La presa de las Tres Gargantas es una planta hidroeléctrica situada en el curso del
río Yangtsé en China. Es la planta hidroeléctrica más grande del mundo en extensión y en capacidad instalada (22 500 MW) pero es la segunda mayor del mundo en producción de energía, con una producción de 98,8 millones de MWh en 2014, ya que en esto es superada por la Represa de Itaipú sobre el río Paraná, cuya producción en el 2016 fue de 103,1 millones de MWh. El nombre de las tres gargantas que conforman la presa son: Xiling, Wuxia y Qutang. Historia La construcción de la presa comenzó el 5 de junio de 1995, y se estimó que se prolongaría a lo largo de 17 años. El 9 de noviembre de 2001 se logró abrir el curso del río y en 2003 comenzó a operar el primer grupo de generadores. A partir de 2004 se instalaron un total de 4 grupos de generadores por año hasta completar la obra. El 6 de junio de 2006 fue demolido el último muro de contención de la presa, con explosivos suficientes para derribar 400 edificios de 10 plantas. Tardó 12 seg. en caer. Se terminó el 30 de octubre de 2010. Entre 1,2 y 2 millones de personas fueron realojadas, principalmente en nuevos barrios construidos en la ciudad de Chongqing. Características La presa se levanta a orillas de la ciudad de Yichang, en la provincia de Hubei, en el centro de China. El futuro embalse llevará el nombre de "Gorotkia", y podrá almacenar 39 300 hm3. Contará con 32 turbinas de 700 MW cada una, 14 instaladas en el lado norte de la presa, 12 en el lado sur y 6 más subterráneas, además de 2 turbinas de 50 MW, totalizando una potencia instalada de 22.500 MW. La presa mide 2309 m de longitud y 185 m de altura, e incluye una esclusa capaz de manipular barcos de hasta 3000 toneladas. En los planes originales esta sola presa tendría la capacidad de proveer el 10 % de la demanda de energía eléctrica China. Sin embargo, el crecimiento de la demanda ha sido mayor del esperado y si estuviera completamente operativa hoy solo sería capaz de proveer de energía al 3 % del consumo interno chino. Desde tiempos inmemoriales, el río sufría inundaciones masivas de sus orillas cada diez años, y solo en el siglo XX, según las autoridades chinas, murieron unas 300 000 personas por culpa de este fenómeno. La presa está diseñada para evitar estos sucesos y mejorar el control del cauce del río, así como para proteger a los más de 15 millones de personas que viven en sus márgenes. Pérdidas culturales Esta monumental obra dejó bajo el nivel de las aguas 19 ciudades y 322 pueblos, afectando a casi 2 millones de personas y sumergiendo unos 630 km2 de superficie del territorio chino. La inundación de las tierras provocó, también, grandes pérdidas de reliquias ubicadas en las cercanías del río. Elementos de la era paleolítica, pestos ABP que eran muy importantes para la gente de la zona, sitios del Neolítico, entierros ancestrales, tumbas aristocráticas y obras de las dinastías Ming y Qing, quedarán por debajo de la línea de almacenamiento. Por ello, a partir de 1995 se inició una carrera contrarreloj a fin de rescatar la mayor cantidad posible de estos elementos. Impacto ambiental
Impactos sobre la biodiversidad del embalse de las Tres Gargantas en China. La
construcción de la presa de las Tres Gargantas en el curso alto del río Yangtzé , que contará con la mayor central hidroeléctrica del mundo, implicará una serie de graves e importantes consecuencias sobre la biodiversidad, que son objeto de análisis. La inundación de más de 600 km2 supondrá la pérdida y/o fragmentación de numerosos hábitats terrestres en el área del embalse (con una especial afectación de las especies vegetales pero también de las animales), una región que jugó un papel importante como refugio glacial y que cuenta con numerosos taxones endémicos y amenazados. Sin embargo, la biodiversidad aguas abajo podría sufrir también algún tipo de efecto, debido a la más que probable regresión de humedales y lagos laterales una vez el embalse esté construido. Numerosas poblaciones (e incluso especies enteras) de animales y plantas podrían perderse si no se adoptan las medidas conservacionistas adecuadas. La alteración del flujo del río por parte de la presa producirá también efectos significativos sobre la biodiversidad acuática, afectando especialmente a los peces migratorios (esturión, pez espátula), pero también a otras especies acuáticas. El vertido de sustancias tóxicas al río supone una amenaza adicional. Un ejemplo es la reciente extinción del baiji o delfín chino, una especie endémica del río Yangtsé, que llevaba en peligro crítico de extinción desde hacía décadas. Conclusiones
Aunque el gobierno chino ha puesto en marcha toda una serie de medidas
conservacionistas para minimizar los efectos de la presa, éstas son a todas luces insuficientes y, por otro lado, llegan en muchos casos demasiado tarde y son fruto de la improvisación y de la carencia de estudios científicos sólidos previos. Las diferentes administraciones gestoras de la biodiversidad deberían emprender varias medidas de carácter urgente (y con apoyo económico suficiente) para tratar de salvaguardar el máximo número de especies amenazadas y/o endémicas de la región (es decir, las más susceptibles a los cambios provocados por el embalse), tales como la translocación, el reforzamiento poblacional, la reintroducción, y el establecimiento de reservas específicas o generalistas. Por otro lado, debería establecerse un sistema de monitoreo integral y permanente para determinar el alcance de la fragmentación en los diferentes tipos de hábitats, la evolución de especies y ecosistemas, y controlar los parámetros medioambientales, que, a su vez, deberían condicionar como el embalse es operado en el futuro. Finalmente señalar que, puesto que la construcción del pantano es ya un hecho irreversible, debería aprovecharse ésta como una magnífica oportunidad para el estudio de los efectos de la construcción de grandes presas sobre los sistemas ecológicos y la biodiversidad (y más teniendo en cuenta que se planea la construcción de más de una decena de nuevos embalses en el Yangtzé; Xie P., 2003), lo que debería también estimular la cooperación internacional tanto en términos de investigación como de propuesta de actividades conservacionistas.