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Resumen
La Antropología de la Educación es una disciplina científica de reciente aparición que forma parte de algu-
nos planes de estudio de las carreras destinadas a formar profesionales de la educación. Desde su inicio se
ha configurado siguiendo principalmente dos enfoques: una Antropología de la educación con un método
empírico y una Antropología de la educación con un método filosófico. Estudiamos la primera tendencia, de
influencia predominante. Un repaso breve de su historia permite concluir que sin dejar de lado el conoci-
miento logrado con este quehacer científico, la Antropología de la Educación con un método filosófico cum-
ple mejor la función formativa de los educadores en las etapas iniciales. Si estos profesionales llevan a cabo
más adelante programas de investigación-acción, requieren de la enseñanza de la Antropología de la Edu-
cación de corte empírico y de la etnografía.
Abstract
The Anthropology of Education is a scientific discipline of recent apparition that is part of some programs
destined to train professionals in education. Since the very beginning, it has mainly followed two directions:
an Anthropology of Education with an empirical method and an Anthropology of Education with a philo-
sophical method. We study the first tendency of predominant influence. A concise review of its history per-
mits to conclude that, without leaving aside the knowledge achieved with this scientific task, the Anthro-
pology of Education with a philosophical method can accomplish the formative function of educators in the
initial phases. If these professionals carry out further programs in research-action, they require of the use
of an empirical method and the Ethnography for the Anthropology of Education.
1 Bouché Peris, H., Fermoso Estébanez, P.-Larrosa Bondía, J., Sacristán 2 Colom, A. J. (2005). Antropología y Antropologías de la Educación. En
Gómez, D. (1995). La Antropología de la Educación como disciplina: Tolosana, L. (Ed.) Antropología, horizontes educativos. Granada: Uni-
proyecto de diseño. Teoría de la educación, 7, 1995, 104. versidad de Granada, pp. 39-58.
guaje y estilo de aprendizaje de cada persona; en las reproduce la dificultad que hemos hecho notar en
tendencias de las instituciones de educación no for- líneas precedentes: no tanto dejar al margen ele-
mal, formal y en la familia. Lo cultural sirve de pris- mentos tan importantes como la familia, sino per-
ma bajo el cual se atisba lo educativo. Sin duda este derse lo antropológico específico como es la consi-
enfoque ayuda a los futuros educadores a compren- deración de la persona en su integridad, protagonis-
der cómo el proceso educativo está imbuido de lo ta de la educación, y sólo considerar las cuestiones
cultural y sólo se penetra con la referencia al con- relativas al aprendizaje.
texto y a la tradición culturales, e incluso, es impres-
cindible para vislumbrar el entorno social. Sirve para 2. Apuntes históricos sobre la génesis
concienciar en los temas de ciudadanía y conviven- de la Antropología de la Educación
cia social, abriendo la perspectiva más allá de los Si se rastrea en la historia, es difícil encontrar un
centros educativos. título que diga exactamente “Antropología de la
Supone un estudio más arduo porque la materia es Educación” e incluso que diga Antropología. La divi-
complicada y, dado que depende de la Antropología sión de campos científicos actual arranca de la
cultural, se pierde la perspectiva de la complejidad del modernidad, pero partir únicamente de esa época en
proceso educativo en dos sentidos: pasa de-sapercibi- todo caso es ser fiel a una denominación, Antropo-
da la contribución propia de cada persona en su cre- logía, y poco leal con un contenido: el conocimien-
cimiento y aprendizaje y apenas se aprecia el aporte to del ser humano. El saber de la persona sobre sí
también propio de ámbitos personales como la fami- misma es connatural al ser humano, y en cuanto
lia y los grupos de amigos. Se aprecia cierta tendencia obtenemos vestigios de esta sabiduría, entremezcla-
a recalcar el carácter condicional acusado de lo socio- da con los interrogantes acerca del mundo, la natu-
cultural y apenas se consideran los recursos persona- raleza, la divinidad y la sociedad, se puede afirmar
les y familiares, e incluso estos segundos sólo se que hay contenidos de Antropología, de conoci-
observan como obstáculo para que la educación dic- miento sabido y expresado acerca del ser humano
tada desde el sector social público sea la norma. desde la Antigüedad. Encontrándolo en todas las
Por último, se integran a la enseñanza de la culturas, la nuestra, que hunde sus raíces en gran
Antropología de la Educación las investigaciones parte en la Grecia clásica, enmarca ese saber acerca
acerca de la transmisión cultural en los entornos en del hombre en el cuerpo filosófico. Además hay una
que se produce, fijando la atención en los cauces de serie de conocimientos acerca del ser humano enrai-
mediación. La Antropología cognitiva ha influido en zados en la tradición sapiencial judeocristiana, que
esta perspectiva y ha dotado de herramientas de aná- cuenta con fuentes propias.
lisis para comprender cómo se transmite la cultura. El La Historia de la Filosofía revela la idea acerca
temario en este caso consiste en compaginar el cono- del ser humano como realidad y como ideal, como
cimiento de mecanismos de aprendizaje con el estu- ser existente y como proyecto. En esa tensión, ser y
dio de las formas de aculturación, y en relación con deber ser, el asunto educativo siempre está presente3.
diversos grupos o agentes: la familia, grupo de igua- Este hecho explica que bajo el epígrafe de: Antropo-
les por edad, sexo, trabajo, afición, cultura de masas, logía de la Educación, Antropología Pedagógica,
instituciones educativas formales y no formales.
Este enfoque, de alguna manera concreta el ante-
rior y supone la coordinación con los estudios de 3 Un clásico pedagógico, La paideia de Jaeger, prueba esta idea. Jaeger,
W. (1946). Paideia: los ideales de la cultura griega. México: Fondo de
otras disciplinas que nutren a la Pedagogía. Aunque cultura económica.
orienta hacia la práctica. La alternativa escogida en • Antropología sociocultural (estudio de los sistemas
este caso es conducir la educación por los derroteros socioculturales en su constitución y dinámica)9.
utilitaristas en los que prima un valor: la destreza en • Antropología física o biológica (indagación
la adquisición y transmisión de la información. Lo sobre: la variabilidad genética y morfofisioló-
más genuino de la educación muere por anemia gica de las poblaciones humanas –antropogo-
axiológica al no prestarse fundamento firme a nin- nía o estudio de la descendencia– y antropo-
gún valor y defenderse sólo lo utilitario4. taxis –estudio de las razas–, la historia evolu-
tiva humana, aspectos de ecología humana, la
3. Las vías de la Antropología relación entre lo biológico y lo social).
En el siglo XIX recibe el nombre de Antropolo- • Antropología psicológica (síntesis de la psico-
gía un conjunto de conocimientos acerca de los pue- logía individual, social, evolutiva y de la psi-
blos y las razas, que se obtiene con un método posi- copatología individual, social y evolutiva)10.
tivo, que también se denomina Etnología. Pero ya En la misma época, a la disciplina que estudia al
antes en el siglo XVIII, este nombre se aplicaba a los hombre con un método filosófico, se le llama Psico-
conocimientos acerca del ser humano respecto de su logía normalmente, con el adjetivo ‘racional’11. Hasta
constitución física y psico-somática, además de que el siglo XX no se le llama Antropología filosófica o
describía las características de los pueblos5. Kant se Filosofía del hombre, pero es en ese momento cuan-
refiere a este saber como Antropología en sentido do se plantea como una disciplina autónoma de la
pragmático en 17986. Su auge se observa en el ámbi- Filosofía. Comienza dentro de una corriente filosófi-
to anglosajón a partir de la segunda mitad del siglo ca que se caracteriza por la asunción del método
XIX7. Asimismo en este siglo, pero sobre todo en el fenomenológico y en la etapa del existencialismo.
siguiente, aplicando un método positivo surgen otras Max Scheler será uno de los primeros autores que
especialidades de Antropología, alguna de ellas deri- titulan así una publicación y se le considera inicia-
vadas directamente de la Etnología y, por la aplica- dor de la Antropología filosófica contemporánea12.
ción al estudio del hombre, de otras ciencias cuyo
objeto era más amplio8. Cito las más relevantes:
9 La antropología cultural estima el tiempo de las culturas: su datación y
evolución. Paletnología –culturas ágrafas–; culturas primitivas supervi-
vientes –Etnología–. Se estudian la tecnología, la economía, la organi-
4 Colom, J. A.-Mèlich, J.-C. (1995). Después de la modernidad. Nuevas zación social, el lenguaje, arte, ciencia y religión. Cfr. Augé, M.-Colleyn,
filosofías de la educación. Paidós: Barcelona, pp. 59-64. J.-P. (2005). Qué es la antropología. Barcelona: Paidós, pp. 15-22.
5 Incluso en 1655 aparece el título de Antropología en un escrito anóni- 10 Cfr. Choza, J. (1985). Antropologías ... o. c., pp. 76 y 77. El autor describe,
mo sobre anatomía y fisiología humanas. Cfr. Castellote Cubells, S. basándose en los estudios de otros especialistas como Cencillo, cómo se
(1999). Compendio de Antropología. Valencia: Edicepi, introducción, aglutinan las diversas disciplinas acerca del ser humano en estas discipli-
pp. 11-21. El primer uso de la voz de "antropología" se atribuye a Mag- nas antropológicas. En la Antropología física se cuenta con: ciencias
nus Hundt, en su obra Anthropologicum (Leipzig, 1501); en 1596 apa- biopsicológicas, la zoología, la genética, la etología y la palentología (un
rece una obra de Otto Kassmann titulada: Psychologia anthropologica clásico, Schaefer, N.-Novack, P. (1975). Antropología y Biofísica, Barcelo-
con un cariz moderno. Cfr. Scheuerl, H. (1985). Antropología Pedagógi- na: Omega; la Antropología psicológica acude a los estudios de la psico-
ca. Introducción histórica. Barcelona: Herder, p. 9. logía en sus diversas ramas y de la psicopatología; la Antropología socio-
cultural reúne conocimientos de antropología ecológica, económica,
6 Cfr. Choza, J. (1985). Antropologías positivas y Antropología filosófica. política, simbólica o cognitiva, etc. Una variedad de la Antropología es la
Estella: Cénlit, p. 133. Se reconoce el esfuerzo kantiano por delimitar las Antropología médica, en auge actualmente, y que versa sobre el fenó-
ciencias acerca del hombre y en concreto por distinguirlas por su méto- meno del dolor, la muerte y la enfermedad, cfr. Laín Entralgo, P. (1989).
do empírico o especulativo. Respecto a los conocimientos empíricos El cuerpo humano: teoría actual, Madrid: Espasa-Calpe.
acerca del hombre, Kant habla de la Metafísica de las costumbres y de
la Antropología en sentido pragmático. 11 Se puede citar en este sentido: H. Abbicht (1801). Psychologische Anthro-
pologie; E. Schultze (1816). Psychologische Anthropologie; J. F. Frier (1818).
7 Arregui, V.-Choza, J. (1992). Filosofía del hombre: una antropología de Handbuch der psychologischen Anthropologie; I. H. Fichte (1853). Anthro-
la intimidad. Madrid: Rialp, p. 20. pologie, etc. Cfr, Castellote Cubells, S. (1999). Compendio... o. c., pp. 17-18.
8 Se puede encontrar un breve resumen de las Antropologías empíricas 12 Choza, J. (1985). Antropologías... o. c., p. 159. Su intento consiste en dar
en la obra de un conocido autor: Kottak, C. P. (2002). Antropología cul- una respuesta ontológica a la existencia humana considerando los demás
tural, Madrid: McGraw-Hill, 9ª ed., capítulo 1, pp. 8-21. saberes acerca del ser humano.
Los temas abarcados por la Antropología filosófica Desde la Antropología sociocultural se dice que
se han ido sumando a lo largo del tiempo y coinciden las “otras” antropologías generadas en un sistema
con los estudiados por las antropologías positivas; ade- sociocultural concreto pertenecen también a su obje-
más de presentar los enfoques de los distintos plan- to de estudio. A esta “adopción” se puede responder:
teamientos filosóficos, la variedad de antropologías “desde una consideración formal de los objetos, la
filosóficas se produce por centrar su atención en un antropología sociocultural no incluye a las otras dos
tema: la esencia, el conocimiento, la praxis moral, el porque no se hace cuestión de la validez de las pro-
trabajo y la economía, la capacidad simbólica, etc.13. posiciones teóricas que se producen en los sistemas
Puede integrar los conocimientos de las antropologías socioculturales, sino más bien de la funcionalidad
positivas para dar respuesta al qué de los fenómenos: que tengan dentro del sistema en cuestión”14. Esa
qué es la libertad, qué es lo social, qué es el arte, qué comprobación de la funcionalidad es una de las
es la cultura..., y por supuesto, qué es la educación. razones por las que, como comentaba en líneas pre-
En la historia de la Antropología y entre los auto- cedentes, se enaltece su valor. Dentro de la Antropo-
res de una u otra modalidad, que podemos sintetizar logía sociocultural pueden distinguirse dos corrien-
entre los que aplican un método filosófico y los que tes complementarias y en ocasiones enfrentadas. Por
se deciden por una metodología de investigación una lado puede predominar el interés por la interac-
positiva, se produce la discusión de qué conocimien- ción social, y se trata de una Antropología social, o
to es verdaderamente antropológico, o cuál es el bien prevalece el acento en lo cultural, en las creen-
dominante o constituye el punto de referencia, o a cias y valores que dan sentido a la interacción social;
qué disciplinas se les puede conceder el estatuto de así se plantea en la Antropología cultural.
científica. Este debate refleja otro más amplio, en el Esta doble perspectiva influye en la Antropología
terreno de la epistemología, en el que tienen las de de la Educación. La Antropología social subraya los
perder los estudios filosóficos y las de ganar los posi- estudios sociológicos que se fundamentan en una
tivos, aunque denotan también una fuerte crisis epis- metodología cuantitativa que la sociología aplica a
temológica interna y desde fuera, el ataque de la las sociedades modernas, y la Antropología cultural
corriente postmoderna los hace tambalear. que se centra en el estudio de las culturas ágrafas,
Pierde lo filosófico porque desde un prisma cul- enaltece los métodos cualitativos de investigación.
tural y sociológico, el pragmático, el económico e La soberbia académica, abusando de un léxico
incluso el político, se concede primacía al conoci- moral, se percibe en el sentido contrario al expues-
miento con aplicación productiva, con rendimiento a to: hay quien desde la Antropología física intenta
corto plazo. En la discusión antropológica concreta, absorber a las otras dos y lo mismo sucede desde la
frente a la Antropología filosófica se erige como Antropología filosófica, aunque en la actualidad en
Antropología “madre” la Antropología sociocultural menor medida por el declive en estima que sufre el
que también se sobrepone a la Antropología física. Si campo especulativo. De fondo, en estas tentativas de
me detengo en esta cuestión es porque puede dar reduccionismo se asoman presupuestos antropológi-
luces para entender un debate similar al que se pro- cos preconcebidos. En el primer caso citado, se
duce en el seno de lo que podríamos llamar Antro- entiende que en el ser humano prima y se define úni-
pología de la Educación. camente por sus elementos biológicos, de los que
depende lo cultural. En el segundo, suelen darse con-
13 Ibídem, pp. 182 y ss., se describen los planos epistemológicos del saber
antropológico. 14 Choza, J. (1985). Antropologías... o. c., p. 13.
cepciones “idealistas” de la naturaleza humana en supone el fenómeno y proceso educativo. Sin embar-
las que la condición corporal se observa como un go, se puede decir que los saberes antropológico-edu-
accidente sin importancia. Los grandes grupos de cativos coinciden en el objeto definido como: qué es y
Antropologías mantienen una consistencia propia cómo es el ser humano educable y el qué y cómo de la
para desarrollarse como disciplinas independientes. educación. En función del método, positivo o filosófi-
La Antropología filosófica procura dar respuesta co, podemos diferenciar dos tipos de Antropología de
a la cuestión de qué y quién es el ser humano; la físi- la Educación. La Antropología –positiva– de la Educa-
ca indaga sobre cuáles son los hombres o qué seres ción se localiza geográfica y culturalmente en el ámbi-
son realmente hombres. La Antropología física se to anglosajón, mientras que en su faceta filosófica, es
aproxima más a la Antropología sociocultural que a el contexto germánico el protagonista.
la Antropología filosófica por su método –positivo– La Antropología Pedagógica (Pädagogische
y por su objeto; para distinguir si unos seres son Anthropologie) alemana hunde sus raíces en la filo-
seres humanos se escudriña sobre los posibles obje- sofía germana desde el siglo XVIII18. En el siglo XX,
tos culturales. Se trata de disciplinas diversas pero con la fenomenología y los planteamientos del exis-
relacionadas y lo lógico en su desarrollo es que desde tencialismo se da un fuerte empuje a lo que se puede
cada una se consideren los hallazgos de las otras considerar una Antropología –filosófica– de la Edu-
para confluir y enriquecer el estudio de lo humano. cación. La pregunta de la Antropología –filosófica–
La Antropología de la Educación, en cuanto que de la Educación gira en torno a la esencia del ser
antropológica puede aparecer tener variedad como la humano educable y a la esencia de la educación.
Antropología misma y así podemos advertir una La Antropología Pedagógica alemana se desarrolla
Antropología de la Educación que arranca de la con varios planteamientos: una reflexión filosófica
Antropología biológica15, una Antropología de la directa sobre uno de los aspectos más importantes del
Educación que se fundamenta en la Antropología objeto de esta nueva disciplina como es la cultura19;
sociocultural16 o una Antropología de la Educación una reflexión filosófica sobre el ser humano como
que sigue la Antropología filosófica17. Las dos últi- educable y sobre la educación; una síntesis globaliza-
mas son las que han alcanzado más desarrollo, razón dora del aporte de las ciencias empíricas que versan
por la que me detengo en ellas. sobre lo humano y en concreto sobre lo humano edu-
cativo (psicología, sociología, psicoanálisis, biología,
4. Modalidades de la Antropología etc.) y que se considera una Antropología empírica de
de la Educación la educación. En la Antropología pedagógica, como
Las diversas teorías antropológicas de la educación, objeto de conocimiento, prevalece lo humano de lo
aunque presentan los principales temas en común, se que se deriva una serie de conclusiones acerca de lo
diferencian en el interés que conceden a algunos educativo. Por otro lado, y también en Alemania, se
aspectos de estas temáticas dentro del gran marco que describe la Pedagogía antropológica. La Pedagogía
–que en la tradición académica germana incluye
temas tanto prácticos, metodológicos como teóricos y
15 Un ejemplo: Asensio, J. M. (1997). Biología y educación: el ser educa-
ble. Barcelona: Ariel.
16 Una muestra: Honorio M.-Velasco Maillo, F.-García Castaño, J.-Díaz de
Rada, A. (Eds.). (1993). Lecturas de antropología para educadores. El 18 Fermoso, P. (1994). Nota histórico-bibliográfica sobre la antropología
ámbito de la antropología de la educación y de la etnografía escolar. pedagógica en Norteamérica y Alemania. Anthropos, 160, 78-85.
Madrid: Trotta. (2005, 2ª ed.).
19 Se ha desarrollado una Antropología pedagógica muy dependiente de
17 Fullat, O. (1997). Antropología filosófica de la educación. Barcelona: la filosofía de la cultura (corriente neokantiana). Cfr. Bouché Peris, H. y
Ariel. otros (1995). La Antropología de la educación... o. c., p. 96.
filosóficos– expone qué es el hombre desde el proce- cultural y de la Antropología en general y repercu-
so educativo para dirigir la acción educativa; se trata ten en ella los ecos lejanos del debate sobre la vali-
de un planteamiento científico normativo de la Peda- dez de las ciencias sociales.
gogía antropológica. En Estados Unidos, la impronta de la Antropolo-
En EEUU, Canadá, Reino Unido, Australia predo- gía cultural que también influía notablemente en la
mina el enfoque de una Antropología –positiva y actividad de la Sociología es la que configura la
sobre todo socio-cultural– de la Educación. Tiene su Antropología de la Educación, Educational Anthro-
arranque en la segunda década del siglo XX. También pology. Aunque el objeto de esta antropología es la
nos encontramos algún autor alemán que sobresale cultura, se puede afirmar que en todas las teorías
desde el principio en esta línea. En EEUU, la Antropo- sobre lo cultural se mantiene a la vez un concepto de
logía cultural domina el panorama académico. Su ser humano más o menos explícito. Esa orientación
foco de atención está compuesto de elementos cultu- predominante, la cultural, fundamenta que al hablar
rales y a través de ella se investiga cómo se transmite de una Antropología de la Educación que adopta un
la cultura, cuestión que se asimila al proceso educati- método positivo estamos mencionando una Antro-
vo. El foco se amplía progresivamente hasta iluminar pología “cultural” de la Educación que se puede defi-
el asunto de cómo la cultura incide en la formación de nir, generalizando todas las posiciones diversas a la
la persona. Sin embargo, en el Reino Unido se elabo- hora de describir esta materia, como el estudio de las
ra una Antropología social que gravita sobre el tema conductas y sociedades contemporáneas. Ya no sólo
de la organización social20. En el apartado siguiente lo se estudian sociedades “primitivas” –como era tradi-
examinamos con mayor detenimiento ya que se trata cional, forma de hacer oriunda de Europa– sino que
del enfoque de mayor influjo. En otra ocasión podre- se accede a las sociedades en las que se vive y que
mos estudiar la historia de la Antropología de la edu- se tornan complejas. Se estudia lo que la gente hace
cación de corte filosófico. y piensa acerca de lo que hace –lo que le parece que
debería hacer y lo que realmente hace–.
5. Antropología de la Educación En el Reino Unido, la huella de la Sociología y de
de método positivo la Antropología social es la que hace de la Antropo-
La Antropología de la Educación que adopta un logía de la Educación una Antropología “social” de
método positivo o empírico se considera una Antro- la Educación, que podría definirse como el estudio
pología –científica– de la educación21. Como sucede del proceso de socialización teniendo en cuenta cate-
en más disciplinas científicas se sigue discutiendo gorías como la clase social o status socioeconómico,
sobre si constituye un campo científico propio, sobre la transmisión de conductas sociales o antisociales,
su método y su objeto, y así se reitera la polémica las costumbres, la adquisición de la identidad de
que existía en el campo de la Antropología socio- grupo, etc. Con frecuencia el campo de investigación
se refiere a grupos marginales en las grandes socie-
dades desarrolladas, o grupos separatistas como pue-
20 Gervilla Castillo, E. (1998). Estatuto antropológico de la Antropología den ser algunas bandas juveniles o familias que pre-
cultural de la Educación. En Bouché Peris, H. y otros, Antropología de
la Educación... o. c., pp. 151-183. sentan alguna característica especial.
21 Sin entrar en la disputa, sólo cabe en este momento detenerse a conside- El balanceo entre las dos posiciones, acentuar lo
rar que es habitual identificar como científico el campo del saber que se
hace desde el conocimiento de la realidad aplicando una metodología cultural-acentuar lo social, expresa que estas dos
experimental, método positivo llamado así porque constata datos obser-
vables de la realidad para dar explicaciones probabilísticas, contrastadas. dimensiones están intrínsecamente ligadas en la rea-
Este debate es de gran interés gracias a los aportes de pensadores como
Popper y Kuhn, pero excede el propósito de estas páginas. lidad y en el proceso educativo. Podría darse otro
tono de intensidad al entrever el aporte de lo propio versidades. En una etapa precedente, desde la década
de cada individuo en la educación. La Antropología de los 20, se pueden diferenciar entre los estudios de
cultural, la Sociología y la Psicología contribuyen los antropólogos los dedicados a los sistemas forma-
para dar diversas orientaciones a la Antropología de les de educación y de enculturación de los niños24. El
la Educación, pero paralelamente la realidad educa- interés por estos estudios presentaba una faceta polí-
tiva es la que incita al investigador a tener en cuen- tica: aplicarse en prácticas educativas eficaces para
ta todas las dimensiones; como no se pueden abar- solventar problemas sociales mediante la educación
car todas se adopta un enfoque entre los posibles. en colonias o antiguas colonias y en sociedades mul-
Una vez más se comprende que en la historia de la tiétnicas cono sucedía en Estados Unidos. Los fenó-
Pedagogía se reiteren los intentos de una teoría inte- menos del multiculturalismo y el bilingüismo
gral. Posteriormente examinamos uno de estos cona- comienzan a ser objeto de desvelo.
tos por autores alemanes. La corriente de la Antropología cultural denomi-
nada “Cultura y personalidad” es considerada como
5.1. Antropología de la Educación la principal escuela que inspira y en la que se for-
centrada en la cultura man antropólogos que se decantan por prestar
La Antropología de la Educación norteamericana mayor atención al fenómeno educativo, al mismo
corre la suerte de las otras antropologías aplicadas, tiempo que se aproximan a la Sociología en torno a
de modo que se desarrolla como disciplina académi- la década de los 30. Desde entonces se extiende esta
ca, como actividad de investigación y como profe- subdisciplina en varios ámbitos: se investiga más y
sión que se ejerce en centros educativos y en comu- en más contextos académicos y sociales; se estudia
nidades al servicio de las instituciones gubernamen- en más lugares y niveles educativos, y hay más
tales, políticas y agencias de servicios sociales. antropólogos profesionales que intervienen en los
Se describe, como hecho clave para la configura- problemas de convivencia multicultural con las res-
ción de esta disciplina en el mundo académico de pectivas sociedades científicas, fundaciones y aso-
Estados Unidos, la Conferencia sobre Educación y ciaciones profesionales que respaldan este tipo de
Antropología que convocó George Spindler en Stan- investigaciones y de antropólogos profesionales25.
ford, en 195422. Los primeros trabajos que relacionan Las publicaciones sobre la enseñanza de la Antro-
la Antropología norteamericana con la educación son pología de la Educación aumentan exponencial-
de principios del siglo XX y pertenecen a Hewett23. En mente desde la década de 1960.
esta época se dispone de más recursos para la inves- Con respecto a las temáticas que se tratan pode-
tigación, se realizan esfuerzos interdisciplinares entre mos apreciar cierta evolución. En la década de los
la Antropología y la Sociología y se produce una
expansión académica de la Antropología en las uni-
24 Incluso se pueden destacar algunas obras del siglo XIX en el campo de
la Antropología cultural que estudian la transmisión cultural especial-
mente en la infancia: Barnes (1896) Chamberlain (1896) Fletcher (1888)
Stevenson 1887, cfr. Pérez Alonso Geta, P. (1998). Antecedentes de la
22 Spindler, G. (2000). Anthropology and Education. An overview, the 1954 construcción teórica en Antropología de la educación. Teoría de la edu-
Conference on Education and Anthropology (1955). En Spindler, G.- cación, 10, 206.
Spindler, L. Fifty years of Anthropology and education, 1950-2000: a
Spindler anthology. Mahwah (New Jersey): Lawrence Erlbaum Associa- 25 Otro hito histórico para la constitución de esta disciplina es que en
tes, pp. 53-73. 1970 se crea el Council on Anthropology and Education; en 1977, su
Newsletter se transforma en una revista, Anthropology and Education
23 Se publican en American Anthropologist en 1904, “Anthropology and Quarterly. La historia de la Antropología de la Educación es relatada por
Education” y en 1905, “Ethnic Factors in Education”. Este autor reclama varios autores españoles: Fermoso, P. (1994). Nota histórico-bibliográ-
que desde la educación se puede aportar datos que la Etnografía podría fica sobre la antropología… o. c., pp. 79-80; Monteagudo, J. A., (1996).
tener en cuenta y viceversa. Así mismo unas culturas pueden aprender La Antropología y la etnografía educativas. Aportaciones teóricas y
de otras. Sin embargo, este aporte no tuvo mucho eco. metodológicas. Teoría de la educación, 8, 151-173.
50, se trabaja la articulación filosófica y teórica de la educativa del fenómeno del multiculturalismo.
educación y la antropología; la necesidad de estudiar Diez años más tarde, constatando el número de
el contexto sociocultural del proceso educativo; la publicaciones que suponen una revisión de la biblio-
relación entre la educación y el desarrollo cultural grafía, trabajos y experiencia acumulada desde el
según el ciclo vital; la naturaleza del aprendizaje inicio de la andadura de la Antropología de la Edu-
intercultural26. Autores destacados de esta época son cación, sobresalen tres grupos temáticos: el estudio
George Spindler27 y Thomas Brameld28. En la década de los estilos de aprendizaje –con muchas referencias
siguiente se publican trabajos de Antropología apli- al currículum, a la enseñanza de materias básicas
cada entre los que sobresalen Spindler, Kimball y como lengua y matemáticas, al bilingüismo–; re-
Kneller29. Este último autor sobresale por defender flexiones sobre la etnografía, que replantean esta
una teoría de la cultura ni relativista ni superorgáni- metodología y proponen nuevas técnicas y planos de
ca sino universalista y realista, frente a la mayoría de análisis; y la investigación sobre la transmisión de la
los autores. cultura –contextos culturales, valores, dependencia
En los años 70 se reiteran las ideas acerca de la cultural, cultura de las instituciones educativas–30.
necesidad del desarrollo de la Antropología centrada La metodología adoptada en este enfoque es la
en el estudio de lo cultural en las sociedades cercanas, etnografía –denominación tanto del método de reco-
así como su relación con el estudio del desarrollo en gida y análisis de los datos socioculturales como del
la infancia y del aprendizaje en todos los contextos en informe descriptivo de un sistema sociocultural o de
que se produzca. A esto se suman varias considera- una dimensión de un sistema concreto–. La evolu-
ciones: cómo la política ha de contar con los resulta- ción de la Antropología de la Educación resultado de
dos de la investigación antropológica, convencerse de la etnografía registra similares acontecimientos cien-
que la educación se produce en contextos de cambio tíficos a los acaecidos en el campo de la Antropolo-
acelerado, así como el mayor interés por las minorías gía sociocultural, a su vez ligada a la sociología31. Si
étnicas y por el tema de la mujer y la educación. en una primera etapa la Antropología de la Educa-
El tema central que se aborda es la consecuencia ción recogía todos los temas relacionados con la
educación y la cultura, con posterioridad (podemos
26 Spindler, G.-Spindler, L. (2000). Fifty years of Anthropology… o. c., p. 27.
situar la década de los 80), el centro de atención es
27 Spindler, G. D. (1955). Education and Anthropology, Standford Univer- la transmisión de la cultura y la metodología empí-
sity. Repasa la epistemología de la Antropología cultural y fundamenta rica rigurosa que para ello se pueda utilizar.
su relación con la educación. Postula la necesidad de este conocimien-
to en la formación de maestros. Además describe las funciones del Algunos autores han considerado que la cultura
antropólogo como profesional así como los diferentes modelos y con-
cepciones de esta profesión. es el concepto generador de la disciplina antropoló-
28 Brameld, T. (1957). Cultural Foundations of Education. New York: Har- gica; su relación con el proceso educativo constitu-
per and Row. (Bases culturales de la educación, Barcelona: Eudeba,
1971). Promueve el reconstruccionismo pedagógico. Ahonda en el tema ye la dimensión de ese concepto, que da lugar a la
de la relación entre la cultura y la educación; por una parte, ambas
fomentan el orden humano, la educación en cada individuo, la cultura disciplina de la Antropología de la Educación. Los
en la convivencia al incluir las pautas compartidas por un grupo; por
otro lado, una y otra están relacionadas en el proceso de crecimiento
planteamientos que sustentan esta Antropología de
humano así como en su posible evolución. Cultura y educación se rela- la Educación siguen los avatares de la Antropología
cionan además por la dimensión de los fines educativos.
29 Spindler, G. (Ed.) (1963). Education and Culture. New York: Holt, Rine-
cultural.
hart and Winston; Spindler, G. D.-Spindler L. (Eds.) (1960). Case Studies
in Education and Culture. New York: Holt, Rinehart and Winston. Kim-
ball, S. (Ed.) (1963). Anthropology and Education Series. New York: Tea- 30 Cfr. Fermoso, P. (1994). Nota histórico-bibliográfica…, o. c., pp. 80-81.
chers College; Kneller, G. F. (1965). Educational Anthropology: An
Introduction. New York: J. Wiley and Sons. Es también importante la 31 La Sociología desde la década de los 50 en la escuela de Chicago adop-
revisión bibliográfica de Rosentiel, (1977). Education and Anthropo- ta la etnografía como método de investigación. Cfr. Augé, M.-Colleyn,
logy. An Annotated Bibliography. New York: Garland Press. J.-P. (2005). Qué es la antropología…, o. c., p. 80.
que, así como se ha devaluado por su uso la noción decisiones políticas educativas que afectan a la
de cultura, de modo similar está ocurriendo con la escuela. Se expresa la relación intrínseca en la toma
noción de identidad. Abundan los estudios que com- de decisiones, de las cuestiones morales –concer-
paran culturas e identidades de diversos grupos, en nientes a la justicia– y las políticas. Junto a esta
diversos países. Aparecen relacionados con la temáti- reclamación se afirma que en la formación de los
ca de la raza. La preocupación por estos objetos se antropólogos que dirigen intervenciones educativas
enmarca en un contexto sociopolítico de propuestas pesan, junto a los conocimientos de técnicas de
de reformas educativas. En los últimos años se ha innovación, cambio y mejoramiento, aquellos que
acentuado el interés por las relaciones entre la familia conduzcan a posiciones morales41. Se sugiere “plan-
y los centros educativos y las investigaciones concre- tearse” de nuevo qué es la cultura.
tas sobre diversos grupos étnicos en el seno de las Además, la década de los 90 presencia el cuestio-
sociedades multiculturales. En menor medida se estu- namiento sobre la identidad y cómo ésta se forja
dian las experiencias de los profesores, la influencia mediante la educación y los otros instrumentos cul-
de las nuevas tecnologías, la religión. turales. Se registra una llamada al activismo social y
Se recuerda que en la década de los 70 el tema político: “an anthropology of education in which
central es la cultura. Las críticas desde el postmoder- theory, research, practice, and social justice are con-
nismo denuncian que las Antropologías, también la joined”42. En los estudios de etnografía publicados en
Antropología de la Educación, desarrollada hasta el el 2000 predomina un enfoque crítico sobre la disci-
momento, están infectadas del punto de vista cultu- plina, la metodología y los contextos sociales y edu-
ral de los investigadores. Se exagera y se abusa del cativos en los que se realizan las investigaciones. Se
uso de este concepto hasta el extremo que encontra- revitaliza la necesidad de relacionar Antropología,
mos una generación de antropólogos que escriben cultura y práctica educativa: desarrollar una buena
contra la cultura, debate ajeno a la práctica educati- teoría para una buena práctica43. La práctica educa-
va real, porque la discusión resulta muy abstracta y tiva plantea nuevos problemas que suponen un estí-
porque los educadores se concentran, sin más com- mulo en la investigación antropológica. Además,
plicaciones de legitimidad cultural, en que sus alum- para la formación de los educadores habría que
nos de minorías cubran el déficit cultural40. La déca- hacer más accesibles los trabajos de campo y efec-
da siguiente, en continuación con la anterior, gira tuar un esfuerzo de síntesis de los resultados para
alrededor de las diferencias culturales. Se trata de ilustrar la práctica educadora.
indagar en la realidad multicultural para diseñar En la realidad, los educadores se topan con serias
intervenciones en la escuela que permitan salvar la dificultades con respecto al conocimiento de lo
discontinuidad entre hogar y centro educativo y humano y de la educación que aporta esta Antropo-
lograr así el éxito de los niños de minorías cultura- logía: muchos datos dispersos y sujetos a grupos,
les. A medida que avanzan los 80 y claramente en lugares y métodos concretos no “traspasables” de
los 90 la preocupación se sostiene en una meta
social: lograr la igualdad de oportunidades.
Los antropólogos reivindican que se tenga más 41 Eisenhart, M. (1999). Reflections on Educational Intervention in Light
of Postmodernism. Anthropology & Education Quarterly, 30 (4), 464.
en cuenta sus conocimientos a la hora de adoptar
42 Mc Carty-Lomawaima, K. (2002). From the Editors. Anthropology &
Education Quarterly, 33 (1), 3.
43 Jacob, E. (2001). The Council on Anthropology and Education as a
40 González, N. (1999). “What will we do when culture does not exist any- Crossroad Community: Reflections on Theory-Oriented and Practice-
more?”, Anthropology & Education Quarterly, 30(4), 431-435. 432. Oriented Research. Anthropology & Education Quarterly, 32 (3), 268.
suyo a otras situaciones; interpretaciones variadas e sino que se logra desde lo profundo, contestando a
incluso contrarias de esos datos, aunadas en una teo- las preguntas clásicas: ¿qué es...? de lo que se deriva
ría relativista del ser humano y del fenómeno edu- ¿cómo es y debería ser?, ¿hacia dónde va?
cativo; un lenguaje muy técnico difícil de interpretar “La Antropología filosófica es, por tanto, el saber
para el educador de a pie. que tiene por objeto al hombre y que, a tenor del grado
actual de desarrollo de las diversas disciplinas antropo-
6. Otra opción, la Antropología lógicas, se constituye como una síntesis en el plano filo-
de la Educación con un método filosófico sófico de los conocimientos aportados por las ciencias
El pluralismo confundido con el relativismo biológicas, humanas y sociales, lo que en último térmi-
–postura que caracteriza a gran parte de la edad con- no significa una comprensión metafísica de cuanto las
temporánea–, y la exposición de lo que se conside- ciencias positivas han aportado al conocimiento del ser
raba como verdad acerca del ser humano confundi- humano”44.
do con dogmatismo –posición que se predica de épo- De este modo un conocimiento, de suyo inútil, se
cas anteriores pero que incluso se puede destacar busca para saber por saber, se convierte en algo útil
hasta en la apología relativista– constituyen las are- porque sirve de sustento para ordenar los conoci-
nas movedizas que hunden el planteamiento de la mientos válidos y eficaces de otras ciencias y de-
validez de la Filosofía, de la Antropología filosófica sarrolla el sentido común correcto para la acción en
y de la Antropología filosófica de la Educación como general y la intervención educativa en particular.
conocimiento científico. Además de señalar su histo- Nos referimos al sentido común forjado en nuestra
ria, comienzo sentando las bases por la que conside- cultura que se distinguió entre otras características
ro su importancia en la formación de los educadores. por la indagación acerca de la realidad, por la bús-
La necesidad de integrar conocimientos sobre queda de la verdad, base para ejercitar la libertad45.
una dimensión de la realidad para proyectar cómo Incluso para acometer los estudios analíticos propios
actuar sobre ella o con ella o respecto a ella, se cons- de las ciencias humanas se mantiene, implícita o
tata en todos los ámbitos científicos. Si además de explícitamente, que se debería sostener una teoría
necesidades técnicas se procura solventar carencias acerca del ser humano para no desvirtuar la natura-
prácticas –se trata de dirigir la acción humana pro- leza de lo estudiado desde el punto de vista episte-
pia y ajena en orden a obtener resultados producti- mológico –no deformar “visualmente” el objeto– y
vos y prácticos, de elección y de ejecución de bienes desde el plano deontológico –tratar a las personas
no estrictamente materiales– el requerimiento de un con el respeto conforme a su dignidad– y despren-
conocimiento de la realidad no sólo completo sino derse del servicio a intereses ajenos y arbitrarios.
además profundo se impone. Una mirada panorámi- La metodología oportuna es:
ca a los retos de la intervención socio-educativa, en “respetar las siguientes etapas fundamentales: La
diversos entornos sociales: barrios, familia, ciudades, primera de ellas a partir del hombre que como realidad
pueblos, instituciones de educación formal, asocia- originaria «originaria» se nos muestra como una totali-
ciones, etc., muestra que el educador además de téc- dad viviente y unitaria en constante proceso de realiza-
nicas de diagnóstico y resolución de problemas, para ción a través de su actividad y de los productos de la
aplicarlas e incluso innovarlas, precisa un conoci-
miento integral de lo humano. Lo íntegro en este 44 Choza, J. (1985). Antropologías ... o. c., p. 22.
caso no se produce por la suma de partes que por ser 45 Cfr. Reyero, D. (2001). ¿Educar bien es de sentido común? Una contri-
bución desde de la Antropología al pensamiento pedagógico. Teoría de
muchas sólo se puede afrontar desde la superficie, la educación, 13, 69-87.
misma; la totalidad unitaria que es la persona presenta tido de la educación. Los temas fundamentales y
un carácter «originario» y por lo tanto anterior a cual- recurrentes tratados son: la educabilidad y el de-
quier parcelación artificial que la metodología científica sarrollo humano, los modelos antropológicos de la
pueda exigir. Segunda, atender a lo que del hombre, su educación, la cultura y la educación –ahora concre-
desarrollo y productos nos aportan las investigaciones tado en el multiculturalismo–, los métodos heurísti-
científico-positivas. En tercer lugar, es lícito y conve- cos. Se trata de dar una visión integral recogiendo
niente generar una construcción teórica que, apoyada todas las aportaciones de las ciencias humanas sobre
en las evidencias inmediatas y en los datos aportados este tema. Se convierte en un conjunto de conoci-
por los análisis científico-positivos, nos permita una mientos de los que se derivan juicios de valor sobre
imagen global del hombre, de sus características funda- la educación, un pensar en su deber ser. Entiendo
mentales, así como una explicación coherente de su que puede hablarse de una finalidad única del ser
comportamiento.”46. humano aunque vivenciada de modo diverso47. El
La cita inspira, entre otros asuntos, dos criterios racionalismo y en concreto el idealismo provocó una
que asumo y hago explícitos en este momento. La reacción desde el ámbito educativo, que en parte
preocupación por superar los dualismos, desde los perdura hasta la actualidad. Lo describía con acierto
que se contrapone como opuesto lo que es diverso y Dienelt hace treinta y seis años:
que afecta esencialmente a cualquier planteamiento “Así pues, el miedo a una fundamentación filosófica
educativo; se pueden resumir en los pares: indivi- de la antropología pedagógica podría estar en relación
duo-sociedad, naturaleza-cultura, y cuerpo-alma. con el hecho de temer la aplicación de una determinada
Las oposiciones se superan respectivamente com- filosofía a la pedagogía o de una determinada antropolo-
prendiendo tres dimensiones de la realidad humana gía filosófica a la antropología pedagógica. Es el miedo a
intrínsecamente relacionadas: el ser personal, la que la ciencia de la educación, que tan penosamente
naturaleza (sentido metafísico) y el ser humano lucha hoy por su existencia, vuelva a caer bajo el influjo
(observado con sentido común). de una filosofía idealista. Pero en contra de eso hay que
El otro criterio viene de aceptar al ser humano mantener que «allí donde la antropología pedagógica en
como realidad «originaria», no sólo porque responder cuanto investigación fundamental tiene oportunamente
a las preguntas de dónde venimos –origen– y hacia ante los ojos “toda la persona” como muy bien exige Roth,
donde vamos –fin– resolvería una gran parte de la se evitará aquel acortamiento del hombre...”48.
ciencia antropológica sino porque el ser humano es Una herencia de los postulados modernos que
ya “algo”, por lo que puede ser muchas otras cosas, han calado el quehacer de los estudiosos de la reali-
y en este sentido no creo que se reduzca a mera dad, es que el afán por encontrar las leyes de la diná-
construcción cognitiva y cultural o que sirva cual- mica psicológica de las personas y de la actividad
quier construcción de lo humano por el hecho de que social se traduce en convertir en absolutos los hechos
alguien con poder e influencia la haya propuesto. de la experiencia, analizados desde un área científica.
Dentro de lo que supone el estudio filosófico del
ser humano, con la Antropología de la Educación, el
47 Este tema, más desarrollado en la Filosofía de la Educación, arranca de
objeto es el ser humano educable, ens educandus, de una consideración del ser humano y de su sentido vital. Cfr. Escámez, J.
(1981). Autorealización personal, fin fundamental de la educación. En
lo que se deriva preguntarse qué es y cuál es el sen- Escámez, J. Castillejo, J. L.- Escámez Sánchez, J.-Marín Ibáñez, R. Teoría
de la educación. Madrid: Anaya, pp. 87-98; Altarejos, F. (1986). Educa-
ción y felicidad. Pamplona: EUNSA.
46 Escámez Sánchez, J. (1981). Fundamentación antropológica de la edu- 48 Dienelt, K. (1979). Antropología pedagógica... o. c., p. 27. Barrio actua-
cación. En Castillejo, J. L.- Escámez Sánchez, J.-Marin Ibáñez, R. Teoría liza con precisión este sentir. Cfr. Barrio, J. M. (1998). Fundamentos de
de la educación, Madrid: Anaya, p. 11. la Antropología Pedagógica. Madrid: Rialp, pp. 22-26.
Seguimos con cierto virus intelectual de los bilogicis- trata de un enfoque que concluye hasta el extremo los
mos, psicologismos y sociologismos cuya perversión principios básicos de la Antropología de sello filosófi-
a la salud científica consiste en transgredir su campo co historicista y culturalista. Se vela por la historici-
de competencia. Hasta algunas tendencias filosóficas dad del objeto pero también por la historicidad de los
se han contagiado de esta enfermedad. cuestionamientos y de los métodos de investigación.
En nuestros días y siguiendo las pautas que ha ele- El relativismo patrocinado por Boas se vuelve en
vado la crítica propia de la Postmodernidad, este plan- contra suya; ahora la pregunta es quiénes son los
teamiento convive con la postura escéptica que critica antropólogos y por qué y cómo hablan de otros. Se
deconstruyendo –podríamos decir destruyendo– toda amplían las temáticas. Se intenta precisar el con-
afirmación positiva acerca de la realidad. Por una cepto de cultura que está siendo utilizado aplicán-
parte, a las Antropologías que definen lo humano para dolo a cualquier actividad humana. De este modo ha
de ahí poder orientar la praxis, entre ellas la educativa, perdido su carácter diferenciador y no sirve como
se clasifican como normativas y se consideran ilegíti- categoría de análisis y estudio. Este uso constituye
mas. ¿Razón? El pluralismo –entendido asimilado al un escollo difícil de salvar y sin embargo se preten-
relativismo–. La opción propuesta consiste en realizar de alcanzar postulados trasculturales e interdiscipli-
una Antropología “histórica y cultural” de la Educa- nares. Desde esta perspectiva, se ha aceptado de
ción. Se renuncia a una idea del ser humano totaliza- entrada, para luego rebatirlo, un modo de Antropo-
dora. En la siguiente referencia se puede apreciar un logía de la Educación entre todas las posibilidades:
ejemplo de una representativa crítica: el modelo positivo cultural que se ha convertido en
“La pretensión de la Antropología pedagógica de culturalista. Se critica lo positivo del método pero
formular enunciados sobre el hombre, el niño o el edu- no la opción por un objeto, lo cultural, elección
cador, es extremadamente problemática. Por regla gene- ensalzada en la Postmodernidad.
ral, en esas pretensiones se trata casi exclusivamente de El conocimiento de la cultura como fenómeno
enunciados sobre hombres blancos, masculinos y abs- parece fundamentar como absoluto –aunque curio-
tractos, es decir, sobre el niño o el educador de un samente se haya pretendido renunciar a cualquier
mismo círculo cultural y, por tanto, de dudosas univer- absoluto– el carácter relativo del ser humano. Este
salizaciones y pretensiones de poder. Por su orientación enfoque crítico, a mi parecer, hunde más la situación
hacia el hombre en su “totalidad” y hacia las continui- problemática de una Antropología de la Educación
dades y contingencias ligadas a él, la antropología peda- centrada en lo cultural. Si se postula una metodolo-
gógica apreció poco el significado de la diferencia, la gía filosófico-crítica histórico-cultural, nos hallamos
discontinuidad y la pluralidad. Partió o de formular con un discurso alejado de la realidad humana que
enunciados sobre la esencia del hombre o de poder desprecia incluso los datos “reales” aunque quizás
alcanzar conocimientos empíricos sobre la esencia del insuficientes que la Antropología nos proporciona
hombre en situaciones de educación y formación”49. con un método positivo.
Se reconstruyen los conceptos con los que se pre- La otra alternativa vigente, más pegada a la reali-
tendía capturar la realidad de lo humano y que, más dad y que conlleva a una orientación práctica, es la
que responder a la realidad, se correspondían con un que parte sólo de la Antropología de la Educación “cul-
sistema de pensamiento a priori. El objeto central es la tural” con un método positivo seleccionada por razo-
interculturalidad, ya no únicamente la cultura. Se nes filosóficas. Asumidos los obstáculos epistemológi-
cos que se resumen en no poder saber si conocemos la
49 Ibídem, p. 162. verdad, aceptando que no estamos en condiciones de
comprender el porqué de la realidad, e impelados por supera la posición culturalista, que por desgracia
la necesidad de continuar viviendo y conviviendo, se sobreabunda. Con culturalista me refiero a un modo
opta por decidir qué hacer según el consenso cuyo pro- concreto de entender la cultura, cerrado, y que además
cedimiento concede seguridad. Para este fin, los cono- se presenta como la única dimensión humana de rele-
cimientos que aporta la Antropología facilitan el saber vancia. El ser humano no es sólo la cultura que le han
de las condiciones y de los modos en los que se puede transmitido, o la cultura que ha construido. El ser
establecer ese consenso social. humano requiere el sentido de sí mismo, sentido que
La repercusión de Rorty y de Habermas, con acen- no se da como producto de las creaciones culturales y
tos claramente diferenciados entre ellos, se hace notar de la interacción de las mismas. De ahí que la Antro-
en este planteamiento50. La Antropología se torna en pología “cultural” de la Educación se completa con la
medio para comprender a los diferentes “culturalmen- Antropología de la educación filosófica y viceversa.
te” y para establecer el discurso y el diálogo, impres- El estudio de esta materia se orienta a capacitar a
cindibles para el consenso. Si es aplicada como Antro- los futuros profesionales de la educación para que
pología de la Educación se concentra en vislumbrar piensen sobre lo educativo que tengan entre manos,
cómo se podría inducir estos procedimientos. La también desde la perspectiva antropológica. Este pro-
Antropología cultural, en esta corriente, no pierde el pósito esconde implícitamente el convencimiento de
rumbo que le diera su cuna anglosajona, que en su que la práctica educativa se debe llevar a cabo desde
nacimiento sirvió a los gobiernos colonialistas, yen la una buena teoría que se sustenta sobre un conoci-
actualidad media la “aculturación” de un tipo de con- miento de todos los elementos que forman parte del
cepción democrática. Recurrir sólo a procedimientos y proceso de educación, en el que se involucra cada per-
renunciar a fundamentar valores impide pensar en sona, en cualquiera de las dimensiones en que se
fines educativos, con lo que la educación pasa de ser pueda desarrollar. En la práctica profesional, cuando
una actividad esencialmente práctica –por parte de se trata de salir al paso de los problemas o en las pro-
quien educa y por parte de quien es educado– a ser puestas de mejora, de innovación en situaciones de
únicamente técnica. La ausencia de fines engendra cambio, no es suficiente con poseer un repertorio de
una actividad caótica, o una actividad esclava de técnicas, de recetas especializadas que suelen obtener-
logros inmediatos dictados por los tiempos y por quie- se en los cursos de reciclaje profesional, sino que el
nes los gobiernan a corto plazo. La educación se con- educador debe interrogar a la realidad, tiene que razo-
vierte así es asunto manipulable. nar para hacer las preguntas pertinentes y dar forma
a las respuestas que encuentre.
7. Necesidad de una Antropología El corpus teórico es importante, y en el caso de la
de la Educación abierta educación ha de estar integrado por los aportes de
Razonar los fundamentos, asunto que continúa varias ciencias entre las que la Antropología puede faci-
perteneciendo a la filosofía, permite salir de este ato- litar sobre todo dos asuntos: no perder de vista que el
lladero. La Antropología cultural, la Antropología de protagonismo en la educación lo tiene cada persona,
la Educación con esa impronta puede ofrecer un para lo que hay que contemplar su unidad y compleji-
conocimiento del ser humano y de su proceso educa- dad al mismo tiempo, y que esta perspectiva conduce a
tivo de gran interés. Ese saber se enriquece cuando la interdisciplinariedad y a la necesidad de vislumbrar,
desde un punto de vista integrador, la complementarie-
dad de los conocimientos científicos de áreas diversas
50 Cfr. Colom, A.-Mèlich, J.-C. (1995). Después de la modernidad... o. c., pp.
111-116 y 131-134. que nos aportan datos relevantes para asumir la educa-
ción. Sin ignorar los conocimientos aportados por la tica educativa reflexiva, abierta a aprender siempre, y
Antropología de la Educación que sigue una metodolo- crítica, fundamental para aplicarse en la investigación
gía positiva, el enfoque que he querido adoptar hace y acción; conocimientos más especializados son los
hincapié en la perspectiva filosófica, no tanto porque se que corresponden a estudios superiores de postgrado
tenga en cuenta los trabajos que en esta línea se han o los que cada pedagogo por cuenta propia tenga que
desarrollado sino como modo de pensar y razonar lo adquirir para afrontar las situaciones tan diversas que
humano y dentro de este ámbito, lo educativo. Me se puede encontrar en el ejercicio de su trabajo.
parece que es la mejor forma de lograr el equilibrio La Antropología de la Educación “positiva” de-
entre las circunstancias que concurren a la hora de rea- sarrolla y entiende objetos particulares de cuyo estu-
lizar este elenco de contenidos. Se trata de abordar la dio se aprende, pero que tienen aplicabilidad para el
educabilidad y todas las realidades intrínsecamente estudio y práctica en situaciones similares. Podría
relacionadas con ella mediante categorías universales ocurrir algo así en la Antropología de la Educación
con las que se pueda acceder a un conocimiento inte- filosófica si se embarca en temas concretos y espe-
gral, abierto, desde el que quepan las particularidades51. cializados. No obstante, cabe esa formación genérica
Éstas al fin y al cabo se conocen como lo que son, casos de modo más conveniente desde el enfoque filosófi-
concretos que se comprenden mejor en una investiga- co que desde el positivo, de suyo particular. De este
ción determinada, en un estudio monográfico y en la modo, se pueden abarcar más temas aunque no
práctica educativa que corresponda. todos. Este criterio elegido es compatible con la refe-
Pienso que este modo cumple la función de formar rencia a las investigaciones concretas de corte empí-
a los pedagogos en sus primeros años de estudio y así rico e incluso de índole práctica que se hayan reali-
asentar las bases para que se pueda afrontar una prác- zado, muchas de ellas de carácter etnográfico.
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