Está en la página 1de 12

ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA ANIMAL

UNIDAD DOS
SISTEMA ESQUELÉTICO

El estudio de los huesos que en conjunto forman el esqueleto o armazón del


cuerpo se llama osteología.

El esqueleto de un animal vivo está constituido por piezas que por sí son también
órganos vivos. Tienen vasos sanguíneos, linfáticos y nervios; pueden sufrir
enfermedades, repararse a sí mismos y ajustarse a los cambios por estrés.

Cerca de un tercio del peso de un hueso está constituido por una estructura
orgánica de tejido fibroso y células. La materia orgánica consiste principalmente
en colágeno y polisacáridos llamados glucosaminoglucanos (GAGS) los cuales
contienen condroitín sulfato. Dan elasticidad y resistencia a los huesos.

Los otros dos tercios se deben a las sales inorgánicas (principalmente de calcio y
fósforo), depositadas en la estructura orgánica. Estas sales que dan dureza y
rigidez son opacas al paso de los rayos X.

Si las sales inorgánicas se eliminan por la acción de ácidos diluidos, el hueso


descalcificado resultante conserva la forma original, pero será lo suficientemente
flexible incluso para hacer un nudo con él.

Por otra parte, si se suprime la materia orgánica por incineración en un horno, de


modo que quede un residuo inorgánico, el hueso retiene su forma pero será en
extremo frágil, hasta romperse si no se manipula con extremo cuidado.

TERMINOLOGÍA

Entre los términos que se emplean al hablar de los huesos, sobre todo de los
largos, figuran los siguientes:

Hueso compacto (denso o cortical) es la capa dura de tejido óseo que cubre la
mayoría de los huesos y forma casi toda la diáfisis de los huesos largos.

Hueso esponjoso es el compuesto por placas (espículas) dispuestas en forma de


una red porosa. Los espacios suelen estar llenos de médula ósea.

Corteza es la parte del hueso compacto que forma la diáfisis.


Fig. 2.1. Diagrama del tejido óseo (Tomado de Espasa Calpe)

Cavidad medular es el espacio rodeado de hueso compacto en los huesos largos.


En los animales jóvenes está llena de médula ósea roja, la cual se transforma
gradualmente en médula adiposa amarillenta (grasa) al envejecer el animal.

Epífisis se llaman las extremidades de un hueso largo. La más próxima al cuerpo


se llama epífisis proximal y la más alejada, epífisis distal.

Diáfisis es el tronco cilíndrico de un hueso largo, situado entre las dos epífisis.

Cartílago epifisiario (disco cartilaginoso) es la capa de cartílago hialino que separa


la diáfisis de la epífisis dentro de la metáfisis de un hueso inmaduro. Esta zona es
el único lugar donde el hueso puede crecer en longitud.

La metáfisis de un hueso maduro es la zona ensanchada vecina a la epífisis.

Cartílago articular es una capa tenue de cartílago hialino que recubre la superficie
articular de un hueso.

Periostio es la membrana fibrosa que cubre toda la superficie de un hueso,


excepto donde se localiza el cartílago articular. Es el responsable del aumento del
diámetro de los huesos y participa en la reparación de las fracturas.
Fig. 2.2. A, corte longitudinal del húmero de un perro joven. B, corte longitudinal del
húmero de un perro adulto (Tomado de Frandson)

Periostio es la membrana fibrosa que cubre toda la superficie de un hueso,


excepto donde se localiza el cartílago articular. Es el responsable del aumento del
diámetro de los huesos y participa en la reparación de las fracturas.

Endostio es la membrana fibrosa que tapiza la cavidad medular y los canales de


Havers de un hueso.

Entre las proyecciones articulares se incluyen las siguientes:

Cabeza se llama a un extremo más o menos esférico, como la cabeza del fémur.

Cóndilo es una masa articular más o menos cilíndrica, como ocurre con los
cóndilos del occipital.

Tróclea es una porción articular en forma de polea, como la del fémur, sobre la
cual se desliza la rótula.
Faceta es la superficie articular relativamente plana, como las que presentan los
huesos adyacentes del carpo.

Entre las proyecciones no articulares están las siguientes:

Apófisis es un término general para toda proyección ósea, como las apófisis
espinosas y transversales de las vértebras.

Tuberosidad es la proyección relativamente grande, como la lateral de la epífisis


proximal del húmero.

Un tubérculo es una pequeña proyección. A veces se emplean los términos


tubérculo y tuberosidad indistintamente.

Espina puede ser una proyección aguda, como la presente en el extremo proximal
de la tibia, o referirse a un borde, como la espina de la clavícula.

Cresta es el término para una espina de borde agudo.

Cuello es la porción cilíndrica de un hueso a la cual se junta la cabeza, como el


cuello del fémur a continuación de la cabeza.

Línea es una pequeña prominencia alargada, a veces una simple señal causada
por la tracción de un músculo, como las líneas glúteas del coxal.

Entre las depresiones articulares se encuentran:

Cavidad glenoidea es una concavidad poco profunda (depresión), como la


superficie articular de la escápula.

Cavidad cotiloidea es una concavidad más profunda, como el acetábulo de la


cadera.

Hendidura o muesca puede ser una entalladura como la semilunar del cúbito.

Entre las depresiones no articulares están comprendidas las siguientes:

Fosa es una gran depresión no articular, como la fosa situada en la parte central
del ala del atlas.

Fóvea es una depresión más pequeña, como la situada en la cabeza del fémur.

Foramen es un agujero circunscrito en un hueso, como el agujero magno de la


base del cráneo.

Conducto es un túnel que atraviesa uno o más huesos, como el vertebral, por
donde pasa la médula espinal.
CLASIFICACIÓN DE LOS HUESOS SEGÚN SU FORMA Y FUNCIÓN

Huesos largos: Donde predomina una sola dimensión, la longitud. Su función más
importante es servir de palancas.

Huesos planos: Donde predominan dos dimensiones, largo y ancho. Su función


más importante es la protección de órganos.

Huesos cortos: No predomina en ellos ninguna dimensión. Su función más


importante es la amortiguación

Huesos irregulares: Tienen muchas formas y ninguna función definida porque


cumplen muchas funciones.

Huesos neumáticos: Contiene cavidades llenas de aire. También se conocen


como huesos sinusales.

Huesos sesamoideos: Pueden clasificarse dentro de los huesos cortos. Su


función más importante es darle dirección a tendones y ligamentos.

ESQUELETO

Es la armazón de consistencia dura que sostiene y protege los tejidos blandos de


los animales. Se subdivide en:

Esqueleto apendicular. Comprende el miembro anterior y el posterior.

Esqueleto axial. Comprende la cabeza, la columna vertebral, las costillas y el


esternón.

Esqueleto esplácnico. Llamado también visceral y comprende aquellos huesos


localizados dentro de las vísceras.

FISIOLOGÍA DE LOS HUESOS

El hueso desarrollado consta de osteocitos (células óseas), rodeados de una


sustancia fundamental intercelular compuesta por materia osteoide calcificada.
Los osteocitos se encuentran en pequeñas cavidades del hueso llamadas lagunas.
Hay un sistema de pequeños conductos, los canalículos, los cuales conectan las
lagunas entre sí.

Aunque el hueso es un órgano perfectamente vascular, con capilares de red


apretada, por los canalículos circula líquido tisular, esencial para conservar la vida
de los osteocitos.
Las lagunas y los canalículos se forman por el hecho de que los osteoblastos
(células formadoras de huesos) están comunicados por prolongaciones
citoplasmáticas en el momento en que se deposita el material osteoide.

Fig. 2.3. Tejido óseo con sus diferentes partes (Tomado de Crouch)
De esto resulta que las células y sus prolongaciones funcionan como un molde
hasta que el tejido osteoide es depositado y mineralizado. El citoplasma se
elimina en parte y deja las células, conocidas ahora como osteocitos, en las
lagunas, conectadas mutuamente por los canalículos, que contienen extensiones
citoplasmáticas.
Los osteoblastos son los encargados de la formación del tejido osteoide; secretan
la enzima fosfatasa, necesaria para que las sales de calcio se depositen en el
tejido blando, paso indispensable para la formación del hueso verdadero.

Los osteoblastos derivan de las células del mesénquima, precursoras de todos los
tejidos conectivos. Los osteoblastos se dividen con facilidad, pero solo una
porción de las células nuevas puede secretar sustancia osteoide y formar hueso.
El resto se mantiene como estrato osteógeno del periostio y del endosito en el
interior de los conductos de Havers.

Estas células de reserva entran en actividad siempre que se necesita nueva


formación de hueso, como en el caso de consolidación de fracturas o simplemente
para aumentar el tamaño del hueso normal.

El hueso adulto sólo puede crecer por la superficie, debido a que la sustancia
fundamental no es flexible y porque los osteocitos han perdido la capacidad de
dividirse.

La resorción (destrucción) del hueso es posible en circunstancias normales y


anormales; en estos casos suelen encontrarse en el lugar grandes células
multinucleadas llamadas osteoclastos, a las cuales se les atribuye una función
activa en la destrucción del hueso.

OSIFICACIÓN

En cualquier lugar del organismo, la secuencia de fenómenos en la formación de


hueso se funda en los osteoblastos formadores de tejido osteoide, que luego es
calcificado por la presencia de la fosfatasa. La zona reducida, específica de
formación ósea, se llama centro de osificación. El medio en el cual el hueso se
forma decide si el tipo de osificación será heteroplástico intramembranoso
endocondral.

OSIFICACIÓN HETEROPLÁSTICA. El hueso formado en tejidos distintos de los


del esqueleto se llama hueso heteroplástico. Con la excepción del hueso
peneano de ciertos animales y el hueso cordial de los bovinos, la formación
heteroplástica de hueso es un proceso patológico.

OSIFICACIÓN ENDOCONDRAL (INTRACARTILAGINOSA) En este caso el


hueso es preformado en los cartílagos del feto. Muchos huesos largos
evolucionan según este procedimiento, el cual consiste esencialmente en que el
cartílago se mineraliza y luego es sustituido poco a poco por tejido óseo.

Los huesos largos pueden seguir creciendo mientras el cartílago epifisiario se


encuentre presente. Una vez que el cartílago ha sido cambiado por hueso, el
crecimiento en longitud ya no es posible.

Fig. 2.4. Representación diagramática del mecanismo de formación endocondral de hueso,


considerando que hay crecimiento longitudinal (Tomado de Bojrab)

Los huesos largos aumentan de diámetro al formarse nuevas capas de hueso a


partir del periostio que rodea la corteza ósea. Al tiempo que se forma hueso
nuevo por fuera, las porciones más internas se eliminan, con aumento de tamaño
de la cavidad medular.

En el curso de la evolución fetal, la mayor parte de los huesos del esqueleto


aparecen preformados en porciones cartilaginosas que poco a poco se va
transformando en hueso, proceso que se conoce como osificación endocondral,
con tres zonas diferentes:
1. Zona de crecimiento
2. Zona de transformación del cartílago.
3. Zona de osificación.
La multiplicación de células cartilaginosas en la zona de crecimiento desplaza la
epífisis de su proximidad con la diáfisis, con el resultado de engrosamiento de la
placa epifisiaria. La sucesiva eliminación del cartílago y depósito de hueso en la
zona de osificación a su vez alarga la diáfisis.

El aumento de diámetro del hueso es consecuencia de la actividad de la capa


osteógena del periostio.

OSIFICACIÓN INTRAMEMBRANOSA. La mayor parte de los huesos están


preformados como membrana fibrosa o matriz, la cual se infiltra de tejido osteoide
que, al calcificarse, forma hueso verdadero y definitivo. Se forma hueso adicional
al osificarse las capas del periostio a cada lado del hueso.

COMPOSICIÓN Y FISIOLOGÍA DEL HUESO

El hueso está compuesto de células y una sustancia fundamental impregnada de


sales minerales. El fosfato de calcio entra en la composición de las sales
minerales en un 80%. El resto es principalmente carbonato de calcio y fosfato de
magnesio.

Fig. 2.5. Células que se observan en un frotis de médula ósea (Tomado de Espasa Calpe)

En 100 cc de hueso existen unos 10 gramos de calcio, en comparación con los 6


mg por 100 ml presentes en muchos tejidos, y los 10 mg por 100 ml en la sangre.
Por lo mismo, el hueso es una buena reserva de minerales que sufre grandes
oscilaciones de su contenido, de acuerdo con las necesidades de estos minerales
que requiera el organismo, a través de la resorción de hueso por los osteoclastos.

En la médula ósea se forman las células de la sangre, como se verá en el capítulo


correspondiente a este tema.

ALGUNAS CONSIDERACIONES CLÍNICAS

El hueso aparece duro, rígido, inelástico y casi sin vida, pero en realidad es en
extremo reactivo a las alteraciones ambientales como tensión, riego sanguíneo y
nutrición. El hueso puede disminuir su tamaño (atrofia) cuando la presión es
constante y excesiva, aumentar (hipertrofia) como reacción a golpes o presiones
intermitentes, reparar roturas y disponer su estructura de modo que pueda resistir
mejor los esfuerzos intensos y las fatigas.

FRACTURAS. Se llama fractura ósea a toda interrupción patológica, de la


continuidad del tejido óseo. Entre las muchas fracturas que se describen, están
las siguientes:

Fractura sencilla es aquella en que la piel sobre el lugar de la lesión no sufre


accidente. En la fractura compuesta, en cambio, el foco de la fractura comunica
con el exterior por lesión de la piel. Esta lesión puede ser debida a que un
fragmento de hueso fracturado perfora la piel o a que la acción de un objeto
externo perforante, como una bala que causa la fractura.

Fractura en rama verde es la que resulta completa por un lado, pero por el otro
sólo queda doblado. Este tipo de fractura ocurre principalmente en los animales
jóvenes.

Fractura completa es la que separa el hueso por completo en uno o más


fragmentos al través.

Fractura epifisiaria es la que ocurre en la unión de una epífisis con su diáfisis.


Este tipo de fractura también es propio de animales jóvenes.

Se entiende por fractura conminuta aquella en que se forman numerosos


fragmentos, como consecuencia de que el hueso ha sido aplastado o triturado.

Los extremos del hueso fracturado se deben reunir en la posición original e


inmovilizarlos para que ocurra el proceso correcto de curación.
Fig. 2.6. Representación esquemática de los tipos de fracturas. A, fractura en tallo verde.
B, fractura completa. C, fractura conminuta. D, fractura compuesta (si el fragmento perforó
la piel) (Tomado de Kanhn)

Durante la fractura se rompen algunos vasos sanguíneos, se produce una


hemorragia, esta sangre forma un coágulo, que muy pronto es invadido por células
conectivas que forman un tejido. Los osteoblastos se multiplican con rapidez y
producen una cantidad masiva de tejido osteoide llamado callo.

Este callo es mineralizado y se forma un nuevo hueso, el cual es pulido por los
osteoclastos que se encargan de eliminar las partes excesivas.

El enanismo acondroplásico ocurre cuando el cartílago es cambiado por hueso de


una manera muy rápida, en le cual el tronco conserva sus medidas, en tanto que
las extremidades son desproporcionadamente cortas.

El tejido óseo puede ser resorbido como consecuencia de desequilibrio hormonal


(hiperparatiroidismo)

Además de estiramientos, los huesos pueden sufrir compresiones, flexiones,


deslizamientos y torsiones.

La tuberculosis y la osteomielitis (infección del hueso y de la médula ósea) son


dos infecciones óseas relativamente frecuentes.

La exostosis es un crecimiento de la superficie del hueso como reacción a la


irritación constante.
Los tumores óseos pueden llamarse osteomas, cuando son del mismo tejido del
hueso; fibromas, cuando son del estrato externo del periostio; condroma, cuando
es a partir del cartílago epifisiario; u osteoclastoma, formado por osteoclastos.
Estos tumores se clasifican como benignos.

Entre Los tumores malignos se encuentran el sarcoma osteógeno, del tejido óseo
propiamente dicho, y el mieloma múltiple, de la médula ósea.

Tanto el raquitismo (en animales jóvenes) como la osteomalacia (en animales


adultos) se deben comúnmente a una deficiencia de irradiación ultravioleta en la
piel que transforme el 7-dehidrocolesterol en vitamina D, con el resultado de que el
calcio no se deposita en los huesos. También puede deberse a una deficiencia
alimenticia de calcio, de fósforo, o de ambos en la dieta.

También podría gustarte