Está en la página 1de 1

Jue, 10/23/2014 (Todo el día)

Proteccionismo, exportaciones y política industrial


Rodrigo Botero Montoya
El comercio exterior de Colombia es menos libre hoy que en los años noventa.  Esa es la conclusión a la
cual llega una investigación sobre la política comercial colombiana, apoyada por el Banco de Desarrollo
de América Latina (CAF), y el Banco de la República, dirigida por Jorge García García, consultor del
Banco Mundial.  Los resultados de la investigación fueron presentados a mediados de octubre en la
Cátedra de Economía del Caribe de la Universidad del Norte de Barranquilla.

Durante los últimos 25 años, la protección por medio de aranceles fue reemplazada por controles de
precios y barreras no arancelarias de distinta naturaleza.  La adopción de estas medidas ha generado
rentas por una suma equivalente a 4 % del PIB, en beneficio de un reducido grupo de personas y
empresas involucradas en el proceso de tramitar importaciones.  Como consecuencia de las barreras no
arancelarias a las importaciones, en vez de haberse cerrado la brecha entre los precios domésticos del
sector industrial y los precias internacionales, esta se ha ampliado.  Para describir los perjuicios
derivados del proteccionismo desmesurado, García explicó que, para efectos prácticos, este resultó ser
equivalente a imponerle un gravamen de 40% a las exportaciones.

Dicha investigación contribuye a disipar el mito de que la economía colombiana es demasiado abierta.
Por el contrario, sigue siendo bastante cerrada.  También pone de presente los aspectos negativos del
proteccionismo, y del modelo de sustitución de importaciones en el cual se inspira.  Es altamente
regresivo desde el punto de vista social,  en particular, respecto a los bienes alimenticios.  Consiste en
extraerles recursos a los consumidores del país y transferírselos a un grupo privilegiado de productores
que logra distorsionar las políticas públicas en beneficio propio. 

Desde el punto de vista económico, crea incentivos perversos que favorecen a los sectores con mayor
capacidad de hacer lobby ante las autoridades para cerrar la economía.  De esa manera se entorpece el
surgimiento de las exportaciones industriales y agropecuarias no tradicionales, en detrimento de la
diversificación del aparato productivo del país.  Al señalar que las barreras no arancelarias a las
importaciones equivalen a imponerles un fuerte gravamen a las exportaciones, la investigación
mencionada contribuye a identificar una de las causas del anémico comportamiento de las exportaciones
no tradicionales.  Se importa para exportar.  El perjuicio a la competitividad causado por el
proteccionismo conduce a que empresas colombianas establezcan sus plataformas exportadoras en otros
países.

Estos planteamientos adquieren especial relevancia en la actual coyuntura internacional.  La caída que ha
tenido lugar en los precios del petróleo hace necesario asignarle prioridad al fortalecimiento de las
exportaciones distintas de las minero-energéticas.  Si el país desea diversificar su oferta exportadora e
impulsar el crecimiento de las ventas externas de manufacturas, bienes agropecuarios y servicios, debe
proceder a desmantelar el enjambre de restricciones a las importaciones vigente.   A la luz de las nuevas
circunstancias económicas, es imperativo rechazar las propuestas proteccionistas, imprimirle vigor al
esfuerzo exportador  y promover una política industrial orientada hacia el mercado mundial.

También podría gustarte