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Ale 2
Ale 2
Batalla de Gaugamela
El rey persa Darío, con un ejército más numeroso, decidió hacerle frente en Gaugamela a
orillas del Tigris. Esta batalla hoy en día sigue siendo analizada por expertos militares,
intentando explicarse como un ejército tan inferior en número derrota a uno por lo menos
cinco veces más grande. La estrategia usada por el macedonio fue una tenaza, donde el
yunque era la infantería, y el martillo la caballería (los hetairoi. sus compañeros), Darío apenas
logró salvar su vida, y huyó -nuevamente- apabullado por el genio militar del macedonio.53
Ocupación de Babilonia
Esta derrota del ejército persa fue significativa en bajas, y representó prácticamente la caída
del imperio aqueménida. Así Alejandro con su ejército logró entrar en Babilonia quedando a
las puertas del propio territorio persa.
En el año 331 a. C., el ejército macedonio invadió Persia entrando fácilmente a Susa, la vieja
capital de Darío I, mientras que el derrotado Darío III huía hacia el interior del territorio persa
en busca de fuerzas leales para enfrentar nuevamente a Alejandro.
Se dirigieron hacia Ecbatana para perseguir a Darío. Lo encontraron asesinado por sus nobles,
que ahora obedecían a Bessos.54 Alejandro honró a su otrora rival y enemigo, cubriéndolo con
el manto púrpura que Darío abandonó en la batalla de Isos, y que Alejandro recogió. Le rindió
un funeral real y prometió a la familia de este perseguir a sus asesinos.55
Batalla de Gaugamela. Darío reunió entre 200 000 y 500 000 hombres, entre sus satrapías,
mientras que los macedonios contaban con 40 000 a 50 000 efectivos. Las estipulaciones
modernas sugieren que la mitad del ejército persa pereció en combate, mientras que los
macedonios y aliados griegos contarían unas 5000 bajas incluyendo heridos. Ante la debacle,
nuevamente, Darío huyó, dejando a Babilonia a la suerte de Alejandro
Bessos escapó a la zona lindera del Hindú Kush (hoy Afganistán), en las inmediaciones de
Sogdiana (al este de Asia), acompañado por una resistencia formada por nobles y arqueros a
caballo, autoproclamándose rey de Persia, cosa que Alejandro no toleraba, motivo también
por el cual lo perseguiría.
Plutarco recalca «al ver Alejandro a las demás cautivas, que todas eran aventajadas en
hermosura y gallardía, dijo por chiste: “¡Gran dolor de ojos son estas persas!” Con todo,
oponiendo a la belleza de estas mujeres la honestidad de su moderación y continencia»
En su intento de mezclar la cultura persa y la griega se celebraron bodas masivas entre griegos
y muchachas persas, y entrenó a un regimiento de soldados persas para combatir a la manera
macedonia.7 La mayoría de los historiadores coinciden en que Alejandro adoptó el título real
persa de Shahanshah (Rey de Reyes).
Conspiraciones
Muerte de Clito
Clito, apodado «el Negro», era uno de los generales del ejército, al cual Alejandro tenía gran
afecto y había nombrado sátrapa de Bactriana. Durante un banquete, Clito, irritado por la
costumbre persa de la proskynesis, y al escuchar que Alejandro se proclamaba mejor que su
padre Filipo, le respondió: «Toda la gloria que posees es gracias a tu padre», agregando: «Sin
mí, hubieras perecido en el Gránico.»5960 Alejandro, ebrio, le arrojó una manzana a la
cabeza,39 a lo que siguió una discusión en forma de versos35 que terminó cuando Alejandro
buscó su espada para atacarlo. Según el relato, uno de los guardias la había ocultado y Clito fue
sacado del lugar por varios amigos. Poco después, sin embargo, volvió a entrar por otra puerta
y, mirando fijamente al conquistador, recitó un verso de Eurípides: «Qué perversa costumbre
han introducido los griegos.» En ese momento, Alejandro arrebató una lanza a uno de sus
guardias y atravesó con ella a Clito, quien se desplomó en medio del estupor de los presentes.
Arrepentido del crimen, pasó 3 días encerrado en su tienda y algunos relatos afirman que trató
de suicidarse.5961
Asia Central
Esta persecución es importante, porque es la ruta que termina llevando a Alejandro hasta la
India. Tras muchos preparativos, y luego de establecer un nuevo orden en Babilonia, Alejandro
partió en la persecución de Bessos, el asesino del rey Darío, y conquistar las satrapías persas de
Asia Central. La mayoría de los sátrapas persas continuaron en sus cargos, dejando Alejandro
en ellas pequeñas guarniciones de aliados griegos. Contaba con una expedición mediana de
soldados griegos, llevando consigo soldados persas78 (entrenados al estilo de combate y
uniformes macedonios), que conocían bien los territorios y los dialectos de las zonas a ocupar.
Alejandro luchando con el dragón, mujeres emergen de las aguas, posible alusión a su
encuentro con las Amazonas. Texto original en griego del siglo X, texto en latín traducido por
Leo de Nápoles, titulado «Historia de preliis Alexandri Magni».
Los escritos antiguos dejaron testamento que este viaje fue tan exótico como penoso. Una
extensa travesía, con falta de provisiones y, fundamentalmente, agua. Detalladamente se
pueden encontrar en las cartas que le envió Alejandro a Aristóteles (recopiladas por Pseudo
Calístenes), donde cuenta que en la expedición fueron atacados por «hombres gigantes sin
inteligencia humana, que nos ocasionaron varias bajas», Incluso sacrificar parte de sus caballos
por falta de alimento. Ante el cuestionamiento de sus hetaroi, respondió «estos caballos que
sacrificamos nos darán el doble».7
El historiador Quinto Curcio Ruffo menciona que el macedonio fue visitado por la reina
amazona Talestris, escoltada por una comitiva de 300 guerreras, cuyo fin fue proponerle
engendrar hijos con Alejandro, para lograr herederas de estirpe guerrera y noble. Plutarco cita
al menos 5 fuentes que comprueban este acontecimiento, con leves diferencias. En los escritos
de Pseudo Calístenes, las cartas que Alejandro envió a Aristóteles recalcó «la belleza de esas
mujeres y su gran fortaleza física».7 Curcio Ruffo cuenta que Alejandro ante tal propuesta «no
opuso demasiada resistencia». Permanecieron encerrados 13 días y trece noches.