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Coordinación Académica
Homeostasis
El término deriva de dos palabras griegas: ‘homeo’, que significa ‘similar’ y ‘stasis’, que
significa ‘estable’. Este es uno de los conceptos más fascinantes de la biología, la homeostasis es la
tendencia de un organismo o célula a regular sus condiciones internas, generalmente mediante un
sistema de controles de retroalimentación, para estabilizar la salud y el funcionamiento,
independientemente de las condiciones externas cambiantes.
Regulación de la temperatura
Los sistemas nervioso y
endocrino controlan la
homeostasis en el cuerpo a
través de mecanismos de
retroalimentación que
involucran diversos órganos y
sistemas de órganos. Los
ejemplos de procesos
homeostáticos en el cuerpo
incluyen el control de la
temperatura, el balance del
pH, el equilibrio del agua y
los electrolitos, la presión
arterial y la respiración.
Cuando se produce un cambio en el entorno de un animal, se debe realizar un ajuste para que el
entorno interno del cuerpo y las células se mantenga estable. El receptor que percibe el cambio en
el ambiente es parte de un mecanismo de retroalimentación. El receptor detecta el estímulo
(temperatura, glucosa o niveles de calcio). El receptor envía información a un centro de control,
usualmente el cerebro, que transmite las señales apropiadas a un órgano efector que puede causar
un cambio apropiado, ya sea hacia arriba o hacia abajo, dependiendo de la información que el
sensor estaba enviando.
El control de la temperatura corporal en los seres humanos es un buen ejemplo del homeostasis en
un sistema biológico. Nuestra temperatura normal del cuerpo fluctúa alrededor de los 37 ° C, pero
varios factores pueden modificarla, incluida la exposición directa al calor o al frío, las hormonas, la
tasa metabólica y las enfermedades, lo que lleva a temperaturas excesivamente altas o bajas. La
retroalimentación sobre la temperatura corporal se transmite a través del torrente sanguíneo hacia
el cerebro que produce ajustes compensatorios en la frecuencia respiratoria, el nivel de azúcar en la
sangre y la tasa metabólica. La pérdida de calor se ve favorecida por la reducción de la actividad, la
transpiración y la circulación de sangre cerca de la superficie de la piel. La pérdida de calor se
reduce con el aislamiento, la circulación reducida en la piel y las modificaciones culturales, como el
uso de ropa. El rango entre los niveles de temperatura corporal alta y baja constituye el rango
«normal». A medida que se acerca a cualquiera de los dos extremos, la acción correctiva devuelve el
sistema al rango normal.
Retroalimentación negativa:
Son aquellos en los que la respuesta producida invalida el estímulo. Y, dado que son los más
números, con cientos de ellos es posible regular la mayoría de las condiciones fisiológicas.
Es el principio homeostático más relevante, puesto que, al provocarse un cambio, produce una
respuesta que lo restituye, conservando su estado original. Se la conoce como negativa, al oponerse
o reusarse al cambio, por ejemplo, el control de la temperatura corporal.
Retroalimentación positiva:
Son aquellos en los que la respuesta aumenta la fuerza del estímulo inicial. Como resultado, la
situación se va extendiendo paulatinamente, requiriendo mecanismos externos que los desactiven.
Cuando se provoca una modificación, la respuesta ocasionada incrementa dicha modificación por
un lapso de tiempo determinado y más adelante lo revierte, reconstituyendo su estado inicial.
Esta retroalimentación es auto limitante y poco frecuente, pues pretende obtener un fin específico,
por ejemplo: el orgasmo o el parto.
.
5. ¿Cuál es la función del glucagón y la insulina en la homeostasis de la glucosa plasmática?
¿Qué es el estrés?
Ante una sociedad que se ve enfrentada casi a diario a situaciones tensionales, el estrés es un factor
con el que convivimos. Los especialistas definen el estrés como un comportamiento innato ante la
amenaza, que consiste en una respuesta defensiva que tiene por finalidad controlar la conducta de
la persona frente a un estímulo que produce estrés, conocido como agente estresor.
Son los sistemas nervioso y endocrino los encargados de integrar las respuestas que permitan
compensar los cambios y restablecer los estados iniciales, para así mantener la homeostasis, y
conseguir la adaptación del organismo.
El agente que induce la aparición de estrés se denomina estresor, y puede ser un estímulo o una
situación que desencadena respuestas nerviosas y endocrinas; de forma física, como la
deshidratación o la exposición continuada al frío, o de forma psicológica, como aquellas situaciones
que son interpretadas como amenazas para la sobrevivencia o para mantener la forma de vida,
como por ejemplo, la violencia y el maltrato, las dificultades familiares, el despido de un trabajo o
una situación económica difícil.
En los vertebrados, el hipotálamo es la primera estructura que se encarga de procesar los estímulos
generados por los agentes estresores y dirigir una respuesta inconsciente y rápida ante estos, la que
suele ser parecida entre los distintos grupos de animales, incluida nuestra especie. Posteriormente,
el cerebro se encarga de producir respuestas conscientes y más complejas, las que varían de un
individuo a otro según su experiencia, contexto cultural y situación emocional.
Por ejemplo, ante una amenaza física, el hipotálamo desencadena una serie de cambios fisiológicos
que reconocemos como miedo, y para enfrentar al agente estresor, el organismo requiere aumentar
la cantidad de sangre que llega al cerebro y músculos. También debe aumentar el aporte de oxígeno
y glucosa transportados por la sangre a estos órganos, y para ello, se secreta adrenalina y cortisol.
Por lo tanto, el estrés genera respuestas que determinan que el organismo reciba un mayor aporte
de oxígeno y glucosa, lo que explica el aumento de la frecuencia cardíaca y respiratoria cuando nos
vemos sometidos a situaciones de estrés.
Tipos de Estrés
b) El estrés crónico, por otra parte, se produce cuando el organismo no logra responder bien a los
requerimientos fisiológicos que este estado le provoca, lo que puede ocurrir por la influencia de
estresores psicológicos que se mantienen a lo largo del tiempo y se ven de manifiesto en una baja
general de las funciones fisiológicas, lo que se puede transformar en una enfermedad crónica por
daño a los órganos, que incluso puede llegar a ser mortal.
Existe una etapa intermedia entre el estrés agudo y el crónico, la denominada fase de
resistencia. En ella, el organismo se esfuerza por mantener constantes los parámetros que han sido
alterados por algún estresor, lo que pone en marcha un sin número de procesos internos para
nivelar y restablecer el equilibrio inicial. Cuando esta etapa se prolonga por mucho tiempo, es muy
probable que se desarrolle estrés crónico o se llegue a la etapa de agotamiento.
El estrés crónico es considerado una enfermedad, ya que los cambios generados por el
organismo para lograr la adaptación llegan a un límite, lo que provoca que el cuerpo se dañe por
una sobrecarga de exigencia, lo que reduce las probabilidades de sobrevivencia del individuo.
El modelo de Selye de síndrome general de adaptación al estrés, representa tres fases del
estrés crónico:
Muchas investigaciones, han llevado a establecer que el estado de estrés crónico influye en la
aparición de enfermedades física, puesto que se origina una disminución de la función del sistema
inmunológico.
Los trastornos que se manifiestan con síntomas físicos, pero cuyo desarrollo está influido por
factores psicológicos, se denominan trastornos psicosomáticos. ej:
Una situación de estrés desencadena respuestas provenientes del sistema nervioso a través
del eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal, que involucra también a las glándulas suprarrenales.
Tanto el sistema nervioso como el sistema endocrino liberan sustancias químicas específicas
para combatir el estrés. El primero a nivel de las sinapsis y el segundo mediante la liberación de
hormonas hacia la sangre.
El sistema nervioso simpático actúa frente a situaciones que alteran el normal equilibrio, y el
sistema nervioso parasimpático restablece las condiciones normales luego de reaccionar frente a
una
amenaza, desarrollando una respuesta frente a los agentes estresores, que consiste en estimular la
liberación de adrenalina y noradrenalina desde la médula suprarrenal. Ambas hormonas actúan
produciendo un estado de alerta, caracterizado por un aumento de la frecuencia cardíaca y de la
irrigación cerebral, temblores musculares y ansiedad. Este mismo sistema de control estimula
también a la corteza suprarrenal, la que libera glucocorticoides, que origina un aumento en la
formación de glucosa, efectos inmunosupresores y antiinflamatorios.
Cuando desaparece el agente estresor, disminuye la respuesta del sistema nervioso simpático
y disminuye la concentración de cortisol en la sangre, lo que actúa como retroalimentación negativa
sobre las células productoras de la hormona liberadora de corticotropina (CRH) y de la hormona
adrenocorticotropina (ACTH), retornando de esta forma las concentraciones sanguíneas de
glucocorticoides a los valores normales.
1. ¿Qué es el estrés?
a. Problemas de pareja.
b. Muerte de un ser querido.
c. Bañarse con agua muy fría.
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6. ¿Por qué, aunque el agente estresor puede variar, la respuesta fisiológica en muchas
ocasiones es similar?
7. Identifica los principales agentes estresores que te afectan y propón estrategias que te
permitan controlarlos.
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Utiliza lo aprendido durante esta unidad para contestar las siguientes preguntas.
1. Completa la tabla nombrando algunos de los elementos que componen cada sistema. (4
puntos).
Sistemas
Circulatorio Digestivo Nervioso Endocrino
- Boca
- Esófago
Elementos - Estomago
- grueso
- i. delgado
2. Explica por qué el corazón, la arteria coronaria y el glóbulo rojo pueden ser considerados
sistemas. (2 puntos).
3. Describe tres situaciones con las que ejemplifiques cómo nuestro cuerpo intercambia
materia y energía con el ambiente. (3 puntos).
e. ¿Por dónde viajan la insulina y el glucagón y cuál es su efecto en las células diana?