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América imaginaria Miguel Rojas Mix QUINTO CENTENARIO ESPANA Los seres que Dios cre6 el dia que le temblaba un poco la mano Bl descabezado es Borges, en el Libro de los combatido contra fos Media representaba at aie de todos fos seres imaginarios, dice que doses fue decapitado y salvaje, un barbaro que estiarios, figura en los ‘en China le aman Hsing qued6 para siempre sin debia ofrecer leche y miel chinos y en la India, Vien, ¥ que por haber cabeza. Ya en la Edad at conquistador, como se ve en esta miniatura det siglo XY, det Roman Alexandre, que se conserva cen el Petit Palais en Pars. 65 EI descubrimiento signified un enorme trasvase del imaginario europeo. Los mitos, las leyendas, el mundo teratolégico, las quimeras, todo va a adquirit carta de ciudadania en América, y serd buscado alli con ahinco por los rastreadores de fortuna y los ca~ zadores de suefios. Se crea lo «maravilloso» america- no por un desplazimiento del fantastico medieval, ‘un-resurgimientor de'Tos-mitos-clasicos yTa aparicigh de-un legendario local, El conjunto parece anunciar la ciencia-ficcién, Ya seftalamos que una de las pri- ‘meras descripciones decia de los hombres que eran de color azul y tenian la cabeza cuadrada.' Cierto es que los hombres de color deambula- ban desde antiguo por las regiones desconocidas de Europa. Li Livres dou Tresor (1260-1266), que se conservan en Ia Biblioteca del Arsenal, muestran un mapa «O. T.», con el Paraiso en la India y habitado por hombres de color verde. También se ven en él ci- nocéfalos, acéfalos y otras criaturas del bestiario.* EI paraiso era también tierra de monstruost Las fronteras del mundo han tenido siempre una enorme importancia en el vuelo de la imagina- cién, Desde que los bardos comienzan a cantar si tian en ellas a los seres imaginarios. Al desplazarse, las sigue el universo fantdstico. Las crdnicas de viaje lo confirman. Alli donde ningtimeuropeo habia lle- gado merodeaban los gigantes patagones, los monos. ‘cantores, os hombres con orejas hasta el suelo... | Bxistian endriagos con cabeza de perro y los habia {ue no tenian cabeza alguna. Las erénicas mentaban a las amazonas, y se dudaba si éstas se cortaban 0 io un seno para tirar mejor al arco. Hablaban de grifos, sirenas, dragones, unicornios y més seres de fabula, que deambulaban en la literatura, los bestia. rios, y, sobre todo, en la imaginacién esperpéntica y simbdlica del hombre. Las fuentes de estos mitos eran antiguas leyen- das. Venian de los griegos; algunos, incluso desde 1. Cum enim onno Christi 1491 Husssious Hsspaniarum rex Fernandus fexperdssimos mauias versus ‘cideniem agulnoctalem as ‘noulae qumondas miseri Yandem post quatorfere Imenes idem naute reversi, Insulasmnusas sub ‘aginoctale vel prope dicunt Se reperisse in cus rei Iestimonium muta genera ‘avium exqesitssima, imuliasque species aromatcas Dreciossisinas, aurumaue, et Mromines, tus regione securm ‘advexerunt Homines quidert ie non megne strure, sed pperiocundi, sepiusridentes,e¢ bone indots facile omnibus credentes ef dequiescenes, ‘ails ngemost, cerule eolore et capite quadrangular ‘Comentarte de Sacrobusto a Ia Sphera Mundi de John of Holywood, 1498 (1808), Fol 5, reo 2°Ch, Baltrusaitis, 3, Révels et Prodiges. Le gothique fentasique, Pais, Colin, 198, p. 235. 3. Las vajes de Marco Polo 0H! Milone y The Travel of sr John Mandeville (ee 856160), Nueva York, Dove, "Son Agta, La cindad de Dias, Macy B.A. C., 1958, ib. XVI, 8, pp. 17-172 1083 9's, 5. San bidoro de Sevilla, Buimologias, Madd, B. A: CIs Xp %. Botges, JL. Libro de 1s serestaginarie, i. 1H. "7. Laseaul, Le monstre dans Fart occidental, 1973, pp. 250 9 306.307; Foucault, Me, Les mot et fs choses, Pati, 1966, antes. Fueron difundidas por Eratdstenes, Herodota, Estrabén y Plinio. Y, en el siglo 1, recopiladas en la Collectanea rerum memorabilium de Solinus, ser redifundidas por una serie de autores durante la Edad Media, pero sobre todo, a la vispera del descy. brimiento, por las obras de Marco Polo y Man- deville? | Durante la Edad Media, fueron principalmente san Agustin, en La ciudad de Dios y san Isidoro \ de Sevilla, con sus Etimologias,’ quienes se ocupa- | rom de hacer el inventario de los monstruos. San Is | doro titula el capitulo consagrado a ellos «De Por- tentisn. Explica que «portento» designa augurio presagio, pero no da raz6n de qué diablos pueden presagiar los monstruos. Trasladados a América, es claro: sirven de base a la légica del discurso de ex- terminio 0 de dominacién. Después de san Isidoro, casi nadie escapa a la tentacion de catalogar quime- ras, Toms de Cantimpré, en el De naturis rerum, ¢s tun caso en el siglo xil* y mas reciente, Borges, otto. En el Libro de las seres imaginarias hizo la mis dis- paratada enumeracin y la mds consecuente; pues, ‘como considera Foucault, la enumeracién en si mis- ma es un monstruo, confunde todo lo que ¢ fam liar al pensamiento y trastoca el orden en muestra préctica milenaria de lo Mismo y el Otro’ Y de eso se trata, justamente, cuando estudiamos la teratolo- sia americana, de penetrar en la ipsidad y en la al teridad, Enumerar monsiruos.no nos interesa por lo pir toresco, sino por lo emblematico, porque son exp” sin del pecado de ser lo otro. Si el nombre s¢ ap! ca al ente cuyas costumbres 0 cuya morfologia se apartan de nuestras normas estéticas 0 éticas, aplica do al hombre, toma el sentido de extrafo, extranic ro... Los monstruos forman parte de una informs cién general sobre lo extrafio, proporcionada pot escritores y cartégrafos. Introducen el exotismo y me a tr desfilan ‘endriagos y hombres salvajes. wir entre monstruo ¥. i Amos poseen todos los defectos ciedad civilizada. Ambos tepresentan frente a la civilidad. Lp monstruoso no fen relacién a un orden establecido, ‘a una cultura, a una ipsidad: es la ‘orro, Gullivgr tiene el mérito_ de mos: ise y el gigante; él, el salvaje allos cartesianos, pues él es-el otf0.. Edad Media, si san Agustin y san Isidoro por los monstruos ¢5 por razones teol6- ios ha creado Dios? Como el hombre habia ‘2 su imagen y semejanza, todo lo que se del modelo no podia ser sino deforme. El "Antonio de la Huerte escribe en 1547 al ‘Osma (Soria), Azcdrraga: Yo le aseguro a ima que en Io que se reflere a animales de ‘puede ser creido ni despachado tampo- argumento, Se diria que el dia de su ai Senior le temblaba un poco el pulso.' De el hombre occidental era el paradigma de la n; al menos, el més perfecto. Como ademas era el reflejo del alma, todo ser «diferen- WBebia ser considerado dahino 0 diabélico.’ Dejando de lado las enumeraciones, dividiremos 9§ monstruos entre los que vienen del fantasti lental y los que se originan en América. resulta disting’ st a truos tradicionales de Occidente So fads ce epresentan la «alteridad», no la | Pues aunque vivan «extera Europae», no 8, Carta fechada en Senta Maria del Darien, de 30 de tyosto de 1547, en Garcia Nerds, Emilio, Cuballo contre uguar, Madrid, Kaydeda, ‘stp. 40, 9. Mslin, Michel et ali, Le Merveiewx’ Limaginare et Us croyances en Occident, Faris, Bordas, 1984, pp. 87-88 10. En el mapamundi de Juan de ta Cost, Magog leva Fncluso la designacién «sin ber. i, Picard, Ch., «episode e Bubd dais les ystees ‘Eleussy, Congres d'Histoire ‘iu Christianisme, Paris, 1928, 28; Boltrusaiis, J Le Stoven age fanastique, 1981, p20. reflejan otra visién que la que Occidente tiene de sf mismo, el contrapunto del otto. Deciamos que en el mapa de Juan de la Cosa, cen el extremo oriental, se vefa el reino de Gog y Ma- g0g. Magog es el acéfalo."” En los afios que siguen se escuchard hablar frecuentemente de él en Améric: (Bl acéfalo) = El «oculus in humeris» recibe diversos nombres: Epistyge, Blemmy, Baubo, Esternocéfalo o Gastrocé- falo. En la Edad Media se considera que existen dos categorias de acéfalos: los Blemmys y los Omoph- talmys; los primeros con los ojos en el pecho, Tos il- timos en los hombros. Y el humor de un miniaturis- ta parece haber querido crear dos categorias mas: los tristes y los alegres. Los cariacontecidos Hevan el rostro en el pecho, los risuefios en la espalda. jLa jimaginacién de Mandeville se extendié hasta el ilus trador del Libro de las Maravillas, 0 fue el escep- ticismo? En América, el descabezado tomar el nombre de «Ewaipanoma». Era un tipo tradicional en la iconografia. Bal- trusaitis, en Le Moyen Age Fantastique, al estudiar a importancia de las gemas en la transmisién de los ‘monstruos de la Antigiedad a la Edad Media, ‘apunta que los dioses acéfalos son originarios de Grecia y Egipto:!' Osiris decapitado, el dios Bes sin cabeza, con los ojos en el pecho por haber querido violar a una ninfa, son temas de la gliptica y la es- cultura sardas. También los autores clasicos los re- cuerdan: hablan del Baubé de Priene; Herodoto se refiere a los akephaloi de Libia y Plinio a los ‘blemmys... Ya en el siglo Xv, en algunas procesiones religiosas, el infierno era representado por un monje 67 sin eabeza; y, en plena época isabeina, Othe- _cidn de Basiiea de 1544 de la Cosmographia de Se- pastiin Minster, y, en varias versiones, en el relato Je euenia al Duque haberlos encontrado: de sir Walter Raleigh The Discovery of the lovlie, ‘The Anthropophagi and men whose heads Do grow beneath their shoulders." Plinio habria tomado la referencia de los blemmys de un autor griego del siglo v. Médico en Ta corte de Persia, Ctesias escribié un libro de su vi- sita a la India: Indica, Solo se conserva un apén fa India es una «tierra maravillosa», habitada dos fis 0 menos ta rniae antes por los mismos engendros del fantis- del descabezado e® un MSDS, ‘de Guayana, en el Li- i anos ena Aungue era eonsiderado poco digno bro vill de los viajes de Ds Bry «Un hombre de la tierra de Iwaipanoma sin cabeza».'* La figura se re- de crédito, el griego fue seguido por los gedgrafos. Fue el primero en reunir el bestiario. Habla de la pite en las numerosas obras que utilizardn los grabs rae ope comedora de hombres; de los gifos, que dos del holandés. En 1603 1 Relationi universali, uardan el oro de las montaftas; del unicomnio, © Gel abate Giovanni Botero, publicada en Venecia, re- fuardan el oro fe vesirno en la frente, de los pig- produce la figura del gastrocéflo, al == Pet ‘meos, de los scidpodos, de los cinocéfalos y los Sentido del humor pedagégico le agrega un enorme Sombrero. En el texto habla de hombre sin cabeza, ique tiene ojos en la nariz y la boca en el pecho, (que va desnuda, menos en sus partes vergOnzosas.- {y llevan] sombreros anchos sobre sus espaldas, que de tan ardiente calor solar los defienden. Y, mas dadelante, asegura: Esto es verdaderamente un mila- Las modificaciones que Juan iro de la naturaleza, un aborto 0 un prodigio, por- duce 2 In tna de Mago son signifiaivas. Lo que no se traa de un solo ser sino que hay smiles Yuelve'a mostrar desnudo, despojéndolo de la tiniea por estos lugares." con que lo habjan cubierto los ilustradores de Man- 'No puede faltar el acéfalo en la Monstruorum deville, y fe aprega los atributos canibales. Gog, por Historia de Ulises ‘Aldrovandi,"* ¢ incluso a comien- el conicaco, sage exhibiendo su larga tinica, y el 208 del siglo Xvil se Te encuentra en Wt ‘obra de La- i fitau, bajo la denominacién de «Acephalus de Amérique Meridional».” ‘Una original explicacién se lee en la Anthropo~ morphosis (1653) de John Bulwer. Las deformidades ‘An artificios con que los hombres se camuflaban 5 grabados qui bezado se suceden en el siglo v1. Figuran en la edi- Gastrocéfalos y amazona en Huisius (1601). sur les danses de fa morte, Rouen, 1851, 1, p. 301. Citado por Baltrusitis op cit. p. 3. 1, Shakespeare, W., ‘pheto, acto 1, escenaIN PP a, Bunbuey, B. H., Mistry of Ancient Geographi. Among ‘he Greeks and Romans from the Harliest Ages il the Fall ff the Roman Empire, Londres, 1897, 1, pp. 536-382 Chr Mode, Febuious beases fand demons, Lores, Phaidon, 1975, p. 212, Kappler, Monsees, démos et Imarveiles@ a fn de Moyen “Age, Pais, Payot, 1980, P- 1, 15, Raleigh, Walter, Discovery of Guiana, Londres, akluyt Voyages, 1927, VIL, pp. 295236, CL. también Hhuisis, parte V. 1. «ein mann des landt Iwaipanoma ole kopf» 1. Citado por EI Me de alparais, 1966, 6, 18. Aldrovandi, Ulises, Monsinvonun Historia cum >paratipomenis Histor ‘Smnniune Animatium, Bona, 1602 19, Lafiau, Joseph rio Frangois, Moeurs des sauvages laméricains. Comparées aux ‘moeurs des premiers mps, Paris, 1724, 1 Be 1, 70 tracién no agrega nada a Ta formula tradicional.” ‘La asociacion del Ewaipanona og se transforma en una referencia apocaliptica, uniendose wie profecia que dice: Y al cabo de mil afos serd tao Satin de su prisién y saldrdn, para enganar sles naciones que hay en ios cuatro dngulos del ‘wundo, Gog » Magog, ¥ fos juntard para presentar ataila, Y su nimero serd como las arenas del mar. ‘San Agustin, analizando el pasaje,” recuerda que desde antiguo se entiende que los dominados por Gog ¥ Magog son los pueblos barbaros. No dejé el problema de tener su expresion te6ri- ca y weoldgiea. Sobre todo entre los puritanos no fal {aren quienes teorizaron diciendo que los indios eran Yawendientes de Gog y Magog y que habian sido fquiados a América por el diablo, para evitar due s¢ Sumpliera la profecia de que el Evangelio seria pre- Glealo en todos los pueblos. Predicar el Evangelio fenire ellos no podia tener demasiado éxito, pues & ‘an predestinados a reforzar las hordas del Anticrs- tae eOnvenian en que lo mejor era exterminar el Mal, vale decir al indio.” ‘En la iconogratia més tardia se encuentra otro documento que muestra el trasvase simbético de la copia demoniaca y apocaliptica de Gog y Magog on 1 imaginario de América. Es el grabado de Theodor De Bry que sirvié de portada a la America Pars ‘Ouarta, publicada en 1594. Desde ella nos observa in ser fantistico, con cabera, alas y-garras de grifo. Su rostto, de gigantesca tarasca, ha descendido a la Situra del vientre, En sus miembros superiores lleva Jos atributos canibales, pero la tibia de Juan de la ‘Cosa se ha transformado en un bidente. Una version apenas modificada de esta figura aparece cn nume: 7080s grabados que ilustran las crénicas de viaje. Es cl prototipo con que corrientemente se representa & Vitziloputali (traduccién domesticada del Huitzi Jopehtli azteca), dios de los mexicanos.* ‘m0, Wittkower, Rudolf, oP. cit p67 1? san Agustin, op. cit XX, Uh p17 7B. Gf Mede, 3. Works, Lntires, 1668, 1, p. 990, feCartas al De. Twssen. Citado por Blanks, Gp. 207'y por Rojas Mix en La plaza mayor. 35. Prevost, Histoire général dics Voyages ou Nouvelle Collection de toutes les felations de Voyages, Pati (6.1770, 19 vols XI, p 8 3 Case, Lo demontaco en el arte, Santiago, Caiversidad de Chile, 1963, 10, Kamina 62 3s. Tdem,ibidem, p. 8, fe ©. 26, Cf Mode, oP. its mina 3. 77 Oberhamer, Vinzen2, La pinacoteca de Viena, Baedtona, Rauter, 1962, p. 8 SS. cl, Leto, Devils eros, Death and Dammation, Nucra Yorks Dover, 1971, irsinas 32, 4, 78,71. "8. Cl. Laseault op. cit itutracion 76. "30. As figura en el mapa de Florencio Langren de 1595. ‘Como imagen en la ‘Sarvopratia, se le ve aparece fen el mapa de Gottfried de lt ‘Rineica del Sur de 161. Bi ct Leonaed, LA. Los bros dei conquistador. México, Fondo de Cultura Economica, 1983, caps. IVY Vi Cas a Celeste Turner Wight, The Amazons in Biizabethan Literaturen, Studies in Phifotoey, 150, vol. 27, n° 3. Esta imagen del mal y del pecado ¢s relativa ‘mente reciente en la iconografia occidental. Aparece fines del gotico y modifica el arquetipo tradicional Gel demonio como genio alado que viene probable- fnente de Mesopotamia, del demonio asirio Pazuzo, Toavirtiéndolo en personaje gastrocéfalo. Castelli, en ‘Lo demoniaco en el arte, reproduce une Tentacin desan Antonio de 1466, del maestro E. S. de Col- far, que muestra las sedueciones bajo Ta forma de Giablos gastrocéfalos.™ Satands con un rostro en el Vientre, incluso en las nalgas, protagoniza dos cua- ros de Michel Pocher (1435-1498), Wolfang » el Diablo de la Pinacoteca de Munich, y el Cristo en aT Limbo, del Museo de Arte de Budapest.™ En el triptico de Gerard David (¢. 1500) que se conser carla Pinacoteca de Viena, aparece como uno de Jos Gemonios que combate san Miguel, Se lo interpreta deme una alegoria de la pereza.”” De hecho, después de 1500, es decir, después del descubrimiento, s¢ tn Guentran numerosos grabados en madera represen fando al demonio en este tipo icénico.* Sustamente con la Reforma el tipo se va & fun. dir como alegoria del pecado y del Anticristo, com Gi polo para atacar al Papado. Asi se ve en Un £7 ape ratestante del siglo XVI, donde el Papa 16 rrmarece como el Anticristo, en su doble hipéstss de Gog y Magot Las amazonas wa de las leyendas que se traslada a Américas a menudo ilustrada por los artistas, es la de las 3 mavonas. A diferencia de Gog y Mages: T° ararlas en 1o$ tapas. A Jo més, emergen 4 =, sage indicacién geogréfica: Rio de-las Amazonas, sa de indfeatiue viene directamente de la Antigbcd@ a instalarse en América." espaldas ie Libro de las Tos viajes de ‘Todavia en el largo articulo que les dedica la Jpncyciopadie der Klassischen Altertumwissens- ide Paulys-Wissova, escrito en 1894, que sigue Mo e1 estudio més completo sobre la leyenda, se fas describe como un pueblo de mujeres guerreras, Fe se situaban en los confines del mundo habitado en tas fronteras de los tiempos miticos. Una vez al dio se unian con los hombres de los pueblos vecinos de estas uniones conservaban tinicamente a las ni- Has, El detalle de si se cercenaban 0 no un pecho, para que no les molestara al arrojar la lanza, parece ‘un puro producto del lenguaje, como lo sefiala el rticulo correspondiente en el Dictionnaire des {ytholozies de Yves Bonnefoy, porque los griegos tendian «a-mazony como sin seno. Mandeville co- nta que se suprimian el izquierdo para llevar ¢s- y, si eran arqueras, el derecho.” Sila primera mencién de dichas hembras en América la encontramos en la Carta a Gabriel Sén- thez y en cl Diario de Colén, donde se refiere a la Isla de Matinino que diz que era poblada toda de Imujeres sin. hombres,® podria considerarse que la era imagen figura en la traduccién de Griinin- de Ia Carta a Pier Sonderini Estrasburgo, 1505), anocidla en otras versiones con el titulo de Quavor igationes.™ Tlustra un pasaje de la carta: un ma- bien parecido fue enviado a encontrar un gru- mujeres en las costas de Brasil; mientras dis a vino otra y, déndole un mazazo, lo tendié ‘vida. Inmediatamente llegaron los hombres, 10 fron y se lo comieron. El autor del taco es Mocido, pero el estilo recuerda a Cranach el Bien que no se habla todavia en esta carta lazonas, el relato y su ilustracién anuncian la eicién de esas «hiemibras Ferinasy, ina segunda efigie aflora alrededor de 1520. Fi- en el Van der Niewner Werelt Ost Landtscap, ado en Amberes por Jan van Doesboreh. El ve 32, Mandevil, 1, p41 Gitado por Santiago ‘Sebastitn, «El indio desde la isonogsatian, Imagen det India, Seva, 1980, p. 445 3,"Sanz, E Bib, Am. Vet, foi. 37 44. CL. en este punto Site, EW. Die deutsche Worsillung von Indianer in dor ersten Halfe des 16 ‘Tahrhundelis, ex Annali Laeranens, Ciudad del Vaticano, 1566, XXX, Do. e223. 38, Cf. dem, idem, pp. 95.96; Gerbi, A, Lat aurateza de as Indias ‘Nuevas, Mexico, Fondo de ‘Culture Ezonémica, 1978, p. 6. ‘96, Cf, Duviols, J. P, que reine textos de viajeros| franceses: Amérique expagnote vue et revee, Les livres de vosages, de Crisophane Colomb 2 Bouganvil, Paris, Promodis, 198s, 37, CE. Lynn Glasser, op. sit, Engraved America. Teonography of America ‘through 1800, Fade ‘Ancient Orb Press, 1970, 20. . T8-V 111300, 39, Biblioteca Nacional, Madrid, MS 2468, p. 170. CGitado por Juan Gil, Mis » lopias del Deseubriniento, ‘Madi, Alianza, 1989, 1p. 153, 40, Angleria, Pedro Martir de, Bécadas del Nuevo ‘Mundo, 1V, 1b. 4. Eo Vil, Kb. 8 Vuela hablar de estas hhembras disiendo: refer lo (que me han contodo. Amazona en el mapa de De Bry. arabado ensefa cuatro mujeres desnudas y armadas como salvajes. Iconograficamente corresponde toda. via a la idea del salvaje medieval, al «sylvanus», pues se encuentran cubiertas de pilosidades. a iconografia contintia con Thevet, quien in- corpora, en Les Singularitez de ta France Antarcti- ‘que, un grabado de autor desconocido, donde un grupo de amazonas ejecuta a dos hombres que cuel- gan cabera abajo de un arbol.™ Es dificil identificar al grabador. Algunos se inclinan por attibuirselo al autor de la Cruz de Lorena, ot7os a Jean Coussin.” ‘Amazonas y gigantes son dos leyendas distintas, pero ya Vespucio las confunde al compararlas con Pentesilea.® También Tomés Cardona habla de una isla en que es reina y gobernadora d’ella una muy ‘alia muger, que segtin seRalaron su altura es como una gigante.™ Si comparamos la descripcién de los cronistas con la de los autores de Ia Antigtedad, comprobare- mos hasta qué punto se respeta el mito clésico. Sdlo la iconografia modifica la imagen, porque, en vez del tipo «hoplitan, traza una mujer desnuda, guerre- ra armada de arco y de flecha. A través de la desnu- dez se reconoce lo «americano». Ejemplo de celo en Yerificar los cldsicos, es este texto de Pedro Marti: Es fama que existen otras islas de mujeres violadas, las cuales se cereenan los pechos desde ninas a fin de poder ejercitarse con mayor agilidad en el arte de aasaetear, ya las que acuden hombres para poseerlas, sin que ellas crien los hijos varones, Téngolo por Sirula.® En numerosos parrafos de la Historia general y natural de las Indias, Oviedo se opone a que se I~ me amazona a cualquier hembra belicosa que se en: cuentre en América, Curiosamente se opone por una razén lingtistica, porque dice que ese nombre les pusieron los primeros descubridores, ignorando lo ‘que quiere decir «amaconan. Los pirrafos de Oviedo 1 72 4, Fermdndez de Oviedo, Gonzalo, Historia general Y nratral de las Indias, XXi, Tin ta, XV, 295 1 34; Tv, 5656; XLIX, oat L, 24 V. 3928, 39, “2. Avensio, Eugenio, cla carta de Gonzalo Fernandez de Oviedo al cardenal Bembo Sobre Ia navegacion del ‘Amazonas, Miscelénea ‘Americana, Masiid, CSIC, {9st 1p. Ill. Hay ave tecofdar que el cardenal Pietro Bembo se ineresaba Seriamente por Nuovo ‘undo. Em 15S se publi en Neneca la historia Iatina de tsta replica (e cadena ftabia muerto cuatro 30s fntes), Uno de sus doce libros, fasten 3 totalidad, std Sextinado a refit e ‘Seseubrimiento del Nuvo ‘Mundo por Cristébal Cold: Ta ds grande de ls c0s0s 12 ia Bembo— que en eded “iguna haven conseguido ‘jecuar fos hombres. Ci. Barros Arana, Diego. «El ‘Je canonizar 8 Grstdbal Coléa», Obras Completa, Vi, p. 67. CL Ina 13, Ci Leonard, 1. Ax OP. it, pp. 64-65. Ue" Gitado en Minerire, ‘Remeaux-Compans, p13, 45. Ci, Leonard, I. A. 0p. dt, p. $5. “46, No se conoce fecha de ta edicion espaiola, solo ha Tegado hasta nosotros la teioeion tatiana, publicada tn Venesia en 1571. Historia el Almirante de las Indias, don Crstdbal Colén, Buenos ‘Rites, Boel, 1984, pp. 157-88 ‘en la Historia son muy conocidos.* Menos conoci- gaan cambio, e§ una carta que envid al cardenal Bumbo, el 20 de enero de 1543, en la cual repite 12 Fhatoria de Orellana: ¥ en euierta parte ovyeron una batalla muy refida y los capitanes eran mugeres oeras que esiauan allj por governadores a las cuales ssuestros espaftoles Wamaron amazonas sin saber Por ‘que, como V. S. Rma. mejor sabe, este nombre, Flin quiere Justina, se les da por falta de ta tela ane se quemauan aquellas que se dixeron amazonas, €7 16 dems no les es poco anexo el estilo de su vida ‘pues estas biuen sin onbres y seftorean muchas Pro, melas y gentes y en cierto tiempo del afo leuan a wis tierras con qujen han sus ayuntamiontos Y des: ‘pues questan prefadas los echan de (a terra si Pe ae le matan o enbian a su padre, e si es hija ‘a erian para aumentacion de su rrepublica y én esio ay mucho que decir e todas esas mugeres obedescen Y tiene vna rreyna muy rriquissima y ella y sus Pri: cuentro de una tribu se las ve a todas con un seno menos. ‘Las noticias sobre estas mujeres salvajes se acu- mulan. En 1518, Grijalvo creyé haber encontrado as torre habitada por ellas en Yucatin.** Diego Ve Vazquez pone en guardia a Cortés, en las Ordenanzas de 23 de octubre de 1518, contra las amazonas que hhabitan la regién que va a conquistat. Y el propio Contes, en la «Cuarta carta al Emperadom, de 15 de cauibre de 1524, le habla de la relacion de Cristobal de Olid sobre los sefiores de la provincia de Cigua- fan, que afirmaban mucho haber una isla ‘oda pe blada de mujeres, sin vardn ninguna Cortés orea- nizd una expedicién a la regién de Colima para encontrarlas. Fernando Colén escribia en Vida del Almirante ‘que en las islas de Matinino y Guadalupe, en el ibe, habia un reino de mujeres solas, que Uni te recibian a los hombres de otras islas en una epoca del afio, quc las indias de las islas de Gi Tupe comian carne humana y Hevaban fajadas las piernas con hilos de algodén para que pareceran Phas gordas. Estas amazonas no se cortaban seno ‘guno y eran muy rollizas. ‘Pero fue la Relacién del Nuevo descubrimien

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