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Regis DebrayEl nacimiento por la muerte

 Alguna vez nos hemos preguntado ¿Por qué el ser humano desde tiempos
inmemorables se ha preocupadopor dejar detrás suyo, figuras o representaciones,
como testigos perennes de su paso por el mundo? Puesbien, Regis Debray nos plantea
que para resolver este y muchos otros interrogantes sobre el ser humanodebemos
mirar hacia el pasado; Debray dice: “quien retrocede en el tiempo avanza en
conocimiento”.Si damos un vistazo a la historia no tardamos en darnos cuenta de la
imagen es una constante en todas lascivilizaciones, en todas las culturas, en todas las
épocas y siempre se pasea de la mano con la muerte. Lasantiguas civilizaciones,aunque
con distintas creencias, siempre enterraron a sus líderes rodeados detesoros y sus
tumbas fueron adornadas con todo tipo de objetos decorativos. Los atenienses
representabancuerpos en figuras de cerámica sobre las tumbas como intentando
poner a la imagen por testigo de unmerecido triunfo de la vida sobre la
muerte.Podemos apreciar una utilización muy practica que se hace de la imagen, en
los funerales de los antiguosreyes de Francia, en estas ceremonias el cuerpo del rey
que acababa de morir debía ser expuesto durantecuarenta días, pero como el cuerpo
se descomponía de manera muy rápida, entonces se recurría a crearefigies exactas a
los muertos, utilizando la imagen, como un sustituto vivo del muerto. En este punto
Debrayplantea algo que suena muy curioso y a la vez irónico, en esos momentos en la
copia hay más que en eloriginal y es que según el autor al hombre occidental lo mejor
le llega por su conversión en imagen, pues suimagen es su mejor
parte. A medida que va avanzando las civilizaciones, también evoluciona el uso que se 
hace de las imágenes,puesto que en un principio solo podían ser usadas por los
grandes personajes; pero luego entra en unproceso en el que se da una especie de
democratización, a partir del cual no solo los hombres poderosostienen acceso al uso
de la imagen, ya que luego el ciudadano del común también lo obtiene, y
mastardíamente también lo obtienen las mujeres.La iglesia, en especial la cristiana
también haría valer su derecho al uso de la imagen y aunque toda laiconografía del
cristianismo no estaba prevista por los padres de la iglesia, lo cierto es que fue la
culturacristiana la primera en darle a lo físico, un espacio entre lo sagrado, primero lo
hizo con los santos, luegocon los mártires, los prelados y los príncipes; así pues le
brinda toda una imagen divina a sus muertosintentando mostrar el triunfo de la fe
sobre la muerte.La muerte fue quizá el primer misterio del hombre y tal vez gracias a
su presencia fue que el hombrecomenzó a hacerse una idea de lo sobrenatural, la
muerte le incito a esperar un más allá y tal vez laangustia de encontrarse frente a un
cadáver que ya no es un ser viviente pero tampoco era una cosa, fue loque le motivo a
hacer replicas de si mismo, como intentando perdurar en el tiempo dejando una
evidenciade que alguna vez existió y cada vez se sumerge mas en una fascinación por
lo fúnebre o lo que el autorllama: “el amor a los huesos” y a medida que esto pasa, el
hombre avanza en las técnicas que usa paracrear una imagen cada vez mas real y
fiable del ser que ha fallecido, comienza a variar el formato de lasimágenes para
hacerlas cada vez mas pequeñas hasta que una imagen llega a convertirse por ejemplo:
enel colgante que una devota llevará puesto en su cuello sobre la piel. Se desarrollan
tanto y tan rápidamentelas técnicas artísticas que se llega a un punto en que sin darse
cuenta, ese amor a los huesos terminaconvirtiéndose en el amor al arte.Para el autor,
el estilo de vida del hombre occidental actual ha desterrado la muerte de la posición
queocupo en el pasado, la ha bajado de su pedestal y casi ha llegado a olvidarle; lo cual
sería según él, asestarun golpe contundente a la imaginación y con lo que el domina la
muerte de la muerte, también moriría elarte que ha nacido de sus entrañas. Hubo arte
mientras existían las fuerzas misteriosas, la magia de lodesconocido y es que la
humanidad al sentirse casi super poderosa porque ha alcanzado un poder
increíblesobre su entorno ya no siente la necesidad de artistas, el hombre antiguo crea
la imagen y crea ídolos comouna forma de vencer el miedo, pero el hombre actual
logra vencer sus miedos sin recurrir a la magia de laimagen, la técnica y la razón se han
terminado imponiéndose sobre el ídolo y todo esto ha ocasionado quese pierda la
“magia”que pierda la necesidad de trascender en el tiempo y ha llevado al hombre a
llenarse deimágenes sin contenido ni consecuencia.Para Regis Debray no hay, de un
lado la imagen material e inerte y del otro lado la mirada como un rayo desol que
anima la pagina de un gran libro abierto, ya que mirar no es recibir, sino ordenar lo
visible, organizarla experiencia. La imagen recibe su sentido de la mirada. La evolución
de la técnica y las creencias nosllevaron a señalar tres momentos en la historia de lo
visible: la mirada mágica, la mirada estética y porúltimo, la más banal: la económica. La
historia de la mirada tal vez no sea más que un capítulo de la muertede occidente.El
nacimiento de la imagen esta inexorablemente unido a la muerte desde el principio. La
imagen seconvirtió en el arma del hombre para enfrentar el olvido que será con la
llegada de la muerte.

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