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Silencio radio: periodismo y censura

Eduardo Carrasco Díaz


(@drfarabeuf)

En 2015, Carmen Aristegui y su equipo de colaboradores publicaron una


investigación que señalaba actos de corrupción en el gobierno del presidente
Enrique Peña Nieto. El reportaje trazaba de forma precisa y bien documentada la
construcción de una casa en Lomas de Chapultepec. Este trabajo periodístico de
la “casa blanca” trajo consecuencias nefastas para la periodista mexicana, quien
fue despedida de su programa de radio en la empresa MVS. Hecho que la orilló a
consolidar su propio espacio de noticias en internet.

Todos estos acontecimientos fueron captados por la cámara de la directora


Juliane Fanjul, que durante cuatro años filmó y convivió con Aristegui. Producto de
esta relación surgió el documental Silencio Radio, el cual se presenta ahora como
parte del festival Ambulante.

Del largometraje es necesario señalar algunos puntos. Por un lado, su virtud


principal es visibilizar las travesías del periodismo mexicano, oficio que casi todo el
tiempo debe adaptarse a contextos políticos complicados. Según datos del
Committee to Protect Journalist (CPJ), México es uno de los países en donde más
periodistas son asesinados. Tan sólo por debajo de Siria, nación en conflicto
bélico desde hace años. Esto puede verse claramente en el filme cuando Carmen
Aristegui cuenta como ella y su hijo sufrieron acoso por medio del sistema Pegaso.
Incluso, la propia directora del documental padeció hostigamiento al realizar su
trabajo cinematográfico.

Ahora bien, el problema con Silencio Radio radica en la forma como presenta los
hechos, ya que dentro de su narrativa abusa demasiado de la voz en off. Esta voz,
en ocasiones, utiliza figuras retóricas, las cuales entorpecen uno de sus cometidos
principales: retratar a una periodista que no ha dejado de ejercer su oficio a pesar
de las vicisitudes y la censura. Con el uso de adjetivos apologéticos; la directora
ensalza, hasta la admiración, su fascinación por la periodista mexicana. Sabemos
que la objetividad pura no existe. Tal hecho no debe exentar al género
documental, el cual debe evitar a toda costa determinar una realidad frente a las
audiencias.

Aun así, Silencio Radio es un film recomendable. Hablar de estos temas, desde el
ámbito cinematográfico, es necesario porque genera nuevas perspectivas para
discutir problemas tan trascendentales como la censura y la corrupción.

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