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UNIVERSIDAD DEL SINU ELIAS BECHARA ZAINUM

Área de Humanidades

Docente Alfonso Cassiani Herrera

Taller final de socioantropología

Medicina III B

María Camila Medrano Trujillo

María Juliana Castilla Velásquez

Cartagena – Bolívar

2018
Amazonia Colombiana

La región amazónica colombiana comprende 48 millones de hectáreas en las que


predominan tres figuras de ordenamiento territorial; la zona conservada ocupa 38
millones, de las cuales, 178 resguardos indígenas se sitúan en 25 millones, y 12
parques nacionales naturales en cerca de 8 millones; existen, asimismo, 8
millones de hectáreas bajo la figura de zonas de reserva forestal. Finalmente, 8
millones más componen la zona ya intervenida.

La Amazonia es hoy una región habitada por población colona en asentamientos


rurales y urbanos, que busca actividades que les represente ingresos y que aspira
a estándares de vida similares a los del resto del país. Sin embargo, un 45,8% de
los hogares en la región presentan necesidades básicas insatisfechas. Por otra
parte, el 17% de la población amazónica corresponde a grupos indígenas que
ofrecen una variedad cultural y lingüística de enorme riqueza. Estos pobladores
milenarios han aprovechado en forma sostenible los recursos de la región, gracias
a un profundo conocimiento de su biodiversidad y su funcionamiento ecosistémico.
Sin embargo, ahora las comunidades indígenas viven en medio de la selva con
conexiones con el mundo exterior y con interés por participar en las dinámicas
económicas y sociales.

En la Amazonia colombiana habitan 50 pueblos indígenas que viven en su


mayoría en extensos territorios de propiedad colectiva (resguardos), a los que la
Constitución les otorga la condición de inalienables, imprescriptibles e
inembargables. Existen 178 resguardos que ocupan cerca de 25 millones de
hectáreas, es decir más del 50% del territorio amazónico colombiano. Las más
numerosas son las familias tukano, arawak, tikuna, huitoto y tupí.
Las comunidades indígenas del Amazonas no constituyen una sociedad
homogénea, por ello para el desarrollo de políticas y programas públicos es
necesario tener en cuenta sus particularidades. Las comunidades de diferentes
etnias ocupan los extensos territorios de resguardo del oriente y sur de la región,
donde son mayoría poblacional. Algunos ocupan áreas urbanas marginales, viven
situaciones de pobreza en asentamientos insalubres y se genera la conformación
de comunidades pluriétnicas. Sufren el impacto de cultivos de usos ilícito y la
presencia de actores ilegales.
La mayor parte de estas comunidades desarrollan una pequeña agricultura de
supervivencia a través de modelos de cultivo, que se basan en la asociación de
una diversidad de productos, que se complementan con las actividades de caza,
pesca y recolección de productos silvestres, que dependen de la oferta ambiental.

La Amazonia es además una región con una gran relevancia geopolítica nacional
e internacional, debido a: su importancia ambiental y ecológica; su condición de
región transfronteriza con presencia de economías ilegales, y su patrimonio
cultural. La riqueza de los recursos de este territorio y la diversidad cultural de las
comunidades locales que la habitan, demanda del estado una prudente
administración y la adopción de mejores políticas y medidas para la protección de
los recursos biológicos y la salvaguardia cultural, necesarias para prevenir el
riesgo que podría ocasionar un indebido aprovechamiento de sus recursos
naturales.

La vitalidad institucional de los resguardos demanda seguridad jurídica sobre sus


tierras, lo que en algunos de ellos implica que se congele la frontera de
colonización, y que las comunidades tengan gobernabilidad sobre sus territorios.
Hoy los resguardos enfrentan renovados problemas: el impacto de la minería
ilegal, en especial de oro y coltán; la superposición de algunos resguardos con
parques naturales nacionales; los conflictos entre grupos por el uso de recursos
naturales; y la gobernanza de los extensos territorios.
Muchas comunidades indígenas quieren y necesitan de bienes de la sociedad
global, aspiran a tener ingresos monetarios sostenibles, mejor atención en salud;
complementaria a sus sistemas médicos tradicionales, el acceso a mejores
condiciones de educación con adaptaciones culturales; como las lenguas
amerindias, y acceso a las comunicaciones mediante la telefonía móvil e internet.

Una estrategia de desarrollo sostenible que tenga en cuenta las poblaciones


indígenas precisa de decisión política, inclusión social, desarrollos tecnológicos y
recursos institucionales económicos, en los que los territorios de resguardo sean
reconocidos como actores activos.
El desarrollo sostenible debe necesariamente tener en cuenta los modos de vida y
las aspiraciones de los pueblos y comunidades indígenas que desde tiempos
inmemoriales han vivido en este territorio. Es necesario que también se
reconozcan las concepciones diferentes entre los pueblos, que en general
comparten cuatro visiones: el control de las comunidades sobre los territorios; el
respeto por la naturaleza y su conservación como fundamento de su vida espiritual
y material; el reconocimiento y respeto por la cultura, las lenguas, los valores y las
tradiciones; y la participación de las comunidades en las decisiones públicas que
los afectan.

La pérdida territorial en los resguardos por causa de la colonización, la


praderización de áreas circunvecinas a los resguardos para ganadería extensiva,
las dinámicas derivadas de la explotación petrolera y los consecuentes flujos
migratorios, la expansión de los cultivos de uso ilícito y el conflicto que afecta
zonas rurales generó cambios en la vida y economía tradicional indígena, en los
últimos 50 años.

A pesar de la diversidad étnica en Colombia, actualmente existe discriminación


contra las poblaciones indígenas y demás minorías colombianas, las cuales
enfrentan marginación, abandono y ausencia del estado para con sus derechos a
una buena atención en salud, acceso a mejores condiciones de educación con
adaptaciones culturales y oportunidades de empleo, entre otros. La diversidad
cultural de estas comunidades demanda del estado una prudente administración y
la adopción de mejores políticas y medidas para la salvaguardia cultural.
Es el estado quien, mediante políticas de inclusión y protección a la diversidad
cultural, debe velar por el bienestar e integridad de estas comunidades que
representan la cultural de un país pluriétnico.

Garantizar mejores niveles de calidad de vida de las poblaciones indígenas implica


fomentar alternativas productivas ciertas, validadas en la región y sostenibles en
tiempo; y fomentar la educación como factor potencializador de emprendimiento,
alcance y participación de estas comunidades en roles políticos, económicos y
sociales en el país.
La estrategia de desarrollo debe contemplar las particularidades indígenas, y
asumir a las comunidades como socios esenciales en las políticas públicas, y en
desarrollos en ciencia y tecnología con los saberes ecológicos tradicionales, como
actores protagónicos de las iniciativas de conservación.
Conclusión

La Amazonia colombiana es una región enriquecida tanto natural como


culturalmente, está principalmente habitada por comunidades indígenas que se
han asentado en resguardos. Existen 178 resguardos que ocupan más del 50%
del territorio amazónico colombiano.

Estas comunidades se dedican a la agricultura, las actividades de caza, la pesca y


la recolección de productos silvestres, que dependen de la oferta ambiental.

A pesar de la riqueza de los recursos de este territorio y la diversidad cultural de


las comunidades locales que la habitan, la Amazonia colombiana sufre la ausencia
del estado. Esta región se encuentra limitada al acceso de una buena atención en
salud, educación de calidad con adaptaciones culturales y oportunidades de
emprendimiento y participación social, política y económica.

La vida y economía tradicional indígena ha sido afectada por la pérdida territorial


en los resguardos por causa de la colonización, la ganadería extensiva, las
dinámicas derivadas de la explotación petrolera, la expansión de los cultivos de
uso ilícito y el conflicto.

Un factor potencializador del abandono y marginación de las comunidades


indígenas y en sí de las todas minorías colombianas, es la discriminación a la que
han sido sometidas estas comunidades a causa de sus diferencias culturales.
Colombia es un país pluriétnico enriquecido de diversidad, por tanto, sus políticas
sociales deben estar dirigidas a la inclusión y protección a la diversidad cultural.
Los derechos fundamentales de los colombianos deben estar respaldados por el
estado, quien está encargado de velar y proteger la integridad de cada individuo
respetando sus diferencias y salvaguardando su cultura, pero además, es
responsabilidad del resto de la sociedad fomentar una cultura de respeto por las
diferencias étnica y raciales que nos identifican como colombianos.
Referencias bibliográficas

Ramírez, J. (2006, junio). AMAZONIA POSIBLE Y SOSTENIBLE. Recuperado de


https://www.cepal.org/sites/default/files/news/files/folleto_amazonia_posible_y_sos
tenible.pdf

Galán, A., & Fajardo, D. (2010, marzo). Patrimonio natural. Fondo para la
Biodiversidad y Áreas Protegidas. Recuperado de
https://www.patrimonionatural.org.co

CEPAL. (2012, noviembre). Amazonia Colombiana. Recuperado de


https://www.cepal.org/colombia

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