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Dialnet TeoriaSobreLaConstruccionDeLaGranPiramideDeEgipto PDF
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RESUMEN ABSTRACT
Situación geográfica
La pirámide se halla emplazada sobre una meseta rocosa denominada
Gizeh, en la parte occidental del Nilo, a unas 10 millas al sur-oeste del centro
de El Cairo y a 60,41 m. sobre el nivel del mar en Alejandría, tomando como
cota 0 la superficie del zócalo de cimiento sobre el cual se levanta la fábrica.
Sus coordenadas geográficas son: 29° 58 51" Norte y 31° 09' 00" Este.
Medidas
Las medidas del cuadrado de la base, seg ŭn Cole (1925) son las
siguientes:
Lado Oeste: 230,357 m.
Lado Norte: 230,253 m.
• Lado Este: 230,391 m.
Lado Sur: 230,454 m.
Longitud media de los lados: 230,363 m.
Area de la base: 230,36375 2 = 53.067,457 m2.
226 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18
Orientación
Sus cuatro fachadas triangulares están orientadas con gran exactitud hacia
los 4 puntos cardinales. Segŭn Cole:
Lado Norte: Dife. de "O": - 2 28" Acimut: 89° 57' 32" Acimutal medio: - 38"
Lado Este: - 5' 30" 359 0 54' 30• + 24"
Lado Sur: - 1 57" 89° 58' 3" -1,9"
Lado Oeste: - 2' 30" 359 0 57' 30" - 36"
Diagonal NE-S0 325,699 - 3' 15" 44° 56' 45" + 9'
Diagonal NO-SE 325,867 - 2' 57" 359 0 57' 3" 7 9'
Mediana NS 230,374 - 4' 359° 56' + 54"
Mediana E0 230,354 - 2' 12" 89° 57' 48" - 54"
Media medianas 230,364
Diferencia Acirnutal media: Petrie: 3' 43" Cole: 3' 6"
Zona de construcción
La roca que rodeaba este n ŭcleo fue nivelada y sobre ella se colocó un
pavimento perimetral de caliza blanca perfectamente nivelado y con juntas
finisimas. Cole observó ŭnicamente una diferencia de 21 milimetros entre la
parte más baja que se halla en el centro de la cara Norte y la más elevada, cerca
del ángulo SE.
Los sillares externos y los que rodean las cámaras están mejor labrados;
son de dimensiones más regulares y presentan juntas más finas que los
internos y los que ocupan niveles altos.
Revestimiento
Formado por hiladas horizontales de sillares de piedra caliza blanca, fina y
compacta; cortados en forma de trapecio: La piedra, de mejor calidad que la del
nŭcleo, procedía de las canteras de Mokattam. La altura de los bloques
coincidiría con los respectivos sillares del n ŭcleo; aunque es posible que
algunos fueran equivalentes a dos hiladas superpuestas.
Esta magnitud es aceptada por Cole como media general para toda la
pirámide.
Accesos a su interior
parecen estar justificadas en base a una exclusiva función de descarga del peso
de los sillares que gravitan sobre el angosto pasaje.
El Pasaje Descendente
La Cámara Subterránea
Pasaje Ascendente
El piso del Pasaje Ascendente, con una longitud de 39,28 m., a partir de
su proyección sobre el Pasaje Descendente, desemboca en un espacio que es
confluencia de la espléndida Gran Galería y el corredor llano que concluye en
una segunda estartcia: la Cámara de la Reina.
Cámara de la Reina
La Gran Galería
El empleo del salidizo en las hiladas, como recurso para formar falsas
bévedas, ya fue utilizado por Esnofru en las cámaras interiores de sus
pirámides emplazadas en Dahshur: Romboidal y Roja. Incluso la pirámide de
Meidum, anterior a todas ellas, adopta para su cámara -funeraria la Inisma
disposición.
Antecámara
Conjunto de techos
Todo este conjunto de techos planos está rematado por once pares de
grandes piedras calizas en forma de gablete o tejadillo que absorben el peso de
LLULL 18 LA CONSTRUCC1ON DE LA GRAN PIRAMIDE DE EGIPTO 235
los sillares que restan hasta la cumbre y lo descargan hacia los flancos;
evitando así que graviten sobre el espacio que ocupa la cámara.
Sarcófago
Pozo y Gruta
Acto seguido hicieron que los tres grandes bloques de granito se deslizaran
libremente sobre el piso de la Gran Galería; cruzaran el puente sobre la zona de
confluencia con el corredor llano que conduce a la Cámara de la Reina, y
LLULL 18 LA CONSTRUCCION DE LA GRAN PIRAMIDE DE EGIPTO 239
Por ŭltimo, los sacerdotes, bajarían por el tortuoso Pozo hasta dar con el
Pasaje Descendente, que les conduciría al exterior.
Objeciones
Respecto a la construcción:
Respecto al sepelio:
Objeciones
Máquinas elevadoras
Objeciones
• Sistema inestable, lento y peligroso.
• Los escalones de la pirámide no proporcionan el suficiente espacio para
emplazar los aparatos.
• Los sillares que forman las gradas se deteriorarían por su continuo uso.
• Dada su lentitud, se precisarían miles de aparatos trabajando a la vez y a
diferentes niveles de la obra, con evidente riesgo de graves accidentes.
• A medida que se asciende, la superficie de trabajo se reduce y por tanto
es imposible ganar tiempo por el recurso de utilizar muchos aparatos de forma
simultánea.
• Es prácticamente imposible colocar el revestimiento ni siquiera en
sentido descendente.
• Es inverosímil que por este medio se puedan izar las grandes piedras
que conforman los techos de la Cámara del Rey.
Objeciones
Objeciones
Peter Hodges
Para alzar las piedras sobre las hiladas recurre al uso de palancas y calces
de madera hasta alcanzar el nivel de colocación 15 . Hodges, para soslayar el
grave inconveniente que representa colocar el revestimiento en sentido
descendente, opta porque las piedras del recubrimiento sean izadas exactamente
246 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18
de la misma manera y con el mismo perfil que las del nŭcleo, es decir, sin
biselar. Una vez se ha construido esta pirámide escalonada se inicia la
operación de corte de todas las piedras del revestimiento, empezando por el
vértice.
Objeciones
Uvo Hiilscher
Objeciones
• Puesto que las dimensiones de la fachada disminuyen a medida que nos
aproximamos al vértice, el plano inclinado deberá aumentar progresivarnente
su grado de pendiente, lo cual impide que'se puedan ascender grandes sillares.
Objeciones
• Debido a la disminución de la longitud de los lados de la pirámide a
medida que se asciende, la rampa envolvente deberá (a cada giro) incrementar
su pendiente. En caso contrario, los terraplenes superiores invaden a los
inferiores.
Propone una rampa sobre la cara Sur que aumenta su grado de pendiente a
medida que se acerca al vértice. El plano inclinado empieza con un desnivel
LLULL 18 LA CONSTRUCCION DE LA GRA1V P1RAMIDE DE EGIPTO 249
Objeciones
Es una rampa muy estudiada para soslayar los graves inconvenientes que
ya se han expuesto. No obstante y a pesar del ingenio desplegado por el autor,
éstos siguen latentes aunque mitigados. En general podríamos decir que se
trata de una rampaforzada, que utiliza diferentes recursos seg ŭn las fases de
construcción. Es difícil de predecir la magnitud de los inconvenientes que
surgirían de llevarla a la práctica.
• Crearía distorsión en el trabajo al variar la pendiente y utilizar el
interior de la pirámide como prolongación del plano.
• Ascender sillares a una altura de 146,5 m. con un distanciamiento de
415 m. equivale a alzar 0,35 metros por cada metro. Seg ŭn Goyon, en base a
estudios modernos de ingeniería, no es factible sobrepasar 0,056 metros por
metro.
• Precisa construir muros de adobe sobre el plano para anclar los postes
de amarre de las cuerdas que controlan el deslizarniento de los contrapesos.
Operación que retrasaría en gran medida la construcción de la fábrica.
A través de esta rampa subieron también las inmensas piedras que forman
los cinco techos planos de granito y las de caliza que, en disposición de
gablete, coronan el conjunto arquitrabado. Depositadas todas ellas sobre la
amplia terraza de la pirámide eran alzadas con palancas y cortos planos
inclinados sobre cada nueva hilada hasta alcanzar el nivel de colocación que les
correspondía.
El terraplén, con una pendiente de una parte por cada 18,538, tendría una
longitud equivalente a la que Herodoto asigna a la espléndida calzada que costó
diez arios de trabajo a todo el pueblo egipcio: 5 estadios, unos 924 m. y se
apartaría del pie de la pirámide 883,533 m. Esto equivale a un desnivel
próximo al 5,4% inclinación muy adecuada para arrastrar las piedras que
conforman la cámara real.
aquella. Dos hileras de obreros situados sobre gradas a ambos lados de las
barandas, formando una doble cadena humana, iban trasladando y ascendiendo
pequerios sacos llenos de arena y unidos entre sí por medio de una cuerda. La
arena utilizada era siempre la misma. Se descargaba de la plataforma de
ascensión al llegar a la parte inferior y se la volvía a izar rápidamente tirando
de la maroma al tiempo que otros operarios procedían a cargar y ascender una
nueva piedra. De esta forma cuando el sillar era depositado en la terraza para su
colocación la arena ya estaba dispuesta para reemplazarlo.
trineos pudieran circular sobre ellos hasta topar con la pared Norte de la
galería. Este diseño permitía a operarios situarse sobre el primer tramo- del
corredor Ilano, tener acceso a la parte inferior de los trineos y efectuar las
reparaciones o el correspondiente manterŭrniento de los patines25.
Cada hilada del revestimiento tuvo que ser colocada sobre la pirámide
antes que su homóloga del n ŭcleo. De otra forma hubiera sido imposible
conseguir acoplarlas con tanta precisión. Esto permitía trabajar desde dentro en
la colocación y ajuste milimétrico de las piedras. Se evita tanto la necesidad de
disponer de una rampa envolvente como la de situar un plano inclinado en cada
una de las cuatro fachadas. Las piedras eran arrastradas sobre la terraza fonnada
por los sillares del n ŭ cleo y colocadas formando un reborde perimetral;
posteriormente se rellenaba el espacio interior con más sillares. No obstante,
para la colocación de las ŭltimas hiladas y el pirarnidión, hubo de construirse
una terraza lateral que permitiera operar desde fuera puesto que la superficie de
trabajo se reduce progresivamente a medida que se accede a la cumbre. Es por
ello que el eje de las cámaras y el propio respiradero sur se hallan desplazados
de la apotema de la pirámide (fig. 10).
254 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18
El camino que da acceso a las cámaras quedó así bloqueado hasta que los
hombres de Al-Mamŭn, en el siglo IX de nuestra era, perforaron el t ŭnel en
los sillares contiguos a la cuña obstructora y descubrieron la existencia del
Pasaje Ascendente.
Acto seguido, abandonaron la pirámide por este lugar y a través del Pasaje
Descendente. Todo estaba a punto para proceder al cierre definitivo de los
accesos a las cámaras interiores.
Solo restaba disolver la sal del tapón para que la cuña obstructora
descendiera lentamente en busca de la zona constreñida y poder quedar
encastrada en ella sin producir su rotura.
Calculo que unos 400 obreros serían suficientes para atender a todas las
fases de este sistema de ascensión de sillares.
256 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL I 8
5. Figuras
11111111111111111111111
1111111
miramwmaz
==".
tionmeenniorsummam
MIEZ
1n1•1•==.•
Figura 6. Elevador exterior a partir del nivel de salida del respiradero Sur.
LLULL 18 LA CONSTRUCCION DE LA GRAN PIRAMIDE DE EGIPTO 261
MIM
11111111111111111
1111111111111•• nn• n•n•••n•••MINIMII
ií
11111111111111111111111111111 111111111a1111111 11 II 111
••11•1•11.1./~10•11n1..11•111n41=1
t- ,t
5.3m 10 codos
piramididn
hilada 217
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mm
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•
194
NOTAS
1 BORCHARDT, Ludwing (1922) Gegen die Zahlenmystik an der grossen
Pyramide bei Gise. Berlin, p.16.
2 BORCHARDT, Ludwing (1932) Einiges zur Dritten Bar periode der
Grossen Pyramide. Berlin, J. Springer.
3 FLINDERS PETRIE, W.M. (1990) The Pyramids and Temples of Gizeh.
Zahi Hawass, Histories & Mysteries of Man Ltd. London, p.15
MARAGIOGLIO, Vito y RINALDI, Celeste, A. (1965) L'architettura delle
piramidi menfite. Rapallo, vol. IV, p. 69-70 y observ. 53.
4 MARAGIOGLIO, Vito y RINALDI, Celeste A. Op cit., observ. 42, p. 149-
155 .
5 MARAGIOGLIO, Vito y RINALDI, Celeste, A. Op cit., observ. 28, p.
127-129.
6 GOYON, Georges (1963) Le Mécanisme de fermeture a la pyramide de
Khéops. Revue archéologique, t. II, Paris, p. 1-24.
7 HERODOTO. Historia, libro II. Los nueve libros de la Historia. Libro II,
Euteme, EDAF 1968, p. 168-169. Traducido al Castellano por P. Bartolomé Pou.
8 LEPSIUS, Richard (1843) Memória: Ueber den Bau der Pyramiden . in
Monatsberichte der Academie der Wissenschaften zu Berlin. p. 177-203; Briefe aus
Aegypten, 41-42.
9 CHOISY, Auguste (1977) L'art de batir chez les Égy p tiens. Edición de
Arnaldo Forni Editore s.p.a. p. 99-100. Copia de la edición de París de 1904.
10 CHOISY, Auguste. Op cit., p. 81-83.
11 CROON, Lbuis (1925) Lastentransport beim. Bau der Pyramiden.
Hanovre.
12 LAUER, Jean Philippe (1988) Le Mystére des Pyramides. Presses de la
Cité, París, p. 64.
13 GOYON, GeOrges (1990) Le secret des bá tisseurs des grandes pyramides,
Khéops. Pygmalion/ Gérard Watelet, París, p. 64
14 STRUB-ROESSLER, Hermann (1952) "Vom Kraftwesen der Pyramiden".
En: Semanario Technische Rundschau, n° 42 y 43 del 17 y 24 de octubre.
15 HODGES, Peter (1989) How the Pyramids Were Built. Aris & Philips Ltd.
edited by Julian Keable.
16 MACAULAY, David (1990) Nacimiento de una pirámide. Timum Mas,
edición española de Houghton Mifflin Company Boston, 1975, p. 57.
17 HÓLSCHER, Uvo (1912) Das Grabdenkmal des lanigs-Chephren.
Leipzig.
18 WHEELER, N.F. (1935) "Pyramids and their Purpose". En: Antiquity IX,
p. 172-173.
19 GOYON, Georges. Op. cit., p. 83-85.
20 LAUER, Jean Philippe. Op cit., p. 220-226.
21 El mecanismo de la cámara real se apoyaba sobre el piso, pared Norte,
pared Sur y techo. Durante el funcionamiento, las fuerzas de tracción provenientes
de los contrapesos de la galería eran contrarrestadas por el gran dintel sobre la
pequeña entrada. Los tirones procedentes del aparato elevador exterior, por medio
LLULL 18 LA CONSTRUCCION DE LA GRAN PIRAMIDE DE EGIPTO 267
de la gruesa cuerda del respiradero, eran absorbidos por el rodillo introducido dentro
de la parte desbocada del conducto de ventilación, la pared Sur y el techo.
Al conjunto arquitectónico de los cinco techos planos, más el sexto a
contraste y las cámaras intermedias que forman, se le atribuye una función de
descarga del peso de la mampostería que gravita sobre él. Sin embargo, los techos
planos son totalmente independientes de la mampostería y nada ocurriría si fueran
eliminados. En realidad es el techo superior el que, a modo de gablete, descarga
hacia los lados todo el peso de los sillares superiores.
No es satisfactoria la hipótesis expuesta por el arquitecto francés J.
Philippe Lauer en su obra Le Mystére des Pyramides [p. 2231: " Fue entonces, sin
duda, [se reflere durante la construcción del primer techo] cuando los constructores
constataron que las enormes vigas de granito se fisuraban debido al asentamiento
de la pared Sur de la cámara e intentaron remediarlo construyendo cámaras de
descarga cubiertas del mismo modo. Pero las vigas se siguen agrietando y ello les
lleva finalmente a decidir cubrir la quinta cámara de descarga, situada cerca de 65 m.
de altura, por medio de grandes vigas de piedra caliza dispuestas a contraste, tal
como hicieron en la llamada Cámara de la Reina". En nota aparte añade que los
egipcios, confiados en la dureza del granito, intentaron in ŭ tilmente evitar la
utilización de las bóvedas en árigulo tal como habían hecho siempre.
Carece de sentido pensar que los constructores egipcios pretendieran
cubrir la estancia por medio de un techo plano de 5 m. de luz que soportara todo el
peso del nŭcleo a partir de este nivel. Si tenemos en cuenta la precaución que
tuvieron en la Gran Galería, reduciendo la luz de 2 m. a 1 m. por el recurso de
bóveda en salidizo y la disposición en diente de sierra de las losas que forman el
techo para que no se transmita el peso de unas sobre otras, no podemos aceptar el
juicio de Lauer.
Tampoco se comprendería que insistieran en superponer nuevos techos
planos debido a la presencia de fisuras en los inferiores si la finalidad de la cámara
era asegurar el descanso eterno del faraón.
Los técnicos franceses Gilles Dormion y Jean-Patrice Goidin plantean la
posibilidad de que el diseño de la techumbre obedezca a la existencia de una nueva
cámara real, situada junto a la conocida y sobre el eje de simetría de la pirámide. De
esta forma, al quedar el gablete del techo superior muy por encima de la cámara
oculta debido a los cinco techos, las fuerzas resultantes que aquél transmite no
inciden sobre la estancia.
La teoría propuesta por Dormion y Goidin no justifica la necesidad de
construir una estructura de techos tan compleja y costosa. Existen soluciones más
simples, en este caso, para evitar la transmisión de los esfuerzos. Si la verdadera
cámara funeraria fuera la que intuyen, nada impediría que la actual Cámara del Rey,
provista de un techo como el de la Cámara de la Reina, ocupara una posición más
alejada, baja o alta respecto de su homóloga. Otra solución sería que, sin modificar
la disposición actual de las cámaras, la supuesta cámara verdadera ocupara otro
nivel sobre el eje de simetría.
El recurso arquitectónico del arquitrabado m ŭltiple, .empleado por los
constructores de la pirámide para cubrir la cámara, tiene respuesta si se acepta que la
finalidad de la estancia no era funeraria, sino contener el mecanismo de
construcción expuesto en este estudio.
268 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18
Puesto que son tres los contrapesos, dispondremos también de tres veces
la longitud de recorrido antes obtenida para cada trineo:
40,7538 x 3 = 122.261 m.
Esta distancia multiplicada por el seno del ángulo de la pirámide, 51 0 49'
38", nos proporcionará la altura máxima que es posible alcanzar mediante este
270 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18
contrapesos como para el control de los mismos durante su descenso puesto que,
una vez vencido el roce estático, los trineos experimentan un aumento de velocidad
que debe ser controlado para aminorar el impacto de los mismos contra los topes de
la galería. Si por accidente se rompiera la gruesa cuerda que tira del aparato elevador
en el exterior o se desprendiera el sillar durante su ascensién, el trineo, se
precipitaría por la pendiente de la galería ocasionando graves desperfectos en la
obra y en todo el mecanismo. Pero la existencia de e1te dispositivo en la Cámara de
la Reina evitaría semejante catástrofe.
La fuerza de tracci ŭ n de la cadena sobre la máquina, durante el
funcionamiento, era contrarrestada por el especial entrante que presenta la pared
Este, llamada nicho, que constituía el anclaje de los ejes de la cabria. También por
el escalŭn que, a 5,5 m. de la cámara, reduce la altura del corredor horizontal en más
de 50 cm. Contra este brusco desnivel topaba la prolongación de la bancada de
madera que pavimentaba el irregular suelo de la estancia.
Cuatro desconcertantes aspectos tendrían respuesta considerando la
ubicación en esta cámara del sistema mecánico que estamos estudiando:
El primero es la inexplicable presencia del" Ilamado nicho, de forma
telescópica, y su desplazamiento respecto del eje de simetría de la estancia.
El segundo sería la especial disposición que adoptaba la piedra que forma
el escalŭn del corredor. Vyse, que excav6 en esta zona, afirma que el bloque se
incrustaba en una de las paredes y por contra no quedaba bien asentado sobre la
base, de forma que permitía introducir uria pequeria caria por debajo del mismo. De
ello deduzco que la intención del arquitecto egipcio era evitar un posible
desplazamiento de este bloque hacia arriba. Un empuje en este sentido s616 podría
proporcionarlo la pi.olongaciŭ n de la bancada y, en alguna medida, así parece ser
que ocurriŭ, dada la oquedad que presentaba en su parte inferior.
En tercer lugar, el aspecto inacabado del suelo de esta estancia no
obedecería a un abandono de las obras por cambio de plan, sino por ser innecesario
el pavimento, dado que estaba previsto colocar el entarimado que soportaría la
bancada de la cabria.
Por ŭ ltimo, la función de los conductos llamados respiraderos,
descubiertos y abiertos en 1872 por Waynman Dixon. Se trataría de un recurso inte
posibles graves atascos de los trineos contrapeso; de tal forma que, si los hombres
situados en el interior de la cámara se vieran impotentes para accionar la rueda de
escalones, habría bastado romper las membranas de piedra para posibilitar que
cuerdas procedentes del exterior penetraran en la estancia a través de los conductos
y accedieran al tambor de la cabria reductora.
BIBLIOGRAFIA
BORCHARDT L. (1926) Liingen und Richtungen der vier Grundakten der
Grossen Pyramide bei Gise. Berlin, J. Springer. -
CAPART, J. (1930) Memphis á l'ombre des pyramides. Bruselas, Vromant.
COLE, J.H. (1925) Detennination of the Exact Size and Orientation of the
Great Pyramid of Gizeh. El Cairo, Govemment Press.
CHOISY, A. (1904) L'art de bátir chez les Egyptiens. París, Ruuveyre.
272 ALEJANDRO RICART CABUS LLULL 18