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 I.E.P.

“PEDRO NOLASCO”
ESTUDIANTE: _________________________________________________________________________
CUARTO AÑO. SECCIÓN: ”INGENIERÍA” ASIGNATURA: HISTORIA
DOCENTE: Lic. M.LUIS URBINA JARA. FECHA: CH/17/06/2020
MODULO N° 02 II BIMESTRE
SESIÓN N° 10 “EL CAUDILLAJE MILITAR”.

EL CAUDILLAJE
MILITAR
EL PRIMER MILITARISMO
Los caudillos fueron jefes militares que se disputaron el control del Estado durante gran parte del siglo XIX. Por lo
general, habían combatido en la guerra de independencia; tenían tropas a su mando y prestigio militar. Esto les
permitía tener el poder suficiente para llegar a la presidencia a través de un golpe de Estado o un levantamiento.
Para lograr sus objetivos, el caudillo debía mantener buenas relaciones con las familias aristocráticas y con los
hacendados locales, que le prestaban tropas y dinero. Pero, al mismo tiempo, debía ganarse el favor de las clases
populares. La revuelta de un caudillo solía iniciarse con una declaración pública en la que afirmaba que el gobernante
de turno había quebrantado la ley, y que él le devolvería la legalidad al país. Luego, ambos bandos se enfrentaban
militarmente. Si el triunfador era el caudillo, se autonombraba protector de la patria y convocaba a elecciones, las
cuales ganaba fácilmente. Por último, mandaba a elaborar una Constitución acorde con sus intereses. Por ello, entre
1827 y 1845 se promulgaron cuatro Constituciones (1828,1834, 1836 y 1839) y más de una docena de caudillos
ocuparon la presidencia.
Establecido formalmente el Estado Peruano bajo el molde republicano, los primeros años de vida independiente se
desarrollaron entre luchas caudillistas organizadas por los militares para alcanzar la presidencia de la naciente
República.
GOBIERNO DE JOSE DE LA MAR: Tras el gobierno provisorio de una Junta de Gobierno presidida por Andrés de
Santa Cruz, el mariscal José de la Mar fue elegido presidente por el Congreso Constituyente, el 9 de junio de 1827.
Durante su mandato promulgó la Constitución Liberal de 1828. Ocurrió también
el terremoto de Lima de 1828. En el aspecto internacional, un ejército peruano al mando
del general Agustín Gamarra invadió a Bolivia, donde puso fin a la influencia
bolivariana, expulsando al presidente de ese país, el mariscal Antonio José de
Sucre (1828). Asimismo, el Perú libró una guerra con la Gran Colombia, conflicto que
fue desatado por Bolívar, irritado por el fin de su influencia en el Perú y Bolivia; otra
razón fue su ambición por ocupar los territorios peruanos de Tumbes, Jaén y Maynas.
La guerra tuvo dos escenarios, el marítimo y el terrestre. En el primero de ellos, el Perú
triunfó y ocupó Guayaquil, pero en el segundo no le fue bien, sufriendo un revés en
la batalla del Portete de Tarqui (27 de febrero de 1829), que si bien no fue una derrota
decisiva, motivó que se abrieran las negociaciones de paz, pues ambas naciones no
tenían interés en proseguir las hostilidades. Se firmó así el llamado Convenio de Girón.
Se hallaba La Mar todavía en plena negociaciones con los colombianos, cuando fue
derrocado por el general Agustín Gamarra y desterrado a Costa Rica, en junio de 1829.
Gamarra firmó un armisticio con los gran colombianos y enrumbó hacia Lima, donde asumió el gobierno de manera
provisoria.
Luego se hizo elegir presidente constitucional e instauró un gobierno conservador.
AGUSTÍN GAMARRA, PRESIDENTE DEL PERÚ (1829-1833 Y 1839-1841).
Este primer gobierno de Gamarra (1829-1833) estuvo marcado por numerosas
rebeliones internas. En el plano internacional, puso fin a la guerra con la Gran
Colombia, firmando un Tratado de Paz, Amistad y Límites o Tratado Larrea-
Gual por el que se mantuvo el statu quo fronterizo previo al inicio de hostilidades
(1829). En 1831 quiso declarar la guerra a Bolivia pero ante la negativa del
Congreso de darle la autorización necesaria, abrió negociaciones diplomáticas con
dicha república, logrando finalmente ese mismo año firmar un tratado de paz y
amistad con Bolivia, en Arequipa. También firmó un tratado con la recién
fundada República del Ecuador, el llamado Tratado Pando-Novoa (1832), por el que
los ecuatorianos reconocían los límites vigentes con el Perú. Ya por finalizar su
gobierno, Gamarra convocó a una asamblea constituyente, denominada Convención
Nacional, que se encargó de elegir a su sucesor.
GOBIERNO DE LUIS JOSE DE ORBEGOSO:
Como el gobierno de Gamarra finalizaba en diciembre de 1833 sin haberse elegido a su
sucesor (las elecciones de ese año se frustraron), la Convención Nacional, dominada
por los liberales, eligió como presidente provisorio al general Luis José de Orbegoso.
Descontentó Gamarra con el resultado de esta elección, que implicaba la hegemonía de
los liberales en el poder, incitó a uno de sus partidarios, el general Pedro Pablo
Bermúdez, a alzarse contra Orbegoso. La sublevación militar estalló en enero de 1834 y derivó en una  guerra civil,
que finalizó cuando los rebeldes bermudistas se reconciliaron con el gobierno, en el llamado abrazo de
Maquinhuayo, en abril del mismo año.
La Convención Nacional dio finalmente una nueva Constitución Liberal, que fue promulgada en julio de 1834. No
obstante, las amenazas de quiebra del orden constitucional continuaron. Orbegoso realizó una gira por las provincias
del sur, a fines de 1834, lo que fue aprovechado por el general Felipe Santiago Salaverry, para alzarse en armas en el
Callao. Rápidamente, Salaverry tomó el control de gran parte del país y se autoproclamó Jefe Supremo en 1835.
Orbegoso, cuyo gobierno se redujo a Arequipa, llamó en su auxilio al presidente de Bolivia, el mariscal  Andrés de
Santa Cruz, quien invadió al Perú, desatándose un sangriento conflicto, denominado la guerra por el establecimiento
de la Confederación peruano-boliviana.
Para enfrentar la invasión extranjera, Salaverry y Gamarra se aliaron. La guerra tuvo dos fases: la guerra entre
Gamarra y Santa Cruz, y la guerra entre Salaverry y Santa Cruz. Santa Cruz derrotó a Gamarra en la batalla de
Yanacocha (13 de agosto de 1835) y a Salaverry en la batalla de Socabaya (7 de febrero de 1836), tras lo cual
estableció la Confederación Perú-Boliviana, que reunía a Bolivia con los dos estados en que quedó dividido el Perú:
el Estado Nor Peruano y el Estado Sud Peruano. Para discutir y aprobar las bases de la estructura administrativa de la
nueva entidad geopolítica se reunió el Congreso de Tacna, el cual aprobó la Ley fundamental de la Confederación
Perú-Boliviana, más conocido como el Pacto de Tacna (1837).
GOBIERNO DE ANDRÉS DE SANTA CRUZ.
Andrés de Santa Cruz, Supremo Protector de la Confederación (1836-1839).
Cuando Santa Cruz llegó al poder El Congreso de Tacna, aprobó la Ley fundamental de
la Confederación Perú-Boliviana, más conocido como el Pacto de Tacna el cual ratificaba la
creación de dicha Confederación y establecía las bases de la estructura administrativa de la nueva
entidad geopolítica.
Diego Portales le insistió al presidente de chileno (José Joaquín Prieto) a que le declare la guerra
a Andrés de Santa Cruz debido a que la Confederación Perú-Boliviana significaba una gran
amenaza política y económica para Chile. El 3 de junio de 1837, durante una revista al regimiento
acantonado en Quillota, el soldado chileno José Antonio Vidaurre tomó prisionero al ministro Diego Portales y
después de su derrota en el Combate del Cerro Barón contra Manuel Blanco Encalada, Vidaurre, asesino a Diego
Portales. Tras la muerte de Portales, el gobierno de Chile entró en la Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana,
decisión que tuvo incluso apoyo popular por considerarse que existió intervención de Andrés de Santa Cruz en la
conspiración contra el ministro chileno. Por otro lado, el entonces encargado del manejo de las relaciones exteriores
de la Confederación Argentina y gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas, declaró la
guerra a la Confederación Perú-Boliviana, tanto por la Cuestión de Tarija como por el apoyo de Andrés de Santa
Cruz al Partido Unitario lo cual inició la Guerra entre las confederaciones Argentina y Perú-Boliviana
La goleta Peruviana navegando con pabellón chileno.
LA GUERRA CONTRA LA CONFEDERACION PERÚ-BOLIVIANA.
La Guerra contra la Confederación Perú-Boliviana entre los Restauradores contra
los Confederados tuvo dos fases, en la “Primera Expedición Restauradora”,
el ejército restaurador al mando del marino chileno Manuel Blanco Encalada y
aliado con el militar peruano Antonio Gutiérrez de la Fuente iniciaron
las Operaciones navales sobre Guayaquil y el Callao, los Restauradores iniciaron
el Combate de la Isla San Lorenzo y en el Callao los Confederados capturaron el
barco (La Goleta Peruviana), Los Restauradores al no obtener los resultados deseados
se dirigieron al sur peruano y se adentraron hasta Arequipa, pero no logró el apoyo de
los lugareños y fue cercado por las fuerzas de Santa Cruz que ascendía a 5.000 hombres
aproximadamente. En esa situación, Santa Cruz entró en negociaciones con Blanco
Encalada para evitar el derramamiento de sangre, enviando a los generales Ramón
Herrera y Anselmo Quiroz, en mutua concordancia con Santa Cruz y ante las falencias
y las perdidas logísticas que le impedían a Blanco Encalada enfrentar en buenas
condiciones al superior ejército de la confederación los Restauradores se rindieron y
el 17 de noviembre de 1837 firmaron el Tratado de Paucarpata.
Pío Tristán, Presidente del Consejo de Gobierno (1837).
El gobierno chileno desconoció este acuerdo y envió la “Segunda Expedición Restauradora” al mando del
general Manuel Bulnes y con Agustín Gamarra a la cabeza de los emigrados peruanos. En el Departamento de
Arequipa se efectuó el Combate naval de Islay entre la Armada Confederada Perú-Boliviana dirigida por (Juan José
Panizo) contra la Armada de Chile al mando de Roberto Simpson, sin embargo, batalla finalizo sin resultados
concluyentes, pero luego la Armada chilena Captura de la corbeta Confederación ante esto Armada Confederada Perú-
Boliviana bloquea el Callao.
Tras la victoria en el Combate de Iruya del Ejército Confederado Perú-Boliviano el 24 de junio de 1838 estallo
el Combate de Montenegro entre la Confederación Argentina liderada por Gregorio Paz contra la Confederación Perú-
Boliviana dirigida por Otto Philipp Braun, al iniciarse el combate la infantería de la Puna desertó y se unió a
los Confederados Peruanos-Bolivianos. Las tropas bolivianas dominaban desde posición más elevada a la infantería
argentina y cubiertos por su fuego Braun ordenó atacar las posiciones enemigas, la tenaz resistencia de la
infantería jujeña, desalojó a los soldados argentinos.
La Antigua portada de Lima (1838).
Tras desembarcar en Ancón, los Restauradores al mando de Manuel
Bulnes marcharon a Lima, donde les salió al encuentro Orbegoso, presidente
del Estado Nor-Peruano. Se produjo entonces la Batalla de Portada de Guías, en
las afueras de Lima el 21 de agosto de 1838, donde fueron derrotados los
orbegosistas, debido a su inferioridad numérica.
GOBIERNO DE AGUSTIN GAMARRA:
Los Restauradores entraron en Lima y Gamarra fue proclamado como presidente
provisional del Perú, en sesión de Cabildo Abierto del 25 de agosto de ese año.
Pero en noviembre tras el Sitio del Callao los Restauradores tuvieron que
abandonar la capital, que fue recuperada por los confederados. Luego de la Campaña restauradora contra las
montoneras confederadas, el 18 de septiembre de 1838 se libró el Combate de Matucana entre el
Confederado Francisco de Paula Otero contra los Restauradores (José María Sessé) y Juan Crisóstomo Torrico la
batalla finalizo con la Victoria Restauradora, en contraste, el 23 y 24 de Septiembre de 1838 estalla el Combate de
Pisco entre los Confederados y los Húsares de Junín liderados por Juan Esteban Pedernera contra
los Restauradores dirigidos por el Chileno (Manuel Díaz), este enfrentamiento culminó con una decisiva
Victoria Confederada. Las batallas se alteran y se transforman en Guerras de guerrillas y guerras de Montoneras, el 4
de octubre de 1838 estalla el Combate del Cerro de la Sierpe entre el Confederado Juan Esteban Pedernera contra el
Restaurador Juan José Salas el cual termina con el triunfo Restaurador. Luego se libra el Combate naval del Callao de
1838 en el cual el Ejército Confederado Perú-Boliviano, junto a Corsarios franceses al mando de Juan Blanchet, logra
una Victoria estratégica y derrotan a la Armada de Chile y al Ejército Unido Restaurador dirigido por Santiago Jorge
Bynnon, luego los Confederados capturan el barco (El Bergantín Arequipeño) y después capturan (La Fragata Saldivar
y el Bergantín San Antonio). Tras la derrota Restauradora estos se retiran hasta Chiquián en donde logran resistir los
ataques de los Confederados.
El Combate del Puente de Llaclla (17 de diciembre de 1838).
El 17 de diciembre de 1838 estallo el Combate del Puente de Llaclla entre
el Ejército Unido Restaurador liderado por Juan Lorenzo Colipí contra el Ejército
Confederado Perú-Boliviano. El Restaurador Juan Lorenzo Colipí al mando de 10
hombres se batió en su posición durante 5 horas contra unos 50 Confederados,
impidiendo que estos pudieran forzar el paso. El 6 de enero de 1839 se llevó a
cabo la Batalla de Buin, bajo una lluvia torrencial con un nutrido fuego de
fusilería y artillería, entre el presidente y Supremo Protector de la Confederación
(Andrés de Santa Cruz) contra el General en Jefe del Ejército Restaurador Manuel
Bulnes en el río Buin de Áncash, dada la importancia del puente, el combate en
torno a éste era encarnizado. Un pelotón de soldados chilenos, dirigidos por Juan Colipí defendía su entrada cargando
en repetidas ocasiones contra las tropas confederadas, el combate seguía su desarrollo con intenso fuego de fusilería
por ambos lados, con la retaguardia restauradora manteniendo su posición. Este enfrentamiento no tuvo grandes
consecuencias para el desarrollo del conflicto. Los Restauradores y Manuel Bulnes prosiguieron su marcha rumbo al
norte, mientras que los Confederados y Santa Cruz continuaron siguiéndolo hasta las inmediaciones de Yungay.
Luego estalla el Combate naval de Casma en el cual fallece Juan Blanchet quien se había convertido en capitán de
la Armada Confederada Perú-Boliviana, finalmente los Restauradores y la Armada de Chile liderada por Roberto
Simpson obtienen el dominio definitivo del mar por el resto de la guerra.
Los Restauradores decidieron entonces cambiar el escenario de la lucha. Se retiraron al Callejón de Huaylas, donde se
aprovisionaron y reorganizaron. El encuentro final se libró en la Batalla de Yungay (20 de enero de 1839). Andrés de
Santa Cruz envía al general Anselmo Quiroz con 600 soldados a las cumbres del cerro Pan de Azúcar, desde donde
puede dominar todo el terreno. A lado de la quebrada del río Áncash se encontraba por la derecha la división del
general Ramón Herrera y por la izquierda la de José Trinidad Morán. Al medio la artillería y detrás de ellos la
caballería al mando del general José María Pérez de Urdininea, todos ellos Conformaban la última resistencia
del Ejército Confederado Perú-Boliviano, por el otro lado estaba el Ejército Unido Restaurador, los restauradores
comienzan el ataque en la quebrada del río Áncash, pero, ante la carga de Santa Cruz comienzan a replegarse.
Acuarela de Charles C. Wood Taylor describiendo el ataque de las tropas chilenas al cerro Pan de Azúcar en la Batalla
de Yungay.
Sin embargo, gracias al accionar de Manuel Bulnes, Ramón Castilla y Agustín
Gamarra el Ejército Unido Restaurador se reorganiza.
Así Confederados y Restauradores nuevamente se enfrentan entre la quebrada del
río Ancash, los confederados intentaron resistir en sus trincheras a bayoneta, pero
fueron dispersados por los Restauradores. Finalmente Santa Cruz fue derrotado y
huyó apresuradamente hacia Arequipa, para luego partir al destierro.
La Confederación se disolvió, volviendo a ser el Perú y Bolivia estados individuales. Agustín Gamarra confiere
a Manuel Bulnes el título de gran mariscal de Ancash y a José María de la Cruz el grado de general de división
del Perú.
El gobierno del Perú pagó al gobierno de Chile la deuda contraída por el servicio prestado por el ejército chileno en la
campaña restauradora, así como reconoció las acciones de los oficiales de Chile otorgándoles premios 3 y
condecoraciones del ejército del Perú. El Ejército de Chile estaría acantonado en el Perú para evitar alzamientos contra
el nuevo gobierno hasta octubre de 1839. Los oficiales peruanos que sirvieron al ejército de la Confederación fueron
retirados de la lista de militares del Perú, entre ellos se encontraban los mariscales  Guillermo Miller, Mariano
Necochea, José de la Riva Agüero, Blas Cerdeña; los generales de división Francisco de Paula Otero, Luis José de
Orbegoso, Domingo Nieto y los generales de brigada Manuel Aparicio, José Rivadeneira, Juan Pardo de
Zela, Domingo Tristán y Pedro Bermúdez. Agustín Gamarra retornó triunfalmente a Lima el 24 de febrero de 1839 y
fue confirmado como Presidente. Un objetivo prioritario que se trazó fue dar al país una nueva Constitución Política,
para lo cual convocó a un Congreso General en Huancayo; no lo hizo en Lima pues aún se hallaba el ejército
chileno en víspera de repatriarse.

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