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I. Contexto Sociocultural
a. estructura de la obra
Técnico: “Me conocéis bien, y, por tanto, perdéis vuestro tiempo conmigo en
circunloquios. Me hacéis incontestablemente más daño poniendo en duda la
absoluta sinceridad de mi afecto, que si hubieseis dilapidado mi fortuna entera.
(..).”
Literario: “-Hay en Belmont una rica heredera; es bella, y más bella aún de lo que
esta palabra expresa, por sus maravillosas virtudes. Varias veces he recibido de
sus ojos encantadores mensajes sin palabras. Su nombre es Porcia. (…).”
Culto: “En el tiempo en que yo era colegial, si me sucedía perder una flecha,
lanzaba otra, de un alcance igual, en la misma dirección, observándola más
cuidadosamente, (…), cuando menos, podré restituiros la última aventurada,
quedando vuestro deudor agradecido por la primera.”
Lineal: “- En verdad, ignoro porqué estoy tan triste. Me inquieta. Decís que a
vosotros os inquieta también; pero cómo he adquirido esta tristeza, tropezando o
encontrado con ella, de que substancia se compone, de dónde proviene, es lo que
no acierto a explicarme. Y me ha vuelto tan pobre de espíritu, que me cuesta gran
trabajo reconocerme.
b. Análisis interpretativo:
Los dos motivos principales del argumento, el del préstamo hecho por un judío a
un cristiano por una libra de carne, y el de una elección entre objetos de
aparentemente distinto valor, son antiguos y recurrentes. El primero llegó a
conocimiento de Shakespeare por medio de Il Pecorone de Giovanni Fiorentino
(escrito hacia 1318 y publicado en 1558), y, para el detalle del rapto de la hija del
usurero, por medio de Zelauto (1580), relato de Anthony Munday (1553-1603).
El segundo motivo le vino por medio de la versión de Richard Robinson de
los Gesta Romanorum (publicada según parece en 1517). Los dos motivos
pudieron encontrarse reunidos en un drama preexistente, El Hebreo (1578), que
sólo conocemos indirectamente (su argumento era "la codicia de los que prefieren
los bienes terrenos y el alma sanguinaria de los usureros"). Shakespeare refundió
probablemente este drama, conservando de él alguna parte, quizá los versículos
contenidos en los cofrecillos.
Mientras tanto llega la noticia de que los navíos de Antonio han naufragado, que
su deuda no ha sido pagada dentro del plazo convenido, y que Shylock pide su
libra de carne. El asunto es llevado ante el Dux. Porcia se disfraza de abogado y
Nerisa de escribano y, sin saberlo sus maridos, se presentan ante el tribunal para
defender a Antonio.
El dux perdona a Shylock la vida, pero asigna la mitad de sus riquezas a Antonio,
y la otra mitad al Estado. Antonio renuncia a su parte si Shylock se hace cristiano,
y deja su caudal, cuando muera, a Jésica (hija de Shylock), que ha huido, después
de haber tomado dinero de los cofres del padre, para casarse con un cristiano,
Lorenzo, y por ello ha sido desheredada. Shylock acepta; Porcia y Nerisa, que no
han sido reconocidas, piden por toda paga los anillos que Basanio y Graciano
recibieron de sus esposas, y de los cuales prometieron no separarse nunca. Ellos
los ceden después de haber resistido en vano. Al regresar a su casa sus esposas
les reprueban aquella acción, pero al fin les revelan su añagaza. Finalmente se
sabe que tres de los buques de Antonio han regresado sanos y salvos.
El drama figura entre los más famosos y afortunados de Shakespeare, sobre todo
por el personaje de Shylock, trazado con robustez y veracidad y que ha movido
siempre a los grandes actores a representarlo. Tiene escenas que figuran entre
las más dramáticas y brillantes que Shakespeare escribió: la escena del contrato
(I, 3); aquella en que Shylock se lamenta por la fuga de su hija con su dinero (III,
1); la de la elección de los cofrecillos por parte de Basanio (III, 2); la escena ante
el tribunal de justicia (IV, 1); y la de la música al claro de luna (V, 1). En fin, la
habilidad con que Shakespeare ha combinado motivos diversos y pintorescos y la
conclusión del drama, que celebra la victoria de la caridad sobre la rígida justicia
(motivo que Shakespeare volverá a tratar en Medida por medida), han ejercido su
hechizo en el público teatral de todas las épocas.
Aunque el tema central (la extracción de la libra de carne) sea tan cruel y trágico,
Shakespeare hábilmente distrae de él al espectador mediante las escenas que se
desenvuelven en la villa de Porcia; de manera que, por ejemplo, después de la
escena culminante del proceso, que dejará una impresión fuerte y amarga,
podemos deleitarnos en la sublime poesía de la noche lunar, con la música y el
diálogo de los amantes.
-Shylock
-Antonio
-Porcia
-Jessica
-Lorenzo
-Graziano
-Launcelot
Educativo: “En el tiempo en que yo era colegial, si me sucedía perder una flecha,
lanzaba otra, de un alcance igual, en la misma dirección, observándola más
cuidadosamente, de manera que descubriese la primera; y así, arriesgando dos,
encontraba a menudo las dos.”
Económico: “Sabes que toda mi fortuna está en el mar y que no la tengo ni dinero
ni proporciones de levantar por el momento la suma que te sería necesaria.”
Ético o moral: “Lo encuentro repugnante por la mañana, cuando está sereno, y
más repugnante a la tarde, cuando está borracho; en sus mejores momentos es
poco menos que un hombre, y en sus peores horas vale apenas más que una
bestia.”
Social: “Si hacer fuese tan fácil como saber lo que es preferible, las capillas serían
iglesias, y las cabañas de los pobres, palacios de príncipes.”
Dinero: Shylock se nos presenta como el avaro por excelencia, pero se encuentra
en un compromiso. Por un lado está obligado a prestar el dinero o la ira de los
nobles venecianos caerá sobre él.
Racismo: Las diferencias entre cristianos y judíos eran constantes en esa época.
Los judíos se vieron arrastrados a un getto de Venecia, sin posibilidad de adquirir
bienes materiales y obligados a salir a la calle con un gorro rojo.
b.7.Temas abordados: