No se debe permitir el consumo excesivo de alcohol porque, genera
enfermedades hepáticas. 2.1. Debilitación en las defensas hepáticas 2.1.1. Mayor trabajo del hígado 2.1.2. Creación de sustancias dañinas 2.1.3. Daño a las células hepáticas 2.2. Inflamación del hígado 2.2.1. Daño a los tejidos del hígado. 2.2.2. Crecimiento y mal funcionamiento del hígado. 2.2.3. Síntomas de las personas afectadas.
No se debe permitir el consumo excesivo de alcohol porque, genera
enfermedades hepáticas. Este consumo de alcohol produce una debilitación en las defensas del hígado. El hígado es el principal órgano encargado del tratamiento del alcohol en nuestro organismo, el consumo excesivo de este produce un exceso de trabajo en el hígado. En el proceso de tratamiento del alcohol se liberan sustancias tóxicas en pequeñas cantidades, pero al incrementarse el consumo de alcohol estas sustancias también aumentan, produciendo un desequilibrio químico en nuestro órgano. Los daños pueden iniciar con daños a las células hepáticas que genera un debilitamiento de las defensas. Por ello, se origina una inflación en el hígado. Las células dañadas se convierten en células inflamatorias que empiezan a dañar el propio tejido del hígado. Si el daño sigue avanzando, produce una irritación en el órgano que causa un aumento de tamaño en este. Las molestias pueden ser múltiples pero las más comunes es el cansancio, dolores musculares, molestia debajo de las costillas y dolores articulares. Entre el 10% y 35% de las personas con una inflamación de hígado generan enfermedades como fibrosis crónica, hepatitis hepática y cirrosis que pueden llegar a ser mortales en el caso de no ser tratadas a tiempo, pero los daños de la mayoría son irreversibles. Además, el 25% de la población mundial fallecen a causa de estas enfermedades generadas por el consumo excesivo de alcohol, la mayoría de estas son personas obesas y mujeres.