -
son objetivas, p o r q u e dicen relación c o n la antijuridicidad del
acto, c o n su mayor desvalor al c o l o c a r a la víctima en una eviden-
te posición desventajosa frente a la posibilidad d e repeler el
atentado. Dados ese carácter y su vinculación c o n la forma d e
ejecución, se trata de una circunstancia material que se c o m u n i -
ca a los demás intervinientes que tienen c o n o c i m i e n t o d e la
situación.
9 6
En sentido contrario al expuesto, o sea de la exigencia de un acuerdo
previo, Etcheberry (D.P., t. II, p. 3 2 ) . En la misma forma han entendido esta
agravante algunas sentencias (véanse las mencionadas por Mario Verdugo, op. cit.,
t. I, p. 153).
9 7
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 175.
9 8
Cury, D.P., t. II, p. 176.
9 9
Novoa, Curso, t. II, p. 73.
1 0 0
Autores como Cury estiman que en el caso del auxilio de gente armada
debe haber en el sujeto ánimo de prevalerse de ese auxilio (D.P., t. II, p. 176).
234
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
h) De noche o en despoblado
h.l. Nocturnidad
h.2. Despoblado
1 0 1
Novoa, Curso, t. II, p. 73.
1 0 2
Labatut, op. cit., t. I, p. 217; Etcheberry, D.P., t. II, p. 33; Cury, D.P., t. II,
p. 177.
1 0 3
Cury, D.P, t. II, p. 177.
1 0 4
Labatut, op. cit., 1.1, p. 217; Etcheberry, D.P, t. II, p. 33.
1 0 5
Se hace referencia a autores como Labatut (op. cit., t. I, p. 217) y Cury
(D.P, t. II, p. 179).
1 0 6
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 73; Cury, D.P, t. II, p. 179.
235
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
236
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
111
persona que detenta ciertas facultades de m a n d o o p o d e r , p e r o
c o n c o r d a m o s c o n Novoa en cuanto a que se refiere sólo a quienes
tienen una autoridad pública, n o de índole privada, p o r q u e en tal
112
alternativa operaría la agravante del N° 1 8 . N o parece funda-
mental q u e la autoridad esté d e s e m p e ñ a n d o sus funciones cuan-
113
d o se realiza el d e l i t o .
La segunda alternativa del N° 13 consiste en ejecutar el delito
en el lugar d o n d e la autoridad está ejerciendo sus funciones; n o
sólo se refiere al lugar en el cual esa autoridad desarrolla normal-
mente las mismas, sino también a aquel d o n d e material y aun
114
circunstancialmente las está p r e s t a n d o . Es necesario además que
la comisión del h e c h o se lleve a cabo c u a n d o esa autoridad está
precisamente sirviendo su cargo, pues el precepto exige q u e se
halle ejerciendo sus funciones. El delito en cuestión, en t o d o caso,
d e b e en alguna forma constituir un m e n o s p r e c i o a la autoridad
115
de que se trate, considerando la situación c o n c r e t a .
La agravante en sus dos hipótesis es una circunstancia material,
objetiva, dice relación c o n la ejecución del h e c h o ; p e r o subjetiva-
mente debe estar abarcada p o r el d o l o del agente, p o r q u e requiere
que tenga c o n o c i m i e n t o de las circunstancias en que actúa. Aten-
dida la naturaleza de la agravante, se comunica a los demás partíci-
pes del delito.
Tratándose en la especie de dos hipótesis distintas que alterna-
tivamente c o n f o r m a n la circunstancia del N° 13, es suficiente que
una de ellas concurra; en t o d o caso, si c o n c u r r e n ambas, siempre
se tratará d e una sola agravante, y n o de dos.
1 1 1
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 33; Cury, D.P., t. II, p. 179.
1 1 2
Novoa, Curso, t. II, p. 76.
1 1 3
Cury, D.P, t. II, p. 179.
1 1 4
Cfr. Novoa, Curso, p. 76; Etcheberry, D.P, t. II, p. 34; Cury, D.P, t. II,
p. 180.
1 1 5
Cfr. Del Río, Elementos, p. 221; Labatut, op. cit., t. I, p. 218; Etcheberry,
D.P, t. II, p. 34; Cury, D.P, t. II, p. 180.
237
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 1 6
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 34; Cury, D.P., t. II, p. 181.
1 1 7
Cury, D.P, t. II, p. 180. Labatut parece extender el concepto a los lugares
a que se ha hecho referencia (op. cit., t. I, p. 218).
1 1 8
Quintano Ripollés, op. cit., t. I, p. 363.
238
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
1 1 9
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 181.
1 2 0
Como bien señala Novoa (Curso, t. II, p. 7 8 ) , la interpretación de la voz
autoridad se fundamenta en lo afirmado en tal sentido de modo expreso por la
o
Comisión Redactora, en su Sesión N° 168, de I de octubre de 1873, lo que
armoniza con la redacción y alcance tanto del N° 13 como del N° 18 del art. 12.
Opinan en forma diversa Etcheberry (D.P., t. II, p. 34) y Cury (D.P, t. II, p. 182),
que entienden que ambos números comprenden a las autoridades públicas o
privadas, y la diferencia incidiría en que en el N° 13 la ofensa no se dirige a la
persona de la autoridad, en tanto que en el N° 18 sí debe estarlo.
239
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 2 1
Labatut, op. cit., 1.1, p. 217; Novoa, Curso, t. II, p. 77.
1 2 2
Novoa, Curso, t. II, p. 77; Etcheberry, D.P., t. II, p. 34.
1 2 3
Cury, D.P., t. II, p. 183.
1 2 4
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 78; Cury, D.P., t. II, p. 182; Etcheberry, D.P, t. II,
p. 35. Labatut da otra noción de morada, identificándola con el domicilio (op. cit.,
t. I, p. 219).
1 2 5
Quintano Ripollés, op. cit., 1.1, p. 362.
240
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
1 2 6
Cury, D.P., t. II, p. 183.
1 2 7
Quintano Ripollés, op. cit, t.1, p. 362.
1 2 8
Cfr. Del Río, Elementos, p. 227; Labatut, op. cit, t. I, p. 219; Novoa, Curso,
t. II, p. 80 (con amplia fundamentación). En contra, Etcheberry (D.P., t. II, p. 35).
241
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 2 9
Controvierte este argumento Cury, D.P., t. II, p. 184.
1 3 0
En tal sentido lo hacen Etcheberry (D.P., t. II, p. 35) y Cury (D.P, t. II,
p. 183).
1 3 1
Pacheco, op. cit., t. I, pp. 244-245.
1 3 2
Cfr. en general, Novoa, Curso, t. II, p. 79; Cury, D.P, t. II, p. 184.
242
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
m ) Portando armas
243
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
art. 72 inc. 2 expresa: "En los casos en que aparezcan responsa-
bles en un mismo delito individuos mayores de d i e c i o c h o años y
menores de esa edad, se aplicará a los mayores la pena que les
habría c o r r e s p o n d i d o sin esta circunstancia, aumentada en un
grado, si éstos se hubieren prevalido de los menores en la perpe-
tración del delito, p u d i e n d o esta circunstancia ser apreciada en
conciencia p o r el juez".
La circunstancia antes indicada n o es de la misma naturaleza
que las regladas en el art. 12, ya que tiene consecuencias especia-
les: c u a n d o opera obliga a aumentar en un grado la pena que c o -
rrespondería aplicar al mayor de edad que intervino en el delito y
n o entra en j u e g o c o n las demás circunstancias que podrían con-
currir.
La agravante requiere de las siguientes condiciones:
1) Q u e en un mismo delito intervengan c o m o autores o coau-
tores personas mayores y menores de d i e c i o c h o años de edad. Se
descarta, de consiguiente, la posibilidad de que esta circunstancia
pueda perjudicar a los encubridores y a los cómplices. El funda-
m e n t o de lo señalado se desprende del p r o p i o art. 72, que exige
que se hayan prevalido de los menores en la perpetración del delito; ni
los cómplices ni los encubridores ejecutan el delito, sólo lo hacen
133
los autores y c o a u t o r e s .
2) El autor mayor d e b e servirse del m e n o r para la perpetra-
ción del delito, p o r q u e el art. 72 exige que se haya prevalido, o sea
aprovechado de él. Si el sujeto n o se aprovecha del menor, aun-
que tenga c o n o c i m i e n t o d e su edad y tome parte en la ejecución
del h e c h o , n o opera la circunstancia agravante.
3) El autor d e b e saber que se trata de un m e n o r de d i e c i o c h o
años de edad y precisamente p o r eso usarlo. El m e n o r usado, si es
mayor de dieciséis años y m e n o r de d i e c i o c h o y se declara que
o b r ó c o n discernimiento, goza de una atenuación de su responsa-
bilidad; se le sanciona rebajando en un grado el m í n i m o de la
pena que c o r r e s p o n d e al delito, lo que es imperativo para el j u e z .
1 3 3
En sentido contrario a lo aquí sostenido, Etcheberry (D.P., t. II, p. 35) y
Cury (D.P., t. II, p. 150), quienes piensan que esta agravante también afecta a los
cómplices, inductores y encubridores, aunque no consignan los fundamentos de
esa afirmación.
244
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
b) Alevosía
1 3 4
Labatut, op. cit, t. I, p. 211; Novoa, Curso, i. II, p. 54; Cury, D.P., t. II,
p. 154.
245
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 3 5
Cfr. Labatut, op. cit., t. I, p. 211; Novoa, Curso, t. II, p. 50; Etcheberry, D.P.,
t. II, p. 36; Cury, D.P., t. II, p. 152.
1 3 6
Labatut, op. cit, t. I, p. 211; Cury, D.P, t. II, p. 152.
1 3 7
López Barja-Cobos-Rodríguez, op. cit, p. 70.
1 3 8
Cfr. Labatut, op. cit, t. I, p. 211; Cury, D.P, t. II, p. 153.
246
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE LA RESPONSABILIDAD
1 3 9
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 152.
1 4 0
Quintano Ripollés, op. cit., t. I, p. 330; Bajo Fernández, Manual de Derecho
Penal. Parte Especial, Delitos contra las personas, p. 62; Córdoba-Rodríguez, op. cit.,
t. I, p. 544. Le reconocen su fase subjetiva autores como Cuello Calón (op. cit.,
1.1, p. 5 4 4 ) . En Chile Etcheberry, como exige el animus alevoso, la califica como
circunstancia mixta, al igual que se hace en este libro (D.P., t. II, p. 3 6 ) .
247
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
c) Ensañamiento
1 4 1
Cfr. Quintano Ripollés, op. cit, t. I, p. 340; Novoa, Curso, t. II, p. 58;
Labatut, op. cit, 1.1, p. 214; Verdugo, op. cit, 1.1, p. 139.
1 4 2
Autores c o m o Etcheberry piensan que esta circunstancia requiere frial-
dad de ánimo (D.P., t. II, p. 39).
248
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES DE I A RESPONSABILIDAD
1 4 >
Pacheco, op. cit., 1.1, p. 224.
1 4 4
Novoa, Curso, t. II, p. 58.
1 4 5
En tal sentido, Labatut, op. cit., 1.1, pp. 213-214; Novoa, Curso, t. II, p. 58;
Etcheberry, D.P., t. II, p. 36.
1 4 6
Consúltese sobre estas diferencias la obra del autor El delito de homicidio y
sus figuras penales, pp. 177 y ss.
1 4 7
Quintano Ripollés, op. cit., 1.1, p. 340; Novoa, Curso, L II, p. 58; Etcheberry,
D.P., t. III, p. 48; Bustos, Grisolía y Politoff, op. cit., p. 172; Cury, D.P, t. II, p. 168.
249
r
250
CAPÍTULO XVII
19. EL PARENTESCO
1
Novoa, Curso, t. II, p. 112.
251
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Pacheco (op. cit., 1.1, p. 215) sostiene, refiriéndose a la vinculación familiar:
"Esos íntimos parentescos no agravan siempre los delitos. A veces, por el contra-
rio, los disminuyen".
3
Véanse Verdugo, op. cit, t. I, p. 162; Novoa, Curso, t. II, p. 110.
4
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 184.
5
Cury, D.P., t. II, p. 186.
6
Etcheberry estima que queda comprendida la filiación adoptiva en aten-
ción a los términos categóricos de la ley para eliminar al máximo el rastro de la
filiación anterior del adoptado; el señalado y otros argumentos lo llevan a con-
cluir que en el art. 13 se considera a la vinculación familiar sobre la biológica
(D.P, i. II, p. 3 9 ) . En el mismo sentido, Cury, D.P, t. II, p. 186.
252
CIRCUNSTANCIA MODIFICATORIA MIXTA
7
Cury, D.P., t. II, p. 185.
8
Labatut, op. cit., t. I, p. 228.
9
Novoa, Curso, t. II, p. 110.
1 0
Labatut, op. cit., 1.1, p. 229.
1 1
Etcheberry, D.P., t. II, p. 38, que excluye a los delitos contra el honor y
contra la libertad de la influencia del parentesco.
1 2
Es el camino que han seguido autores como Del Río (Elementos, p. 229),
Novoa (Curso, t. II, p. 5 3 ) , Etcheberry (D.P, t. II, p. 38) y Cury (D.P, t. II, p. 186)
y que abrió el siglo pasado Pacheco (op. cit., t. I, pp. 214-215).
253
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 3
Cury, D.P., t. II, p. 187.
1 4
ídem.
1 5
Etcheberry, D.P., t. II, p. 38.
254
PARTE TERCERA
CAPÍTULO XVIII
I. NOCIONES GENERALES
1
Londoño Jiménez, Hernando, La prevención especial en la teoría de la pena.
Estudios penales. Homenaje al profesor Luis Carlos Pérez, Bogotá, 1984, p. 255.
257
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Quintano Ripollés, op. cit., 1.1, p. 413.
3
Luzón Peña, Diego Manuel, "La relación del merecimiento de pena y de la
necesidad de pena con la estructura del delito". Fundamentos de un sistema europeo
del Derecho Penal, Barcelona, 1995, p. 116.
4
El Proyecto Alternativo de Código Penal alemán pone particular énfasis en
el elemento necesidad de la pena, y estima que aquélla no debe imponerse si no
se presenta como necesaria. Autores como Michel Foucault llegan más lejos:
propone que se interrumpa el cumplimiento de la pena cuando deja de ser
necesaria a los fines de la prevención especial; la expiación debe cesar en presen-
cia de la enmienda completa del sentenciado (Londoño Jiménez, op. cit., p. 2 9 2 ) .
3
Luzón Peña, La relación, p. 119.
6
Bettiol, Giuseppe, Derecho Penal, p. 635.
7
Cury, D.P., t. II, p. 322.
258
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
8
Antolisei, op. cit., p. 499.
9
Novoa, Curso, t. II, p. 300.
1 0
Dorado Montero, op. cit., p. 60.
259
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
11
Beristain, op. cit., p. 29.
1 2
Jiménez de Asúa, Tratado, t. II, p. 29.
1 3
Pensadores como Louk Hulsman siguen controvirtiendo el derecho pe-
nal: "Si se mira en profundidad, se ve que es la idea misma, la noción ontológica
de crimen, lo que ha caído en crisis. En efecto, si una enorme cantidad de
acontecimientos teóricamente merecedores de que se aplique a su respecto la ley
penal, no son experimentados o evaluados como tales por las presuntas víctimas o
por los agentes del sistema..., ello quiere decir que los hechos llamados por la ley
crímenes (o delitos) no son vividos como hechos de una naturaleza aparte, separa-
bles de otros acontecimientos". A continuación expresa, refiriéndose al sistema
penal: "Todos los principios o valores sobre los cuales reposa este sistema (la
igualdad de los ciudadanos, la seguridad, el derecho a la justicia, etc.) se encuen-
tran radicalmente falseados si sólo se aplican a un número ínfimo de situaciones,
o sea los casos registrados". Termina afirmando: "Lejos de parecer una utopía, la
perspectiva abolicionista se presenta como una necesidad lógica y una actitud
realista, como una exigencia de la equidad" (Hulsman, Louck y Bernat de Celes,
Jacqueline, Sistema penal y seguridad ciudadana: hacia una alternativa, pp. 53-54).
1 4
Luzón Peña, La relación, p. 126.
260
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
261
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
a) Según su gravedad
1 5
Etcheberry, D.P., t. II, p. 100.
'« Cury, D.P, t. II, p. 323.
262
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
1 7
Etcheberry, D.P., t. II, p. 102.
263
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
b) Según su naturaleza
b . l . Penas corporales
o
La Constitución en el art. 19 N° I p r o h i b e t o d o a p r e m i o ilegíti
m o en contra d e la persona y determina que el legislador para
c o n m i n a r c o n p e n a d e muerte un delito, lo p u e d e hacer -única
m e n t e - c o n una ley d e q u o r u m calificado. En el C ó d i g o Penal
se suprimió d e la escala d e penas la d e muerte, a pesar d e q u e
en la Constitución y en el C ó d i g o d e Justicia Militar aún se
c o n s i d e r a n . D e consiguiente, hay esperanza d e naturaleza cons
titucional dirigida a marginar las penas c o r p o r a l e s d e nuestra
legislación.
Se entiende p o r pena corporal aquella que se aplica sobre el
c u e r p o físico de una persona, y p u e d e referirse a su vida, a su
19
integridad corporal o a su salud. En el país aún se mantiene la
1 8
Cury, D.P., t. II, pp. 328-329.
1 9
Cfr. Labatut, op. cit., t. I, p. 239; Etcheberry, Ü.P., t. II, p. 105; Cury, D.P,
t. II, p. 325.
264
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
20
pena de muerte; la de azotes fue suprimida p o r la Ley N° 9.347,
de 21 d e j u l i o de 1949, a pesar d e que m u c h o antes había entrado
en desuso. Esto sucedió sólo un año después que lo hiciera Ingla-
21
terra c o n el Criminal Justice Act de 30 d e j u l i o de 1948. Las
penas corporales han i d o desapareciendo d e las legislaciones de
todos los países civilizados; la de muerte, que en casi toda Europa
ha sido marginada, sigue vigente en el ordenamiento j u r í d i c o pe-
nal de muchas naciones. En Chile, pese a las reiteradas tentativas
que periódicamente han h e c h o para eliminar la pena capital, és-
tas n o han tenido éxito; n o se ha logrado formar conciencia social
de la atrocidad que importa su mantención. Si la pena de azotes,
que legalmente importaba flagelar al sentenciado, subsistía en nues-
tro sistema y fue suprimida, sin que nadie haya pensado en resta-
blecerla, es difícil entender c ó m o sigue vigente esta inhumana y
primitiva sanción, que consiste nada m e n o s q u e en matar a otro.
Otra pena aberrante era la de celda solitaria, que sólo se elimi-
n ó el a ñ o 1991, c o n la Ley N° 19.047, que modificó el art. 21 en
ese sentido.
2 0
Autores como Novoa no comprenden a la pena capital entre las corpora-
les, sino como "pena de vida" (Curso, t. II, p. 319).
2 1
Cuello Calón, op. cit., 1.1, p. 769.
2 2
Ibídem, p. 768.
265
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 3
Polaino N., Miguel, "Tendencias del futuro de las penas privativas de
libertad" (Estudios penitenciarios, p. 316).
266
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
267
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
268
CONSECUENCIAS JURÍDICAS DEL DELITO
2 6
Etcheberry, D.P., t. II, p. 105.
269
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 7
Cury, al comentar esta disposición, hace notar su contraposición con la
presunción de inocencia que beneficia a todo procesado, en tanto su responsabi-
lidad no se declare en una sentencia firme (D.P., t. II, p. 331).
2 8
Novoa, Curso, t. II, p. 324.
2 9
La Ley N° 19.047, de 1991, suprimió la de celda solitaria, que existía
primitivamente; no obstante, se ha mantenido esa pena en el caso excepcional a
que alude el art. 91 inc. 2".
3 0
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 324; Etcheberry, D.P., t. II, p. 104; Cury, D. P, t. II,
p. 329.
270
CONSECUENCIASJURÍDICAS DEL DELITO
271
CAPÍTULO X I X
21. N O C I O N E S GENERALES
1
Del Río, Elementos, pp. 255-256.
273
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Etcheberry, D.P., t. II, p. 108; Cury, D.P., t. II, p. 333.
3
Cury, en relación con la pena de muerte, expresa: "Los seres humanos,
cuyo conocimiento de los hechos -y, sobre todo, de los que se desarrollan en la
psiquis del hombre (los cuales cobran aquí una importancia muchas veces decisi-
v a ) - es siempre limitado e imperfecto, no pueden sentirse moralmente autoriza-
dos para adoptar la decisión de eliminar a un congénere exponiéndose a incurrir en
un error que no admite corrección" (D.P, t. II, p. 341). El referido autor hace una
interesante síntesis de los criterios existentes sobre la pena de muerte.
4
Antecedentes históricos y la evolución del derecho en relación a la pena de
muerte, se pueden encontrar en el Tratado del Derecho Penal, de Jiménez de Asúa,
t. I, pp. 231 y ss.; en los interesantes trabajos de Barbero Santos, Berdugo de la
Torre, Beristain Ipiña, Cobo del Rosal, García Valdés y Gimbernat Ordeig reuni-
dos en el libro La pena de muerte, seis respuestas, 1978. En nuestro país véanse a
Novoa, Curso, t. II, pp. 329 y ss., y Cury, D.P, t. II, pp. 233 y ss.
5
Etcheberry, D.P, t. II, p. 107.
274
I A PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
6
Barbero Santos, La pena de muerte en el derecho histórico y actual, p. 20, cita 1.
7
Ibídem, t. 41.
275
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
8
sería una contradicción n o reconocerla en la autoridad". D e con-
trario, filósofos c o m o Kant la admitieron sin reserva; juristas c o m o
Filangieri hicieron otro tanto.
C u a n d o emerge de m o d o categórico la corriente abolicionista
es en el siglo X X . Suficiente es citar la doctrina en tal sentido d e
autores c o m o Barbero Santos, Beristain, C o b o del Rosal, Gimber-
nat, en España. En Chile la doctrina n o ha sido unánime sobre
este punto: Del Río sostenía que "la pena de muerte implica una
verdadera impotencia social de defensa p o r otros medios más con-
9
formes c o n la civilización"; Labatut piensa que esta materia hay
que resolverla "de acuerdo c o n la realidad social de cada país en
10
particular y c o n prescindencia d e las argumentaciones teóricas";
Novoa la explica c o m o una sanción necesaria de mantener en las
legislaciones, aludiendo al castigo p o r el exterminio masivo y a las
crueldades de t o d o género observadas en la Segunda Guerra Mun-
dial, y se pregunta: "¿qué otra pena que la de muerte podría
11
satisfacer el anhelo de justicia de la sociedad humana?"
12 13
Etcheberry y C u r y son explícitos en rechazar la pena d e
muerte; este último autor expresa que "la pena de muerte n o
corresponde ya a las convicciones culturales actualmente vigen-
tes". C o n c o r d a m o s plenamente c o n estos dos tratadistas: la pena
capital es un atentado a la inviolabilidad de la vida, la que está
consagrada c o m o d e r e c h o fundamental en todas las constitucio-
nes; el Estado carece de facultad para ignorarlo.
8
Carrara, op. cit, t. II, párrafo 661, pp. 102-103.
9
Del Río, Elementos, p. 252.
1 0
Labatut, op. cit., 1.1, p. 242.
1 1
Novoa, Curso, t. II, pp. 335 y ss.
1 2
Etcheberry, D.P., t. II, p. 107.
1 3
Cury, D.P, t. II, p. 341.
276
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
1 4
Citado por Zaffaroni, Tratado, t. V, p. 98.
1 5
Bettiol, op. cit., p. 674.
1 6
Cury, D.P., t. II, p. 339.
1 7
ídem, nota 15.
277
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
278
LA PENA. SU NATURALEZA Y EFECTOS
279
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
280
I A PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
281
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
282
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
283
r
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
284
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
o
tanto hacía el art. 91 inc. 2 respecto del que durante el tiempo d e
la c o n d e n a volvía a delinquir (hasta p o r seis años).
El C ó d i g o Penal fue modificado en cuanto a las penas acceso-
rias (art. 21 inc. final) p o r la Ley N° 19.047 el 14 d e febrero d e
1991, suprimiendo en la disposición citada la p e n a d e celda solita-
ria y precisando que la d e i n c o m u n i c a c i ó n c o n personas extrañas
al establecimiento penal quedaba sujeta al Reglamento Carcelario;
coetáneamente, la misma ley modificó el art. 25 eliminando su
inc. final, que se refería a la duración d e ambas penas. N o obstan-
o
te, el art. 91 inc. 2 n o fue modificado en aquella oportunidad y se
mantuvo en él la pena d e celda solitaria, c o n duración máxima d e
un año, y en su última frase faculta al tribunal para i m p o n e r tanto
la de celda solitaria c o m o la de incomunicación "hasta p o r el m á x i m o
del tiempo q u e permite el artículo 25". En otros términos, se
seguía manteniendo la pena d e celda solitaria a pesar d e q u e se
pretendió suprimir c o m o sanción y, de otro lado, se alude a una
duración d e la pena que se determinaba en el primitivo texto del
art. 25, p e r o q u e se encuentra suprimido. Esta situación n o varió
o
hasta el a ñ o 2001, c u a n d o la Ley N° 19.734 modificó el inciso 2
del art. 91, incurriendo en otras anomalías q u e se comentarán
más adelante (véase "Quebrantamiento d e c o n d e n a , letra b ) ) .
Útil es señalar que el Código de Procedimiento Penal en los arts.
298 y siguientes regla la incomunicación del detenido o preso, pero tal
incomunicación es una medida que agrava la detención o la prisión
preventiva durante la sustanciación de un proceso criminal, y persi-
20
gue fines procesales, pero carece del carácter d e pena. Otro tanto
sucede en el C ó d i g o Procesal Penal, el juez, a petición del Ministerio
Público, puede suspender o restringir hasta p o r diez días las comu-
nicaciones del detenido o preso (art. 151). También puede prohibir-
le comunicarse c o n alguna persona determinada (art. 155 f ) ) .
2 0
Etcheberry, D.P., t. II, p. 113.
285
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
mente deben aplicar los tribunales y que la ley prescribe para cada
una de ellas.
1) Existen penas accesorias generales para t o d o crimen o sim-
ple delito, que están señaladas en el art. 31: "Toda pena que se
i m p o n g a p o r un crimen o un simple delito, lleva consigo la pérdi-
da de los efectos que de él provengan y de los instrumentos con que se
ejecutó, a m e n o s que pertenezcan a un tercero n o responsable del
crimen o simple delito".
2) Además, el C ó d i g o Penal establece, para cada tipo d e san-
ción, penas accesorias especiales; a saber:
Art. 27: "Las penas de presidio, reclusión... perpetuos, llevan consi-
g o la de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos p o r el tiempo de la vida de los pena-
dos y la de sujeción a la vigilancia de la autoridad p o r el máximum
que establece este C ó d i g o " .
Art. 28: "Las penas de presidio, reclusión... mayores, llevan consi-
g o la de inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios
públicos y derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para
profesiones titulares mientras dure la condena".
Art. 29: "Las penas de presidio, reclusión... menores en sus grados
máximos, llevan consigo la de inhabilitación absoluta perpetua
para derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para cargos
y oficios públicos durante el tiempo de la condena".
Art. 30: "Las penas de presidio, reclusión... menores en sus grados
medio y mínimos..., prisión, llevan consigo la de suspensión de cargo
u oficio público durante el tiempo de la condena".
286
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
a) La relegación
b) El confinamiento
c) El extrañamiento
2 1
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 374.
2 2
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 114; Cury, D.P., t. II, p. 376.
287
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
d) El destierro
288
I^A PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
289
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
290
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
2 6
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 362; Cury, D.P., t. II, p. 350.
291
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2 7
Cury, D.P., t. II, p. 377.
292
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
j ) El régimen carcelario
293
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
N° 7 letra d ) dice: "Nadie p u e d e ser arrestado o detenido, sujeto
a prisión preventiva o preso, sino en su casa o en lugares públicos
destinados a este objeto". Esta disposición d e b e relacionarse c o n el
art. 80 del CP., que expresa q u e la pena d e b e ser ejecutada en la
forma prescrita p o r la ley, c o m o también p o r los "reglamentos
especiales para el g o b i e r n o de los establecimientos en que d e b e n
cumplirse las penas"; además, d e b e tenerse en consideración el
art. 86, que prescribe: "Los c o n d e n a d o s a penas privativas de liber-
tad cumplirán sus condenas en la clase de establecimientos carcelarios
que corresponda en conformidad al Reglamento respectivo". D e
manera que las condenas a sanciones privativas de libertad se
c u m p l e n en los establecimientos públicos carcelarios.
El sujeto que cumple una pena privativa de libertad (de encie-
rro) ha de hacerlo en un establecimiento especialmente destina-
d o al efecto y someterse al régimen que consignan los reglamentos
respectivos, en particular el Reglamento de Establecimientos Peni-
tenciarios, que d e r o g ó el primitivo Reglamento Carcelario que
regía desde el año 1928.
El primitivo sistema que regía en nuestro país era el progresivo,
q u e se había inspirado en las ideas de Alexander M o c o n o c h i e ,
capitán de la marina británica, que el año 1840 l o estableció para
los reclusos a su cargo en la isla Norfolk. Reemplazó un durísimo
2 8
régimen vigente en aquella é p o c a p o r u n o más b e n i g n o , que
recurría a premios y recompensas para aquellos que alcanzaran
29
mejor conducta y más dedicación al trabajo. C o m o d i o buen
resultado, se aplicó también en Irlanda p o r el Director de Prisio-
nes W. Crofton (1850-1860), de d o n d e provino su designación
0
c o m o sistema irlandés?
En el pasado la pena de encierro n o se c o n o c í a , salvo en el
d e r e c h o r o m a n o , d o n d e de manera indirecta aparecía en sancio-
2 8
Con anterioridad existían sistemas como el filadélfico, aplicado en Filadel-
fia el año 1817, que consistía en el aislamiento celular diurno y nocturno del
sentenciado, interrumpido sólo por las visitas de funcionarios de la prisión. Tam-
bién se conocía el sistema denominado Auburn, por haberse aplicado en la
prisión de ese nombre desde el año 1816, en que se sometía a aislamiento
nocturno al condenado; en el día quedaba sometido a régimen de trabajo, pero
en silencio (Cuello Calón, op. cit., 1.1, pp. 780-781).
2 9
Novoa, Curso, t. II, p. 346.
3 0
Quintano Ripollés, op. cit., 1.1, p. 457.
294
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
295
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
296
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
k) La libertad condicional
297
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 2
Se comenta, en relación a los que piensan que la libertad condicional es
un medio de burlar la pena, que es exactamente todo lo contrario, porque
consiste en una forma especial de su cumplimiento (Novoa, Curso, t. II, p. 354;
Etcheberry, D.P., t. II, p. 163; Cury, D.P., t. II, pp. 354-355).
298
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
3 3
Esta forma de cumplir la pena constituye un derecho para los condenados
o
que reúnen los requisitos que el D.L. N° 321 exige, como lo señala su art. 2 , en
tanto que la Ley N° 18.144, que modificó el decreto ley, hace referencias a un
beneficio, modificando así la naturaleza de la institución, que no habría sido
concebida como una gracia, sino como un derecho del sentenciado (Cury, D.P.,
t. II, p. 355; Etcheberry, D.P., t. II, p. 163).
3 4
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 356.
299
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
300
LA PENA. SU NATURALEZA Y EFECTOS
301
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
302
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
Se ha e n t e n d i d o , p o r q u e el C ó d i g o n o precisó el c o n c e p t o , q u e
se trata de profesiones para cuyo ejercicio se requiere d e un
3 8
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 117; Cury, D.P., t. II, p. 379.
3 9
Cury, D.P, t. II, p. 380.
w
Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 118; Cury, D.P, t. II, p. 380.
303
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
304
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
305
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
306
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
307
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
V. PENAS PECUNIARIAS
a) La multa
4 1
Novoa, Curso, t. II, p. 378; Cury, D.P., t. II, p. 384.
4 2
Cuello Calón, op. cit., t. II, p. 814; Quintano Ripollés, op. cit., t. I, p. 477;
Labatut, op. cit, 1.1, p. 247.
4 3
Novoa, Curso, t. II, p. 383.
308
IA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
b) El comiso
4 4
Las cuantías de la pena de multa anotadas fueron modificadas en la forma
que se ha indicado por las Leyes N° 19.450 y N° 19.501, publicadas en el Diario
Oficial el 3 de marzo de 1996 y 15 de mayo de 1997, respectivamente; de consi
guiente, ha de tenerse presente que los delitos cometidos con anterioridad a su
promulgación, deberían regirse por la ley vigente al tiempo de su comisión, pues
o
conforme al art. 19 N° 3 de la C.P.R. y art. 18 del CP., la nueva ley opera
exclusivamente para los hechos que se cometan con posterioridad, a menos de
resultar más favorable, respecto de los perpetrados con anterioridad.
309
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO [
c) La caución
4 5
Cfr. Cuello Calón, op. cit., t.1, p. 819; Novoa, Curso, t. II, p. 387; Etcheberry,
D.P., t. II, p. 123; Cury, D.P., t. II, p. 385.
310
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
d) La confiscación
4 6
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 125; Cury, D.P., t. II, p. 386.
4 7
Cury, D.P, t. II, p. 386.
311
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
312
LA PENA, SU NATURALEZA Y EFECTOS
4 8
Autores como Cury estiman que el art. 49 debe entenderse en el sentido
"restringido de que tiene por objeto constreñir el pago cuando éste no puede
obtenerse ejecutivamente, lo cual, si bien parece justificado en los casos de ocul-
tamiento de bienes, no lo es en aquellos, mucho más frecuentes, en que el
condenado simplemente carece de recursos" (D.P., t. II, p. 390).
4 9
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 391.
313
CAPÍTULO X X
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA
Y SUS MODALIDADES
22. N O C I O N E S GENERALES
315
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1
Maurach-Zipf-Góssel, op. cit., t. II, p. 697.
2
Jescheck, op. cit., t. II, p. 1189.
316
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
9
Maurach-Zipf-Góssel, op. cit., t. II, p. 693.
317
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
4
Etcheberry, D.P., t. II, p. 128.
318
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
319
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 399.
320
LA DETERMINACIÓN DE iA PENA Y SUS MODALIDADES
Hay cinco reglas básicas que deben tenerse en cuenta para regular
la sanción que corresponde aplicar a los intervinientes en un deli-
to: a) la pena señalada por la ley al delito; b) el grado de ejecu-
ción del mismo; c) la forma de participación que se tuvo en ese
hecho; d) las circunstancias modificatorias de responsabilidad con-
currentes, y e) la extensión del mal que causó el hecho típico.
6
Cury, Ü:R, t. II, p. 400.
321
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
Los niveles de ejecución del delito para los efectos de su sanción son
tres: tentativa, frustración y consumación; a cada uno de esos grados
de ejecución le corresponde una pena diversa. Al delito consumado,
atendido lo preceptuado en el art. 50, le corresponde la pena que la
ley prescribe al respectivo tipo: al crimen o simple delito frustrado, la
inferior en un grado a la pena antes indicada (art. 51); a la tentativa,
o
la inferior en dos grados (art. 52 inc. I ) . Estas sanciones son las que
le corresponden al autor, n o a los demás responsables.
Al crimen o simple delito frustrado y al intentado les corres-
p o n d e n esas sanciones, salvo que la ley haya determinado una
diferente, alternativa en cuyo evento se estará a lo preceptuado
p o r esa ley (art. 5 5 ) . Un ejemplo lo constituye el art. 450, que
i m p o n e al delito intentado y frustrado de r o b o c o n violencia e
intimidación en las personas la pena que corresponde al delito
consumado; algo semejante se establece en el art. 111 respecto de
algunos delitos en grado de frustrado en contra de la seguridad
exterior y soberanía del Estado.
322
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
323
DERECHO PENAL PARTE GENERAL TOMO I
7 U
La referencia que se hace en el inc. 2 del art. 52 a los encubridores
comprendidos en el N" 9" del art- 17, era válida antes de que se modificara esta
última disposición por la Ley N" 19.077, que suprimió las dos cirmmtanáas que
primitivamente tenía; en la actualidad, como bien se indica en nota de la publi-
cación oficial del Código Penal, debe entenderse inaplicable y los encubridores
riel N" 3" del art. 17 se rigen, en cuanto a su sanción, por las reglas generales ya
comentadas.
324
LA DETERMINACIÓN PE LA PENA V SUS MODALIDADES
El art. 69, por último, dispone que "dentro de los límites de cada
grado el tribunal determinará la cuantía de la pena en atención... a
la mayor o menor extensión del mal producido por el delito". De manera
que en la regulación de la pena, dentro del grado ya predetermina-
do, el tribunal debe valorar, además del número y entidad de las
circunstancias modificatorias de la responsabilidad, la gravedad del
mal causado por el delito. La ley no establece reglas para hacerlo, y
lo deja entregado al criterio del jue?, que primeramente apreciará
la entidad de la lesión o peligro corrido por el bien jurídico prote-
gido y a continuación los otros efectos perjudiciales que se deriven
directamente del delito, sin perjuicio de que no hayan sido conside-
9
rados por el legislador al describir el tipo penal,
f) La multa y m regulación
325
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
326
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
1 1
Cury, D.P., t. II, p. 402. Este autor hace especial alusión al art. 73 para
sostener su criterio; pero en esta obra se estima que de ese texto no puede
desprenderse un principio general; se trata de una disposición excepcional refe-
rible exclusivamente a las eximentes denominadas incompletas.
327
DESECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
[ i
Cfr Etcheberry, Ü.P., t. II, p. 134; Cury, Ü.P., t. II, p. 402. En contra,
Novoa, Curso, t II, pp. 91-92 y 114.
13
Cfr. Etcheberry, t. II, p. 194; Cury, b-.fí, t. II, p, 403,
14
ídem.
328
IADETERMINACIÓN DE LA PENAVSUS MODALIDADES
puede ser agravante según el art, 13, pero que está incorporado al
tipo penal de parricidio en el art, 390, Como las mencionados,
existen otros casos, muy semejantes,
3) Puede acontecer que la agravante sea tan inherente al deli-
to, que este último no pueda realizarse sin que la circunstancia se
dé. Esta modalidad se diferencia de la hipótesis anterior, porque
en ella no se describe la agravante como elemento del tipo penal,
sino que, por la naturaleza del delito o por los accidentes fácticos
que sobrevinieron en su ejecución material, la agravante pasa a
ser abarcada.
Pueden plantearse dos alternativas distintas, Una se presenta
cuando la inherencia a que alude la disposición es consecuencia
del tipo penal, como sucede con el infanticidio (art, 394); aquí la
B
agravante del N 1 ° del art. 12 es imposible de escindir, pues se
obra sobre seguro, porque la víctima es una criatura de no más de
cuarenta y ocho horas de vida, y esto es algo inevitable e indepen-
diente de la voluntad del sujeto, Lo mismo ocurre con el delito de
violación descrito en el art, 361 N° 1°: abusar de la diferencia de
sexos, cuando la víctima es una mujer es natural y no puede cons-
15
tituir la agravante del art, 12 N° 6 ° ,
La segunda alternativa se presenta cuando el tipo penal no
presupone la agravante, pero sí las circunstancias del hecho o sus
modalidades de ejecución, Tal situación se plantea cuando en el
delito de homicidio la víctima es el dueño de una empresa rival
que, por desgracia, es un anciano enfermizo, débil, donde la ale-
vosía deberá siempre concurrir,
Hay que separar en esta última alternativa aquellas agravantes
que se refieren a una condición particular del agente, como son
M
las del art, 12 N 1 4 , 1 5 y 16, Haber sido condenado con anteriori-
dad por un delito de igual naturaleza o cometer el nuevo delito
en tanto cumple el agente una condena, no pueden quedar in-
cluidas entre las que pertenecen a la ejecución del delito, por
cuanto la ley ha manifestado implícitamente su voluntad en el
sentido de que surtan efecto en todo hecho típico en que el agen-
16
te cumpla la condición que agrava su responsabilidad.
5
' Cury, P,fí, t, II, p, 403,
I a
Ibídem, p, 404,
329
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
330
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
331
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
17
Cfr. Etcheberry, t. ti, pp. 139 y ss,; Cury, Ú.P., t. II, p. 407; Labatut,
op. til, t, I, p. 30S.
18
Cfr. Labatut, op. tiL, t I, p, g64; Etcheberry, D.P., t, Lt, pp, 138439; Curv,
D,ñ, t. tt, p, 407.
332
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA V SUS MODALIDADES
19
Cfr, Del Ría, Elementos, p. 28?; Pica Urrutia, Rene, Reglas para la aplicación
de ta pena, p. 48; Vera, Robustlano, Código Penal de ta República de Chile, comenta-
do, p. 133; Fuensalida, op, cit., t, I, p. 306,
2 0
Sí la pena está señalada en años, se reduce su duración a días, consideran-
de el año con 36B días, aunque haya años bisiestos, porque se trata de un cálculo
teórico (cfr. Etcheberry, D.P., t, II, p. 142; Cury. D.P, t, II, p. 406),
333
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
f) Reglas especiales
2 1
Cury, D.R, t. II, p. 407.
334
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
2 2
En el Código Penal español de 1848 se trataban también estos delitos en
la Parte General, pero en la reforma del año 1932 fueron trasladados a la Parte
Especial (arts. 468 a 4 7 1 ) .
2 3
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 166; Cury, D.P., t. II, p. 409.
335
DERECHO PENAL, PARTE GENERAL. TOMO I
336
LA PETEHMINAC1QN PE LA PENA Y SUS MODALIDADES
mi
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
26
disposición p o r innecesaria, p e r o ha servido para precisar el sen-
tido del art. 12 en cuanto alcanza exclusivamente a las hipótesis
en que el realizador del nuevo delito ha "cumplido una c o n d e n a "
p o r otro u otros cometidos c o n anterioridad, de m o d o que el
h e c h o de que exista una sentencia condenatoria firme en contra
del sujeto n o lo c o l o c a en las situaciones del art. 12, p o r q u e ade-
más d e b e haber c u m p l i d o la pena que en ella se le impuso.
El art. 91 hace referencia a una situación distinta: la del delin-
cuente que ejecuta un nuevo crimen o simple delito mientras se
encuentra c u m p l i e n d o una c o n d e n a o después de haberla que-
brantado.
Las soluciones que el C ó d i g o Penal ofrece han m e r e c i d o repa-
27
r o s , primero p o r su posible impracticabilidad y, segundo, p o r n o
ofrecer soluciones a las diversas alternativas que se p u e d e n pre-
sentar.
La primera regla del art. 91 es de aplicación general, tratándo-
se d e un crimen o simple delito ejecutado p o r una persona que
habiendo sido c o n d e n a d a c o n anterioridad p o r sentencia ejecuto-
riada p o r otro delito n o ha c u m p l i d o la pena. En este caso d e b e
cumplir la sanción que se le i m p o n g a p o r el nuevo delito y la
primitiva en el o r d e n que el tribunal determine en la sentencia. El
C ó d i g o , de consiguiente, adopta en este caso el principio de acu-
mular materialmente las penas, c o m o lo establece el art. 74 (art. 91
o
inc. I ) .
El referido artículo 91, en los incisos siguientes, se preocupa
de plantear algunas situaciones especiales y sus soluciones:
1) Si p o r el nuevo delito d e b e imponerse la pena de presidio o
reclusión perpetuos y el sentenciado se hallare c u m p l i e n d o algu-
na d e esas penas, el tribunal podrá imponerle la d e presidio per-
petuo calificado.
2) La segunda situación que se trata en el art. 91 se especifica
en su inciso segundo que, desgraciadamente, es una de las demos-
traciones más categóricas de la displicencia del legislador penal,
c o n la agravante que ha reiterado en ese c o m p o r t a m i e n t o a través
de los años. El referido inciso textualmente expresa: "Cuando en
2 6
En tal sentido, Fuensalida, op. cit., t. I, p. 363; Etcheberry, D.P., t. II, p. 168;
Cury, D.P., t. II, p. 411.
2 7
Etcheberry, D.P., t. II, p. 167; Cury, D.P, t. II, p. 410.
338
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
339
DERECHO l'ENAL: PARTE GENERAL. TOMO i
340
LA DETERMINACIÓN DE LA PENA Y SUS MODALIDADES
28
Etcheberry, Ü.P, t, 11, pp, 161=382.
341
CAPÍTULO X X I
23. C O N C E P T O S BÁSICOS
1
Landrove Díaz, Gerardo, Las consecuencias jurídicas del delito, p. 167.
343
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL, TQMQ (
§
Bustos, Manual, p, SO,
s
Landrove, op, cit,, p, 169,
4
Etcheberry, D,P„ t, II. p, 169,
344
I AS MEDIDAS DE SEGURIDAD
345
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3
Bustos, Manual, pp. 51-52. Cury, si bien mantiene una posición dualista, al
parecer lo hace sólo por razones de índole pragmática, pues reconoce que un
sistema monista "es básicamente correcto" (D.P., t. II, p. 416), pero como resulta-
ría irrealizable, se resigna al sistema de la doble vía.
6
Landrove, op. cit, p. 168.
346
LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
7
A este sistema adhiere Cury en Chile (D.P., t. II, p. 418).
8
Bustos, Manual, p. 53.
347
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL- TOMO I
Hb,s
Hassemer, "La ciencia jurídieo-penal en la República Federal Alemana"
(Anuario de Derecho Penal, 1993, p, 77),
'•' Cfr, Cury, DP„ t. II, p. 417; Bustos, Manual, p , 52, El señalado es el sistema
que aplica el Código Penal alemán, siguiendo el sistema vicarial ("Esencia y
fundamentaron de las sanciones jurídico-penales". Estudios jurídicos sobre, la refor-
ma penal, Miguel Polaino N„ Córdoba, 1987),
348
JAS: MUUDAS DE SEGURIDAD
l u
Maurach-Zipf-Góssel, op. cit., t. II, p. 865.
349
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 1
Se resumen estas medidas y su procedencia en el t. II, Nociones fundamenta-
les de la teoría del delito, en el párrafo N° 75.1, c), pp. 219 y ss.
350
t AS MEDIDAS DE SEGURIDAD
o
diversas medidas, que se clasificaban en personales (art. 3 : c o m o
internación en casas de trabajo o internación curativa, entre otras)
o
y patrimoniales (art. 6 : c a u c i ó n ) , y q u e debían ser aplicadas p o r los
12
jueces del c r i m e n . Esa normativa tiene en la actualidad sólo un
valor histórico.
1 2
El comentario y análisis de la Ley de Estados Antisociales puede encon
trarse en Novoa, Curso, t. II, pp. 422 y ss.; Etcheberry, D.P., t. II, pp. 171 y ss.;
Cury, D.P., t. II, p. 419.
351
CAPÍTULO X X I I
I. ANTECEDENTES GENERALES
353
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1
Supra párrafo 21, III, k).
354
MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
o
El art. 3 de la ley explica la naturaleza de este sistema: "La remi-
sión condicional d e la pena consiste en la suspensión de su cumpli-
miento y en la discreta observación y asistencia del c o n d e n a d o p o r la
autoridad administrativa durante cierto tiempo ".
La remisión d e la pena, de consiguiente, n o importa una ma-
nera d e cumplir la sanción, c o n la salvedad de que una vez que ha
transcurrido el término legal de observación y que se han satisfe-
c h o las demás c o n d i c i o n e s impuestas p o r el legislador, la misma se
pasa a tener p o r cumplida. La remisión suspende ese cumplimiento
en tanto el c o n d e n a d o se sujeta a las obligaciones que se le fijan
2
durante el tiempo de observación a que queda s o m e t i d o . El obje-
tivo d e la remisión es precisamente que n o se cumpla la sanción
privativa o restrictiva de libertad, reemplazándola p o r medidas
tutelares del c o m p o r t a m i e n t o del sujeto durante el p e r í o d o de
observación. L o sensible es que si n o cumple c o n las obligaciones
a que queda sometido, p u e d e revocarse el beneficio, y en tal even-
to le c o r r e s p o n d e cumplir la c o n d e n a , sin que el p e r í o d o de o b -
servación se considere para ese efecto. Sería prudente que la ley
e n alguna f o r m a tomara e n c u e n t a ese p e r í o d o y disminuyera
- p o r lo m e n o s en parte- la duración de la sanción, puesto que
durante ese tiempo sufrió restricciones que afectan a la libertad
que es inherente a toda persona.
o
El artículo 4 señala las condiciones:
"a) Si la pena privativa o restrictiva de libertad que i m p o n g a
2bls
la sentencia condenatoria no excede de tres años". L o que interesa
2
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 366; Cury, D.P., t. II, p. 363.
2 b i s
La Ley N° 19.047, publicada el 14 de febrero de 1991, modificó transito-
o
riamente la letra a) del art. 4 de la Ley N° 18.216 para los casos específicos que
en ella se señalan, esto es, tratándose de procesados que lo estaban siendo en esa
fecha y de los condenados que estaban cumpliendo sus penas. Para esos efectos
la letra a) tiene el siguiente texto: "Si la pena privativa o restrictiva de libertad
que imponga la sentencia se encuentre incumplida por un plazo que no exceda
355
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3
Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, Sari
go, 1996, p. 262; Revista de Derecho Procesal de la Facultad de Derecho di
Universidad de Chile, N" 8, septiembre 1974, p. 50.
4
Cury, D.P., t. II, p. 363.
5
Véase el Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código
nal, Santiago, 1996, p. 262.
356
MEDIDAS ALTERNATIVAS A I A PENA
357
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
7
Infra párrafo VI.
358
MEDIDAS ALTERNATIVAS A I A PENA
a) Condiciones de procedencia
359
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
8
Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, Santia-
go, 1995, p. 262.
9
Ibídem, 1996, p. 266.
360
MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
361
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
362
MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
reses. El o f e n d i d o conservará, c o n t o d o , su d e r e c h o al c o b r o de
los daños en conformidad a las normas generales, imputándose a
la indemnización que p r o c e d a lo que el procesado haya pagado
de acuerdo c o n la norma anterior.
Asimismo, durante el p e r í o d o d e libertad vigilada, el j u e z p o -
drá ordenar que el beneficiado sea sometido a los exámenes mé-
dicos, psicológicos o de otra naturaleza que aparezcan necesarios".
Los efectos de este beneficio, según el art. 28 d e la ley, consis-
ten en tener p o r cumplida la pena impuesta. Sobre su posible
10
revocación se tratará en párrafo aparte.
V. RECLUSIÓN NOCTURNA
1
Infra párrafo VI.
363
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o 10 b l s
El art. 8 se p r e o c u p a de consignarlas:
"a) Si la pena privativa o restrictiva de libertad que i m p o n g a
la sentencia condenatoria no excede de tres años;
b) Si el reo n o ha sido c o n d e n a d o anteriormente p o r crimen
o simple delito o lo ha sido a una pena privativa o restrictiva de
libertad que n o exceda de dos años o a más de una, siempre que
en total n o excedan d e d i c h o límite, y
c) Si los antecedentes personales del c o n d e n a d o , su conducta
anterior y posterior al h e c h o punible y la naturaleza, modalidades y
móviles determinantes del delito permiten presumir que la medida
de reclusión nocturna lo disuadirá de cometer nuevos delitos".
A las antes señaladas d e b e sumarse la obligación que i m p o n e el
art. 12: "Los condenados a reclusión nocturna deberán satisfacer la
indemnización civil, costas y multas impuestas p o r la sentencia, de
o
acuerdo c o n lo establecido en la letra d) del artículo 5 "; a saber, en
el caso de impedimento justificado del c o n d e n a d o , el tribunal pue-
de prescindir de esa exigencia, y las indemnizaciones, multas y cos-
tas deberán reclamarse conforme a las reglas generales.
364
MEDIDAS ALTERNATIVAS A I A PENA
11
Decreto Ley N° 2.200, de 1978, o d e circunstancias extraordinarias
que impidieren el cumplimiento de la reclusión nocturna o la
transformaren en extremadamente grave, el tribunal, de oficio, a
petición de parte o de Gendarmería de Chile, p o d r á suspender su
cumplimiento". De manera que p o r circunstancias extraordinarias
c o m o las mencionadas, el tribunal p u e d e suspender el cumpli-
miento de la reclusión nocturna "por el tiempo que dure la causa
o
que la motiva" (inc. 2 del art. 1 0 ) .
En t o d o caso, si el tribunal estima que n o p r o c e d e suspender
el cumplimiento de la resolución respectiva, p u e d e decretar el
arresto domiciliario n o c t u r n o o la prohibición de salir de la c o m u -
na en la cual reside el c o n d e n a d o o del ámbito territorial que le
fije. Medidas semejantes p u e d e adoptar el tribunal c o n condena-
dos mayores de setenta años.
1 1
La mención del art. 95 del D.L. N° 2.200, de conformidad al texto refundi-
do del Código del Trabajo, debe entenderse referida al art. 195 de ese texto.
365
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 2
Cury, D.P., t. II, p. 367.
366
MEDIDAS ALTERNATIVAS A LA PENA
1 3
Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, San
tiago, 1996, p. 292.
367
CAPÍTULO XXIII
25. CAUSALES DE E X T I N C I Ó N
DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
1
Mir Puig, D.P., p. 694.
2
Soler, Sebastián, Derecho Penal argentino, t. II, p. 507.
369
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3
Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 102.
4
Cury, D.P., t. II, p. 426.
370
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
5
Mir Puig, D.P., p. 694, que estima que lo señalado es parcialmente efectivo,
porque tiene una concepción distinta sobre la naturaleza de estas causales.
6
Córdoba-Rodríguez, op. cit., t. II, p. 616.
7
Mir Puig, D.P., p. 694.
8
Etcheberry, D.P, t. II, p. 195.
9
Mir Puig, D.P, p. 694.
371
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 0
Cury, D.P., t. II, p. 428.
1 1
Etcheberry, D.P., t. II, p. 195.
1 2
Novoa, Curso, t. II, p. 435.
13 Vargas, Juan Enrique, La extinción de la responsabilidad penal, p. 10.
372
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
El art. 93, en sus siete apartados, enumera cuáles son las circuns-
tancias que p r o v o c a n la extinción de la responsabilidad penal:
o
" I Por la muerte del responsable, siempre en cuanto a las penas
personales, y respecto de las pecuniarias sólo c u a n d o a su falleci-
miento n o se hubiere dictado sentencia ejecutoriada.
o
2 Por el cumplimiento de la c o n d e n a .
o
3 Por amnistía, la cual extingue p o r c o m p l e t o la pena y todos
sus efectos.
o
4 Por indulto.
La gracia del indulto sólo remite o conmuta la pena; p e r o n o
quita al favorecido el carácter de c o n d e n a d o para los efectos de la
reincidencia o nuevo delinquimiento y demás que determinan las
leyes.
373
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
o
El N° I del art. 93 se refiere a esta causal, que en propiedad n o es
tal, p o r q u e lo que sucede es que el fallecimiento hace impractica-
ble, y sobre t o d o inútil, la posibilidad de i m p o n e r pena, aunque
14
en tiempos recientes ello se haya o l v i d a d o . Se ha criticado la
inclusión de la muerte c o m o causal de extinción de la responsabi-
15
lidad, y en verdad existen razones para ello, p o r q u e ese evento
afecta a m u c h o más que a la responsabilidad; en realidad lo que
desaparece es la capacidad para responder penalmente, cuyo su-
16
puesto es la vida. Esta manera de p o n e r término a la responsabi-
lidad es corolario del carácter personalísimo de la pena.
Hasta el mes de mayo de 2002 en el C ó d i g o se aludía a "la
muerte del procesado", expresiones que la Ley N° 19.806 reempla-
zó p o r la palabra "responsable". Los términos primitivamente em-
pleados podían hacer pensar que únicamente es posible liberar
de responsabilidad a personas que están sometidas a j u i c i o penal.
Sin embargo, esta causal de extinción c o m p r e n d e , además de aquel
1 4
Téngase en cuenta lo que recuerda Novoa, con respecto a Hermán Goering,
que con motivo de la segunda conflagración mundial, fue condenado a muerte
por ahorcamiento como criminal de guerra, pero como se suicidó antes de la
ejecución de la sentencia, se colgó su cadáver (Curso, t. II, p. 4 3 8 ) .
1 5
Cfr. Muñoz Conde-García Aran, op. cit., p. 362; Fontecilla, La pena, p. 374;
Cury, D.P., t. II, p. 429.
1 6
Córdoba-Rodríguez-Toro-Casabó, Comentarios, t. II, p. 618.
374
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
b) El cumplimiento de la condena
o
Esta causal la establece el art. 93 en su N° 2 , y sectores de la
doctrina la consideran superflua, puesto que, en propiedad, n o es
una forma de extinguir la responsabilidad derivada de un delito,
sino que precisamente es la culminación de tal responsabilidad.
Este m o d o de extinguir la responsabilidad es la simple consagra-
ción del principio de cosa juzgada: n o se p u e d e volver a procesar y
19
a c o n d e n a r al sujeto p o r el mismo d e l i t o .
1 7
Etcheberry, D.P., t. II, p. 196; Cury, D.P., t. II, p. 429.
1 8
Labatut, op. cit, t. I, p. 283; Novoa, Curso, t. II, p. 439; Cury, D.P., t. II,
p. 430.
1 9
Cfr. Muñoz Conde-García Aran, op. cit, p. 362. Cury afirma que es una
derivación obvia del principio nulla poena, porque imponer otra sanción al que
375
DERECHO PENAL PARTE GENERAL. TOMO I
c) La amnistía
o
Es una forma, j u n t o c o n el indulto (art. 93 N° 4 ) , d e p e r d ó n para
o
el responsable de un delito, establecida en el art. 93 N° 3 . Según
esta disposición, se extinguen la pena y todos sus efectos siempre
e indudablemente que se haya p r o n u n c i a d o sentencia definitiva.
Sin embargo, la amnistía n o tiene limitación en el tiempo para
dictarse: p u e d e otorgarse antes de que se inicie el p r o c e s o crimi-
nal, durante su tramitación y aun después de la sentencia o d e
24
cumplida la c o n d e n a .
2 0
Quintano Ripollés, op. cit., t. I, p. 503.
2 1
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 439; Etcheberry, D.P., t. II, p. 197; Cury, D.P,
t. II, p. 430.
2 2
Supra párrafo 24, III-c) y IV-b).
2 3
Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 197; Cury, D.P, t. II, p. 431.
2 4
Cfr. Labatut, op. cit., t. I, p. 288; Novoa, Curso, t. II, p. 441; Etcheberry, D.P,
t. II, p. 198; Cury, D.P, t. II, p. 434.
376
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
2 5
Lo afirman autores como Novoa (Curso, t. II, p. 4 4 1 ) , Etcheberry, (D.P.,
t. II, p. 4 8 ) , Cury (D.P., t. II, p. 434) y Vargas (op. cit., p. 32).
2 6
Labatut, op. cit., t. I, pág. 289; Etcheberry, D.P, t. II, p. 198; Novoa, Curso,
t. II, p. 441.
2 7
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 444; Etcheberry, D.P, t. II, p. 198; Cury, D.P.,
t. II, p. 435.
377
r
2 8
Novoa, Curso, t. II, p. 444.
2 9
Labatut, op. ext., 1.1, p. 288; Cury, D.P., t. II, p. 435; Vargas, op. al., p. 31.
s o
Cury, D.P., t. II, p. 433.
3 1
Cfr. Labatut, op. cü., t. I, p. 288; Novoa, Curso, t. II, p. 442; Etcheberry, D.P,
t. II, p. 198; Cury, D.P, t. II, p. 435.
3 2
Novoa, Curso, t. II, p. 440.
3 3
Etcheberry, D.P, t. II, p. 198; Cury, D.P, t. II, p. 434. La jurisprudencia se
ha pronunciado en igual sentido (Repertorio de Legislación y Jurisprudencia
Chilenas, Código Penal, Santiago, 1996, p. 79).
378
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
d) El indulto
3 4
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 200.
K
Etcheberry, D.P., t. II, p. 199.
379
DERECHO PENA!.. PARTE GENERAL. TOMO I
d. 1. Indulto particular
380
EXTINCIÓN DE I A RESPONSABILIDAD PENAL
381
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
3 9
Novoa, Curso, t. II, p. 447.
4 0
Las sentencias de los tribunales la han entendido en igual forma (Reper-
torio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, Santiago, 1996,
p. 8 0 ) .
4 1
Cury, D.P., t. II, pp. 437-438.
4 2
Cury, D.P., t. II, p. 439; Vargas, op. cit., pp. 66-67.
4 3
Vargas, op. cit., p. 66.
382
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
4 4
En sentido contrario, Cury, que distingue entre extinción de la responsa
bilidad penal y extinción de la acción penal; esto último sucede - a su parecer-
cuando el perdón se da antes de la dictación de la sentencia condenatoria; si se
da con posterioridad se extinguiría la responsabilidad. Cury se fundamenta en el
texto de los arts. 19 y 93 (D.R, t. II, p. 4 3 9 ) .
383
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL TOMO I
384
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
4 5
c e s o . La tendencia actual es ampliar el espectro de esta catego-
ría de delitos; según el art. 19 del C.P.R tienen este carácter única-
mente la violación y el rapto, que dan origen a la acción pública,
p e r o para hacerla efectiva d e b e mediar, a lo m e n o s , denuncia de
las personas que en la referida disposición se enumeran. En estos
tipos penales el p e r d ó n de la víctima opera c o n el efecto de p o n e r
término a la responsabilidad penal, p e r o sólo p u e d e otorgarlo el
ofendido, en tanto n o haya expresado su determinación de iniciar
acción judicial. D e m o d o que el p e r d ó n en estos delitos está sujeto
a limitaciones q u e n o existen en los delitos d e acción privada,
d o n d e el p e r d ó n opera c o n amplitud y p u e d e manifestarse en
cualquiera oportunidad, c o n consecuencias jurídicas liberadoras.
Autores c o m o Labatut estiman que el matrimonio posterior
de la ofendida c o n el ofensor en el delito de violación (art. 369
46
del C P . ) constituye una manera de perdonar.
47
El p e r d ó n n o d e b e ser c o n d i c i o n a d o para que tenga conse-
cuencia penal extintiva, y p u e d e ser parcial o total, según se otor-
gue en favor de alguno o de todos los responsables. El p e r d ó n
d e b e ser expreso, p e r o también p u e d e ser presunto; hay numero-
sas circunstancias en que se supone el p e r d ó n , c o m o sucede cuan-
d o el afectado n o se querella criminalmente en el caso de los
delitos de acción privada, o c u a n d o se desiste de la querella incoa-
da, o en los delitos de acción mixta se abstiene de denunciarlos a
la autoridad. También presuponen el p e r d ó n los actos positivos de
o
reconciliación o a b a n d o n o a que alude el art. 428 inc. 2 del C P .
en el delito d e injuria y calumnia. L o mismo sucede si en los
delitos de acción privada el o f e n d i d o ejercita únicamente la ac-
ción civil, alternativa en la cual se entiende extinguida la penal
(art. 12 del C.P.P.).
El p e r d ó n presuntivo requiere ser aceptado p o r el responsable
48
del h e c h o (art. 33 del C.P.P.) para extinguir la responsabilidad;
4 5
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 440. En Los delitos contra el honor, Garrido Montt ya
había enunciado algunas características de estos delitos (p. 190).
4 6
Labatut, op. cit, t. I, p. 292. Disienten de la referida opinión Etcheberry
(D.P., t. II, p. 200) y Cury (D.P, t. II, p. 4 4 0 ) , que consideran ese matrimonio
como una circunstancia especial de extinción.
4 7
Muñoz Conde-García Aran, op. cit, p. 365.
4 8
Cfr. Vargas, op. cit, p. 99.
385
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL.. TOMO I
386
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
f) La prescripción
o s o o
El art. 93 del C P . en los N 6 y 7 expresa q u e la prescripción es
o
un m o d o d e extinguir la responsabilidad penal. En el N° 6 seña-
la, sin e m b a r g o , q u e aquello q u e prescribe es la a c c i ó n penal y
o
en el N° 7 q u e prescribe la pena. En verdad, a l o q u e p o n e
término es a la responsabilidad penal q u e se deriva del delito, lo
que a su vez p r o v o c a q u e éste n o p u e d a ser pesquisado o q u e n o
p u e d a cumplirse la p e n a e n su caso, y p o r ello sucede q u e los
plazos fijados al efecto son idénticos en ambas alternativas (arts.
94 y 9 7 ) . En definitiva, c o m o c o r o l a r i o d e la extinción d e la
responsabilidad y según se haya o n o dictado sentencia c o n d e n a -
387
DERECHO PENAL.. PARTE GENERAL. TOMO I
5 0
Quintano, Ripollés, op. cit., t. II, p. 504.
5 1
Jescheck, op. cit., t. II, p. 1299.
5 2
Cury, D.P., t. II, p. 445.
5 3
Cfr. Fontecilla, op. cit., p. 375; Vargas, op. cit., p. 111.
5 4
Supra párrafo 25, II.
55
Jescheck, op. cit., t. II, p. 1239.
388
EXTINCIÓN DE I A RESPONSABILIDAD PENAL
f. 2. Clases de prescripción
5 6
Cury, D.P., t. II, p. 444.
s
' Cfr. Vargas, op. cit., p. 110.
5 8
En sentido distinto, Cury, para quien son dos formas de extinción diferen
tes, una del delito y la otra de la pena (D.P., t. II, pp. 442 y 4 4 4 ) .
389
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
5 9
El inciso en cuestión fue sustituido por el actual por la Ley N° 18.857, de 6
de diciembre de 1989.
390
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
6 0
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 203; Cury, D.P., t. II, p. 446.
6 1
Vargas, op. cit, p. 47.
6 2
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 453; Etcheberry, D.P. t. II, p. 203; Cury, D.P,
t. II, p. 448.
391
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
6 : 1
Novoa, Curso, t. II, p. 453; Cury, D.P., t. II, p. 446; Vargas, op. ni., p. 148.
392
EXTINCIÓN DE I A RESPONSABILIDAD PENAL.
6 4
Cfr. Etcheberry, D.P., t. II, p. 204; Cury, D.P., t. II, p. 449.
6 5
Novoa, Curso, t. II, p. 598; Vargas, op. cit., p. 188.
393
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6
" Novoa y también Cury plantean sus reservas sobre esta situación ( N o v o í
Curso, t. II, p. 454; Cury, D.P.,l. II, p. 4 4 7 ) .
394
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
7
" Cfr. Etcheberry, D.P, t. II, p. 204; Cury, D.P, t. II, pp. 447-448. Vargas
concuerda respecto del procesamiento, pero disiente en cuanto a la deducción
de querella (op. cit., p. 158).
tí8
Repertorio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, San-
tiago, 1996, p. 81.
395
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
6 9
Lajurisprudencia evidencia una posición vacilante de parte de los tribuna-
les sobre este punto. Ha considerado el extravío de un expediente por más de
tres años como paralización; pero no así el sobreseimiento temporal que no
había sido aprobado por la Corte de Apelaciones, a pesar de que transcurrieron
más de tres años en ese estado. Otro tanto sucedió con la inactividad por más de
cuatro años en un proceso que se encontraba en estado de sentencia (Reperto-
rio de Legislación y Jurisprudencia Chilenas, Código Penal, Santiago, 1996, p. 81).
7 0
Novoa, Curso, t. II, p. 456; Etcheberrv, El Derecho Penal en la jurisprudencia,
t. III, pp. 354 y ss.; Cury, D.P, t. II, p. 446. Lajurisprudencia se ha uniformado en
este sentido en los últimos años (Repertorio de Legislación y Jurisprudencia
Chilenas, Código Penal, Santiago, 1996, p. 83).
396
EXTINCIÓN DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
o
El art. 100 en su inc. I dispone: "Cuando el responsable se ausen-
tare del territorio de la República sólo podrá prescribir la acción
penal o la pena contando por uno cada dos días de ausencia, para el
c ó m p u t o de los años". Esta disposición es clara en su tenor, p e r o
d e b e repararse en que alude al c ó m p u t o de los años, de m o d o que
n o se aplica a la prescripción de las faltas, p o r q u e el plazo es
inferior a un año (seis meses).
En atención a las circunstancias extraordinarias que afectaron
al país durante el p e r í o d o de anormalidad institucional, se agregó
o
p o r la Ley N° 19.047, de 14 de febrero de 1991, el siguiente inc. 2 :
"Para los efectos de aplicar la prescripción de la acción penal o de
la pena, no se entenderán ausentes del territorio nacional los que
hubieren estado sujetos a prohibición o impedimento de ingreso al país p o r
decisión de la autoridad política o administrativa, p o r el tiempo
que les hubiere afectado tal prohibición o impedimento".
397
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
7 1
Cfr. Novoa, Curso, t. II, p. 402; Etcheberry, Ü.P., t. II, p. 205; Cury, D.P.,
t. II, p. 450.
398
EXTINCIÓN DE IA RESPONSABILIDAD PENAL,
o
El art. 105 inc. I expresa: "Las inhabilidades legales provenientes
de crimen o simple delito sólo durarán el tiempo requerido para prescri-
bir la pena, c o m p u t a d o de la manera que se dispone en los artícu-
los 98, 99 y 100. Esta regla no es aplicable a las inhabilidades para el
ejercicio de los derechos políticos". D e m o d o que las penas que im-
portan inhabilidades terminan j u n t o c o n la prescripción de la
pena principal, p e r o tal regla n o es aplicable a la pérdida de los
derechos políticos, cuya rehabilitación d e b e someterse a los pre-
ceptos constitucionales (art. 17 inc. final y art. 49 N° 4 de la C.P.R.).
o
El art. 105 en su inc. 2 dispone: "La prescripción de la responsa-
bilidad civil proveniente de delito, se rige p o r el C ó d i g o Civil"; de
consiguiente, n o le son aplicables las normas que se han indicado
precedentemente.
399
CAPÍTULO x x r v
RESPONSABILIDAD CIVIL
I. CONCEPTOS GENERALES
1
Fernández Carrasquilla, D.P. Fundamental, t. II, p. 445.
401
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
2
Labatut, D.P., 1.1, p. 278.
3
Muñoz Conde-García Aran, D.P, p. 526.
4
Así Bustos, Manual, p. 641.
4 b i s
Novoa, Curso, t. II, p. 484.
402
RESPONSABILIDAD CIVIL
5
Véase el Repertorio, p. 54.
fi
Cfr. Labatut, D.P., t. I, p. 279; Novoa, Curso, t. II, pp. 477-478; Etcheberry,
D.P., t. II, p. 190; Cury, D.P, t. II, p. 454.
403
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
Hay que distinguir, para tratar esta materia, entre los preceptos
que tiene el primitivo C ó d i g o de Procedimiento Penal y el nuevo
C ó d i g o Procesal Penal.
7
Verdugo, Código Penal. Concordancias, t. I, p. 24.
404
RESPONSABILIDAD CIVIL
8
Novoa, Curso, t. II, p. 478.
9
Etcheberry, D.P., t. II, p. 189; Cury, DE, t. II, p. 455.
405
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
406
RESPONSABILIDAD CTVIL
407
DERECHO PENAL. PARTE GENERA!.. TOMO I
a
El primer grupo de terceros se señala en el inc. 2 del art.
2316 del C.C.: "El que recibe provecho del dolo ajeno, sin ser cómpli-
ce en él, sólo es obligado hasta concurrencia d e lo que valga el
provecho". Los que sin haber intervenido en el h e c h o típico lo-
gran un beneficio c o n su comisión, son responsables civilmente
en relación a ese h e c h o , p e r o n o p o r todos los perjuicios causados
( c o m o sucede c o n los autores y c ó m p l i c e s ) , sino hasta la "concu-
rrencia d e lo que valga el provecho", o sea hasta el m o n t o del
beneficio que tuvieron.
El segundo grupo de terceros responsables - l o s que están al
cuidado de las personas que ejecutaron el d e l i t o - responden p o r
o
mandato del art. 2320 del C.C., que en su inc. I dispone: "Toda
persona es responsable n o sólo de sus propias acciones, sino del
h e c h o de aquellos que estuvieren a su cuidado", y luego enumera
p o r vía ejemplar al padre y a la madre en relación a los hijos
menores, al tutor o curador respecto del pupilo. En el inciso final
del mismo art. 2320 se precisa el alcance d e esta responsabilidad:
"Pero cesará la obligación de esas personas si c o n la autoridad y el
cuidado que su respectiva calidad les confiere y prescribe, n o hu-
bieren p o d i d o impedir el h e c h o " . Los arts. 2321 y 2322 del C.C. se
refieren a la responsabilidad de los padres p o r los delitos cometi-
dos p o r sus hijos menores y a la de los amos p o r los que cometan
sus criados, aplicando igual principio.
Sobre la responsabilidad civil que les c o r r e s p o n d e a los encu-
bridores n o hay acuerdo. Se sostiene p o r autores c o m o Novoa que
aun c u a n d o el art. 24 del C P . los hace responsables de los males
que deriven de la comisión del delito en la misma forma que los
autores y cómplices, el art. 2316 del C.C. limita esa responsabili-
dad únicamente a estos dos últimos. D e consiguiente, concluye
que el encubridor responderá de acuerdo al principio general,
vale decir siempre que haya logrado p r o v e c h o del delito y sólo
hasta el equivalente de ese p r o v e c h o ; la norma del C ó d i g o Civil
tendría carácter especial y su aplicación sería preferente. Además,
considera que el encubridor n o ha causado d a ñ o c o n el delito, en
atención a que su intervención es posterior a su ejecución, cuan-
10
d o el perjuicio ya se p r o d u j o , doctrina que estimamos c o n f o r m e
408
RESPONSABILIDAD CrVIL
1 1
Etcheberry, D.P., t. II, p. 191.
1 2
Cury, D.P., t. II, p. 456.
409
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 3
Cury plantea reserva en relación a las costas y gastos del juicio, porque
considera que dichas obligaciones no provienen del delito cometido, no tienen
en él su origen, de modo que no deberían vincularse con la responsabilidad civil
del hecho típico (D.P., t. II, p. 456).
410
RESPONSABILIDAD CrVIL
1 4
Cfr. Cury, D.P., t. II, p. 455; Novoa, Curso, t. II, p. 482.
411
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
1 5
Así lo hacen autores como Novoa, Curso, t. II, p. 481; Etcheberry, D.P., t. II,
p. 191; Cury, Ü.P., t. II, p. 457; Bustos, Manual, p. 646.
412
RESPONSABILIDAD CrvlL
413
BIBLIOGRAFÍA
415
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
416
BIBLIOGRAFÍA
417
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
418
BIBLIOGRAFÍA
419
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO 1
420
BIBLIOGRAFÍA
421
ÍNDICE
Explicación preliminar 9
PARTE PRIMERA
CAPÍTULO I
D E R E C H O PENAL, SU N O C I Ó N Y LÍMITES
CAPÍTULO I I
P R I N C I P I O S L I M I T A D O R E S D E L "IUS P U N I E N D I "
(LÍMITES DEL D E R E C H O PENAL SUBJETIVO)
2. Generalidades 29
I. Límites de la facultad de castigar en un Estado de derecho (El
principio de legalidad) 30
a) Lex praevia 31
b) Lexscripta 32
c) Lex stricta 32
II. Excepciones al principio de legalidad 35
a) Medidas de seguridad 35
423
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
CAPÍTULO I I I
3. Conceptos generales 53
I. Sociología de las "funciones" 54
II. Tesis rectificadoras de las doctrinas sociológicas funcionalistas ... 55
III. El interaccionismo simbólico. El labetting appvoach. Minimalismo y
abolicionismo 57
CAPÍTULO I V
EL BIEN JURÍDICO
CAPÍTULO V
5. La pena 69
I. Tendencias absolutas 71
Críticas que suscita esta doctrina 72
II. Teorías relativas prevencionistas 73
a) La pena como prevención general 74
b) La pena como prevención especial 75
424
ÍNDICE
CAPÍTULO V I
CAPÍTULO V I I
L A LEYPENAL E N E L T I E M P O
425
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
CAPÍTULO VIII
LOS AGENTES DEL D E L I T O
Y LA LEY PENAL
CAPÍTULO IX
EL T E R R I T O R I O Y LA LEY PENAL
10. Valor de la ley penal extranjera. Las sentencias dictadas por tribunales
de otros Estados 140
426
ÍNDICE
CAPÍTULO X
LA EXTRADICIÓN
CAPÍTULO X I
EL DERECHO PENAL Y SU RELACIÓN
C O N O T R A S DISCIPLINAS
13. Relaciones del derecho penal con otras ramas del derecho 156
I. Relaciones con el derecho constitucional 157
II. Relaciones con el derecho administrativo 158
III. Relaciones con el derecho procesal 159
a) Nulla poena sine iudicio 160
b) El principio in dubio pro reo 161
CAPÍTULO X I I
CIENCIAS PENALES
427
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
CAPÍTULO X I I I
RESEÑA HISTÓRICA
PARTE SEGUNDA
CAPÍTULO X I V
CIRCUNSTANCIAS MODIFICATORIAS
DE LA RESPONSABILIDAD PENAL
CAPÍTULO X V
CIRCUNSTANCIAS ATENUANTES
DE LA RESPONSABILIDAD
428
ÍNDICE
CAPÍTULO X V I
CIRCUNSTANCIAS AGRAVANTES
DE LA RESPONSABILIDAD
CAPÍTULO X V I I
CIRCUNSTANCIA MODIFICATORIA
MIXTA
429
DERECHO PENAL. PARTE GENERAL. TOMO I
PARTE TERCERA
CAPÍTULO X V I I I
CAPÍTULO X I X
L A PENA, S U N A T U R A L E Z A Y EFECTOS
430
ÍNDICE
CAPÍTULO X X
431
DERECHO PENAL. PARTE GENERA!.. TOMO I
CAPÍTULO X X I
LAS M E D I D A S D E S E G U R I D A D
CAPÍTULO X X I I
CAPÍTULO X X I I I
432
ÍNDICE
CAPÍTULO X X I V
RESPONSABILIDAD CIVIL
Bibliografía 415
433
Este primer tomo de la obra Derecho Penal y el segundo, que
se encuentra publicado con el título específico de Nociones
fundamentales de la teoría del delito, comprenden toda la Parte
General de esta rama del Derecho.
Ambos han sido concebidos como eficaz complemento de
la docencia, sin perjuicio de la utilidad que sin duda prestará
a abogados y jueces en cuanto ofrece una visión global de los
temas, facilitando, a la vez, su profundización a través de las
numerosas obras citadas en cada caso y las comprendidas en
la copiosa bibliografía.
Este primer tomo se ha dividido en tres partes.
En la primera se desarrolla el concepto de derecho penal,
la generación del delito, el bien jurídico, la teoría de la pena
y la ley penal. En la segunda se exponen las circunstancias
modificatorias de la responsabilidad penal; y en la tercera, las
consecuencias jurídicas del delito, las sanciones y medidas
de seguridad, las medidas alternativas a la pena, las causales
de extinción de la responsabilidad penal y las consecuencias
civiles del delito.
La lectura de esta obra permite en todos sus aspectos
adquirir una comprensión global de las diferentes modalidades
y alternativas que ofrecen las materias, tanto en sus aspectos
dogmáticos como prácticos.
Esta segunda edición ha sido actualizada con las últimas
modificaciones legales.
EDITORIAL
JURÍDICA
DE C H I L E
www.editorialj uridica.cl