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Filosofía en el Perú

La atención de estos tres autores Va más bien unido al anti-imperialismo


norteamericano, y al rechazo del modelo de vida materialista y utilitarista que vehicula,
así como a la referencia y al seguimiento de teorías filosóficas europeas que han
superado definitivamente al positivismo, además de esto, también apuestan por el
ahondamiento en lo autóctono y en la identidad de lo latinoamericano.

Rasgos más específicos de esta corriente son el hecho de significar un pensamiento que
no se elaboró ni expresó en las aulas universitarias, sino en ámbitos más públicos, como
son en periódicos y revistas extrauniversitarias. Así mismo, otro rasgo característico de
este grupo es la profunda orientación social del pensamiento de Mariátegui y de Haya
de la Torre.
José Carlos Mariategui
Podríamos dividir su vida en tres grandes etapas. La primera abarca desde su nacimiento
hasta 1919, año en que realiza su viaje a Europa. Para 1914 había ya publicado su
primer artículo. La segunda etapa, desde 1919 hasta 1923, comprende su estancia en
Europa. Y la tercera etapa abarca desde su regreso de Europa, en 1923, hasta su muerte
en 1930.
En relación a la primera etapa, podemos decir que, en 1914 escribió su primer artículo,
firmado por el seudónimo Jean Croniqueur. En esta época es contratado también por el
diario El Tiempo como cronista parlamentario, permitiéndole llegar a un profundo
conocimiento de la vida política peruana. El nuevo rumbo ideológico y de intereses
vitales que va a experimentar, se observa en un artículo que escribe en el primer número
de Nuestra Epoca. En esta “Edad de Piedra”, ascendente en cuanto a compromiso
político y social, que va desde Jean Croniqueur a La Razón, José Carlos Mariátegui ha
escrito 931 obras, entre artículos sociopolíticos y crónicas (840), cuentos (15), poemas
(37), dramas (2) y artículos de crítica literaria y arte (37), según el paciente estudio de
Eugenio Chang-Rodríguez.
Cuando fue enviado a Europa por A.B.Leguía a partir del 1919, A la vista de la
situación de Europa, traumatizada por la desastrosa guerra entre 1914 y 1918,
«confiaba, está claro que excesivamente, y al igual que el resto de pensadores
revolucionarios de la época, en la llegada de un nuevo tiempo para el hombre, el mundo
y la cultura. Estas ideas son reelaboradas y recogidas más tarde en Cartas de Italia». En
lo que respecta a su influencia intelectual se empapó de los textos fundamentales del
marxismo, así como experimentó la influencia de Croce, Gobetti y, sobre todo, Sorel.
Pero también se dejó influir en el ámbito de lo artístico y literario, significando sus
experiencias europeas una apertura a nuevas posibilidades y tendencias. No solo eso,
sino que como señala Juan Marchena, «al igual que otros muchos intelectuales, la toma
de conciencia de su calidad de “hispanoamericano”, en un mundo hasta cierto punto
ajeno a la problemática de sus respectivos países, parece determinante en la
conformación de una auténtica conciencia latinoamericana.
En 1923 regresa a Perú, advirtiendo el enorme contraste con el ambiente de donde
venía. Sigue en el poder Leguía, mientras el país continúa en descomposición y
empobreciéndose. La preocupación de Mariátegui va a ser enfrentarse con esta situación
política y cultural. En este momento es cuando entra en contacto con Víctor Raúl Haya
de la Torre, el otro líder político de esa época, con quien Mariátegui tendrá una
profunda relación así como una dura polémica. Cuando Haya de la Torre es deportado,
encarga a Mariátegui dirigir su revista Claridad, órgano extendido en las universidades
populares. Con el cambio de director, la revista, hasta ese momento dirigida sobre todo
al público estudiantil, comenzará a orientarse hacia el mundo obrero. Así, al año
siguiente, con su hermano Julio César, funda la editorial Minerva, en la que publica su
primer libro, La Escena Contemporánea. «El objetivo general era explicar cómo la
revolución bolchevique abría el camino hacia la construcción del tiempo nuevo del
hombre, y cómo la democracia burguesa parecía próxima a extinguirse. Con este libro,
Mariátegui «intentaba que el obrero industrial de Lima tuviera la oportunidad de
conocer y comprender que su lucha era la lucha de todos, y que su aislamiento de las
corrientes mundiales debía y podía ser vencido para la causa de la revolución»
El año 1926 es también el año en que funda la Revista Amauta, son en estas páginas
donde Defiende que el socialismo tiene que aclimatarse a cada tierra y poseer los rasgos
específicos de la misma, puesto que el socialismo no es un fruto exclusivamente
europeo. Se tiene, por tanto, que construir un socialismo específico para Indoamérica,
expresión utilizada desde este momento por Mariátegui.
Debate con Haya
Para el año 1928, el centro de la disputa se hallaba en la diferencia que ambos líderes
tenían acerca de la situación peruana, avasallada por el capitalismo reformista, y sobre
el camino político a seguir para sacar a Perú de esa situación. Haya de la Torre, desde su
óptica populista, defendía una salida reformista, mientras que Mariátegui como
socialista que era, se inclinaba por una salida revolucionaria.
Para Haya de la Torre estaba claro que había que configurar una burguesía nacional
fuerte, que liderara el proceso de modernización del país, y se independizara del
feudalismo interno y del capitalismo internacional. En cambio, Mariátegui se oponía a
este modo de ver las cosas, en la medida en que no consideraba que la burguesía
nacional no estaría nunca interesada de realizar una transformación a fondo del país,
para conseguir una sociedad justa e igualitaria. La burguesía tenía sus propios intereses
y, si no se conseguían, sería capaz de traicionar tanto al proletariado como al
movimiento indígena.
El proyecto del APRA, partido, alianza y frente, es, para Haya de la Torre,
revolucionario y realista, porque se atiene al modo de ser peruano, sin copiar modelos
foráneos. En vista de estas diferencias, y viendo que no era posible un acuerdo o
acercamiento, Mariátegui se lanzó a organizar un partido revolucionario de clase, el
Partido Socialista del Perú, en que «el marxismo-leninismo es el método revolucionario
de la etapa del imperialismo y de los monopolios.
Como concluye sintéticamente César Germaná, «el destino de ambas concepciones fue
diferente. Mientras los planteamientos de Haya de la Torre estuvieron en el primer
plano de la escena política durante más de tres décadas, los de Mariátegui prácticamente
fueron olvidados, dejando el campo teórico y político en manos del reformismo. En la
actualidad (1977) ocurre lo contrario»
En 1928 publica los Siete ensayos de interpretación peruana. Estos suponen un enfoque
de la historia y realidad del Perú desde la óptica marxista, considerando los diferentes
capítulos como ensayos provisionales, abiertos a sucesivos retoques y cambios, en la
medida en que suponían análisis vivos de una realidad viva, la peruana. El contenido de
los siete ensayos se ocupa de analizar los aspectos más importantes de la realidad
peruana: la evolución económica, el problema del indio, el problema de la tierra, el
proceso de la instrucción pública, el factor religioso, regionalismo y centralismo, y el
proceso de la literatura. Fueron sobre todo cuatro núcleos teóricos los que destacan en
su reflexión escrita, como hemos ido viendo siguiendo el desarrollo diacrónico de su
vida: las referencias a la autenticidad del pensamiento hispanoamericano, su teoría
indigenista, la original forma de entender el marxismo, y la conjugación del
nacionalismo con una amplia visión internacionalista.

VÍCTOR RAÚL HAYA DE LA TORRE (1895-1979)


Pero la condición de político en Haya de la Torre (y también en Mariátegui, como ya
hemos visto) no se redujo únicamente al ámbito peruano, sino que abarcó la visión
general de Hispanoamérica, el ideal bolivariano de conseguir la integración de todas las
naciones hispanoamericanas en el ideal de la «patria grande». Pero además, su
preocupación política trascendió lo americano, para situar sus objetivos políticos en la
lucha contra el imperialismo y la consecución de la justicia social en el mundo.
A partir de 1922 se dedicó a viajar por diversos países hispanoamericanos con objeto de
conectar con intelectuales y dirigentes sociales para ir conformando el ideal de la
integración hispanoamericana. La estancia en México fue muy fructífera para el joven
peruano, tanto por la experiencia de primera mano del desarrollo de la revolución
mexicana, como también por las influencias intelectuales que recibe, entre ellas la obra
del argentino Manuel Ugarte. En 1924 viaja a Rusia, y asiste como observador al V
Congreso de la Internacional Comunista, conectando con diversos dirigentes de la
revolución rusa. El pensamiento marxista le produce un fuerte impacto, a tenor de la
fuerte presencia que tendrá en sus escritos de estos años. En la capital francesa, tras otra
estancia en Londres, fundará (octubre de 1926) la Alianza Popular Revolucionaria
Europea (APRA) formada por un grupo de estudiantes peruanos.
Se va produciendo en estos años sus primeras discrepancias con la III Internacional, con
motivo del I Congreso Antiimperialista Mundial, celebrado en Bruselas en 1927. Haya
de la Torre propuso al APRA como la organización máxima antiimperialista para
Hispanoamérica, pero fue rechazada la propuesta al no ser apenas conocida su
organización. En uno de estos tantos viajes, con los apristas mexicanos funda la revista
Indoamérica, y en sus páginas plasmará el Plan de México (1928), proyecto de crear un
Partido Nacionalista Liberador en el Perú. Esta propuesta se la envía en privado a
Mariátegui, quien le responderá más tarde exponiendo su desacuerdo. Es el momento en
que se produce la ruptura entre ambos líderes peruanos Mariategui y Haya)
Cuando en 1933 un militante aprista asesina a Sánchez Cerro, después de que su
gobierno haya sido un impedimento para el APRA y haya encarcelado a Haya, su
sucesor, el general Benavides, concede una amnistía general por la que Haya queda
libre. Pero nuevas tensiones políticas obligan al dirigente aprista a vivir en la
clandestinidad durante diez años. A partir de entonces, el APRA revisa su ideología:
sustituye el marxismo por la teoría «espacio-tiempo histórico», así como revisa sus
críticas a la democracia liberal, y propone el «Plan de la afirmación de la democracia»,
consistente en un «Interamericanismo sin imperio».
Vemos, pues, cómo su vocación política se situó a caballo entre su preocupación por la
reintegración de la «patria grande» y las vicisitudes de la política internacional, así
como por las circunstancias concretas de la política peruana. Influyeron en él la
Revolución mexicana, como la Revolución rusa y china, y la arrogancia imperialista
yanqui, pero también fue deudor de los grandes intelectuales del latinoamericanismo,
como J.E. Rodó, J. Vasconcelos, M. Ugarte, J. Ingenieros y González Prada.
Igualmente, la influencia de la filosofía de la historia de Hegel, el materialismo histórico
de Marx, el circunstancialismo de Ortega y Gasset200, y hasta la teoría de la relatividad
de Einstein fueron determinantes en la construcción de la teoría del «espacio-tiempo
histórico» de Haya, puesto que como él mismo afirma, «la política es relativista y su
relatividad está determinada por el Espacio histórico en que se desarrolla la vida de los
pueblos —medio geográfico, raza, psicología— y por el Tiempo histórico, que marca el
grado de su evolución económica, política y cultural, la etapa de su desarrollo material y
espiritual». Para Haya de la Torre, «el imperialismo, última etapa del capitalismo en los
países industriales, representa en los nuestros la primera etapa». Esto le llevó a entender
de diferente forma la política de alianzas, el sujeto revolucionario y la estrategia política
a seguir.

VÍCTOR ANDRÉS BELAÚNDE (1883-1967)


Belaúnde fue profesor de la Universidad de San Marcos, de la que llegó a ser
vicerrector. Teresa Rivara de Tuesta206 lo considera como uno de los pioneros en
reflexionar y escribir sobre el tema de la identidad cultural, defendiendo la existencia de
un pensamiento hispanoamericano, especialmente en el ámbito social y político, en un
artículo titulado «Etapas del pensamiento americano».
Considera nuestro autor que los pueblos correctamente constituidos persiguen, sobre
todo en las épocas decisivas de su historia, ideales orientadores de su historia. En caso
contrario, «su destino será la inmovilidado el caos»208. Esos ideales no hay que
confundirlos con las ideologías, puesto que ideales son orientaciones o rumbos que un
pueblo o colectividad sigue, sacados de una visión correcta de la realidad. Mientras que
las ideologías son concepciones inspiradas en realidades que no tienen nada que ver con
la realidad. El ideal, dice Belaúnde, necesita «de la tierra favorable, del humus
propiamente dicho, y sólo desarrollará al calor de la propia savia».
Ese ideal en el que Belaúnde está pensando a la hora de constituir el pensamiento
americano lo entiende como el empeño por realizar un pensamiento genuino y
específico, que no debe ser contaminado por teorías foráneas, como es el caso del
socialismo. Pero el rechazo del socialismo lo justifica porque se ha limitado el
socialismo «a trasladar artificialmente, a un medio distinto, los aspectos de la cuestión
social en los diferentes países de Europa», ignorando que el problema social específico
del pueblo peruano es «el problema indígena»-
La identidad peruana debe buscarse, según Belaúnde, en los ideales ya existentes, y que
han aguantado y se han arraigado en las épocas anteriores, precisamente porque son
genuinos y han echado raíces en la realidad peruana. En cambio, otras muchas teorías,
imitación de otras de fuera («anatopismo»), no son dignas de tenerse en cuenta, porque
no aportan nada y porque impiden la búsqueda del verdadero ser peruano, su identidad
nacional. De ahí que en Meditaciones peruanas, señale que se ha dado en Perú una mala
orientación de las aspiraciones colectivas. Y «para que la conciencia colectiva se oriente
acertadamente, es necesario que descubra su realidad y que hunda en su íntima esencia
las raíces del ideal que formula. En una palabra, los ideales tienen que ser adecuados,
conscientes y corresponder no sólo al tiempo, sino principalmente a la tierra».
Así, pues, los ideales tienen que ser sustentados y apoyados sobre la realidad concreta y
efectiva, para que se nutran de la savia original de su tierra. Cuando no se da esto, se
produce lo que Belaúnde denomina anatopismo. «Anatopismo, dice, es la expresión que
indica mejor el vicio radical de las aspiraciones colectivas. En la historia del Perú, el
alma nacional o dormita, sin querer nada, o despierta para orientarse en el sentido de lo
irrealizable o de lo equivocado. Es nuestra vida una triste sucesión de anatopismos».
Como propuesta positiva, Belaúnde considera que la identidad nacional de Perú,
expresada en su obra más conocida, La síntesis viviente (1951), se configura como una
síntesis de diversos elementos que hay que saber conjugar, y sobre los que deben primar
los valores espirituales. Esta misma temática de la identidad peruana la sigue analizando
en Peruanidad (1942), donde estudia cuatro posturas diferentes sobre la identidad de
Perú, y que denomina la peninsularista, la autoctonista, la fusionista y la peruanidad
integral, postura esta última defendida por el propio Belaúnde, y consistente en entender
que la peruanidad tiene queser el resultado de una síntesis viviente de los elementos
aportados por lo hispano-católico y los elementos biológicos, telúricos y culturales
existentes en Perú a la llegada de los españoles.
En esa síntesis de las dos matrices culturales, lo indígena y lo hispano-católico, unos
elementos se fusionan con los otros, transformándose ambos. «Hay valores, dice
Belaúnde, que son cohesionados, transformados, por los valores superiores… la cultura
primitiva no desaparece del todo; lo que tiene de bueno o permanente es asimilado o
iluminado… Entonces cabe explicar la originalidad de la cultura peruana. No es
simplemente el reflejo de la cultura hispánica. Es una nueva creación, una nueva síntesis
en que los elementos hispano-católicos… asimilan instituciones económicas,
organismos políticos y elementos estéticos propios del territorio al cual se han
extendido»

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