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1.

Sí, para nuestra desgracia, creo que seguimos siendo latinoamericanos

RESPUESTA: ¿Qué implicaciones tiene esa “desgracia”? ¿Tender a simplificarlo todo en un intento
anti-intelectual? Claramente hay una tensión a la hora de definirse como latinoamericano porque
admite resistirse a esa tendencia, sin dejar de ser latinoamericano. Luego se refiere a identificarse
como latinoamericano como una opción (política y economía) y en esto hasta cierto punto estoy
de acuerdo. En el momento en el que me identifico como latinoamericano me inserto en una
tradición e historia (elementos fundamentalmente políticos) que respalda esa identidad, y que, en
el caso de latinoamerica, ha estado llena de contradicciones que finalmente terminan
definiéndonos. La conquista de los españoles impuso una tradición ajena en los nativos de aquel
momento, pero esa imposición no eliminó la otra y llevó a la creación de un hibrido cultural que se
caracteriza por constante tensión entre ambas tradiciones. A partir de ahí surge el problema de la
identidad porque el sujeto no termina de interiorizar ninguna de las dos tradiciones y este
problema, paradójicamente, se configura como una característica esencial de lo que hoy llamamos
latinoamerica. En esa medida, no comprendería ser latinoamericano como una opción porque es
algo que esta “arraigado en nuestras raíces”. Así, la “desgracia” de seguir siendo un
latinoamericado que busca simplificar todo (una definición que hay que pensar de donde surge)
muestra claramente que, efectivamente, hay un problema de identidad porque se entiende a
partir de una simplicidad que es, para mí, errónea y en la que él mismo no se termina de
encasillar.

2. COMPRENSIÓN DE “LO LATINOAMERICANO”

Entre los dos autores hay un punto de convergencia en lo que ellos comprenden “lo
latinoamericano” y es la experimentación: lo latinoamericano puede y debe ser capaz de generar
algo nuevo y no ser simplemente una copia del canon. Sin embargo, divergen en los alcances de
esa experimentación. Para Piglia surge en contra de la tradición literaria y la utiliza solo para
desligarse de ella, entendiendo así “lo latinoamericano” como un reconocimiento de su
marginalidad y como base y justificación de la construcción del mismo. De esta manera entiendo la
posición de Piglia como la configuración de “lo latinoamericano” desde el alejamiento total de lo
normalizado. En el caso de Bolaño “lo latinoamericano”, si bien debe tener en cuenta la
marginalidad, debe insertarse en el canon a través de la comprensión y aceptación de una
tradición literaria, una que le sirve como base para construir la nueva. Es así como él entiende “lo
latinoamericano” como una nueva cultura (literatura) que debe aprender de su pasado europeo
(el canon) y volverse parte de el.

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