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No vamos a recalcar en este artículo, las razones por las cuales una persona
pudiera verse en una situación de enfrentar un juicio por lo penal. Sino por el
contrario, ver cómo nos podríamos preparar y qué consejos básicos debemos
saber para afrontar un juicio de este tipo.
Para comenzar, no es posible que una persona así no tenga los recursos, asista
juicio sin el asesoramiento y la defensa de un buen abogado, a menos que
desee realizar la defensa propia. Pero en la mayoría de los casos, para comenzar
a preparar un juicio por lo penal, debemos responder las siguientes preguntas:
1 – ¿Necesito un abogado?
Si en su caso, puede acceder y pagar a un abogado penalista para que lo
represente, lo mejor es hacerlo. Llame al servicio de referencias de abogados de
su residencia, o busque en las páginas amarillas bajo la sección de abogados,
donde los abogados que están allí listados se encuentran por áreas legales y
podrás hacer la elección del abogado que necesites.
En la elección de los abogados penalistas, debe ser muy exigente, por lo cual
te recomendamos que preguntes a parientes o amigos sobre experiencias que
hayan tenido con algún abogado en particular. También pudieran reunirse con un
abogado sólo para hablar de su audiencia o juicio la preparación del mismo.
También está la posibilidad de que contrate a un abogado para que lo prepare
usted para representarse asimismo, pero si usted no cuenta con la experiencia
necesaria y con los conocimientos adecuados, esa opción puede ser muy
delicada.
Un punto muy importante es que te aseguras de que tus testigos acudan al juicio y
que efectivamente este seguro de lo que ellos le dieran al juez para ayudarte en
su caso.
La respuesta es sí, hay algunos formularios que antes del juicio tú deberás
completar y entregárselos al juez así como también darle una copia la parte
contraria cuando llegue al juicio. Para informarte más sobre los
formularios, asesórate con el abogado penalista que hayas elegido y él te guiará
sobre lo que estos formularios quieren decir.
– Materiales de prueba
– Si el juicio por lo penal que está afrontando tiene que ver con la manutención
de menores, debes llevar sus más recientes talones de pago.
– Si el juicio por lo penal que vas a afrontar está relacionado con la pensión
alimentaria, también debe llevar sus más recientes talones de pago, que tienen
que ver con declaraciones de impuestos del año pasado, y una declaración
financiera ya completa.
– Memorando de juicio
Es decir, hace 3.130 años contando atrás desde este año. Cuando el pueblo de
Israel llegó a la “tierra prometida” empezó a ser gobernado por los Jueces.
En esa época y tal y como aparece escrito en la Biblia, en los capítulos IV y V del
Libro de los Jueces, Débora asumió su nuevo cargo, ejerciendo un liderazgo
impensable en aquellos tiempos para una mujer.
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Unos tiempos en los que los hombres tenían todas las responsabilidades sociales
y religiosas. Las mujeres no contaban.
Pero Débora supo hacerse respetar. Más tarde sería llamada “la madre de
Israel”. Era una mujer hábil y muy inteligente.
Como juez, administraba justicia, sentada bajo una palmera, entre Rama y Betel, y
ayudaba a la gente con sus diferencias tribales y problemas familiares. Su función
basculaba entre la de una “mujer buena”, una mediadora, un juez de paz de
nuestro tiempo y, cuando las cosas eran gordas y serias, un juez al uso.
También podía “ver” los peligros que acechaban desde el futuro. Poseía el don de
conocer el futuro. Lo que hoy denominamos “videncia”.
En una ocasión percibió una grave amenaza. Los cananeos, los habitantes de la
tierra de Canaá, como hasta la llegada de los israelias se denominaba lo que más
tarde éstos bautizaron como Israel y después se ha conocido como Palestina,
veían a los israelitas como unos intrusos y unos invasores de sus tierras.
Y para demostrarle que ella no era ninguna echadora de cartas de pacotilla al uso,
le profetizó algo muy concreto: “Al general Sísara, líder de los cananeos, no lo
matará tu espada. Lo hará una mujer”.
Como profetizó Débora, les dieron “una manita”. La derrota fue estrepitosa.
En su fuga encontró una tienda, la tienda de Jael, esposa de Heber Ceneo. Los
dos pertenecían al pueblo de los recabitas, que convivieron armónicamente con
los israelitas en Canaá, como también lo hicieron con los cananeos.
Jael, primorosa en el trato, le dio leche y le llevó sobre una mullida alfombra.
Luego le cubrió con una manta y le dejó dormir.
Desde entonces el pueblo israelí entona el Cánto de Débora, uno de los pasajes
más antiguos de la Biblia (Jueces 5:23-27, en el Antiguo Testamento) que viene a
enfatizar que Dios usó a las mujeres valientes, como Débora, para guiar y liberar
a su pueblo:
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ataque nuclear,
bomba nuclear,
Estados Unidos,
II Guerra Mundial,
Japón
Por Néstor Galicia
Esas dos bombas atómicas matarían en total, año tras año y tras una lenta
agonía, a unas 330 mil personas, entre ellas a unos 10 mil trabajadores forzados
coreanos. Marcarían además, el fin de la Segunda Guerra Mundial, con la
capitulación de Japón, seis días más tarde, y el comienzo de la Guerra Fría.
El equipo de la aeronave Enola Gay desde la cual se lanzó la bomba "Little Boy"
sobre la ciudad de Hiroshima. Al centro el piloto Paul Tibbets. (Foto: AP)
El presidente Truman estaba a bordo del buque crucero Augusta cuando recibió la
notificación del ataque con la bomba, que había sido bautizada "Little Boy" por su
tamaño menor a "Fat Man", la otra bomba disponible, que caería el 9 de agosto a
las 11 de la mañana sobre la otra víctima estratégica: la ciudad de Nagasaki. A las
11.02 fue lanzada la segunda bomba, Fat Man. El cielo, nuboso, no permitió
visualizar el objetivo prioritario: la ciudad de Kokura. Un barrio popular resultó
totalmente arrasado.
Una parte de Nagasaki que quedó reducida a cenizas. (Foto: Hemeroteca PL)
Efectos terribles
Le sigue una onda de succión que acaba de destrozar lo que aún quedaba en pie.
A todo esto hay que añadir los efectos de la radiactividad que contamina la zona
de la explosión y que puede producir la llamada lluvia radiactiva (caída de material
radiactivo que se había elevado en la explosión) en puntos más alejados.
Lo que Lewis, Truman y muchos más otros no vieron fue que Hiroshima tenía
entonces unos 250 mil habitantes, de los cuales murieron entre 70 mil y 80 mil
solo por la onda expansiva, pero dado que la bomba atómica no solo mata por la
detonación sino por la radioactividad, para el final de 1945 habían muerto otras 50
mil personas.
Los efectos de la radiación afectaron a los japoneses décadas después. (Foto:
Hemeroteca PL)
El 16 de julio de 1945, a las 5.30 (hora local), comenzó la era de las armas
nucleares. En el desierto de Alamogordo, Nuevo México, en un recinto acotado y
estrictamente vigilado, los estadounidenses hicieron explotar la primera bomba
nuclear. Hasta el último segundo nadie sabía con certeza si los cálculos
efectuados habían sido los correctos, si todo iba a quedar en una fallida y ridícula
explosión, o si ésta podía ocasionar una catástrofe gigantesca, a nivel mundial.
Las bases teóricas las estableció, decenios antes, Albert Einstein, quien
recomendó, en 1941, la fabricación de la bomba, pero que, posteriormente, no
tomó parte en los trabajos y acabó señalando que la recomendación había
sidouno de los grandes errores de su vida. El físico alemán Otto Hahn pertenece
también, como mínimo, a la generación de los padrastros de la bomba nuclear, ya
que consiguió en Berlín, en 1938, la fisión de uranio con ayuda de neutrones.
Pocos sabían la verdad
Solo pocas docenas, o como mucho 100, de los científicos, técnicos y militares
sabían exactamente en qué y para qué estaban trabajando. Ninguno de los casi
300 mil estadounidenses que construyeron las gigantescas instalaciones para la
fabricación de las sustancias explosivas nucleares: Uranio 235 y Plutonio, tenía la
menor idea de su finalidad última.
Visita histórica
El 27 de mayo de 2016 será recordado como un hito en la historia mundial ya que
por primera vez un Presidente de los Estados Unidos visitó el epicentro de la
tragedia de Hiroshima.
En el marco de la cumbre mundial del G7 que se realizara en Japón, el presidente
Barack Obama visitó la ciudad de Hiroshima y rindió un emotivo homenaje a las
víctimas, acompañado del primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Aunque Obama
no se disculpó por el ataque de su nación, en su discurso abogó por un mundo sin
armas nucleares, además convivió con tres sobrevivientes de aquel fatídico 6 de
agosto de 1945.
El artículo 441 del Código Penal [en adelante CP], establece como Faltas contra
la Persona, la lesión dolosa, que requiere hasta diez días de asistencia o
descanso, según prescripción facultativa, siempre que no concurran circunstancias
o medios que den gravedad al hecho, en cuyo caso será considerado como delito.
Se indica además que se considera circunstancia agravante [de las Faltas],
incrementándose la prestación de servicios comunitarios, cuando la víctima sea
menor de catorce años o la lesión se produzca como consecuencia de un hecho
de violencia familiar, o el agente sea el tutor, guardador o responsable de aquel.
Por su parte, el artículo 122 del CP [como tipo penal más cercano], define el delito
de Lesiones leves, como la causación de lesiones en el cuerpo o en la salud que
requiera más de diez y menos de treinta días de asistencia o descanso, o nivel
moderado de daño psíquico, según prescripción facultativa.
El respeto al principio de Legalidad, implica que tanto un tipo penal básico como
agravado o, un tipo penal con agravantes, exige una determinación previa, escrita,
cierta y estricta de los elementos que fundamentan el injusto; ello a fin de lograr un
mensaje descriptivo claro, que permita al ciudadano, elegir o apartar las
consecuencias de sanción penal, derivadas de la infracción normativa.
En este caso, no podemos invocar un tipo penal abierto o ley penal en blanco, ya
que la ausencia de contenido típico, no es susceptible de completitud ni de
búsqueda extrapenal [que podría generar una analogía prohibida]. Esta falta de
previsión legal, sólo puede generar una consecuencia: la condicional legislativa,
sobre la concurrencia de circunstancias y medios de gravedad, para la conversión
de falta a delito, es inaplicable.
Sin embargo, tal razonamiento, es totalmente ajeno a la práctica judicial que [con
voz unánime y convicción], ha creado elementos típicos, que permiten desarrollar
la condicional legislativa [vacía de contenido]. Así, es unánime la posición, que si
la lesión se causa con un objeto contundente duro, ello constituye un medio que
da gravedad al hecho y debe ser considerado como delito.
No obstante, razonamientos como estos, pese a su aceptación general, obedecen
a mera intuición; ya que no se habla de un margen de discreción judicial legítima,
sino de elaboración de tipos legales, por costumbre judicial. De la misma manera,
se podrían ensayar [sujeto a la imaginación claro está], diversas circunstancias
que no se deducen válidamente de la condicional legislativa [concurso de
personas, mayor estado de vulnerabilidad, el sujeto pasivo sufre de anomalía
psíquica, etc.], dando paso a los tipos penales judiciales, cuya proscripción
obedece a la vigencia del Principio de Separación de Poderes. En consecuencia,
la construcción de elementos accidentales de gravedad, ya no es producto de la
interpretación judicial, sino de la invención, cuya labor es privativa del legislador.