Cada día antes de salir de casa tenemos que tomar la
decisión de que ropa vestiremos. De igual manera en la vida del espíritu tenemos que despojarnos del viejo hombre (naturaleza de pecado) y vestirnos del nuevo que se renueva día a día a través de las dinámicas espirituales, como: meditar en La Palabra y oración. Tú decides.