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A Ecuador es posible
conocerlo desde la cultura, la gastronomía, la aventura, la fotografía y más
aristas recorriendo distancias cortas en redes de conectividad con excelentes
condiciones. “Wanderbus Ecuador”, emprendimiento turístico, te adentra en los
tesoros del centro del mundo de forma segura, divertida, flexible y al alcance de
tu presupuesto.
Entre las propuestas, Wanderbus administrado por Nicolás Ponce, nos muestra
una manera de recorrer por Ecuador sobre ruedas con costos económicos y
condiciones flexibles, que permitirán a los viajeros descubrir la geografía,
paisajes, atractivos, gastronomía y la cultura de la gente que los recibe en cada
destino.
Ponce comenta que el deseo de viajar de forma conveniente motivo esta idea,
sobre todo en lugares donde su principal atractivo es la naturaleza. El
emprendimiento es el primero en el país, que ofrece un servicio flexible y
seguro para conocer los Andes, Costa del Pacífico y Amazonía creando un
propio itinerario, ajustándolo a las rutas y lugares que se desea conocer. Los
viajeros pueden subir y bajar de la unidad de transporte en cualquier lugar.
Los turistas con bajo presupuesto pueden realizar un viaje en Ecuador con
guías profesionales y preparados en 4 unidades de transportes nuevos y
cómodos, que se encuentran en recorridos permanentes. El servicio “hop-on
hop-off” (subir y bajar) se lo puede tomar en 18 paradas y eligiendo pases de
abordaje.
A bordo va un guía bilingüe explicando –la mayor parte del tiempo– acerca de
la flora y fauna de los lugares que visitamos, así como los aspectos culturales.
¿Qué es lo característico del bus? Aparte de sus paradas cortas (algunas de
minutos, otras de horas), es que al descender en los destinos finales donde se
pasará la noche (como Baños, Cuenca), puedes permanecer allí los días que
quieras, conociendo los alrededores de la ciudad, hasta subir nuevamente al
bus y continuar con el recorrido; es lo que se conoce con el nombre de hop on
– hop off.
Habían pasado por nosotros después de las 03:00 Pm, llegamos a nuestro
primer destino –Montañita– al anochecer. Durante el recorrido, el guía,
llamado Alexander, nos contaba brevemente la historia de Guayaquil, más
adelante habló sobre el asentamiento de la cultura Valdivia y sobre la
vegetación que veíamos desde las ventanillas.
Por la mañana salimos puntual, pasamos por Puerto López dejando a cuatro
pasajeros y continuamos hasta Puerto Cayo. Nos esperaba un desayuno
inigualable en el hospedaje Cabalonga, el cual consistía en un tigrillo con
queso manabita, sal prieta, pimiento y cebolla cosechada allí mismo en su
huerta, acompañado con jugo y café orgánico.
Antes de las 10:00 Am nos encontrábamos camino a Quito. Esta parte del
recorrido fue la más larga de todas, y la mejor para colocar películas en el
televisor del bus. Nos detuvimos sólo para ir al baño y almorzar. Llegamos a la
capital, precisamente a la Plaza Foch, en la noche.
Por cuenta propia viajamos hasta la ciudad de Otavalo (también vale la pena
conocer Quito, hay mucho por ver), por lo que continuamos con el recorrido
después de unos días. Nos embarcamos en el bus nuevamente desde la Plaza
Foch a las 06:10 Am (sí, se madruga bastante), recogimos a otros pasajeros en
la Plaza Belmonte y nos despedimos de la capital desde el mirador la
Ferroviaria.
Mirador la
Ferroviaria.
Aunque en esta
época era difícil
ver a los volcanes
completamente
despejados,
logramos
observar el
Corazón,
Cayambe,
Pichincha y los
Ilinizas justo
antes de llegar a la Hacienda La Victoria, en Tambillo, para probar un
desayuno tradicional (sin ningún costo) de acá. Contenía leche natural, café,
pan, frutas y dulce de leche.
Al comer todos en una sola mesa, era inevitable conversar y hacernos amigos
con los demás viajeros a bordo del Wanderbus. Juntos fuimos a ver las vacas
pequeñas que tenían en el corral. Había una muy grande que en ese instante le
estaban dando de comer, de esa forma era más fácil que uno de nosotros la
ordeñara; Andrea lo hizo.
A las 09:10 Am ingresamos al Parque Nacional Cotopaxi, aquí yacía el
segundo volcán activo más grande del mundo, mide 5,897 msnm. El bus se
estacionó y, junto al chofer, la guía –llamada Cris– y los demás, caminamos
hasta uno de los miradores en la Laguna de Limpiopungo. El paisaje estaba
compuesto por el Volcán Rumiñahui y el Volcán Cotopaxi (en un momento las
nubes dejaron ver su cima).
Volcán Rumiñahui.
Volcán Cotopaxi.
La hora del almuerzo nos tocó en Pujilí, donde al terminar de comer, nos
llevaron a pasear por sus calles y nos explicaron el significado de sus bailes
tradicionales. Seguimos con el recorrido, viendo el paisaje verdoso y
montañoso que se presentaba a través de las ventanas del bus. Al mismo
tiempo, la guía nos contaba historias que habían ocurrido en la zona, como la
estrella que robaba papas y el cóndor que capturó a una niña.
A las 07:00 Pm el bus nos dejó en una de las calles de Baños, agotados, sólo
caminamos para buscar un hotel y echarnos a dormir. Permanecimos cuatro
días en la ciudad hasta subirnos al siguiente Wanderbus.
La
fuerza de la caída de agua paralizaba a cualquiera.
Columpio
del fin del mundo.
Volcán
Tungurahua.
Primero caminamos hasta un pequeño mirador natural sobre una roca, desde
la cual veíamos dos de las 45 lagunas que se hallaban allí. Nos encontrábamos
dentro del Parque Nacional Sangay, a casi 4200 msnm. El viento era fuerte, y
para combatirlo, nos dijeron que podíamos echarnos sobre la vegetación del
páramo, al acostarnos allí, el aire no nos hacía ni cosquillas, era muy cómodo.
Lagunas de
Ozogoche.
Com
batiendo el frío.
Luego de almorzar choclo, habas y trucha con arroz, partimos hacia otro
destino, no sin antes hacer una corta parada en Alausí (donde se encuentra el
Tren de la Nariz del Diablo). Llegamos por la noche a Cuenca, una ciudad
colonial donde sus atractivos turísticos incentivan a alargar la estadía, pero
nosotros debíamos viajar al día siguiente, por lo que, a las 07:00 Am del
domingo, nos estábamos subiendo nuevamente al bus para salir rumbo al
Parque Nacional El Cajas.
Alausí.
Por supuesto que sí, es una manera distinta de recorrer el Ecuador. ¿Es para
todo el mundo? Probablemente no, sabemos que se puede llegar a en
transporte público a los lugares que mencionamos anteriormente en el artículo,
aunque toma más tiempo y es un poco agotador, resulta mucho más
económico.
En nuestra opinión, si viajas con poco presupuesto, debes pensarlo dos veces
antes de tomarlo, pero eso sí, te convendría en el caso de querer conocer el
Cotopaxi y las Lagunas de Ozogoche (ya que los accesos en transporte público
son complicados o escasos).
Si tienes un familiar que viene de afuera (sobre todo mayor) y desea visitar
varios lugares del Ecuador pero cuenta con poco tiempo, entonces el
Wanderbus es más que adecuado porque tendrá un viaje enriquecedor y
distinto por el país.
SÚBETE AL WANDERBUS
Puedes reservar los boletos de cualquiera de los recorridos (cuyos precios van
desde los USD $25,00 hasta USD $219,00 por persona) haciendo clic aquí, de
esta forma, nos ayudas a seguir viajando y crear más contenido.