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01 de agosto de 1856.

- Impresión de la primera estampilla postal mexicana, con la efigie


de don Miguel Hidalgo.

SABÍAS QUE...
Originariamente el correo no era un servicio público sino
un privilegio, una concesión restringida a gobernantes y
a las personas adineradas.

Más tarde se le vio como una renta, que obviamente


debía rendir ganancias por lo que el correo estableció
tarifas muy altas que no eran accesibles a la mayoría de
la población.

Antes de que se establecieran las estampillas o timbres


postales, en lo general se usaban tres tipos de sellos
para clasificar el correo: franco, significaba que el envío
estaba pagado por el remitente; debe, establecía que el porte sería pagado por el destinatario
y certificada cuando se pagaba al depositar el envío.

A estos sellos se le sumaban otras indicaciones como el lugar de origen, su peso en onzas y
los sellos que establecían el tipo de transporte que sería utilizado.

Independientemente de los imprevistos que pudieran darse con relación al clima, a las
distancias, etc., los carteros de a pie o de a caballo debían entregar el correo dentro de un
horario determinado.

En 1856, siendo Administrador General de la Renta de Correos, don Valentín Gómez Farías,
con una visión futurista decía:

"A estos y mayores absurdos conduce la manera de considerar al correo como renta, fijarse de
un modo mezquino en sus rendimientos pecuniarios y no ver en su conjunto un agente de
civilización, un vehículo de relaciones y un riego fecundante de todos los elementos de
prosperidad social. Acelerar el curso de la correspondencia, difundirla hasta los últimos
confines de la República y hacerla accesible a todas las clases fiel y seguramente, he aquí en
compendio, el verdadero plan de un buen sistema de correos, sean los que fueren sus
productos y sean los que fueren los desembolsos que tenga que hacer el gobierno para
conseguir esos objetos.".

En síntesis lo que don Valentín Gómez Farías proponía que el correo se convirtiera en un
servicio público.

Dentro de las modificaciones que hicieron posible la estructuración del correo moderno se
pueden citar la introducción del franqueo forzoso y de las estampillas.

Estos cambios fueron llevados a cabo en Inglaterra por sir Rowland Hill.

En México, tocó a don Valentín Gómez Farías implementar las modificaciones que hicieran del
correo mexicano, a semejanza del inglés, un correo más moderno y eficiente.

El 21 de febrero de 1856, don Ignacio Comonfort expidió un decreto que ordenaba la emisión
de estampillas en México.

El grabador José Villegas tuvo a su cargo la responsabilidad de diseñar y elaborar el primer


timbre mexicano.

El primer timbre mexicano llevaba la efigie de don Miguel Hidalgo, cuyo valor iba desde el
medio real hasta los 8 reales.
Estas tarifas impuestas a las primeras estampillas mexicanas resultaron muy caras lo que trajo
como consecuencia que los servicios ofrecidos vinieran a menos.

En diciembre de 1856 se redujeron a dos reales el costo de las estampillas.

La emisión y uso de las estampillas, en la actualidad, se han convertido en un símbolo de


soberanía y no pocas veces de orgullo.

Cuando hay un evento importante como pudiera ser tener la sede de los juegos olímpicos, en
el caso de México, o bien conmemorar algún hecho importante o rendir homenaje a algún
distinguido miembro de la nación, se emiten estampillas conmemorativas, en una determinada
cantidad, que nos recuerde el motivo de su expedición.

Con la aparición y uso de las estampillas se originó la filatelia, es decir, la ciencia que estudia
las estampillas y en consecuencia, los filatelistas o sea, los coleccionistas de estampillas.

COLECCIONA:
Con la orientación de tu maestro(a) todas las estampillas que puedas, ordenándolas en un
cuaderno, a manera de álbum.
 

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