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Las ideas innovadores revolucionan el turismo nacional.

A Ecuador es posible
conocerlo desde la cultura, la gastronomía, la aventura, la fotografía y más
aristas recorriendo distancias cortas en redes de conectividad con excelentes
condiciones. “Wanderbus Ecuador”, emprendimiento turístico, te adentra en los
tesoros del centro del mundo de forma segura, divertida, flexible y al alcance de
tu presupuesto.

Las ideas innovadores revolucionan el turismo nacional.Wanderbus Ecuador”,


emprendimiento turístico, te adentra en los tesoros del centro del mundo de
forma segura, divertida, flexible y al alcance de tu presupuesto.

Entre las propuestas, Wanderbus administrado por Nicolás Ponce, nos muestra
una manera de recorrer por Ecuador sobre ruedas con costos económicos y
condiciones flexibles, que permitirán a los viajeros descubrir la geografía,
paisajes, atractivos, gastronomía y la cultura de la gente que los recibe en cada
destino.

Ponce comenta que el deseo de  viajar de forma conveniente motivo esta idea,
sobre todo en lugares donde su principal atractivo es la naturaleza. El
emprendimiento es el primero en el país, que ofrece un servicio flexible y
seguro para conocer los Andes, Costa del Pacífico y Amazonía creando un
propio itinerario, ajustándolo a las rutas y lugares que se desea conocer. Los
viajeros pueden subir y bajar de la unidad de transporte en cualquier lugar.

Los turistas con bajo presupuesto pueden realizar un viaje en Ecuador con
guías profesionales  y preparados en 4 unidades de transportes nuevos y
cómodos, que se encuentran en recorridos permanentes. El servicio “hop-on 
hop-off” (subir y bajar) se lo puede tomar en 18 paradas y eligiendo pases de
abordaje.

El emprendimiento turístico posee un equipo de profesionales nacionales y


extranjeros  quienes diseñaron itinerarios óptimos para aprovechar el tiempo de
visita en cada destino seleccionado. Entre las opciones se encuentran Quilotoa,
escalada al volcán Cotopaxi, recorrido en tren por la ruta Nariz del Diablo, visita
al mercado de Otavalo y las playas ecuatorianas. Su servicio tiene conexión
con Perú y Colombia. Para conocer más sobre el emprendimiento visita:
www.wanderbusecuador.com
A finales de noviembre de este año –2018– nos subimos por primera vez al
Wanderbus, ¿de qué se trata este bus? Pues es una forma cómoda, práctica y
segura de visitar varios de los sitios más emblemáticos del Ecuador, como la
Laguna de Quilotoa, el Volcán Cotopaxi, P.N. El Cajas, las Lagunas de
Ozogoche –nuestro favorito–, entre otros rincones de la Sierra y Costa
ecuatoriana.

A bordo va un guía bilingüe explicando –la mayor parte del tiempo– acerca de
la flora y fauna de los lugares que visitamos, así como los aspectos culturales.
¿Qué es lo característico del bus? Aparte de sus paradas cortas (algunas de
minutos, otras de horas), es que al descender en los destinos finales donde se
pasará la noche (como Baños, Cuenca), puedes permanecer allí los días que
quieras, conociendo los alrededores de la ciudad, hasta subir nuevamente al
bus y continuar con el recorrido; es lo que se conoce con el nombre de hop on
– hop off.

Recorriendo Baños durante


nuestra estadía de varios días.

Wanderbus ofrece 12 tipos de


recorridos con distintos
precios, nosotros tomamos el
completo: Wander Pass. Su
punto de partida es en Quito,
desciende hasta Cuenca para
luego dirigirse hacia la Costa
y, posteriormente, volver a la
capital.

En nuestro caso, como somos de Guayaquil, nos embarcamos aquí, durante la


tarde de un miércoles en el Hotel Holiday Inn (cerca al aeropuerto). El bus llega
y se marcha de cada destino tres veces por semana, por lo que es importante
revisar el itinerario en su web y confirmar con la empresa (mínimo 24 horas
antes) el día que se pretenda tomarlo.

Habían pasado por nosotros después de las 03:00 Pm, llegamos a nuestro
primer destino –Montañita– al anochecer. Durante el recorrido, el guía,
llamado Alexander, nos contaba brevemente la historia de Guayaquil, más
adelante habló sobre el asentamiento de la cultura Valdivia y sobre la
vegetación que veíamos desde las ventanillas.

Dentro del bus realizaron juegos de adivinanzas (basados en la explicación que


nos dieron durante el recorrido) para ganar bandanas y postales del Ecuador.
Luego de parar en una gasolinera, nos dedicamos a ver una película
ecuatoriana (esta vez fue Pescador) hasta las 07:00 Pm que llegamos a
nuestro destino.

Como al día siguiente debíamos estar a las 07:00 Am sobre la carretera,


tomando el bus justo en el punto de encuentro, decidimos pasar la noche en
una zona tranquila de Montañita y dormir en el hotel Paradise by Dharma (USD
$22,32 costó la habitación privada).

Muchos prefieren quedarse varios días en el pueblo, disfrutando de la playa o


tomando clases de surf. Nosotros no lo hicimos porque la mejor época para
bañarse en el mar, según nuestra experiencia y gusto por la temperatura del
agua, es de enero a mayo.

Por la mañana salimos puntual, pasamos por Puerto López dejando a cuatro
pasajeros y continuamos hasta Puerto Cayo. Nos esperaba un desayuno
inigualable en el hospedaje Cabalonga, el cual consistía en un tigrillo con
queso manabita, sal prieta, pimiento y cebolla cosechada allí mismo en su
huerta, acompañado con jugo y café orgánico.

Desayuno en Puerto Cayo


(foto desde el iPhone).

Nos dejaron participar en el


proceso de la preparación
del tigrillo majando el verde.
Pagamos USD $4,00 cada
uno por aquel desayuno (el
hospedaje y la comida no se
incluyen en el Wanderbus).
También era posible dormir
en una de sus lujosas
carpas pagando USD
$20,00 por persona.

Antes de las 10:00 Am nos encontrábamos camino a Quito. Esta parte del
recorrido fue la más larga de todas, y la mejor para colocar películas en el
televisor del bus. Nos detuvimos sólo para ir al baño y almorzar. Llegamos a la
capital, precisamente a la Plaza Foch, en la noche.

Por cuenta propia viajamos hasta la ciudad de Otavalo (también vale la pena
conocer Quito, hay mucho por ver), por lo que continuamos con el recorrido
después de unos días. Nos embarcamos en el bus nuevamente desde la Plaza
Foch a las 06:10 Am (sí, se madruga bastante), recogimos a otros pasajeros en
la Plaza Belmonte y nos despedimos de la capital desde el mirador la
Ferroviaria.
Mirador la
Ferroviaria.

Aunque en esta
época era difícil
ver a los volcanes
completamente
despejados,
logramos
observar el
Corazón,
Cayambe,
Pichincha y los
Ilinizas justo
antes de llegar a la Hacienda La Victoria, en Tambillo, para probar un
desayuno tradicional (sin ningún costo) de acá. Contenía leche natural, café,
pan, frutas y dulce de leche.

Volcán Los Ilinizas.

Al comer todos en una sola mesa, era inevitable conversar y hacernos amigos
con los demás viajeros a bordo del Wanderbus. Juntos fuimos a ver las vacas
pequeñas que tenían en el corral. Había una muy grande que en ese instante le
estaban dando de comer, de esa forma era más fácil que uno de nosotros la
ordeñara; Andrea lo hizo.
A las 09:10 Am ingresamos al Parque Nacional Cotopaxi, aquí yacía el
segundo volcán activo más grande del mundo, mide 5,897 msnm. El bus se
estacionó y, junto al chofer, la guía –llamada Cris– y los demás, caminamos
hasta uno de los miradores en la Laguna de Limpiopungo. El paisaje estaba
compuesto por el Volcán Rumiñahui y el Volcán Cotopaxi (en un momento las
nubes dejaron ver su cima).
Volcán Rumiñahui.

Volcán Cotopaxi.

Desde la Laguna Limpiopungo.

La hora del almuerzo nos tocó en Pujilí, donde al terminar de comer, nos
llevaron a pasear por sus calles y nos explicaron el significado de sus bailes
tradicionales. Seguimos con el recorrido, viendo el paisaje verdoso y
montañoso que se presentaba a través de las ventanas del bus. Al mismo
tiempo, la guía nos contaba historias que habían ocurrido en la zona, como la
estrella que robaba papas y el cóndor que capturó a una niña.

Para las tres de la tarde, nos encontrábamos caminando hacia el mirador de la


Laguna de Quilotoa, esta vez no pudimos descender hasta su orilla porque la
parada era corta, sólo contemplamos el panorama. Sin duda alguna valdría la
pena pasar varias noches aquí. En 40 minutos ya estábamos sentados en el
bus, rumbo a Baños de Agua Santa. Pero antes, hicimos una pequeña parada
en Salcedo para probar los auténticos Helados de Salcedo. Un postre
infaltable, el tradicional se componía de cinco sabores y costaba USD $0,75.
Laguna de Quilotoa.

A las 07:00 Pm el bus nos dejó en una de las calles de Baños, agotados, sólo
caminamos para buscar un hotel y echarnos a dormir. Permanecimos cuatro
días en la ciudad hasta subirnos al siguiente Wanderbus.

 PUNTO PARA WANDERBUS

 Cabe destacar que, si al momento de llegar a uno de los destinos, no cuentas


con un hospedaje, los guías te pueden recomendar o ayudar a buscar uno
desde tu celular, ellos conocen los más adecuados con respecto a precio y
comodidad.

Visitamos cascadas, la famosa Casa del Árbol y un sábado a las 07:00 Am


estábamos en la terminal, de vuelta en el bus para dirigirnos hacia Riobamba.
Mientras nos marchábamos, el Volcán Tungurahua se despejó para
despedirse. Al llegar, lo primero que hicimos fue desayunar en el mercado,
probamos jugos de distintas frutas con hielo proveniente del Volcán
Chimborazo.
Pailón del Diablo.

La
fuerza de la caída de agua paralizaba a cualquiera.
Columpio
del fin del mundo.

Volcán
Tungurahua.

Luego, a las 10:40 Am, visitamos la Iglesia de Balbanera, la primera en


construirse dentro del Ecuador, fundada el 15 de agosto de 1534. Sólo pudimos
verla por fuera, ya que a esa hora permanecía cerrada. Según nos dijeron,
ahora la abren únicamente en la tarde. Era posible ingresar al museo (pagando
USD $1,00), pero no contábamos con el tiempo suficiente.
Iglesia de Balbanera.

Arrancamos y, junto a las ventanas, vimos la Laguna de Colta. Todos los


pasajeros dormimos en los asientos hasta que el chofer nos levantó, horas
después, en la mejor parada que realiza Wanderbus, según Fernando, nuestro
guía: las Lagunas de Ozogoche.

Primero caminamos hasta un pequeño mirador natural sobre una roca, desde
la cual veíamos dos de las 45 lagunas que se hallaban allí. Nos encontrábamos
dentro del Parque Nacional Sangay, a casi 4200 msnm. El viento era fuerte, y
para combatirlo, nos dijeron que podíamos echarnos sobre la vegetación del
páramo, al acostarnos allí, el aire no nos hacía ni cosquillas, era muy cómodo.

Lagunas de
Ozogoche.
Com
batiendo el frío.

Lagunas de Ozogoche, Parque Nacional Sangay.

Regresamos al bus para avanzar hasta el restaurante “Dos Lagunitas” de la


comunidad. Mientras preparaban el almuerzo –costaba USD $5,00–, fuimos a
caminar hasta la orilla de una de las dos lagunas accesibles. Para conocer las
demás, es necesario acampar y subir temprano a la montaña.

El sendero se perdía en la vegetación, pasamos sobre arbustos y agua que


mojaba la suela de los zapatos (importante ir con buen calzado) hasta que
finalmente llegamos a la orilla, parecía una pequeña playa. Sin gente, se sentía
una gran tranquilidad en el ambiente. Aunque existen unas aves llamadas
cuvivíes que cada año vuelan hasta estas lagunas para suicidarse.
A orillas de una de las lagunas de Ozogoche.

Luego de almorzar choclo, habas y trucha con arroz, partimos hacia otro
destino, no sin antes hacer una corta parada en Alausí (donde se encuentra el
Tren de la Nariz del Diablo). Llegamos por la noche a Cuenca, una ciudad
colonial donde sus atractivos turísticos incentivan a alargar la estadía, pero
nosotros debíamos viajar al día siguiente, por lo que, a las 07:00 Am del
domingo, nos estábamos subiendo nuevamente al bus para salir rumbo al
Parque Nacional El Cajas.

Alausí.

Se encontraba a una hora de


distancia, nos acompañó un
día despejado que invitaba a
realizar alguno de los
trekkings que ofrecía el
parque. Por tiempo no
alcanzaríamos a hacerlo, pero
permanecimos 45 minutos
andando por el lugar,
escuchando la explicación de
Fernando –el guía– sobre los
animales que allí habitan, y
contemplando la Laguna
Toreadora, la más grande del
área.
Laguna Toreadora, Parque Nacional El Cajas.

Paramos a desayunar más adelante en la carretera. La neblina nos acompañó


hasta que nos adentramos en la Costa ecuatoriana y empezamos a notar,
desde las ventanas del bus, que la vegetación cambiaba poco a poco, al igual
que el clima. A las 11:30 Am dejamos los abrigos a un lado y bajamos en la
Hacienda Mango y Cacao.

Ahí caminamos entre plantaciones de cacao, nos explicaron el proceso de


sembrado, nos dieron a probar las semillas y vimos árboles de pomarosa,
zapote, vainilla, achiote. Luego de un abundante almuerzo –pagando USD
$5,00–, con frutas naturales obtenidas de la finca, preparamos chocolate
artesanal y nos hicieron participar al momento de tostar, pelar y moler el cacao.
Una agradable experiencia antes de volver por la tarde a nuestra ciudad –
Guayaquil–, este era el último punto que visitábamos, el final del recorrido.

¿Recomendamos utilizar Wanderbus?

Por supuesto que sí, es una manera distinta de recorrer el Ecuador. ¿Es para
todo el mundo? Probablemente no, sabemos que se puede llegar a en
transporte público a los lugares que mencionamos anteriormente en el artículo,
aunque toma más tiempo y es un poco agotador, resulta mucho más
económico.

Sin embargo, el Wanderbus ofrece mayor seguridad y tranquilidad, guías


bilingües que explican de manera detallada la historia y el entorno de cada
sitio, flexibilidad en tu recorrido, ya que tú eliges cuántos días deseas quedarte
en cada destino. Te ayuda también a aprovechar mejor tu tiempo si cuentas
con pocos días en el país. Como ellos mismos mencionan: es más seguro que
el transporte público y más barato que las operadoras turísticas.
Paisajes desde la ventana del Wanderbus.

En nuestra opinión, si viajas con poco presupuesto, debes pensarlo dos veces
antes de tomarlo, pero eso sí, te convendría en el caso de querer conocer el
Cotopaxi y las Lagunas de Ozogoche (ya que los accesos en transporte público
son complicados o escasos).

Si tienes un familiar que viene de afuera (sobre todo mayor) y desea visitar
varios lugares del Ecuador pero cuenta con poco tiempo, entonces el
Wanderbus es más que adecuado porque tendrá un viaje enriquecedor y
distinto por el país.

 SÚBETE AL WANDERBUS

 Puedes reservar los boletos de cualquiera de los recorridos (cuyos precios van
desde los USD $25,00 hasta USD $219,00 por persona) haciendo clic aquí, de
esta forma, nos ayudas a seguir viajando y crear más contenido.

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