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El retroliberalismo

EL TÉRMINO NEOLIBERALISMO ES impreciso y falsifica la naturaleza del liberalismo


político.
Por: Salomón Kalmanovitz

La reducción del Estado y la despreocupación por la equidad social no es una


nueva forma de liberalismo ni le hace justicia a una ideología política que defendió
principios universales como la igualdad frente a la ley, la representación política de
todos los intereses sociales, la tributación con representación y el Estado fuerte.
El liberalismo fue combatido por los totalitarismos de derecha y de izquierda.
Hitler, Mussolini y Franco hicieron de la intervención autoritaria del Estado su
credo económico y persiguieron a liberales, social demócratas y comunistas por
igual. La izquierda estalinista, también las variedades maoístas, no se quedaron
atrás y destruyeron el liberalismo donde pudieron. No sorprende que en tiempos
recientes la izquierda haya acuñado y abusado del término neoliberalismo.
Woodrow Wilson inauguró a principios del siglo XX en Estados Unidos lo que se
tildó como liberalismo social: el inicio de políticas redistributivas basadas en una
tributación progresiva y un gasto destinado a los sectores más pobres de la
sociedad, lo que fue resultado de la conquista del voto universal. Se incluyó la
negociación colectiva de los trabajadores con sus patronos para frenar los brotes
de violencia en la ausencia de cauces pacíficos de negociación. John Maynard
Keynes, miembro activo del partido liberal inglés, propició un fuerte aumento de la
intervención estatal en la economía para poder jugar un papel contracíclico en las
crisis o en las fases inflacionarias del ciclo económico sin sacrificar la democracia.
Sus ideas se vieron concretadas en una tributación progresiva que financió un
Estado fuerte y en la represión del sector financiero, identificado como causante
de la crisis de 1929.
Las ideas de Keynes tuvieron un profundo impacto en la arquitectura financiera
que se construyó en Bretton Woods, al final de la segunda guerra mundial. Se
estableció un prestamista de última instancia, el Fondo Monetario Internacional, un
banco que fomentara el desarrollo, el Banco Mundial, y un sistema cambiario de
tasa fija que impediría devaluaciones competitivas entre los grandes poderes.
Estados Unidos financió la reconstrucción de Europa y Japón sin exigir
reparaciones de ningún tipo. En Europa se implementó la idea del mercado común
y la comunidad de sus naciones. Entre 1945 y 1980 las economías desarrolladas
entraron en un círculo virtuoso de crecimiento sostenido y crearon el Estado de
bienestar, consistente en una red de apoyo social que incluía seguro contra el
desempleo, subsidios a las familias pobres y un sistema universal de salud. En
Estados Unidos se dio un acuerdo bipartidista de largo plazo que permitió la
convivencia de sindicatos y empresas, lo que dio lugar a aumentos sistemáticos
de la productividad y de la riqueza
A partir de 1980 este sistema de economía política entró en crisis. El crecimiento
se frenó y la inflación aumentó, lo que impulsó el resurgimiento de la derecha tanto
en Inglaterra como en Estados Unidos. La señora Tatcher y el señor Reagan
retrotrajeron buena parte de las conquistas económicas y sociales logradas
durante la segunda postguerra. Ambos criticaron duramente al liberalismo social.
Es por eso que el término retroliberalismo es preciso pues caracteriza como
retrógradas las descarnadas políticas que se impusieron, primero en el mundo
anglosajón y después por doquier.

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