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El olfato: un sentido para el diagnóstico clínico

Article · January 2011

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Joaquim Mullol Isam Alobid


IDIBAPS August Pi i Sunyer Biomedical Research Institute Hospital Clínic de Barcelona
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Rev Rinol. 2011;11(1):29-32

El olfato: un sentido
para el diagnóstico clínico

J. Mullol, I. Alobid y F. Santiago

Unitat de Rinologia i Clínica de l’Olfacte, Servei d’Otorinolaringologia, Hospital Clínic i Universitari. Barcelona

Resumen
El olfato, junto a los otros sentidos, proporciona a nuestro cerebro la información sobre nuestro entorno.
Aunque de un importancia no tan vital como en el mundo animal, los seres humanos han aprendido a rela-
cionar los olores con situaciones agradables, de rechazo, de miedo, de atracción o de recuerdo. Los resfria-
dos, la enfermedad nasosinusal y los traumatismos craneoencefálicos son las tres principales causas de
pérdida del olfato. Otras causas pueden ser: sustancias tóxicas, enfermedades neurodegenerativas (Parkin-
son, Alzheimer), tumores cerebrales o causas congénitas y hereditarias. Además, varias de estas causas
pueden asociarse en un mismo individuo. La pérdida del olfato puede valorarse como síntoma o mediante
olfatometría, existiendo un test validado para población española, el Barcelona Smell Test 24 (BAST-24). El
tratamiento de la pérdida del olfato se basa en el tratamiento de la enfermedad de base: los corticoides, en
la enfermedad inflamatoria nasosinusal, y el entrenamiento del sentido del olfato constituyen las principales
terapias a considerar.

Palabras clave: Olfato. Hiposmia. Anosmia. Enfermedad nasosinusal. BAST-24.

Abstract
The sense of smell, in addition to the other senses, supplies environmental information to the brain.
Although of no so vital importance than in the animal world, humans have learnt to link odours to pleasant,
repelling, fear, attraction or memory situations. Common cold, sinonasal inflammatory diseases, and head
traumatisms are the three main causes of the loss of smell. Other causes may be: toxic substances, neuro-
degenerative disease (Parkinson, Alzheimer), brain tumours, or congenital-hereditary disorders. Several of
these causes may be present in a single individual. The loss of smell assessment may be done as a symptom
or by olfactometry, with a test validated in Spanish population, the Barcelona Smell Test 24 (BAST-24). The
treatment of the loss of smell is based on the treatment of the underlying disease: corticosteroids, en
sinonasal inflammatory diseases, and smell training constitute the main therapies to be considered. (Rev
Rinol. 2011;11(1):29-32)
Corresponding author: Joaquim Mullol, jmullol@clinic.ub.es

Key words: Smell. Hyposmia. Anosmia. Sinonasal diseases. BAST-24.

Introducción mosquitos, seleccionan a sus presas también por el


olor. Los machos de algunas mariposas perciben el olor
El olfato, junto a los otros sentidos, vela por nosotros de las hembras (feromonas) a varios kilómetros de dis-
dando a nuestro cerebro la información necesaria para tancia, mientras que algunos peces, como el salmón,
movernos en nuestro entorno. Hace unos 3.500 millo- reconocen por el olor las rutas fluviales para la puesta
nes de años, la historia del sentido del olfato empieza de sus huevos. Los mamíferos, como perros y leones,
cuando las primeras células desarrollaron un sentido usan sus fluidos corporales para marcar y defender su
químico para percibir la información sobre el medio territorio y reconocen a sus hijos por el olor. Los carní-
Revista de Rinología

que les rodea. Hace 400 millones de años, tras evolu- voros, como leones, guepardos o pumas, localizan a sus
cionar en los peces, el olfato se separa anatómicamen- presas por el olor o marcan su territorio con el olor de
te del gusto en los anfibios. Las plantas empezaron a sus presas muertas, mientras que los herbívoros detec-
utilizar el olor de sus flores para atraer a los insectos y tan a sus depredadores también mediante el olfato.
así poder diseminar su polen y fertilizar otras plantas. Además, a lo largo de nuestra evolución, los seres huma-
Los insectos sociales como las hormigas se recono- nos hemos aprendido a asociar los olores a situaciones
29
cen y se orientan por el olor, mientras otros, como los agradables (limpieza, humedad), de rechazo (alimentos
Estudio OLFACAT
anosmia

% 12

9%
10

0,5%
2

0
Detección Identificación

Hombres Mujeres

Figura 1. Resultados del estudio OLFACAT. En la población general, un 0,5% no es capaz de detectar ningún olor (anos-
mia), mientras que el 9% no es capaz de identificar ningún olor.

en mal estado), de miedo (fuego, depredadores), de Buck, Axel, et al. llevaron a un mejor conocimiento
atracción (flores, perfumes), o de recuerdo al evocar de los mecanismos del sentido del olfato: la existen-
escenas de nuestra infancia. cia de una superfamilia de más de 1.000 genes olfato-
rios (el 60% seudogenes sin función conocida) con unas
350 proteínas receptoras olfatorias, de las que las neu-
Genes y receptores olfativos ronas olfatorias expresan sólo un tipo en los humanos2,3.
Aunque aparecieron otras teorías, como la «vibratoria»,
La mucosa olfatoria ocupa un área similar a la de un de Turin4, la teoría de la «forma» (interacción molécula-
sello de correos en la parte alta de las fosas nasales. receptor) fue prevaleciendo en el mundo científico5
Del epitelio olfatorio salen fibras nerviosas con la hasta que, en octubre de 2004, la Academia Sueca pre-
información olorosa que llegan al bulbo olfativo tras mió a Buck y Axel con el Nobel de Medicina o Fisiología
cruzar la lámina cribosa. En el bulbo olfativo, la informa- por los trabajos que llevaron al descubrimiento de la
ción olorosa se integra, concentra y amplifica, pasando familia de genes que codifican las proteínas receptoras
a un segundo grupo de neuronas que conectan con del olfato.
el rinencéfalo, sistema límbico e hipotálamo (emocio-
nes y memoria) y con la corteza cerebral, donde el
cerebro toma conciencia de la percepción olfativa. Epidemiología del olfato:
Antes de la década de 1990, se conocía la localización estudio OLFACAT
de la mucosa olfatoria en el techo de las fosas nasales,
sus pigmentos e incluso las células que la formaban, así En 2003 se realizó en Cataluña el estudio OLFACAT con
como la anatomía de las vías olfatorias y la localización el objetivo de conocer el estado del sentido del olfato
de algunos centros olfatorios, pero poco se sabía del en la población general así como los factores que lo
mecanismo real por el que las moléculas olorosas se afectan6. El estudio, realizado en una muestra de casi
codificaban en impulsos nerviosos y cómo este paso 11.000 personas (66% mujeres), demostró que la anosmia
era regulado. (pérdida total del olfato) afecta a una de cada 200 per-
A finales de la década de 1980, dos investigadores sonas, mientras el 20% de la población presentaba
Revista de Rinología

de la Columbia University en Nueva York, Buck y Axel, algún tipo de alteración olfatoria; las mujeres tienen un
observaron, mediante técnicas de biología molecular, mejor olfato que los hombres, se pierde el olfato con
que el ARN del epitelio olfativo de la rata contenía una la edad, sobre todo a partir de los 60 años, y en los
gran familia de 70-200 genes olfatorios que codifica- hombres (Fig. 1). Entre los factores que afectan más al
ban una amplia variedad de proteínas receptoras, liga- sentido del olfato son: una mayor edad, el ser hombre,
das a proteína G y activadoras de los canales iónicos la rinosinusitis crónica (RSC), la historia de traumatismo
30 celulares 1. Durante la década de 1990, los estudios de craneal, o el tabaquismo.
Olfato en bronquiectasias
rinosinusitis/pólipos nasales
3

Pérdida de olfato (0-3) 2 ***


†††

1 **

Todos RSC– RSC+ PN– PN+

Figura 2. Los pacientes con RSC+, sobre todo los que tienen además pólipos nasales (PN+), manifiestan una pérdida impor-
tante del sentido del olfato.

Pérdida del olfato: causas, enfermedades (rinosinusitis, tumores). La RSC, sobre


medición y tratamiento todo con PN (Fig. 2), es una causa de diagnóstico dife-
rencial obligado ante toda pérdida del olfato, sobre
Los resfriados, la enfermedad crónica nasosinusal todo en los casos en que se asocia a enfermedad res-
(rinitis, rinosinusitis y poliposis nasal [PN]) y los trauma- piratoria como intolerancia a los antiinflamatorios no
tismos craneoencefálicos son las tres principales cau- esteroideos (AINE), asma, EPOC o bronquiectasias7,8.
sas de pérdida del olfato en la práctica clínica. En caso Aunque el impacto de la rinitis sobre el olfato es mode-
de anosmia posviral se recomienda hacer siempre el rada (Fig. 3), estudios recientes han demostrado que la
estudio completo del paciente para descartar otras pérdida del olfato está ligada a los casos más graves de

Olfato en rinitis alérgica

SIN hiposmia subjetiva CON hiposmia subjetiva

25% 15,2%

75% 84,8%
Revista de Rinología

Leve Moderada/grave

Figura 3. La mayoría (84,8%) de los pacientes con rinitis alérgica persistente y pérdida subjetiva del olfato se clasifican en el
grupo de rinitis moderada-grave.
31
Olfatometría subjetiva
BAST-24

– Olores: 20 olfativos y 4 sensitivos


– Características: detección, memoria, identificación
– Asociado a gustometría: dulce, salado, ácido, amargo, umami

Figura 4. El BAST-24 es una prueba de olfatometría subjetiva validada para la población española y mediterránea.

rinitis 9, e incluso puede servir para identificar los 3. Gilad Y, Man O, Pääbo S, Lancet D. Human specific loss of olfac-
tory receptor genes. Proc Natl Acad Sci USA. 2003;100:3324-7.
casos más graves de asma10. Otras causas de pérdida 4. Turin L. A spectroscopic mechanism for primary olfactory recep-
del olfato pueden ser la inhalación de sustancias tóxicas tion. Chem Senses. 1996;21:773-91.
o contaminantes, enfermedades neurodegenerativas, 5. Keller A, Vosshall LB. A psychophysical test of the vibration
theory of olfaction. Nat Neurosci. 2004;7:337-8.
como la enfermedad de Parkinson11,12 o de Alzheimer 13, 6. Alobid I, Quintó LI, Bernal-Sprekelsen M, et al. Epidemiologic
tumores cerebrales o causas congénitas o hereditarias. study of smell in the Catalan population. Otolaryngol Head &
Neck Surg. 2006;135 Suppl 2:P267.
En el diagnóstico de la pérdida del olfato siempre hay 7. Alobid I, Benítez P, Bernal-Sprekelsen M, et al. Nasal polyposis and
que tener en cuenta que varias de estas causas pueden its impact on quality of life. Comparison between the effects of
asociarse en un mismo individuo14. medical and surgical treatments. Allergy. 2009;60:452-8.
8. Guilemany JM, Angrill J, Alobid I, et al. United airways again:
En la práctica clínica, esta pérdida del olfato puede high prevalence of chronic rhinosinusitis and nasal polyps in
valorarse como síntoma (escala Likert, escala visual bronchectasis. Allergy. 2009;64:790-7.
9. Guilemany JM, García-Piñero A, Alobid I, et al. Persistent allergic
analógica [EVA]) o mediante olfatometría (University of rhinitis has a moderate impact on the sense of smell depen-
Pennsylvania Smell Identification test [UPSIT], Connec- ding on both nasal congestion and inflammation. Laryngosco-
ticut Chemosensory Clinical Research Center [CCCRC], pe. 2009;119:233-8.
10. Alobid I, Cardelús S, Benítez P, et al. The impact of asthma
Sniffin’ Sticks, Zúrich), existiendo un test de olfatome- severity on the sense of smell in patients with chronic rhi-
tría, validado para población española y mediterránea, nosinusitis and nasal polyposis. Laryngoscope. 2011. En
prensa.
el BAST-24 (Fig. 4)15. Existen numerosos pruebas olfati- 11. Hummel T, Witt M, Reichmann H, Welge-Luessen A, Haehner A.
vas en diferentes países, aunque no existe una única Immunohistochemical, volumetric, and functional neuroima-
prueba uniformemente aceptada. La resonancia mag- ging studies in patients with idiopathic Parkinson’s disease. J
Neurol Sci. 2010;289:119-27.
nética funcional olfativa todavía constituye un método 12. Meusel T, Westermann B, Fuhr P, Hummel T, Welge-Lüssen A.
de estudio limitado al campo de la investigación. The course of olfactory deficits in patients with Parkinson’s
disease – A study based on psychophysical and electrophysio-
El tratamiento de la pérdida del olfato se basa sobre logical measures. Neurosci Lett. 2010. En prensa.
todo en el tratamiento de la enfermedad causante. 13. Förster S, Vaitl A, Teipel SJ, et al. Functional representation of
Sólo los corticoides intranasales o sistémicos han olfactory impairment in early Alzheimer’s disease. J Alzheimers
Dis. 2010. En prensa.
demostrado pruebas de eficacia en la mejoría del sen- 14. Obando A, Alobid I, Gastón F, Berenguer J, Marin C, Mullol J.
tido del olfato en pacientes con RSC con PN16. Dado que Should postviral anosmia be further investigated? Allergy.
2009;64:1556-7.
el aprendizaje olfativo es una característica importante 15. Cardesín A, Alobid I, Benítez P, et al. Barcelona Smell Test - 24
de este sentido17, el entrenamiento del sentido del olfa- (BAST-24): validation and smell characteristiques in the healthy
to puede constituir un tipo de terapia a considerar en Spanish population. Rhinology. 2006;44:83-9.
16. Benítez P, Alobid I, De Haro J, et al. A short course of oral
los pacientes en los que fallan otros tratamientos18. prednisone followed by long term intranasal budesonide is
Revista de Rinología

an effective treatment for severe nasal polyps. Comparative


study of various methods of assessment. Laryngoscope. 2006;
116:770-5.
Bibliografía 17. Mariño F, Alobid I, Centellas S, et al. Smell training increases
cognitive smell skills of wine tasters compared to the gene-
1. Buck L, Axel R. A novel multigene family may encode odorant ral healthy population. The WINECAT Study. Rhinology. 2010;
receptors: a molecular basis for odor recognition. Cell. 1991; 48:273-6.
65:175-87. 18. Hummel T, Rissom K, Reden J, Hähner A, Weidenbecher M,
2. Zozulya S, Echeverri F, Nguyen T. The human olfactory receptor Hüttenbrink KB. Effects of olfactory training in patients with
32 repertoire. Genome Biology. 2001;2:1-12. olfactory loss. Laryngoscope. 2009;119:496-9.

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