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Las propiedades que deben reunir los objetos terminados varían, por supuesto, según
el destino que se tienen reservados para los mismos. No obstante, pueden resumirse
algunas propiedades que, aunque no propias de todas las aleaciones, son deseables
en los objetos fundidos a presión y aumentan el valor de la fundición, desde el punto de
vista del consumidor.
Estabilidad en las medidas y propiedades mecánicas: Ciertas aleaciones, después de
haberse efectuado la colada, modifican sus dimensiones y propiedades mecánicas en
función del tiempo; en unas aleaciones esta modificación es de un grado mayor que en
otras. Después de muchas investigaciones se ha llegado a la conclusión de que este
fenómeno debe atribuirse a la corrosión intercristalina.
Casi todos los metales están sujetos a la corrosión, unos en mayor grado que los otros.
Pero en estos casos el ataque de la corrosión es general y penetra en forma más o
menos uniforme hacia adentro. En el caso de una corrosión intercristalina, el ataque es
desigual y se concentra en los límites de los cristales o granos individuales del metal en
cuestión.
Se entenderá fácilmente que un proceso de tal índole es mucho más dañoso que la
corrosión general. Puede motivar, con el transcurso del tiempo, una disminución
progresiva de la resistencia a la tracción y variaciones de magnitud, y hasta una
desintegración completa del objeto colado.
La causa de la corrosión intercristalina no es la misma en todas las aleaciones. En una
la misma es provocada por tensiones internas, en otras por la presencia de
determinados elementos. La corrosión intercristalina es especialmente pronunciada si
los objetos colados están sometidos a una atmosfera húmeda y caliente, lo que ocurre
en climas tropicales.
Objetos fundidos de ciertas aleaciones suelen someterse a un “envejecimiento
artificial”, para acelerar el establecimiento de las propiedades y dimensiones definitivas,
mientras que a otros se les aplica revestimientos protectores para retardar la corrosión
intercristalina.
Resistencia a la corrosión superficial: Muchas aleaciones no son resistentes a los
agentes atmosféricos y hasta la temperatura ordinaria provoca a menudo un deslustre
del objeto fundido. Un prolongado contacto con agua o vapor produce a veces, en
determinadas aleaciones, corrosiones en la superficie, debiendo ser sometidas a
tratamientos químicos o electrolíticos para mejorar su resistencia.
1.7. Proceso de fusión en el cubilote y su explotación.
el cubilote consiste en una envoltura cilíndrica de acero que reposa verticalmente sobre
una placa base sostenida usualmente por 4 columnas o vigas de acero. La mayoría de
los cubilotes modernos se pueden abrir por el fondo, llevan compuertas centradas en la
placa base que pueden abrirse hacia abajo después de un ciclo de funcionamiento para
vaciar todos los residuos acumulados. Al principio se construían los cubilotes sobre una
base de mampostería envés de soportarlos con columnas, todavía están en uso este
tipo de hornos y se llaman de fondo fijo.
En este horno la fundición líquida se obtiene a partir de la fusión de chatarras y lingotes
de fundición: se trata de fundición llamada de segunda fusión o refundición. Durante la
fusión, afirma Kucher (1990) los componentes de la carga experimentan pérdidas; de
silicio por oxidación 12% pero si hay Mn será menor; de manganeso por oxidación
15%; el fósforo permanece constante; el azufre aumenta de 30 a 40%; el carbono no
sufre variación. Con exceso de aire las pérdidas de Si y Mn aumentan un 50%. Si el
coque tiene mucho azufre (más del 2 %) el aumento de éste puede llegar a un 60%, lo
que conduce a la perdida de piezas por baja calidad.
En la conducción correcta del cubilote, se empieza por encender un fuego sobre el
fondo del horno y se añade coque en pequeñas cantidades hasta alcanzar el nivel de
las toberas, el fuego asciende progresivamente hasta que todo el coque está caliente
alimentado por tiro natural, el aire es succionado a través de los agujeros de limpieza y
de escoria que se mantienen abiertos. A veces se emplean toberas auxiliares o un
pequeño
soplante para quemar rápidamente el lecho del coque. Cuando el coque está bien
encendido se cierra con arena el agujero de limpieza y se tapa con una placa de acero.
Se añade más coque para alcanzar el lecho de la altura requerida, el cual se
comprueba con una barra de medida introducida por la puerta de carga. Antes de
introducir cualquier carga hay que estar seguro de que el coque está bien encendido y
que arde fácilmente en las toberas.
Debemos dejar establecido que el cubilote es un tipo especial de horno de refundición,
en el cual una vez que el metal y el coque se cargan en su interior se obtiene una
calidad definida de hierro. El proceso de refundición en un cubilote debe efectuarse
hasta el final y se aceptan los resultados de esas operaciones.
1.8 Medidas de seguridad y medios de protección.
Dada la cantidad de riesgos que existen en las fundiciones, es preciso realizar una
exhaustiva evaluación de riesgos para que los responsables de prevención puedan
adoptar las medidas oportunas. Eliminar los riesgos por completo no siempre es
posible por lo que es necesario valorar aquellos que puedan ser minimizados a través
de una serie de medidas generales en cuanto a seguridad y salud de los trabajadores
en su puesto de trabajo.
Los equipos de protección individual más comunes para trabajadores de una
fundición son:
Vestuario laboral: confeccionado con tejido ignífugo, que repela las salpicaduras y
minimice la transferencia de calor, evitando que arda o se produzcan quemaduras.
Es importante la combinación de colores para facilitar la visibilidad de los operarios
Calzado de seguridad: Los requisitos básicos que debe cumplir son la calidad de
los materiales utilizados para su fabricación; resistencia en la punta para evitar
aplastamientos por caídas de objetos; capacidad de la suela para absorber energía;
suela antideslizante, aislamiento eléctrico y térmico; diseño ergonómico y facilidad
de mantenimiento.
Protección facial, ocular y de la cabeza: Cascos y gafas protectoras frente a
impactos a alta velocidad; pantalla facial para protección frente a impactos a
velocidad media y protección frente a radiaciones térmicas.
protección facial, ocular y de la cabeza: Cascos y gafas protectoras frente a
impactos a alta velocidad; pantalla facial para protección frente a impactos a
velocidad media y protección frente a radiaciones térmicas.
Guantes: Deben proteger acciones mecánicas, eléctricas, térmicas y químicas