Se le llama así a la caída de material radiactivo en la superficie que es
producido por una explosión nuclear. El material radiactivo es transportado por diminutas gotas de agua presentes en la atmósfera. Así, puede ser inhalado directamente e ingresar a los pulmones y llegar al mar y al suelo a través de la lluvia, por lo que puede contaminar los cultivos, la fauna marina y el agua para beber. Tras el tsunami del 11 de marzo en Japón que causó daños en varias plantas nucleares del país, la Agencia de Protección del Medio Ambiente de Estados Unidos ha detectado niveles anormales de yodo radiactivo en el agua de lluvia del estado de Massachusetts. El Principal riesgo biológico de la lluvia radiactiva lo constituyen los rayos gamma emitidos por el material activado, esta radiación es muy penetrante y atraviesa el cuerpo de los seres humanos depositando en ellos parte de su energía, también se emiten partículas alfa y beta pero son poco penetrantes al grosor de la ropa o la piel, y estas solo causarían quemaduras si se depositaran directamente sobre la piel.