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La plata es un elemento químico de número atómico 47 situado en el grupo 11 de la tabla

periódica de los elementos. Su símbolo es Ag (procede del latín: argentum, "blanco" o "brillante").
Es un metal de transición de color plateado (blanco metálico), brillante, blando, dúctil y maleable.

En la naturaleza se encuentra como parte de distintos minerales (generalmente en forma de


sulfuro) o como plata libre. Es poco común en la naturaleza, de la que representa una parte en 1
mil de corteza terrestre. La mayor parte de su producción se obtiene como subproducto del
tratamiento de las minas de cobre, zinc, plomo y oro.

Etimología

Su nombre es una evolución de la palabra latina *platus (cf. chato), que significaba originalmente
"plano" y posteriormente "lámina metálica". En las lenguas romances de la península ibérica el
término específico referencia al metal: en catalán, aragonés y castellano plata y en gallego y
portugués prata.

El símbolo de la plata, Ag, proviene del latín argentum y el griego ἄργυρος,1 nombres del metal en
esos idiomas, derivados de una raíz indoeuropea que significa 'brillante'.2 Del vocablo latino
derivan los nombres de la plata en la mayoría de las lenguas neolatinas, como el francés argent, el
italiano argento y el rumano argint.

En español también existe el adjetivo argentino, de uso exclusivamente literario, de donde surgió
el nombre de Argentina.

Propiedades generales

La plata es un metal muy dúctil y maleable, algo más duro que el oro, y presenta un brillo blanco
metálico susceptible al pulimento. Se mantiene en agua y aire, si bien su superficie se empaña en
presencia de ozono, sulfuro de hidrógeno o aire con azufre.

Posee la más alta conductividad eléctrica y conductividad térmica de todos los metales, pero su
mayor precio ha impedido que se utilice de forma masiva en aplicaciones eléctricas. La plata pura
también presenta el color más blanco y el mayor índice de reflexión.

Aplicaciones
Aproximadamente el 70% de la producción mundial de plata se utiliza con fines industriales, y el
30%, con fines monetarios; buena parte de este metal se emplea en orfebrería, pero sus usos más
importantes se dan en la industria fotográfica, química,

Algunos usos de la plata se describen a continuación:

Armas blancas o cuerpo a cuerpo, tales como espadas, lanzas o puntas de flecha.

Fotografía. Por su sensibilidad a la luz (especialmente el bromuro y el yoduro, así como el


fosfato). El yoduro de plata se ha utilizado también para producir lluvia artificial.

Medicina. A pesar de carecer de toxicidad, es mayormente aplicable en uso externo. Un ejemplo


es el nitrato de plata, utilizado para eliminar las verrugas.[cita requerida].

Electricidad. Los contactos de generadores eléctricos de locomotoras diésel-eléctricas llevan


contactos (de aprox. 1 in. de espesor) de plata pura; y esas máquinas tienen un motor eléctrico en
cada rueda o eje. El motor diésel mueve el generador de electricidad, y se deben también agregar
los contactos de las llaves o pulsadores domiciliarios de mejor calidad que no usan solo cobre (más
económico).

En electrónica, por su elevada conductividad es empleada cada vez más, por ejemplo, en los
contactos de circuitos integrados y teclados de ordenador.

Fabricación de espejos de gran reflectividad de la luz visible (los comunes se fabrican con
aluminio).

La plata se ha empleado para fabricar monedas desde 700 a. C., inicialmente con electrum,
aleación natural de oro y plata, y más tarde de plata pura.

En joyería y platería para fabricar gran variedad de artículos ornamentales y de uso doméstico
cotidiano, y con menor grado de pureza, en artículos de bisutería.

En aleaciones para piezas dentales.

Catalizador en reacciones de oxidación. Por ejemplo, en la producción de formaldehído a partir


de metanol y oxígeno.

Aleaciones para soldadura, contactos eléctricos y baterías eléctricas de plata-zinc y plata-cadmio


de alta capacidad.
En el montaje de ordenadores se suele utilizar compuestos formados principalmente de plata
pura para unir la placa del microprocesador a la base del disipador, y así refrigerar el procesador,
debido a sus propiedades conductoras de calor.

Historia

La plata es uno de los siete metales conocidos desde la antigüedad. Se menciona en el libro del
Génesis; y los montones de escoria hallados en Asia Menor e islas del mar Egeo, indican que el
metal comenzó a separarse del plomo al menos cuatro milenios antes de nuestra era.

No resulta complicado imaginar el efecto que hubo de producir en aquellos pobladores (que
habían tallado y pulido la piedra, que encontraron y utilizaron el cobre y luego el estaño, llegando
incluso a alear ambos por medio del fuego para obtener bronce) el descubrimiento de un metal
raro y poco frecuente, de color blanco, brillo imperecedero e insensible al fuego que otros metales
derretía. Tal asombro significó la atribución al metal de singulares propiedades, de las que los
demás metales carecían, salvo el oro claro está; pues ambos no eran sino regalos de la naturaleza,
formados uno por el influjo de la Luna, y el otro por el del Sol. Los demás, viles metales, estaban
sujetos a los cambios y transformaciones, que por los rudimentarios medios entonces disponibles
podrían producirse; lejos, muy lejos, de la perfección de la plata y el oro. No es de extrañar que
por ello surgiera la idea de la transmutación de los metales en un vano intento de perfeccionar
aquellos viles metales y dando lugar a la aparición de las primeras doctrinas de la Alquimia.
Particularmente adecuado parecía para tal propósito el mercurio, en el que se observaba el
aspecto y color de la plata, hasta tal punto que se le dio el nombre de hydrargyrum (plata líquida)
de donde proviene su símbolo químico (Hg).

La plata, como el resto de los metales, sirvió para la elaboración de armas de guerra y luego se
empleó en la manufactura de utensilios y ornamentos, de donde se extendió al comercio al
acuñarse las primeras monedas de plata y llegando a constituir la base del sistema monetario de
muchos países. En 1516 Juan Díaz de Solís descubrió en Sudamérica el mar Dulce que
posteriormente Sebastián Caboto denominó Río de la Plata, creyendo que allí abundaba el
precioso metal, y de donde tomará el nombre la Argentina. Años más tarde, el hallazgo de grandes
reservas de plata en el Nuevo Mundo en Zacatecas y Taxco en México; Potosí, en Bolivia; así como
Paramillos de Uspallata, en Argentina: y su importación por Europa, provocó un largo periodo de
inflación, que lejos de limitarse a España, se difundió por toda Europa; el fenómeno fue estudiado
por Earl Jefferson Hamilton, que en 1934 publicó el libro El tesoro americano y la revolución de los
precios en España, 1501-1650.
El símbolo químico empleado por Dalton para la plata fue un círculo con la letra «S» en su centro

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