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Aprendizaje cooperativo.

(Johnson & Johnson).


Existen varios modelos que se ven implicados en el aprendizaje del alumnado los más

comunes en el modelo competitivo, el objetivo es lograr ser mejor que los demás, obtener mejor

resultado que el resto; en el individualista, se trata de conseguir objetivos óptimos

independientemente de lo que haga el resto del grupo y en el modelo cooperativo, el éxito

personal se consigue siempre a través del éxito de todo el grupo.

El modelo cooperativo, es un modelo de aprendizaje que, frente a los modelos

competitivo e individualista, plantea el uso del trabajo en grupo para que cada individuo mejore

su aprendizaje y el de los demás. En este modelo hay, por tanto, un doble objetivo: aprender los

objetivos previstos en la tarea asignada y asegurarse de que todos/as los/as miembros del grupo

lo hacen.

Los agrupamientos favorecedores del trabajo cooperativo no son los de grupos de

estudiantes realizando sus tareas individuales sentados alrededor de la misma mesa que

mantienen conversaciones. Para que una situación lo sea de trabajo cooperativo hace falta que

exista un objetivo común a través de cual el grupo se vea recompensado por sus esfuerzos. Un

grupo cooperativo tiene un sentido de responsabilidad individual lo cual significa que todo el

mundo es partícipe de tarea propia y de la de los demás, y se implica en ésta entendiendo que su

trabajo es imprescindible para el éxito del grupo.

Inicialmente se puede definir el aprendizaje cooperativo como un método y un conjunto

de técnicas de conducción del aula en la cual los estudiantes trabajan en unas condiciones

determinadas en grupos pequeños desarrollando una actividad de aprendizaje y recibiendo

evaluación de los resultados conseguidos. En esta teoría no basta trabajar en grupos pequeños. Es

necesario que exista una interdependencia positiva entre los miembros del grupo, una interacción
directa "cara a cara", la enseñanza de competencias sociales en la interacción grupal, un

seguimiento constante de la actividad desarrollada y una evaluación individual y grupal.

Johnson & Johnson (1994) plantean una serie de elementos del trabajo cooperativo que lo

hacen más productivo que los modelos comentados anteriormente.

Interdependencia positiva. La interdependencia positiva es el término que se emplea para definir

la responsabilidad doble a la que se enfrentan los/as miembros de un grupo cooperativo: llevar a

cabo la tarea asignada y asegurarse de que todas las personas del grupo también lo hacen. Esto

significa que cada miembro realiza una aportación imprescindible y que el esfuerzo de todos es

indispensable.

Interacciones cara a cara de apoyo mutuo. Son las interacciones que se establecen entre

los miembros del grupo en las que éstos/as animan y facilitan la labor de los demás con el fin de

completar las tareas y producir el trabajo asignado para lograr los objetivos previstos. En estas

interacciones los/as participantes se consultan, comparten los recursos, intercambian materiales e

información, se comenta el trabajo que cada persona va produciendo, se proponen

modificaciones, etc., en un clima de responsabilidad, interés, respeto y confianza.

Responsabilidad personal individual. Cada persona es responsable de su trabajo y debe

rendir cuentas al grupo del desarrollo de éste. Para ello es imprescindible que las aportaciones de

cada individuo sean relevantes para lograr el objetivo final y que sean conocidas por todos/as.

Para que cada persona se sienta responsable y el grupo la perciba como tal, es conveniente

trabajar en pequeño grupo, donde se realizan controles individuales al finalizar el trabajo y otros

de tipo oral a lo largo del proceso, en los que cada estudiante presenta su trabajo y el del grupo.

También es una buena estrategia la observación de los grupos para controlar las aportaciones
individuales al trabajo común, la asignación del papel de controlador/a a una persona del grupo

que se encargue de comprobar que todo el mundo entiende y aprende a medida que el trabajo va

realizándose, y conseguir que el alumnado enseñe a otros/as lo que ha aprendido.

Destrezas interpersonales y habilidades sociales. Se trata de conseguir que el alumnado

conozca y confíe en las otras personas, que se comunique de manera correcta y sin

ambigüedades, que acepte el apoyo que se le ofrece y que, a su vez, ayude a los/as demás y

resuelva los conflictos de forma constructiva. Estas destrezas que son imprescindibles para lograr

el éxito en el trabajo cooperativo no se adquieren por ciencia infusa, sino que se enseñan, se

premian, se corrigen y se aprenden.

Autoevaluación frecuente del funcionamiento del grupo. Lo mismo que la evaluación es

un elemento consustancial de la práctica docente, también lo es de cualquier proceso educativo

del que se quiere aprender para lograr de manera eficaz los objetivos que se han previsto. Es

necesario, por tanto, que el alumnado tenga un espacio de reflexión para que pueda valorar, en el

grupo y/o con el conjunto de la clase, cómo se han sentido realizando este trabajo, qué

aportaciones han sido útiles y cuáles no; qué comportamientos conviene reforzar o cuáles

abandonar, etc.

El aprendizaje cooperativo es un procedimiento poderoso de aprendizaje. En primer

lugar, los fundamentos del aprendizaje cooperativo están ligados a tres perspectivas teóricas: la

teoría cognitiva, la teoría de la interdependencia social y la teoría comportamental. La teoría

cognitiva ve la cooperación como un prerrequisito para el crecimiento cognitivo que fluye desde

el individuo hacia la consecución de los objetivos comunes (Johnson, Johnson y Smith, 1998).

Argumenta que los estudiantes han de ser aprendices activos para poder elaborar y explicar el

material aprendido a otros compañeros del equipo, y que la interacción con sus compañeros
incrementa su aprendizaje de conceptos críticos (Damon, 1984). Según Johnson y otros (1998) la

teoría de la interdependencia social asume que los esfuerzos cooperativos están basados en la

motivación intrínseca de los miembros del equipo generada por factores interpersonales

(interacción entre los miembros del equipo) y por la aspiración a conseguir un objetivo común

(compromiso de los miembros del equipo). En tercer lugar, la teoría comportamental asume que

el aprendizaje cooperativo está diseñado para proveer incentivos a los miembros del equipo para

participar en los esfuerzos del grupo (Johnson y otros, 1998). En este caso, el aprendiz es

dependiente del instructor para poder determinar con exactitud las correctas asociaciones entre

aprendizaje cooperativo, aprendizaje percibido y rendimiento académico...

La interacción entre aprendiz y profesor es esencial en el aprendizaje cooperativo. Las

combinaciones de estas tres perspectivas teóricas nos proporcionan los inputs básicos del

aprendizaje cooperativo: la interacción con compañeros (teoría cognitiva y teoría de la

interdependencia social), interacción con el profesor (teoría comportamental), compromiso

(teoría interdependencia social) y aprendizaje activo (teoría cognitiva).

El aprendizaje cooperativo empieza en la interdependencia positiva entre los miembros

del equipo, donde cada uno se preocupa y se siente responsable, no solo de su aprendizaje, es

decir, el compromiso del alumno con el aprendizaje cooperativo, sino también del trabajo de los

demás. La motivación a comprometerse nace del hecho de que el éxito de cada uno está ligado al

éxito de los demás o que la dificultad individual puede ser atenuada por la ayuda que presta el

resto (Lobato, 1997) a través de la interactividad entre ellos. Progresivamente la calidad de la

relación entre los miembros, la ayuda recíproca, determina el aprendizaje activo de todos los

miembros del equipo. Esto es posible gracias a la interactividad que se produce entre pares y la

interactividad entre el equipo y el profesor, lo que permite un feed-back adecuado sobre el


aprendizaje y la interrelación entre los miembros del equipo. En función de estos principios, se

puede establecer que el aprendizaje cooperativo se configura como una variable

multidimensional compuesta por cuatro conceptos: compromiso, aprendizaje activo,

interactividad con los compañeros y con el profesor.

Así, podemos definir el aprendizaje cooperativo como el trabajo conjunto de grupos de

aprendices heterogéneos, donde cada individuo construye su propio conocimiento (aprendizaje

activo) mediante un complejo proceso interactivo (interacción con compañeros y con el

instructor), adquiriendo habilidades sociales y cooperativas, y comprometiéndose (compromiso)

para conseguir objetivos compartidos o un producto final específico, (Johnson y Johnson, 1989;

Panitz, 1996)

Se han desarrollado técnicas de aprendizaje cooperativo altamente estructuradas, que

aseguran la combinación de todos los componentes del aprendizaje cooperativo y favorecen las

competencias de los alumnos. Aprender Juntos, Grupo de Investigación, Jigsaw, Equipos de

rendimiento, Equipos Torneo, Equipos de Enseñanza Individualizada Asistida, Equipos

Cooperativos Integrados para la Lectura y la Redacción, Estructuras de Controversia, Enfoque

Estructural, o Instrucción Compleja. Uno de estas técnicas es la técnica Equipos Torneo (Teams-

Games-Tournaments, TGT) fue diseñada por De Vries y Edwards en 1973 y combina la

cooperación junto a elementos competitivos. Las características generales son las siguientes: 1)

Consiste en respuestas breves a cuestionarios que abarcan los contenidos curriculares explicados

por el profesor y seleccionados por él para la sesión; 2) Participa en el concurso un estudiante

por cada grupo; 3) Finalizado el juego, se suman las puntuaciones de cada individuo; 4) La

recompensa (nota) no es individual, sino colectiva; 5) El éxito del grupo dependerá de los éxitos

individuales y de la ayuda que mutuamente se presten. Como ventajas ofrece a los alumnos la
posibilidad de poder trabajar contenidos de materias de una forma motivante a la vez que

aprenden a mejorar sus relaciones interpersonales, a integrarse mejor en el grupo, a reconocer

y valorar los esfuerzos realizados por cada uno de los miembros, etc. Esta técnica ya fue utilizada

en marketing por Vallet-Bellmunt, Vallet-Bellmunt y Vallet-Bellmunt (2011)

El Aprendizaje Cooperativo (AC) es un término genérico para referirse a numerosas

técnicas de organizar y conducir la instrucción en el aula caracterizadas por el trabajo en grupos

pequeños (usualmente 4 a 5 miembros) de alumnos heterogéneos (bajo, medio y alto

rendimiento; varones y mujeres; etnias diferentes) para lograr objetivos comunes de aprendizaje

el AC tiene lugar cuando existe una estructura definida de la situación de aprendizaje. De hecho,

una idea transmitida por muchos autores al definir el AC es que se trata de algo más que de una

forma de agrupamiento de los estudiantes. Siguiendo a Slavin (1983), se trata más bien de un

arreglo de la situación de aprendizaje que incluye una «estructura cooperativa de la tarea» y una

«estructura cooperativa de los incentivos». Por una parte, en el AC la tarea es común y, por

tanto, se permite o se exige a los alumnos que trabajen juntos en ella, agrupando sus esfuerzos

para llevarla a buen fin. Por otra parte, los estudiantes suelen depender unos de otros para recibir

el incentivo o recompensa, que puede ser: grupal basada en el rendimiento grupal, grupal basada

en el aprendizaje individual, e individual. Por tanto, aunque todas las técnicas de AC incluyen

una estructura cooperativa de la tarea, no todas cuentan con una estructura cooperativa de

incentivo.

Algunos modelos de trabajo cooperativo son los siguientes:

Tutoría entre iguales. Es una técnica de trabajo cooperativo que consiste en emparejar

alumnado con diferentes niveles de conocimientos y competencias para lograr una finalidad
conocida concreta y compartida. Es una relación desigual en la que una de las personas es la

tutora y la otra, el tutorando.

Enseñanza recíproca. Como su nombre indica, el objetivo que se pretende conseguir es

que cada persona enseñe a otra y, a su vez, aprenda de ésta. Se trata de nuevo de grupos

heterogéneos en los que es fundamental para la realización de la tarea final que cada persona

complete el apartado que le corresponde.

Puzzle, mosaico o rompecabezas. Cada miembro del grupo posee una parte de la

información necesaria para completar la tarea, se convierte en “especialista” en un parte del

tema. Se trata de compartir con el resto estos conocimientos de forma que, con las aportaciones

de todas las personas, se complete el trabajo.

Juegos de rol (Role-play). Dentro de esta propuesta hay una gran variedad de posibles

puestas en práctica. La más común es aquélla en la que se divide la clase en dos grupos

aleatorios para manifestar que se está a favor o en contra de determinada medida polémica tanto

de carácter escolar como social. En grupos, defensores y detractores deberán elaborar un listado

de las opiniones que aparecen en éste manteniendo siempre el punto de vista que se les ha sido

asignado, independientemente de sus propias ideas. A continuación, se debate y se recogen las

ideas contrarias. En el grupo pequeño se trata de encontrar argumentos en contra. Se vuelven a

debatir y a rebatir los puntos de vista contrarios y suele haber una tercera fase en la que cada

persona interviene ya desde su punto de vista personal. Se recomienda una sesión de síntesis en

la que se recogen todos los argumentos relevantes expuestos.

Grupos de investigación. Se sugiere un tema general sobre el que se ha de elaborar un

trabajo y cada miembro del grupo elige un subtema sobre el que trabajar con la aprobación del
resto. Se forman los grupos, se organiza la tarea y se realiza el trabajo. Posteriormente se aprueba

o se modifica antes de la puesta en común en el gran grupo.

Las propuestas de trabajo que se plantea a continuación están vinculadas a los modelos

que se han presentado anteriormente.

Entrevistas:

- Distribuir la clase en grupos cooperativos de cuatro.

- Organizar el grupo en dos parejas.

- Individualmente cuentan al resto los resultados de sus entrevistas.

- Presentan su entrevista al azar al resto del grupo.

Torbellinos de ideas:

- Se asigna un tema a debate y se especifica exactamente lo que se espera conseguir (un

listado de objetivos).

- Se establece un tiempo limitado.

- Se ponen en común las ideas que han aparecido y se toma nota de las de todos los

grupos.

Proyectos de trabajo cooperativo:

- Se negocia un posible tema de investigación.

- En grupos informales, el alumnado formula preguntas (torbellino de ideas) sobre el

tema general de toda la case. Se recogen las preguntas por sub-temas.


- El alumnado se organiza según los sub-temas.

- Se organiza un comité con un representante de cada grupo con el que el profesor/a se

reúne al principio y al final de cada sesión para coordinar tareas y tiempos.

- El alumnado, en los grupos, organiza las sub-tareas que corresponde a cada miembro o

parejas.

- El alumnado busca la información con ayuda del profesor/a.

- El alumnado sintetiza la información y prepara una presentación en el grupo.

- Cada grupo presenta la información a la clase.

Actividades mosaico:

- Se organiza el alumnado en grupos habituales, con los que ya haya trabajado

anteriormente.

- Se asigna una tarea diferente, parte de un todo común, a cada persona. Todos los grupos

trabajan sobre el mismo tema.

- Se reagrupa al alumnado en grupos de expertos según la tarea que les ha tocado. Se les

proporciona ayuda a través de guiones, se les anima a trabajar todos juntos, a compartir la

información y elaborar tareas o actividades comunes.

- El alumnado vuelve a sus grupos de origen para compartir la información recabada. Se

sintetiza ésta a través de la discusión y el debate. Todo el mundo es responsable de su tema y de

aprender lo que los/as demás aportan.

- Se asigna una tarea o un problema que exija el conocimiento de toda la información.


Análisis

El aprendizaje cooperativo no sólo consiste en agrupar a los alumnos y darles una tarea,

sino que este depende de que se planté y exista un objetivo común en el que todos los alumnos se

vean involucrados y sean a su vez recompensados. Debe existir un sentido de responsabilidad

individual, donde cada uno participe en su propio trabajo y además en el de los demás,

entendiendo que el éxito colectivo será el éxito propio.

Algunos de los elementos positivos que aporta este modelo cooperativo son la

interdependencia positiva que es llevar a cabo la tarea asignada y asegurarse de que los demás lo

hagan, el apoyo mutuo donde todos facilitan el trabajo de los demás, la responsabilidad

individual donde todos saben que deben rendir cuentas al grupo para lograr el éxito, las destrezas

interpersonales y las habilidades sociales donde los alumnos se enseñan a convivir, conocer y

confiar en otras personas, la autoevaluación en forma de retroalimentación.

Para Johnson la motivación es generada por factores interpersonales y por la aspiración

de conseguir un objetivo común. Este modelo está diseñado para proveer incentivos a los

miembros del equipo por sus esfuerzos.

El aprendizaje cooperativo se define entonces como un trabajo en grupo donde cada

individuo construye su propio aprendizaje por medio de procesos interactivos, adquiriendo

habilidades sociales y cooperativos, y comprometiéndose a conseguir un objetivo compartido.

Existen diferentes técnicas para el trabajo cooperativo como enseñanza recíproca, juego

de roles, grupo de investigación, etc. Pero en esta ocasión se utilizará la técnica del Puzzle,

mosaico o rompecabezas.
En esta técnica cada miembro del grupo posee una parte de la información necesaria para

completar la tarea, se convierte en “especialista” en un parte del tema. Se trata de compartir con

el resto estos conocimientos de forma que, con las aportaciones de todas las personas, se

complete el trabajo.

Para el diseño de la situación de aprendizaje se tomará como contenido la contaminación

del agua. A cada estudiante se le pedirá que investigue un fragmento de información el cual

tendrá que ser estudiado en casa para trabajarlo el día siguiente.

Para la fragmentación se utilizarán preguntas clave como ¿Qué es la contaminación de

agua? ¿Cómo se produce o que la causa? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Cómo prevenirla o

evitarla? Además, existirá un estudiante de cada equipo que será encargado de investigar una

técnica de difusión de la información como la exposición, la conferencia, un debate entre

expertos, un documental.

Esta fragmentación tiene la intención de que cada uno de los estudiantes sea igual de

importante y necesario para realizar el trabajo y esto genere en ellos la necesidad de ser

responsable ante el grupo, ya que si uno falla la tarea no podrá ser llevada a cabo.

Dentro de esta estrategia ningún alumno se podrá excluir del trabajo ya que será necesaria

la información de todos para llevarlo a cabo.

Esta estrategia puede ser recompensada con algún tipo de incentivo como propio o

puntuación donde el maestro vea que puede motivar a los alumnos.

Después de realizar los productos los alumnos evaluaran su desempeño individual y

colectivo con la intención de llevarlos a un análisis crítico de su trabajo.

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