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Antenas : Más distancia para radiocontrol

Cada vez que hemos realizado un control de dispositivos en forma remota a través
de ondas de radio, siempre hemos buscado la ley fundamental que rige las
comunicaciones: “Llegar con nuestra señal, lo más lejos posible”. Muchos
de estos intentos de cuantificar una distancia útil y efectiva de nuestro control, han
traído resultados nefastos, especialmente a quienes se dedican al hobby de los
aviones radiocontrolados, por mencionar algún ejemplo. En el mundo del
radiocontrol no siempre el dispositivo remoto se quedará quieto o se detendrá sin
ocasionar daños. Muy por el contrario, pueden llegar a actuar de forma tan
impredecible, que nos arruinaría el trabajo e ilusión de meses, en un instante.

Antenas: El secreto para llegar más lejos y mejor

Por lo tanto, será muy útil aprender las sencillas y elementales técnicas de
construcción de antenas, para así poder manejar los robots o sistemas inteligentes
que construyamos, mucho más allá de lo que nuestro elemental juego de módulos
de RF nos permitan por sí solos.

Para comenzar, podemos definir que un receptor (en adelante Rx) podrá recibir
señales desde un transmisor (en adelante Tx), que estará apropiadamente
conectado mediante una Línea de Transmisión a una Antena o Irradiante,
que trataremos de instalar a la mayor altura posible y, preferentemente, en una
zona libre de obstáculos sólidos próximos al irradiante. Lógicamente, si es
necesario, nuestro Rx también estará conectado a una antena para optimizar los
alcances del enlace radioeléctrico. El medio que unirá nuestro equipo (sea Rx o Tx)
con la antena, será una línea de transmisión, que por su simpleza de uso y fácil
adquisición, hemos optado por usar Cable Coaxil o Coaxial.

Estructura de un cable coaxil convencional

Entre los cables más populares están el RG-58 de 50 Ohms de impedancia


característica y el RG-59 de 75 Ohms, muy popularizado en instalaciones de TV, a
diferencia del RG-58, que se lo conoce más por su amplio uso en el ámbito de las
telecomunicaciones y del cuál encontraremos mayor variedad de calidades
constructivas. Este es un punto muy importante a tener en cuenta al momento de
seleccionar el modelo de cable, ya que los coaxiles poseen una característica nociva
para nuestros propósitos y es la de atenuar las señales de radiofrecuencia que lo
atraviesen. Dicha atenuación será directamente proporcional a la frecuencia de
trabajo y a la longitud del cable mismo. Dicho en palabras simples: a mayor
frecuencia de trabajo y mayor longitud de cable, mayor atenuación en la señal.

Las frecuencias libres de uso, asignadas dentro del Espectro Radioeléctrico para
aplicaciones experimentales y de ensayos de enlaces “punto a punto”, son
consideradas “altas” y se encuentran en la banda conocida como UHF y
Microondas.
Estas frecuencias son 305 Mhz, 418 Mhz, 433 Mhz y 2,4 Ghz, por mencionar
algunas. Existen otras destinadas al radiocontrol de dispositivos remotos, en otras
bandas como 27 Mhz Y 72 Mhz, pero ya están en desuso, gracias a que los pequeños
módulos de UHF han venido a resolver muchos de los problemas y limitaciones
que se planteaban al momento de pensar en un enlace vía radio.

Un cable coaxial RG-59 de buena calidad nos proporcionará menor atenuación que
un cable RG-58 común, además de ser más económico, por lo que para nuestros
fines y mientras manejemos bajas potencias en valores menores a 1 Watt, será una
elección acertada obteniendo un buen equilibrio precio/prestaciones.

Ahora sí, las antenas


Existen tres modelos prácticos y realizables de forma sencilla, que podemos
enumerar de la siguiente forma:

 Vertical de ¼ de Onda
 Dipolo de ½ Onda
 Direccional Yagi

La más sencilla de construir, y por lo tanto la primera que desarrollaremos, es la


Antena Vertical de ¼ de Onda, también conocida como Ground-Plane, o con
el simpático nombre de “paragüitas”, en alusión al formato que le dan los planos
de tierra. En su nombre encontramos resumida la arquitectura constructiva de esta
antena, que se simplifica en dos partes fundamentales: el elemento Irradiante,
que estará ubicado físicamente en posición vertical, conectado al conductor central
de nuestra línea de transmisión y, un segundo elemento, conformado por un
“Plano de Tierra”, donde irá conectada la malla exterior de nuestro coaxil.
Dos opciones de planos a tierra para la antena vertical

El análisis de las imágenes de la figura anterior, nos revela muchos aspectos de esta
sencilla, pero altamente efectiva antena. La primera observación nos devuelve que
por la posición vertical del elemento irradiante, la radiación de energía será en
forma omnidireccional. Es decir, nuestra señal transmitida saldrá de la antena y
viajará en todas las direcciones por igual en los 360º a su alrededor. Por otro lado,
la segunda apreciación nos dice que la señal estará polarizada en forma vertical,
lo que significará que la otra antena que se enlazará con ésta, deberá poseer la
misma polarización, ya que si no coincide con ella la señal sufrirá una importante
atenuación.

Un elemento irradiante montado en forma horizontal al suelo trabaja polarizado en


forma horizontal, mientras que si está montado en forma vertical, trabaja por ende,
polarizado en dicho sentido. Este concepto que parece superfluo ahora tomará gran
importancia cuando realicemos un enlace Full-Duplex.

Otro detalle no menor es la posición que otorguemos, respecto a la vertical, al plano


de tierra de nuestra antena. Distintos ángulos de inclinación nos proveerán
distintos valores de impedancia de la antena. Por simple deducción, podemos
tener presente que cuanto más se aproximen entre sí los valores de impedancia de
nuestra antena, con el correspondiente al coaxil seleccionado, mejor acoplamiento
obtendremos entre ambos dispositivos y mayor será la energía transmitida hacia la
antena. O sea, menores serán las desadaptaciones que impedirán la llegada de
nuestra señal.

Esto es muy importante que lo tengamos claro para cualquier tipo de antena que
intentemos construir. Las dimensiones de los elementos que hacen a nuestra
antena, la forma mecánica de su construcción y el medio circundante para el
emplazamiento elegido, regirán el valor final obtenido de la impedancia de
nuestra construcción. A ras del suelo y rodeado de edificios, no será lo mismo que
en una elevación libre de obstáculos y con un enlace visual entre antenas de Rx y
Tx

El enemigo: Relación de Ondas Estacionarias


Una antena desadaptada, respecto al cable coaxil que la enlaza al equipo, una mala
construcción mecánica, deficiencias provocadas por el paso del tiempo y el clima,
envejecimiento de los materiales y muchos otros factores, serán los que al cabo del
tiempo irán deteriorando nuestro sistema de antena. Este hecho se verá reflejado
en una variación de la impedancia característica del sistema conectado al equipo.
Es decir, una parte proporcional de la energía que entregamos a nuestra antena,
para que ésta se encargue de irradiarla al espacio, será devuelta al transmisor, ya
que nuestro sistema no irradiará al 100% debido a los posibles defectos
mencionados.

Técnicamente hablando, podemos decir que cuando una parte de la Potencia


Incidente, que estamos enviando a nuestra antena, retorna al equipo como
Potencia Reflejada, significa que estamos siendo presas de lo que se conoce
como Relación de Ondas Estacionarias comúnmente llamada ROE.
ROE (o SWR en Inglés), es la relación que existe entre las Potencias Incidente y
Reflejada y su valor está regido por fórmulas matemáticas y conceptos mecánicos
que sería innecesario explicar ahora, pero eso no quiere decir que no sea bueno
saber de la existencia de este fenómeno.
Potencia incidente vs. Potencia reflejada

Cuando los valores de ROE son altos, corremos un serio riesgo de destruir la etapa
de potencia de salida de nuestro transmisor, ya que el mismo está pensado y
preparado para entregar energía y no para recibirla. Un ejemplo práctico y
cotidiano sería que, al intentar estornudar, te cubras la nariz, la boca y los oídos. La
energía que intenta salir no puede hacerlo en su plenitud, retornando hacia el
interior del cuerpo con el consecuente malestar posterior. Comprendamos entonces
cuán importante será leer muy bien la hoja de datos del fabricante de nuestro Tx y
Rx para conocer las impedancias características que ellos nos recomiendan utilizar
a la salida de los módulos, para obtener el máximo beneficio de ellos.

Manos a la Obra
Para construir nuestra antena debemos conocer las medidas apropiadas que debe
tener la misma. Para el caso de la antena vertical de ¼ de onda, la formula es la
siguiente:

72/Frecuencia (Mhz) = H = L (Metros)

Conociendo esta fórmula ya podemos saber las dimensiones de los elementos que
compondrán la misma. Por ejemplo, para un módulo que transmita o recepcione en
433,92 Mhz (los más utilizados en robótica), la fórmula resultaría en lo siguiente:

72/433,92 Mhz = 0,1659 Metros = 16,59 Centímetros

O, lo que es lo mismo, 6.53 pulgadas aproximadamente. Recordemos que esta


medida obtenida corresponde a cada elemento, ya sea el irradiante como cada
plano de tierra que utilicemos.
Ahora es el momento de decidir con qué materiales construiremos nuestra antena.
Cualquier material metálico puede sernos útil para éste fin. Cobre, hierro,
aluminio, zinc, bronce y/o cualquier otro que tenga propiedades conductivas y
posea la rigidez mecánica suficiente como para entregarnos una construcción
robusta, firme y duradera. Eso siempre quedará a criterio de cada uno de ustedes y
lo realizarán con los elementos que posean al momento de la construcción.

Detalles constructivos de una antena vertical de 1/4 de onda

Otra opción es seleccionar con antelación los materiales y acopiar los mismos de a
poco a los efectos de realizarla con materiales seleccionados especialmente. Por
ejemplo, buenos aluminios, buenos soportes, buenos mástiles, etc., evitando
realizar una construcción que resulte endeble y poco duradera.

Conector UHF hembra (SO239) Conector UHF macho (PL259) Ejemplo de una antena armada
sobre un conector

Puede observarse en el gráfico que, a partir de un conector UHF Hembra, conocido


como SO239, podemos armar nuestra antena. Los planos a tierra podrán ser
soldados a los orificios que posee el conector hembra, que nos servirá de base
constructiva y doblados suavemente hacia abajo, dándoles un ángulo a los
elementos (planos de tierra) de entre 30 grados (mínimos) hasta 60 grados
(máximo).

Al terminal de conexión del conductor central, en el conector macho, le soldaremos


el irradiante (la varilla que quedará en posición vertical), o se la adosaremos
mecánicamente de la forma que creamos más conveniente, efectiva y firme.

La llegada de la señal a transmitir o el envío al receptor de la señal captada, se logra


a través del coaxil que recorre internamente el mástil de plástico o cualquier otro
material aislante para terminar en un conector PL259 roscado con fuerza a
nuestra base original de construcción, que es la hembra SO239. Una sencilla
abrazadera de material inoxidable para fijar mecánicamente los conectores,
concluyen una rígida y duradera construcción.
La antena terminada y montada en el mástil

Consideraciones Finales
Una vez finalizada la construcción, si hemos comprendido y seguido las
instrucciones vertidas hasta aquí, estaremos listos para conectar nuestra/s
antena/s a los módulos que estarán instalados en nuestros sistemas
microcontrolados. Lo primero que haremos es tratar de dotar a la instalación de
nuestro sistema irradiante (recordemos que se llama de igual forma sea para Tx
cómo para Rx), de la mayor altura posible y alejada de obstáculos
circundantes que impidan la correcta emisión en algún sentido y que puedan
afectar la impedancia del sistema provocándonos ROE.

Un aspecto importante a recordar es que el coaxil utilizado en la realización, posee


una determinada atenuación a las señales de radio, la que es proporcional a la
longitud de sí mismo, por lo que para las frecuencias de UHF y para los módulos
comerciales de algunos pocos miliwatts de potencia, no podremos abusar de la
cantidad de metros que utilicemos. Aproximadamente entre 5 y 10 metros, será una
buena relación entre longitud/atenuación de señal y los resultados obtenidos en
cuanto a radio de cobertura serán más que sorprendentes.

Siempre querremos llegar más allá. Sólo nos falta darnos cuenta, dónde y cómo
utilizaremos esta antena simple pero que nos hará ganar muchos metros en nuestro
enlace de mando. Si con módulos originales sin antena o con algún trozo de cable
sencillo lográbamos varias decenas de metros, ten por seguro que con antenas
exteriores esta distancia puede llegar a ser de varias centenas o más.
Esto significa nuevos horizontes en la aplicación y uso de módulos de UHF, en
dispositivos enlazados vía radio.

Radiocontrol para modelismo de 12 canales


Desde hace mucho tiempo tenía ganas de realizar algún tipo de control a distancia
de diversos dispositivos, como por ejemplo un auto, pero no tenía muy claro el
panorama acerca de los elementos que debía utilizar para tal fin. Había leído en
distintos foros información acerca de los módulos de UHF, los ZigBee y muchos
otros que debía comprar sin saber si llegaría a lograr resultados exitosos sin gastar
demasiado dinero, ni horas de trabajo y estudio.

Cuando tratamos de desarrollar algún proyecto, muchas veces compramos


materiales, estudiamos las técnicas de aplicación de los elementos que intervienen
y terminamos hundidos en un fracaso decepcionante. Pero siempre tenemos un
momento de inspiración: un tarde, mirando hacia unos estantes atiborrados de
cacharros, vi una caja que me iluminó el pensamiento y me hizo despertar el
desarrollador que todos llevamos dentro.

Teléfono inalámbrico convencional


Seguramente te estarás preguntando qué tiene que ver un equipo de radiocontrol
con un teléfono inalámbrico. ¿La respuesta? ¡Mucho más de lo que te imaginas!
¿Qué te parece? 40 canales disponibles en la banda de 900 Mhz que nos garantizan
un alcance en espacios abiertos de hasta casi 100 metros. ¿Te sigue pareciendo
extraño? ¡Es muy sencillo! Cada tecla numérica del teléfono, junto al asterisco y el
símbolo numeral, generan un conjunto de tonos compuestos conocidos como
DTMF (Dual Tone Multi-Frecuency), y de cada tecla obtenemos una señal única e
inequívoca correspondiente a la que hayamos pulsado. Ni más ni menos que como
trabaja un teléfono. ¿Has escuchado al pulsar cada tecla del teléfono un tono
particular (además del clásico beep) que cambia según la tecla pulsada? ¿Has
notado también que al activar el botón REDIAL y encadenarse la seguidilla de
números previamente marcados suena una especie de melodía? ¡Allí tienes los
tonos DTMF!

El trabajo que debemos hacer para que nuestro proyecto se concrete es colocar lo
que conocemos como “base” del teléfono en el dispositivo a controlar. Las baterías
que hacen funcionar al mencionado dispositivo, que puede ser un coche, también
alimentarán la base del sistema telefónico. Al pulsar la tecla “Talk” del teléfono (la
parte móvil o portátil), habilitaremos la base. Y al pulsar sobre las teclas numéricas,
le estaremos enviando a la base los tonos DTMF que extraeremos de manera muy
sencilla, que identificaremos y que utilizaremos para controlar nuestro móvil o
dispositivo de manera remota.

Ya que no todos los teléfonos inalámbricos son iguales entre sí, te vamos a brindar
una orientación genérica sobre los pasos a seguir para lograr los resultados
deseados. También queremos aclararte que cualquier teléfono inalámbrico será
útil. Puede trabajar en la banda de 49Mhz, de 900 Mhz, de 1200 Mhz o de 2400
Mhz; cualquiera será útil para nuestro propósito. Lo único que varía según el
modelo es la distancia de cobertura (alcance del enlace) y alguna pequeña
modificación o agregado que debamos realizar en la “base” para hacerla totalmente
funcional.

Los tonos DTMF


Según Wikipedia, al sistema de marcación por tonos utilizado en telefonía, también
llamado sistema “multifrecuencial”, se lo conoce popularmente como sistema
DTMF (Dual-Tone Multi-Frequency) y consiste en lo siguiente: cuando el usuario
pulsa en el teclado de su teléfono la tecla correspondiente al dígito que quiere
marcar, se envían en simultáneo dos tonos de distinta frecuencia: uno
determinado por la columna de ubicación y el otro por la fila en la que esté ubicada
la tecla pulsada. Representado en una tabla, los tonos DTMF corresponden a las
siguientes frecuencias:
Tabla de tonos DTMF en función de la tecla pulsada.

Por ejemplo, si pulsamos la tecla número 1, el generador DTMF del teclado emitirá
un tono audible y doble, formado por dos frecuencias puras y sumadas entre sí. Un
tono será de 697 Hertz y el otro de 1209 Hertz; la suma resultará en una forma de
onda compleja que equivaldrá al tono DTMF correspondiente al 1.
Ejemplo de los dos tonos generados al pulsar una tecla

Citando otro ejemplo, al pulsar la tecla numeral (#) se generará un tono doble
resultante de la suma de dos tonos puros: uno de 941 Hertz y otro de 1477 Hertz.
Por lo tanto, si utilizamos los números que van del uno al cero, el asterisco y el
símbolo numeral, lograremos 12 tonos DTMF que pueden ser transmitidos desde
nuestro teléfono hacia la base a través del enlace radial que los une. Dicho en
términos prácticos y útiles a nuestro proyecto, podremos enviar 12 instrucciones
distintas desde nuestras manos al dispositivo controlado. Suponiendo que fuese un
auto, las funciones (pensadas al azar) podrían ser las siguientes:

Vista del teclado del teléfono. Imagínalo como un joystick

 Tecla 2 = Avance
 Tecla 5 = Frenos.
 Tecla 6 = Giro a la derecha.
 Tecla 4 = Giro a la izquierda.
 Tecla 8 = Marcha atrás o Reversa.
 Tecla Asterisco = Luces de posición.
 Tecla Numeral = Luces de marcha (bajas o altas).
 Tecla 1 = Luz indicadora de giro a la izquierda (intermitente).
 Tecla 3 = Luz indicadora de giro a la derecha (intermitente).
 Tecla 0 = Bocina o Claxon de potencia.
 Tecla 7 y 9 = Reservas para que tu imaginación se luzca.

A estas instrucciones de funcionamiento debemos agregarle la posibilidad de “darle


marcha” a nuestro hipotético automóvil mediante la simple pulsación del botón
TALK (la misma acción servirá obviamente para apagarlo). Tal como nos
manejamos habitualmente con un teléfono. Ni más ni menos. ¿Qué te parece
utilizar la tecla 7 para activar/desactivar una cámara inalámbrica de a bordo para
enviar tu vehículo robot a través de lugares impenetrables por el hombre? ¿Y
utilizar la tecla 9 para aplicar toda la potencia de una tracción integral 4 X 4? En el
interior de la base de un teléfono inalámbrico existe un micro relé que se activa
cuando se pulsa la tecla TALK. Este evento puede servirte para conectar las baterías
a los sistemas de motores y servos del equipo remoto. Si puedes imaginarlo, puedes
lograrlo; sólo debes esforzarte en ello.

La base del teléfono


Vamos a tener que destapar esta parte del aparato telefónico y, sobre ella, realizar
un sencillo trabajo para adaptarla a nuestros propósitos, siendo el primer objetivo
brindarle la energía para su funcionamiento. La mencionada tensión puede ser
extraída de la batería nativa que traiga consigo el dispositivo a controlar vía radio.
En la mayoría de los casos, la tensión que necesitan estos teléfonos es entregada
por un transformador de pared de 9 Volts de corriente continua. Sin embargo, las
baterías más populares que existen en el mercado para los modelos radio-
controlados son de 6 o de 12 Volts. Entonces, si nos toca el primer caso, optaremos
por realizar un convertidor DC-DC con un MC34063 en configuración Step-Up,
como ya hemos visto en artículos anteriores. En cambio, si disponemos de una
batería de 12 Volts, será muy sencillo adaptar (mediante un regulador serie del tipo
7809) la tensión necesaria para el funcionamiento de la base que oficiará de
receptor de los tonos DTMF.

Una vez que esta etapa esté correctamente alimentada, verificaremos el enlace
entre el teléfono y ella antes de seguir con nuestro desarrollo. La manera de
experimentar esto es muy sencilla. Bastará con pulsar la tecla TALK del teléfono y
alejarnos la distancia que sea suficiente para controlar el radio de cobertura que
tendremos con nuestro sistema radio-controlado. Luego, controlaremos la
funcionalidad efectiva del teléfono emitiendo un tono DTMF al pulsar cada tecla. Si
esto no sucede (situación que es muy probable) es porque se trata de un modelo de
aparato que necesita tener la línea telefónica conectada para funcionar. La solución
será entonces simular la tensión de la línea a partir de la alimentación, cosa que se
resuelve de forma sencilla mediante el siguiente circuito:
Con un diodo y una resistencia simulamos estar conectados a la línea

Con una resistencia que no necesita un valor crítico y que puede estar comprendida
entre los 100 y los 330 Ohms de ¼ Watt y un diodo 1N4007 en serie, haremos
llegar la energía desde el positivo de la entrada de tensión hasta la salida del puente
rectificador que se encuentra inmediatamente después del conector RJ11 de
entrada de línea telefónica.

Debido a que no existen dos diseños de teléfonos exactamente iguales, como ya


hemos aclarado, encontraremos componentes quizás distintos a los mostrados en
el circuito de ejemplo; sin embargo, debes saber que el fundamento de la conexión
es el mostrado en la imagen. Es decir, luego de la entrada de tensión desde el
transformador de pared encontrarás un transistor, y antes de él debes conectar el
circuito serie que te indicamos. Por su parte, en la entrada de la línea telefónica
puede haber resistencias, capacitores, fusibles, varistores o chisperos, pero siempre
desembocará en un puente rectificador. Debes llegar a la salida del mismo con el
circuito “serie” indicado.

En este punto ya podrás activar el teléfono y escuchar la forma en que el mismo


emite los tonos DTMF al pulsar las teclas. Ahora sólo resta extraer en el receptor (la
base) los sonidos que recibe y decodificarlos, individualizando cada uno e
identificando a qué tecla pulsada corresponden.

Recuperación de los tonos DTMF


Existe en el mercado una interesante variedad de circuitos integrados que se
encargan de tomar el audio que contiene los tonos DTMF y de entregar una salida
formada por 4 bits, lo que significa una posibilidad de 16 combinaciones posibles
(que serán las teclas de nuestro teléfono). En nuestro ejemplo utilizamos la
explicación para 12 posibilidades, pero tal vez tú consigas rescatar las 16
combinaciones posibles que permite el sistema DTMF y puedas así ampliar al
máximo las prestaciones del equipo controlado a distancia.

Mapa lógico del HT9170

El circuito integrado empleado en nuestro ejemplo es el HT9170 que se caracteriza


por su fácil adquisición y bajo coste. Otros de iguales prestaciones serían el
MC145436, el KT3170 o el clásico “transceiver” MT8880. Tú utilizarás el que
mejor te plazca y el que puedas obtener; el resultado en todos los casos será
siempre el mismo: obtener un número binario de 4 bits según la tecla pulsada y
activar así la función deseada en el equipo remoto. El circuito de ejemplo que trae
el datasheet de este IC puede ser utilizado sin mayores inconvenientes para obtener
un funcionamiento satisfactorio.

Circuito de aplicación del HT9170

La alimentación VDD será de 5 Volts. Sólo debemos asegurarnos de colocar el pin


OE (pin 10) conectado a VDD para tener habilitadas las salidas. D0 a D3 serán las
salidas TTL binarias que corresponderán a cada tecla pulsada. Cuando llegamos a
este punto nos hacernos la pregunta del millón: ¿De dónde sacamos los tonos
DTMF dentro de la base inalámbrica? Pues muy sencillo: de la entrada de audio del
transmisor que posee dicha base. Pero como sabemos que no todos los equipos
traen serigrafía de indicación, para poder identificar cuál es la entrada de audio al
transmisor apelaremos a técnicas de deducción y/o comprobación muy sencillas.

La primera de todas es identificar el IC que oficia de receptor dentro de la base. Si


encontramos su hoja de datos en la Web, será muy sencillo encontrar la salida de
audio de donde obtendremos los tonos DTMF. Si no podemos identificar el
receptor, nos valdremos de cualquier pequeño amplificador de audio para controlar
y descubrir la toma de audio que nos entregará la información útil para nuestra
aplicación. Por último, si posees un osciloscopio y sabes utilizarlo, encontrar el
canal de audio será un juego de niños para ti.

Te repetimos lo expresado al principio. No existen dos diseños iguales de teléfonos


inalámbricos, pero con las indicaciones genéricas que te hemos brindado no
tendrás inconvenientes en lograr poner en práctica este apasionante desafío de
controlar a distancia un autómata en cualquiera de sus formas imaginables.

Decodificación de los 16 canales


La parte final de la aplicación consiste en decodificar los cuatro bits que nos
entrega el receptor DTMF (HT9170) y utilizar cada dato en una acción determinada
dentro de la unidad remota. Una de las posibilidades es conectar esta salida a un
microcontrolador y, mediante un programa dedicado y especializado, manejar
según un esquema previsto la unidad remota. En cambio, otra opción más sencilla
es mediante el uso de un 74LS154, que es un decodificador de 4 bits a 16 salidas.

Diagrama interno del 74LS154

A cada tecla pulsada en el teléfono (emisor) se activará una de las 16 salidas del
74LS154 que pueden cumplir (dentro del equipo remoto) la función que creas
pertinente. No olvides que las salidas del 74LS154 son activas en estado bajo,
por lo que a su salida deberás utilizar transistores PNP para activar relés o cerrar
contactos. En otros artículos ya hemos publicado circuitos con estos transistores;
he aquí un ejemplo:
Ejemplo del manejo de un relé mediante una de las salidas del 74LS154

Resumen final
Tus amigos te verán manejar un modelo radio-controlado de automóvil todo
terreno, alguna embarcación o una grúa robot, y seguramente se arrancarán los
pelos pensando cómo has hecho semejante locura. Siguiendo cuidadosamente los
pasos indicados, podrás transformar un viejo teléfono inalámbrico en un
interesante sistema de radio-control muy exclusivo y particular. Cuéntanos, ¿qué
otros dispositivos podrías manejar con 12 o 16 canales disponibles?

No podemos negar que es la gran solución económica para transformar este mismo
fin de semana cualquier sistema mecánico inanimado en un llamativo autómata
controlado a través de la magia de la radiofrecuencia.

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